En el terreno judicial local, hubo otro hecho relevante esta semana que, por falta de espacio, no pude comentar en la nota. Me refiero al pedido de una condena de cuatro años de prisión preventiva formulado por el Fiscal Diego Luciani (el mismo que obtuvo la sentencia contra Cristina Fernández) para penar a Guillermo Moreno por falsificar las estadísticas públicas, en especial las del índice de precios al consumidor.
Esa barbaridad, ordenada por Néstor Kirchner a su talibán particular, acaba de costarnos € 1.300 millones en una Corte británica, en un juicio que iniciaron los tenedores de bonos atados al PBI, que fueron estafados con esa burda maniobra.
Se suma, así, a la serie de verdaderas fortunas (entre otras, los US$ 16.100 millones por YPF) que deberemos pagar por los latrocinios cometidos durante las dos décadas en que, como suicidas consuetudinarios que somos, elegimos a los peores ladrones de la historia como administradores del Estado.
También debí omitir la aceleración que el Gobierno está imponiendo al trámite de designación del Juez Ariel Lijo como miembro de la Corte. La probabilidad, ya casi un hecho, de que obtenga el acompañamiento de los imprescindibles votos del kirchnerismo para lograr un tranquilo tránsito por el H° Aguantadero, convierte en aún más inexplicable este tema.
Lamentable, porque tengo la más absoluta certeza de que la entronización de este impresentable y corrupto magistrado en el Tribunal supremo costará muy caro al león libertario, y al país, en términos de inversiones externas, que siempre exigen transparencia y seguridad jurídica.
En el terreno internacional, después del cierre de mi nota, la situación interna de Joe Biden ha continuado agravándose en las últimas horas, tal como demuestra la multitud de pedidos de renuncia a su candidatura presidencial que han surgido de su propio partido político.
Todo eso convierte en muchísimo más probable un triunfo de Donald Trump en las elecciones de noviembre, en especial por la falta de candidatos alternativos en condiciones de competir entre los demócratas.
Por eso, y ante una situación geopolítica mundial tan llena de conflictos armados y con el claro riesgo de que éstos escalen aún más, deberíamos reestudiar qué hizo el republicano en su gestión anterior, a partir de su lema (“Make America great again”) y, sobre todo, del aislamiento internacional que propone, con la consecuente cesión del liderazgo global norteamericano.
Europa entera está más que preocupada por la alta probabilidad de un triunfo de Trump, que continúa amenazándola con desfinanciar a la OTAN mientras Rusia se alía con Corea del Sur y Vietnam mediante sendos pactos de defensa mutua.
Tampoco ese escenario debe ser agradable para China, que mira con recelo a Vladimir Putin, en medio de la sempiterna rivalidad entre ambas naciones.
En lo que a la posición frente a América Latina, el fuerte posicionamiento de Javier Milei en favor de Trump podría resultar en fuertes favores de su administración hacia la Argentina, a través del trascendeal rol que juega su país en el FMI y en el Banco Mundial, y seguramente se extenderán al área de defensa.
En cambio, seguramente resultará una mala noticia para la electa Presidente de México y, sobre todo, para los mandatarios de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia, fuertes aliados de Rusia e Irán, países a los cuales le han facilitado la penetración en la región. Y lo mismo sucederá con Luiz Inácio Lula da Silva, que se ha embanderado con Palestina contra Israel y tampoco acompaña al hemisferio occidental en su posición ante la invasión a Ucrania.
Como se ve, tenemos un panorama sumamente complicado, tanto en el país cuanto en el mundo, y un futuro difícilmente predecible.
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Por Enrique Guillermo Avogadro.
En el terreno judicial local, hubo otro hecho relevante esta semana que, por falta de espacio, no pude comentar en la nota. Me refiero al pedido de una condena de cuatro años de prisión preventiva formulado por el Fiscal Diego Luciani (el mismo que obtuvo la sentencia contra Cristina Fernández) para penar a Guillermo Moreno por falsificar las estadísticas públicas, en especial las del índice de precios al consumidor.
Esa barbaridad, ordenada por Néstor Kirchner a su talibán particular, acaba de costarnos € 1.300 millones en una Corte británica, en un juicio que iniciaron los tenedores de bonos atados al PBI, que fueron estafados con esa burda maniobra.
Se suma, así, a la serie de verdaderas fortunas (entre otras, los US$ 16.100 millones por YPF) que deberemos pagar por los latrocinios cometidos durante las dos décadas en que, como suicidas consuetudinarios que somos, elegimos a los peores ladrones de la historia como administradores del Estado.
También debí omitir la aceleración que el Gobierno está imponiendo al trámite de designación del Juez Ariel Lijo como miembro de la Corte. La probabilidad, ya casi un hecho, de que obtenga el acompañamiento de los imprescindibles votos del kirchnerismo para lograr un tranquilo tránsito por el H° Aguantadero, convierte en aún más inexplicable este tema.
Lamentable, porque tengo la más absoluta certeza de que la entronización de este impresentable y corrupto magistrado en el Tribunal supremo costará muy caro al león libertario, y al país, en términos de inversiones externas, que siempre exigen transparencia y seguridad jurídica.
En el terreno internacional, después del cierre de mi nota, la situación interna de Joe Biden ha continuado agravándose en las últimas horas, tal como demuestra la multitud de pedidos de renuncia a su candidatura presidencial que han surgido de su propio partido político.
Todo eso convierte en muchísimo más probable un triunfo de Donald Trump en las elecciones de noviembre, en especial por la falta de candidatos alternativos en condiciones de competir entre los demócratas.
Por eso, y ante una situación geopolítica mundial tan llena de conflictos armados y con el claro riesgo de que éstos escalen aún más, deberíamos reestudiar qué hizo el republicano en su gestión anterior, a partir de su lema (“Make America great again”) y, sobre todo, del aislamiento internacional que propone, con la consecuente cesión del liderazgo global norteamericano.
Europa entera está más que preocupada por la alta probabilidad de un triunfo de Trump, que continúa amenazándola con desfinanciar a la OTAN mientras Rusia se alía con Corea del Sur y Vietnam mediante sendos pactos de defensa mutua.
Tampoco ese escenario debe ser agradable para China, que mira con recelo a Vladimir Putin, en medio de la sempiterna rivalidad entre ambas naciones.
En lo que a la posición frente a América Latina, el fuerte posicionamiento de Javier Milei en favor de Trump podría resultar en fuertes favores de su administración hacia la Argentina, a través del trascendeal rol que juega su país en el FMI y en el Banco Mundial, y seguramente se extenderán al área de defensa.
En cambio, seguramente resultará una mala noticia para la electa Presidente de México y, sobre todo, para los mandatarios de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia, fuertes aliados de Rusia e Irán, países a los cuales le han facilitado la penetración en la región. Y lo mismo sucederá con Luiz Inácio Lula da Silva, que se ha embanderado con Palestina contra Israel y tampoco acompaña al hemisferio occidental en su posición ante la invasión a Ucrania.
Como se ve, tenemos un panorama sumamente complicado, tanto en el país cuanto en el mundo, y un futuro difícilmente predecible.
Hasta la próxima.
Un gran abrazo.
Enrique Guillermo Avogadro Abogado Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401 Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003 Cel. en Brasil (+5521) 98128 7896 E.mail: ega1@avogadro.com.ar E.mail: ega1avogadro@gmail.com Site: www.avogadro.com.ar Blog: http://egavogadro.blogspot.com Facebook: Enrique Guillermo Avogadro Twitter: @egavogadro
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Julio 2, 2024
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