En una república en descomposición no es extraño que los jueces falten a las obligaciones de su oficio. Lo difícil de comprender es que en los denominados juicios de lesa humanidad, donde se levanta e4l eslogan de “memoria, verdad y justicia” se cometan por parte de los funcionarios judiciales verdaderos actos de corrupción.
Con las formalidades del caso el 18 de octubre de 2023 presté declaración indagatoria en el juzgado Federal N° 2 de Neuquén en el marco del Expediente FGR 101180/2014. En la oportunidad se me atribuyó: “Haber contribuido a la ejecución del plan sistemático y clandestino de represión criminal estatal perpetrado en la República Argentina – entre los años 1976 y 1983 – por las Fuerzas Armadas, con la colaboración de las fuerzas de seguridad y sectores de la sociedad civil”.
El hecho que se imputa se habría cometido el 24 de marzo de 1976. En la oportunidad era oficial subalterno del Ejército Argentino, teniendo 28 años de edad y ostentaba el grado de Teniente Primero. Según el juez GUSTAVO VILLANUEVA , se llevó a cabo una persecución fundada en motivos políticos e ideológicos a periodistas, asignándose a tales conductas el carácter de crímenes de lesa humanidad.
Se me imputa haber realizado labores de inteligencia respecto de la asociación “Cooperativa de Viviendas de Periodistas Limitada” de Neuquén y su proyecto de edificación de la “Torre de periodistas I”, emplazada en la calle Periodistas Neuquinos N° 19 de esa Capital – en construcción desde el año 1972 –promoviendo, facilitando y/o participando de la posterior sustracción de constancias documentales, defraudación y apropiación de fondos aportados por los asociados para la adquisición de – al menos – veintiún (21) unidades funcionales (departamentos de tres y cuatro ambientes) hechos que resultan conexos de los delitos calificados como de lesa humanidad.
Esto es absolutamente falso. Fue una resolución del gobierno militar y de la dirección del Banco Hipotecario Nacional, aspecto que está documentado. Seguramente el hecho se habrá llevado a cabo por deficiencias de tipo administrativo, cuestiones ajenas al Destacamento de Inteligencia donde cumplía servicios y menos aún responsabilidad de un Teniente Primero. Pero se nota que era importante involucrar a oficiales de Inteligencia para poder caracterizar el hecho como de LESA HUMANIDAD.
Es de suponer que en tal oportunidad debió haber participado algún juzgado provincial o federal, dado a la acción que emprendieron instituciones nacionales. Lo que ocurre es que 47 años después este hecho, mas allá de que no se haya ajustado a derecho, es una acción que ha quedado prescripta. Pero al calificarse el hecho como de “lesa humanidad” se evita su prescripción y una serie de “avivados” pedirán el resarcimiento por los daños que supuestamente se le han causado, lo que ocasionará en el futuro una importante erogación por parte del Estado.
No quedan dudas que se ha buscado la forma de reactivar esta situación. Para ello se me imputa, junto con un Mayor y un Capitán – ambos del Ejército – que ya no declaran en estos juicios debido al agotamiento que produce ser acusados una y otra vez de delitos que no cometieron, en todos los casos sin pruebas concretas. También influye la edad avanzada que tenemos en la actualidad.
En síntesis, es un verdadero hecho de corrupción cubierto por una actuación judicial, que beneficiará a los denunciantes – un conjunto de supuestos periodistas – seguramente ya jubilados, que recibirán una muy buena suma de dinero. Asimismo, no sería extraño que parte de los beneficiados sean los ideólogos y gestores de esta trama ilícita.
Un nuevo año está a punto de comenzar y como dicen los abuelos “el pescado sin vender”.
En este 2024 quien escribe cumplirá veinte (20) largos años en la defensa de militares, policías y civiles en los denominados juicios de lesa humanidad. Mucho tiempo no?, y como viene la mano parecería que serán varios años más.
Reiteradas proclamas de “viva la liberad carajo” y “la libertad avanza”, pero de la libertad de quienes combatieron al terrorismo en los años 70, nada. Ni una palabra. Ni tan siguiera una simple mención.
