Es que el catecismo laico obligatorio en facultades de Derecho, Institutos de Post-grado y Consejos de la Magistratura, al mejor estilo gramsciano, otorgó categorías ontológicas y valores de verdad a vocablos que, hasta hace muy poco tiempo, significaban otra cosa.
Ahora, el crimen se dice “conflicto”. Criminal se dice “sujeto en conflicto con la ley penal”. Cárcel se dice “jaula de exterminio”. Sistema penal del Estado se dice “aparato represivo”. Estado se dice “organización política deslegitimada”. Derecho Penal se dice “discurso represivo deslegitimante”. Poder Judicial, policías, servicios penitenciarios, patronatos de liberados, etcétera, se llaman “agencias del poder punitivo deslegitimado”. Reincidencia, peligrosidad, antecedentes criminales son “categorías estigmatizantes del derecho penal del enemigo”, y asi.
Leyendo el caso de un motochorro que, en Tucumán, le robó dinero en a un chico de seis años que iba a comprar al almacén, y, en La Plata, el caso de dos ladrones que maniataron a una anciana de 95 años para robarle dinero, no encuentro en el diccionario abolicionista el término adecuado para esta categoría de “sujetos en conflicto con la ley penal”.
Se me había ocurrido “hijos de puta”… Pero seguramente no será aceptado por los gurúes locales de esta nueva pseudo-doctrina.
Marcelo Carlos Romero es Fiscal del Ministerio Público y Miembro de Usina de Justicia
El texto del valiente fiscal Romero me ha hecho recordar la excelente interpretación de Peter Finch como Howard Beale en Network (O Poder que Mata) de Sydney Lumet, donde vomita su rabia ante un sistema corrupto. El fiscal Romero, claro, lo hace sin ataques de locura.
“Quiero que todos se levanten ahora. Quiero que todos se levanten de sus sillas. Quiero que se levanten ahora mismo y se dirijan a las ventanas, las abran y saquen sus cabezas y griten: Estoy muy enojado y no voy a tolerar esto ni un minuto más”
A mi, en la facultad de derecho me enseñaron la reincidencia al revés. El prof. Marcelo Sancinetti, conocido “garantista” nos preguntó primero cómo entendíamos la reincidencia. Algunos audaces osamos contestar, aun sabiendo que cualquier respuesta acorde al sentido común sería incorrecta “reincidencia es el instituto que prevé un registro de delitos para aumentar la pena del delincuente ante cada caso de repetición”. NEGATIVO! NO, NO y NO. La reincidencia es la prueba de que el delincuente es incapaz de adecuarse a la normativa, es una forma de incapacidad, tendríamos que comenzar a emplear la incapacidad atenuada de Brasil pero como eso aquí no existe, al reincidente, hay que tomarlo como una persona cuyas facultades mentales estarían alteradas y bajarle la pena ante cada repetición puesto que ha demostrado que el castigo en nada lo reforma.
Garantista debería ser alguien que respeta las garantías constitucionales de las personas (Ya que en este bendito país los términos también están adulterados)
Ahora, con gente como Zaffaroni, completamente de acuerdo con usted- quien dice que nosotros somos culpables de que un tipo viole, asesine y despues reincida… se acabó la coherencia.
Dr. Luis González
Excelente escrito y real verdad. Felicitaciones. Asimismo viendo el vídeo donde un niño es despojado por un “motochorro”, dignas de destacar son las cámaras de vigilancia, que a muy altos precios, tienen muy baja definición. Atentamente CLAUDIO KUSSMAN
El abolicionismo zaffaroniano impuso un
nuevo vocabulario jurídico-penal.
[two_third padding=”0 30px 0 0″]Es que el catecismo laico obligatorio en facultades de Derecho, Institutos de Post-grado y Consejos de la Magistratura, al mejor estilo gramsciano, otorgó categorías ontológicas y valores de verdad a vocablos que, hasta hace muy poco tiempo, significaban otra cosa.
