Esta semana el novel Presidente de la Nación tuvo su propio “Mileipalooza”. No solo cantó una canción de rock, con un diputado nacional tocando la batería, sino que después mutó a un académico discurso de economía, el cual el 80% de sus asistentes no entendieron, aunque lo vitorearon a rabiar. Todo una “misa liberal”, emulando a la rockera “misa ricotera”; en medio de una creciente recesión y un dólar nuevamente en alza.
Este espíritu “rockstar” que afecta a los políticos argentinos, no es nuevo. Ya en el 2013 la entonces Presidente de la Nación bailo al compás de la cumbia del kirchenrista grupo “El Choque Urbano”, que entonaba canciones reivindicando “salir de caño y matar ratis”, mientras en algunas provincias se producían saqueos por la grave crisis económica que ya se vivía; especialmente en la provincia de Tucumán donde se reprimía violentamente a los manifestantes y los saqueos ya eran en casas particulares.
Lo mismo sucedió en el 2015, cuando el entonces recién asumido Presidente de la Nación que combatiría el “curro de los derechos” y nunca lo hizo, bailaba en los balcones de la Casa Rosada al son de la cumbia, como el tío pasado en copas de un casamiento.
Tuvimos una Vicepresidenta de la Nación que tocaba la guitarra eléctrica y cantaba canciones de rock, luego un Presidente que nos torturaba todas las mañanas con su guitarrita y ahora un diputado nacional que toca “la bata”, no la batería, porque es más “cool”.
¿Esto está bien y lo otro están mal? No, creemos que todo está mal. Nuestra querida Argentina hace años que no está para festejos y nuestra clase política debería mostrar empatía con este sufrido pueblo, dejando de lado su propio “Monte Olimpo” para bajar a la realidad de cada argentino, que la sigue pasando mal, gracias a los desaciertos de todos y cada uno de ellos.
Volviendo al “Mileipalooza”, el primer mandatario se cansó de auto elogiarse como el líder mundial en su lucha contra el “maldito socialismo”. No ahorró descalificaciones a los que tildó de “rojitos”, a los que cuando era candidato los llamaba “zurdos de mierda” y profetizó que “los domaría”. Todo un show montando en el Luna Park fue para ensalzar su épica batalla cultural contra la izquierda.
Ahora, lo que “el león” no dice, es que esta gran cruzada libertaria que libra en el campo ideológico es posible, gracias a que hace cuarenta años atrás las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales conjuraron la delirante aventura revolucionaria de la izquierda que quiso tomar el poder por las armas, para convertir a la Argentina en Cuba o Vietnam del Norte. Por ese entonces la batalla no fue cultural, fue armada y nuestros uniformados “no le esquivaron al bulto”, las enfrentaron y las vencieron; para que hoy el actual Presidente de la Nación despliegue su histrionismo desde un escenario.
Calla “el anarco-capitalista” que ese “maldito socialismo” intentó ser impuesto por las armas por esa izquierda que mutó en organizaciones terroristas para implantar la “patria socialista”, lo cual no fue posible porque nuestros soldados y policías las enfrentaron con coraje y decisión, logrando que hoy la batalla sea cultural y no armada. Que hoy sea Argentina y no Cuba. Que hoy sea Presidente de la Nación y no uno de los más de 1.000 presos políticos que existen en Cuba, por el solo hecho de oponerse al régimen castrista.
El kirchnerismo sesgó la historia a partir del año 2003 y los libertarios lo hacen desde diciembre del 2023, ocultando ambos deliberadamente el pasado reciente, con el agravante que los libertarios consienten la tergiversación de la historia que plantó el kirchnerato, al no controvertirla ni cuestionarla.
Estas amputadas guapezas y bravuconadas del Primer Mandatario, que son solo eso palabras y no acciones, son “garpadas” (1) por quienes enfrentaron a las organizaciones terroristas siguen languideciendo en un penal o en sus casas, producto de arbitrarios y satíricos juicios, antes por la morbosa obsesión de venganza del anterior gobierno de verlos “podrirse en una cárcel” y ahora por el cómplice silencio del nuevo gobierno.
