La canciller de Argentina, Diana Mondino, comunicó este miércoles “varias noticias muy positivas” con respecto a una serie de actividades y “medidas” que aplicará el gobierno de Javier Milei en torno a las islas Malvinas.
Una de las primeras actividades anunciadas por Mondino, a través de X, es la organización de “un viaje” para familiares de los héroes caídos en la guerra de las Malvinas (1982) contra Reino Unido, para que “visiten las tumbas de sus seres queridos”.
Además, dijo la canciller, el gobierno acordó dar inicio a “la tercera fase del Plan Proyecto Humanitario, conjuntamente con la Cruz Roja Internacional”, para identificar los cuerpos de los caídos.
Otra noticia, anunció, es la “aplicación de medidas concretas para la conservación de pesquerías”.
Asimismo, se implementará “un vuelo” mensual que comunicará “el territorio continental argentino” con las islas.
“Tal como dice nuestra Constitución: la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas”, agregó la diplomática.
El 2 de abril de 1982 las Fuerzas Armadas de Argentina desembarcaron en Puerto Argentino/Stanley para iniciar la recuperación de las Islas Malvinas, ocupadas por el Reino Unido desde 1833.
Esto desencadenó la Guerra de las Malvinas que se desarrolló desde ese día hasta la rendición argentina el día 14 de junio de 1982. Como conmemoración, la Profesora Doctora María Elena Cisneros Rueda interpreta La Marcha de las Islas Malvinas.
El Gobierno del presidente en Argentina, Javier Milei, fijo su postura sobre la cuestión de las Islas Malvinas, apostando por mantener “una relación madura” con el Reino Unido, que usurpa el archipiélago desde 1833.
“El Gobierno y el Pueblo argentino reafirman una vez más, a 191 años de la ilegítima ocupación de las Islas Malvinas, sus legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”, dice un comunicado de la Cancillería argentina, publicado este miércoles, luego de las polémicas en torno al tema durante la campaña electoral, por los dichos de Milei al respecto.
En el texto, el Ministerio de Relaciones Exteriores recuerda que hace justamente 191 años, el 3 de enero de 1833, el Reino Unido ocupó las Islas Malvinas. Señala, además, que la acción del Gobierno británico constituyó “un acto de fuerza en tiempos de paz”, contrario al derecho internacional.
“Desde entonces, todos los gobiernos argentinos han reafirmado sus legítimos e imprescriptibles derechos soberanos” sobre las islas, refiere el pronunciamiento oficial.
También menciona que la Constitución establece que la recuperación del ejercicio efectivo de la soberanía sobre dichos territorios, conforme el derecho internacional y respetando el modo de vida de sus habitantes, “constituye un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.
Asimismo, hace referencia a los pronunciamientos de las Naciones Unidas y otros foros internacionales sobre la necesidad de resolver la disputa mediante negociaciones bilaterales.
Ante ello, la administración de Milei dejó en firme su disposición de “reanudar las negociaciones bilaterales que permitan encontrar una solución a esta disputa de soberanía” y, en ese marco, “mantener una relación madura con el Reino Unido, que contemple un diálogo sustantivo y constructivo sobre todos los temas de interés común”, con miras a generar un clima de confianza propicio para volver a las conversaciones.
“Convencida de que el único camino posible para la recuperación del ejercicio de sus derechos es el de la vía diplomática, la Argentina reitera asimismo su interés en la misión de Buenos Oficios encomendada por la Asamblea General al Secretario General de las Naciones Unidas con el objeto de ayudar a las partes a reanudar las negociaciones con el fin de encontrar lo más pronto posible una solución pacífica a la disputa de soberanía sobre la cuestión de las Islas Malvinas”, enfatiza la Cancillería en el comunicado.
Durante la campaña electoral hubo controversias en torno a esta disputa que mantiene Argentina con Reino Unido, debido a algunos de los comentarios de Milei.
En uno de los debates presidenciales, el actual mandatario reivindicó la figura de la exprimera ministra británica Margaret Thatcher, en cuya gestión (1979-1990) se enfrentaron en guerra Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las Malvinas, con saldo negativo para la nación suramericana.
“En la historia de la humanidad ha habido grandes líderes. La señora Thatcher lo fue”, expresó entonces Milei.
Pero su comentario no quedó ahí, pues añadió: “Nos tocó una guerra y la perdimos”. Además, aunque intentó matizar sus dichos, comentó algo que no fue bien recibido: “Nosotros consideramos que las Malvinas son argentinas. Victoria (Villarruel, su ahora vicepresidenta) es hija de un héroe de Malvinas y vamos a agotar todas las instancias diplomáticas para que las islas vuelvan a ser argentinas. Basta de ese nacionalismo barato”.
Previamente, en septiembre, Milei propuso llegar a un acuerdo con Reino Unido, “como hizo China con Hong Kong”, y enfatizó que para llegar a ese entendimiento “no se puede desconocer la posición de las personas que viven” en el archipiélago.
Esa declaración fue muy cuestionada en Argentina porque va en línea con la posición británica de la ‘autodeterminación’ de los habitantes de las islas, que se consideran parte del Reino Unido. Sus dichos encontraron la respuesta de muchos argentinos, incluyendo a excombatientes de la guerra de las Malvinas y el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, Horacio Rosatti.
“Hay gente que tiene o quiere tener responsabilidades públicas y nunca leyó la Constitución”, dijo Rosatti.
Si le preguntamos a cualquier argentino -con la posible excepción de profesionales de la historia- quien fue el jefe de San Martín, Belgrano, Alvear, Brown, Pueyrredón, Rondeau, Artigas, Álvarez Thomas, Viamonte, Soler, Dorrego, en fin, la lista de próceres que le fueron subordinados puede ser larga, deben ser muy escasos quienes den la respuesta correcta.
Para abreviar el suspenso, esa persona fue el Brigadier General Don Francisco Xavier de Viana y Alzaibar. Un nombre que para la mayoría es desconocido.
En efecto, ¿cómo es posible que Francisco Xavier de Viana sea virtualmente ignorado? No lo recuerda ninguna calle argentina, aun cuando las hay dedicadas a personajes, en mi concepto, con muchos menos méritos. No ya un monumento: ni siquiera conocemos hoy sus rasgos, no se conserva un retrato que lo recuerde.
Tampoco en Uruguay: solo lo recuerda una pequeña calleja de tierra de la localidad de Pajas Blancas, en las cercanías de Montevideo.
Sin embargo, con solo mencionar que fue uno de los primeros marinos rioplatenses graduados en la Escuela Naval de Cádiz, que había participado en acciones de guerra marítima, que conociese casi todos los mares del mundo. Véase que fue dos veces gobernador de las Islas Malvinas. Que ya Capitán de Fragata pide su transferencia al ejército y se le asigna la misión de proteger la frontera norte de la Banda Oriental de portugueses e indios, teniendo bajo su comando a quien fuera su condiscípulo, el héroe nacional del Uruguay, José de Artigas. Que es el segundo en el comando de la defensa de Montevideo frente a las invasiones inglesas. Quien tras adoptar el bando de la Revolución de Mayo es Comandante en Jefe del Ejército y quien recomienda al Primer Triunvirato nombrar al general San Martín en el ejército patriota. Que es nombrado a comienzos de 1813 Gobernador de Córdoba del Tucumán, que entonces abarcaba también el Cuyo. Que culmina su actuación pública como Ministro de Guerra y Marina del Director Supremo Posadas primero y de Alvear después.
Muy reconocido sobre todo por sus contemporáneos. Quien ha participado en batallas navales tan impresionantes y tremendas como la del Gran Sitio de Gibraltar el 13 de septiembre de 1782. Quien ha dado la vuelta al mundo y cruzado la línea ecuatorial once veces y el Cabo de Hornos tres, navegado los hielos al sur de la Tierra del Fuego y atravesado el Cabo de Hornos. El que ha soportado las condiciones extremas de dos años como Gobernador de Malvinas. El que a los cuarenta años de edad soporta las campañas en los inhóspitos bosques de la frontera luso-brasileña y las centenas de kilómetros a caballo. Que es herido como segundo comandante de la defensa de Montevideo ante las invasiones inglesas. Con una enorme capacidad de trabajo, que se trasunta en las centenas de documentos, cartas, instrucciones, directivas que se conservan en los Archivos Nacionales de Argentina y de Uruguay con su firma.
Vástago de una familia poderosa y rica, se va desprendiendo de sus bienes hasta quedar sin fortuna. Primero al servicio del Rey de España y luego independentista de las Provincias Unidas del Río de la Plata, deja de lado familia y bienestar para servir a su patria.
Las instituciones militares argentinas le deben mucho a Viana, pues intervino en la organización de los ejércitos y de los regimientos de las Provincias Unidas. Tanto con los Triunviratos, primero y con los Directores Supremos, después, el rol de Viana durante el primer lustro de la Revolución de Mayo, junto con sus compañeros, fue fundamental para afirmarla, preparar las bases para la independencia y la liberación total de España.
En efecto, Viana fue quien ambos Triunviratos eligen como Jefe del Estado Mayor Militar de las incipientes Provincias Unidas del Río de la Plata, primero y luego los dos primeros Directores Supremos designados por la Asamblea del año XIII, Gervasio de Posadas y Carlos de Alvear, lo nombrarán su Secretario de Guerra y Marina.
Viana fue nombrado Jefe del Estado Mayor Militar el 16 de noviembre de 1811 y estuvo en tal función hasta el 22 de febrero de 1813.
Cuando San Martín, en la fragata inglesa Jorge Canning llega al puerto de la Ensenada acompañado por diez y siete (¿?) “oficiales facultativos y de crédito, que desesperados de la suerte de España quieren salvarse y auxiliar a que se salven estos preciosos países”, entre otros Carlos de Alvear, Zapiola, Holmberg y Arellano, se presenta ante Francisco Xavier de Viana, jefe del Estado Mayor Militar “ofreciendo sus servicios en obsequio de la justa causa de la patria”. “Las noticias extrajudiciales que se tienen de este oficial -escribe Viana al elevar su solicitud al Triunvirato- lo recomiendan a ser colocado en un destino en que sus conocimientos en la carrera le faciliten ocasión de poderse emplear con la ventaja que puede producir su instrucción”. Dos días después, el 19 de marzo, San Martín propone el uniforme que llevarán los granaderos y ese mismo día Rivadavia le comunicaba a Viana: “Se han expedido despachos del Teniente Coronel de Caballería a don José de San Martín, de Sargento Mayor a don Carlos de Alvear y de Capitán a don Matías Zapiola, para que el primero levante un Escuadrón de Granaderos de a Caballo y al efecto se le previene a V.S. que con aquellos oficiales y extrayendo de los Dragones de la Patria diez o doce hombres y los Cabos y Sargentos sobrantes agregados al propio cuerpo, se forme la base de creación del expresado Escuadrón, bajo los principios y maniobras de la nueva técnica francesa de caballería, proponiendo Vs. S. los oficiales que crea dignos para ocupar los empleos con que ha de dotarse a aquel cuerpo”.
O sea que es Viana quien recluta a San Martín, así como a Alvear, Zapiola, Chilabert, Arellano, Vera y Holmberg. También es Viana quien establece la formación del escuadrón de Granaderos a Caballo. Pues el mismo día el Gobierno le confiere a San Martín “el empleo efectivo de Teniente Coronel de Caballería y Comandante de Escuadrón de Granaderos a Caballo que ha de organizarse”. El 17 de marzo, San Martín presenta el plan “bajo cuyo pie deberá formarse el Escuadrón, el que habría de constar de dos compañías, cada una con setenta soldados montados y seis desmontados, además de cuatro sargentos, ocho cabos y un trompeta”.
El 21 de marzo el Triunvirato decreta que, atendiendo a los méritos y servicios de José de San Martín y sus relevantes conocimientos militares, se había decidido conferirle empleo como teniente coronel de caballería y comandante del escuadrón de Granaderos a caballo, de cuya organización debía encargarse, dándole por segundo jefe a Alvear y disponiendo además que se erigiese el Escuadrón sin pérdida de tiempo .
En esa época Alvear, San Martín y otros constituyen la Logia Lautaro, la organización secreta creada para dar impulso a la Revolución, sostener el ideal emancipador y la independencia, organizar constitucionalmente la América, darle unidad política y militar y establecer una estrategia general para desplazar a los españoles del poder. Por supuesto, Viana también la integraba. De los dos centenares de los principales protagonistas de los sucesos de la segunda década del siglo XIX en la región del Virreynato del Rio de la Plata, una proporción muy alta, cerca del 40%, por lo menos unos 80, eran miembros de la logia.
Que los realistas continuaran dominando Montevideo era para el Triunvirato un problema mayor. La provincia Oriental era la más relevante del Virreynato, después de Buenos Aires. El Triunvirato le asignó tanta importancia a la reincorporación de la provincia Oriental a las Provincias Unidas que, en su Acuerdo del 21 de abril de 1812, en vista de la grave situación y el tremendo peligro que implicaba Montevideo en manos realistas, decide enviar a ese frente no solo la mayor parte de sus fuerzas militares, sino además poner toda la acción en la Provincia Oriental en manos del Presidente de turno del Triunvirato, que en la práctica era la cabeza del Poder Ejecutivo, en ese momento D. Miguel de Sarratea, como General en Jefe del Ejército de Oriente y Capitán General de la Banda Oriental del Paraná Para secundar al Presidente del Triunvirato -Sarratea- lo acompaña su Jefe del Estado Mayor, Viana. Ambos fueron trasladados a la bahía de Maldonado el 1 de mayo de 1812 en el queche Hiena de la flota de Buenos Aires.
La Logia Lautaro y la Sociedad Patriótica, encabezadas por Alvear y San Martín –que a menos de un año de su llegada a Buenos Aires ya tenían una participación significativa- exigieron avanzar hacia la independencia y encabezaron un golpe de estado con el Batallón de Arribeños y el Regimiento de Granaderos a Caballo, comandados respectivamente por los coroneles Francisco Ortiz de Ocampo y San Martín. El 8 de octubre de 1812, a los siete meses de haber llegado San Martín a Buenos Aires, llevaron sus tropas a la plaza principal -hoy de Mayo- y exigieron a la Asamblea un cambio de gobierno. No sería la única revolución contra el Gobierno en la que participaría San Martín: la siguiente sería contra el ahora aliado Alvear, en 1815.
Evidentemente los componentes de este Segundo Triunvirato tenían ideas más liberales e independentistas que el anterior, con las que Viana comulgaba plenamente, pues de otra forma no lo hubieran confirmado en un cargo de tan alta responsabilidad.
Durante todo el año 1812 Viana, en su carácter de Jefe del Estado Mayor del Ejército, primero en dependencia del Primer Triunvirato y luego del Segundo, tuvo dos tremendas responsabilidades: la organización de los ejércitos denominados Auxiliares, primero el del Norte, para efectuar la segundacampaña auxiliadora al Alto Perú y algo después, el de la Banda Oriental, para reanudar las acciones destinadas a liberar Montevideo y toda la provincia Oriental del dominio español.
A partir de junio y hasta fin de 1812 se sucede una nutrida correspondencia entre Viana y Artigas, Sarratea y otros que incluye, por ejemplo, órdenes sobre las banderas del ejército para señales, información del ramo de hacienda, estado de las fuerzas, armamento, artillería y municiones, órdenes de marcha, disposiciones sobre ganado y caballada para el ejército, sobre comisiones al personal, sobre vestimenta y útiles, sobre carretas, sobre resistencias a las órdenes, sobre deserciones.
Ya el 23 de junio comenzaban a manifestarse los desentendimientos de Artigas con Sarratea. En efecto, éste, en otro informe con esa fecha, señala los saqueos de ganado y caballos y la incorporación forzada de soldados que las tropas de Artigas efectuaban en todos los pueblos de Entre Rios y Corrientes, así como la desobediencia a sus órdenes, que habían desacreditado al Gobierno, que se habían entendido con el Gobierno del Paraguay (pasando por encima de sus mandos naturales) y que las tropas de Artigas estaban desquiciadas en cuanto al servicio activo –militar- y su administración económica.
Artigas reconoce a Sarratea el 16 de julio de 1812, pero simultáneamente devuelve sus despachos por los cuales le habían nombrado el 23 de octubre de 1811 Jefe del pueblo oriental en armas y el 15 de noviembre de 1811 designado, por el Triunvirato, teniente gobernador, justicia mayor y capitán de guerra del departamento de Yapeyú.
Como consecuencia de la actitud más agresiva contra los españoles en Montevideo que caracterizaría al Segundo Triunvirato, una de las primeras medidas adoptadas por áquel fue establecer el Segundo Sitio de dicha ciudad (20/10/1812) a cargo del ejército de Oriente, comandado por Rondeau y bajo supervisión directa de Sarratea y Viana.
Las fuerzas militares de Artigas no se habían sumado aún al sitio por la negativa de éste de integrarlas al ejército de Oriente, poniéndose en posición de rebeldía.
El ejército de Oriente primero expulsó a los realistas de Colonia del Sacramento y luego logró sitiar por completo Montevideo, que era abastecida por el río. El sitio continuó.
Artigas interceptaba la correspondencia enviada de Buenos Aires al ejército sitiador y le dificultaba la movilidad y subsistencia de las tropas robándoles caballos, bueyes y ganados.
Tras recibir Artigas órdenes de marchar al sitio de Montevideo, hacia donde se dirije por un largo rodeo por el interior de la provincia, tras atravesar el rio Negro y ya en la arenosa costa del río Yí, afluente de aquel, el 25 de diciembre de 1812 o sea el mismo día –posiblemente las cartas se han cruzado- le envía a Sarratea la carta llamada por él mismo: “precisión del Yi”, que en definitiva dice que no obedecerá al Gobierno de Buenos Aires, que se niega a obedecer su mando y que se vaya, que se retire del territorio oriental.
A pesar de que la actitud de Artigas estaba clara, el Triunvirato seguía intentando no romper con él y convencerlo de que se uniera al ejército de las Provincias Unidas.
