Al ser policía, junto con muchos otros fuimos observadores diría, “de privilegio”, de hechos que desgraciadamente no pocas veces, terminaban en muertes trágicas. Siempre había una misteriosa secuencia en el recorrido, previo al hecho, de víctimas y victimarios que hacía que ambos colisionaran en el lugar exacto, el día exacto y en el instante exacto. Hasta llegué a imaginar si cada una de las partes de mucho tiempo antes, inclusive de su nacimiento, no eran llevados de la mano, por un misterioso ser, para que se produjera la tragedia en el momento indicado. Antes se habían sucedido una secuencia de hechos pequeños que determinaban quien vivía y quien moría.
Hernán Ferrucchi, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij, Iván Brajkovic, Juan Pablo Trevisan, Hernán Mendoza, Diego Angelini y Ariel Benvenuto, los argentinos que viajaron
Eso mismo siento hoy sobre el atentado de New York en donde un encadenamiento de acontecimientos llevó a que de ocho fallecidos, cinco fueran argentinos, amigos de siempre, unidos en un momento de felicidad y celebración, que se convirtió en tragedia. Para los sobrevivientes, de acá en más la vida será diferente, muy diferente. Tanto como lo es hoy para quienes usamos uniforme, en los 70, hayamos combatido o no al terrorismo o para quienes en esos años de plomo, perdieron a sus seres queridos. Ambas partes no existimos, somos nada más y nada menos que DESAPARECIDOS. Nos hizo desaparecer una sociedad en mayoría hipócrita, que a su vez es víctima de su misma forma de ser.
Lo que me causa hoy horror es escuchar decir al presidente de ustedes y digo ustedes, porque no es el mío, refiriéndose al atentado: “Pero esto también nos marca que no hay lugar para zonas grises en el mundo de hoy. Todos tenemos que estar comprometidos, de pies a cabeza, en la lucha contra el terrorismo”. ¡No lo puedo creer!
Nuevamente comenzó una misteriosa secuencia que llevará a que no todos se comprometan de pies a cabeza y que nuevamente se conforme un grupo de “elegidos” para ser los genocidas del futuro. Entonces, como hoy, en las cárceles no habrá políticos, empresarios, ni terroristas solo estarán ellos, los desaparecidos. Debo confesar que cuando ocurren estas muertes trágicas, producto del accionar terrorista, no pocas veces en mi mente surge un – ¡QUE SE JODAN! – de inmediato reacciono y me retracto. Yo no puedo ser tan perverso como aquellos que hoy nos están exterminando sistemáticamente, mientras respetan y revindican a los terroristas del pasado, diferenciándolos de los del presente.
Claudio Kussman
Claudio@PrisioneroEnArgentina.com
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 01, 2017
SIN DISTINCIÓN DE ÉPOCAS, EN MEMORIA DE LAS SIEMPRE INOCENTES VÍCTIMAS, DEL TERRORISMO DE AYER Y DE HOY.
“Si los hombres son tan perversos teniendo religión, ¿cómo serían sin ella?”
LOS DESAPARECIDOS.
Al ser policía, junto con muchos otros fuimos observadores diría, “de privilegio”, de hechos que desgraciadamente no pocas veces, terminaban en muertes trágicas. Siempre había una misteriosa secuencia en el recorrido, previo al hecho, de víctimas y victimarios que hacía que ambos colisionaran en el lugar exacto, el día exacto y en el instante exacto. Hasta llegué a imaginar si cada una de las partes de mucho tiempo antes, inclusive de su nacimiento, no eran llevados de la mano, por un misterioso ser, para que se produjera la tragedia en el momento indicado. Antes se habían sucedido una secuencia de hechos pequeños que determinaban quien vivía y quien moría.
Hernán Ferrucchi, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij, Iván Brajkovic, Juan Pablo Trevisan, Hernán Mendoza, Diego Angelini y Ariel Benvenuto, los argentinos que viajaron
Eso mismo siento hoy sobre el atentado de New York en donde un encadenamiento de acontecimientos llevó a que de ocho fallecidos, cinco fueran argentinos, amigos de siempre, unidos en un momento de felicidad y celebración, que se convirtió en tragedia. Para los sobrevivientes, de acá en más la vida será diferente, muy diferente. Tanto como lo es hoy para quienes usamos uniforme, en los 70, hayamos combatido o no al terrorismo o para quienes en esos años de plomo, perdieron a sus seres queridos. Ambas partes no existimos, somos nada más y nada menos que DESAPARECIDOS. Nos hizo desaparecer una sociedad en mayoría hipócrita, que a su vez es víctima de su misma forma de ser.
[ezcol_1half][/ezcol_1half] [ezcol_1half_end][/ezcol_1half_end]LOS PERVERSOS.
Lo que me causa hoy horror es escuchar decir al presidente de ustedes y digo ustedes, porque no es el mío, refiriéndose al atentado: “Pero esto también nos marca que no hay lugar para zonas grises en el mundo de hoy. Todos tenemos que estar comprometidos, de pies a cabeza, en la lucha contra el terrorismo”. ¡No lo puedo creer!
Nuevamente comenzó una misteriosa secuencia que llevará a que no todos se comprometan de pies a cabeza y que nuevamente se conforme un grupo de “elegidos” para ser los genocidas del futuro. Entonces, como hoy, en las cárceles no habrá políticos, empresarios, ni terroristas solo estarán ellos, los desaparecidos. Debo confesar que cuando ocurren estas muertes trágicas, producto del accionar terrorista, no pocas veces en mi mente surge un – ¡QUE SE JODAN! – de inmediato reacciono y me retracto. Yo no puedo ser tan perverso como aquellos que hoy nos están exterminando sistemáticamente, mientras respetan y revindican a los terroristas del pasado, diferenciándolos de los del presente.
Claudio Kussman
Claudio@PrisioneroEnArgentina.com
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 01, 2017
SIN DISTINCIÓN DE ÉPOCAS, EN MEMORIA DE LAS SIEMPRE INOCENTES VÍCTIMAS, DEL TERRORISMO DE AYER Y DE HOY.
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