Pero bueno, a horas de que comience un nuevo año, no creo que sea tiempo de complicados análisis políticos ni de evaluaciones sobre que nos deparará en el futuro, será lo que irremediablemente tenga que ser. Ya habrá tiempo para volver a ellos en las próximas columnas, ahora es tiempo de sinceros agradecimientos.
En primer lugar, a la página PRISIONERO EN ARGENTINA, no solo por haber confiado en este simple abogado como su columnista, sino por la absoluta libertad que me da para expresarse abiertamente y sin reparo alguno, respetando férreamente los contenidos de los escritos, los cuales en su gran mayoría comparte las opiniones vertidas, aunque a veces no tanto. Gracias miles.
A los lectores, que han convertido a esta columna en una de las leídas del sitio. Un gran agradecimiento de corazón. Sobre todo a los que se toman unos minutos para expresar un comentario, sea favorable o en disidencia. A los que apoyan y felicitan los contenidos de esta columna, porque me dan la fuerza y el estímulo necesario para seguir escribiendo; a los que discrepan porque me permite reevaluar algunos conceptos sea para confirmarlos, sea para repensarlos desde otra óptica. Aunque muchas veces no los conteste, les aseguro que los leo a todos, en mis permitidos entre tiempos de mis obligaciones legales.
A los familiares de los detenidos en las causas llamadas de lesa, porque siempre trato de ponerme en su lugar, no pudiendo dejar de pensar en las penurias y angustias que sobrellevan estoicamente desde hace tanto tiempo, pero más que nada en la fortaleza y el vigor que demuestran día tras día, para sobreponerse a la arbitrariedad y la injusticia.
A mis queridos detenidos, “mi leitmotiv”. A los que tengo el honor de representar legalmente y a los que no, sean que estén en una cárcel, en detención domiciliaria o tengan una fechada libertad; sin olvidar a lo que ya no están con nosotros. De todos algo he aprendido y eso es un valor que se guarda en lo más profundo del corazón, logrando un sentimiento de afecto que ya los equipara a miembros de mi familia. A ellos va dedicada cada columna de cada semana, con la humilde intención de trasmitir lo que ellos quisieran decir y no tienen la oportunidad de poder hacerlo. Ojalá este cumpliendo con ese modesto propósito.
Como dije nadie sabe, a ciencia cierta, que traerá este nuevo año a los que habitamos el “MUNDO LESA”. Sea lo que sea, tengan las más plena seguridad que, por lo menos a mi respecto, me traerá la renovación del más firme y tenaz compromiso de seguir peleando por la VERDAD y la LIBERTAD de los que aún siguen prisioneros del odio y la venganza, como de todo aquel que corra la misma desdichada suerte; tal como representativamente señala el dominio de esta página.
Hace mucho escuché a una descendiente de incas contar una maravillosa historia. La misma dice que en algún tiempo un magnífico payaso pisó estas tierras. Cuentan que era tal su prodigio para hacer reír, que su sola presencia hacia destornillar de risa a sus espectadores. De todos partes del mundo venían a verlo. Pero un día, su eterna sonrisa se transmutó en una atribulada tristeza. Un mal incurable acechaba a su pequeño y único hijo. Había recurrido a los mejores médicos, pero ninguno encontraba una cura al mal. Incluso había visitado curanderos y brujos, quienes tampoco le daban ni siquiera un alivio a su sufriente hijo. Un día, agotado y sin esperanzas, un compañero de circo le dijo: “y si le pedís a Dios, dicen que El todo lo puede”. Sin mucho ánimo, concurrió a la Iglesia más cercana. Entró. En frente vio a un señor clavado en una cruz, a su derecha miró y vio personas que parecieran santos, a su izquierda vio una mujer con un bebe en brazos, que parecía una virgen. No sabía qué hacer, jamás había ido a misa, ni siquiera era creyente. Entonces hizo lo único que sabía hacer, su rutina del circo. Comenzó a deambular por la Iglesia. Iba y venía haciendo su monigotadas. Cuando terminó, miró al frente, y vio que el señor en la cruz reía. Miró a su derecha y vio que los santos también reían. Miro a su izquierda, la mujer y el niño también reían.
Por eso querido lector, desde esta columna les dejo modestamente mis mejores payadas.