No obstante la ausencia de Artigas del sitio de Montevideo, este continuaba y tanto Sarratea como Viana estaban al pie del cañón, en el sitio mismo. O sea que tenían que lidiar al mismo tiempo con los realistas y con Artigas.
Tuvo lugar entonces la Batalla de Cerrito el 31 de diciembre de 1812 (el nombre de la batalla refiere a una loma cercana al Cerro situado en el lado oeste de la bahía de Montevideo) y fue el enfrentamiento entre el ejército de Oriente que fue victorioso ante las fuerzas realistas que resistían en Montevideo. Estas últimas superaban en número a las sitiadoras, así como en municiones y armamento.
El gran coraje exhibido por Rondeau en esta batalla le valió el ascenso a general; días después reemplazaría a Sarratea al mando del ejército sitiador y luego sería destinado a comandar el Ejército del Norte.
Artigas rechaza entonces la autoridad y exige su desplazamiento de ambos sus jefes, Sarratea y Viana. Lo inconcebible fue que el Segundo Triunvirato aceptó la renuncia de ambos y colocar en su reemplazo a Rondeau, que para peor fue famoso por ser un jefe débil. Sin duda Artígas era un jefe militar y político de la Banda Oriental fuerte, respetado por su gente –la clase rural media y media baja oriental y los indios, no las más ilustradas y pudientes de Montevideo- y según se vería confirmado posteriormente, con pocos escrúpulos. En efecto, logró con esta maniobra desplazar a sus jefes, que claramente debían imponer orden y organización en las fuerzas militares cuya primera responsabilidad era echar a los realistas de Montevideo. No participó de la única batalla relevante, que fue la del Cerrito. Luego se incorporó al sitio supuestamente bajo las órdenes de Rondeau, no llegó a quedarse en él hasta el final, y finalmente no tuvo actuación ninguna en la derrota de los realistas y su expulsión de Montevideo por parte de Alvear.
Artigas habrá visto en la personalidad de Rondeau las características de débil carácter ya comentado que le permitirían dominarlo, fingiendo una posición subalterna.
El 22 de febrero de 1813 retornaban a Buenos Aires Manuel de Sarratea, Francisco Xavier de Viana, junto con otros oficiales que Artigas quiso sacarse de encima: cuanto oriental que tuviera alguna relevancia y osara poner en duda su autoridad y mando.
Los realistas en Montevideo, a pesar de todo, siguieron resistiendo el asedio. Contaban con las murallas y con su flotilla, que les permitían abastecer la plaza incursionando en las costas de los ríos, sin tener resistencia por cuanto el gobierno de Buenos Aires carecía de flota.
Seguramente Rondeau habría de arrepentirse y mucho de la sedición que encabezó, junto con Soler, frente a sus jefes Sarratea y Viana, pues Artigas poco después le hizo la vida difícil.
La presencia de Artigas en el Sitio de Montevideo duraría solo once meses, pues el 20 de enero de 1814 se volvió a retirar, sin que el aporte de sus tropas, estimadas en 4.000 hombres, hubiera servido de mucho para doblegar la resistencia realista.
No era ya obedecer el mando de Sarratea y Viana lo que le molestaba, sino el de Rondeau -tal vez- o bien que un año después Viana le estuviera nuevamente como superior en su cargo de Secretario de Estado de Guerra y Marina.
Asamblea del Año XIII.
La acción más relevante que se produjo en el ámbito de la Revolución de Mayo con posterioridad a la constitución del primer gobierno patrio el 25 de mayo de 1810, fue la instalación de la Asamblea del Año XIII, por influjo principal del partido morenista, de la Logia Lautaro y el esfuerzo personal de Alvear. Si bien la Asamblea del Año XIII no pudo cumplir en tiempo con dos cometidos, declarar la independencia y establecer la constitución –posiblemente lo hubiera logrado, de no haber sido interrumpida su labor por los sucesos de 1815- su labor y resultados fueron extraordinarios y estableció varios objetivos fundamentales para el desarrollo institucional, social y del derecho en el Río de la Plata, tales como la teoría de la representación política; el principio de la soberanía del pueblo; la libertad de las provincias rioplatenses; el uso de varios símbolos patrios; la libertad de vientres de las esclavas; puso fin al tráfico de esclavos; eliminó los mayorazgos; suprimió los títulos de nobleza; derogó el servicio personal de los indios; abolió la Inquisición; declaró la libertad de cultos; reemplazó al poder ejecutivo colegiado, el Triunvirato, por el Directorio; promulgó el Reglamento de Justicia, creando las Cámaras de Apelaciones; suprimió la práctica de la tortura; proclamó la libertad de imprenta; ordenó realizar un censo nacional; otorgó franquicias para el comercio, etc.
Pocos días después de instalada la Asamblea, el 3 de febrero de 1813 ocurrió el Combate de San Lorenzo cuando el coronel D. José de San Martín, al comando del Regimiento de Granaderos a Caballo, recientemente creado y organizado por el por impulso inicial de Viana como Jefe del Estado Mayor.
Durante el ejercicio del Comando en Jefe del Ejército por Viana, aunque este se encontraba instalado en el frente Oriental, se obtuvieron tres grandes victorias patriotas: las de Belgrano en las importantes batallas de Tucumán (25/09/1812) y de Salta (20/02/1813) y la ya mencionada de San Martín en San Lorenzo, que sin ser una acción militar significativa, tuvo bastante trascendencia política e histórica. También se habilitó el segundo sitio de Montevideo, que llevaría –ya siendo aquel Secretario de Guerra y Marina- a su liberación de los realistas. Es llamativo hoy como las máximas autoridades civiles y militares se comprometían al máximo, en los frentes de batalla. Pensando en Napoleón, posiblemente fuera la consigna de la época. Pero también en nuestro caso, tanto Sarratea, presidente del Triunvirato, como su Comandante en Jefe del Ejército, acompañaban las acciones desde la primera línea del frente oriental.
Gobernador de Córdoba del Tucumán.
Viana fue entonces designado Gobernador de Córdoba del Tucumán, pero antes de asumir, el 25 de junio de 1813 estaba en Santa Fe, y desde allí eleva al Gobierno un preciso y coherente plan estratégico de operaciones para la defensa del territorio de las Provincias Unidas ante la posible llegada de una expedición española que contaría con el apoyo de la corte de Portugal. Ningún otro militar o político rioplatense hubiera estado entonces en capacidades técnicas para redactar un plan similar ni tampoco la clara visión de la política internacional, como lo hizo Viana.
El coronel Viana es designado Gobernador Intendente de Córdoba del Tucumán el 4 junio de 1813. sucedió al teniente coronel don santiago carrera y lo ejerce durante ocho meses.
En su administración creó escuelas populares en la campaña y presentó al Ayuntamiento un plan de estudios y un reglamento para las escuelas que mereció la aprobación de los capitulares. También surgieron rivalidades entre el gobierno nacional, por él representado y las autoridades locales representadas en el cabildo cordobés. Una importante medida de Viana como gobernador fue crear el cargo de Jefe de Policía, que desempeñaría una persona de su confianza, encargado de mantener el orden, función que recaía en el Alguacil Mayor del Cabildo. La labor de esta persona se recompensaría con el pago de un sueldo que se obtenía del impuesto que se cobraba a las carretas que circulaban por el centro de la ciudad, siendo el primero en desempeñar el cargo el Gral. Pedro Nolasco Grimau, que además desempeñaba la función de gobernador sustituto cada vez que la máxima autoridad provincial salía de campaña al interior provincial.
Viana había emitido Instrucciones a los Jueces de Campaña que en su artículo 20 disponía:
“Formarán puntual Razón de todo el vecindario, haciendas, y giro que tengan del modo que crean mas conveniente para adelantarlo; de los caminos mas principales, y estado en que se hallan, de los que sean de erradura, y puedan ponerse expeditos para ruedas de los terrenos y situación mas análoga para formar poblaciones; de las personas mas pudientes y capaces de entender en cargos, y comisiones de este Gobierno.”
En enero de 1814 una de la últimas actuaciones de Viana como Gobernador fue la fundación del pueblo de Fraile Muerto sobre las márgenes del Río Segundo -luego denominado San Jerónimo y por último, a partir de 1872, Bell Ville.
Viana ejerció la gobernación de Córdoba del Tucumán hasta su designación como Secretario de Estado en el Departamento de Guerra y Marina el 1º. de febrero de 1814.
La actuación de la Asamblea durante todo el año 1813 fue destacable.
Sin embargo, distintas circunstancias, como las discrepancias en su seno respecto del régimen de gobierno a adoptar –si monárquico o republicano-, el tipo de organización –centralizada o federal- y la conveniencia o no de declarar la independencia, acrecentaban el conflicto con Artigas y en consecuencia, con la Banda Oriental, Entre Ríos y Santa Fé.
Por otra parte, el frente externo se había agravado en lo fronterizo por las terribles derrotas del Ejército del Norte al mando del Gral. Belgrano en Vilcapugio (1/10/1813) y Ayohuma (14/11/1813). Y en Europa Napoleón, tras el fracaso de la guerra contra Rusia, pierde la batalla de Leipzig (16 al 19 de octubre de 1813), la batalla más importante perdida por aquel y comienza la declinación que concluiría con su abdicación el 6 de abril de 1814. Ya su hermano José, Rey de España, había debido renunciar el 11 de diciembre de 1813. Fernando VII, que de “el Deseado” pasaría a ser “el Felón”, en marzo de 1814 fue liberado y retornó a España, para reasumir el 13 de mayo el trono de una monarquía absoluta.
En vista de ese alarmante panorama la Asamblea, el 21 de enero de 1814 resolvió concentrar el poder ejecutivo en una persona con el título de Director Supremo de las Provincias Unidas. Para ello estableció un “Estatuto Provisorio”, que en lo principal disponía que el Director Supremo tendría las facultades y preeminencias acordadas al gobierno por los estatutos y disposiciones anteriores, viviría en la Fortaleza, tendría escolta competente, usaría una banda bicolor – blanca al centro, azul a los costados – con borla de oro y duraría dos años en el cargo. Para el cargo de Director Supremo la Asamblea designa al Escribano Don Antonio Gervasio de Posadas (1757-1833), quien asume el 30 de enero de 1814. Posadas había sido notario mayor del obispado desde el año 1789.
Hasta octubre de 1812, en el Fuerte flameaba la bandera de España. Cuando asume el Segundo Triunvirato aquella enseña fue reemplazada por una celeste y blanca de tres franjas, tal como hoy la conocemos. El Gobierno tendría tres ministros denominados Secretarios de Estado, designados el 1º. de febrero de 1814 que fueron el coronel D. Francisco Xavier de Viana, Secretario de Estado en el Departamento de Guerra y Marina.
Tras la destrucción total del Ejército del Norte al mando del General Belgrano en las perdidosas batallas de Vilcapugio y Ayohuma y el fracaso del sitio de Montevideo, se imponía el Gobierno patrio la designación en el cargo de Ministro de Guerra y Marina del hombre más confiable, de mayor autoridad y más capacitado.
Luego para el cargo de Secretario de Estado de Hacienda fue nombrado, D. Juan Larrea, (1782-1847), español, nacido en Cataluña, pero de origen vasco como Viana. Muy capaz e inteligente, comerciante de cueros, vinos y azúcar, había conseguido hacer una considerable fortuna. Participó de la defensa durante las Invasiones Inglesas, cuando impulsó el regimiento de mignones de Cataluña, proveniente de Montevideo. Desde la Revolución de Mayo había estado activo en los sucesivos gobiernos: vocal de la Primera Junta, miembro del Segundo Triunvirato, miembro y Presidente de la Asamblea, fue posteriormente cónsul argentino en Francia.
Por último, como Secretario de Estado de Gobierno, se nombró a D. Nicolás Gregorio de HerreraXiménez (1775-1833), también oriental, nacido en Montevideo como Viana. Jurisconsulto formado en Chuquisaca y en España de gran capacidad y experiencia, adhirió desde su inicio a la Revolución de Mayo con el grupo de Moreno y Rivadavia. Fue secretario de Hacienda del Primer Triunvirato y posteriormente a la caída del directorio de Alvear, retornó a Montevideo, donde redactó la constitución y fue Senador. Todo el gobierno estaba instalado en el Fuerte de Buenos Aires. Del Poder ejecutivo, solo Posadas había nacido en Buenos Aires, dos ministros eran nativos de la Banda Oriental y el cuarto era español. La mitad del ejecutivo era de origen vasco.
En sus “Memorias” Posadas habla así del nombramiento de sus Ministros: “Nombré tres secretarios de Estado que me ayudaron en todo con la mayor actividad, celo, esmero y asidua contracción al trabajo; debiendo yo, y debiendo la patria a sus luces y talentos el buen éxito de los negocios. Jamás, ni juntos, ni separados me hablaron de cosa alguna que oliese a traición, cohecho, malversación de los fondos del Estado, o desobedeciendo a los decretos de la Asamblea.
Se comportaron constantemente como fieles ministros e inmediatos consejeros. Tal justo elogio me merecieron eternamente el doctor don Nicolás Herrera en el departamento de Gobierno y Relaciones Exteriores, don Francisco Xavier de Viana, brigadier general, en el de Guerra y Marina, y don Juan Larrea en el de Hacienda. Estos secretarios recibieron un nuevo carácter y autoridad, y se estableció un nuevo orden y arreglo para el despacho de los negocios, que me parece rige hasta el presente tiempo.”
También se creó un “Consejo de Estado” cuya misión era asesorar al Director Supremo y al cual éste debería consultar indefectiblemente sobre las negociaciones que entablara con las cortes extranjeras sobre paz, guerra y comercio.
Este organismo estaba compuesto por nueve miembros, tres de los cuales eran los Ministros más los siguientes
Consejeros de Estado:
Presidente: Nicolás Rodríguez Peña.
Consejero primero: Doctor José Valentín Gómez.
Consejero segundo: Brigadier José Miguel de Azcuénaga.
Consejero tercero: Coronel Ángel Monasterio.
Consejero cuarto: Doctor Vicente Anastacio de Echavarría.
Consejero quinto y Secretario del Consejo: Doctor Manuel José García.
Según afirma Alvear, “Posadas al formar su gabinete, fiel a su modalidad, se rodeó de brillantes ministros”. Y como lo califica Manuel María Oliver: “el coronel Viana, austero, de una fisionomía moral caballeresca y al que el Ministerio de Guerra debe su organización durante la campaña emancipadora. Ninguna ambición los llevó a prestar su esfuerzo al Directorio, sino la de ser útiles a la Patria; preguntar por el premio que obtuvieron, es constatar el desvío de la posteridad: casi todos el destierro o la miseria.”
Era un equipo de altísima calificación intelectual, moral, cultural, “progresista” en su mejor sentido literal, respaldados por la Logia Lautaro y por el grupo “morenista”, portador de las ideas iluministas y de los principios de la Revolución Francesa, absolutamente contrario al absolutismo monárquico personificado en Fernando VII y al grupo conservador “saavedrista”. Como Secretario de Guerra y Marina, Viana organizaba los tres frentes de defensa de las Provincias Unidas del Rio de la Plata: el del ejército del norte, las fuerzas en Cuyo y el avance sobre Montevideo, aún bajo el dominio español, así como el naval en el Río de la Plata. La primera medida adoptada por Viana consistió en disponer el 9 de febrero de 1814 que todos los habitantes de la ciudad se alistasen en los distintos cuerpos del Ejército “precisa e indispensablemente, sin distinción de edad ni condición” y el que pudiera andar a caballo y menor de 40 años se uniformara a su costa e ingresara en la Caballería Ligera. El resto de los ciudadanos formaban en los cuerpos de Guardias Nacionales de Infantería, salvo los que superaran los 50 años de edad.
El 4 de abril de 1814 La Asamblea General decreta que los brigadieres serían generales del Estado, otorgándoseles los honores y prerrogativas de esta dignidad al Coronel Francisco Xavier de Viana quién fue promovido a Brigadier General de los Ejércitos de la Patria, así como también a Azcuénaga, Alvear, Rondeau, San Martín y Balcarce.
Una de las decisiones más importantes de la Asamblea fue entonces enfrentar el dominio español naval en el Rio de la Plata. Estaba visto que era difícil doblegar Montevideo con solo el sitio terrestre -ya se demoraba dos años- por la paridad de las fuerzas terrestres, la utilidad de las murallas y sobre todo porque la ciudad continuaba siendo abastecida por vía fluvial, gracias a la flota con que contaba el gobierno realista. El 28 de febrero de 1814, dos meses después, la escuadra estaba formada. La flota estaba integrada por once navíos y el 8 de marzo de 1814 en la Gazeta Ministerial Posadas y Viana como cabeza del Ministerio de Guerra y Marina daban a conocer el personal de Estado Mayor de la Marina y asignaban el mando al irlandés Guillermo Brown (1769-1842). Brown fue designado Teniente Coronel del Ejército y Comandante de la Marina Nacional. La oficialidad y marinería era principalmente británica: irlandeses, ingleses y escoceses. Menos de un mes después de formada la flamante flota rioplatense -según lo ordenado por Posadas y Viana- tuvo su bautismo de fuego contra la escuadra española en el Combate de la Isla Martín García que ocurrió entre el 10 y el 15 de marzo de 1814 cuando Brown venció a la escuadra realista. Dos meses después de esta victoria, entre el 14 y 17 de mayo la flota comandada por Brown sitió a Montevideo y enfrentó la escuadra realista en el llamado combate naval del Buceo o de Montevideo. Durante los cañoneos Brown fue herido y quebrada su pierna derecha, pero aún en esas tremendas y dolorosas condiciones físicas, continuó dirigiendo la acción desde una angarilla. Reiniciadas las acciones el dia 17, Brown obtuvo una victoria inapelable tras un intenso combate en el que la mayor parte de los navíos realistas fueron capturados o destruidos. Algunos buques realistas huyeron hacia España, y otros pocos menores se encerraron en el puerto. El cerco sobre Montevideo se había completado y la flota realista había sido eliminada. Como dice Oliver (1914, pg. 123): “Asi daba cima Posadas a su gran programa, conquistando el primer tramo de la verdadera independencia, limpiando de enemigos las aguas fluviales”.
