Como soldado aún, mal que le pese al enemigo, tengo el deber y la obligación de resistir ante la tozuda realidad que me ataca con armas ilegales e ilegítimas.
Realidad inventada por el otrora enemigo terrorista armado y violento que atacó a la sociedad durante el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón. Realidad que, el actual gobierno, nacido bajo la consigna o máscara, de liberal o libertario y llegó al poder con el objetivo de derribar los muros de la injusticia.
Hoy, a más de sesenta días de gestión, sobresale el fortalecimiento de las políticas de falsos derechos humanos.
¿Es que, el actual gobierno “anarcocapitalista”, esgrimiendo la espada de Alejandro Magno y batiendo el parche de cortar toda atadura con aquel pasado “anarcomarxista”, rindió sus armas al pie del enemigo, ni bien llegó al poder?
Su primera medida que marca el rasgo de la estrategia en materia de derechos fue designar a un “panelista televisivo” al frente del ministerio de justicia.
Como segunda señal, nombro un subsecretario de derechos humanos en una estructura que debió haber sido borrada del organigrama estatal, tal lo publicitara en vivo y delante de una cámara de tv, (“fuera”) todo lo que significara gasto inútil para el estado.
Es dable destacar, que tal secretaría, creada bajo gobiernos marxi-kirshnerista, alberga a cientos de fiscales y querellantes de “justicia legítima”, nacidos del riñón de las organizaciones de ddhh radicalizadas.
EL DERECHO.
Treinta y tres años bajo la misma ley y encuadrado bajo el mismo código de justicia militar. Las leyes y el código fueron borrados de un plumazo por un gobierno que pacto con un “doble/triple” agente de inteligencia, llamado Horacio Verbitsky, al servicio del enemigo, para violar la CN y, lograr así encarcelar a viejos combatientes del terrorismo.
Por si fuese poco, dicho enemigo, procesa, enjuicia, condena y luego controla el encierro con tecnología y personal perteneciente a una empresa del viejo dirigente de la cúpula de la organización terrorista Montoneros, Mario Montoto. Mientras, el gobierno, aún parece no advertir tal situación. No sólo ello, si no que durante este corto período ha redoblado la apuesta. A través, de la ahora “su” estructura de DDHH, ha iniciado una impresionante cantidad de nuevos juicios, sobresaliendo el de la causa Tucumán. En este, el ministerio fiscal, apoyado por el estado como querellante, “sale a pescar” en una pecera, ya que el mismo estado que ordenó la lucha, hoy entrega los legajos de los ahora , viejos combatientes.
Estos hombres, serán juzgados por tribunales especiales, integrados por jueces “no naturales”, en su gran mayoría bajo la figura de “subrogantes”, y que cobran jugosos viáticos pagados con “la nuestra”.
No conforme aún, se continúa dilapidando dinero del erario público, no sólo, en juicios locales, si no que, ahora, también, fuera de las fronteras, con la participación de testigos, organizaciones querellantes extranjeras de ddhh, gravosos abogados italianos y el Partido Democrático Italiano, lo cual muestra que estos pseudos juicios responden a un patrón político/ideológico.
Lo apoteótico, es que también se empeña como querellante al embajador en Italia en representación del estado argentino, por llevarse a cabo el juicio en Roma. En poco tiempo más, el gobierno habrá gastado o, mal gastado, sus primeros cien días de gestión. Existe un axioma que expresa: “lo que no se hace en los primeros cien días, después no se hace”. De confirmarse lo dicho, dejará sellada la suerte y el destino de casi tres mil combatientes a quienes se le ha violado el Art. 18 de la CN entre otras aberraciones jurídicas. Es digno de destacar que, de ellos, casi novecientos han muerto en cárceles o en condición de cautivos en sus domicilios, sin condenas o con condenas no firmes.
CONCLUSIÓN.
El terrorismo que sometió a la Argentina a una traicionera guerra, mató y torturó sin códigos, y cuando fueron capturados pidieron “justicia y derechos”, con el tiempo se encargaron de manipular la historia e instauraron el lema de “terrorismo de estado”.
Políticos y organismos internacionales, infiltrados por “gramscianos”, se encargaron de venderle está falacia a una sociedad cautiva de un entramado administrativo corrupto que no reparó en la trampa.
Pasado el peligro, se apoltronaron en bancas del Congreso y, sin recordar que bajo ese mismo techo se había alentado al poder ejecutivo de entonces, ordenar a las FFAA “aniquilar al enemigo” decidieron “crear” leyes que permitieran condenar a veteranos combatientes.
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Por Juan Giovarruscio.
Como soldado aún, mal que le pese al enemigo, tengo el deber y la obligación de resistir ante la tozuda realidad que me ataca con armas ilegales e ilegítimas.
