La secretaria paralela de Defensa de la oposición (Partido Laboral) del Reino Unido no prometió que la protección de las Islas Malvinas aparecería en su revisión de las estrategias a seguir, en marzo de este año.
Emily Thornberry fue acusada de “equivocarse” al negarse repetidamente a prometer que la actual política de autodeterminación del partido estaría respaldada en su revisión de defensa.
Con sus declaraciones, la señora Thornberry insinuó una fractura en el partido, diciendo que ella había confrontado Jeremy Corbyn sobre su opinión sobre las Malvinas en privado y pero se negó a decir si el líder de su movimiento estaba o no de acuerdo con ella.
Hace apenas unos meses, el señor Corbyn -titular del Partido Laborista desde setiembre del 2015- pidió la apertura del “diálogo” con Argentina sobre las Malvinas, en medio de informes que apoyaba la idea de un acuerdo de reparto de poder al estilo de Irlanda del Norte.
Los comentarios en ese momento provocaron un día de furia en la interna del Partido Laborista mientras los ministros del gabinete paralelo se enfrentaban a Corbyn durante una reunión semanal a puerta cerrada.
Esa semana, una comisión de la ONU respaldó a Argentina expandiendo su territorio marítimo en el Océano Atlántico Sur en un 35 por ciento para incluir las disputadas Islas Malvinas.
La señora Thornberry dejó en claro repetidamente que la actual política del Partido Laborista es que las Malvinas seguirán siendo británicas mientras los residentes lo deseen.
En septiembre de 2015, Thornberry fue nombrada Ministra paralela de Trabajo por Corbyn. Fue ascendida a la Secretaría Paralela de Defensa en enero de 2016. Al ser nombrada, Thornberry fue entrevistada por el Servicio de Radiodifusión de las Fuerzas Británicas y allí dijo: “En realidad tengo mucha más experiencia de lo que la gente cree, tengo un familiar que es miembro de las fuerzas armadas: Mi cuñado es un General. Para más datos, me nombraron teniente coronel honorario cuando trabajaba en la corte marcial como abogada y por lo tanto recogí cierta experiencia de los militares allí “. Luego, durante una discusión en los cuarteles del Partido Laborista sobre seguridad nuclear, Thornberry admitió que no sabía lo que en defensa nuclear es DEFCON o sus diferentes categorías de riesgo.
En una entrevista televisiva de septiembre de 2016, mientras se desempeñaba como Ministra paralela de Relaciones Exteriores, se le pidió a Thornberry que nombrara al canciller de Francia. Thornberry confirmó que no conocía el nombre del funcionario y acusó al entrevistador de sexismo, en una evidente manipulación para tratar de salir airosa de su ignorancia.
En agosto de este año, Theresa May utilizó su primer contacto con Argentina para suavizar la discusión sobre las Islas Malvinas y dijo que quiere forjar una nueva relación de “respeto mutuo”.
En un cambio significativo en las relaciones la Primer Ministro ha escrito al Presidente de Argentina diciendo que es su “sincera esperanza” de que las dos naciones puedan construir una relación más constructiva.
Dijo que quiere “hacer progresos” para poner fin a las restricciones a la exploración de petróleo para impulsar la economía local y permitir más vuelos hacia y desde la isla. Gran Bretaña cree que puede construir una relación más “fructífera” con Mauricio Macri, el presidente argentino que entró en funciones en diciembre del año pasado.
Esta situación contrasta con la administración de David Cameron que fue marcada por una serie de enfrentamientos amargos con Cristina Fernández de Kirchner, la ex presidente de Argentina. En su oportunidad, Cameron había acusado a la mandataria argentina de amenazar a los kelpers, con la medida de cortar el puente aéreo, los contratos de pesca y pisotear el derecho de libre determinación ya que según los miembros de la Asamblea Legislativa de las islas “No hay ninguna persona que quiera ser argentina entre los habitantes de la Malvinas”.
Roger Edwards, un representante de los habitantes del archipiélago, destacó que gracias a la Carta Orgánica de la ONU que defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos”, los isleños “decidimos mantener nuestros vínculos con el Reino Unido”.
De acuerdo con la asamblea, las islas son autosuficientes excepto en el área de Defensa, departamento que no necesitaban de no haber sido por las extorsiones del gobierno kirchnerista.