Las decisiones de la Asamblea y de Posadas y su gobierno, con Viana en particular, sobre el armado de la flota patriota, incluyendo la nominación de su personal, se mostraron correctas.
En lo que respecta al sitio terrestre de Montevideo, el 17 de mayo de 1814, el mismo día de la victoria de Brown, tal vez sin saber aún de ésta, pues esta decisión seguramente había sido discutida y adoptada con anterioridad, el gobierno de la Provincias Unidas dispuso reemplazar en el mando del ejército sitiador a Rondeau por el general Carlos de Alvear. A pesar de su juventud, éste sumaba “capacidad, cordura y aptitud para mandar, a más de sólidos conocimientos en el arte de la guerra”. El 22 de junio Alvear resolvió avanzar y las fuerzas realistas rindieron la Fortaleza del Cerro a tropas del Regimiento N.º 2 y el día siguiente los realistas entregaron las llaves de Montevideo. La victoria del gobierno de Posadas, con Viana en Guerra y Marina y Alvear al frente del Ejército, fue el fin del gobierno español de Montevideo que durante cuatro años había sido la mayor amenaza al gobierno patriota de la Provincias Unidas. Y tal como se había previsto proveyó abundantemente a los ejércitos rioplatenses de tropas, armamento, vestuarios y municiones: fueron tomados 7.000 prisioneros, 1.200 cañones, 8.245 fusiles, 6.000 bayonetas y 99 embarcaciones, que resultaban imprescindibles -en el caso de las embarcaciones el producto de su venta- para continuar la lucha en el Alto Perú.
Superada la amenaza española en Montevideo y aparentemente dominada la rebelión de Artigas en la provincia Oriental, Viana decide mandar su mejor general: Alvear, al frente del Alto Perú, donde revistaba durante los últimos seis meses el Gral. Rondeau, sobre cuyas capacidades evidentemente no tenía el mejor concepto.
También creía que combatir a Artigas era un esfuerzo inútil pues no representaba un real peligro y que no convenía distraer fuerzas en la provincia Oriental, contra la opinión del Consejo de Estado, tal vez influenciado por Herrera. Se delegó entonces el mando del ejército en la provincia Oriental en el General Soler, quien no solo fracasó en su misión de contener a Artigas, sino que pocos meses después se volcaría a su lado.
La decisión de nombrar a Rondeau en ese cargo no podría haber sido peor, como se vería pocos meses después. Es posible que Posadas y Viana no tuvieran demasiadas opciones, pero ya conocían perfectamente las falencias de Rondeau y su escasa capacidad de mando como se había comprobado durante su mando del ejército sitiador de Montevideo, su insubordinación a Sarratea y Viana y su fallida componenda con Artigas. Cómo pudieron designarlo en tal cargo es un misterio. Tal vez pensaron que era un destino provisorio y subestimaron su capacidad de dañarlos.
Así es que se le confió la organización de la tercera campaña al Alto Perú, para lo cual Viana le envió como refuerzo las tropas que habían participado en el sitio de Montevideo, tanto patriotas como prisioneros que habían servido a los realistas, así como el importante armamento allí capturado.
El 25 de mayo de 1814 se había librado la batalla de Florida o La Florida en la plaza del pueblo de ese nombre, cercano al río Piraí, en la zona del chaco boliviano. Los coroneles Ignacio Warnes y Juan Antonio Álvarez de Arenales comandaron en conjunto 800 a 900 hombres, que con 4 piezas de artillería derrotaron a las fuerzas realistas del coronel español Manuel José Joaquín Blanco –muerto poco después por Warnes en un duelo- compuestas por 800 a 1200 hombres con 2 piezas de artillería. Las bajas patriotas fueron 4 muertos y 20 heridos, contra 270 muertos y 90 heridos de las fuerzas españolas que además tuvieron 200 prisioneros.
Esta importante victoria patriota, sostuvo a Santa Cruz de la Sierra en manos patriotas de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Viana mandó distinguir a todos los participantes.
El general Alvear fue nombrado comandante en jefe del Ejército Auxiliar del Perú -entonces asentado en Jujuy- en noviembre de 1814. En este Ejército había oficiales adictos a Alvear, pero también varios desafectos, comenzando por su jefe, Rondeau. El 8 de diciembre estos últimos habían conseguido desplazar al coronel Vázquez, partidario de Alvear, reemplazándolo por el coronel Carlos Forest, francés establecido en Buenos Aires desde 1807. Vázquez y otros oficiales de la confianza de Alvear habían sido presos y deportados fuera del campo militar de Jujuy.
El complot de Rondeau estaba constituido por el coronel Martín Rodríguez, el jefe del regimiento Nº 9, coronel Manuel V. Pagola, los comandantes Carlos Forest, Rudecindo Alvarado, Diego B. Balcarce, Juan José Quesada, Pedro Luna, Domingo Soriano Arévalo y Martínez, así como el teniente coronel Fernández, segundo jefe del Nº 2, aunque en actitud ambigua.
Uno se pregunta hoy, ¿cómo Posadas, Alvear, Viana, que conocían bien a Rondeau, pudieron cometer nuevamente el error de confiarle el Ejército del Norte? ¿No conocían bien sus debilidades, su psicología, su tortuosa personalidad?
Cierto es también que similar debilidad se había dado en el caso de Artigas, a quién una y otra vez se había tratado de incorporar infructuosamente a los ejércitos de las Provincias Unidas, declarándolo un par de veces “traidor a la patria” y perdonándolo después, dotándolo de poder, cargos y medios militares, para que de nuevo el oriental volviera a las andadas poco después.
Es posible que el número de altos oficiales disponibles y confiables fuera muy escaso.
Puede ser que la altísima carga de trabajo para el escaso número de dirigentes disponible les dejara al Director Supremo, sus Secretarios de Estado, a los miembros del Consejo de Estado y a los asambleístas escaso tiempo para divulgar sus ideas y sus acciones, para hacer “propaganda”. Tal vez no tendrían ni ocasiones ni los medios de llegar a suficiente número de ciudadanos de la Capital y del interior para neutralizar los avances negativos de los grupos saavedristas y artiguistas. Lo que no quita que la visión retrospectiva de las acciones de los gobiernos de la Asamblea, de Posadas y de Alvear en cuanto a sus errores al lidiar con Rondeau, Artigas, Álvarez Thomas, nos sea penosa al vislumbrar las oportunidades perdidas por la patria en aquellos tiempos.
Alvear viajaba hacia allá a tomar el mando y el 10 de diciembre se encontraba a unas 30 leguas al Norte de Córdoba, cuando supo de la insubordinación de los mandos de aquel ejército. Al saber la situación inmediatamente regresó a Buenos Aires, y designó interinamente al mando de sus tropas al general Martín Rodríguez, o bien a Forest, lo que evidencia que lo estimaba. Sin embargo, éste fue uno de los firmantes del Acta de Humahuaca, el 31 de enero de 1815, desconociendo la autoridad del nuevo Director.
Otras actuaciones de Viana.
El ejército a fines de 1813 contaba con 12.642 soldados mal armados, poca instrucción y sin recursos. Por diciembre de 1814 el número de efectivos había aumentado a 21.742 hombres, prolijamente reclutados entre los vecindarios, aptos y sanos, uniformados y organizados en cuerpos, con sus unidades tácticas casi perfectas y con armas flamantes y eficaces. Había fabricado en los talleres del Estado 24.322 piezas de guerra (fusiles, cañones, sables, correajes, carros de transporte, etc.). No se podía pedir mayor éxito a la gestión de ese gobierno que todo lo había previsto, desde el mas grave detalle hasta el más simple, concediéndole toda su atención y dándole base segura para sus futuros triunfos (Rodríguez: 1913, pg. 185). (Oliver: 1914, pg. 173).
Renuncia de Posadas y nombramiento de Alvear.
La insurrección de Rondeau y sus oficiales del ejército del Norte oponiéndose a su sustitución por Alvear, aparentemente llevó a Posadas a renunciar al cargo de Director Supremo, el 9 de enero de 1815.
En verdad, al leer su declaración en el Juicio de Residencia al que se le sometió meses después, cabe pensar que Posadas se sentía ya viejo -57 años- o enfermo o agotado, o con falta de motivación para continuar su muy difícil gestión y que aprovechó la insubordinación de Rondeau para justificar su renuncia. Pero también debe haber motivado su renuncia el disgusto que le provocó la falsa, gravísima, maliciosa, injuriosa e injusta acusación que lanzó el grupo saavedrista acusando al Gobierno de la infidencia de “querer entregar el país a Fernando VII”.
En definitiva la Asamblea aceptó su renuncia y designó a Alvear para reemplazarlo, quien asumió el 10 de enero de 1815.
Su primera disposición fue confirmar en sus cargos a los tres ministros de Posadas: Francisco Xavier de Viana, Juan Larrea y Nicolás de Herrera, con la consecuente continuidad en el gobierno.
Se negoció con Artigas su salida de Entre Ríos y Corrientes, contra la eventual independencia de la Banda Oriental, que este, agrandado, no aceptó.
En Santa Fe, el gobernador Eustaquio Díaz Vélez era resistido por la población, posiblemente por ser porteño, por haber sido designado por el gobierno de Buenos Aires y por haber establecido impuestos y contribuciones forzosas que los habitantes rechazaban. El 14 de marzo de 1815 estalló una revuelta alentada por Artigas y Hereñú quienes ese día llegaron allí. Díaz Vélez renunció el 24 de marzo e inmediatamente Artigas determinó que la provincia de Santa Fé entrara en la Liga Federal, por él creada. Dos días después asumía la gobernación Francisco Candioti, cercano a Artigas.
Al saber de esto, Alvear decidió entonces enfrentar a Artigas y dispuso que los ejércitos de la capital y el estacionado en Olivos liberarían Entre Ríos y Santa Fe y luego la Banda Oriental. A fines de marzo envió contra los federales autonomistas de Santa Fe un ejército de unos 3.000 hombres al mando de Viana, quien después eventualmente pasaría a la Banda Oriental y a Córdoba.
El 3 de abril de 1815 salieron de Buenos Aires las fuerzas destinadas a reunirse con las de Alvarez Thomás, destacadas días antes, y eventualmente con las de Díaz Vélez, para formar, a las órdenes de Viana, una división “capaz de contener a los orientales” y reconquistar Santa Fe.
En esa misma fecha en que el Ministro Viana emprendió la partida, Alvarez Thomás, acampado en Fontezuelas se amotinó, desconoció al gobierno de Buenos Aires y fue copando las fuerzas que iban llegando allí. Ese día dirigió un oficio a Artigas declarando que había cesado toda lucha entre los ejércitos por ellos comandados siendo sus deseos mantener estrecha fraternidad y alianza con todos los pueblos libres de las provincias. Al llegar a Fontezuelas o Fontezuela localidad cercana (11,3 km) a Pergamino, Francisco Xavier de Viana fue hecho prisionero.
Álvarez Thomas había sido secretario de Viana cuando éste era Jefe del Estado Mayor en noviembre de 1811. De nuevo nos preguntamos, ¿cómo Viana no lo conocía? ¿cómo no había reconocido sus características de falsedad e hipocresía? Tal vez Viana era tan apegado al respeto de la autoridad que no podía imaginar la traición de un subordinado. ¿No tenía otra opción al designarlo? El hecho concreto es que haber confiado en Álvarez Thomas no solo provocó el terrible disgusto de la caída del gobierno de Alvear, sino inumerables situaciones negativas al país y posiblemente su atraso por varias décadas.
En respetuosos términos, Ignacio Alvarez desde el Cuartel General del Ejército Libertador en marcha, en abril 14 de 1815 intima al General D. Carlos de Alvear a renunciar.
Álvarez Thomas tras haber arrestado a su jefe Viana, volvió a Buenos Aires, sometiendo a las fuerzas militares leales a Alvear acampadas en Olivos, apoyado por el general Soler y aliándose con el Cabildo porteño. Este estaba dirigido por su Regidor y Alcalde de primer voto, Francisco Antonio de Escalada, hermano del suegro de José de San Martín, Antonio José de Escalada. El Cabildo además organizó movimientos populares similares a los del 5 y 6 de abril de 1811, para respaldar su acción. El Consejo de Estado le aconsejó a Alvear de renunciar al cargo de Director y al percibir éste su debilidad presentó su renuncia ante la Asamblea, la que le fue aceptada el 17 de abril de 1815.
Acabó entonces por un tiempo -hasta la designación de Pueyrredón por el Congreso de Tucumán- el federalismo impuesto por la Asamblea del XIII, ya que el Cabildo de la Capital extinguió la Asamblea y sustituyó al Director Supremo designado por aquella.
Luego de haber logrado la renuncia de Alvear, el Cabildo tomó el gobierno y disolvió la Asamblea y el 20 de abril, designó inexplicablemente como Director Supremo al General José Rondeau, a sabiendas que se encontraba en el Norte al mando del Ejército y de las características de su débil personalidad. El gobierno de la Unión continuaría siendo dominado por el Cabildo de Buenos Aires, con mucho menor participación de los “pueblos” que cuando intervenía la Asamblea
En definitiva se designó al traidor coronel Ignacio Álvarez Thomás como Director, aunque quitaron su designación de “Supremo”.
Procesos de residencia del año 1815.
Al nuevo Gobierno de Álvarez Thomas, sus adláteres y propiciadores del Cabildo y del partido saavedrista les pareció que el juicio de civiles y militares afines al grupo de Posadas y Alvear les permitiría justificar su revolución, si demostraban que el gobierno que habían derrocado había cometido infinidad de delitos y abusos. Pero según habremos de ver, el tiro les salió por la culata ya que nada de ello consiguió probarse, e incluso las penas a las que condenaron a los morenistas al poco tiempo debieron ser revertidas y los condenados fueron liberados y se permitió el retorno a los exilados. Fueron juzgados los civiles Antonio Alvarez Jonte, Bernardo Monteagudo, Hipólito Vieytes, Nicolás Rodríguez Peña, Nicolás Herrera, Valentín Gómez, Gervasio Posadas, Juan Larrea. Los presos civiles fueron confinados en la cárcel de la guardia de la Casa-Cuna, en el cuartel del regimiento no. 2 y en la casa de la Asamblea, en condiciones penosas. Fueron maltratados y vejados, sin miramientos por su edad, estado de salud y méritos patrióticos, por quienes eran en la mayoría de los casos, parientes, amigos, vecinos y por lo menos, bien conocidos.
El interrogatorio era tendencioso, preconceptuoso y capcioso, cuando no pueril o absurdo y trataba de influir y orientar las respuestas para lograr culpar a los dos gobiernos Directoriales anteriores:
Entre otros militares, fue juzgado y condenado Francisco Xavier de Viana: “Está condenado y condena á don Francisco Xavier de Viana, brigadier, que se le recoja sus despachos y se le confine á Chascomús por cuatro años, donde debe estar á los cargos que el Gobierno le hiciese sobre el desempeño de los empleos que ha obtenido.”
Siete de los militares fueron enviados a Artigas con la cruel intención de que los fusilase, a lo que no accedió.
Tras pocos meses, posiblemente a fines de 1815 o comienzo de 1816, de alguna manera Viana fue libertado de su confinamiento en Chascomús y se le permitió viajar a Montevideo a residir con su familia.
Allí le tocó vivir la triste situación de la invasión portuguesa y la instalación en el Gobierno de Montevideo y de la provincia Oriental, el 20 de enero de 1817, del General Carlos Federico Lecor, Visconde de Laguna, ocupación que se extendió hasta 1825.
Viana no vivió para verlo pues falleció el 5 de marzo de 1820. Tenía 55 años de edad, la misma a la que había fallecido su padre el Gobernador.
En efecto, Francisco Xavier había nacido en Montevideo el 2 de diciembre de 1764, el año de la expulsión de los Jesuitas. Era hijo del Mariscal de Campo de los Ejércitos Reales Don Joseph Joaquín de Viana y Sáenz de Villaverde (19 de marzo de 1718-14 de diciembre de 1773) una de las figuras más destacadas del pequeño pueblo de Lagrán, en la Montaña Alavesa, provincia de Álava, País Vasco. El Mariscal Viana se había destacado en las guerras por la sucesión austríaca en el norte de Italia, razón por la cual había sido designado como el primer Gobernador de Montevideo en 1749, función que cumplió por mas de 16 años. En medio de las vicisitudes de las guerras guaraníticas, en las que tuvo un papel protagónico, el 4 de noviembre de 1755, cuatro años después de haber asumido su cargo, en Gobernador Viana se casaba con Dna. María Francisca de Alzaibar y Ealo, que había arribado a Montevideo el 19 de septiembre de ese año. También de origen vasco, nacida en Lemona, Viscaya, era sobrina de D. Francisco de Alzaybar, poderoso armador y marino vasco que fue quien por encargo del Rey llevó los colonos canarios y gallegos que serían los primeros habitantes de Montevideo. Empresario de considerable fortuna fue propietario de centenas de miles de hectáreas de tierras y de cabezas de ganado en la provincia Oriental, que tras su muerte heredaron los Viana.
Parafraseando un conocido film, Viana tenía no solo ocho apellidos vascos, sino diez y seis y más.
Con solo diez años de edad, Francisco Xavier fue enviado por su madre a la academia naval de Cádiz, de donde egresó como guardiamarina a los 14 años. Inició así una carrera muy destacada como oficial de la marina española. Tras combatir en la reconquista de Menorca, en 1782 Viana está a bordo de la fragata Rosario, la que da protección a un convoy de tropas destinado al Gran Sitio de Gibraltar. Fue protagonista en el lugar de la jornada del 13 de septiembre de 1782 una vivencia muy impresionante: a las 10:25 las baterías de tierra, las explanadas de obuses emplazadas en el istmo, las lanchas cañoneras y las 10 baterías flotantescomenzaron al mismo tiempo a abrir fuego contra Gibraltar a un ritmo terrorífico. A Viana le dan la responsabilidad de comandar una lancha cañonera, la número 90, en la bahía de Algeciras, frente a Gibraltar.