Simplemente gracias por acompañarme y acompañar a este portal en esta épica cruzada, con el sincero anhelo de que lo sigan haciendo en este 2024 que está por comenzar. Como dijo el gran Gustavo Ceratti: “No sólo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor desde el comienzo. Algunos siguen hasta hoy… ¡Gracias totales!”.
Luego de los dichos de Juan José Gómez Centurión, Nilda Garré ingresó en la Cámara de Diputados un proyecto para penalizar el “negacionismo”, buscando incorporar en el Código Penal un artículo que establece que “será reprimido con prisión de seis meses a dos años y con multa de 10.000 a 200.000 pesos quien públicamente negara, minimizara, justificara y/o aprobara cualquier forma de genocidio o crímenes contra la humanidad” agravando la pena en el caso de que se tratara de un funcionario público. Sin embargo, lejos de asimilarse a las leyes que rigen en Alemania en relación al Holocausto, con las que Garré trató de avalar jurídicamente su propuesta no hace más que restringir ferozmente la libertad de expresión y el debate de ideas sobre una época que, con muchos claroscuros, constituye una herida muy reciente que sigue provocando sentimientos encontrados y exacerbando pasiones en la sociedad. Es que los juicios de Lesa Humanidad no terminaron, y así como aún hay víctimas que buscan una respuesta del Estado, también hay grandes cuestionamientos sobre la legalidad de los procesos y la forma de buscar el esclarecimiento de los hechos. Sobre estos asuntos, no hay una página cerrada. Todo lo contrario. Hoy, a través de libros, publicaciones web o programas de televisión, se debate la cifra de los desaparecidos, el número de indemnizaciones recibidas, los subsidios a organizaciones de DDHH, el papel de los civiles durante el gobierno de facto o el juicio pendiente a las facciones guerrilleras, de manera que incriminar el hecho de hacerse preguntas que todavía no tienen respuesta o contestar aquellos cuestionamientos que parecían difíciles de resolver.
Todo se contradice con el aval que Garré otorgó durante años a la Secretaría de Coordinación del Pensamiento Nacional y al Instituto Dorrego cuando se propusieron reescribir la historia nacional. Así, me preocupa el alcance que pudiera tener la nueva ley, pues para la exaltación pública de cualquier crimen, como medio idóneo para provocar la comisión de esos delitos, ya existe la figura de la “apología del crimen”; de forma que crear un tipo penal de la manera en que fue redactado no hace más que incriminar el público debate que pudiera girar en torno de esos polémicos hechos, es decir que, sin una legítima razón, se busca eliminar justamente aquello que le adeudamos los argentinos a nuestra historia nacional: un auténtico juicio de la verdad.
Ciudadanos cada vez más preocupados por la situación judicial del país.
[one_half padding=”0 30px 0 0″]
Proyecto de Garré
La diputada por el Frente para la Victoria Nilda Garré ha presentado un proyecto de ley para transformar en delito, con pena de prisión, la minimización de cualquier forma de delito de lesa humanidad. O sea de acciones represivas llevadas a cabo en la lucha contra la subversión de los años 70, entre las cuales se cuenta negar que hayan sido 30.000 los desaparecidos, cifra que, así, quedaría erigida en dogma fuera de discusión. Sobre el particular, cabe recordar que Nilda Garré se desempeñó activamente en Montoneros, con el apodo de “Comandante Teresa”.
Juan Luis Gallardo
DNI 4.150.383
[/one_half]
[one_half_last padding=”0 0 0 30px”]
Lesa humanidad
Coincido con la carta del señor Ayerra en el sentido de que una organización armada no estatal puede cometer delitos de lesa humanidad. Pero no es el caso de Montoneros, ERP, FAR, FAP y otras que operaron en los 70 simplemente porque ese delito no estaba sancionado en la Argentina, que hizo entrar en vigor el Estatuto de Roma para su territorio mediante ley 26.200, del 5-1-2007, y su artículo 13. El propio estatuto, en el artículo 24, y nuestra Constitución, en el 18, impiden su aplicación retroactiva. Para que se entienda bien: lo que mantiene en juzgamiento y presos a agentes penitenciarios, policías, baqueanos, mujeres, ex magistrados, ancianos que eran entonces jóvenes oficiales y hasta a héroes y defensores tanto de Malvinas como de la democracia instaurada en 1983 no existe como ley. Es un criterio jurisprudencial creado por la mayoría de la Corte kirchnerista en los fallos “Arancibia Clavel” y “Simón” -con la disidencia nada menos que de Fayt, Belluscio y Vázquez- seguido obedientemente por los magistrados de instancias inferiores. Si Gil Lavedra y sus colegas no lo conocían cuando condenaron a las juntas, ¿cómo exigir que lo conocieran los suboficiales de nuestras fuerzas armadas y de seguridad? Se renunció a la legalidad para derrotar rápidamente a la subversión, y se vuelve a renunciar a ella para castigar ese acto.
