Dean Dexter, un hombre profesional y afectivamente ligado al fallecido ex Embajador en Argentina Robert Charles Hill, conoce la trágica historia de nuestro país y de Latinoamérica en los años setenta. En sus funciones de periodista y servidor público domina dos lados importantes de estos sucesos. El señor Dexter, ahora en su cargo en la Secretaría de Estado de New Hampshire tuvo la amabilidad de dialogar con PrisioneroEnArgentina.com y compartir sus observaciones y sapiencias.
PrisioneroEnArgentina.com: Señor Dexter, por un tiempo prolongado he tenido la aspiración de conversar con usted ya que sé que ha tenido experiencias con la Argentina de los años setentas.
Dean Dexter: Bueno, sí. Primero de todo… Fabian Kussman, tu nombre me suena muy familiar…
PrisioneroEnArgentina.com: En realidad he escrito algunos artículos. Claro, no tan buenos como los que usted ha redactado. Digo ha, ya que ahora usted se ha dedicado a la política.
Dean Dexter: Soy un periodista, y he trabajado para Robert C. Hill, y le he visitado en Argentina cuando él era embajador allí. Yo era muy cercano a su hijo, Graham Hill, quien falleció hace dos años, en septiembre. Actualmente en mi puesto de Asistente de la Secretaría de Estado en New Hampshire.
PrisioneroEnArgentina.com: Usted escribió una serie de artículos sobre Argentina en esos tumultuosos años. ¿Por qué Argentina? Entonces era un territorio muy peligroso.
Dean Dexter: Si, lo era. Pero cuando estuve allí, no lo hice en mi capacidad de periodista. Más lo hice como visitante. Como amigo y como asistente del Embajador Hill. No estaba destacado allí.
PrisioneroEnArgentina.com: El embajador Hill mencionó, en un reportaje de 1978, lo peligroso que era ser funcionario o empresario americano en Argentina.
Dean Dexter: Si. El embajador Hill era muy cercano al presidente Nixon. El conoció a Richard Nixon cuando Nixon era el vicepresidente de Eisenhower. Bajo la administración de este último fue (Hill) embajador en Costa Rica, El Salvador y México. Pero cuando estaba prestando servicios en Argentina, tuvo que tener mucho personal de seguridad. Más que en cualquier otro destino. Cuando viajé a visitarle en diciembre de 1975, le aguardé en su residencia ya que el Embajador estaba en una reunión. Cuando él retornó, me relató que apenas pudo escapar con su auto de un atentado con una bomba en las calles de Buenos Aires. Salvó su vida gracias a su auto acorazado y a que poseía un muy bien entrenado cuerpo de seguridad. Entre estos últimos, guardaespaldas, marines y más guardaespaldas que el gobierno argentino le proporcionaba. En otra oportunidad, nos encontrábamos en la residencia del Embajador a finales de 1975 y hubo un intento de golpe de estado, fallido. Sin embargo, no apreciamos ninguna manifestación de la gente contra este evento.
PrisioneroEnArgentina.com: Luego vino el golpe de estado efectivo. Usted escribió sobre esto. ¿Cuándo se enteraron que se produciría?
Dean Dexter: Nos encontrábamos allí. Nos enteramos en el mismo momento que se produjo. Diferentes agencias nos avisaban.
PrisioneroEnArgentina.com: ¿Usted tiene conocimiento de cierta disputa entre el Embajador Hill y el Secretario de Estado Henry Kissinger?
Dean Dexter: Yo sé de alguna disputa. El Embajador Hill estaba muy preocupado con lo que sucedía en la guerra entre militares y terroristas. Él había estado aconsejando al gobierno que deberían moderarse. El problema fue que el Canciller Guzzetti, cuando este se entrevistaba con Kissinger, Kissinger le informaba lo contrario a lo que Hill pensaba. Había un elemento allí… de discrepancia. El Embajador Hill estaba preocupado por ciertas violaciones a los derechos humanos y por el terrorismo reinante.
PrisioneroEnArgentina.com: ¿Cuáles eran estas preocupaciones?
Dean Dexter: El Embajador Hill estaba muy preocupado. Algo emocionante es que firmó un documento en el cual decía que, en caso de ser secuestrado por organizaciones terroristas, no se pagara ningún rescate por su persona.