En 1784 llega a Montevideo en el bergantín Ardilla y retorna en el “Paquibot San Cristóbal”. En 1786 con la fragata Astrea comandada por Malaspina, Viana dio la vuelta al mundo, tras 20 meses y medio de navegación del total de 26 previstos, en un tiempo récord, siendo los decimoterceros navegantes en completarla. En el año de la Revolución Francesa -el 14 de julio de 1789- a los 23 años, ya con el grado de Teniente de Navío Viana fue elegido, para formar parte de la expedición del gran marino italiano al servicio de España: Alessandro Malaspina.
Zarpan en dos corbetas de Cádiz el 30 de julio de 1789 y navegan cinco años y medio por los océanos Atlántico y Pacífico. Cumplen con creces todas las expectativas científicas previstas. Se dibujaron modernas cartas de navegación y nuevos mapas geográficos, se recogieron magníficas colecciones minerales y botánicas con especies hasta entonces desconocidas y se aportó una gran documentación gráfica y precisos informes sobre el estado social, político y militar de las colonias. Viana regresa a Montevideo en 1796 al mando de la Descubierta.
Recorrido de Atrevida y Descubierta.
Viana es designado entonces Comandante Marítimo -equivalente a Gobernador- de las Islas Malvinas en dos períodos, de 1798 a 1799 y de 1800 a 1801. El clima inhóspito e imprevisible de las islas Malvinas un territorio virgen, inexplorado, semi desértico, muy frío y barrido por fuertes vientos, que se producen en forma repentina, con grandes dificultades para cultivar vegetales que aportaran vitamina C (ácido ascórbico) a la alimentación, con el consecuente riesgo de contraer escorbuto, hacían de este destino una tortura. La población de las islas estaba compuesta por 160 personas, de los cuales 130 eran oficiales, soldados y 26 eran presidiarios.
Es aquí que finaliza la brillante carrera de oficial naval español de Francisco Javier de Viana y Alzaibar, a los 35 años de edad y luego de 23 años de servicio ininterrumpido, tras haber navegado por todos los mares del mundo en una decena de navíos distintos, bajo el comando de los mas prestigiosos e importantes marinos españoles de todos los tiempos, obligado a pedir su pase al ejército por los problemas de salud que los continuados esfuerzos al límite de la supervivencia le habían causado, particularmente en el “cruel y penoso destino”–como él mismo dice- del establecimiento de la Soledad de Malvinas. En los veinte y tres años de servicios y en las navegaciones emprendidas por Viana, éste cruzó la línea Equinoccial once veces, rebasó el Cabo de Hornos tres, recorrió la costa de América desde Tierra del Fuego hasta Alaska e igualmente las costas asiáticas del océano Pacifico.
Por ello pide su traslado al ejército, donde lo nombran en 1801 Sargento Mayor de la plaza de Montevideo, con el grado de Teniente Coronel. A mas de las razones antedichas puede que inteligentemente hubiera decidido cambiar de vida, casarse, formar familia y haber pensado que ello era incompatible con la profesión de marino.
Tras una larga tramitación para obtener el permiso correspondiente, el 11 de julio de 1802, los 38 años, en Montevideo, se casa con su sobrina, Maria de la Concepción de Estrada, 21 años menor que él, hija de su hermana Teresa y de un oficial del ejército, el sargento mayor Tomás de Estrada, con quien tiene en 1802 a Consolación.
La madre de Viana, Dna. Maria Francisca de Alzaybar, la “Mariscala”, fallece el 5 de febrero de 1803, a los 68 años de edad. En compensación, ese mismo año nace su segundo hijo y mayor de los varones, José Joaquín de Viana Estrada, bautizado con los nombres de su abuelo el Gobernador. En 1804 nace el tercer hijo, Francisco Xavier Ambrosio, en 1807 Tomás Francisco y en 1809 Fernando Agustín.
En materia de trabajo interviene en la Comisión Demarcadora de Límites Luso-Española.
En 1804 Viana es designado Comandante Principal de la Campaña Oriental y de la frontera luso-brasileña, al mando de unos 300 hombres. Quién acompañó a Viana en la campaña a la frontera fue su ex compañero de colegio, José Artigas, quien hasta entonces había vivido en el noroeste oriental y había realizado tareas rurales y comercio ganadero legal e ilegal.
Vista de Montevideo, por Fernando Brambila, 1794.
España. Ministerio de Defensa. Archivo del Museo Naval.
En oportunidad de las Segundas Invasiones Inglesas, las fuerzas hispanas (2.362 hombres) que defendieron Montevideo estaban comandadas por el brigadier Lecocq. En el combate del Cristo o del Cardal, Francisco Xavier de Viana peleó valientemente como segundo jefe del brigadier Bernardo Lecocq y después tuvo la responsabilidad de la defensa de las murallas de Montevideo resistiendo en su Ciudadela, asiento natural del Regimiento Fijo de Montevideo bajo su mando, la última posición en rendirse a los británicos.
El por qué Francisco Xavier de Viana y Alzaibar ha sido casi olvidado en la historia rioplatense, es difícil de establecer. De cualquier manera, es innegable que fue uno de los protagonistas más importantes del primer quinquenio tras la virtual emancipación de las provincias del Rio de la Plata de España, en 1810 y que hizo una fundamental contribución a la libertad sudamericana.
Reincorporarlo a nuestra memoria histórica, recordarlo a los rioplatenses, reconstruir su accionar, interpretar sus ideas y evidenciar sus relaciones políticas me ha parecido importante.
Su protagonismo surge en primer lugar porque provenía de una de las familias mas destacadas del Río de la Plata, pues los Viana no solo eran miembros de una noble familia alavesa, cuyo palacio en Lagrán se conserva aún hoy, sino que portaban los antecedentes de importantes servicios al Reino tanto en el área militar como naval.
Pero además Francisco Xavier de Viana tenía altos méritos propios: poseía la formación superior de la Escuela Naval de Cádiz y apenas salido de la adolescencia pasó a una temprana adultez: tuvo la experiencia de los horrores de la guerra naval en el Mediterráneo. Pocas acciones de guerra se comparan con el increíble y dantesco asalto de Gibraltar que a Viana le tocó vivir.
De allí a dar su primera vuelta al mundo con Malaspina en la fragata Astrea y ser un oficial destacado en el lustro que duró la expedición Malaspina, que incrementó en mucho sus conocimientos en materia naval, marítimos, científicos, geográficos, políticos, sociológicos, económicos. Viana fue entonces el prototipo del humanismo ilustrado, del “iluminismo”.
Y fue de esa manera que Viana adquirió un cosmopolitanismo que ninguno de sus colegas del gobierno del Río de la Plata tenía. Posiblemente no hubo en su tiempo en el Río de la Plata otro marino con iguales calificaciones, que dominaba como pocos las ciencias de la navegación; quien conocía los detalles constructivos y todas y cada una de las partes de un navío, que hubiera participado en acciones de guerra marítima, que conociese casi todos los mares del mundo, que tuviera una formación y una cultura -como se denota de su Diario de Viaje – comparable a la suya. En la década de 1810 era el único dirigente que había escrito un libro, que aún hoy mantiene su interés por sus descripciones geográficas, sociales, políticas, biológicas, meteorológicas, y llega hasta poder esbozar un diccionario de otra lengua (la de Vavao o Tonga).
Aprendiendo a obedecer también aprendió a mandar. Pasó a comandar una de las naves de las cuales había sido oficial. Y retornó al Río de la Plata y a su ciudad natal. Le tocó entonces una experiencia extrema: gobernar por dos años las Islas Malvinas, comprometiendo su salud, pero seguramente incorporando conocimientos sobre la naturaleza humana como sería imposible en otro lugar.
Como si eso fuera poco, tras su vuelta a Montevideo, pasa de la marina al ejército, un cambio sustancial de cultura y ambiente laboral.
Entonces forma y establece su familia: se casa y tiene sus primeros hijos.
Pero su paz duró poco: pronto debió asumir otra misión épica, como fue establecer la autoridad del reino español sobre la frontera con el Brasil portugués, en una región de abrumadores bosques subtropicales vírgenes de características diametralmente opuestas a los desérticos páramos pedregosos y casi carentes de vegetación y fauna de las islas Malvinas, donde debió comandar tropas de soldados compuesta por gauchos primitivos que eran el último descarte de la civilización, que no tenían nada por perder, casi sin oficiales salvo su compañero Artigas.
Su siguiente actividad bélica constituyó la defensa de Montevideo frente a los invasores ingleses. La organización de las fuerzas de 2.360 hombres como segundo del brigadier Bernardo Lecocq contra unos 3.000 británicos en la batalla del Cristo y poco después en la defensa de la ciudadela de Montevideo, el último baluarte en rendirse. Si es cierto que se aprende mas de las derrotas que en los éxitos, este debe haber sido el caso, pues aunque en una acción perdidosa, le tocó a Viana participar de la mayor batalla librada en el territorio del Río de la Plata.
No por nada pocos años después ya en el comienzo del período de la emancipación iniciado el 25 de mayo de 1810, el Primer Triunvirato primero y luego todos los gobiernos que se suceden hasta mediados de abril de 1815, Viana estará a cargo de la organización y supervisión de todas las acciones de guerra de esos gobiernos patrios, salvo el período de 1813 en que actúa como Gobernador de Córdoba del Tucumán pero durante el cual no abandona su vocación de estratego militar, posiblemente el único del Río de la Plata.
Primero desde mediados de noviembre de 1811 cuando el Primer Triunvirato lo designa Jefe del Estado Mayor del Ejército. Mucha confianza, gran respeto por sus cualidades personales y morales, por sus capacidades y conocimientos en materia militar debían tenerle los patriotas de mayo para confiarle el mas alto cargo de la organización castrense de las incipientes Provincias Unidas. Tendrían certeza sobre su fidelidad a las ideas revolucionarias. Luego cuando el primus inter parís del Segundo Triunvirato, Sarratea, lo lleva con él para que lo secunde en la acción absolutamente prioritaria del Gobierno: lograr dominar Montevideo, el foco de resistencia realista mas cercano y peligroso para la Revolución de Mayo. En esa posición está, hasta mediados de febrero de 1813 en que la situación conflictiva con Artigas en el sitio de Montevideo lo lleva a renunciar –inútilmente, pues de nada valió la posición negociadora de los gobiernos de Buenos Aires frente al caudillo oriental- quien siguió sin ceder un ápice en sus demandas y en sus intempestivas posiciones, con escaso sentido de la oportunidad. Cuando españoles y portugueses, por no contar a los ingleses que también nos miraban con voracidad, amenazaban las Provincias Unidas por todos lados, no era el momento para definir la organización nacional.
La designación de Viana en el cargo de Gobernador de la extensa región de la entonces Córdoba de Tucumán, la mas importante del país en ese entonces después de la de Buenos Aires, es otra afirmación de la extrema confianza que las máximas autoridades del país tenían en su persona, en sus cualidades y capacidades, no ya solo como militar sino también como dirigente.
Luego como Secretario de Estado en el Departamento de Guerra y Marina con Posadas cuando éste asume el cargo de Director Supremo hasta la caída de Alvear, es Viana el hombre de confianza en la materia de la guerra terrestre y naval de los gobernantes de Buenos Aires.
Fueron entonces sus jefes los triunviros: Juan José Paso, Feliciano Chiclana, Manuel de Sarratea, Juan Martín de Pueyrredón, Nicolás Rodríguez Peña, José Julián Pérez, Antonio Álvarez Jonte, Gervasio Posadas y Juan Larrea, junto con los secretarios sin voto: Bernardino Rivadavia y Vicente López y Planes, así como los Directores Supremos Gervasio Antonio de Posadas y Carlos María de Alvear.
Esta pluralidad de figuras icónicas de la Revolución de Mayo le tenían tanta confianza y respeto como para confiarle la responsabilidad mayor de esos gobiernos en tales años, cual era la defensa del ex virreinato, amenazado por todas sus fronteras y del cual todavía los realistas ocupaban las provincias Oriental y la del Alto Perú.
Mucho dice esto sobre el respeto y la consideración en que tenían sus jefes las cualidades humanas, personalidad, experiencia y capacitación de Viana.
Debe destacarse la noción de que se trataba de un trabajo en equipo. Si bien las determinaciones principales se materializaban en documentos, muchos de los cuales nos llegan hasta hoy, es innegable que las todas las decisiones debían estar precedidas por conversaciones, intercambio de ideas, discusiones, discrepancia de criterios, evaluación de riesgos, posicionamiento de cada uno de los participantes, establecimiento de metas y objeticos, de estrategias y tácticas. En esas circunstancias, la voz de Viana era escuchada, sus razones atendidas, su experiencia respetada.
Los hechos concretos son que los pasajeros de la fragata George Canning, San Martín, Alvear, Vera, Arellano, Holmberg, Zapiola, son incorporados a los ejércitos patriotas por gestión de Viana. Está tras de la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, así como de toda la organización de los ejércitos, de su logística en general, de la gestión del personal militar: nombramientos, ascensos, traslados, remuneraciones, bajas, premios. De la provisión del armamento menor y mayor, artillería, munición; de la instalación de fabricas militares tanto de armas como de pólvora. Del transporte y desplazamiento de tropas. De la caballada. De la alimentación de hombres y caballos. De la provisión de uniformes. Y de presupuestar, distribuir y obtener los recursos para todas las operaciones militares. Durante su jefatura del Ejército Belgrano vence en Salta y Tucumán. San Martín lo hace en San Lorenzo. Viana es responsable de los sitios de Montevideo. La victoria del Cerrito se obtiene estando él en el mando in situ. La estrategia sobre el desplazamiento final de los españoles del gobierno de Montevideo, para después –con los recursos obtenidos- iniciar la tercera campaña al Alto Perú, se establece cuando Viana es el Secretario de Guerra y Marina. La formación de la primera armada patriota ocurre bajo su responsabilidad. La selección, compra y armado de los navíos, la contratación de los mandos navales y la marinería también. Cuando Viana es ministro, la flota obtiene las victorias de Martín García y de Montevideo y Alvear rinde a esta ciudad.
Viana es el autor de un plan para defender el Río de la Plata cuando sobreviene la amenaza de un poderoso ejército español. Es defensor insospechado de la unidad de las Provincias. En su exilio de Chascomús esboza uno de los primeros planes de ampliar las fronteras sud-occidentales del país. Es quien instruye a Fructuoso Ribera sobre como enfrentar a los invasores portugueses de la provincia Oriental.
Viana fue el jefe de San Martín, Alvear, Belgrano, Artigas, Soler, Dorrego, Rondeau, Viamonte, Guido, Álvarez Thomas, Brown. Y por lo menos bien se merece que a él se lo reconozcan méritos análogos a los atribuidos a Pueyrredón en cuanto apoyó a San Martín en la organización del Ejército de los Andes.
Todos los militares actuantes entre 1812 y 1815 honrados con nombres de calles argentinas y monumentos estuvieron bajo su mando.
¿Hay algún prócer rioplatense contemporáneo de Viana que haya hablado mal de él?
¿Qué lo haya criticado con fundamento o sin el?
Era para sus contemporáneos, jefes y subordinados la personalidad militar, comprendiendo en este concepto tanto lo referido a la guerra terrestre como la marítima, mas respetado por su larga trayectoria, su experiencia, su seriedad, su participación en batallas marítimas y terrestres, su cultura, sus conocimientos científicos, sus manejo de las matemáticas, su capacidad de mando.
Y es el juicio de los contemporáneos lo que cuenta, pues eran ellos –tanto sus superiores como sus subordinados- quienes lo conocían personalmente, que hablaban con él, que discutían e intercambiaban opiniones y lo escuchaban razonar, llegar a determinaciones, resolver problemas de altísima complejidad, con enormes limitaciones de recursos presupuestarios y de recursos humanos.
Los gobiernos con los que a Viana le tocó actuar estaban virtualmente fundidos, carecían de los mínimos recursos financieros. El ejército del Norte habían sido destruido, habían perdido todo su armamento y liquidado su organización.
El ejército auxiliar de la Banda Oriental, había consumido en el prolongado sitio a Montevideo enorme cantidad de recursos monetarios, logísticos y humanos. No había como alimentar, vestir y armar soldados y caballos.
Era en esas condiciones de pobreza extrema del gobierno que a Viana le tocaba actuar, por más que Larrea hiciera milagros para obtener los fondos necesarios para financiar los gastos públicos, que eran fundamentalmente los gastos militares.
De hecho el ridículo juicio de residencia –de responsabilidad, podríamos llamarlo- al que es sometido en mayo de 1815, cuyos causales se desconocen, lo condena si pero a una pena relativa. ¿Deportado a Chascomús? Y en realidad al poco tiempo se la levantan y le permiten –culposos y vergonzantes de la injusta condena en particular y en general de la traición cometida y del cruel maltrato personal- retornar a Montevideo con su familia.
Como se ha dicho: “la lima del tiempo, que todo lo borra” ha desdibujado el rol fundamental que tuvo Viana en la afirmación y defensa de la emancipación rioplatense.
En el Rio de la Plata del lustro 1810-1815 que nos ocupa, es esencial entender que subsistía una parte importante de la población que seguía sosteniendo su apoyo a la monarquía española, que tuvo como uno de sus hombres mas sobresalientes a Martín de Álzaga. Evidentemente no eran mayoría, pero no dejaban de ser un grupo importante.
Pero aún dentro de los independentistas, o sea los partidarios de la emancipación, existían sustanciales diferencias entre dos grupos que –sin desconocer que entre las posiciones personales mas extremas existiria un gradualismo y que cada protagonista en particular podía tener eventuales cambios de opinión – se han clasificado en las dos “facciones” principales: los “saavedristas” y los “morenistas”.
