Cuando Yoshie Shiratori fue encerrado en la famosa prisión japonesa de Abashiri en 1943, los guardias eran muy conscientes de su reputación como el artista del escape más infame del país.
Ya había escapado de dos prisiones diferentes en circunstancias asombrosas y ahora los guardias de Abashiri estaban preparados para su llegada. Le colocaron grilletes de hierro especialmente hechos en manos y tobillos y lo obligaron a entrar en áreas abiertas donde estuvo expuesto al frío glacial, golpeándolo cuando protestaba. Sin embargo, el astuto Shiratori una vez más demostró ser incapaz de ser detenido.
Todos los días, la prisión le servía a Shiratori un sencillo plato de sopa de miso para el almuerzo. Y todos los días, intencionalmente goteaba una pequeña cantidad sobre sus grilletes, hasta que meses de exposición al caldo salado corroyó los grilletes hasta el punto que pudo liberarse.
Entonces, Shiratori se dislocó los hombros para salir por una estrecha abertura en la puerta de su celda y huyó hacia la libertad. Luego pasó dos años enteros escondido en una mina abandonada, sólo para ser recapturado después de emerger. Pero cuando lo encarcelaron nuevamente, simplemente estalló una vez más.
Un principio fundamental detrás del derecho a un juicio justo es que toda persona debe ser considerada inocente hasta que se pruebe su culpabilidad. Muchas personas acusadas de delitos finalmente serán declaradas inocentes. Por este motivo, cualquier restricción de los derechos de una persona acusada, como mantenerla en prisión preventiva, solo debe tener lugar cuando sea absolutamente necesario.
Es responsabilidad del Estado probar que alguien es culpable, no de la persona sospechosa de probar su inocencia. No se debe obligar a las personas a confesar un delito oa declarar contra sí mismas. En general, si alguien ejerce su derecho al silencio, no debe utilizarse como prueba de culpabilidad o como motivo para ponerlo en prisión preventiva.
Ser condenado por un delito tiene consecuencias graves, a veces devastadoras. Por lo tanto, los Estados deben probar la culpabilidad a un alto nivel. Si existe una “duda razonable”, se debe otorgar al acusado el beneficio de la duda y ser absuelto porque no se ha cumplido con la “carga de la prueba” del estado.
Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley.
Se hace mejor justicia si los juicios se llevan a cabo sin demoras indebidas. Esto ayuda a proteger la presunción de inocencia y minimizar el impacto humano de los procesos penales en las víctimas, testigos y personas acusadas de delitos.
Los Estados no deben tratar a las personas como si fueran culpables antes de que hayan sido condenadas por un tribunal de justicia. No deben hacer declaraciones públicas de culpabilidad durante una investigación, usar medidas de restricción que hagan que alguien parezca peligroso o pasear a las personas arrestadas por lugares públicos para que los medios puedan fotografiarlas, lo que también se conoce como paseos criminales.
Los Estados no deben hacer numerosos intentos para tratar de obtener una condena. Si un caso va a juicio y no se prueba la culpabilidad, la persona no debe ser juzgada nuevamente a menos que existan circunstancias excepcionales. Esto requiere que el estado haga el trabajo de enjuiciamiento correctamente en primera instancia.
La impresión que siempre me dieron los pabellones que van del 1 al 8, en la U 31 de Ezeiza, es que expresan más cárcel por la cantidad de rejas de los mismos, y las celdas muy pequeñas 2.10 por 2.70. Muchas de ellas con goteras. Sus ocupantes se vuelven más retraídos y algunos suelen comer solos en su interior. Yo hago lo mismo junto a mi cama, pero estoy en un ambiente abierto, transitado y en contacto con el resto de los adultos mayores. Como ya dijera la capacidad de estos pabellones es de 11 prisioneros, a la que se llegó luego de habilitar a mediados del año pasado, como celda, un cubículo que tenía la puerta de emergencia. Esta se corrió al mismo pasillo que separa las celdas enfrentadas. (UNO) Lo de puerta de emergencia es un eufemismo. La verdadera utilidad de estas es permitir el ingreso de grupos de choque ante un amotinamiento. Desde el pasillo central se ingresa al del pabellón a través de 2 puertas de rejas, al que da una sala de caldera, la entrada al comedor (DOS) de unos 8 metros por otros tantos, con tronera de vigilancia desde el pasillo central. Este ambiente se encuentra equipado con heladeras, TV, cocina con horno, mesada con pileta, y da a un patio interior, de 8 por 12 metros. El mismo permanece cerrado de noche.