Realidad inventada por el otrora enemigo terrorista armado y violento que atacó a la sociedad durante el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón. Realidad que, el actual gobierno, nacido bajo la consigna o máscara, de liberal o libertario y llegó al poder con el objetivo de derribar los muros de la injusticia.
Hoy, a más de sesenta días de gestión, sobresale el fortalecimiento de las políticas de falsos derechos humanos.
¿Es que, el actual gobierno “anarcocapitalista”, esgrimiendo la espada de Alejandro Magno y batiendo el parche de cortar toda atadura con aquel pasado “anarcomarxista”, rindió sus armas al pie del enemigo, ni bien llegó al poder?
Su primera medida que marca el rasgo de la estrategia en materia de derechos fue designar a un “panelista televisivo” al frente del ministerio de justicia.
Como segunda señal, nombro un subsecretario de derechos humanos en una estructura que debió haber sido borrada del organigrama estatal, tal lo publicitara en vivo y delante de una cámara de tv, (“fuera”) todo lo que significara gasto inútil para el estado.
Es dable destacar, que tal secretaría, creada bajo gobiernos marxi-kirshnerista, alberga a cientos de fiscales y querellantes de “justicia legítima”, nacidos del riñón de las organizaciones de ddhh radicalizadas.
EL DERECHO.
Treinta y tres años bajo la misma ley y encuadrado bajo el mismo código de justicia militar. Las leyes y el código fueron borrados de un plumazo por un gobierno que pacto con un “doble/triple” agente de inteligencia, llamado Horacio Verbitsky, al servicio del enemigo, para violar la CN y, lograr así encarcelar a viejos combatientes del terrorismo.
Por si fuese poco, dicho enemigo, procesa, enjuicia, condena y luego controla el encierro con tecnología y personal perteneciente a una empresa del viejo dirigente de la cúpula de la organización terrorista Montoneros, Mario Montoto. Mientras, el gobierno, aún parece no advertir tal situación. No sólo ello, si no que durante este corto período ha redoblado la apuesta. A través, de la ahora “su” estructura de DDHH, ha iniciado una impresionante cantidad de nuevos juicios, sobresaliendo el de la causa Tucumán. En este, el ministerio fiscal, apoyado por el estado como querellante, “sale a pescar” en una pecera, ya que el mismo estado que ordenó la lucha, hoy entrega los legajos de los ahora , viejos combatientes.
Estos hombres, serán juzgados por tribunales especiales, integrados por jueces “no naturales”, en su gran mayoría bajo la figura de “subrogantes”, y que cobran jugosos viáticos pagados con “la nuestra”.
No conforme aún, se continúa dilapidando dinero del erario público, no sólo, en juicios locales, si no que, ahora, también, fuera de las fronteras, con la participación de testigos, organizaciones querellantes extranjeras de ddhh, gravosos abogados italianos y el Partido Democrático Italiano, lo cual muestra que estos pseudos juicios responden a un patrón político/ideológico.
Lo apoteótico, es que también se empeña como querellante al embajador en Italia en representación del estado argentino, por llevarse a cabo el juicio en Roma. En poco tiempo más, el gobierno habrá gastado o, mal gastado, sus primeros cien días de gestión. Existe un axioma que expresa: “lo que no se hace en los primeros cien días, después no se hace”. De confirmarse lo dicho, dejará sellada la suerte y el destino de casi tres mil combatientes a quienes se le ha violado el Art. 18 de la CN entre otras aberraciones jurídicas. Es digno de destacar que, de ellos, casi novecientos han muerto en cárceles o en condición de cautivos en sus domicilios, sin condenas o con condenas no firmes.
CONCLUSIÓN.
El terrorismo que sometió a la Argentina a una traicionera guerra, mató y torturó sin códigos, y cuando fueron capturados pidieron “justicia y derechos”, con el tiempo se encargaron de manipular la historia e instauraron el lema de “terrorismo de estado”.
Políticos y organismos internacionales, infiltrados por “gramscianos”, se encargaron de venderle está falacia a una sociedad cautiva de un entramado administrativo corrupto que no reparó en la trampa.
Pasado el peligro, se apoltronaron en bancas del Congreso y, sin recordar que bajo ese mismo techo se había alentado al poder ejecutivo de entonces, ordenar a las FFAA “aniquilar al enemigo” decidieron “crear” leyes que permitieran condenar a veteranos combatientes.
Por lo aquí expresado, cabe la pregunta:
¿A QUIEN LE IMPORTA EL DEBER Y EL DERECHO?
Juan Armando Giovarruscio
Suboficial Mayor (R) del Ejército Argentino
Preso político
Tags: Horacio Verbitsky, Juan Perón, Mario MontotoRelated Posts
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