La parte en verdad importante en los comicios

Los votantes
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  Por Dra. Josefina Margaroli.

   Por Dr. Sergio Maculán.

            Hemos participado, hace muy poco, de una confrontación electoral de medio término y que designaba nuevos representantes en el poder legislativo. Debimos, previamente, soportar y para colmo dos veces (para las PASO y las definitivas), campañas políticas donde candidatos de partidos y coaliciones políticas (algunas, como el oficialismo seriamente colisionadas) expresaron pocas propuestas, muchas consignas, agravios y promesas. Pero en una elección, además existe el otro lado, el de los que votamos, los electores, la gente que se expresa emitiendo el voto.

            Tal vez porque sea políticamente incorrecto, poco se habla de los «votantes», y poco y nada de las razones que los llevan a emitir el sufragio. Hablar de razones es hablar del imperativo del “Quiero, dame, ya”. Deseo propio, que otro satisfaga, y de modo inmediato.

         Al respecto, recordamos lo expresado por el pensador italiano Umberto ECO, del cual no puede decirse que pertenece a alguna de las derechas o que es representante del neo liberalismo, referido a un partido italiano, “Polo de la Libertad” que agrupa a las fuerzas de centro y de derechas, inspirado en el político italiano Silvio Berlusconi:

            A fin de aclarar por qué nuestra anomalía no alarma a la mayoría de los italianos, hay que examinar, ante todo, cual es el electorado potencial del Polo, que se divide en dos clases: La primera la constituye el electorado motivado, que está formado por aquellos que se adhieren al Polo por convicción real. … que cree conveniente defender los intereses concretos de su área geográfica pensando que puede vivir y prosperar blindada y separada del resto del mundo; … la de quienes han tenido contenciosos con la justicia y ven en el Polo una alianza que pondrá freno a la independencia de los fiscales… [ECO, Umberto: A paso de cangrejo. Editorial Debate. 2006. Por quién doblan las campanas]. {pág. 136}.

            La segunda clase, a la que llamaremos electorado fascinado, sin duda la más numerosa, está constituida por quienes no tienen una opinión política definida, pero han basado su sistema de valores en la educación subrepticia impartida durante decenios por las televisiones, y no solo la de Berlusconi. {op cit. pág. 137}.

            […] A este electorado no se le puede ir a gritar que Berlusconi amordazaría a los magistrados, porque la idea de la justicia va asociada a la amenaza de intrusión en asuntos privados. {op cit. pág. 138}.

Ayn Rand
Andrzej M. Lobaczewski

           […] Este electorado es insensible, por tanto, a cualquier acusación y no le preocupa en absoluto que se instaure un régimen totalitario de hecho… {op cit. pág. 138}.

            Resulta evidente que, en lo referente a electores, lo escrito bien puede aplicarse a los votantes nacionales, sobre todo los de la actual coalición oficialista, que agrupa a fuerzas auto percibidas como progresistas.

            Algo que el autor italiano no refiere, es al o a los grupos que son incentivados a votar. Incentivo es un estímulo para hacer algo, mientras que los motivados, a los que él refiere, son los que tienen razón o causa para actuar. Es notorio que, desde el gobierno, sea nacional, provincial y municipal, se implementó una importante campaña de regalos, dádivas, promesas de difícil cumplimiento (dada nuestra precaria situación económica), entre las cuales alguna recibió y hasta fue bautizada con el nombre “platita”. Es imposible saber cuántos votantes del oficialismo fueron “convencidos” o “seducidos”, por las dádivas o promesas de ellas; lo cierto es que se ejerció un importante desembolso de dinero, sin explicación de origen, y que, seguramente, la coalición gobernante integrado fundamentalmente por un partido que (en sus diversas mutaciones) tiene experiencia en el manejo de masas, y sobre todo de una práctica descarada de populismo, disfrazado desde la políticamente correcta designación de «progresismo».

            Es imposible negar la grave situación económica y social que atraviesan grandes sectores de nuestros conciudadanos, independientemente de las compartidas responsabilidades que décadas de desgobiernos hemos sufrido, siempre la culpa es de los anteriores, aunque muchos de los actuales gobernantes llevan décadas haciéndolo. Numerosos compatriotas llevan generaciones de frustraciones, políticas populistas, promesas de felicidades imposibles, educación deficiente, aun antes de los cierres por la pandemia, y en muchos casos más que educación es adoctrinamiento, dependencia de punteros, planes, ayudas y otras acciones que claramente condicionan la voluntad, como los de la primera clase que designa el autor italiano, o por dependencia de un estado de necesidad.      PrisioneroEnArgentina.com

En las campañas políticas son de uso común algunas frases, como la de Joseph Goebbels, Ministro para la Ilustración Pública y la Propaganda durante el III Reich: Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá. Algo que, desde algunos sectores de la política, se repite como un mantra.

            La cual se complementa (también del mismo autor) con: Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores y hacer que nuestros simpatizantes se lo repitan en todo momento. Evidencia del que “pero Macri”, “…el FMI…”, ya registra antecedentes discursivos. Pensando este tipo (o casta) de políticos, siempre siguiendo a Goebbels que: La propaganda funciona mejor cuando los que están siendo manipulados son seguros de que están actuando por su propia voluntad.

Machado
Goebbels

            Un mínimo de aplicación de pensamiento crítico, puede demostrar que los autodenominados progresistas son retrógrados, lo que obviamente encierra una contradicción. Perón los llamó «retardatarios».

            Los votantes seducidos, necesitados, convencidos por adoctrinamiento, forman parte de los «sistemas políticos ponerológicos», según lo plantea Andrzej M. Lobaczewski, en “La Ponerología política”: la ciencia de la naturaleza del mal adaptada a propósitos políticos que generan totalitarismos. Mal, que se origina en personalidades patológicas, egocéntricas, con sentimiento exagerado de la propia importancia, que recurren a la fascinación, para satisfacer sus ansias de poder, arrastrando en ello a multitudes ansiosas por obtener beneficios que consideran les fueron arrebatados. No interesan las razones, intervienen los sentimientos. El Quiero. Es causativa y catalíticamente crucial en la génesis y supervivencia de la maldad social a gran escala. [LOBACZEWSKI, Andrzej M., “La Ponerología política” Les editions pilule rouge. Francia, 2013.]       PrisioneroEnArgentina.com

            Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Y no es prudente ir camuflado eternamente…, escribió el poeta Antonio Machado. Por su parte Ayn Rand subrayó Puedes ignorar la realidad, pero no puedes ignorar las consecuencias de ignorar la realidad.

Reiteramos, poco se dice de las circunstancias de los votantes, pero es cierto que la realidad, nos sigue llevando por el camino del populismo, y a quedar cada vez más afuera del desarrollo que las circunstancias territoriales y la capacidad de muchos connacionales deberíamos tener; lo que no puede ser de otra manera ya que mientras no se cambie la consigna de la marcha peronista de «combatir al capital», sea entendido capital como bien principal, como caudal o como patrimonio, difícilmente este salga del coma en el que el mismo se encuentra y termine definitivamente en la morgue.

Buenos Aires, 26/NOV/2021

 

 

 

Dra. Josefina Margaroli

CPACF.: T°. 68/F°. 357

 

 

 

 

 

Dr. Sergio Luis Maculan

CPACF.: T°. 70/F°. 499

 


PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 26, 2021


 

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