Por el año 2009 escribí un libro digital titulado “El problema del terrorismo”. Convencido de que podía ser útil, no recurrí a ninguna editorial. Y lo publiqué gratis en internet en Google y en Monografías.
Quizás con cierta soberbia pensé que no existiendo limitaciones económicas ni de distancia, podría ser leído y de ser erróneo, recibir críticas desde “sangrientas y crueles” a “diplomáticas” y hasta burlonas. Y esto me interesaba, porque me siento totalmente comprometido contra el terrorismo y me alentaba que mis reflexiones impulsaran a otros con mayores títulos que yo a mejorar esa lucha contraterrorista.
Debo destacar, que tuve mi enemigo terrorista entre 1965 y 1983, que se ha preocupado por escribir sobre mi persona, pero no consideraron de interés esbozar una crítica sobre mi trabajo.
Hasta hoy, pienso que el tema es sumamente importante para la Humanidad para que sea pésimo o por lo menos innecesario de discutir.
Y esto lo formulo, convencido que para criticar a un libro, es necesario primero leerlo. O leer lo que opinan críticos del libro que gastaron tiempo en su lectura.
Lo que no entiendo, es cómo hacer para criticar un libro sin leerlo ni conocer de alguna manera lo que dice.
Hoy, 8 años después, veo que aparecen nuevos escritos sobre “el terrorismo”. Y son muy respetables y necesarios de tener en cuenta. Pero en ninguno veo un atisbo que indique que se ha perdido tiempo en leer mi libro. No solo resultó inaceptable sino merecedor del desconocimiento de su existencia.
En algo, pasa lo que ocurre con nosotros, los presos políticos, donde escribimos a todos lados, pero no generan respuesta. Como si no existiéramos. Y todo lo que nos rodea corre la misma suerte. Fíjense que el periodismo siempre tan ávido de noticias, no ha notado que dentro de la cárcel de mujeres de Ezeiza hay un pabellón de presos políticos. Y al no existir nos vemos beneficiados evitando ser insultados por ser desconocidos.
¿Por qué estos pensamientos? Bueno mi libro tiene 256 páginas que explican lo que es el terrorismo en todas sus manifestaciones. Y sin dar soluciones magistrales o respaldadas en curriculums académicos, son las enseñanzas de haber vivido intensamente, unos 17 años de terrorismo subversivo, más de 51 años de terrorismo gubernamental y espectador de más de 30 años de terrorismo mercenario. Y sobre estos dos últimos, seguirlo sufriendo posiblemente hasta mi muerte.
Es cierto, que muchos sufren esto, pero no sienten la necesidad de reflexionar sobre el problema. Y en la mayoría de las veces las reflexiones apuntan a aprovechar estas desgracias de la Humanidad, para sacar agua para su molino.
Ante esto, y viendo reverdecer el tema y el agua para el propio molino, no voy a dejar de lamentar el tiempo que me llevó mi modesto libro, que amo como ocurre con todo lo que hacemos.
Por este motivo, no voy a escribir otro. Ya tengo el que estoy haciendo con el temor que escribo sintiendo los pinchazos de la Parca, que ya me quiere sacar del mundo.
Pero les dejo algunas máximas emergentes de mis reflexiones sobre el terrorismo, originadas luego de publicarlo gratis por internet:
Actualmente, las FFAA en el mundo, no están capacitadas para luchar contra el terrorismo dentro de su propio territorio. Por supuesto las nuestras tampoco.
La lucha contra el terrorismo, tiene en la profesionalidad policial[1], la mejor expectativa de lucha contra el terrorismo en el interior de un país. Evidentemente carecemos de esa profesionalidad.
La lucha contra todos los terrorismos, impone la conducción superior de la nación, donde se debe compatibilizar – en nuestro caso – los tres poderes del Estado para sincronizar una lucha enérgica contra las bandas terroristas que existan de afuera y de adentro – pero respetando con firmeza, la constitución nacional y la independencia de los poderes que impone sí, una seria coordinación funcional.
El principal medio de lucha, es la formación desde la niñez, de la personalidad del ser argentino, que se materializa en una educación integral dispuesta a luchar contra cualquier terrorismo, empleando los medios que la constitución y las leyes establecen.
La población es el núcleo de lucha contra el terrorismo. Y esto emerge también de la educación a proporcionar.
Un ejemplo fundamental, es la prescindencia de estructuras al margen de nuestro sistema legal. Si se cree necesario crear la justicia militar, debe ser dentro del Poder Judicial (aún cuando pueda o no estar compuesto por militares). Recordar que el PEN no puede sancionar a nadie. Si se ve necesario organizar dependencias de asuntos internos de las organizaciones de seguridad, dentro del Poder Judicial, etc.
Obviamente esto impone un sistema de supervisión del Poder Judicial, sumamente severo y eficaz, para “sin elasticidades” imponer la ley dentro del mismo.
Y teniendo en cuenta mi experiencia vigente de mis dos libros anteriores[2], sigo escribiendo mi tercer trabajo, que Díos dirá si puedo terminar.
[1] Fuerzas de Seguridad (Gendarmeria, Prefectura y la Policía Aérea) y Policía Federal y provinciales.
[2] “El problema del Terrorismo” y “La Seguridad Pública”
Escribe My (RE) Carlos Españadero
Por el año 2009 escribí un libro digital titulado “El problema del terrorismo”. Convencido de que podía ser útil, no recurrí a ninguna editorial. Y lo publiqué gratis en internet en Google y en Monografías.