1
CLAUSTROFÓBIA
Así descripto pareciera un lugar idílico y cómodo. Les puedo asegurar que es un espacio muy triste, en malas condiciones con puertas y ventiluces carcomidos por el óxido. En sí, el ambiente es asfixiante, pudiendo llegar a ser claustrofóbico. Volviendo al pasillo del pabellón de solo un metro diez de ancho, tenemos un lavadero de ropa de 3 por 2 metros (TRES), por lo general también muy deteriorado y frente al mismo el baño. Luego siguen las celdas todas con troneras de control visual y puertas de metal y madera. La de “emergencia” al final, solo de metal, está coronada con un burlón letrero verde con letras blancas que dice “SALIDA”. Frente a alguna de las celdas suele verse “estacionada” alguna silla de ruedas, la cual nos adelanta si su morador se encuentra o no en el lugar. La limpieza, por supuesto, a cargo de los prisioneros se efectúa 3 veces por semana. Las paredes de las pequeñas celdas están cubiertas por fotos familiares e imágenes religiosas y estas por su reducido tamaño están abarrotadas por las pertenencias de cada uno de sus ocupantes. Cada una posee atornillado a la pared un mueble metálico que combina un pequeño guardarropa y mesita. Junto a la cabecera de la cama, los ventiluces que dan al patio interno también están carcomidos por el óxido y consecuentemente es casi imposible cerrarlos. En invierno se taponan los resquicios con trozos de tela.
2
NO SE ACEPTAN QUEJAS
Toda la prisión carece de un aislamiento térmico medianamente decente en su cubierta (techo) lo cual no hace agradable la permanencia en el lugar los días de calor. Cada prisionero tras los trámites de rigor, hace traer de su casa un turboventilador. Los pabellones 5 y 6 son los más incómodos a la hora de dormir, ya que por estar próximos a la mesa de la guardia instalada en el pasillo central, si el personal de turno es ruidoso se dificulta el descanso. Por si no lo saben, en este mundo paralelo, no se aceptan quejas.
3
LA LIMPIEZA
Generalmente en las partes altas, próximas a los techos se ven telarañas y cucarachas al por mayor en toda la prisión, a las cuales generalmente sus ocupantes terminan acostumbrándose. Con una mirada benigna, podemos llegar a decir que la limpieza es medianamente respetable. Para tal fin solo hay detergente, lavandina y desodorante, todos abundantemente rebajados con agua, lo que obliga a cuidarlos para que alcancen hasta la próxima provisión semanal. Se utilizan, escoba, seca patio, trapos de pisos muy gastados o trozos de mantas. Es decir que faltan los productos en aerosol y elementos de limpieza profunda, los que dan: “olor a limpio”. Arquitectónicamente del 1 al 8 los pabellones son de techos bajos y planos por lo que difieren del 19, alto y a 2 aguas (CUATRO)… Continuará
El Houdini Japonés
◘
Por Holly Sawa.
Cuando Yoshie Shiratori fue encerrado en la famosa prisión japonesa de Abashiri en 1943, los guardias eran muy conscientes de su reputación como el artista del escape más infame del país.
Ya había escapado de dos prisiones diferentes en circunstancias asombrosas y ahora los guardias de Abashiri estaban preparados para su llegada. Le colocaron grilletes de hierro especialmente hechos en manos y tobillos y lo obligaron a entrar en áreas abiertas donde estuvo expuesto al frío glacial, golpeándolo cuando protestaba. Sin embargo, el astuto Shiratori una vez más demostró ser incapaz de ser detenido.
Todos los días, la prisión le servía a Shiratori un sencillo plato de sopa de miso para el almuerzo. Y todos los días, intencionalmente goteaba una pequeña cantidad sobre sus grilletes, hasta que meses de exposición al caldo salado corroyó los grilletes hasta el punto que pudo liberarse.
Entonces, Shiratori se dislocó los hombros para salir por una estrecha abertura en la puerta de su celda y huyó hacia la libertad. Luego pasó dos años enteros escondido en una mina abandonada, sólo para ser recapturado después de emerger. Pero cuando lo encarcelaron nuevamente, simplemente estalló una vez más.
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 6, 2024
Presunción de inocencia
♦
Por Hilda Pedroza-Mulvaney.
Un principio fundamental detrás del derecho a un juicio justo es que toda persona debe ser considerada inocente hasta que se pruebe su culpabilidad. Muchas personas acusadas de delitos finalmente serán declaradas inocentes. Por este motivo, cualquier restricción de los derechos de una persona acusada, como mantenerla en prisión preventiva, solo debe tener lugar cuando sea absolutamente necesario.
Es responsabilidad del Estado probar que alguien es culpable, no de la persona sospechosa de probar su inocencia. No se debe obligar a las personas a confesar un delito oa declarar contra sí mismas. En general, si alguien ejerce su derecho al silencio, no debe utilizarse como prueba de culpabilidad o como motivo para ponerlo en prisión preventiva.
Ser condenado por un delito tiene consecuencias graves, a veces devastadoras. Por lo tanto, los Estados deben probar la culpabilidad a un alto nivel. Si existe una “duda razonable”, se debe otorgar al acusado el beneficio de la duda y ser absuelto porque no se ha cumplido con la “carga de la prueba” del estado.
Se hace mejor justicia si los juicios se llevan a cabo sin demoras indebidas. Esto ayuda a proteger la presunción de inocencia y minimizar el impacto humano de los procesos penales en las víctimas, testigos y personas acusadas de delitos.
