ETCHECOLATZ, PROHIBIDO Parte III

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ESCRIBEN SONIA STEWART MARTÍNEZ Y CLAUDIO KUSSMAN

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Sr. Kussman …

no sé qué decirle, de verdad. Su último mensaje es demoledor. Y desolador.

Bueno, sí, sí sé que decirle, o mejor dicho, expresarle. Yo estudié ingeniería de software, no sé nada de psicología y tampoco tengo la experiencia de vd. como detective, tengo 29 años y me he criado tanto en la vida digital como en la real, que hoy están fusionadas.

Se lo comento porque el sentimiento creo que traspasa las pantallas y los muros de texto.

Le comprendo. Créame que le comprendo. A pesar de los encontronazos que hayamos podido tener, solo lamento estar tan lejos para darle un abrazo y un ánimo.

Tengo 29 años, en enero próximo los 30. Y a cada día que me hago más mayor, el escepticismo vital crece y corre paralelo con mi edad.

En otro mensaje escribía mi perplejidad y espanto acerca de cómo personas que se supone civilizadas pudieron cometer actos contrarios a toda ley y moral; en qué clase de mundo vivimos.

La respuesta es que vivimos en un mundo sin remedio.

A pesar de mi vitalismo, ya es más de una vez que pienso que todo da asco.

no puedo decir nada más, salvo expresarle mi sentimiento. Ya seguiremos.

saludo,

ETCHECOLATZ, PROHIBIDO

ETCHECOLATZ, PROHIBIDO – PARTE II

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SONIA

La hacía de mucha más edad al estar tan imbuida en nuestro dramático pasado y dedicarle tanto tiempo al mismo.  Viendo que no es así me hace imaginar que es familiar de alguien que confrontó en los años 60 y 70 del siglo pasado, o sea antes que usted naciera, o ¿acaso pertenece a alguna agrupación que la subvenciona? De no ser así, hago votos para que no se desangre por  esta causa. Ella es el fracaso, entre otros muchos,  de mi generación, que no supo cerrar las heridas producto de la ideología y el odio. ¿Se imagina que sería del mundo si Europa, Japón y otras naciones  no lo hubieran hecho luego de la devastación y horrores  de la Segunda Guerra Mundial? Comparándonos con ese evento lo nuestro apenas fue una escaramuza o quizás menos. Con su edad tiene que centrarse en el presente y en el futuro, para lograr cada día  ser mejor persona. A su generación le dejamos una lamentable herencia de narcotráfico (los genocidas del presente y el futuro), contaminación, cambio climático, etc. que les exigirá un esfuerzo y una lucha monumental, la cual vale la pena porque está destinada a mejorar el futuro de la especie humana. Por supuesto con la ayuda de la tecnología que es la parte positiva de nuestro legado. Nosotros estamos en el ocaso de nuestras vidas y en los próximos 10 años, y aún antes, todos los que hoy estamos imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad habremos muerto. Igual les pasará a los terroristas sobrevivientes que hoy son beneficiados y bien remunerados  “jóvenes idealistas”. Así se irán olvidando estas  controversias y entonces la vida seguirá su curso, con otras disputas nuevas por supuesto. Aproveche el tiempo y toda la energía de su edad para causas positivas. Usted no puede dejarse ganar por el escepticismo y contradiciéndola, le diré que el mundo tiene remedio, o por lo menos vale la pena intentar mejorarlo.

Tan solo usted y otros muchos, tienen que contribuir con el mismo y a su vez hacer su propio mundo, rodeándose de las cosas hermosas y nobles que este tiene. En ellas por supuesto no están ningunos de los acontecimientos en los cuales existan palabras  como guerra, terrorismo-antiterrorismo, etc. El pasado es inmodificable y en consecuencia no vale la pena intentar un imposible como sería cambiarlo. Los muertos, muertos están. Se les podrán levantar monumentos, rememorarlos periódicamente y aún inventarlos, pero eso no cambiará en nada lo ocurrido. En el corto periodo que me queda, con mi familia seguiremos peleando por mi verdad hasta el último aliento,  pero así saliéramos airosos y nos impusiéramos, igual habremos perdido, porque el tiempo ya se fue. Por eso que no le pase a usted lo mismo, no lo pierda en esta causa, más si no está obligada a hacerlo. En la vida todos tenemos recuerdos agradables y también desagradables. De nada vale rememorar estos últimos, una y otra vez, teniendo a nuestro alcance mental los otros, que siempre son constructivos.  Le diré que muchas de estas palabras de aliento  con mi esposa se las inculcamos a nuestra nieta quien tiene una edad similar a la suya. La gran suerte es que nos hizo caso, sinceramente espero que Ud. haga lo mismo.                                                                     

Cordialmente

Claudio Kussman

Comisario Mayor (R)

Policía Pcia. Buenos Aires

claudio@PrisioneroEnArgentina.com

www.PrisioneroEnArgentina.com

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¡Ay de aquel cuyo corazón no ha aprendido mientras era joven a esperar, amar y poner su confianza en la vida!

Joseph Conrad (1857-1924) 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 14, 2021


 

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