PrisioneroEnArgentina.com: Esto hubiera sentado un precedente.
Dean Dexter: Claro. No sé si estas al tanto de esto, pero algo muy interesante del Embajador Robert C. Hill es que él era un conservador. Él era anti comunista, y lo fue durante la Guerra Fría. Pero esta ideología no lo trababa para corregir errores. El Embajador sostenía un legado al comienzo y al final de su vida. En el comienzo, él fue uno de los primeros -en su desempeño como representante en México- que vio a Castro como comunista y como un tirano. Un visionario que detectó esto antes del golpe a Batista. Hill era amigo íntimo de Spruille Braden -fugaz embajador en Argentina en los ‘40-. Braden fue Embajador en Cuba y fue muy controversial en Argentina. Perón solicitó que Braden sea removido de su posición en Argentina. Le donó mucha información a Hill. Este último era Embajador en España cuando Perón estaba exiliado allí. Es por ello que tenía mucho conocimiento de la situación en Argentina. Y de Sudamérica, donde había mucha actividad terrorista.
PrisioneroEnArgentina.com: ¿El Embajador Hill informaba al presidente y además al Congreso de toda actividad terrorista?
Dean Dexter: Hill no solo servía como Embajador, sino que además era de asistencia en relaciones con el Congreso. Tenía muchas relaciones con senadores americanos. Era muy conocido (Hill) en Washington y no temía hablar de temas que podrían estar en conflicto con la opinión de pesos pesados, alguien como Kissinger. Por ejemplo, en 1959 cuando la revolución en Cuba, Hill enviaba cables a sus superiores en Washington. Principalmente a Milton Eisenhower -quien era hermano del presidente Ike Eisenhower-. Esa información decía que Castro era ya un comunista, mientras el New York Times le celebraba como el salvador de la nación (cubana). No hay que escapar a la realidad de que Batista era un dictador y que estaba muy ligado en negocios turbios con la mafia americana. No son situaciones placenteras, pero en los tiempos de la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética se desplegaba a través de toda Latinoamérica, Hill era uno de los pocos embajadores, jóvenes embajadores, que advertían sobre esta amenaza.
Dean Dexter, un hombre profesional y afectivamente ligado al fallecido ex Embajador en Argentina Robert Charles Hill, conoce la trágica historia de nuestro país y de Latinoamérica en los años setenta. En sus funciones de periodista y servidor público domina dos lados importantes de estos sucesos. El señor Dexter, ahora en su cargo en la Secretaría de Estado de New Hampshire tuvo la amabilidad de dialogar con PrisioneroEnArgentina.com y compartir sus observaciones y sapiencias.
PrisioneroEnArgentina.com: Señor Dexter, por un tiempo prolongado he tenido la aspiración de conversar con usted ya que sé que ha tenido experiencias con la Argentina de los años setentas.
Dean Dexter: Bueno, sí. Primero de todo… Fabian Kussman, tu nombre me suena muy familiar…
PrisioneroEnArgentina.com: En realidad he escrito algunos artículos. Claro, no tan buenos como los que usted ha redactado. Digo ha, ya que ahora usted se ha dedicado a la política.
Dean Dexter: Soy un periodista, y he trabajado para Robert C. Hill, y le he visitado en Argentina cuando él era embajador allí. Yo era muy cercano a su hijo, Graham Hill, quien falleció hace dos años, en septiembre. Actualmente en mi puesto de Asistente de la Secretaría de Estado en New Hampshire.
PrisioneroEnArgentina.com: Usted escribió una serie de artículos sobre Argentina en esos tumultuosos años. ¿Por qué Argentina? Entonces era un territorio muy peligroso.
Dean Dexter: Si, lo era. Pero cuando estuve allí, no lo hice en mi capacidad de periodista. Más lo hice como visitante. Como amigo y como asistente del Embajador Hill. No estaba destacado allí.
PrisioneroEnArgentina.com: El embajador Hill mencionó, en un reportaje de 1978, lo peligroso que era ser funcionario o empresario americano en Argentina.
