Una historia que debería permanecer en secreto

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  Por Vida Bolt.

Hace mucho tiempo, much antes de conocer a Oscar, mi marido, estaba envuelta en una relación con alguien con quien no debería haber tenido. Esto no se debe a que fuera un delincuente o mala persna, sino que era muy particular. Muy restringidopr sumadre, dueño de una fobia espeluznante a todo ser vivo, desde bacterias hasta animales, y estando bajo el radar de su tirana madre, nos escabullíamos solo para encontrarnos. Yo tenía 18 o 19 años. Él, cercano a los treinta. En una oprtunidad debió viajar a Colorado para retirar las propiedades de una cabaña en la que vivía su tía y poner esta edificación a la venta, ya que su tía se mudaba con su hija. Decidimos ir juntos.  Estábamos alojados en la casa  muy fresca, rústica, con chimeneas, el tipo de lugar en el que las puertas están cerradas con llave porque hay osos merodeando en los alrededores.

Estábamos durmiendo en habitaciones separadas, pero en medio de la noche decido, muy inusualmente para mí, ser aventurada.

Así que comencé a pensar que soy una gatita súper sexual, me pongo nada más que una bata de baño y me meto a escondidas en su habitación. Me quito la bata y me meto debajo de las sábanas, donde está dormido, y me subo encima de él, con la intención de despertarlo en medio de la noche y encarnar a esta mujer de fantasía sexualmente aventurera que he creado en mi cabeza.

Entonces se despierta sobresaltado, grita y me empuja fuera de la cama porque, como me explicó más tarde, el pensó que se trataba de un oso.

Este momento estelar fue seguido por una gran confusión de su parte (es decir, “¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estás aquí?“, no es exactamente el escenario de mis sueños) y luego yo me escondí debajo de la cama desnuda durante unos 15 minutos humillada y por si acaso, un oso apareciera. Su tía vino a ver de qué se trataba el grito y el golpe fuerte que ocasionó mi caída. Aunque el sonido de mi ego desinflándose puede haber sido más fuerte. Fue esta gran señora que me cobijó con su bata y con un grandísimo consejo: Sacarme de encima a ese extraño hombre.

Yo pensé que era un gatito sexual, él pensó que era un oso.

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Enero 26, 2022


 

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