Los primeros tenían ideas de mas moderadas a conservadoras, dominaron el Cabildo de Buenos Aires y el Primer Triunvirato, tenían inspiración cristiana, “Suarista”. Los han acusado –tal vez injustamente- de sostener con mezquindad sus propios intereses económicos comerciales. Hoy podrían calificarse de populistas y gatopardistas. En su mayoría eran monárquicos constitucionalistas, si bien compartían con sus opositores las ideas de establecer el gobierno independiente. Fueron responsables del “sacudimiento volcánico” o revolución del 5 y 6 de Abril de 1811 y del Motín de Fontezuelas en 1815. Ciertamente eran anti Alvear y su grupo.
Por su lado los “morenistas” o “partido de Vieytes” tenían ideas más radicales, racionalistas, laicistas e iluministas. Eran abiertamente anticolonialistas, fueron los creadores de la Sociedad Patriótica y la Logia Lautaro. Adoptaron rápidamente la insignia blanca y celeste, fueron responsables del movimiento del 8 de octubre de 1812, constituyeron el Segundo Triunvirato, la Asamblea del año XIII, tanto el 1ero. como el 2do. Directorio. Eran pre-unitarios y muchos fueron republicanos. Sus opositores los definían como “Jacobinos”, “Fanáticos”, “Extremistas”, decían de ellos que “quebraban los límites de la moderación” y que “Provocaban los excesos mas desenfrenados”. También los llamaban el “Club”. Los admirables logros establecidos por la Asamblea del año XIII caracterizaron su ideología, de un modernismo admirable para la época.
Francisco Xavier de Viana ciertamente formaba parte de este segundo grupo.
Las ambiciones personales, despecho, envidias, celos, falta de inteligencia, cortedad de miras, del primer grupo llevaron al desplazamiento del grupo “Morenista”, con la caída de Alvear el 15 de abril de 1815.
Hdemos intentado una clasificación de los protagonistas de los sucesos posteriores a la Revolución de Mayo según esos dos grupos de afinidad ideológica y política. Sin descartar errores propios de una clasificación aproximada, surge que ambos grupos eran similares en número, con una pequeña posible predominancia del primero de ellos, según nuestro cómputo.
Las despiadados enfrentamientos entre ambas facciones llevaron a que la región del Rio de la Plata desembocara en la anarquía y una postergación del establecimiento de instituciones sólidas y provocaron el surgimiento de grupos políticos, el renacer de los enfrentamientos de los “pueblos” contra Buenos Aires que habían desaparecido desde 1810, se despertaron envidias y rencores, se alentaron revanchas, se despertaron regionalismos extremos que llevaron a consolidar la separación definitiva del Paraguay, el Alto Perú y la provincia Oriental.
Si bien se había coincidido en emanciparse del gobierno español, no existía aún la convicción unánime de la conveniencia de declarar la independencia, que solo se afirmaría llegando a 1816.
Es posible que Posadas, Viana, Alvear, no supieron ni pudieron prevenir ni neutralizar y contrarrestar las reacciones defensivas de algunos hombres mediocres que les eran cercanos, principalmente Rondeau, Álvarez Thomas, Soler, los cabildantes de Buenos Aires, Artigas. También no deben haber podido transmitir suficientemente sus hechos de gobierno y su visión sobre la estrategia a seguir para proteger la revolución y extenderla al Perú. Aparte de gobernar bien hay que comunicar muy bien y esto parece que no ocurrió durante el mandato de los dos primeros Directores Supremos de las Provincias Unidas.
Tal vez demasiado “argentino” para los uruguayos y demasiado “uruguayo” para los argentinos, Viana era en verdad RIOPLATENSE. Tal vez por eso los historiadores argentinos y uruguayos no lo hayan tenido suficientemente en cuenta. En el caso de los uruguayos sin duda debe haber influido mucho las discrepancias de Artigas con quien fue su superior durante varios años.
Su rol fue determinante en el gobierno de las Provincias Unidas del Rio de la Plata entre 1811 y 1815. Muy reconocido sobre todo por sus contemporáneos, lo que le califica y le dá una envergadura superior a la que podría atribuírsele varias décadas después de los acontecimientos en los que participó. Respetado por sus colegas como el militar rioplatense más completo de su tiempo. Sus jefes solo tuvieron para con él comentarios positivos: Malaspina y Bustamante y Guerra, conocidos por su exigencia y detallismo, así como Posadas, civil, culto, universitario. Alvear, durante la campaña final sobre Montevideo, no solo respeta sus órdenes sino que lo confirma como Ministro de Guerra y Marina cuando reemplaza a Posadas como Director supremo. El único cosmopolita de nuestros gobernantes primigenios, que conocía casi todo el mundo. El único que podría calificarse de “iluminista” de nuestros próceres.
En el primer lustro de la Revolución de Mayo entre sus protagonistas había una absoluta predominancia de los pro monárquicos. Al momento de la declaración de la independencia el 9 de julio de 1816 esa era la idea predominante. Muy pocos eran quienes sostenían ideas republicanas, entre los cuales Artigas, quien se iría afirmando en esa convicción paulatinamente al avanzar la década de 1810. Pareciera que la concepción de gobierno monárquico iba asociada casi naturalmente con una organización centralista o unitaria, como contraposición a la federal, alternativa que sólo comenzó a tomar incipiente forma en el período 1815-1820, aunque sin llegar aún a la violenta separación que devendría años mas tarde y solo comenzó a curarse tras Caseros, en la segunda mitad del siglo XIX.
En síntesis, tenemos la convicción que el destacado Brigadier General Don Francisco Xavier de Viana y Alzaibar en sus ideas era pro la emancipación, independentista, pro monárquico, centralista y aspiraba a conservar la unidad de las provincias comprendidas originalmente en el Virreinato del Río de la Plata. En verdad, una concepción del gobierno similar a la de San Martín, de Belgrano, de Bolívar, posiblemente de Alvear.
Por último diremos que Viana fue un notable hombre de estado, de gran influencia en su primer y muy difícil lustro y que en consecuencia su impronta fue fundamental para el devenir de la emancipación rioplatense, que nos llega hasta hoy: en aquel entonces su protagonismo fue de la máxima importancia.
Si como dijo José Manuel Estrada, no hay prédica más eficaz de amor a la patria, que la historia bien estudiada, hemos tratado de profundizar en tal sentido la participación esencial de Viana en nuestra historia en general y en particular la militar y destacar sus méritos, lamentable y misteriosamente olvidados hasta ahora hilando los múltiples documentos existentes que ilustran los acontecimientos esenciales del nacimiento de nuestras naciones.
TERCERA ENTREGA DE LA ENTREVISTA AL CORONEL ENRIQUE STEL
PERIODISTA LUIS ALLEGRINI
Enrique Stel, VGM (Veterano Guerra de Malvinas) donde como comando del Ejército Argentino tuvo destacada actuación, hoy Preso Político no calla nada sobre los trágicos acontecimientos de la confrontación armada de 1982 con las tropas de Gran Bretaña. Así en forma didáctica, franca y entendible responde y toca temas como: crímenes de guerra o presuntos delitos de lesa humanidad en Malvinas, el rol de Francia en la venta y puesta a punto de los misiles Exocet, el apoyo de Estados Unidos y Chile a Inglaterra, la relación entre Thatcher y Pinochet, los reclamos por el hundimiento del ARA General Belgrano y la posible recuperación de nuestras islas Malvinas. Entrevista de punta a punta sin desperdicio.
ASI PAGA LA PATRIA EL HEROISMO DESPLEGADO POR SUS HIJOS EN PORQUE SÍ. COMBATE CONTRA LOS BRITANICOS EN LAS ISLAS MALVINAS – INCLUSO SACÁNDOLES EL RECONOCIMIENO PECUNIARIO DEL ANSES
VETERANOS DE GUERRA DE MALVINAS QUE ESTÁN ABANDONADOS POR LAS FUERZAS A LA QUE PERTENECIERON, POR SUS CAMARADAS, POR LA FAMILIA QUE SE DICE MALVINAS. ESTÁN PRESOS EN DIFERENTES CÁRCELES ARGENTINA, SE ENCUENTRAN EN VERDADEROS CAMPOS DE EXTERMINIO.Y LOS ESTAN EXTERMINANDO EN LOS ARCHIPIELAGOS GULAG, EN LAS GESTAPOS Y LUBIANKAS – NAZIS Y STALINIANAS
NICOLÁS ALFONZO EDUARDO OFICIAL A.R.A
PALAVEZZATI ANSELMO PEDRO OFICIAL E.A
VERA PABLO RAÚL SUBOFICIAL F.A.A
CASTRO LUCAS MARCELO OFICIAL E.A
DOMINGUEZ MATHEU GUILLERMO ALBERTO AMADO OFICIAL E.A
HIDALGO GARZÓN CARLOS DEL SEÑOR OFICIAL E.A
KISHIMOTO ERNESTO HUGO OFICIAL E.A
PLA CARLOS ESTEBAN OFICIAL E.A
BENITEZ JORGE ALBERTO OFICIAL F.A.A
MENÉNDEZ MARIO BENJAMÍN OFICIAL E.A
FALLECIDO EN CAUTIVERIO
STEL ENRIQUE OFICIAL E.A
VILLEGAS ROBERTO RICARDO OFICIAL E.A
FALLECIDO EN CAUTIVERIO
ROBLES RAFAEL HIGINIO OFICIAL F.A.A
ANDUJAR ALFREDO FRANCISCO OFICIAL E.A
FALLECIDO EN CAUTIVERIO
CARRIZO SALVADOR CARLOS EDUARDO DEL VALLE OFICIAL E.A
ROLÓN JUAN CARLOS OFICIAL A.R.A
ROBELO DANIEL EDUARDO OFICIAL A.RA.
REYES RICARDO GUILLERMO OFICIAL E.A
NANI EMILIO GUILLERMO TE. CNEL
NAVARRO LUIS AMBROSIO OFICIAL A.R.A
MOREIRA APISTEGUI ARISTÓBULO NICANOR OFICIAL A.R.A
LOSITO HORACIO OFICIAL E.A
LÓPEZ JORGE ALBERTO OFICIAL F.A.A
DI PAOLA FRANCISCO ARMANDO OFICIAL A.R.A
CIONCHI RODOLFO OSCAR OFICIAL A.R.A
CAMICHA JUAN CARLOS SUBOFICIAL E.A
BETTOLLI TADEO JOSÉ LUIS OFICIAL E.A
BARREIRO RAFAEL JULIO MANUEL OFICIAL E.A
ASTIZ ALFREDO IGNACIO OFICIAL A.R.A
ANDRÉS RAÚL ESTEBAN OFICIAL E.A
BOTTO GUILLERMO FELIX OFICIAL ARA. FALLECIDO EN CAUTIVERIO
MACEDRA CARLOS TOMAS OFICIAL E.A
MEGIAS MIGUEL NICOLAS OFICIAL E.A
LAS PROPIAS FUERZAS ARMADAS – COMPAÑERO DE PROMOCIÓN Y OFCIALES EN PARTICULAR LOS COBARDES GENERALES –ALMIRANTES Y BRIGADIERES QUE PAUTARON SUS “INOCENCIAS” SOBRE LA BASE DEL ACUERDO ENTRE LOS ESTADOS MAYORES –LAS JETATURAS DE INTELIGECIA – PERSONAL Y ASUNTOS HUMANITARIOS CON EL DR. LUIS DUHALDE. LOS ENTREGARON – PUES EL SER VETERANO DE GUERRA IMPLICABA – “DERROTA” AJENA.
FUERON MÁS HONESTOS LOS BRITÁNICOS QUE LOS ARGENTINOS Y MENOS AUN EL PUEBLO FUTBOLERO.QUE DAN ASCO.
¡¡ QUE DIOS SE LO PAGUE!!
VGM Carlos del Señor Hidalgo Garzón
Carlos del Señor Hidalgo Garzón tiene 72 años de edad, es Mayor (RO) del Ejército Argentino. Sirvió en la Infantería, fue Comando, Paracaidista, y Oficial de Inteligencia Estratégica. Es veterano de la Guerra de Malvinas, donde fue herido en combate, por lo que lo pasaron a retiro obligatorio, por Inútil de todo Servicio. Es Doctor en ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, criminólogo, Catedrático Universitario y fue Subsecretario de Culto de la Cancillería Argentina . Ha sido condecorado con la Medalla al Valor en Combate, Medalla La Nación Argentina al Herido en Combate, Distinción de Campaña Malvinas y Distinción Universitaria.
EN MEMORIA DE LOS QUE NO VOLVIERON Y DE TODOS AQUELLOS QUE HABIENDO REGRESADO LO HICIERON CON HERIDAS QUE NUNCA CERRARÁN. HERIDAS QUE LATEN Y DUELEN CON MAYOR INTENCIDAD AL ESTAR EN PRISIÓN EN EL OLVIDO, LA SOLEDAD Y UNA GENERALIZADA INDIFERENCIA DE NUESTRA SOCIEDAD.
En 1829 se profujo la Designación del Primer Gobernador argentino en las Islas Malvinas. En ese año, el Gobierno de Buenos Aires designó Gobernador del Archipiélago a Luis Elías Vernet (Hamburgo, 1791-San Isidro, 1871), quien estaba trabajando en la colonización del Puerto Soledad.
Esto fue interrumpido cuando el 3 de enero de 1833 fuerzas británicas ocuparon las Islas Malvinas, deportando a la población y autoridades políticas argentinas allí establecidas, y reemplazándolas por otras de origen británico.
«Vernet murió pobre después de enriquecer a un país».
Bartolomé Mitre
El pueblo y Gobierno argentinos nunca consintieron este acto de fuerza y ratifican hoy el mandato histórico, reflejado en la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, de su permanente e irrenunciable determinación de recuperar por la vía pacífica de las negociaciones diplomáticas el ejercicio pleno de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
El reclamo argentino ha sido tradicionalmente respaldado por los países de nuestra región y por relevantes organismos internacionales, incluyendo la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos.
El titular de la Fiscalía Federal de Río Grande Marcelo Alejandro Rapoport requirió la detención y las declaraciones indagatorias de 26 militares en la causa donde se investigan los supuestos crímenes “contra la humanidad” que se habrían cometido en contra de conscriptos argentinos durante la Guerra de Malvinas. En todos los países civilizados del mundo existe un código de justicia militar que rige exclusivamente para los miembros de las Fuerza Armadas, dada la situación especial en que se desarrolla esta profesión. La Argentina es una de las pocas excepciones a esta regla gracias a que en el año 2008 el Senado de la Nación sancionó, por unanimidad de los 60 senadores presentes, la ley que derogó dicho código. Especialmente en la guerra, pero también en la paz, la institución militar se rige por una disciplina de hierro cuya base es la obediencia al superior en ausencia de la cual un ejército deja de ser tal, es decir, totalmente inutilizado para su fin específico.
Dado que en los últimos 15 años los tres poderes de la república han hecho todo lo que estuvo a su alcance para destruir, material y moralmente a las FF.AA., a nadie sorprende el pedido del fiscal Rapoport para la detención de oficiales y suboficiales que pelearon en Malvinas,. El hecho de que durante la Guerra de Malvinas rigiera el Código de Justicia Militar para los que estaban en el frente es anecdótico porque, como se ha visto hasta el hartazgo en los juicios de lesa humanidad, cuando las leyes lesionan al reo se pueden aplicar de manera retroactiva. En este caso el Código Penal y no el Código Militar (derogado en 2008 pero vigente en esa época de la Guerra de Malvinas) se convierte en el nuevo marco legal que tamizará las posibles conductas delictuales de hace 36 años. Pero no sólo las que el fiscal imputa a los soldados aludidos sino otras todavía mucho más graves y hartamente probadas como el asesinato de soldados ingleses, el ataque confeso y premeditado con misil Exocet al HMS Sheffield (que provocó su hundimiento) o el derribo de aviones Sea Harrier.
El Código Penal argentino no hace distinciones de nacionalidad cuando se trata de asesinatos. Y en virtud de la aplicación retroactiva de uno y la anulación de los efectos del otro (el militar) lo lógico sería marchar en busca de todos los “delitos” que se cometieron a los conscriptos de todas las clases desde que existe el Ejército Argentino. El fiscal Rapoport bien podría avanzar, usando la figura de “privación ilegítima de la libertad” contra los oficiales y suboficiales que, por ejemplo, privaban de franco a soldados castigados; y éste último, además, en concurso con el de “aplicación de tormentos”; porque “el salto de rana y el cuerpo a tierra y carrera mar” encaja perfectamente en esa figura penal. Dice Rapoport: “Una de las pruebas importantes son las actas que les hacían firmar [a los conscriptos], una vez que regresaron al continente, donde indicaban que no habían sufrido ningún tipo de perjuicio en su contra”. En las actuales circunstancias, dicha “prueba” alcanza y sobra para que cualquier tribunal federal condene a prisión perpetua.
El dato de la realidad de que ningún diputado, gobernador, cura o periodista haya siquiera murmurado la menor crítica al fiscal Rapoport y al Ministerio Público Fiscal, en la persona de Jorge Auat, por tamaña violación de los derechos humanos de los 26 acusados demuestra el grado de decadencia y/o cobardía de la sociedad argentina. No hace mucho, cuando la desaparición del submarino ARA San Juan, la vicepresidenta Graciela Michetti declaró sobre la necesidad de diseñar una “política para las FF.AA.” Es decir, ¡nunca la tuvieron! Peor aún, siguen la inercia kirchnerista, que sí tenía una: la destrucción de las FF.AA.
Si este fuera un país medianamente decente y no la comparsa en la que se ha convertido, los diputados, senadores, gobernadores, ministros, magistrados y punteros políticos estarían haciendo cola exigiéndole la renuncia a los impresentables de Rapoport y Auat.
