Superado el affaire de la visita de los diputados nacionales a la cárcel de Ezeiza, cuando la Cámara de Diputados de Nación rechazó el pedido de expulsión de los mismos en su última sesión, todo volvió a la normalidad, es decir, al “eterno” olvido de los muertos vivos.
Todo ese fervor que parecía se había provocado en los retirados y amagaba con movilizarlos para visualizar la triste situación de los detenidos “de lesa” en las unidades penitenciarías, se disipó raudamente como la bruma de madrugada.
Como se dice, se volvió a la normalidad. A los ya cansadores mensajes que se retrasmiten por WhatsApp y a los consabidas reuniones, café o asado de por medio, por supuesto en la más absoluta discreción, para rebuznar un rato y preguntarse una y otra vez, que se puede hacer.
Mientras tanto los presos siguen penando en una cárcel o vegetando en su domicilio, -como se dijo- como verdaderos muertos vivos, sin que se produzcan acciones concretas y visibles que muestre al mundo y sobre todo a la casta política la realidad de que se viven los detenidos del mundo lesa.
Se blasfema contra la Justicia y los Jueces, pero las sillas de las Salas de Audiencias de los Tribunales Federales siguen vacías, ni un retirado con la escarapela en su pecho o portando una bandera argentina, que acompañe a sus camaradas en los circos judiciales a lo que se son sometidos. Se exige acción a los políticos pero nadie los enfrenta, con pruebas en mano, para mostrarles la verdad de esos juicios de lesa; más aún, ni siquiera se hizo una demostración publica de apoyo a quienes intentaron hacer algo por los presos.
El mundo va mucho más allá de una o varias reuniones en el Ministerio de Defensa de Nación, que solo emulan la continuidad de las reuniones de cuartel. La acuciante situación de los presos “de lesa” requiere mucho más que ello. El universo va mucho más allá de lo castrense.
COMO SIEMPRE SE DICE DESDE ESTA COLUMNA, NADIE VA A PELEAR UNA GUERRA QUE SUS PROPIOS INTERESADOS NO PELEAN.
¿Qué pensaríamos del pueblo venezolano sino ante la tragedia que vive solo mandara mensajitos por WhatsApp en sus grupos del celular o los lideres de la oposición se limitaran a reunirse en sus casas, sin exponerse públicamente, porque están en “zona de riesgo”?
Lamentablemente tras veinte años de arbitrariedades y atropello judicial, con el cómplice silencio de la casta política, aun se sigue sumergido en la impotencia y la desazón, lo que lleva a la inacción; sin querer ver que al haber fallecido muchos de quienes en los años 70 eran los jefes o ya haber juzgado varias veces a los “elencos estables” de los juicios, comienzan a ir más para abajo y para los costados. La hoguera de los derechos humanos necesita más mártires para el sacrificio, por lo que aun manteniendo el más bajo de los perfiles, más temprano que tarde se terminará enredado en una mamarrachesca causa judicial.
La situación ha llegado a su límite y los presos ya no tienen más tiempo.
¿Se le va a seguir pidiendo a los presos de lesa más esfuerzo y más tiempo?
Supongamos que a un atleta olímpico que entrena para competir en natación en los 100 metros libres, su entrenador le pida un esfuerzo para nadar 200 metros libres y así conseguir otra medalla olímpica. Seguramente el atleta hará ese esfuerzo. Pero en el medio del entrenamiento, ahora le pide que nade 400 metros. Con gran sacrifico y muchísimo esfuerzo seguramente lo hará. Pero resulta que el entrenador no contento con el empeño y voluntad que pone el atleta le pide ahora que nade 1000 metros. El entrenador se convierte así en un verdadero imbécil que le pide algo a su pupilo que no podrá cumplir por ser técnicamente imposible.
¿Qué más impulso o ahínco se le va a pedir a los presos y sus familias, que ya no hayan hecho en estos veinte años?
Ello implica que los que tienen el privilegio de poder caminar por la calle o ir a un parque con sus nietos son los que deben dar el ejemplo y convertirse en el faro de luz para los muertos vivos. Con el ejemplo se debe demostrar que aún hay esperanza en la pelea y no resignación.
Como se suele decir: “sino somos nosotros quienes, si no es ahora cuando”.
Hay tanto para hacer, solo se necesita ganas y voluntad. No se puede seguir permitiendo que adultos mayores sigan muriendo en una cárcel sin atención médica y por la sola desidia de muchos Jueces y el silencio atronador de un gobierno que declamó que venía a cambiar a la Argentina.
No puede seguir permitiendo que algunos medios de comunicación y las orgas de los derechos humanos sigan mintiendo asquientamente sobre la situación de los presos de lesa, que desde acá no nos cansaremos de decir que solo buscan LEGALIDAD, no impunidad.
Hay que comprometerse, alzar la voz, donde sea y ante quien sea, lo más fuerte posible. Como se dice vulgarmente: ¡SALIR A LA PALESTRA!.
Como dijo Martin Luther King en su mítico discurso delante del monumento a Abraham Lincoln en Washington: “NO NOS DELEITEMOS EN EL VALLE DE LA DESESPERACIÓN. LES DIGO A USTEDES HOY, MIS AMIGOS, QUE, PESE A TODAS LAS DIFICULTADES Y FRUSTRACIONES DEL MOMENTO, YO TODAVÍA TENGO UN SUEÑO…”
Ojala muchos se sumen y podamos soñar juntos, sino se estará matando definitivamente a los muertos vivos, NUESTROS MUERTOS VIVOS.
◘
Por Dr. Gonzalo P. Miño.
