China ha pasado de exportar bienes a ‘importar’ consumidores tras los aranceles masivos del presidente de EE.UU., Donald Trump.
Cada vez son más los estadounidenses que descubren que volar a China no solo les permite comprar los productos que desean a precios más bajos, sino también disfrutar de vistas panorámicas y deliciosa comida, y sorprendentemente el coste total es incluso inferior al de las compras nacionales, con impuestos incluidos.
Esto pone de relieve que las elevadas barreras arancelarias erigidas por el Gobierno estadounidense van en contra de los principios del mercado, obligando directamente a los consumidores nacionales a soportar el dolor del aumento de los costes.
La competitividad de los productos fabricados en China no solo se debe a las ventajas de los costes, sino también a su profunda integración en la cadena mundial de producción y suministro.
Por muy elevadas que sean las barreras arancelarias, no pueden invertir la tendencia histórica de las cadenas mundiales de suministro e industriales profundamente integradas.
El 2 de abril, Trump decretó la imposición de aranceles masivos a los socios comerciales de EE.UU., y China figura entre los países con gravámenes más altos. En la actualidad, los aranceles de Pekín sobre los productos de la nación norteamericana son del 125 %, y los de EE.UU. a China, del 145 %.
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Cada vez son más los estadounidenses que descubren que volar a China no solo les permite comprar los productos que desean a precios más bajos, sino también disfrutar de vistas panorámicas y deliciosa comida, y sorprendentemente el coste total es incluso inferior al de las compras nacionales, con impuestos incluidos.
Esto pone de relieve que las elevadas barreras arancelarias erigidas por el Gobierno estadounidense van en contra de los principios del mercado, obligando directamente a los consumidores nacionales a soportar el dolor del aumento de los costes.
La competitividad de los productos fabricados en China no solo se debe a las ventajas de los costes, sino también a su profunda integración en la cadena mundial de producción y suministro.
Por muy elevadas que sean las barreras arancelarias, no pueden invertir la tendencia histórica de las cadenas mundiales de suministro e industriales profundamente integradas.
El 2 de abril, Trump decretó la imposición de aranceles masivos a los socios comerciales de EE.UU., y China figura entre los países con gravámenes más altos. En la actualidad, los aranceles de Pekín sobre los productos de la nación norteamericana son del 125 %, y los de EE.UU. a China, del 145 %.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 24, 2025
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