Dean Dexter: Si. El embajador Hill era muy cercano al presidente Nixon. El conoció a Richard Nixon cuando Nixon era el vicepresidente de Eisenhower. Bajo la administración de este último fue (Hill) embajador en Costa Rica, El Salvador y México. Pero cuando estaba prestando servicios en Argentina, tuvo que tener mucho personal de seguridad. Más que en cualquier otro destino. Cuando viajé a visitarle en diciembre de 1975, le aguardé en su residencia ya que el Embajador estaba en una reunión. Cuando él retornó, me relató que apenas pudo escapar con su auto de un atentado con una bomba en las calles de Buenos Aires. Salvó su vida gracias a su auto acorazado y a que poseía un muy bien entrenado cuerpo de seguridad. Entre estos últimos, guardaespaldas, marines y más guardaespaldas que el gobierno argentino le proporcionaba. En otra oportunidad, nos encontrábamos en la residencia del Embajador a finales de 1975 y hubo un intento de golpe de estado, fallido. Sin embargo, no apreciamos ninguna manifestación de la gente contra este evento.
PrisioneroEnArgentina.com: Luego vino el golpe de estado efectivo. Usted escribió sobre esto. ¿Cuándo se enteraron que se produciría?
Dean Dexter: Nos encontrábamos allí. Nos enteramos en el mismo momento que se produjo. Diferentes agencias nos avisaban.
PrisioneroEnArgentina.com: ¿Usted tiene conocimiento de cierta disputa entre el Embajador Hill y el Secretario de Estado Henry Kissinger?
Dean Dexter: Yo sé de alguna disputa. El Embajador Hill estaba muy preocupado con lo que sucedía en la guerra entre militares y terroristas. Él había estado aconsejando al gobierno que deberían moderarse. El problema fue que el Canciller Guzzetti, cuando este se entrevistaba con Kissinger, Kissinger le informaba lo contrario a lo que Hill pensaba. Había un elemento allí… de discrepancia. El Embajador Hill estaba preocupado por ciertas violaciones a los derechos humanos y por el terrorismo reinante.
PrisioneroEnArgentina.com: ¿Cuáles eran estas preocupaciones?
Dean Dexter: El Embajador Hill estaba muy preocupado. Algo emocionante es que firmó un documento en el cual decía que, en caso de ser secuestrado por organizaciones terroristas, no se pagara ningún rescate por su persona.
PrisioneroEnArgentina.com: Esto hubiera sentado un precedente.
Dean Dexter: Claro. No sé si estas al tanto de esto, pero algo muy interesante del Embajador Robert C. Hill es que él era un conservador. Él era anti comunista, y lo fue durante la Guerra Fría. Pero esta ideología no lo trababa para corregir errores. El Embajador sostenía un legado al comienzo y al final de su vida. En el comienzo, él fue uno de los primeros -en su desempeño como representante en México- que vio a Castro como comunista y como un tirano. Un visionario que detectó esto antes del golpe a Batista. Hill era amigo íntimo de Spruille Braden -fugaz embajador en Argentina en los ‘40-. Braden fue Embajador en Cuba y fue muy controversial en Argentina. Perón solicitó que Braden sea removido de su posición en Argentina. Le donó mucha información a Hill. Este último era Embajador en España cuando Perón estaba exiliado allí. Es por ello que tenía mucho conocimiento de la situación en Argentina. Y de Sudamérica, donde había mucha actividad terrorista.
PrisioneroEnArgentina.com: ¿El Embajador Hill informaba al presidente y además al Congreso de toda actividad terrorista?
Dean Dexter: Hill no solo servía como Embajador, sino que además era de asistencia en relaciones con el Congreso. Tenía muchas relaciones con senadores americanos. Era muy conocido (Hill) en Washington y no temía hablar de temas que podrían estar en conflicto con la opinión de pesos pesados, alguien como Kissinger. Por ejemplo, en 1959 cuando la revolución en Cuba, Hill enviaba cables a sus superiores en Washington. Principalmente a Milton Eisenhower -quien era hermano del presidente Ike Eisenhower-. Esa información decía que Castro era ya un comunista, mientras el New York Times le celebraba como el salvador de la nación (cubana). No hay que escapar a la realidad de que Batista era un dictador y que estaba muy ligado en negocios turbios con la mafia americana. No son situaciones placenteras, pero en los tiempos de la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética se desplegaba a través de toda Latinoamérica, Hill era uno de los pocos embajadores, jóvenes embajadores, que advertían sobre esta amenaza.
Continuará.
Fotos: Archivo personal de Dean Dexter.
Fabian Kussman
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 8, 2017
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