Como no indignarse ante ello, cuando en el penal de Campo de Mayo un detenido -hace tan solo unos días- pierde momentáneamente el conocimiento y cae al suelo estampando su rodilla contra el mismo y los médicos que lo atendieron, le sugirieron que se ponga un “ladrillo caliente” en su rodilla (SIC) para calmar el dolor, sin darle un mísero calmante para mitigar el dolor ni ordenar estudio médico alguno para averiguar el motivo de la caída; sin que a la titular del Servicio Penitenciario Federal se sonroje tan siquiera.
Como no indignarse, cuando algunos jueces todavía siguen insistiendo en reabrir la absurda “causa Malvinas”, blandiendo una ideología progresista, cuando en realidad son certeros abanderados de la desmalvinziación al servicio del reino inglés; sin que nadie se inmute.
Como no indignarse cuando no hay plata para refaccionar en tiempo nuestra querida fragata Libertad, pero si la hay para mantener a las querellas de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en los denominados juicios “de lesa” y su ejército de médicos, psicólogos, psiquiatras, historiadores y decenas de empleados, para dictaminar que “los viejos están barbaros” y pueden estar en juicio y en una cárcel.
Como no indignase cuando hay solo silencio de parte de las autoridades gubernamentales, ante el bochorno judicial de los denominados juicios de lesa y sobre todo ante la historia, LA VERDADERA HISTORIA.
Emulando al célebre árbitro de futbol Pancho Lamolina por su tristemente célebre “siga siga”, el nuevo gobierno enarbola la bandera de la independencia del Poder Judicial de la Nación, el cual se encuentra cooptado por jueces militantes, agazapados ahora pero que no tardarán en enfrentarlo abiertamente cuando lo crean oportuno. Algo ya huelen en el gobierno, sino no se entiende la postulación del jefe de la casta judicial al Máximo Tribunal. La ingenuidad y soberbia de los libertarios les impide ver que la Judicatura hace ya un tiempo, es una víbora de dos cabezas, le agarras una, pero te muerde con la otra.
Por ahora más de lo mismo y como se suele decir en la jerga castrense “sin novedad Señor” y parece que así seguirá en el mundo lesa.
○
Por Dr. Gonzalo Miño.
Esta semana el novel Presidente de la Nación tuvo su propio “Mileipalooza”. No solo cantó una canción de rock, con un diputado nacional tocando la batería, sino que después mutó a un académico discurso de economía, el cual el 80% de sus asistentes no entendieron, aunque lo vitorearon a rabiar. Todo una “misa liberal”, emulando a la rockera “misa ricotera”; en medio de una creciente recesión y un dólar nuevamente en alza.
Este espíritu “rockstar” que afecta a los políticos argentinos, no es nuevo. Ya en el 2013 la entonces Presidente de la Nación bailo al compás de la cumbia del kirchenrista grupo “El Choque Urbano”, que entonaba canciones reivindicando “salir de caño y matar ratis”, mientras en algunas provincias se producían saqueos por la grave crisis económica que ya se vivía; especialmente en la provincia de Tucumán donde se reprimía violentamente a los manifestantes y los saqueos ya eran en casas particulares.
Lo mismo sucedió en el 2015, cuando el entonces recién asumido Presidente de la Nación que combatiría el “curro de los derechos” y nunca lo hizo, bailaba en los balcones de la Casa Rosada al son de la cumbia, como el tío pasado en copas de un casamiento.
Tuvimos una Vicepresidenta de la Nación que tocaba la guitarra eléctrica y cantaba canciones de rock, luego un Presidente que nos torturaba todas las mañanas con su guitarrita y ahora un diputado nacional que toca “la bata”, no la batería, porque es más “cool”.
¿Esto está bien y lo otro están mal? No, creemos que todo está mal. Nuestra querida Argentina hace años que no está para festejos y nuestra clase política debería mostrar empatía con este sufrido pueblo, dejando de lado su propio “Monte Olimpo” para bajar a la realidad de cada argentino, que la sigue pasando mal, gracias a los desaciertos de todos y cada uno de ellos.
Volviendo al “Mileipalooza”, el primer mandatario se cansó de auto elogiarse como el líder mundial en su lucha contra el “maldito socialismo”. No ahorró descalificaciones a los que tildó de “rojitos”, a los que cuando era candidato los llamaba “zurdos de mierda” y profetizó que “los domaría”. Todo un show montando en el Luna Park fue para ensalzar su épica batalla cultural contra la izquierda.
