Durante siglos, la idea del monoteísmo ha moldeado la narrativa de la tradición judeocristiana. Sin embargo, enterrado bajo capas de teología patriarcal, se encuentra un capítulo casi olvidado de la historia religiosa antigua: uno centrado en Asera, una poderosa deidad femenina adorada en el antiguo Oriente Próximo y posiblemente considerada como la consorte o la madre del dios hebreo Yahvé.
Asera era una diosa prominente en el panteón cananeo, asociada con la fertilidad, la maternidad y el árbol de la vida. La evidencia arqueológica, incluyendo inscripciones de Kuntillet Ajrud (circa siglo VIII a. C.), sugiere que los primeros israelitas veneraban a Asera junto con Yahvé. Algunas inscripciones incluso se refieren a «Yahvé y su Asera», lo que implica una alianza divina. Estos hallazgos desafían las suposiciones arraigadas sobre los orígenes estrictamente monoteístas del judaísmo.
Los textos bíblicos también insinúan su presencia, aunque a menudo con un tono de condena. La Biblia hebrea se refiere a Asera 40 veces, generalmente en relación con postes sagrados o arboledas asociadas con su culto. Estos “postes de Asera” fueron eliminados sistemáticamente durante las reformas religiosas, especialmente bajo reyes como Ezequías y Josías, lo que indica un cambio hacia el culto exclusivo a Yahvé y la supresión de prácticas politeístas anteriores.
Algunos estudiosos argumentan que Asera no era solo una consorte, sino posiblemente considerada como una figura materna para Dios o la humanidad, vinculándola con temas de creación y cuidado divino. Otros sugieren que la antigua religión israelita inicialmente incluía una estructura familiar divina, con Yahvé y Asera como rey y reina del cielo. Sin embargo, con el tiempo, el papel de Asera fue borrado o reinterpretado bajo la creciente influencia del monoteísmo patriarcal.
Las teólogas e historiadoras feministas modernas consideran esencial recuperar la historia de Asera para comprender la evolución de la fe bíblica y los roles de género en ella. La supresión de su imagen refleja esfuerzos más amplios por marginar la divinidad y la autoridad femeninas en la religión.
Aunque no es muy conocida entre los creyentes contemporáneos, el legado de Asera perdura a través de las huellas dejadas en las escrituras, las inscripciones y la tradición oral. Ya sea como esposa o madre de Dios, Asera representa una dimensión perdida de lo divino, una dimensión que desafía la teología convencional y abre un diálogo más amplio sobre el papel de lo femenino en lo sagrado.
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Durante siglos, la idea del monoteísmo ha moldeado la narrativa de la tradición judeocristiana. Sin embargo, enterrado bajo capas de teología patriarcal, se encuentra un capítulo casi olvidado de la historia religiosa antigua: uno centrado en Asera, una poderosa deidad femenina adorada en el antiguo Oriente Próximo y posiblemente considerada como la consorte o la madre del dios hebreo Yahvé.
Asera era una diosa prominente en el panteón cananeo, asociada con la fertilidad, la maternidad y el árbol de la vida. La evidencia arqueológica, incluyendo inscripciones de Kuntillet Ajrud (circa siglo VIII a. C.), sugiere que los primeros israelitas veneraban a Asera junto con Yahvé. Algunas inscripciones incluso se refieren a
«Yahvé y su Asera», lo que implica una alianza divina. Estos hallazgos desafían las suposiciones arraigadas sobre los orígenes estrictamente monoteístas del judaísmo.
Los textos bíblicos también insinúan su presencia, aunque a menudo con un tono de condena. La Biblia hebrea se refiere a Asera 40 veces, generalmente en relación con postes sagrados o arboledas asociadas con su culto. Estos “postes de Asera” fueron eliminados sistemáticamente durante las reformas religiosas, especialmente bajo reyes como Ezequías y Josías, lo que indica un cambio hacia el culto exclusivo a Yahvé y la supresión de prácticas politeístas anteriores.
Algunos estudiosos argumentan que Asera no era solo una consorte, sino posiblemente considerada como una figura materna para Dios o la humanidad, vinculándola con temas de creación y cuidado divino. Otros sugieren que la antigua religión israelita inicialmente incluía una estructura familiar divina, con Yahvé y Asera como rey y reina del cielo. Sin embargo, con el tiempo, el papel de Asera fue borrado o reinterpretado bajo la creciente influencia del monoteísmo patriarcal.
Las teólogas e historiadoras feministas modernas consideran esencial recuperar la historia de Asera para comprender la evolución de la fe bíblica y los roles de género en ella. La supresión de su imagen refleja esfuerzos más amplios por marginar la divinidad y la autoridad femeninas en la religión.
Aunque no es muy conocida entre los creyentes contemporáneos, el legado de Asera perdura a través de las huellas dejadas en las escrituras, las inscripciones y la tradición oral. Ya sea como esposa o madre de Dios, Asera representa una dimensión perdida de lo divino, una dimensión que desafía la teología convencional y abre un diálogo más amplio sobre el papel de lo femenino en lo sagrado.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 2, 2025
Tags: Paranormal, ReligiónRelated Posts
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