Pero, no hay que perder las esperanzas en la justicia federal. Debe haber en la Argentina actual, yo no la conozco, pero estoy casi seguro que debe haber una persona a la cual, sin profanar el idioma, resulte posible decirle: Buen día, Sr. Juez…
En abril de 1982 recuperamos las Malvinas con una operación en la que las únicas ilustres víctimas fueron soldados argentinos, tal fue el afán con el que se procuró no producirles daño a los usurpadores. Después de ciento ochenta y cinco años de despojo; de varios pronunciamientos de las Naciones unidas en contra de la ocupación colonial, y en medio de circunstancias que hacían imperioso no demorar la recuperación, las fuerzas armadas se instalaron allá. De inmediato se establecieron negociaciones buscando un acuerdo satisfactorio sin apelar a la fuerza. Se habló de un gobierno tripartito, argentino e inglés con los norteamericanos como veedores. De una administración mitad argentina y mitad anglokélper. La argentina rechaza estas posibilidades con el lógico argumento de que la soberanía no se negocia, pero manteniendo el dialogo abierto a la búsqueda de la solución pacífica. El Secretario de Estado norteamericano, Haig, viene, viaja a Londres, vuelve, y la solución aceptable no aparece. El 23 de Abril el ministro ingles, Pym, dice que aunque nada pueda anunciarse se registran progresos hacía una salida encaminada a evitar la guerra. El 24 nuestro ministro, Nicanor Costa Méndez, viaja a los Estados Unidos para participar en una reunión de la Organización de los Estados Americanos. El domingo 25 de abril los ingleses atacan nuestro submarino estacionado en la superficie en las Georgia, y cañonean a la escasa guarnición. Es la guerra. Avanza la flota británica y a través de la diplomacia suiza nos hace saber que cualquier buque o avión que se le aproxime “recibirá la respuesta adecuada”. Responde la junta declarando que defenderá de la manera que lo considere más conveniente los supremos intereses de la nación.Se disipa el optimismo de mantener la paz. Y el lunes 26 de Abril de 1982 se reúnen en Nueva York los cancilleres de las veintiuna naciones americanas. Costa Méndez explica la situación y pide una respuesta “Clara e inmediata”: la flota británica tiene su lugar en otra parte del mundo y el colonialismo en ninguno.El Tratado interamericano de Asistencia reciproca establece que toda América apoyará a un país americano atacado por una potencia extra continental. La Gran Bretaña nos ataca y la Comunidad Europea ha dispuesto un aislamiento económico en contra de nosotros. “Traíamos propuestas de paz. Antes de comenzar nos han contestado con la guerra”. Los cancilleres aplauden de pie su exposición. Bastarían catorce votos contra siete para decidir la ayuda americana, pero superamos la cantidad: hay diecisiete votos por el reconocimiento de nuestra soberanía en las Malvinas y la cesación del ataque inglés, y solo cuatro abstenciones.Chile, Colombia, los Estados Unidos y Trinidad. Nicaragua ofrece su apoyo a cualquier medida que tomemos en nuestra defensa. El Ecuador especialmente reconoce nuestro derecho a la heredad territorial. El Perú propone mediar haciendo intervenir a las naciones unidad. El Brasil se brinda para burlar el bloqueo europeo. Los panameños hacen fiestas populares apoyándonos.-Pero no todos acatan los tratados internacionales. Los Estados Unidos anuncian que en caso de llegarse a la guerra participarán en contra de nosotros. El panamericanismo queda reducido a una ilusión.
Malvinas, sus historias y una herida aún sangrante que continúa manchándose por el accionar de los corruptos.
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Escribe Sebastián Miranda.
ERNESTO ALONSO. Soldado del RI 7. Durante los combates en Monte Longdon en lugar de luchar junto a su jefe el Subteniente Baldini, que falleció heroicamente batiéndose contra los ingleses, huyó cobardemente. Hoy, junto a Edgardo Joaquín Esteban, autor de “Iluminados por el Fuego”, otro cobarde que dejó su puesto y esto produjo la muerte del soldado Vallejos que debió reemplazarlo, presiden el CECIM. Esta organización es hoy una de las principales usinas desmalviniozadoras. Hoy son los que llaman NN a los caídos, profanan sus cuerpos de la mano de los británicos y las organizaciones mal llamadas de Derechos Humanos encabezadas por el pro terrorista A Pérez Esquivel.
El profesor e historiador Sebastián Miranda y los vencedores y vencidos de la Argentina Salvaje.
– La arbitraria detención del Teniente Coronel Emilio Nani abre un nuevo capítulo en el largo proceso de desmalvinización que empezó con el ocultamiento de los veteranos el volver del conflicto del Atlántico Sur.
– Aprovechando la derrota militar, las organizaciones de izquierda, vencidas en el campo de batalla, reiniciaron la ofensiva desde el campo cultural y judicial. Muchas de estas “orgas” estuvieron y están financiadas por los británicos, siendo los casos del CELS y Amnesty los más emblemáticos.
– La detención de un héroe de ambas guerras, como ya ha pasado con muchos otros como el caso de H. Losito y Stel, muestra que el enemigo sigue activo, usando como ariete a jueces corruptos y perjuros.
– No nos equivoquemos, la detención de héroes como Nani y Losito, por solo nombrar algunos casos, forman parte de la ofensiva de las organizaciones de izquierda financiadas desde el exterior para agregar un nuevo eslabón más en el proceso de destrucción de los valores que hacen grande a nuestra Patria y en la desmalvinización.
– Depende de nosotros la respuesta, las dos grandes guerras que libró la Argentina en el siglo XX no se han terminado y el ataque sigue pero por otros medios. Es en el campo de batalla cultural donde se libran estas guerras hoy en día. Cada nota en el diario, cada mensaje en las redes, cada comentario en las notas de las ediciones electrónicas – especialmente -, cada reclamo a un funcionario; cada pedido de entrevista y respuestas a un político; cada nota; cada libro; cada solicitad; cada reclamo es una batalla que tenemos que librar. Los que dieron la vida, los que la arriesgaron por nosotros y la Patria lo merecen.
Sebastián Miranda es profesor y licenciado en historia. Se desempeña como asesor de historia e integrante de la unidad de análisis de la revista Defensa y Seguridad Mercosur. Es autor -entre otras tantas publicaciones- de Cronología del Terror en Argentina, La Guerra contra el Terrorismo en Argentina y Los Secretos de La Tablada.
Al concepto general de que los ciudadanos son iguales, bien vale la pena modificarlo separando dos clases: el ciudadano común y los héroes de guerra, los que han jugado su vida por la patria y se merecen todos los honores, todos los privilegios, todas las atenciones, todas las desigualdades a su favor.Que la comunidad ofrende su respeto a los que han perdido la vida por defenderla y a los que no ha sido voluntad de Dios llevarlos, pero igualmente la expusieron ante el enemigo, es una obligación nacida de la más elemental decencia.
Opinión
Estamos a horas de conmemorar el día del Veterano y de los caídos en la guerra de Malvinas.El 2 de abril de 1982, la dictadura cívico-militar inició el desembarco de tropas en las islas Malvinas, usurpadas por Inglaterra desde 1833. Leyendo un excelente libro “La pasión Según Malvinas” – del entonces corresponsal de guerra Nicolás Kasanzew, me vino a la memoria cuando paraguayos y bolivianos se trenzaron en una guerra, dejando atrás un período de cinco años de ataques crónicos en la frontera. Debieron luchar por intereses extranjeros que se disputaban la explotación del petróleo en ricos yacimientos del Chaco. Una guerra evidentemente injusta. Pero una guerra, una vez declarada es, se lo quiera o no, una guerra de la nación.Es la nación la que -quizás- se beneficie con el triunfo, y es la nación la que -con toda seguridad- ha de perjudicarse con la derrota. Lucharon bolivianos y paraguayos con bravura, con abnegación, haciendo gala de amor a sus patrias. Y cuando reinó la paz cada nación rindió homenaje a sus héroes, a sus queridos muertos, a los venerables veteranos.Al concepto general de que los ciudadanos son iguales, bien vale la pena modificarlo separando dos clases: el ciudadano común y los héroes de guerra, los que han jugado su vida por la patria y se merecen todos los honores, todos los privilegios, todas las atenciones, todas las desigualdades a su favor. En el Paraguay los héroes sobrevivientes aún hoy son tratados con reverencia. Que la comunidad ofrende su respeto a los que han perdido la vida por defenderla y a los que no ha sido voluntad de Dios llevarlos, pero igualmente la expusieron ante el enemigo, es una obligación nacida de la más elemental decencia.Seríamos unos canallas despreciables regateando ese homenaje. Pero, además, honrar a los que nos defendieron es la mínima política de conservación, de defensa. Ver que a los que han expuesto su vida por la patria se los aplaude los 2 de abril y que los demás días tienen que andar buscando un trabajito. Cuando debiera ser la sociedad la que espontáneamente se ofrezca a que se les conceda algún beneficio de los que los burócratas usufructúan como merecidas conquistas sociales. ¿No es acaso una vergüenza que está proclamando que somos una sociedad que no se merece el esfuerzo de sus hijos? La Argentina -gracias a Dios- tiene héroes que le han ofrendado la vida.Unos la perdieron. El primero el teniente Pedro Giachino, muerto sin siquiera defenderse, en cumplimiento del plan impuesto de no hacer daño al enemigo. Post mortem fue ascendido a capitán de fragata y -el 4 de abril de 1982- sepultado en el cementerio de Punta Alta. Se cumplía con la obligación de honrar a los héroes, y también se rindió honores a los restos mortales del soldado Mario Almonacid. Muchos héroes de tierra mar y aire murieron, y son igualmente respetables los que pusieron su pecho al peligro y no murieron.Quizás un emblema de todos ellos, de los vivos y de los muertos, sea el abnegado teniente Giachino. Podría su nombre ser bandera de lo que significó ponerlo al Estado al servicio de un interés permanente de la nación. Que se haya llegado a la derrota significa que a la nación hay que defenderla mejor, no que no deba defendérsela. Aquel gobierno militar inmediatamente después -lo mismo que los gobiernos civiles que lo sucedieron- se impuso la tarea de “desmalvinizar”, y para desmalvinizar se considera a los respetables veteranos como a simples “chicos” a los que es preciso tirarles alguna propina.Y no es así. Ellos, como Guachineo, se merecen el homenaje permanente de la patria! Feliz Día Veteranos.
Adolfo Pérez Esquivel, y otros miembros de la Comisión Provincial por la Memoria fueron escrachados en Aeroparque por ex combatientes y familiares de caídos en Malvinas cuando regresaban de las islas.
Los acusaron de querer “politizar” la cuestión Malvinas y convertir a quienes cayeron peleando contra las fuerzas armadas británicas en “víctimas” de la última dictadura militar. “No son NN, son héroes de la patria”, gritaban los veteranos.
El referente de Derechos Humanos y la cofundadora de las Madres de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas, viajaron a las islas junto a una delegación de la Comisión Provincial de la Memoria para pedir que se identifiquen los 123 NN que están enterrados en el Cementerio de Darwin.
El primero en salir de la zona restringida del aeropuerto donde se retira el equipaje fue Pérez Esquivel. Este se encontró con un contingente de aproximadamente 150 personas que lo repudiaron a los gritos.
Ante esta situación, el ganador del premio Nobel regresó a la zona restringida. Sin embargo, la Policía de Seguridad Aeroportuaria no pudo contener a los manifestantes que terminaron ingresando para hacer escuchar su reclamo.
El más repudiado fue el ex combatiente y referente del CECIM de La Plata, Ernesto Alonso, a quien increparon hasta llegar a su auto. A los gritos lo acusaron de ser un “traidor” y “vende patria”.
En medio del caos, Pérez Esquivel se comprometió a recibir a María Fernanda Araujo, presidente de la Comisión de Familiares de Caídos. También recibió una carta en la que le explican su posición.
“Los soldados que yacen en Malvinas en tumbas sin localizar, NO SON NN, son soldados de la Patria que dieron sus vidas por todos nosotros. Todos conocemos sus nombres, quiénes fueron, a dónde fueron, con quién estuvieron, contra quién pelearon y lo que tenemos bien claro es quiénes los mataron: las tropas imperiales de Gran Bretaña y sus aliados de la OTAN”, dice una parte del texto.
Hay toda una historia personal detrás de la Guerra de Malvinas. En primer lugar yo quise ser voluntario y me ofrecí para ir a la Guerra en el año 1982. Mi experiencia militar no era mucha pero después de todo tampoco era mucha la experiencia de esos bravos soldados que estuvieron en las Islas Malvinas.
Perdimos una batalla pero no la Guerra. Los argentinos seguimos creyendo que las Islas Malvinas son nuestras y que no hay otro dueño sobre ellas que no seamos los argentinos.Siempre un nuevo aniversario de las Malvinas es una renovación de nuestras creencias y sentimientos que son realmente nuestras.
Nadie o muy pocos se pueden imaginar lo que es estar en un Guerra y en una guerra contra un enemigo duro , díficil y poderoso y con amigos poderosos como lo era Gran Bretaña. Creo que sencillamente son muy pocos los que incluso pueden llegar a tener la percepción de lo que es haber estado en “una cueva” con mucho frío y sin comida, con armas que no eran sofisticadas y frente a un rival que contaba con la tecnología de punta avanzada.¿Que le faltaba tener a los británicos? Sencillamente nada.
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Ver algunas imágenes sobre todo del final de la Guerra con los hombres en fila ya vencidos y sin armas fue muy triste. Es un recuerdo que se mantiene vivo en mi memoria y no dudo en la memoria de todos estos héroes.
Quizás haya sido el momento más díficil e inolvidable de nuestros hombres en Malvinas. Pese a que la Guerra de Malvinas aconteció hace tanto tiempo esos hechos se mantienen vivos en mi memoria, se mantienen vivos en la memoria de todos los ex-combatientes y de todos los argentinos, como si fuera un hecho presente. Ello es así porque decimos y seguiremos diciendo que Las Malvinas FUERON, SON Y SERÁN ARGENTINAS.
La secretaria paralela de Defensa de la oposición (Partido Laboral) del Reino Unido no prometió que la protección de las Islas Malvinas aparecería en su revisión de las estrategias a seguir, en marzo de este año.
Emily Thornberry fue acusada de “equivocarse” al negarse repetidamente a prometer que la actual política de autodeterminación del partido estaría respaldada en su revisión de defensa.
Con sus declaraciones, la señora Thornberry insinuó una fractura en el partido, diciendo que ella había confrontado Jeremy Corbyn sobre su opinión sobre las Malvinas en privado y pero se negó a decir si el líder de su movimiento estaba o no de acuerdo con ella.
Hace apenas unos meses, el señor Corbyn -titular del Partido Laborista desde setiembre del 2015- pidió la apertura del “diálogo” con Argentina sobre las Malvinas, en medio de informes que apoyaba la idea de un acuerdo de reparto de poder al estilo de Irlanda del Norte.
Los comentarios en ese momento provocaron un día de furia en la interna del Partido Laborista mientras los ministros del gabinete paralelo se enfrentaban a Corbyn durante una reunión semanal a puerta cerrada.
Esa semana, una comisión de la ONU respaldó a Argentina expandiendo su territorio marítimo en el Océano Atlántico Sur en un 35 por ciento para incluir las disputadas Islas Malvinas.
La señora Thornberry dejó en claro repetidamente que la actual política del Partido Laborista es que las Malvinas seguirán siendo británicas mientras los residentes lo deseen.
En septiembre de 2015, Thornberry fue nombrada Ministra paralela de Trabajo por Corbyn. Fue ascendida a la Secretaría Paralela de Defensa en enero de 2016. Al ser nombrada, Thornberry fue entrevistada por el Servicio de Radiodifusión de las Fuerzas Británicas y allí dijo: “En realidad tengo mucha más experiencia de lo que la gente cree, tengo un familiar que es miembro de las fuerzas armadas: Mi cuñado es un General. Para más datos, me nombraron teniente coronel honorario cuando trabajaba en la corte marcial como abogada y por lo tanto recogí cierta experiencia de los militares allí “. Luego, durante una discusión en los cuarteles del Partido Laborista sobre seguridad nuclear, Thornberry admitió que no sabía lo que en defensa nuclear es DEFCON o sus diferentes categorías de riesgo.
En una entrevista televisiva de septiembre de 2016, mientras se desempeñaba como Ministra paralela de Relaciones Exteriores, se le pidió a Thornberry que nombrara al canciller de Francia. Thornberry confirmó que no conocía el nombre del funcionario y acusó al entrevistador de sexismo, en una evidente manipulación para tratar de salir airosa de su ignorancia.
En agosto de este año, Theresa May utilizó su primer contacto con Argentina para suavizar la discusión sobre las Islas Malvinas y dijo que quiere forjar una nueva relación de “respeto mutuo”.
En un cambio significativo en las relaciones la Primer Ministro ha escrito al Presidente de Argentina diciendo que es su “sincera esperanza” de que las dos naciones puedan construir una relación más constructiva.
Dijo que quiere “hacer progresos” para poner fin a las restricciones a la exploración de petróleo para impulsar la economía local y permitir más vuelos hacia y desde la isla. Gran Bretaña cree que puede construir una relación más “fructífera” con Mauricio Macri, el presidente argentino que entró en funciones en diciembre del año pasado.
Esta situación contrasta con la administración de David Cameron que fue marcada por una serie de enfrentamientos amargos con Cristina Fernández de Kirchner, la ex presidente de Argentina. En su oportunidad, Cameron había acusado a la mandataria argentina de amenazar a los kelpers, con la medida de cortar el puente aéreo, los contratos de pesca y pisotear el derecho de libre determinación ya que según los miembros de la Asamblea Legislativa de las islas “No hay ninguna persona que quiera ser argentina entre los habitantes de la Malvinas”.
Roger Edwards, un representante de los habitantes del archipiélago, destacó que gracias a la Carta Orgánica de la ONU que defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos”, los isleños “decidimos mantener nuestros vínculos con el Reino Unido”.
