El día de San Valentín

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Casado o de novio en el Día de San Valentín, una cosa está clara: la historia del Día de San Valentín se remonta a mucho tiempo atrás. Y aunque el Día de San Valentín ahora es conocido por los besos, los regalos del Día de San Valentín y las reservas para cenar difíciles de conseguir, los orígenes de la festividad son mucho menos románticos. Aquí, la historia del Día de San Valentín que no se convertiría en una comedia romántica, con un santo, una masacre e incluso las monjas pecadoras del Día de San Valentín.

 

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Febrero 14, 2024


¿De dónde viene el nombre de Europa?

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  Por Charlotte Vidori.

Europa existía como una construcción conceptual mucho antes de que los geógrafos comenzaran a discutir si hay siete continentes o seis (el último modelo considera que Europa y Asia son un solo continente). Los antiguos griegos dividieron el mundo en tres unidades principales: Europa, Asia y Libia, la última de las cuales se refería a la conocida parte norte de África. Esas fueron las divisiones que utilizó Ptolomeo cuando trazó su mapa del mundo en la Guía de Geografía (Geōgraphikē hyphēgēsis) en el siglo II d.C. Entonces la noción de Europa es muy antigua, pero ¿de dónde viene el nombre?

Hay varias teorías. Desde un enfoque lingüístico, algunos estudiosos creen que el nombre de Europa tiene un origen descriptivo. Quienes recurren al idioma griego antiguo para analizar sus raíces combinan eurys, que significa “ancho”, y ops, que significa “rostro” u “ojo”, para llegar a “mirar ampliamente” como una descripción apropiada de la amplia costa de Europa tal como se ve. desde la perspectiva a bordo de los griegos marítimos. Por extensión, creen que esta frase connota “continente”. Los viajeros aventureros que se acercaron a las tierras del norte informaron de la existencia de sistemas montañosos y cuencas fluviales mucho mayores que las de la región mediterránea, junto con climas muy diferentes a los que experimentaron los griegos, sin mencionar los extensos bosques primigenios y las extensas estepas.

Otros eruditos han argumentado que el origen del nombre Europa se encuentra en la lengua semítica acadia que se hablaba en la antigua Mesopotamia. Señalan la palabra acadia erebu, que significa “puesta de sol”, y razonan que, desde la perspectiva mesopotámica, el sol poniente occidental descendió sobre Europa. Como corolario, citan la palabra acadia para amanecer, asu, de la que creen que se deriva el nombre de Asia. Desde una zona cero mesopotámica, el sol naciente por el este habría ascendido desde Asia.

Una teoría en competencia ubica el epónimo de Europa en la mitología, específicamente en las muchas versiones de historias sobre la diosa Europa, algunas de las cuales se remontan a milenios. Una de las versiones más antiguas identifica a Europa como una de las Oceánides, las 3.000 ninfas marinas que ocupaban un nivel inferior en la jerarquía de la mitología griega. Europa fue una de las 41 de estas deidades menores que se consideraban dignas de ser nombradas. Otras versiones vinculan a Europa con Deméter, la diosa de la tierra y la agricultura. Aunque no se sabe con certeza qué nombre apareció primero, se supone que Europa era un nombre pregriego local para una diosa de la tierra, mientras que Deméter es un nombre griego o greificado para una deidad más regional. En la versión más conocida del mito de Europa, Europa (la hija de Fénix o de Agenor, rey de Fenicia) fue secuestrada por Zeus, que se había disfrazado de toro blanco. Zeus se la llevó de Fenicia a Creta, donde le dio tres hijos: Minos, Radamantis y Sarpedón.

 


PrisioneroEnArgentina.com

Diciembre 21, 2023


 

“…Volando por la Eternidad…

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Por JORGE BERNABE LOBO ARAGON

Que las mayores luminarias del cielo, el sol o la luna, de pronto desaparezcan o cambien de lugar con tanta naturalidad, son acontecimientos fascinantes que nos indican sobre el misterio insondable de la creación. Este pez volador, mote especial con el que últimamente se me bautizó por mis atributos de surcar los vientos y mares; en una bilocación constante ha visto en cuerpo y alma la maravilla del firmamento eternal. Muchos interpretarán que son visiones entre sueños que se presentan en mi imaginación. No obstantes mis observaciones y escritos van demostrando en el tiempo que mis alteraciones y desplazamientos astrales son fruto de algo superior y seráfico. Pocos pueden comprender el privilegio divino de acariciar o palpar el infinito por la gracia de Dios. Como; de pronto; casi al instante sin espacio de tiempo me encuentro en mi nido cósmico observando el presagio espectacular e impresionante de un eclipse. Que esos fenómenos celestes además estén ligados y unidos de manera perenne a los ciclos de la vida y de la naturaleza en su totalidad. Sí. Tal vez entre nosotros podemos conocer cómo se produce el portento de un eclipse. La tierra que hace sombra sobre la luna o la luna que se mete entre el sol y la tierra. Pero el milagro celeste y espacial que se vislumbra desde lo alto es colosal. El suceso astronómico y galáctico es como una rueda hacia la eternidad. Si antes de Cristo se podía prever su existencia y la de otros astros como puntos de medición revelados por los reyes magos en los meses de luna llena en búsqueda del Señor; como tratar de entender que este pájaro soñador los pueda ver y observar en todo su esplendor y magnificencia. Seguramente, Muchos hemos dibujado a los satélites de Júpiter en una cartulina en clase de geografía. Parecen las bolitas que los changos de antes en las calles de polvo y tierra usaban para sacarla del hoyuelo hecho a mano con un dedo en donde había que embocar. Tal vez eran tiempos olvidados en donde la gente, la sociedad y el mundo se preocupaban por lo que sucedía en los planos superiores. Momentos de la historia en donde también a Galileo se le ocurrió mirar las estrellas y se encontró con lo asombroso y transcendental. Se tropezó también por obra del destino con lo que desde mi nido sideral puedo hoy de sol a sol contemplar y admirar. El físico y astrónomo Italiano tal vez observó en noches de insomnio, mirando el cielo absorto como esos bonitos satélites giraban en torno al poderoso Júpiter. Con el tiempo astrónomos y científicos aventurándose con la mitología, la literatura y la poesía fueron cambiándole los nombres para no exasperar al rey de todos los dioses del olimpo. Desde ese eterno espacio maravillado por su inmensidad, no dejo de pensar en la indiscreción e impertinencia de este Galileo. Se le dio además de mirar el cielo por espiar y curiosear nada más que al padre Zeus, dios supremo de los griegos y equivalente romano de júpiter. Este titán del olimpo de figura impotente y majestuosa que explotaba la fuerza de los cielos, la lluvia, la nieve el granizo y la tormenta fue incomodado por un simple observador , ciego , rechazado por la iglesia y confinado a prisión . Si el que descubrió las cuatro lunas de Júpiter provocó y desafió a quien con su rayo y oscureciendo los cielos como un águila se encontraba escanciando y vertiendo licores rodeado de sus amantes predilectas. Desde mi morada cósmica privilegiada bajo el cielo estrellado este pájaro soñador corrobora una vez más la obra suprema de una perfecta, armoniosa y bella estabilidad. Este universo que representa lo inmutable lo supremo, que responde a un plan eterno y orden perfecto me sido revelado tal vez como un don carismático en que días vendrá en lo que hoy es misterio será puesto a luz.

PrisioneroEnArgentina.com

Septiembre 16, 2017