Superado el affaire de la visita de los diputados nacionales a la cárcel de Ezeiza, cuando la Cámara de Diputados de Nación rechazó el pedido de expulsión de los mismos en su última sesión, todo volvió a la normalidad, es decir, al “eterno” olvido de los muertos vivos.
Todo ese fervor que parecía se había provocado en los retirados y amagaba con movilizarlos para visualizar la triste situación de los detenidos “de lesa” en las unidades penitenciarías, se disipó raudamente como la bruma de madrugada.
Como se dice, se volvió a la normalidad. A los ya cansadores mensajes que se retrasmiten por WhatsApp y a los consabidas reuniones, café o asado de por medio, por supuesto en la más absoluta discreción, para rebuznar un rato y preguntarse una y otra vez, que se puede hacer.
Mientras tanto los presos siguen penando en una cárcel o vegetando en su domicilio, -como se dijo- como verdaderos muertos vivos, sin que se produzcan acciones concretas y visibles que muestre al mundo y sobre todo a la casta política la realidad de que se viven los detenidos del mundo lesa.
Se blasfema contra la Justicia y los Jueces, pero las sillas de las Salas de Audiencias de los Tribunales Federales siguen vacías, ni un retirado con la escarapela en su pecho o portando una bandera argentina, que acompañe a sus camaradas en los circos judiciales a lo que se son sometidos. Se exige acción a los políticos pero nadie los enfrenta, con pruebas en mano, para mostrarles la verdad de esos juicios de lesa; más aún, ni siquiera se hizo una demostración publica de apoyo a quienes intentaron hacer algo por los presos.
El mundo va mucho más allá de una o varias reuniones en el Ministerio de Defensa de Nación, que solo emulan la continuidad de las reuniones de cuartel. La acuciante situación de los presos “de lesa” requiere mucho más que ello. El universo va mucho más allá de lo castrense.
COMO SIEMPRE SE DICE DESDE ESTA COLUMNA, NADIE VA A PELEAR UNA GUERRA QUE SUS PROPIOS INTERESADOS NO PELEAN.
¿Qué pensaríamos del pueblo venezolano sino ante la tragedia que vive solo mandara mensajitos por WhatsApp en sus grupos del celular o los lideres de la oposición se limitaran a reunirse en sus casas, sin exponerse públicamente, porque están en “zona de riesgo”?
Lamentablemente tras veinte años de arbitrariedades y atropello judicial, con el cómplice silencio de la casta política, aun se sigue sumergido en la impotencia y la desazón, lo que lleva a la inacción; sin querer ver que al haber fallecido muchos de quienes en los años 70 eran los jefes o ya haber juzgado varias veces a los “elencos estables” de los juicios, comienzan a ir más para abajo y para los costados. La hoguera de los derechos humanos necesita más mártires para el sacrificio, por lo que aun manteniendo el más bajo de los perfiles, más temprano que tarde se terminará enredado en una mamarrachesca causa judicial.
La situación ha llegado a su límite y los presos ya no tienen más tiempo.
¿Se le va a seguir pidiendo a los presos de lesa más esfuerzo y más tiempo?
Supongamos que a un atleta olímpico que entrena para competir en natación en los 100 metros libres, su entrenador le pida un esfuerzo para nadar 200 metros libres y así conseguir otra medalla olímpica. Seguramente el atleta hará ese esfuerzo. Pero en el medio del entrenamiento, ahora le pide que nade 400 metros. Con gran sacrifico y muchísimo esfuerzo seguramente lo hará. Pero resulta que el entrenador no contento con el empeño y voluntad que pone el atleta le pide ahora que nade 1000 metros. El entrenador se convierte así en un verdadero imbécil que le pide algo a su pupilo que no podrá cumplir por ser técnicamente imposible.
¿Qué más impulso o ahínco se le va a pedir a los presos y sus familias, que ya no hayan hecho en estos veinte años?
Ello implica que los que tienen el privilegio de poder caminar por la calle o ir a un parque con sus nietos son los que deben dar el ejemplo y convertirse en el faro de luz para los muertos vivos. Con el ejemplo se debe demostrar que aún hay esperanza en la pelea y no resignación.
Como se suele decir: “sino somos nosotros quienes, si no es ahora cuando”.
Hay tanto para hacer, solo se necesita ganas y voluntad. No se puede seguir permitiendo que adultos mayores sigan muriendo en una cárcel sin atención médica y por la sola desidia de muchos Jueces y el silencio atronador de un gobierno que declamó que venía a cambiar a la Argentina.
No puede seguir permitiendo que algunos medios de comunicación y las orgas de los derechos humanos sigan mintiendo asquientamente sobre la situación de los presos de lesa, que desde acá no nos cansaremos de decir que solo buscan LEGALIDAD, no impunidad.
Hay que comprometerse, alzar la voz, donde sea y ante quien sea, lo más fuerte posible. Como se dice vulgarmente: ¡SALIR A LA PALESTRA!.
Como dijo Martin Luther King en su mítico discurso delante del monumento a Abraham Lincoln en Washington: “NO NOS DELEITEMOS EN EL VALLE DE LA DESESPERACIÓN. LES DIGO A USTEDES HOY, MIS AMIGOS, QUE, PESE A TODAS LAS DIFICULTADES Y FRUSTRACIONES DEL MOMENTO, YO TODAVÍA TENGO UN SUEÑO…”
Ojala muchos se sumen y podamos soñar juntos, sino se estará matando definitivamente a los muertos vivos, NUESTROS MUERTOS VIVOS.
PrisioneroEnArgentina.com
Agosto 18, 2024
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