En una carta dirigida al presidente Macri, la señora May auguró que esperaba sinceramente que, cuando existan diferencias, puedan reconocerse en un ambiente de respeto mutuo y con la intención de actuar de una manera que beneficie a todos los interesados, lo que incluye avanzar hacia nuevas conexiones aéreas entre las Islas Malvinas y terceros países de la región y la eliminación de medidas restrictivas sobre los hidrocarburos. Argentina ha prohibido la mayoría de los vuelos a las Malvinas a través de su espacio aéreo, lo que significa que los aviones tienen que ir a través de Chile y los servicios están severamente restringidos.
Los ex combatientes argentinos en las Islas Malvinas -los valientes olvidados, los que dejaron hermanos, sudor y sangre en la contienda, los que se trajeron el dolor y el trauma, los que, de a poco hemos convertido en simples siluetas- también tienen una firme opinión.
Unos meses atrás, la canciller argentina Susana Malcorra y el vicecanciller británico Alan Duncan firmaron una declaración conjunta en la que -según Malcorra- se incluye el tema del reconocimiento de los soldados enterrados como NN en las islas, y otros puntos de perfil beneficioso los cuales habría que estudiar y pulir como inversiones, asuntos culturales, investigación, el área de seguridad y también esto involucra la cuestión de Malvinas. La cuestión de Malvinas -evidentemente- no es la reanudación de los vuelos del continente a las islas Malvinas y la explotación conjunta de pesca e hidrocarburos en la zona marítima del conflicto, si acordado en el documento. Lo que es un hecho es que nunca se tocó el tema de la soberanía.
Los ex combatientes argentinos en las Islas Malvinas -los valientes olvidados, los que dejaron hermanos, sudor y sangre en las islas, los que se trajeron el dolor y el trauma, los que, de a poco hemos convertido en simples siluetas- opinan que el Gobierno incurre en el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público, al alejarse del mandato constitucional de ratificar la soberanía sobre las Malvinas. Los kelpers han abierto los brazos sonrientes a este documento de cooperación. La oposición argentina -Frente para la Victoria- acusa a Malcorra de ambición personal por obtener un cargo y que no se puede justificar el renunciamiento a la defensa de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas por un voto en las Naciones Unidas.
Mientras tanto, existe una división entre los británicos sobre si las islas deberían ser argentinas o de la corona. Los argumentos son variados, como la opinión del escritor Martin Amis quien señaló que, pese a que la guerra fue solo importante para los militares argentinos para ocultar sus estragos económicos y para la Dama de Hierro para escalar en popularidad, las islas pertenecen a Argentina.
Las Islas Malvinas se encuentran a 184 millas de distancia de la parte continental argentina, menuda diferencia con las 7.925 millas de distancia del Reino Unido. También no están en la misma plataforma continental que el Reino Unido a pesar de tener otras islas a su alrededor. Más aún son parte de la misma zona que tiene flora y fauna de Argentina. Dado estos factores geográficos, ¿no es correcto que las Malvinas estén bajo el dominio argentino que las británicas?
En primer lugar, el mayor argumento que el Reino Unido continúa empujando en la cuestión de Malvinas es el hecho de que menos de 4000 personas viven en las islas, todas las cuales hablan inglés. Para el Reino Unido -a través de su historia- poner una bandera en un territorio y reclamarlo, significa que sus habitantes son británicos. El Reino Unido no se preocupa por quién fue primero o quién tiene derecho a la tierra.
Las Malvinas pertenecen a la Argentina, cualquiera que no esté de acuerdo con este hecho tiene sus propios intereses y ellos son los de apoyar a una potencia en vez de un país menos desarrollado. Por eso es más que ineficiente el comportamiento de la ONU. Si la ONU fuera verdaderamente para los pueblos del mundo, obligaría al Reino Unido a salir de Malvinas.
¿O no? El argumento geográfico funcionaría si las islas Malvinas no hubieran tenido habitantes. Hay una población pequeña pero significativa de 3140 personas que desean permanecer con el Reino Unido y debe ser respetado. Ellos no hablan español y esto resultaría problemático.
En cuanto al Reino Unido colonialista, ¿cómo es lo que Argentina quiere hacer diferente? Los kelpers quieren quedarse con el Reino Unido, ¿cómo se los obliga a unirse a la Argentina contra su voluntad anticolonialista? Si se obliga a alguien a unirse a un país contra su voluntad, sofoca su derecho a la autodeterminación y forzar a las Malvinas a unirse a Argentina contra su voluntad sería exactamente lo contrario de lo que representa la ONU (autodeterminación de los pueblos).