Para poder juzgar a los militares y que no actúe la prescripción, algunos jueces sostuvieron que había un delito, el de “lesa humanidad”, que, si bien no es producto de una ley escrita, siempre estuvo en la historia y en las costumbres. Inauguramos la era de la aplicación de los tipos penales no escritos. Consecuencia: luego de doce años, ahora todo es “lesa”: la corrupción, el Operativo Independencia, la trata, La Tablada y vaya a saber qué otra cosa que se les ocurra a los magistrados.
Señores legisladores, sáquennos de este lamentable y peligrosísimo retroceso republicano y hagan como los países serios: incorporen el artículo 7 del Estatuto de Roma al Código Penal. La ley penal sólo es obligatoria una vez publicada, luego de haber pasado por ambas cámaras legislativas, única forma que sea el producto de la voluntad soberana del pueblo representado. Cualquier otra cosa es demagogia disfrazada de justicia.
JUSTICIA PREVARICADORA Y CORRUPTA
◘
En una república en descomposición no es extraño que los jueces falten a las obligaciones de su oficio. Lo difícil de comprender es que en los denominados juicios de lesa humanidad, donde se levanta e4l eslogan de “memoria, verdad y justicia” se cometan por parte de los funcionarios judiciales verdaderos actos de corrupción.
Con las formalidades del caso el 18 de octubre de 2023 presté declaración indagatoria en el juzgado Federal N° 2 de Neuquén en el marco del Expediente FGR 101180/2014. En la oportunidad se me atribuyó: “Haber contribuido a la ejecución del plan sistemático y clandestino de represión criminal estatal perpetrado en la República Argentina – entre los años 1976 y 1983 – por las Fuerzas Armadas, con la colaboración de las fuerzas de seguridad y sectores de la sociedad civil”.
El hecho que se imputa se habría cometido el 24 de marzo de 1976. En la oportunidad era oficial subalterno del Ejército Argentino, teniendo 28 años de edad y ostentaba el grado de Teniente Primero. Según el juez GUSTAVO VILLANUEVA , se
llevó a cabo una persecución fundada en motivos políticos e ideológicos a periodistas, asignándose a tales conductas el carácter de crímenes de lesa humanidad.
Se me imputa haber realizado labores de inteligencia respecto de la asociación “Cooperativa de Viviendas de Periodistas Limitada” de Neuquén y su proyecto de edificación de la “Torre de periodistas I”, emplazada en la calle Periodistas Neuquinos N° 19 de esa Capital – en construcción desde el año 1972 –promoviendo, facilitando y/o participando de la posterior sustracción de constancias documentales, defraudación y apropiación de fondos aportados por los asociados para la adquisición de – al menos – veintiún (21) unidades funcionales (departamentos de tres y cuatro ambientes) hechos que resultan conexos de los delitos calificados como de lesa humanidad.
Esto es absolutamente falso. Fue una resolución del gobierno militar y de la dirección del Banco Hipotecario Nacional, aspecto que está documentado. Seguramente el hecho se habrá llevado a cabo por deficiencias de tipo administrativo, cuestiones ajenas al Destacamento de Inteligencia donde cumplía servicios y menos aún responsabilidad de un Teniente Primero. Pero se nota que era importante involucrar a oficiales de Inteligencia para poder caracterizar el hecho como de LESA HUMANIDAD.
