Al contrario de la muy respetable decisión de JUAN MANUEL OTERO, que es similar a la de la gran mayoría de los PP y sus familias, con la mía no volveremos a votar a CAMBIEMOS.
Porque:
No soy héroe, solo policía que en los momentos difíciles trató de no dejarse dominar nunca por el miedo. Mi misión fue servir y proteger, manteniendo en lo posible la línea azul que separa a los débiles de sus depredadores. No me interesó la política. Con conciencia moral sobre el bien y el mal, nunca pegunté a una víctima o victimario, su ideología, o religión. Así fui y así seguiré siendo, gobierne quien gobierne.
Mintieron y avalaron la “política de estado” de los K, así como otros, sigo “engarronado” y prisionero por los mal llamados delitos de lesa humanidad. Esto quiere decir que con mi esposa, ESTAMOS MUERTOS.
Este dejó de ser mi país, solo es la prisión. No la tumba, ya que es tal mi rechazo a este suelo, que mis cenizas serán arrojadas fuera de sus fronteras.
Como policía vi los horrores que puede llegar a cometer el ser humano, pero nunca ejecutados tan cobarde e hipócritamente por funcionarios que se dicen honestos. Estos se sienten hombres y mujeres de bien y así concurren con sus familias a misa como si fueran buenos cristianos. Cada uno de ellos a los que recurrimos y se hicieron los ciegos, sordos y mudos, siento por el contrario que son vulgares asesinos. Eso sí, atentos son atentos. Mi esposa cuando el 24 próximo pasado entregara una vez más, otro escrito (11 fojas) en el mal llamado MINISTERIO DE JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS, fue excelentemente bien atendida y por supuesto dio las gracias como corresponde. Pero el resultado es el mismo que si la hubiera atendido la señora CARLOTO, quien por otra parte, también es una persona muy atenta y educada en sus modales.
Con CAMBIEMOS, mi familia ha gastado grandes sumas de dinero a través de solicitadas, cuando hiciera huelga de hambre y medicación, o correspondencia de envío especial para asegurar su entrega. Siempre recibimos su peor respuesta, el SILENCIO. En ese aspecto en nada se diferenciaron de los funcionarios de la “década ganada”.
CAMBIEMOS en su haber, o sea desde el 10 de diciembre de 2015 tiene más SESENTA MUERTOS en cautiverio. Este contador sigue su marcha y seguramente su estadística superará a la de los que “vinieron por todo”. Ignoro el motivo de la adaptación y aceptación, a estos siniestros acontecimientos y así priva la indiferencia a los mismos. Yo no lo he logrado y los rechazo rotundamente.
CAMBIEMOS es responsable, para mí, de un imperdonable sacrilegio. Avaló por ley los muertos que no existieron, y no reconoce a los que si existieron. Estos últimos por el solo hecho de haber sido víctimas de los asesinos seriales, que asolaron el país en los años de plomo. Así en el colmo de los malos ejemplos, estos últimos totalmente libres ocupan no solo cargos públicos, también gozan de privilegios y reconocimiento de amplios sectores de la sociedad y el gobierno.
“Me decían que eran necesarios unos muertos para llegar a un mundo donde no se mataría”.
Por Claudio Kussman.
CADA DECISIÓN MERECE RESPETO
Al contrario de la muy respetable decisión de JUAN MANUEL OTERO, que es similar a la de la gran mayoría de los PP y sus familias, con la mía no volveremos a votar a CAMBIEMOS.
Porque:
No soy héroe, solo policía que en los momentos difíciles trató de no dejarse dominar nunca por el miedo. Mi misión fue servir y proteger, manteniendo en lo posible la línea azul que separa a los débiles de sus depredadores. No me interesó la política. Con conciencia moral sobre el bien y el mal, nunca pegunté a una víctima o victimario, su ideología, o religión. Así fui y así seguiré siendo, gobierne quien gobierne.
Mintieron y avalaron la “política de estado” de los K, así como otros, sigo “engarronado” y prisionero por los mal llamados delitos de lesa humanidad. Esto quiere decir que con mi esposa, ESTAMOS MUERTOS.
Este dejó de ser mi país, solo es la prisión. No la tumba, ya que es tal mi rechazo a este suelo, que mis cenizas serán arrojadas fuera de sus fronteras.
Como policía vi los horrores que puede llegar a cometer el ser humano, pero nunca ejecutados tan cobarde e hipócritamente por funcionarios que se dicen honestos. Estos se sienten hombres y mujeres de bien y así concurren con sus familias a misa como si fueran buenos cristianos. Cada uno de ellos a los que recurrimos y se hicieron los ciegos, sordos y mudos, siento por el contrario que son vulgares asesinos. Eso sí, atentos son atentos. Mi esposa cuando el 24 próximo pasado entregara una vez más, otro escrito (11 fojas) en el mal llamado MINISTERIO DE JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS, fue excelentemente bien atendida y por supuesto dio las gracias como corresponde. Pero el resultado es el mismo que si la hubiera atendido la señora CARLOTO, quien por otra parte, también es una persona muy atenta y educada en sus modales.
Con CAMBIEMOS, mi familia ha gastado grandes sumas de dinero a través de solicitadas, cuando hiciera huelga de hambre y medicación, o correspondencia de envío especial para asegurar su entrega. Siempre recibimos su peor respuesta, el SILENCIO. En ese aspecto en nada se diferenciaron de los funcionarios de la “década ganada”.
CAMBIEMOS en su haber, o sea desde el 10 de diciembre de 2015 tiene más SESENTA MUERTOS en cautiverio. Este contador sigue su marcha y seguramente su estadística superará a la de los que “vinieron por todo”. Ignoro el motivo de la adaptación y aceptación, a estos siniestros acontecimientos y así priva la indiferencia a los mismos. Yo no lo he logrado y los rechazo rotundamente.
CAMBIEMOS es responsable, para mí, de un imperdonable sacrilegio. Avaló por ley los muertos que no existieron, y no reconoce a los que si existieron. Estos últimos por el solo hecho de haber sido víctimas de los asesinos seriales, que asolaron el país en los años de plomo. Así en el colmo de los malos ejemplos, estos últimos totalmente libres ocupan no solo cargos públicos, también gozan de privilegios y reconocimiento de amplios sectores de la sociedad y el gobierno.
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Mayo 26, 2017
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