Margaret Thatcher llevó al Reino Unido a la guerra por una sola razón. Para defender a los habitantes del Reino Unido en las Malvinas. ¿Por qué Argentina estaba decidida a dar una pelea obstinada? Porque las Malvinas son argentinas. El territorio malvinense en poder de la reina es una muestra de los antiguos trucos piratas manteniendo una colonia lejos de su país.
1982 no fue un accidente, la Argentina ha querido las islas de vuelta por un tiempo muy largo. Los británicos “contrabandean” petróleo y ese accionar tampoco es del gusto de los argentinos.
Siempre hubo colonias inglesas por el mundo. Que hubiera habitantes del Reino Unido en África durante siglos, no significaba que no era correcto para África lograr la independencia. Gibraltar es otro ejemplo perfecto. Una roca que comparte su oleaje con África no es un accidente, sino una muestra más de colonialismo.
Los kelpers deben darse cuenta de que no viven en las islas británicas, sino en una pequeña isla frente a la costa de Sudamérica. No hay nada británico en eso. Ellos podrían optar por estar bajo el dominio británico, pero el argumento de Argentina es que, si esas personas quieren vivir allí, están bajo el gobierno argentino porque la tierra es argentina.
Pero… Mientras que las acciones de los británicos en la toma inicial de las islas y del Peñón de Gibraltar en el pasado puede haber sido un acto de colonialismo, el hecho es que en la actualidad las Malvinas son un territorio autónomo que libremente eligen permanecer asociado con el Reino Unido y debe ser permitido que el pueblo, a través de su legislatura, elija democráticamente su propio futuro.
Los errores del colonialismo son precisamente lo que no debe repetirse. Los isleños actuales han estado allí por generaciones y son parte de esas islas, no las islas británicas.
Si eligen ser británicos, independientes o parte de otro país, depende de ellos. Son las únicas personas realmente afectadas por cualquier decisión hoy en día. Ignorar esto es tan malo como el imperialismo británico que es tan criticado o como la tendencia argentina de usar a las Malvinas como conquista de un partido político. Es un gran problema para los pobladores isleños. Los originales de Argentina ya estaban aquí. No eran el invasor europeo. Es decir, ¿la Argentina nos pertenece a los Hernández, a los Moretti, a los Pérez o a los tehuelches, a los tobas, a los wichis…?
En tanto, no hay explicaciones sobre la declaración conjunta entre las cancillerías de ambos países, ni sobre si se trata de un primer paso táctico. Ante ello, se vive frente a un partido laborista confuso y dividido, una ministra como Theresa May que puede estar usando elementos de delación y unos isleños totalmente decididos. ¿Es redundante decir que Argentina sigue sin ideas y sin rumbo?
Por Fabian Kussman.
La secretaria paralela de Defensa de la oposición (Partido Laboral) del Reino Unido no prometió que la protección de las Islas Malvinas aparecería en su revisión de las estrategias a seguir, en marzo de este año.
Emily Thornberry fue acusada de “equivocarse” al negarse repetidamente a prometer que la actual política de autodeterminación del partido estaría respaldada en su revisión de defensa.
Con sus declaraciones, la señora Thornberry insinuó una fractura en el partido, diciendo que ella había confrontado Jeremy Corbyn sobre su opinión sobre las Malvinas en privado y pero se negó a decir si el líder de su movimiento estaba o no de acuerdo con ella.
Hace apenas unos meses, el señor Corbyn -titular del Partido Laborista desde setiembre del 2015- pidió la apertura del “diálogo” con Argentina sobre las Malvinas, en medio de informes que apoyaba la idea de un acuerdo de reparto de poder al estilo de Irlanda del Norte.
Los comentarios en ese momento provocaron un día de furia en la interna del Partido Laborista mientras los ministros del gabinete paralelo se enfrentaban a Corbyn durante una reunión semanal a puerta cerrada.
Esa semana, una comisión de la ONU respaldó a Argentina expandiendo su territorio marítimo en el Océano Atlántico Sur en un 35 por ciento para incluir las disputadas Islas Malvinas.
La señora Thornberry dejó en claro repetidamente que la actual política del Partido Laborista es que las Malvinas seguirán siendo británicas mientras los residentes lo deseen.
En septiembre de 2015, Thornberry fue nombrada Ministra paralela de Trabajo por Corbyn. Fue ascendida a la Secretaría Paralela de Defensa en enero de 2016. Al ser nombrada, Thornberry fue entrevistada por el Servicio de Radiodifusión de las Fuerzas Británicas y allí dijo: “En realidad tengo mucha más experiencia de lo que la gente cree, tengo un familiar que es miembro de las fuerzas armadas: Mi cuñado es un General. Para más datos, me nombraron teniente coronel honorario cuando trabajaba en la corte marcial como abogada y por lo tanto recogí cierta experiencia de los militares allí “. Luego, durante una discusión en los cuarteles del Partido Laborista sobre seguridad nuclear, Thornberry admitió que no sabía lo que en defensa nuclear es DEFCON o sus diferentes categorías de riesgo.