Es de suponer que en tal oportunidad debió haber participado algún juzgado provincial o federal, dado a la acción que emprendieron instituciones nacionales. Lo que ocurre es que 47 años después este hecho, mas allá de que no se haya ajustado a derecho, es una acción que ha quedado prescripta. Pero al calificarse el hecho como de “lesa humanidad” se evita su prescripción y una serie de “avivados” pedirán el resarcimiento por los daños que supuestamente se le han causado, lo que ocasionará en el futuro una importante erogación por parte del Estado.
No quedan dudas que se ha buscado la forma de reactivar esta situación. Para ello se me imputa, junto con un Mayor y un Capitán – ambos del Ejército – que ya no declaran en estos juicios debido al agotamiento que produce ser acusados una y otra vez de delitos que no cometieron, en todos los casos sin pruebas concretas. También influye la edad avanzada que tenemos en la actualidad.
En síntesis, es un verdadero hecho de corrupción cubierto por una actuación judicial, que beneficiará a los denunciantes – un conjunto de supuestos periodistas – seguramente ya jubilados, que recibirán una muy buena suma de dinero. Asimismo, no sería extraño que parte de los beneficiados sean los ideólogos y gestores de esta trama ilícita.
JORGE HÉCTOR DI PASCUALE
Detenido desde hace 14 años en prisión preventiva
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 5, 2024
OTRO AÑO NUEVO EN EL MUNDO DE LOS DE LESA
♦
Un nuevo año está a punto de comenzar y como dicen los abuelos “el pescado sin vender”.
En este 2024 quien escribe cumplirá veinte (20) largos años en la defensa de militares, policías y civiles en los denominados juicios de lesa humanidad. Mucho tiempo no?, y como viene la mano parecería que serán varios años más.
Reiteradas proclamas de “viva la liberad carajo” y “la libertad avanza”, pero de la libertad de quienes combatieron al terrorismo en los años 70, nada. Ni una palabra. Ni tan siguiera una simple mención.
En primer lugar, a la página PRISIONERO EN ARGENTINA, no solo por haber confiado en este simple abogado como su columnista, sino por la absoluta libertad que me da para expresarse abiertamente y sin reparo alguno, respetando férreamente los contenidos de los escritos, los cuales en su gran mayoría comparte las opiniones vertidas, aunque a veces no tanto. Gracias miles.
A los lectores, que han convertido a esta columna en una de las leídas del sitio. Un gran agradecimiento de corazón. Sobre todo a los que se toman unos minutos para expresar un comentario, sea favorable o en disidencia. A los que apoyan y felicitan los contenidos de esta columna, porque me dan la fuerza y el estímulo necesario para seguir escribiendo; a los que discrepan porque me permite reevaluar algunos conceptos sea para confirmarlos, sea para repensarlos desde otra óptica. Aunque muchas veces no los conteste, les aseguro que los leo a todos, en mis permitidos entre tiempos de mis obligaciones legales.
A los familiares de los detenidos en las causas llamadas de lesa, porque siempre trato de ponerme en su lugar, no pudiendo dejar de pensar en las penurias y angustias que sobrellevan estoicamente desde hace tanto tiempo, pero más que nada en la fortaleza y el vigor que demuestran día tras día, para sobreponerse a la arbitrariedad y la injusticia.
A mis queridos detenidos, “mi leitmotiv”. A los que tengo el honor de representar legalmente y a los que no, sean que estén en una cárcel, en detención domiciliaria o tengan una fechada libertad; sin olvidar a lo que ya no están con nosotros. De todos algo he aprendido y eso es un valor que se guarda en lo más profundo del corazón, logrando un sentimiento de afecto que ya los equipara a miembros de mi familia. A ellos va dedicada cada columna de cada semana, con la humilde intención de trasmitir lo que ellos quisieran decir y no tienen la oportunidad de poder hacerlo. Ojalá este cumpliendo con ese modesto propósito.
Como dije nadie sabe, a ciencia cierta, que traerá este nuevo año a los que habitamos el “MUNDO LESA”. Sea lo que sea, tengan las más plena seguridad que, por lo menos a mi respecto, me traerá la renovación del más firme y tenaz compromiso de seguir
peleando por la VERDAD y la LIBERTAD de los que aún siguen prisioneros del odio y la venganza, como de todo aquel que corra la misma desdichada suerte; tal como representativamente señala el dominio de esta página.
