La Responsabilidad de Fontevecchia en las Noticias Falsas

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Por Fabian Kussman.

 

 

“Me hice periodista porque no quise confiar en los periódicos, en busca de información”

Christopher Hitchens

 

 

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-Cuando trato de hablar sobre usted. Aquí en Teherán, la gente se cierra en un silencio de miedo. Ellos no se atreven siquiera a pronunciar su nombre, Majestad. ¿Por qué sucede esto?
 -Por un exceso de respeto, creo.
-Me gustaría preguntarle: Si yo fuera iraní en vez de italiana, y viviera aquí y pensara como pienso y escribiera como escribo. ¿Quiero decir, si yo lo criticara, usted me arrojaría a una celda?
-Probablemente.
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La persona al comando de las preguntas era Oriana Fallaci. Quien respondía, el Sha, Mohammad Reza Pahlevi. La italiana se aventuraba entre la gente, en el peor de los escenarios imaginados, revolvía el tema, analizaba las situaciones y espetaba las preguntas sin temor alguno en el propio rostro de su interlocutor.
A este método edificado por el régimen kirchnerista de acusar sin pruebas a los imputados por lesa humanidad, se suma una parte del periodismo que -de llamarse investigativo- debería de hecho, investigar. Hoy es Perfil, a través de dos de sus cronistas, los señores Waisberg y Peralta quienes, en sus intentos de escribir para la tribuna, se incorporan a algo que -admitamos- siempre ha sucedido en Argentina. En los tiempos del gobierno de facto, algo habrán hecho aquellos que eran detenidos. Hoy en día, algo habrán hecho, quienes, sin pruebas en su contra, con prisiones preventivas excesivamente vencidas, sin derechos constitucionales, terminan en prisión, muchos finiquitando sus vidas aguardando un juicio que nunca llega. Me refiero, claro, a los imputados en los mal llamados casos de lesa humanidad.
Waisberg y Peralta se aventuran, si, a llamar a Claudio Kussman con el original mote de represor, mientras este último -dos años y medio de prisión preventiva- no ha sido encontrado culpable. Represor -en el contexto político- es el abuso de autoridad con la pretensión de castigar con violencia la discordia de pensamiento respecto a una posición y la negación de los derechos civiles y la libertad de expresarse ideológicamente. Ya que esto no ha podido ser probado por esta justicia independiente que nos oprime, tal vez lo puedan hacer los señores Waisberg y Peralta, lo cual sería saludable. Un imposible, ya que Claudio Kussman era un policía que trabajaba para resolver delitos que se cometían contra los ciudadanos y sus propiedades. Para allanar más el camino de los dos reporteros y ayudarles en su emprendimiento, me permito ejemplificar las evidencias presentadas tomando un pasaje de la cédula de prisión preventiva dictada contra Claudio Kussman:
“El testigo no identifica, ni describe a quienes lo arrestaron, pero se infiere que es Kussman…”
Los argentinos estamos en el negocio de desacreditar sin saber. El periodismo tiene otra función. Presentar los eventos como transcurrieron y luego desmenuzar los diferentes aspectos que llevaron a que ese evento sucediera y si se quiere, ofrendar una opinión. Pero basada en la verdad. Es fácil tentarse, insultar y arrojar acusaciones sin tener el mínimo conocimiento de la historia debido a que nos parece o a un endeble seguro que esa persona es un represor. ¿Eso es periodismo?
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Fabian Kussman

email@PrisioneroEnArgentina.com

www.PrisioneroEnArgentina.com

@FabianKussman

Mayo 26, 2017


 

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