En una entrevista televisiva de septiembre de 2016, mientras se desempeñaba como Ministra paralela de Relaciones Exteriores, se le pidió a Thornberry que nombrara al canciller de Francia. Thornberry confirmó que no conocía el nombre del funcionario y acusó al entrevistador de sexismo, en una evidente manipulación para tratar de salir airosa de su ignorancia.
En agosto de este año, Theresa May utilizó su primer contacto con Argentina para suavizar la discusión sobre las Islas Malvinas y dijo que quiere forjar una nueva relación de “respeto mutuo”.
En un cambio significativo en las relaciones la Primer Ministro ha escrito al Presidente de Argentina diciendo que es su “sincera esperanza” de que las dos naciones puedan construir una relación más constructiva.
Dijo que quiere “hacer progresos” para poner fin a las restricciones a la exploración de petróleo para impulsar la economía local y permitir más vuelos hacia y desde la isla. Gran Bretaña cree que puede construir una relación más “fructífera” con Mauricio Macri, el presidente argentino que entró en funciones en diciembre del año pasado.
Esta situación contrasta con la administración de David Cameron que fue marcada por una serie de enfrentamientos amargos con Cristina Fernández de Kirchner, la ex presidente de Argentina. En su oportunidad, Cameron había acusado a la mandataria argentina de amenazar a los kelpers, con la medida de cortar el puente aéreo, los contratos de pesca y pisotear el derecho de libre determinación ya que según los miembros de la Asamblea Legislativa de las islas “No hay ninguna persona que quiera ser argentina entre los habitantes de la Malvinas”.
Roger Edwards, un representante de los habitantes del archipiélago, destacó que gracias a la Carta Orgánica de la ONU que defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos”, los isleños “decidimos mantener nuestros vínculos con el Reino Unido”.
De acuerdo con la asamblea, las islas son autosuficientes excepto en el área de Defensa, departamento que no necesitaban de no haber sido por las extorsiones del gobierno kirchnerista.
En una carta dirigida al presidente Macri, la señora May auguró que esperaba sinceramente que, cuando existan diferencias, puedan reconocerse en un ambiente de respeto mutuo y con la intención de actuar de una manera que beneficie a todos los interesados, lo que incluye avanzar hacia nuevas conexiones aéreas entre las Islas Malvinas y terceros países de la región y la eliminación de medidas restrictivas sobre los hidrocarburos. Argentina ha prohibido la mayoría de los vuelos a las Malvinas a través de su espacio aéreo, lo que significa que los aviones tienen que ir a través de Chile y los servicios están severamente restringidos.
Unos meses atrás, la canciller argentina Susana Malcorra y el vicecanciller británico Alan Duncan firmaron una declaración conjunta en la que -según Malcorra- se incluye el tema del reconocimiento de los soldados enterrados como NN en las islas, y otros puntos de perfil beneficioso los cuales habría que estudiar y pulir como inversiones, asuntos culturales, investigación, el área de seguridad y también esto involucra la cuestión de Malvinas. La cuestión de Malvinas -evidentemente- no es la reanudación de los vuelos del continente a las islas Malvinas y la explotación conjunta de pesca e hidrocarburos en la zona marítima del conflicto, si acordado en el documento. Lo que es un hecho es que nunca se tocó el tema de la soberanía.
Los ex combatientes argentinos en las Islas Malvinas -los valientes olvidados, los que dejaron hermanos, sudor y sangre en las islas, los que se trajeron el dolor y el trauma, los que, de a poco hemos convertido en simples siluetas- opinan que el Gobierno incurre en el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público, al alejarse del mandato constitucional de ratificar la soberanía sobre las Malvinas. Los kelpers han abierto los brazos sonrientes a este documento de cooperación. La oposición argentina -Frente para la Victoria- acusa a Malcorra de ambición personal por obtener un cargo y que no se puede justificar el renunciamiento a la defensa de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas por un voto en las Naciones Unidas.
Mientras tanto, existe una división entre los británicos sobre si las islas deberían ser argentinas o de la corona. Los argumentos son variados, como la opinión del escritor Martin Amis quien señaló que, pese a que la guerra fue solo importante para los militares argentinos para ocultar sus estragos económicos y para la Dama de Hierro para escalar en popularidad, las islas pertenecen a Argentina.
