La rebelión de todos los gobernadores, que son de orígenes políticos diferentes (radicales, PRO, partidos provinciales y kirchneristas), contra el Gobierno central está destinada a convertirse en la piedra de toque de todo el programa económico de Javier Milei.
Y digo eso porque el presidente se ve enfrentado a una complicada encrucijada: deberá optar entre resistir la pretensión de los mandatarios provinciales, a riesgo de generar una crisis energética de enorme magnitud, o negociar con ellos, algo que no parece estar en los originales manuales de procedimiento de La Libertad Avanza, y que podría terminar con este modelo de gobernar, pues todos habrían descubierto su debilidad.
Deberá optar antes del miércoles, dos días antes de la Asamblea Legislativa que da inicio a las sesiones ordinarias de ambas cámaras, ante la cual deberá dar un discurso cuyo contenido aún se desconoce y podría resultar aún más disruptivo si los legisladores ofendidos por el tratamiento tan agresivo que reciben de Milei, verbalizado en irreproducibles calificativos, reaccionaran ausentándose o abucheándolo desde las bancas y los balcones.
En mi próxima nota, el sábado 2 de marzo, podré contar cómo imagino el futuro inmediato.
El Gobierno está logrando ordenar, en un plazo inimaginable de sólo 70 días, la crítica macro-economía que heredó de Sergio Massa, agravada por los enloquecidos y sucesivos “planes platita” que éste implementó para intentar llegar a la Presidencia, pero creo que debería ser muchísimo más claro y didáctico en la comunicación pública para llegar, con un mensaje tranquilizador, a un universo cada vez mayor de sectores sociales que se caen del mapa por el imprescindible ajuste.
Me parece que esto se percibe no sólo aquí sino hasta en el FMI que, entre fuertes halagos a la gestión de Milei, deslizó su preocupación por esos efectos sociales de la política económica, y se pregunta cuánta tolerancia tendrá la ciudadanía para aguardar frutos palpables en la micro de ese innegable éxito macro.
Sin duda, contribuirá a ello la marcha atrás del Ministro de Justicia, sobre quien cayeron sospechas de algún pacto de impunidad con el kirchnerismo y el massismo por sus instrucciones a la UIF y la OA, ya que permitirá a la sociedad apreciar que no será sólo ella la que pagará los costos de tantos desaguisados sino que, a partir de ahora, no habrá olvido ni perdón para los responsables directos de tanta corrupción y tantos latrocinios.
Y también lo hará el tan expreso apoyo que la Argentina ha recibido del Gobierno de los Estados Unidos, seguramente forzado por la deserción del Brasil de Lula Da Silva del rol de socio estratégico en América Latina que ejerció desde la II Guerra Mundial.
Milei, pese a la enorme contradicción que significa su notorio apoyo a Donald Trump en su carrera electoral, ha alineado firmemente a nuestro país con el mundo occidental al condenar la invasión de Ucrania por Rusia, el terrorismo de Hamas contra Israel, el repudio a las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua, y su posicionamiento geopolítico frente a China y los BRICS, y todo eso suena a música celestial en los oídos de la administración de Joe Biden, con la importancia que eso reviste por la posición dominante de los Estados Unidos en el FMI.
Los argentinos viviremos, al menos por los próximos tres o cuatro meses, tiempos convulsos; espero que podamos superarlos en relativa paz y que ello nos permita, cual Ave Fénix, renacer de nuestras cenizas.
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Por Dr. Enrique Guillermo Avogadro.
La rebelión de todos los gobernadores, que son de orígenes políticos diferentes (radicales, PRO, partidos provinciales y kirchneristas), contra el Gobierno central está destinada a convertirse en la piedra de toque de todo el programa económico de Javier Milei.
Y digo eso porque el presidente se ve enfrentado a una complicada encrucijada: deberá optar entre resistir la pretensión de los mandatarios provinciales, a riesgo de generar una crisis energética de enorme magnitud, o negociar con ellos, algo que no parece estar en los originales manuales de procedimiento de La Libertad Avanza, y que podría terminar con este modelo de gobernar, pues todos habrían descubierto su debilidad.
Deberá optar antes del miércoles, dos días antes de la Asamblea Legislativa que da inicio a las sesiones ordinarias de ambas cámaras, ante la cual deberá dar un discurso cuyo contenido aún se desconoce y podría resultar aún más disruptivo si los legisladores ofendidos por el tratamiento tan agresivo que reciben de Milei, verbalizado en irreproducibles calificativos, reaccionaran ausentándose o abucheándolo desde las bancas y los balcones.
En mi próxima nota, el sábado 2 de marzo, podré contar cómo imagino el futuro inmediato.
El Gobierno está logrando ordenar, en un plazo inimaginable de sólo 70 días, la crítica macro-economía que heredó de Sergio Massa, agravada por los enloquecidos y sucesivos “planes platita” que éste implementó para intentar llegar a la Presidencia, pero creo que debería ser muchísimo más claro y didáctico en la comunicación pública para llegar, con un mensaje tranquilizador, a un universo cada vez mayor de sectores sociales que se caen del mapa por el imprescindible ajuste.
Me parece que esto se percibe no sólo aquí sino hasta en el FMI que, entre fuertes halagos a la gestión de Milei, deslizó su preocupación por esos efectos sociales de la política económica, y se pregunta cuánta tolerancia tendrá la ciudadanía para aguardar frutos palpables en la micro de ese innegable éxito macro.
Sin duda, contribuirá a ello la marcha atrás del Ministro de Justicia, sobre quien cayeron sospechas de algún pacto de impunidad con el kirchnerismo y el massismo por sus instrucciones a la UIF y la OA, ya que permitirá a la sociedad apreciar que no será sólo ella la que pagará los costos de tantos desaguisados sino que, a partir de ahora, no habrá olvido ni perdón para los responsables directos de tanta corrupción y tantos latrocinios.
Y también lo hará el tan expreso apoyo que la Argentina ha recibido del Gobierno de los Estados Unidos, seguramente forzado por la deserción del Brasil de Lula Da Silva del rol de socio estratégico en América Latina que ejerció desde la II Guerra Mundial.
Milei, pese a la enorme contradicción que significa su notorio apoyo a Donald Trump en su carrera electoral, ha alineado firmemente a nuestro país con el mundo occidental al condenar la invasión de Ucrania por Rusia, el terrorismo de Hamas contra Israel, el repudio a las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua, y su posicionamiento geopolítico frente a China y los BRICS, y todo eso suena a música celestial en los oídos de la administración de Joe Biden, con la importancia que eso reviste por la posición dominante de los Estados Unidos en el FMI.
Los argentinos viviremos, al menos por los próximos tres o cuatro meses, tiempos convulsos; espero que podamos superarlos en relativa paz y que ello nos permita, cual Ave Fénix, renacer de nuestras cenizas.
Hasta el sábado, si Dios quiere.
Un abrazo enorme.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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Febrero 26, 2024
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