Hay algo que ni el mismísimo Papa puede explicar: ¿Cómo es posible que los funcionarios de un gobierno que lo basureó, lo ignoró y lo nombró su “enemigo¨”, los mismos que cuando Francisco fue ungido en el trono de Pedro, no ocultaron su bronca volcada en una reunión de La Cámpora, sean ahora sus protegidos?
No hay explicación posible. Los K fueron los mismos que durante los largos años de mandato anularon el centenario y patriótico Tedeúm en la Catedral para trasladarlo a los pagos de su cómplice, el gobernador Alperovich, quien ni siquiera profesa la fe católica.
Tampoco hay explicación al hecho de que en 24 horas, al fiel estilo victorhugomoralesco, se transformó en un Papa que cambia su pensamiento y obra y pasa a bendecir a todos los corruptos que lo basurearon e ignorar a quienes pensaran diferente.
Son inexplicables testimonios las expresiones de su rostro al recibir a Macri y a Cristina, Moreno, Milagro Sala etc. etc. , el desprecio o la alegría son pruebas contundentes en cada caso.
Y no podemos olvidar su negativa a saludar al Presidente Electo o al pueblo argentino luego del último acto eleccionario. La infantil excusa de que el “protocolo del Vaticano no lo contempla” resulta abstracta, tanto por ser un Papa que se jacta de romper el protocolo como por haber felicitado al Presidente electo de Italia.
¿Eso no es abrir la grieta?
Respeto a quienes basados en la fe defienden al Santo Padre, pero las pruebas son contundentes, nadie hizo más que los k por dividir a los argentinos y nadie hizo tanto silencio como Francisco.
Y si ahora emite un tibio reclamo hacia el sangriento tirano de Maduro es porque las voces del mundo criticaron su falta de reacción, aislándolo en su inexplicable silencio.
El mismo silencio que hace ante las aberraciones de nuestra justicia federal hacia los presos políticos. Ni una palabra, ni un gesto de piedad o misericordia hacia ancianos abandonados privados de sus elementales derechos humanos y contención familiar, sin atención médica…. su silencio duele.
Escribe Juan Manuel Otero.
Hay algo que ni el mismísimo Papa puede explicar: ¿Cómo es posible que los funcionarios de un gobierno que lo basureó, lo ignoró y lo nombró su “enemigo¨”, los mismos que cuando Francisco fue ungido en el trono de Pedro, no ocultaron su bronca volcada en una reunión de La Cámpora, sean ahora sus protegidos?
No hay explicación posible. Los K fueron los mismos que durante los largos años de mandato anularon el centenario y patriótico Tedeúm en la Catedral para trasladarlo a los pagos de su cómplice, el gobernador Alperovich, quien ni siquiera profesa la fe católica.
Tampoco hay explicación al hecho de que en 24 horas, al fiel estilo victorhugomoralesco, se transformó en un Papa que cambia su pensamiento y obra y pasa a bendecir a todos los corruptos que lo basurearon e ignorar a quienes pensaran diferente.
Son inexplicables testimonios las expresiones de su rostro al recibir a Macri y a Cristina, Moreno, Milagro Sala etc. etc. , el desprecio o la alegría son pruebas contundentes en cada caso.
Y no podemos olvidar su negativa a saludar al Presidente Electo o al pueblo argentino luego del último acto eleccionario. La infantil excusa de que el “protocolo del Vaticano no lo contempla” resulta abstracta, tanto por ser un Papa que se jacta de romper el protocolo como por haber felicitado al Presidente electo de Italia.
¿Eso no es abrir la grieta?
Respeto a quienes basados en la fe defienden al Santo Padre, pero las pruebas son contundentes, nadie hizo más que los k por dividir a los argentinos y nadie hizo tanto silencio como Francisco.
Y si ahora emite un tibio reclamo hacia el sangriento tirano de Maduro es porque las voces del mundo criticaron su falta de reacción, aislándolo en su inexplicable silencio.
El mismo silencio que hace ante las aberraciones de nuestra justicia federal hacia los presos políticos. Ni una palabra, ni un gesto de piedad o misericordia hacia ancianos abandonados privados de sus elementales derechos humanos y contención familiar, sin atención médica…. su silencio duele.
Y ahora le ruega a Maduro.
Demasiado tarde Francisco, demasiado….
Juan Manuel Otero
juanm.otero@usal.edu.ar
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 6, 2017
Tags: Guillermo Moreno, Juan Manuel Otero, Mauricio Macri, Milagro Sala, Papa FranciscoRelated Posts
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