Las Islas Malvinas se encuentran a 184 millas de distancia de la parte continental argentina, menuda diferencia con las 7.925 millas de distancia del Reino Unido. También no están en la misma plataforma continental que el Reino Unido a pesar de tener otras islas a su alrededor. Más aún son parte de la misma zona que tiene flora y fauna de Argentina. Dado estos factores geográficos, ¿no es correcto que las Malvinas estén bajo el dominio argentino que las británicas?
En primer lugar, el mayor argumento que el Reino Unido continúa empujando en la cuestión de Malvinas es el hecho de que menos de 4000 personas viven en las islas, todas las cuales hablan inglés. Para el Reino Unido -a través de su historia- poner una bandera en un territorio y reclamarlo, significa que sus habitantes son británicos. El Reino Unido no se preocupa por quién fue primero o quién tiene derecho a la tierra.
¿O no? El argumento geográfico funcionaría si las islas Malvinas no hubieran tenido habitantes. Hay una población pequeña pero significativa de 3140 personas que desean permanecer con el Reino Unido y debe ser respetado. Ellos no hablan español y esto resultaría problemático.
En cuanto al Reino Unido colonialista, ¿cómo es lo que Argentina quiere hacer diferente? Los kelpers quieren quedarse con el Reino Unido, ¿cómo se los obliga a unirse a la Argentina contra su voluntad anticolonialista? Si se obliga a alguien a unirse a un país contra su voluntad, sofoca su derecho a la autodeterminación y forzar a las Malvinas a unirse a Argentina contra su voluntad sería exactamente lo contrario de lo que representa la ONU (autodeterminación de los pueblos).
Margaret Thatcher llevó al Reino Unido a la guerra por una sola razón. Para defender a los habitantes del Reino Unido en las Malvinas. ¿Por qué Argentina estaba decidida a dar una pelea obstinada? Porque las Malvinas son argentinas. El territorio malvinense en poder de la reina es una muestra de los antiguos trucos piratas manteniendo una colonia lejos de su país.
1982 no fue un accidente, la Argentina ha querido las islas de vuelta por un tiempo muy largo. Los británicos “contrabandean” petróleo y ese accionar tampoco es del gusto de los argentinos.
Siempre hubo colonias inglesas por el mundo. Que hubiera habitantes del Reino Unido en África durante siglos, no significaba que no era correcto para África lograr la independencia. Gibraltar es otro ejemplo perfecto. Una roca que comparte su oleaje con África no es un accidente, sino una muestra más de colonialismo.
Los kelpers deben darse cuenta de que no viven en las islas británicas, sino en una pequeña isla frente a la costa de Sudamérica. No hay nada británico en eso. Ellos podrían optar por estar bajo el dominio británico, pero el argumento de Argentina es que, si esas personas quieren vivir allí, están bajo el gobierno argentino porque la tierra es argentina.
Pero… Mientras que las acciones de los británicos en la toma inicial de las islas y del Peñón de Gibraltar en el pasado puede haber sido un acto de colonialismo, el hecho es que en la actualidad las Malvinas son un territorio autónomo que libremente eligen permanecer asociado con el Reino Unido y debe ser permitido que el pueblo, a través de su legislatura, elija democráticamente su propio futuro.
Los errores del colonialismo son precisamente lo que no debe repetirse. Los isleños actuales han estado allí por generaciones y son parte de esas islas, no las islas británicas.
Si eligen ser británicos, independientes o parte de otro país, depende de ellos. Son las únicas personas realmente afectadas por cualquier decisión hoy en día. Ignorar esto es tan malo como el imperialismo británico que es tan criticado o como la tendencia argentina de usar a las Malvinas como conquista de un partido político. Es un gran problema para los pobladores isleños. Los originales de Argentina ya estaban aquí. No eran el invasor europeo. Es decir, ¿la Argentina nos pertenece a los Hernández, a los Moretti, a los Pérez o a los tehuelches, a los tobas, a los wichis…?
En tanto, no hay explicaciones sobre la declaración conjunta entre las cancillerías de ambos países, ni sobre si se trata de un primer paso táctico. Ante ello, se vive frente a un partido laborista confuso y dividido, una ministra como Theresa May que puede estar usando elementos de delación y unos isleños totalmente decididos. ¿Es redundante decir que Argentina sigue sin ideas y sin rumbo?
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 17, 2016
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