La semana pasada, a pesar de sus muchas credenciales académicas, el historiador canadiense Frédéric Bastien no pudo conseguir un cargo docente en la Universidad Laval, en su nativa provincia de Quebec, porque carece de discapacidades, no es mujer y además es caucásico y por tanto blanco.
Según denunció en el diario francés el ensayista y columnista Mathieu Bock-Cote, la convocatoria para cubrir un puesto vacante de profesor deja en claro que solo se da la bienvenida a concurso a aquellos candidatos que puedan identificarse como integrantes de al menos uno de estos cuatro grupos subrepresentados: mujeres, pueblos indígenas, personas con discapacidad o miembros de una ‘minoría visible’.
La legislación canadiense entiende como minoría visible a un conjunto de personas que no pertenece a ninguna etnia aborigen y al mismo tiempo no son caucásicas.
Aunque la retórica de los programas universitarios de “discriminación positiva” promete preferencias a miembros de las minorías solo a condición de que tengan “las mismas habilidades” que otro individuo del grupo mayoritario, “ese pudor ya no está de temporada, según vimos esta semana en Canadá”, sostiene el columnista, quien asevera que los hombres blancos simplemente no pueden solicitar empleos en la mencionada universidad.
Supuestamente, la Universidad Laval se propone cumplir sus cuotas con respecto a minorías antes de reabrir algunas plazas de trabajo para los blancos.
La institución alega que busca satisfacer las exigencias del Gobierno federal de Canadá, dado que existe una política de cuotas y la composición étnica de los empleados debe corresponderse con la de la población.
Bastien, el afectado doctor en historia y política internacional, se vio duramente criticado y calumniado por condenar lo que ha denunciado como racismo oficial. En particular, una profesora de ciencias políticas de la universidad en cuestión lo tildó de representante de los “blancos mediocres”.
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La semana pasada, a pesar de sus muchas credenciales académicas, el historiador canadiense Frédéric Bastien no pudo conseguir un cargo docente en la Universidad Laval, en su nativa provincia de Quebec, porque carece de discapacidades, no es mujer y además es caucásico y por tanto blanco.
Según denunció en el diario francés el ensayista y columnista Mathieu Bock-Cote, la convocatoria para cubrir un puesto vacante de profesor deja en claro que solo se da la bienvenida a concurso a aquellos candidatos que puedan identificarse como integrantes de al menos uno de estos cuatro grupos subrepresentados: mujeres, pueblos indígenas, personas con discapacidad o miembros de una ‘minoría visible’.
La legislación canadiense entiende como minoría visible a un conjunto de personas que no pertenece a ninguna etnia aborigen y al mismo tiempo no son caucásicas.
Aunque la retórica de los programas universitarios de “discriminación positiva” promete preferencias a miembros de las minorías solo a condición de que tengan “las mismas habilidades” que otro individuo del grupo mayoritario, “ese pudor ya no está de temporada, según vimos esta semana en Canadá”, sostiene el columnista, quien asevera que los hombres blancos simplemente no pueden solicitar empleos en la mencionada universidad.
Supuestamente, la Universidad Laval se propone cumplir sus cuotas con respecto a minorías antes de reabrir algunas plazas de trabajo para los blancos.
La institución alega que busca satisfacer las exigencias del Gobierno federal de Canadá, dado que existe una política de cuotas y la composición étnica de los empleados debe corresponderse con la de la población.
Bastien, el afectado doctor en historia y política internacional, se vio duramente criticado y calumniado por condenar lo que ha denunciado como racismo oficial. En particular, una profesora de ciencias políticas de la universidad en cuestión lo tildó de representante de los “blancos mediocres”.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 26, 2022