Disiento sobre lo manifestado por el lector C. Octavio Oliva en su carta. La grieta que divide a nuestro país no es comparable con la que divide a judíos de palestinos ni asimilable al ejemplo del maestro Barenboim.
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Nuestra diferencia es irreconciliable, porque donde unos creen que nos distanciamos por una cuestión ideológica, por una diferencia sobre políticas económicas o de derechos humanos, del otro lado de la supuesta grieta nos hemos distanciado porque no aceptamos discutir sobre ninguna idea sostenida por personas sospechadas de integrar una banda delictiva para depredar al Estado y perjudicar sus arcas, y de eventualmente haber cometido el peor de los delitos, como es el de haber traicionado a la patria.
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El ejemplo Barenboim
En los últimos días nos ha visitado el maestro Barenboim, quien dirige una orquesta integrada por israelíes y palestinos. Enemigos ancestrales, unos y otros depusieron sus diferencias para sumarse a un proyecto común, que está por encima de aquellas y que apunta a la excelencia en la calidad de su arte musical. En contraposición, en nuestro país -aquí no hay enemigos ancestrales y somos todos argentinos- no nos es posible sobreponernos a nuestras diferencias políticas y no somos capaces de pensar en términos de un proyecto común. Cada sector, conducido por dirigentes irresponsables e integrado por una masa que los sigue sin cuestionar, busca su propio provecho, en desmedro de los demás.
¿Y si hacemos como Barenboim?
C. Octavio Oliva . DNI 8.311.770
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No hay un punto medio, porque lo que nos separa son cuestiones distintas. En nuestro país existe el principio jurídico de presunción de inocencia. Pero este es un principio jurídico, no social. Es un principio aplicable puertas adentro de los tribunales. En la calle, ese principio depende de lo que cada uno de nosotros crea. Seguramente por esto se da el alto porcentaje de rechazo a algunas personas públicas entre la población. De un lado la grieta es política y del otro lado es ética. No son conciliables estas posiciones. Solo una Justicia imparcial y rápida va a poder unir a los argentinos. Es urgente, para una eventual reconciliación, poner a los inocentes a salvo de toda sospecha y a los culpables en la cárcel. Es la Justicia independiente la única que nos puede unir.
Todo mi agradecimiento y el de mi familia a un verdadero profesional, que llegó hasta mi prisión domiciliaria a saludar e interesarse por nuestra situación. A él deuda eterna. Con afecto CLAUDIO KUSSMAN
Doctora Alarcón, esa es la clave. Estos funcionarios judiciales que por ideología o vil dinero vendieron su conciencia, transformándose en delincuentes asesinos merecen que se les quite todo lo mal adquirido. Atentamente CLAUDIO KUSSMAN.
Disiento sobre lo manifestado por el lector C. Octavio Oliva en su carta. La grieta que divide a nuestro país no es comparable con la que divide a judíos de palestinos ni asimilable al ejemplo del maestro Barenboim.
[ezcol_2fifth]Nuestra diferencia es irreconciliable, porque donde unos creen que nos distanciamos por una cuestión ideológica, por una diferencia sobre políticas económicas o de derechos humanos, del otro lado de la supuesta grieta nos hemos distanciado porque no aceptamos discutir sobre ninguna idea sostenida por personas sospechadas de integrar una banda delictiva para depredar al Estado y perjudicar sus arcas, y de eventualmente haber cometido el peor de los delitos, como es el de haber traicionado a la patria.
[/ezcol_2fifth] [ezcol_3fifth_end]El ejemplo Barenboim
En los últimos días nos ha visitado el maestro Barenboim, quien dirige una orquesta integrada por israelíes y palestinos. Enemigos ancestrales, unos y otros depusieron sus diferencias para sumarse a un proyecto común, que está por encima de aquellas y que apunta a la excelencia en la calidad de su arte musical. En contraposición, en nuestro país -aquí no hay enemigos ancestrales y somos todos argentinos- no nos es posible sobreponernos a nuestras diferencias políticas y no somos capaces de pensar en términos de un proyecto común. Cada sector, conducido por dirigentes irresponsables e integrado por una masa que los sigue sin cuestionar, busca su propio provecho, en desmedro de los demás.
¿Y si hacemos como Barenboim?
C. Octavio Oliva . DNI 8.311.770
[/ezcol_3fifth_end]No hay un punto medio, porque lo que nos separa son cuestiones distintas. En nuestro país existe el principio jurídico de presunción de inocencia. Pero este es un principio jurídico, no social. Es un principio aplicable puertas adentro de los tribunales. En la calle, ese principio depende de lo que cada uno de nosotros crea. Seguramente por esto se da el alto porcentaje de rechazo a algunas personas públicas entre la población. De un lado la grieta es política y del otro lado es ética. No son conciliables estas posiciones. Solo una Justicia imparcial y rápida va a poder unir a los argentinos. Es urgente, para una eventual reconciliación, poner a los inocentes a salvo de toda sospecha y a los culpables en la cárcel. Es la Justicia independiente la única que nos puede unir.
Gustavo Ramallo
gustavoramallo@gmail.com
Envío: DRA. ANDREA PALOMAS ALARCÓN
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 26, 2018
Tags: Argentina, Corrupción en Argentina, Grieta, Israel, PalestinaRelated Posts
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Miño lo hizo. Por ir al frente.
Miño es un abogado totalmente honesto, lo felficito
A Milagro sala salieron a socorrerla enseguida, no?
nO SOMOS TODOS IGUALES. lOS CHORROS T,IENEN TRATAMIENDTO VIP
Sin palabras. Estos casos armados son obra de los KK . A que carcel hay que mandar a estos jueces delincuentes?
paredon
No van a ninguna carcel. Estan muy bien protegidos por el sistema corporativo.
Son todos corruptos.
claro. mas vale
Hay que seguir denunciando a los prevaricadores.
Todo mi agradecimiento y el de mi familia a un verdadero profesional, que llegó hasta mi prisión domiciliaria a saludar e interesarse por nuestra situación. A él deuda eterna. Con afecto CLAUDIO KUSSMAN
Hay que ir contra el patrimonio de los jueces. Si no lo sienten en el bolsillo, no entienden.
Doctora Alarcón, esa es la clave. Estos funcionarios judiciales que por ideología o vil dinero vendieron su conciencia, transformándose en delincuentes asesinos merecen que se les quite todo lo mal adquirido. Atentamente CLAUDIO KUSSMAN.
Jueces delincuentes deben tener todo con testaferro. No me asustaria para nada si Baez no es testa de algunos muchos.
Un grande, Miño!