Ahora, el crimen se dice “conflicto”. Criminal se dice “sujeto en conflicto con la ley penal”. Cárcel se dice “jaula de exterminio”. Sistema penal del Estado se dice “aparato represivo”. Estado se dice “organización política deslegitimada”. Derecho Penal se dice “discurso represivo deslegitimante”. Poder Judicial, policías, servicios penitenciarios, patronatos de
liberados, etcétera, se llaman “agencias del poder punitivo deslegitimado”. Reincidencia, peligrosidad, antecedentes criminales son “categorías estigmatizantes del derecho penal del enemigo”, y asi.
Leyendo el caso de un motochorro que, en Tucumán, le robó dinero en a un chico de seis años que iba a comprar al almacén, y, en La Plata, el caso de dos ladrones que maniataron a una anciana de 95 años para robarle dinero, no encuentro en el diccionario abolicionista el término adecuado para esta categoría de “sujetos en conflicto con la ley penal”.
Se me había ocurrido “hijos de puta”… Pero seguramente no será aceptado por los gurúes locales de esta nueva pseudo-doctrina.
Marcelo Carlos Romero es Fiscal del Ministerio Público y Miembro de Usina de Justicia
[/two_third] [one_fourth_last padding=”0 0 0 30px”]Sensaciones
El texto del valiente fiscal Romero me ha hecho recordar la excelente interpretación de Peter Finch como Howard Beale en Network (O Poder que Mata) de Sydney Lumet, donde vomita su rabia ante un sistema corrupto. El fiscal Romero, claro, lo hace sin ataques de locura.
“Quiero que todos se levanten ahora. Quiero que todos se levanten de sus sillas. Quiero que se levanten ahora mismo y se dirijan a las ventanas, las abran y saquen sus cabezas y griten: Estoy muy enojado y no voy a tolerar esto ni un minuto más”
Peter Finch, como Howard Beale en Network.
[/one_fourth_last]PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 14, 2017
Related Posts
El desenmascaramiento de la actuación de los órganos del sistema interamericano de protección a los derechos humanos en los procesos por lesa humanidad
♦ Con independencia de lo bien preparado que se [...]
LOS MAMARRACHOS (1) JUDICIALES TAMBIEN SON DE LESA.
♦ Por Dr. Gonzalo Miño. El esperpento de [...]
La Argentina y el colapso del Sistema de Seguridad
♣ Por Dr. Jorge Corrado* En estas últimas [...]
Hay que llamar a las “”cosas”” por su nombre: Delincuentes Mentirosos.
A Zaffaroni hay que llamarlo delincuente. Nada mas. El resto de los epitetos que le puedan preferir el los sabe ysu conciencia se lo recuerda.
A mi, en la facultad de derecho me enseñaron la reincidencia al revés. El prof. Marcelo Sancinetti, conocido “garantista” nos preguntó primero cómo entendíamos la reincidencia. Algunos audaces osamos contestar, aun sabiendo que cualquier respuesta acorde al sentido común sería incorrecta “reincidencia es el instituto que prevé un registro de delitos para aumentar la pena del delincuente ante cada caso de repetición”. NEGATIVO! NO, NO y NO. La reincidencia es la prueba de que el delincuente es incapaz de adecuarse a la normativa, es una forma de incapacidad, tendríamos que comenzar a emplear la incapacidad atenuada de Brasil pero como eso aquí no existe, al reincidente, hay que tomarlo como una persona cuyas facultades mentales estarían alteradas y bajarle la pena ante cada repetición puesto que ha demostrado que el castigo en nada lo reforma.
Garantista debería ser alguien que respeta las garantías constitucionales de las personas (Ya que en este bendito país los términos también están adulterados)
Ahora, con gente como Zaffaroni, completamente de acuerdo con usted- quien dice que nosotros somos culpables de que un tipo viole, asesine y despues reincida… se acabó la coherencia.
Dr. Luis González
Zaffaroni, un verdadero camaleon acomodaticio que sobrevivió a todos los gobiernos como un Rasputín criollo.
Excelente escrito y real verdad. Felicitaciones. Asimismo viendo el vídeo donde un niño es despojado por un “motochorro”, dignas de destacar son las cámaras de vigilancia, que a muy altos precios, tienen muy baja definición. Atentamente CLAUDIO KUSSMAN