Ahora, lo que “el león” no dice, es que esta gran cruzada libertaria que libra en el campo ideológico es posible, gracias a que hace cuarenta años atrás las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales conjuraron la delirante aventura revolucionaria de la izquierda que quiso tomar el poder por las armas, para convertir a la Argentina en Cuba o Vietnam del Norte. Por ese entonces la batalla no fue cultural, fue armada y nuestros uniformados “no le esquivaron al bulto”, las enfrentaron y las vencieron; para que hoy el actual Presidente de la Nación despliegue su histrionismo desde un escenario.
Calla “el anarco-capitalista” que ese “maldito socialismo” intentó ser impuesto por las armas por esa izquierda que mutó en organizaciones terroristas para implantar la “patria socialista”, lo cual no fue posible porque nuestros soldados y policías las enfrentaron con coraje y decisión, logrando que hoy la batalla sea cultural y no armada. Que hoy sea Argentina y no Cuba. Que hoy sea Presidente de la Nación y no uno de los más de 1.000 presos políticos que existen en Cuba, por el solo hecho de oponerse al régimen castrista.
El kirchnerismo sesgó la historia a partir del año 2003 y los libertarios lo hacen desde diciembre del 2023, ocultando ambos deliberadamente el pasado reciente, con el agravante que los libertarios consienten la tergiversación de la historia que plantó el kirchnerato, al no controvertirla ni cuestionarla.
Estas amputadas guapezas y bravuconadas del Primer Mandatario, que son solo eso palabras y no acciones, son “garpadas” (1) por quienes enfrentaron a las organizaciones terroristas siguen languideciendo en un penal o en sus casas, producto de arbitrarios y satíricos juicios, antes por la morbosa obsesión de venganza del anterior gobierno de verlos “podrirse en una cárcel” y ahora por el cómplice silencio del nuevo gobierno.
Como no indignarse ante ello, cuando en el penal de Campo de Mayo un detenido -hace tan solo unos días- pierde momentáneamente el conocimiento y cae al suelo estampando su rodilla contra el mismo y los médicos que lo atendieron, le sugirieron que se ponga un “ladrillo caliente” en su rodilla (SIC) para calmar el dolor, sin darle un mísero calmante para mitigar el dolor ni ordenar estudio médico alguno para averiguar el motivo de la caída; sin que a la titular del Servicio Penitenciario Federal se sonroje tan siquiera.
Como no indignarse, cuando algunos jueces todavía siguen insistiendo en reabrir la absurda “causa Malvinas”, blandiendo una ideología progresista, cuando en realidad son certeros abanderados de la desmalvinziación al servicio del reino inglés; sin que nadie se inmute.
Como no indignarse cuando no hay plata para refaccionar en tiempo nuestra querida fragata Libertad, pero si la hay para mantener a las querellas de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en los denominados juicios “de lesa” y su ejército de médicos, psicólogos, psiquiatras, historiadores y decenas de empleados, para dictaminar que “los viejos están barbaros” y pueden estar en juicio y en una cárcel.
Como no indignase cuando hay solo silencio de parte de las autoridades gubernamentales, ante el bochorno judicial de los denominados juicios de lesa y sobre todo ante la historia, LA VERDADERA HISTORIA.
Emulando al célebre árbitro de futbol Pancho Lamolina por su tristemente célebre “siga siga”, el nuevo gobierno enarbola la bandera de la independencia del Poder Judicial de la Nación, el cual se encuentra cooptado por jueces militantes, agazapados ahora pero que no tardarán en enfrentarlo abiertamente cuando lo crean oportuno. Algo ya huelen en el gobierno, sino no se entiende la postulación del jefe de la casta judicial al Máximo Tribunal. La ingenuidad y soberbia de los libertarios les impide ver que la Judicatura hace ya un tiempo, es una víbora de dos cabezas, le agarras una, pero te muerde con la otra.
Por ahora más de lo mismo y como se suele decir en la jerga castrense “sin novedad Señor” y parece que así seguirá en el mundo lesa.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 26, 2024
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