De acuerdo con la asamblea, las islas son autosuficientes excepto en el área de Defensa, departamento que no necesitaban de no haber sido por las extorsiones del gobierno kirchnerista.
En una carta dirigida al presidente Macri, la señora May auguró que esperaba sinceramente que, cuando existan diferencias, puedan reconocerse en un ambiente de respeto mutuo y con la intención de actuar de una manera que beneficie a todos los interesados, lo que incluye avanzar hacia nuevas conexiones aéreas entre las Islas Malvinas y terceros países de la región y la eliminación de medidas restrictivas sobre los hidrocarburos. Argentina ha prohibido la mayoría de los vuelos a las Malvinas a través de su espacio aéreo, lo que significa que los aviones tienen que ir a través de Chile y los servicios están severamente restringidos.
Los ex combatientes argentinos en las Islas Malvinas -los valientes olvidados, los que dejaron hermanos, sudor y sangre en la contienda, los que se trajeron el dolor y el trauma, los que, de a poco hemos convertido en simples siluetas- también tienen una firme opinión.
Unos meses atrás, la canciller argentina Susana Malcorra y el vicecanciller británico Alan Duncan firmaron una declaración conjunta en la que -según Malcorra- se incluye el tema del reconocimiento de los soldados enterrados como NN en las islas, y otros puntos de perfil beneficioso los cuales habría que estudiar y pulir como inversiones, asuntos culturales, investigación, el área de seguridad y también esto involucra la cuestión de Malvinas. La cuestión de Malvinas -evidentemente- no es la reanudación de los vuelos del continente a las islas Malvinas y la explotación conjunta de pesca e hidrocarburos en la zona marítima del conflicto, si acordado en el documento. Lo que es un hecho es que nunca se tocó el tema de la soberanía.
Los ex combatientes argentinos en las Islas Malvinas -los valientes olvidados, los que dejaron hermanos, sudor y sangre en las islas, los que se trajeron el dolor y el trauma, los que, de a poco hemos convertido en simples siluetas- opinan que el Gobierno incurre en el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público, al alejarse del mandato constitucional de ratificar la soberanía sobre las Malvinas. Los kelpers han abierto los brazos sonrientes a este documento de cooperación. La oposición argentina -Frente para la Victoria- acusa a Malcorra de ambición personal por obtener un cargo y que no se puede justificar el renunciamiento a la defensa de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas por un voto en las Naciones Unidas.
Mientras tanto, existe una división entre los británicos sobre si las islas deberían ser argentinas o de la corona. Los argumentos son variados, como la opinión del escritor Martin Amis quien señaló que, pese a que la guerra fue solo importante para los militares argentinos para ocultar sus estragos económicos y para la Dama de Hierro para escalar en popularidad, las islas pertenecen a Argentina.
Las Islas Malvinas se encuentran a 184 millas de distancia de la parte continental argentina, menuda diferencia con las 7.925 millas de distancia del Reino Unido. También no están en la misma plataforma continental que el Reino Unido a pesar de tener otras islas a su alrededor. Más aún son parte de la misma zona que tiene flora y fauna de Argentina. Dado estos factores geográficos, ¿no es correcto que las Malvinas estén bajo el dominio argentino que las británicas?
En primer lugar, el mayor argumento que el Reino Unido continúa empujando en la cuestión de Malvinas es el hecho de que menos de 4000 personas viven en las islas, todas las cuales hablan inglés. Para el Reino Unido -a través de su historia- poner una bandera en un territorio y reclamarlo, significa que sus habitantes son británicos. El Reino Unido no se preocupa por quién fue primero o quién tiene derecho a la tierra.
Las Malvinas pertenecen a la Argentina, cualquiera que no esté de acuerdo con este hecho tiene sus propios intereses y ellos son los de apoyar a una potencia en vez de un país menos desarrollado. Por eso es más que ineficiente el comportamiento de la ONU. Si la ONU fuera verdaderamente para los pueblos del mundo, obligaría al Reino Unido a salir de Malvinas.
¿O no? El argumento geográfico funcionaría si las islas Malvinas no hubieran tenido habitantes. Hay una población pequeña pero significativa de 3140 personas que desean permanecer con el Reino Unido y debe ser respetado. Ellos no hablan español y esto resultaría problemático.
En cuanto al Reino Unido colonialista, ¿cómo es lo que Argentina quiere hacer diferente? Los kelpers quieren quedarse con el Reino Unido, ¿cómo se los obliga a unirse a la Argentina contra su voluntad anticolonialista? Si se obliga a alguien a unirse a un país contra su voluntad, sofoca su derecho a la autodeterminación y forzar a las Malvinas a unirse a Argentina contra su voluntad sería exactamente lo contrario de lo que representa la ONU (autodeterminación de los pueblos).
Margaret Thatcher llevó al Reino Unido a la guerra por una sola razón. Para defender a los habitantes del Reino Unido en las Malvinas. ¿Por qué Argentina estaba decidida a dar una pelea obstinada? Porque las Malvinas son argentinas. El territorio malvinense en poder de la reina es una muestra de los antiguos trucos piratas manteniendo una colonia lejos de su país.
1982 no fue un accidente, la Argentina ha querido las islas de vuelta por un tiempo muy largo. Los británicos “contrabandean” petróleo y ese accionar tampoco es del gusto de los argentinos.
Siempre hubo colonias inglesas por el mundo. Que hubiera habitantes del Reino Unido en África durante siglos, no significaba que no era correcto para África lograr la independencia. Gibraltar es otro ejemplo perfecto. Una roca que comparte su oleaje con África no es un accidente, sino una muestra más de colonialismo.
Los kelpers deben darse cuenta de que no viven en las islas británicas, sino en una pequeña isla frente a la costa de Sudamérica. No hay nada británico en eso. Ellos podrían optar por estar bajo el dominio británico, pero el argumento de Argentina es que, si esas personas quieren vivir allí, están bajo el gobierno argentino porque la tierra es argentina.
Pero… Mientras que las acciones de los británicos en la toma inicial de las islas y del Peñón de Gibraltar en el pasado puede haber sido un acto de colonialismo, el hecho es que en la actualidad las Malvinas son un territorio autónomo que libremente eligen permanecer asociado con el Reino Unido y debe ser permitido que el pueblo, a través de su legislatura, elija democráticamente su propio futuro.
Los errores del colonialismo son precisamente lo que no debe repetirse. Los isleños actuales han estado allí por generaciones y son parte de esas islas, no las islas británicas.
Si eligen ser británicos, independientes o parte de otro país, depende de ellos. Son las únicas personas realmente afectadas por cualquier decisión hoy en día. Ignorar esto es tan malo como el imperialismo británico que es tan criticado o como la tendencia argentina de usar a las Malvinas como conquista de un partido político. Es un gran problema para los pobladores isleños. Los originales de Argentina ya estaban aquí. No eran el invasor europeo. Es decir, ¿la Argentina nos pertenece a los Hernández, a los Moretti, a los Pérez o a los tehuelches, a los tobas, a los wichis…?
En tanto, no hay explicaciones sobre la declaración conjunta entre las cancillerías de ambos países, ni sobre si se trata de un primer paso táctico. Ante ello, se vive frente a un partido laborista confuso y dividido, una ministra como Theresa May que puede estar usando elementos de delación y unos isleños totalmente decididos. ¿Es redundante decir que Argentina sigue sin ideas y sin rumbo?
Mondino anuncia noticias positivas sobre las Islas Malvinas
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La canciller de Argentina, Diana Mondino, comunicó este miércoles “varias noticias muy positivas” con respecto a una serie de actividades y “medidas” que aplicará el gobierno de Javier Milei en torno a las islas Malvinas.
Una de las primeras actividades anunciadas por Mondino, a través de X, es la organización de “un viaje” para familiares de los héroes caídos en la guerra de las Malvinas (1982) contra Reino Unido, para que “visiten las tumbas de sus seres queridos”.
Además, dijo la canciller, el gobierno acordó dar inicio a “la tercera fase del Plan Proyecto Humanitario, conjuntamente con la Cruz Roja Internacional”, para identificar los cuerpos de los caídos.
Otra noticia, anunció, es la “aplicación de medidas concretas para la conservación de pesquerías”.
Asimismo, se implementará “un vuelo” mensual que comunicará “el territorio continental argentino” con las islas.
“Tal como dice nuestra Constitución: la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas”, agregó la diplomática.
PrisioneroEnArgentina.com
Setiembre 27, 2024
María Elena Cisneros Rueda y la Marcha de las Malvinas
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El 2 de abril de 1982 las Fuerzas Armadas de Argentina desembarcaron en Puerto Argentino/Stanley para iniciar la recuperación de las Islas Malvinas, ocupadas por el Reino Unido desde 1833.
Esto desencadenó la Guerra de las Malvinas que se desarrolló desde ese día hasta la rendición argentina el día 14 de junio de 1982. Como conmemoración, la Profesora Doctora María Elena Cisneros Rueda interpreta La Marcha de las Islas Malvinas.
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 2, 2024
42 ANIVERSARIO DE LA INICIACIÓN DE LA OPERACIÓN ROSARIO
○
Por Eder Pecile.
Hoy la Patria,
se hace a la mar.
Manda la historia,
a Malvinas rescatar.
La húmeda turba,
espera en la noche.
Que el oleaje aturda,
el incruento choque.
Bravura criolla,
en gaucha entrega.
El desembarco calla,
afilando la espera.
A la hora señalada,
Busser arenga.
La tropa enardecida,
su vida encomienda.
Listos los bravos
el honor los espera.
Dignos soldados,
de la Patria y su Bandera.
El objetivo a la vista,
las irredentas Malvinas.
Preparar la conquista,
será de sangre argentina.
¡Viva la Patria!
y los valientes integrantes de la FT 40
Eder Pécile
PrisioneroEnArgentina.com
Abril 1, 2024
Milei, las Malvinas y el Reino Unido
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El Gobierno del presidente en Argentina, Javier Milei, fijo su postura sobre la cuestión de las Islas Malvinas, apostando por mantener “una relación madura” con el Reino Unido, que usurpa el archipiélago desde 1833.
“El Gobierno y el Pueblo argentino reafirman una vez más, a 191 años de la ilegítima ocupación de las Islas Malvinas, sus legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”, dice un comunicado de la Cancillería argentina, publicado este miércoles, luego de las polémicas en torno al tema durante la campaña electoral, por los dichos de Milei al respecto.
En el texto, el Ministerio de Relaciones Exteriores recuerda que hace justamente 191 años, el 3 de enero de 1833, el Reino Unido ocupó las Islas Malvinas. Señala, además, que la acción del Gobierno británico constituyó “un acto de fuerza en tiempos de paz”, contrario al derecho internacional.
“Desde entonces, todos los gobiernos argentinos han reafirmado sus legítimos e imprescriptibles derechos soberanos” sobre las islas, refiere el pronunciamiento oficial.
También menciona que la Constitución establece que la recuperación del ejercicio efectivo de la soberanía sobre dichos territorios, conforme el derecho internacional y respetando el modo de vida de sus habitantes, “constituye un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.
Asimismo, hace referencia a los pronunciamientos de las Naciones Unidas y otros foros internacionales sobre la necesidad de resolver la disputa mediante negociaciones bilaterales.
Ante ello, la administración de Milei dejó en firme su disposición de “reanudar las negociaciones bilaterales que permitan encontrar una solución a esta disputa de soberanía” y, en ese marco, “mantener una relación madura con el Reino Unido, que contemple un diálogo sustantivo y constructivo sobre todos los temas de interés común”, con miras a generar un clima de confianza propicio para volver a las conversaciones.
“Convencida de que el único camino posible para la recuperación del ejercicio de sus derechos es el de la vía diplomática, la Argentina reitera asimismo su interés en la misión de Buenos Oficios encomendada por la Asamblea General al Secretario General de las Naciones Unidas con el objeto de ayudar a las partes a reanudar las negociaciones con el fin de encontrar lo más pronto posible una solución pacífica a la disputa de soberanía sobre la cuestión de las Islas Malvinas”, enfatiza la Cancillería en el comunicado.
Durante la campaña electoral hubo controversias en torno a esta disputa que mantiene Argentina con Reino Unido, debido a algunos de los comentarios de Milei.
En uno de los debates presidenciales, el actual mandatario reivindicó la figura de la exprimera ministra británica Margaret Thatcher, en cuya gestión (1979-1990) se enfrentaron en guerra Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las Malvinas, con saldo negativo para la nación suramericana.
“En la historia de la humanidad ha habido grandes líderes. La señora Thatcher lo fue”, expresó entonces Milei.
Pero su comentario no quedó ahí, pues añadió: “Nos tocó una guerra y la perdimos”. Además, aunque intentó matizar sus dichos, comentó algo que no fue bien recibido: “Nosotros consideramos que las Malvinas son argentinas. Victoria (Villarruel, su ahora vicepresidenta) es hija de un héroe de Malvinas y vamos a agotar todas las instancias diplomáticas para que las islas vuelvan a ser argentinas. Basta de ese nacionalismo barato”.
Previamente, en septiembre, Milei propuso llegar a un acuerdo con Reino Unido, “como hizo China con Hong Kong”, y enfatizó que para llegar a ese entendimiento “no se puede desconocer la posición de las personas que viven” en el archipiélago.
Esa declaración fue muy cuestionada en Argentina porque va en línea con la posición británica de la ‘autodeterminación’ de los habitantes de las islas, que se consideran parte del Reino Unido. Sus dichos encontraron la respuesta de muchos argentinos, incluyendo a excombatientes de la guerra de las Malvinas y el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, Horacio Rosatti.
“Hay gente que tiene o quiere tener responsabilidades públicas y nunca leyó la Constitución”, dijo Rosatti.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 4, 2024
UN PRÓCER RIOPLATENSE DESCONOCIDO
Si le preguntamos a cualquier argentino -con la posible excepción de profesionales de la historia- quien fue el jefe de San Martín, Belgrano, Alvear, Brown, Pueyrredón, Rondeau, Artigas, Álvarez Thomas, Viamonte, Soler, Dorrego, en fin, la lista de próceres que le fueron subordinados puede ser larga, deben ser muy escasos quienes den la respuesta correcta.
Para abreviar el suspenso, esa persona fue el Brigadier General Don Francisco Xavier de Viana y Alzaibar. Un nombre que para la mayoría es desconocido.
En efecto, ¿cómo es posible que Francisco Xavier de Viana sea virtualmente ignorado? No lo recuerda ninguna calle argentina, aun cuando las hay dedicadas a personajes, en mi concepto, con muchos menos méritos. No ya un monumento: ni siquiera conocemos hoy sus rasgos, no se conserva un retrato que lo recuerde.
Tampoco en Uruguay: solo lo recuerda una pequeña calleja de tierra de la localidad de Pajas Blancas, en las cercanías de Montevideo.
Sin embargo, con solo mencionar que fue uno de los primeros marinos rioplatenses graduados en la Escuela Naval de Cádiz, que había participado en acciones de guerra marítima, que conociese casi todos los mares del mundo. Véase que fue dos veces gobernador de las Islas Malvinas. Que ya Capitán de Fragata pide su transferencia al ejército y se le asigna la misión de proteger la frontera norte de la Banda Oriental de portugueses e indios, teniendo bajo su comando a quien fuera su condiscípulo, el héroe nacional del Uruguay, José de Artigas. Que es el segundo en el comando de la defensa de Montevideo frente a las invasiones inglesas. Quien tras adoptar el bando de la Revolución de Mayo es Comandante en Jefe del Ejército y quien recomienda al Primer Triunvirato nombrar al general San Martín en el ejército patriota. Que es nombrado a comienzos de 1813 Gobernador de Córdoba del Tucumán, que entonces abarcaba también el Cuyo. Que culmina su actuación pública como Ministro de Guerra y Marina del Director Supremo Posadas primero y de Alvear después.
Muy reconocido sobre todo por sus contemporáneos. Quien ha participado en batallas navales tan impresionantes y tremendas como la del Gran Sitio de Gibraltar el 13 de septiembre de 1782. Quien ha dado la vuelta al mundo y cruzado la línea ecuatorial once veces y el Cabo de Hornos tres, navegado los hielos al sur de la Tierra del Fuego y atravesado el Cabo de Hornos. El que ha soportado las condiciones extremas de dos años como Gobernador de Malvinas. El que a los cuarenta años de edad soporta las campañas en los inhóspitos bosques de la frontera luso-brasileña y las centenas de kilómetros a caballo. Que es herido como segundo comandante de la defensa de Montevideo ante las invasiones inglesas. Con una enorme capacidad de trabajo, que se trasunta en las centenas de documentos, cartas, instrucciones, directivas que se conservan en los Archivos Nacionales de Argentina y de Uruguay con su firma.
Vástago de una familia poderosa y rica, se va desprendiendo de sus bienes hasta quedar sin fortuna. Primero al servicio del Rey de España y luego independentista de las Provincias Unidas del Río de la Plata, deja de lado familia y bienestar para servir a su patria.
Las instituciones militares argentinas le deben mucho a Viana, pues intervino en la organización de los ejércitos y de los regimientos de las Provincias Unidas. Tanto con los Triunviratos, primero y con los Directores Supremos, después, el rol de Viana durante el primer lustro de la Revolución de Mayo, junto con sus compañeros, fue fundamental para afirmarla, preparar las bases para la independencia y la liberación total de España.
En efecto, Viana fue quien ambos Triunviratos eligen como Jefe del Estado Mayor Militar de las incipientes Provincias Unidas del Río de la Plata, primero y luego los dos primeros Directores Supremos designados por la Asamblea del año XIII, Gervasio de Posadas y Carlos de Alvear, lo nombrarán su Secretario de Guerra y Marina.
Viana fue nombrado Jefe del Estado Mayor Militar el 16 de noviembre de 1811 y estuvo en tal función hasta el 22 de febrero de 1813.
