No se debió llegar a extremo de que la Cámara de Diputados por unanimidad haya convertido en ley la protección a las víctimas de asesinatos, creando un Centro de Protección y Asistencia a las Víctimas de delitos, los cuales deberán permanecer abiertos las 24 horas y tendrán que contar con médicos, psicólogos, asistentes sociales e investigadores especializados, por tratarse de la función del Ministerio Público, es decir del Estado de tutelar a las víctimas de delitos (sin necesidad de crear más burocracia).
Lamentablemente, durante el “kirchnerato” de 12 años y medio, el Estado abjuró de su deber de tutelar a la sociedad, y, por el contrario, estaba obligada ésta de facto de proveer a la delincuencia lo que requerían, en lugar de trabajar, es decir que de hecho se protegía a la delincuencia, y por el colectivo “Justicia (i)legítima”, en el Poder Judicial (jueces y fiscales), llegamos al extremo de que se liberara a condenados por delitos de violación, quienes por portarse bien en las cárceles, y transformando los victimarios en víctimas, les concedían la libertad condicional para que siguieran cometiendo ese execrable delito, violando y matando a nuevas víctimas, como sucedió reiteradamente.
En buena hora, que los legisladores depusieran sus intereses partidarios y personales y hayan sancionado la ley que protegerá de ahora en más, a las víctimas de crímenes, entre tantos otros, de Matías Bagnato, Paulina Lebbos, asesinada hace 10 años en Tucumán, Axel Blumberg en el año 2004.
Lo que falta es que se haga una reforma del Código Penal a fin de que la lábil legislación penal no siga siendo aplicada con lenidad por los jueces garantistas, en la peor acepción, émulos del abolicionista del Código Penal, el ex juez de la Corte Suprema, Raúl Eugenio Zaffaroni.
Escribe Alfredo Nobre Leite.
Señor Director:
No se debió llegar a extremo de que la Cámara de Diputados por unanimidad haya convertido en ley la protección a las víctimas de asesinatos, creando un Centro de Protección y Asistencia a las Víctimas de delitos, los cuales deberán permanecer abiertos las 24 horas y tendrán que contar con médicos, psicólogos, asistentes sociales e investigadores especializados, por tratarse de la función del Ministerio Público, es decir del Estado de tutelar a las víctimas de delitos (sin necesidad de crear más burocracia).
Lamentablemente, durante el “kirchnerato” de 12 años y medio, el Estado abjuró de su deber de tutelar a la sociedad, y, por el contrario, estaba obligada ésta de facto de proveer a la delincuencia lo que requerían, en lugar de trabajar, es decir que de hecho se protegía a la delincuencia, y por el colectivo “Justicia (i)legítima”, en el Poder Judicial (jueces y fiscales), llegamos al extremo de que se liberara a condenados por delitos de violación, quienes por portarse bien en las cárceles, y transformando los victimarios en víctimas, les concedían la libertad condicional para que siguieran cometiendo ese execrable delito, violando y matando a nuevas víctimas, como sucedió reiteradamente.
En buena hora, que los legisladores depusieran sus intereses partidarios y personales y hayan sancionado la ley que protegerá de ahora en más, a las víctimas de crímenes, entre tantos otros, de Matías Bagnato, Paulina Lebbos, asesinada hace 10 años en Tucumán, Axel Blumberg en el año 2004.
Lo que falta es que se haga una reforma del Código Penal a fin de que la lábil legislación penal no siga siendo aplicada con lenidad por los jueces garantistas, en la peor acepción, émulos del abolicionista del Código Penal, el ex juez de la Corte Suprema, Raúl Eugenio Zaffaroni.
Con cordiales saludos,
Alfredo Nobre Leite
PrisioneroEnArgentina.com
Junio 22, 2017
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