Hace mucho escuché a una descendiente de incas contar una maravillosa historia. La misma dice que en algún tiempo un magnífico payaso pisó estas tierras. Cuentan que era tal su prodigio para hacer reír, que su sola presencia hacia destornillar de risa a sus espectadores. De todos partes del mundo venían a verlo. Pero un día, su eterna sonrisa se transmutó en una atribulada tristeza. Un mal incurable acechaba a su pequeño y único hijo. Había recurrido a los mejores médicos, pero ninguno encontraba una cura al mal. Incluso había visitado curanderos y brujos, quienes tampoco le daban ni siquiera un alivio a su sufriente hijo. Un día, agotado y sin esperanzas, un compañero de circo le dijo: “y si le pedís a Dios, dicen que El todo lo puede”. Sin mucho ánimo, concurrió a la Iglesia más cercana. Entró. En frente vio a un señor clavado en una cruz, a su derecha miró y vio personas que parecieran santos, a su izquierda vio una mujer con un bebe en brazos, que parecía una virgen. No sabía qué hacer, jamás había ido a misa, ni siquiera era creyente. Entonces hizo lo único que sabía hacer, su rutina del circo. Comenzó a deambular por la Iglesia. Iba y venía haciendo su monigotadas. Cuando terminó, miró al frente, y vio que el señor en la cruz reía. Miró a su derecha y vio que los santos también reían. Miro a su izquierda, la mujer y el niño también reían.
Por eso querido lector, desde esta columna les dejo modestamente mis mejores payadas.
Simplemente gracias por acompañarme y acompañar a este portal en esta épica cruzada, con el sincero anhelo de que lo sigan haciendo en este 2024 que está por comenzar. Como dijo el gran Gustavo Ceratti: “No sólo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor desde el comienzo. Algunos siguen hasta hoy… ¡Gracias totales!”.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 31, 2023
EL CIRCO DE LOS JUICIOS DE “lesa Humanidad” . VIDEOS REVELADORES
Jueces, fiscales y demás exhibiendo su amor a la ley en estos tétricos videos que debemos llamar juicios para darle alguna descripción.
[ezcol_1half]
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]PrisioneroEnArgentina.com
Julio 26, 2017
¿Incriminar el revisionismo?
[two_third padding=”0 30px 0 30px”]Escribe Agustín Ulivarri Rodi.
Luego de los dichos de Juan José Gómez Centurión, Nilda Garré ingresó en la Cámara de Diputados un proyecto para penalizar el “negacionismo”, buscando incorporar en el Código Penal un artículo que establece que “será reprimido con prisión de seis meses a dos años y con multa de 10.000 a 200.000 pesos quien públicamente negara, minimizara, justificara y/o aprobara cualquier forma de genocidio o crímenes contra la humanidad” agravando la pena en el caso de que se tratara de un funcionario público. Sin embargo, lejos de asimilarse a las leyes que rigen en Alemania en
relación al Holocausto, con las que Garré trató de avalar jurídicamente su propuesta no hace más que restringir ferozmente la libertad de expresión y el debate de ideas sobre una época que, con muchos claroscuros, constituye una herida muy reciente que sigue provocando sentimientos encontrados y exacerbando pasiones en la sociedad. Es que los juicios de Lesa Humanidad no terminaron, y así como aún hay víctimas que buscan una respuesta del Estado, también hay grandes cuestionamientos sobre la legalidad de los procesos y la forma de buscar el esclarecimiento de los hechos. Sobre estos asuntos, no hay una página cerrada. Todo lo contrario. Hoy, a través de libros, publicaciones web o programas de televisión, se debate la cifra de los desaparecidos, el número de indemnizaciones recibidas, los subsidios a organizaciones de DDHH, el papel de los civiles durante el gobierno de facto o el juicio pendiente a las facciones guerrilleras, de manera que incriminar el hecho de hacerse preguntas que todavía no tienen respuesta o contestar aquellos cuestionamientos que parecían difíciles de resolver.
