Ver en el día de ayer a la gente pidiendo seguridad frente a la Comisaria de Villa Ballester, luego de algunos hechos calamitosos, como son toda muerte violenta, ¿no es para preguntarse dónde tiene la percepción de la realidad que nos envuelve, una sociedad que está pagando su propia hipocresía e indiferencia? Una sociedad que no se manifiesta ni ante la muerte de los servidores públicos, ni cuando estos son detenidos por cumplir con su misión de servir y proteger. Así escuchaban las explicaciones de un uniformado, que no puede decir la verdad so pena de sufrir graves consecuencias. Se le pide soluciones a quienes también son víctimas, en vez de hacerlo ante los verdaderos responsables, o sea los mentirosos gubernamentales que llevaron adelante la política de seguridad imperante. A lo largo de las últimas décadas, como parte del “relato” se escucharon y repitieron hasta el cansancio eslóganes como: “la policía de Camps” (fue un año y medio, Jefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires en 1976), o “la policía de gatillo fácil”. Aplicación de “la prevención” y no la represión, palabra a la que se considera sacrílega. Se duplicaron la cantidad de efectivos policiales, gendarmes etc. en las calles, al tiempo que un ZAFFARONI, formaba generaciones de jueces abolicionistas, preocupados ante la más mínima queja de un delincuente apresado, en ir sobre el personal policial.
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Hoy las calles van siendo dominadas por una delincuencia motorizada por el narcotráfico, mientras el uniformado con su autoridad disminuida por los protocolos “legales”, desea que termine su turno para irse a su casa o a cumplir horas adicionales y mejorar su economía familiar. Quienes tienen acumulados años de servicio, cuentan los días para el retiro. Las acciones a seguir en seguridad, diseñadas por políticos burócratas asesorados por otros burócratas inútiles, con licenciaturas cortas de seguridad, FRACASARON. Unos y otros quisieron hacer “tortillas sin romper los huevos” y eso es una fantasía imposible, demostrando la realidad que viven en una nube de la nada. La preocupación primordial de los charlatanes dirigentes, por sobre todo es que las organizaciones radicalizadas de derechos humanos, no se quejen. Así vejar, agredir, tirotear o herir a un policía casi es un juego de chicos. De esos que como “soldaditos de la droga”, se pueden ver en la TV escupiendo y menoscabando a los uniformados. Señores, la línea azul que en toda sociedad separa los depredadores de la gente de bien, está debilitada como nunca y de ello la responsabilidad es de todos, por indiferencia o por ser crédulos ante facilismos, “estadísticas” y coloridas mentiras de los políticos. Desde ya, el común de la gente no es especialista en seguridad, si en la formación e historia de los equipos de futbol, pero comiencen a aprender porque en ello les va la vida. Hoy en Villa Ballester se removerá al Comisario, se saturará de fuerzas de seguridad la zona, esto durará menos de un mes, mientras los delincuentes operarán en otro territorio y luego todo volverá a estar igual. Más avance la delincuencia más costosa será la solución si es que algún día se intenta buscarla. Tan ridículos son los pedidos de la gente, que ayer se pudo ver y escuchar que solicitaban la presencia en las calles de las fuerzas armadas. Esas que hoy sin que a nadie les interese tienen efectivos muriendo en prisión por haber escuchado a esta misma sociedad que 45 años atrás clamaba soluciones drásticas, porque tenía miedo y no se podía seguir viviendo así.
PAGANDO CULPAS
Ver en el día de ayer a la gente pidiendo seguridad frente a la Comisaria de Villa Ballester, luego de algunos hechos calamitosos, como son toda muerte violenta, ¿no es para preguntarse dónde tiene la percepción de la realidad que nos envuelve, una sociedad que está pagando su propia hipocresía e indiferencia? Una sociedad que no se manifiesta ni ante la muerte de los servidores públicos, ni cuando estos son detenidos por cumplir con su misión de servir y proteger. Así escuchaban las explicaciones de un uniformado, que no puede decir la verdad so pena de sufrir graves consecuencias. Se le pide soluciones a quienes también son víctimas, en vez de hacerlo ante los verdaderos responsables, o sea los mentirosos gubernamentales que llevaron adelante la política de seguridad imperante. A lo largo de las últimas décadas, como parte del “relato” se escucharon y repitieron hasta el cansancio eslóganes como: “la policía de Camps” (fue un año y medio, Jefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires en 1976), o “la policía de gatillo fácil”. Aplicación de “la prevención” y no la represión, palabra a la que se considera sacrílega. Se duplicaron la cantidad de efectivos policiales, gendarmes etc. en las calles, al tiempo que un ZAFFARONI, formaba generaciones de jueces abolicionistas, preocupados ante la más mínima queja de un delincuente apresado, en ir sobre el personal policial.
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Hoy las calles van siendo dominadas por una delincuencia motorizada por el narcotráfico, mientras el uniformado con su autoridad disminuida por los protocolos “legales”, desea que termine su turno para irse a su casa o a cumplir horas adicionales y mejorar su economía familiar. Quienes tienen acumulados años de servicio, cuentan los días para el retiro. Las acciones a seguir en seguridad, diseñadas por políticos burócratas asesorados por otros burócratas inútiles, con licenciaturas cortas de seguridad, FRACASARON. Unos y otros quisieron hacer “tortillas sin romper los huevos” y eso es una fantasía imposible, demostrando la realidad que viven en una nube de la nada. La preocupación primordial de los charlatanes dirigentes, por sobre todo es que las organizaciones radicalizadas de derechos humanos, no se quejen. Así vejar, agredir, tirotear o herir a un policía casi es un juego de chicos. De esos que como “soldaditos de la droga”, se pueden ver en la TV escupiendo y menoscabando a los uniformados. Señores, la línea azul que en toda sociedad separa los depredadores de la gente de bien, está debilitada como nunca y de ello la responsabilidad es de todos, por indiferencia o por ser crédulos ante facilismos, “estadísticas” y coloridas mentiras de los políticos. Desde ya, el común de la gente no es especialista en seguridad, si en la formación e historia de los equipos de futbol, pero comiencen a aprender porque en ello les va la vida. Hoy en Villa Ballester se removerá al Comisario, se saturará de fuerzas de seguridad la zona, esto durará menos de un mes, mientras los delincuentes operarán en otro territorio y luego todo volverá a estar igual. Más avance la delincuencia más costosa será la solución si es que algún día se intenta buscarla. Tan ridículos son los pedidos de la gente, que ayer se pudo ver y escuchar que solicitaban la presencia en las calles de las fuerzas armadas. Esas que hoy sin que a nadie les interese tienen efectivos muriendo en prisión por haber escuchado a esta misma sociedad que 45 años atrás clamaba soluciones drásticas, porque tenía miedo y no se podía seguir viviendo así.
Claudio Kussman
Interno L.U.P 345.349
Servicio Penitenciario Federal
Noviembre 14, 2018
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 14, 2018
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