Solari, Olavarría, inseguridad, hipocresía y muerte.
Por Claudio Kussman.
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INDIO SOLARI
Hace mucho tiempo y a lo lejos, más precisamente en el año 1992, en Avellaneda que estaba bajo la jurisdicción de la Unidad Regional Quilmes, donde yo me desempeñaba como jefe, un club tuvo la poco feliz idea de organizar un recital de “Los Redonditos de Ricota”. Como es sabido a su frente como cantante se encontraba nada menos que CARLOS ALBERTO SOLARI, artísticamente conocido como el INDIO SOLARI (68 AÑOS). Identificado como ícono de la contracultura en el rock argentino y recientemente también como ferviente kirchnerista, que hace buenos negocios. Sabíamos que cada presentación de él terminaba en desmanes y enfrentamientos en los que no retrocedíamos, en esos años policía todavía conservaba el dominio de la calle. Por ello designamos un par de comisarios para obtener testimonio fotográfico de como terminaban sus presentaciones artísticas. Citamos a la comisión del club, se las exhibimos responsabilizándolos sobre lo que pudiera ocurrir. Veinticuatro horas después había quedado sin efecto la presentación de Los Redonditos, en nuestra jurisdicción.
INTOXICADOS
Recuerdo dos fotos que fueron decisivas. La de unos “chicos” intoxicados y sangrantes rompiendo una vidriera y la de dos “niñas” agachadas orinando en la vereda delante de otros jóvenes, tan drogados como ellas. Días después hubo desmanes en una presentación del conjunto en Capital Federal. La gente del club agradecida con nosotros y los vecinos del lugar quizás nunca se enteraron del riesgo que corrieron sus bienes. Eran otros tiempos y hasta el día de la mujer se celebraba de forma civilizada. Hoy a Policía le quitaron el dominio de la calle, o sea el manejo de la seguridad, y los intendentes son los dueños de todo con el aval de la señora gobernadora EUGENIA VIDAL. Más si como en el caso de Olavarría, EZEQUIEL GALLI, es de CAMBIEMOS.
UN INTENDENTE PARA LA VERGÜENZA AJENA
Escucharlo realmente me da vergüenza ajena. Lo entiendo, el INDIO SOLARI mueve mucho, muchísimo dinero. Pero usted al llevarlo a su territorio, demuestra un grado de irresponsabilidad peligrosa por el puesto que ocupa y el poder sin límite del cual goza. Tal es así que sostiene que estaban preparados para manejar 170.000 asistentes a la “misa” como le dicen a los eventos de SOLARI. Señor intendente usted miente, nadie puede manejar tal cantidad de gente. Sobre todo porque los seguidores de este músico tienen “características especiales”, conforman un fenómeno social que trasciende lo musical y lo son en parte, marginales, desencantados y excluidos. En casi su totalidad hombres, la mayoría de ellos son consumidores de alcohol y drogas. Pero para no ser tachado de discriminador, vamos a ser benignos y digamos que solo los consumen en exceso el diez por ciento de ellos, el resto solo bebe gaseosas, fuma tabaco, aspira perfume y consume pastillas de menta. Reúne así en un espacio limitado no menos de 17.000 intoxicados. Ni hablar si los convocados llegaron a trescientos mil.
CUATRO MILAGROS EN OLAVARRÍA
Dé gracias que en Olavarria hubo cuatro grandes milagros. El primero se produjo al morir nada más que dos o quizás tres personas, podía haber habido un centenar. El segundo fue cuando los visitantes no le incendiaron y saquearon la ciudad. El tercero se dio por otro acto de irresponsabilidad total suya, cuando evacuó la misma llevando ilegalmente nada menos que por la ruta a los fanáticos en la caja de carga de camiones municipales de recolección de basura. Ello sin que se sumaran más muertos. Y el cuarto se dará al continuar en su privilegiado cargo a pesar de todo. Eso sí cuando algún adulto que trabaja todos los días y paga sus impuestos cruce por su territorio y en su auto lleve alguna luz de posición quemada, dele duro al irresponsable. Demuéstrele que estamos CAMBIANDO.
“Todo está cambiando. La gente se toma en serio a los humoristas y a los políticos como una broma”.