Todo se contradice con el aval que Garré otorgó durante años a la Secretaría de Coordinación del Pensamiento Nacional y al Instituto Dorrego cuando se propusieron reescribir la historia nacional. Así, me preocupa el alcance que pudiera tener la nueva ley, pues para la exaltación pública de cualquier crimen, como medio idóneo para provocar la comisión de esos delitos, ya existe la figura de la “apología del crimen”; de forma que crear un tipo penal de la manera en que fue redactado no hace más que incriminar el público debate que pudiera girar en torno de esos polémicos hechos, es decir que, sin una legítima razón, se busca eliminar justamente aquello que le adeudamos los argentinos a nuestra historia nacional: un auténtico juicio de la verdad.

[/two_third]PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 16, 2017
Cartas de lectores de LA NACIÓN: Proyecto de Garré y Lesa Humanidad
Ciudadanos cada vez más preocupados por la situación judicial del país.
[one_half padding=”0 30px 0 0″]Proyecto de Garré
La diputada por el Frente para la Victoria Nilda Garré ha presentado un proyecto de ley para transformar en delito, con pena de prisión, la minimización de cualquier forma de delito de lesa humanidad. O sea de acciones represivas llevadas a cabo en la lucha contra la subversión de los años 70, entre las cuales se cuenta negar que hayan sido 30.000 los desaparecidos, cifra que, así, quedaría erigida en dogma fuera de discusión. Sobre el particular, cabe recordar que Nilda Garré se desempeñó activamente en Montoneros, con el apodo de “Comandante Teresa”.
Juan Luis Gallardo
DNI 4.150.383
[/one_half] [one_half_last padding=”0 0 0 30px”]Lesa humanidad
Coincido con la carta del señor Ayerra en el sentido de que una organización armada no estatal puede cometer delitos de lesa humanidad. Pero no es el caso de Montoneros, ERP, FAR, FAP y otras que operaron en los 70 simplemente porque ese delito no estaba sancionado en la Argentina, que hizo entrar en vigor el Estatuto de Roma para su territorio mediante ley 26.200, del 5-1-2007, y su artículo 13. El propio estatuto, en el artículo 24, y nuestra Constitución, en el 18, impiden su aplicación retroactiva. Para que se entienda bien: lo que mantiene en juzgamiento y presos a agentes penitenciarios, policías, baqueanos, mujeres, ex magistrados, ancianos que eran entonces jóvenes oficiales y hasta a héroes y defensores tanto de Malvinas como de la democracia instaurada en 1983 no existe como ley. Es un criterio jurisprudencial creado por la mayoría de la Corte kirchnerista en los fallos “Arancibia Clavel” y “Simón” -con la disidencia nada menos que de Fayt, Belluscio y Vázquez- seguido obedientemente por los magistrados de instancias inferiores. Si Gil Lavedra y sus colegas no lo conocían cuando condenaron a las juntas, ¿cómo exigir que lo conocieran los suboficiales de nuestras fuerzas armadas y de seguridad? Se renunció a la legalidad para derrotar rápidamente a la subversión, y se vuelve a renunciar a ella para castigar ese acto.
Ricardo Saint Jean
DNI 10.924.885
[/one_half_last]Jueces legisladores
Por Ricardo Saint Jean.
En Cartas de lectores del diario La Nación.
Para poder juzgar a los militares y que no actúe la prescripción, algunos jueces sostuvieron que había un delito, el de “lesa humanidad”, que, si bien no es producto de una ley escrita, siempre estuvo en la
historia y en las costumbres. Inauguramos la era de la aplicación de los tipos penales no escritos. Consecuencia: luego de doce años, ahora todo es “lesa”: la corrupción, el Operativo Independencia, la trata, La Tablada y vaya a saber qué otra cosa que se les ocurra a los magistrados.
Señores legisladores, sáquennos de este lamentable y peligrosísimo retroceso republicano y hagan como los países serios: incorporen el artículo 7 del Estatuto de Roma al Código Penal. La ley penal sólo es obligatoria una vez publicada, luego de haber pasado por ambas cámaras legislativas, única forma que sea el producto de la voluntad soberana del pueblo representado. Cualquier otra cosa es demagogia disfrazada de justicia.