Manetón y el origen del antisemitismo en la Antigüedad

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  Por Delia Crespo.

Manetón, sacerdote e historiador egipcio del siglo III a. C., es conocido por su obra Aegyptiaca, una crónica de la historia dinástica de Egipto escrita en griego. Si bien sus contribuciones a la egiptología son fundamentales, en particular su división del gobierno faraónico en treinta dinastías, el legado de Manetón también incluye uno de los primeros ejemplos registrados de pensamiento antisemita. Su relato del Éxodo, preservado a través de escritores posteriores como Flavio Josefo, marca una desviación significativa de la narrativa bíblica e introduce motivos que resonarían a lo largo de siglos de retórica antijudía.

En la versión de Manetón, los israelitas no eran esclavos liberados, sino leprosos e impuros expulsados de Egipto para purificar la tierra. Afirmó que se organizaron bajo el mando de un sacerdote llamado Osarsiph —posteriormente identificado con Moisés—, quien lideró una violenta revuelta, profanó templos egipcios y profanó animales sagrados. Esta inversión de la historia del Éxodo replanteó a los judíos no como víctimas de la opresión, sino como agresores y amenazas sociales. Tales representaciones sentaron las bases para una hostilidad mitificada, presentando a los judíos como enemigos de la civilización y la religión.

Esta narrativa surgió en Alejandría, un crisol de culturas griega, egipcia y judía, donde las tensiones a menudo estallaban. Los académicos sugieren que el relato de Manetón fue una reacción a la creciente visibilidad de las comunidades judías y a la traducción de las escrituras hebreas al griego (la Septuaginta), que pudo haber desafiado el orgullo cultural egipcio. Sus escritos reflejan una tendencia más amplia entre los autores helenísticos —como Apión y Queremón— que se hicieron eco y ampliaron estos temas hostiles. Aunque el término «antisemitismo» fue acuñado mucho más tarde, en 1879, por Wilhelm Marr, la obra de Manetón encarna sus primeras semillas ideológicas. Su descripción de los judíos como biológica y moralmente corruptos, merecedores del exilio o la destrucción, sentó las bases para las narrativas excluyentes que persistirían en la literatura romana, la teología medieval y la teoría racial moderna.

Cabe destacar que no todos los escritores antiguos compartían las opiniones de Manetón. Figuras como Hecateo de Abdera y Teofrasto ofrecieron evaluaciones más favorables de las costumbres y la ética judías. Sin embargo, la versión de Manetón resultó influyente, especialmente a través del Contra Apionem de Josefo, que conservó y refutó estas afirmaciones.

En resumen, la importancia histórica de Manetón trasciende la cronología. Su relato antijudío del Éxodo marca un punto de inflexión en la construcción literaria de la «otredad» judía, convirtiéndolo en un precursor simbólico de la ideología antisemita en el pensamiento occidental.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Julio 27, 2025


 

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