Los Estados no deben tratar a las personas como si fueran culpables antes de que hayan sido condenadas por un tribunal de justicia. No deben hacer declaraciones públicas de culpabilidad durante una investigación, usar medidas de restricción que hagan que alguien parezca peligroso o pasear a las personas arrestadas por lugares públicos para que los medios puedan fotografiarlas, lo que también se conoce como paseos criminales.
Los Estados no deben hacer numerosos intentos para tratar de obtener una condena. Si un caso va a juicio y no se prueba la culpabilidad, la persona no debe ser juzgada nuevamente a menos que existan circunstancias excepcionales. Esto requiere que el estado haga el trabajo de enjuiciamiento correctamente en primera instancia.
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 26, 2023
BOSQUEJOS DE UN MUNDO PARALELO (continuación)
Por Claudio Kussman.
LOS PABELLONES
La impresión que siempre me dieron los pabellones que van del 1 al 8, en la U 31 de Ezeiza, es que expresan más cárcel por la cantidad de rejas de los mismos, y las celdas muy pequeñas 2.10 por 2.70. Muchas de ellas con goteras. Sus ocupantes se vuelven más retraídos y algunos suelen comer solos en su interior. Yo hago lo mismo junto a mi cama, pero estoy en un ambiente abierto, transitado y en contacto con el resto de los adultos mayores. Como ya dijera la capacidad de estos pabellones es de 11 prisioneros, a la que se llegó luego de habilitar a mediados del año pasado, como celda, un cubículo que tenía la puerta de emergencia. Esta se corrió al mismo pasillo que separa las celdas enfrentadas. (UNO) Lo de puerta de emergencia es un eufemismo. La verdadera utilidad de estas es permitir el ingreso de grupos de choque ante un amotinamiento. Desde el pasillo central se ingresa al del pabellón a través de 2 puertas de rejas, al que da una sala de caldera, la entrada al comedor (DOS) de unos 8 metros por otros tantos, con tronera de vigilancia desde el pasillo central. Este ambiente se encuentra equipado con heladeras, TV, cocina con horno, mesada con pileta, y da a un patio interior, de 8 por 12 metros. El mismo permanece cerrado de noche.
1
CLAUSTROFÓBIA
Así descripto pareciera un lugar idílico y cómodo. Les puedo asegurar que es un espacio muy triste, en malas condiciones con puertas y ventiluces carcomidos por el óxido. En sí, el ambiente es asfixiante, pudiendo llegar a ser claustrofóbico. Volviendo al pasillo del pabellón de solo un metro diez de ancho, tenemos un lavadero de ropa de 3 por 2 metros (TRES), por lo general también muy deteriorado y frente al mismo el baño. Luego siguen las celdas todas con troneras de control visual y puertas de metal y madera. La de “emergencia” al final, solo de metal, está coronada con un burlón letrero verde con letras blancas que dice “SALIDA”. Frente a alguna de las celdas suele verse “estacionada” alguna silla de ruedas, la cual nos adelanta si su morador se encuentra o no en el lugar. La limpieza, por supuesto, a cargo de los prisioneros se efectúa 3 veces por semana. Las paredes de las pequeñas celdas están cubiertas por fotos familiares e imágenes religiosas y estas por su reducido tamaño están abarrotadas por las pertenencias de cada uno de sus ocupantes. Cada una posee atornillado a la pared un mueble metálico que combina un pequeño guardarropa y mesita. Junto a la cabecera de la cama, los ventiluces que dan al patio interno también están carcomidos por el óxido y consecuentemente es casi imposible cerrarlos. En invierno se taponan los resquicios con trozos de tela.
2
NO SE ACEPTAN QUEJAS
Toda la prisión carece de un aislamiento térmico medianamente decente en su cubierta (techo) lo cual no hace agradable la permanencia en el lugar los días de calor. Cada prisionero tras los trámites de rigor, hace traer de su casa un turboventilador. Los pabellones 5 y 6 son los más incómodos a la hora de dormir, ya que por estar próximos a la mesa de la guardia instalada en el pasillo central, si el personal de turno es ruidoso se dificulta el descanso. Por si no lo saben, en este mundo paralelo, no se aceptan quejas.
3
LA LIMPIEZA
Generalmente en las partes altas, próximas a los techos se ven telarañas y cucarachas al por mayor en toda la prisión, a las cuales generalmente sus ocupantes terminan acostumbrándose. Con una mirada benigna, podemos llegar a decir que la limpieza es medianamente respetable. Para tal fin solo hay detergente, lavandina y desodorante, todos abundantemente rebajados con agua, lo que obliga a cuidarlos para que alcancen hasta la próxima provisión semanal. Se utilizan, escoba, seca patio, trapos de pisos muy gastados o trozos de mantas. Es decir que faltan los productos en aerosol y elementos de limpieza profunda, los que dan: “olor a limpio”. Arquitectónicamente del 1 al 8 los pabellones son de techos bajos y planos por lo que difieren del 19, alto y a 2 aguas (CUATRO)… Continuará
4