Quizás con cierta soberbia pensé que no existiendo limitaciones económicas ni de distancia, podría ser leído y de ser erróneo, recibir críticas desde “sangrientas y crueles” a “diplomáticas” y hasta burlonas. Y esto me interesaba, porque me siento totalmente comprometido contra el terrorismo y me alentaba que mis reflexiones impulsaran a otros con mayores títulos que yo a mejorar esa lucha contraterrorista.
Debo destacar, que tuve mi enemigo terrorista entre 1965 y 1983, que se ha preocupado por escribir sobre mi persona, pero no consideraron de interés esbozar una crítica sobre mi trabajo.
Hasta hoy, pienso que el tema es sumamente importante para la Humanidad para que sea pésimo o por lo menos innecesario de discutir.
Y esto lo formulo, convencido que para criticar a un libro, es necesario primero leerlo. O leer lo que opinan críticos del libro que gastaron tiempo en su lectura.
[ezcol_1half][/ezcol_1half] [ezcol_1half_end][/ezcol_1half_end]Lo que no entiendo, es cómo hacer para criticar un libro sin leerlo ni conocer de alguna manera lo que dice.
Hoy, 8 años después, veo que aparecen nuevos escritos sobre “el terrorismo”. Y son muy respetables y necesarios de tener en cuenta. Pero en ninguno veo un atisbo que indique que se ha perdido tiempo en leer mi libro. No solo resultó inaceptable sino merecedor del desconocimiento de su existencia.
En algo, pasa lo que ocurre con nosotros, los presos políticos, donde escribimos a todos lados, pero no generan respuesta. Como si no existiéramos. Y todo lo que nos rodea corre la misma suerte. Fíjense que el periodismo siempre tan ávido de noticias, no ha notado que dentro de la cárcel de mujeres de Ezeiza hay un pabellón de presos políticos. Y al no existir nos vemos beneficiados evitando ser insultados por ser desconocidos.
¿Por qué estos pensamientos? Bueno mi libro tiene 256 páginas que explican lo que es el terrorismo en todas sus manifestaciones. Y sin dar soluciones magistrales o respaldadas en curriculums académicos, son las enseñanzas de haber vivido intensamente, unos 17 años de terrorismo subversivo, más de 51 años de terrorismo gubernamental y espectador de más de 30 años de terrorismo mercenario. Y sobre estos dos últimos, seguirlo sufriendo posiblemente hasta mi muerte.
Es cierto, que muchos sufren esto, pero no sienten la necesidad de reflexionar sobre el problema. Y en la mayoría de las veces las reflexiones apuntan a aprovechar estas desgracias de la Humanidad, para sacar agua para su molino.
[ezcol_1half][/ezcol_1half] [ezcol_1half_end][/ezcol_1half_end]Ante esto, y viendo reverdecer el tema y el agua para el propio molino, no voy a dejar de lamentar el tiempo que me llevó mi modesto libro, que amo como ocurre con todo lo que hacemos.
Por este motivo, no voy a escribir otro. Ya tengo el que estoy haciendo con el temor que escribo sintiendo los pinchazos de la Parca, que ya me quiere sacar del mundo.
Pero les dejo algunas máximas emergentes de mis reflexiones sobre el terrorismo, originadas luego de publicarlo gratis por internet:
Actualmente, las FFAA en el mundo, no están capacitadas para luchar contra el terrorismo dentro de su propio territorio. Por supuesto las nuestras tampoco.
La lucha contra el terrorismo, tiene en la profesionalidad policial[1], la mejor expectativa de lucha contra el terrorismo en el interior de un país. Evidentemente carecemos de esa profesionalidad.
La lucha contra todos los terrorismos, impone la conducción superior de la nación, donde se debe compatibilizar – en nuestro caso – los tres poderes del Estado para sincronizar una lucha enérgica contra las bandas terroristas que existan de afuera y de adentro – pero respetando con firmeza, la constitución nacional y la independencia de los poderes que impone sí, una seria coordinación funcional.
El principal medio de lucha, es la formación desde la niñez, de la personalidad del ser argentino, que se materializa en una educación integral dispuesta a luchar contra cualquier terrorismo, empleando los medios que la constitución y las leyes establecen.
La población es el núcleo de lucha contra el terrorismo. Y esto emerge también de la educación a proporcionar.
Un ejemplo fundamental, es la prescindencia de estructuras al margen de nuestro sistema legal. Si se cree necesario crear la justicia militar, debe ser dentro del Poder Judicial (aún cuando pueda o no estar compuesto por militares). Recordar que el PEN no puede sancionar a nadie. Si se ve necesario organizar dependencias de asuntos internos de las organizaciones de seguridad, dentro del Poder Judicial, etc.
Obviamente esto impone un sistema de supervisión del Poder Judicial, sumamente severo y eficaz, para “sin elasticidades” imponer la ley dentro del mismo.
Y teniendo en cuenta mi experiencia vigente de mis dos libros anteriores[2], sigo escribiendo mi tercer trabajo, que Díos dirá si puedo terminar.
[1] Fuerzas de Seguridad (Gendarmeria, Prefectura y la Policía Aérea) y Policía Federal y provinciales.
[2] “El problema del Terrorismo” y “La Seguridad Pública”
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 7, 2017
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