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 Por COSME BECCAR VARELA

Por si alguna duda quedaba acerca de la filiación comunista de la ex-usurpadora presidencial, el diario de hoy (“Clarín”,

Fernández de Kirchner

16/8/2019, pag. 21) anuncia que viajará a Cuba desde el 22 hasta el 30 de Agosto. La excusa, que servilmente aceptaron los jueces del Tribunal Oral Federal 2, es que quiere visitar a su hija Florencia que está en la isla desde Marzo de este año con una autorización similar de otros o los mismos jueces, supuestamente para hacerse un tratamiento. Son ya cinco meses de ese tratamiento y al cabo de ellos si la medicina de la Cuba comunista fuera tan buena como dicen (¡tan superior a la de la argentina que ni siquiera se explica por qué el tratamiento no puede ser hecho aquí!) debería estar curada o desahuciada. 

Lo que todos saben pero no quieren reconocer, como muchas otras cosas que han ocurrido en estos doce años de kirchnerismo y cuatro de macrismo y de las cuales estamos hoy pagando las consecuencias, es que las dos K van a Cuba porque son simpatizantes del régimen comunista y después de las PASO del Domingo 11 van a  festejar con sus cómplices y a planear lo que harán si se confirma su “victoria” electoral. 

Es decir, la ex-usurpadora va a recibir instrucciones de los expertos cubanos en subversión política sobre la manera cómo debe proceder para adueñarse totalmente del poder en la argentina (¿se acuerdan del “¡vamos por todo!”?) y convertir este

Florencia Kirchner
John F. Kennedy
Alexander Kerensky

país en un integrante más del bloque neo-comunista encabezado por Rusia y China. 

En Moscú hay una Universidad denominada “Patricio Lumumba” en la que se estudia la ciencia y la técnica de la subversión para llevar una nación al comunismo y una vez que éste se encuentre en el poder, cómo hacer para mantenerse indefinidamente, pese a la notoria incapacidad del marxismo para producir alimentos y otros bienes necesarios. Eso incluye donde, cuando y cómo reprimir la oposición hasta quitarle toda posibilidad de alcanzar el gobierno. Lo que ocurre en Cuba y en Venezuela, donde las respectivas tiranías comunistas se mantienen en el poder a pesar de que sus pueblos padecen hambre y miseria, es una prueba de que esas técnicas estudiadas y desarrolladas en Moscú, son eficaces. 

Cabe aclarar que el caso de Cuba es el más patético porque los cubanos se dieron cuenta de que Castro era comunista poco más de un año después de que bajara de Sierra Maestra y de inmediato empezaron valientemente una reacción contra él y su régimen que les costó la vida a muchos de ellos y a otros la cárcel por decenas de años (hace 60 que el comunismo oprime a la isla). Esa reacción incluyó la formación de una legión de valientes que ya estaban a salvo en los EEUU pero que resolvieron renunciar a su seguridad y arriesgarlo todo para liberar a su patria, pero fueron traicionados por Kennedy y la CIA y entregados a Castro mediante una serie de engaños repugnantes. Entre ellos, el cambio de último momento del lugar de desembarco, que en vez de ser en la ciudad de Santa María, el pie de las sierras del Escambray en la cual ya había miles de combatientes anticastristas, fueron dejados en la encerrona de Playa Girón con el apoyo aéreo suprimido por orden del Presidente norteamericano. 

¿Alguien cree que en la argentina, cuya población ya está semi-conquistada por el marxismo a través del peronismo y cuyas clases cultas, especialmente las más altas, son de un egoísmo (por no decir cobardía) y de una falta de inteligencia sorprendentes (véase no más el apoyo que le dieron a Macri, un inmoral, inepto, mentiroso consuetudinario y sin capacidad alguna de gobierno), puede producirse una reacción heroica como la cubana? Yo no lo creo. Por eso pienso que si por medio de esta farsa electoral trágica y fraudulenta, la izquierda toma el poder con la fórmula F-F ese será el final de todas las libertades legítimas, de la propiedad privada y de lo que resta del Estado de Derecho. 

Ahora bien: ¿cómo pudo ser que nos encontremos ante esta perspectiva siniestra después de cuatro años de gobierno de un individuo que era considerado como el gran reconstructor del país luego del dominio del siniestro kirchnerismo y al cual nunca le faltó el apoyo de la prensa, de las empresas, del mundo occidental, etc.?   

Sólo hay una respuesta y la vengo dando desde hace cuatro años inútilmente: Macri es el “Kerensky” argentino y ahora o en el 2023 entregará el país al comunismo, (digo en el 2023 por las razones que expliqué en el nro. 1636, del 13/8/2019 de este periódico). 

¿Hay alguna manera de evitar ese horrible final de esta tragedia? La hubo antes de entronizar a Macri como el “mejor” de la oposición al kirchnerismo. Pero después de cuatro años de seguir sosteniendo lo mismo contra toda evidencia, habiendo quedado todas las opciones legítimas descartadas y con la Jerarquía católica en todos sus niveles a favor de la izquierda, ahora no hay otra salida que un milagro, aunque ninguna señal del Cielo lo hace esperar. 

Si eso no ocurre, sólo queda pedir perdón por nuestras viles concesiones al poder de los malos y aceptar con cristiana resignación el castigo de Dios que será la caída en el comunismo, hasta que el mismo Señor nos perdone y suscite una nueva clase dirigente de hombres justos, inteligentes y decididos que encabecen la recuperación nacional, quien sabe cuándo. 

Cosme Beccar Varela


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El Comunista que necesitaba a los capitalistas ya que vivía como tal

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YO, COMUNISTA

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EL MARXISTA ANTES DE MARX

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PrisioneroEnArgentina.com

Agosto 16, 2019