Solari, Olavarría, inseguridad, hipocresía y muerte.
Por Claudio Kussman.
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INDIO SOLARI
Hace mucho tiempo y a lo lejos, más precisamente en el año 1992, en Avellaneda que estaba bajo la jurisdicción de la Unidad Regional Quilmes, donde yo me desempeñaba como jefe, un club tuvo la poco feliz idea de organizar un recital de “Los Redonditos de Ricota”. Como es sabido a su frente como cantante se encontraba nada menos que CARLOS ALBERTO SOLARI, artísticamente conocido como el INDIO SOLARI (68 AÑOS). Identificado como ícono de la contracultura en el rock argentino y recientemente también como ferviente kirchnerista, que hace buenos negocios. Sabíamos que cada presentación de él terminaba en desmanes y enfrentamientos en los que no retrocedíamos, en esos años policía todavía conservaba el dominio de la calle. Por ello designamos un par de comisarios para obtener testimonio fotográfico de como terminaban sus presentaciones artísticas. Citamos a la comisión del club, se las exhibimos responsabilizándolos sobre lo que pudiera ocurrir. Veinticuatro horas después había quedado sin efecto la presentación de Los Redonditos, en nuestra jurisdicción.
INTOXICADOS
Recuerdo dos fotos que fueron decisivas. La de unos “chicos” intoxicados y sangrantes rompiendo una vidriera y la de dos “niñas” agachadas orinando en la vereda delante de otros jóvenes, tan drogados como ellas. Días después hubo desmanes en una presentación del conjunto en Capital Federal. La gente del club agradecida con nosotros y los vecinos del lugar quizás nunca se enteraron del riesgo que corrieron sus bienes. Eran otros tiempos y hasta el día de la mujer se celebraba de forma civilizada. Hoy a Policía le quitaron el dominio de la calle, o sea el manejo de la seguridad, y los intendentes son los dueños de todo con el aval de la señora gobernadora EUGENIA VIDAL. Más si como en el caso de Olavarría, EZEQUIEL GALLI, es de CAMBIEMOS.
UN INTENDENTE PARA LA VERGÜENZA AJENA
Escucharlo realmente me da vergüenza ajena. Lo entiendo, el INDIO SOLARI mueve mucho, muchísimo dinero. Pero usted al llevarlo a su territorio, demuestra un grado de irresponsabilidad peligrosa por el puesto que ocupa y el poder sin límite del cual goza. Tal es así que sostiene que estaban preparados para manejar 170.000 asistentes a la “misa” como le dicen a los eventos de SOLARI. Señor intendente usted miente, nadie puede manejar tal cantidad de gente. Sobre todo porque los seguidores de este músico tienen “características especiales”, conforman un fenómeno social que trasciende lo musical y lo son en parte, marginales, desencantados y excluidos. En casi su totalidad hombres, la mayoría de ellos son consumidores de alcohol y drogas. Pero para no ser tachado de discriminador, vamos a ser benignos y digamos que solo los consumen en exceso el diez por ciento de ellos, el resto solo bebe gaseosas, fuma tabaco, aspira perfume y consume pastillas de menta. Reúne así en un espacio limitado no menos de 17.000 intoxicados. Ni hablar si los convocados llegaron a trescientos mil.
CUATRO MILAGROS EN OLAVARRÍA
Dé gracias que en Olavarria hubo cuatro grandes milagros. El primero se produjo al morir nada más que dos o quizás tres personas, podía haber habido un centenar. El segundo fue cuando los visitantes no le incendiaron y saquearon la ciudad. El tercero se dio por otro acto de irresponsabilidad total suya, cuando evacuó la misma llevando ilegalmente nada menos que por la ruta a los fanáticos en la caja de carga de camiones municipales de recolección de basura. Ello sin que se sumaran más muertos. Y el cuarto se dará al continuar en su privilegiado cargo a pesar de todo. Eso sí cuando algún adulto que trabaja todos los días y paga sus impuestos cruce por su territorio y en su auto lleve alguna luz de posición quemada, dele duro al irresponsable. Demuéstrele que estamos CAMBIANDO.
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Claudio Kussman
claudio@PrisioneroEnArgentina.com
www.PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 12, 2017
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