Cuando San Martín, en la fragata inglesa Jorge Canning llega al puerto de la Ensenada acompañado por diez y siete (¿?) “oficiales facultativos y de crédito, que desesperados de la suerte de España quieren salvarse y auxiliar a que se salven estos preciosos países”, entre otros Carlos de Alvear, Zapiola, Holmberg y Arellano, se presenta ante Francisco Xavier de Viana, jefe del Estado Mayor Militar “ofreciendo sus servicios en obsequio de la justa causa de la patria”. “Las noticias extrajudiciales que se tienen de este oficial -escribe Viana al elevar su solicitud al Triunvirato- lo recomiendan a ser colocado en un destino en que sus conocimientos en la carrera le faciliten ocasión de poderse emplear con la ventaja que puede producir su instrucción”. Dos días después, el 19 de marzo, San Martín propone el uniforme que llevarán los granaderos y ese mismo día Rivadavia le comunicaba a Viana: “Se han expedido despachos del Teniente Coronel de Caballería a don José de San Martín, de Sargento Mayor a don Carlos de Alvear y de Capitán a don Matías Zapiola, para que el primero levante un Escuadrón de Granaderos de a Caballo y al efecto se le previene a V.S. que con aquellos oficiales y extrayendo de los Dragones de la Patria diez o doce hombres y los Cabos y Sargentos sobrantes agregados al propio cuerpo, se forme la base de creación del expresado Escuadrón, bajo los principios y maniobras de la nueva técnica francesa de caballería, proponiendo Vs. S. los oficiales que crea dignos para ocupar los empleos con que ha de dotarse a aquel cuerpo”.
O sea que es Viana quien recluta a San Martín, así como a Alvear, Zapiola, Chilabert, Arellano, Vera y Holmberg. También es Viana quien establece la formación del escuadrón de Granaderos a Caballo. Pues el mismo día el Gobierno le confiere a San Martín “el empleo efectivo de Teniente Coronel de Caballería y Comandante de Escuadrón de Granaderos a Caballo que ha de organizarse”. El 17 de marzo, San Martín presenta el plan “bajo cuyo pie deberá formarse el Escuadrón, el que habría de constar de dos compañías, cada una con setenta soldados montados y seis desmontados, además de cuatro sargentos, ocho cabos y un trompeta”.
El 21 de marzo el Triunvirato decreta que, atendiendo a los méritos y servicios de José de San Martín y sus relevantes conocimientos militares, se había decidido conferirle empleo como teniente coronel de caballería y comandante del escuadrón de Granaderos a caballo, de cuya organización debía encargarse, dándole por segundo jefe a Alvear y disponiendo además que se erigiese el Escuadrón sin pérdida de tiempo .
En esa época Alvear, San Martín y otros constituyen la Logia Lautaro, la organización secreta creada para dar impulso a la Revolución, sostener el ideal emancipador y la independencia, organizar constitucionalmente la América, darle unidad política y militar y establecer una estrategia general para desplazar a los españoles del poder. Por supuesto, Viana también la integraba. De los dos centenares de los principales protagonistas de los sucesos de la segunda década del siglo XIX en la región del Virreynato del Rio de la Plata, una proporción muy alta, cerca del 40%, por lo menos unos 80, eran miembros de la logia.
Que los realistas continuaran dominando Montevideo era para el Triunvirato un problema mayor. La provincia Oriental era la más relevante del Virreynato, después de Buenos Aires. El Triunvirato le asignó tanta importancia a la reincorporación de la provincia Oriental a las Provincias Unidas que, en su Acuerdo del 21 de abril de 1812, en vista de la grave situación y el tremendo peligro que implicaba Montevideo en manos realistas, decide enviar a ese frente no solo la mayor parte de sus fuerzas militares, sino además poner toda la acción en la Provincia Oriental en manos del Presidente de turno del Triunvirato, que en la práctica era la cabeza del Poder Ejecutivo, en ese momento D. Miguel de Sarratea, como General en Jefe del Ejército de Oriente y Capitán General de la Banda Oriental del Paraná Para secundar al Presidente del Triunvirato -Sarratea- lo acompaña su Jefe del Estado Mayor, Viana. Ambos fueron trasladados a la bahía de Maldonado el 1 de mayo de 1812 en el queche Hiena de la flota de Buenos Aires.
La Logia Lautaro y la Sociedad Patriótica, encabezadas por Alvear y San Martín –que a menos de un año de su llegada a Buenos Aires ya tenían una participación significativa- exigieron avanzar hacia la independencia y encabezaron un golpe de estado con el Batallón de Arribeños y el Regimiento de Granaderos a Caballo, comandados respectivamente por los coroneles Francisco Ortiz de Ocampo y San Martín. El 8 de octubre de 1812, a los siete meses de haber llegado San Martín a Buenos Aires, llevaron sus tropas a la plaza principal -hoy de Mayo- y exigieron a la Asamblea un cambio de gobierno. No sería la única revolución contra el Gobierno en la que participaría San Martín: la siguiente sería contra el ahora aliado Alvear, en 1815.
Evidentemente los componentes de este Segundo Triunvirato tenían ideas más liberales e independentistas que el anterior, con las que Viana comulgaba plenamente, pues de otra forma no lo hubieran confirmado en un cargo de tan alta responsabilidad.
Durante todo el año 1812 Viana, en su carácter de Jefe del Estado Mayor del Ejército, primero en dependencia del Primer Triunvirato y luego del Segundo, tuvo dos tremendas responsabilidades: la organización de los ejércitos denominados Auxiliares, primero el del Norte, para efectuar la segundacampaña auxiliadora al Alto Perú y algo después, el de la Banda Oriental, para reanudar las acciones destinadas a liberar Montevideo y toda la provincia Oriental del dominio español.
A partir de junio y hasta fin de 1812 se sucede una nutrida correspondencia entre Viana y Artigas, Sarratea y otros que incluye, por ejemplo, órdenes sobre las banderas del ejército para señales, información del ramo de hacienda, estado de las fuerzas, armamento, artillería y municiones, órdenes de marcha, disposiciones sobre ganado y caballada para el ejército, sobre comisiones al personal, sobre vestimenta y útiles, sobre carretas, sobre resistencias a las órdenes, sobre deserciones.
Ya el 23 de junio comenzaban a manifestarse los desentendimientos de Artigas con Sarratea. En efecto, éste, en otro informe con esa fecha, señala los saqueos de ganado y caballos y la incorporación forzada de soldados que las tropas de Artigas efectuaban en todos los pueblos de Entre Rios y Corrientes, así como la desobediencia a sus órdenes, que habían desacreditado al Gobierno, que se habían entendido con el Gobierno del Paraguay (pasando por encima de sus mandos naturales) y que las tropas de Artigas estaban desquiciadas en cuanto al servicio activo –militar- y su administración económica.
Artigas reconoce a Sarratea el 16 de julio de 1812, pero simultáneamente devuelve sus despachos por los cuales le habían nombrado el 23 de octubre de 1811 Jefe del pueblo oriental en armas y el 15 de noviembre de 1811 designado, por el Triunvirato, teniente gobernador, justicia mayor y capitán de guerra del departamento de Yapeyú.
Como consecuencia de la actitud más agresiva contra los españoles en Montevideo que caracterizaría al Segundo Triunvirato, una de las primeras medidas adoptadas por áquel fue establecer el Segundo Sitio de dicha ciudad (20/10/1812) a cargo del ejército de Oriente, comandado por Rondeau y bajo supervisión directa de Sarratea y Viana.
Las fuerzas militares de Artigas no se habían sumado aún al sitio por la negativa de éste de integrarlas al ejército de Oriente, poniéndose en posición de rebeldía.
El ejército de Oriente primero expulsó a los realistas de Colonia del Sacramento y luego logró sitiar por completo Montevideo, que era abastecida por el río. El sitio continuó.
Artigas interceptaba la correspondencia enviada de Buenos Aires al ejército sitiador y le dificultaba la movilidad y subsistencia de las tropas robándoles caballos, bueyes y ganados.
Tras recibir Artigas órdenes de marchar al sitio de Montevideo, hacia donde se dirije por un largo rodeo por el interior de la provincia, tras atravesar el rio Negro y ya en la arenosa costa del río Yí, afluente de aquel, el 25 de diciembre de 1812 o sea el mismo día –posiblemente las cartas se han cruzado- le envía a Sarratea la carta llamada por él mismo: “precisión del Yi”, que en definitiva dice que no obedecerá al Gobierno de Buenos Aires, que se niega a obedecer su mando y que se vaya, que se retire del territorio oriental.
A pesar de que la actitud de Artigas estaba clara, el Triunvirato seguía intentando no romper con él y convencerlo de que se uniera al ejército de las Provincias Unidas.
No obstante la ausencia de Artigas del sitio de Montevideo, este continuaba y tanto Sarratea como Viana estaban al pie del cañón, en el sitio mismo. O sea que tenían que lidiar al mismo tiempo con los realistas y con Artigas.
Tuvo lugar entonces la Batalla de Cerrito el 31 de diciembre de 1812 (el nombre de la batalla refiere a una loma cercana al Cerro situado en el lado oeste de la bahía de Montevideo) y fue el enfrentamiento entre el ejército de Oriente que fue victorioso ante las fuerzas realistas que resistían en Montevideo. Estas últimas superaban en número a las sitiadoras, así como en municiones y armamento.
El gran coraje exhibido por Rondeau en esta batalla le valió el ascenso a general; días después reemplazaría a Sarratea al mando del ejército sitiador y luego sería destinado a comandar el Ejército del Norte.
Artigas rechaza entonces la autoridad y exige su desplazamiento de ambos sus jefes, Sarratea y Viana. Lo inconcebible fue que el Segundo Triunvirato aceptó la renuncia de ambos y colocar en su reemplazo a Rondeau, que para peor fue famoso por ser un jefe débil. Sin duda Artígas era un jefe militar y político de la Banda Oriental fuerte, respetado por su gente –la clase rural media y media baja oriental y los indios, no las más ilustradas y pudientes de Montevideo- y según se vería confirmado posteriormente, con pocos escrúpulos. En efecto, logró con esta maniobra desplazar a sus jefes, que claramente debían imponer orden y organización en las fuerzas militares cuya primera responsabilidad era echar a los realistas de Montevideo. No participó de la única batalla relevante, que fue la del Cerrito. Luego se incorporó al sitio supuestamente bajo las órdenes de Rondeau, no llegó a quedarse en él hasta el final, y finalmente no tuvo actuación ninguna en la derrota de los realistas y su expulsión de Montevideo por parte de Alvear.
Artigas habrá visto en la personalidad de Rondeau las características de débil carácter ya comentado que le permitirían dominarlo, fingiendo una posición subalterna.
El 22 de febrero de 1813 retornaban a Buenos Aires Manuel de Sarratea, Francisco Xavier de Viana, junto con otros oficiales que Artigas quiso sacarse de encima: cuanto oriental que tuviera alguna relevancia y osara poner en duda su autoridad y mando.
Los realistas en Montevideo, a pesar de todo, siguieron resistiendo el asedio. Contaban con las murallas y con su flotilla, que les permitían abastecer la plaza incursionando en las costas de los ríos, sin tener resistencia por cuanto el gobierno de Buenos Aires carecía de flota.
Seguramente Rondeau habría de arrepentirse y mucho de la sedición que encabezó, junto con Soler, frente a sus jefes Sarratea y Viana, pues Artigas poco después le hizo la vida difícil.
La presencia de Artigas en el Sitio de Montevideo duraría solo once meses, pues el 20 de enero de 1814 se volvió a retirar, sin que el aporte de sus tropas, estimadas en 4.000 hombres, hubiera servido de mucho para doblegar la resistencia realista.
No era ya obedecer el mando de Sarratea y Viana lo que le molestaba, sino el de Rondeau -tal vez- o bien que un año después Viana le estuviera nuevamente como superior en su cargo de Secretario de Estado de Guerra y Marina.
Asamblea del Año XIII.
La acción más relevante que se produjo en el ámbito de la Revolución de Mayo con posterioridad a la constitución del primer gobierno patrio el 25 de mayo de 1810, fue la instalación de la Asamblea del Año XIII, por influjo principal del partido morenista, de la Logia Lautaro y el esfuerzo personal de Alvear. Si bien la Asamblea del Año XIII no pudo cumplir en tiempo con dos cometidos, declarar la independencia y establecer la constitución –posiblemente lo hubiera logrado, de no haber sido interrumpida su labor por los sucesos de 1815- su labor y resultados fueron extraordinarios y estableció varios objetivos fundamentales para el desarrollo institucional, social y del derecho en el Río de la Plata, tales como la teoría de la representación política; el principio de la soberanía del pueblo; la libertad de las provincias rioplatenses; el uso de varios símbolos patrios; la libertad de vientres de las esclavas; puso fin al tráfico de esclavos; eliminó los mayorazgos; suprimió los títulos de nobleza; derogó el servicio personal de los indios; abolió la Inquisición; declaró la libertad de cultos; reemplazó al poder ejecutivo colegiado, el Triunvirato, por el Directorio; promulgó el Reglamento de Justicia, creando las Cámaras de Apelaciones; suprimió la práctica de la tortura; proclamó la libertad de imprenta; ordenó realizar un censo nacional; otorgó franquicias para el comercio, etc.
Pocos días después de instalada la Asamblea, el 3 de febrero de 1813 ocurrió el Combate de San Lorenzo cuando el coronel D. José de San Martín, al comando del Regimiento de Granaderos a Caballo, recientemente creado y organizado por el por impulso inicial de Viana como Jefe del Estado Mayor.
Durante el ejercicio del Comando en Jefe del Ejército por Viana, aunque este se encontraba instalado en el frente Oriental, se obtuvieron tres grandes victorias patriotas: las de Belgrano en las importantes batallas de Tucumán (25/09/1812) y de Salta (20/02/1813) y la ya mencionada de San Martín en San Lorenzo, que sin ser una acción militar significativa, tuvo bastante trascendencia política e histórica. También se habilitó el segundo sitio de Montevideo, que llevaría –ya siendo aquel Secretario de Guerra y Marina- a su liberación de los realistas. Es llamativo hoy como las máximas autoridades civiles y militares se comprometían al máximo, en los frentes de batalla. Pensando en Napoleón, posiblemente fuera la consigna de la época. Pero también en nuestro caso, tanto Sarratea, presidente del Triunvirato, como su Comandante en Jefe del Ejército, acompañaban las acciones desde la primera línea del frente oriental.
Gobernador de Córdoba del Tucumán.
Viana fue entonces designado Gobernador de Córdoba del Tucumán, pero antes de asumir, el 25 de junio de 1813 estaba en Santa Fe, y desde allí eleva al Gobierno un preciso y coherente plan estratégico de operaciones para la defensa del territorio de las Provincias Unidas ante la posible llegada de una expedición española que contaría con el apoyo de la corte de Portugal. Ningún otro militar o político rioplatense hubiera estado entonces en capacidades técnicas para redactar un plan similar ni tampoco la clara visión de la política internacional, como lo hizo Viana.
El coronel Viana es designado Gobernador Intendente de Córdoba del Tucumán el 4 junio de 1813. sucedió al teniente coronel don santiago carrera y lo ejerce durante ocho meses.
En su administración creó escuelas populares en la campaña y presentó al Ayuntamiento un plan de estudios y un reglamento para las escuelas que mereció la aprobación de los capitulares. También surgieron rivalidades entre el gobierno nacional, por él representado y las autoridades locales representadas en el cabildo cordobés. Una importante medida de Viana como gobernador fue crear el cargo de Jefe de Policía, que desempeñaría una persona de su confianza, encargado de mantener el orden, función que recaía en el Alguacil Mayor del Cabildo. La labor de esta persona se recompensaría con el pago de un sueldo que se obtenía del impuesto que se cobraba a las carretas que circulaban por el centro de la ciudad, siendo el primero en desempeñar el cargo el Gral. Pedro Nolasco Grimau, que además desempeñaba la función de gobernador sustituto cada vez que la máxima autoridad provincial salía de campaña al interior provincial.
Viana había emitido Instrucciones a los Jueces de Campaña que en su artículo 20 disponía:
“Formarán puntual Razón de todo el vecindario, haciendas, y giro que tengan del modo que crean mas conveniente para adelantarlo; de los caminos mas principales, y estado en que se hallan, de los que sean de erradura, y puedan ponerse expeditos para ruedas de los terrenos y situación mas análoga para formar poblaciones; de las personas mas pudientes y capaces de entender en cargos, y comisiones de este Gobierno.”
En enero de 1814 una de la últimas actuaciones de Viana como Gobernador fue la fundación del pueblo de Fraile Muerto sobre las márgenes del Río Segundo -luego denominado San Jerónimo y por último, a partir de 1872, Bell Ville.
Viana ejerció la gobernación de Córdoba del Tucumán hasta su designación como Secretario de Estado en el Departamento de Guerra y Marina el 1º. de febrero de 1814.
La actuación de la Asamblea durante todo el año 1813 fue destacable.
Sin embargo, distintas circunstancias, como las discrepancias en su seno respecto del régimen de gobierno a adoptar –si monárquico o republicano-, el tipo de organización –centralizada o federal- y la conveniencia o no de declarar la independencia, acrecentaban el conflicto con Artigas y en consecuencia, con la Banda Oriental, Entre Ríos y Santa Fé.
Por otra parte, el frente externo se había agravado en lo fronterizo por las terribles derrotas del Ejército del Norte al mando del Gral. Belgrano en Vilcapugio (1/10/1813) y Ayohuma (14/11/1813). Y en Europa Napoleón, tras el fracaso de la guerra contra Rusia, pierde la batalla de Leipzig (16 al 19 de octubre de 1813), la batalla más importante perdida por aquel y comienza la declinación que concluiría con su abdicación el 6 de abril de 1814. Ya su hermano José, Rey de España, había debido renunciar el 11 de diciembre de 1813. Fernando VII, que de “el Deseado” pasaría a ser “el Felón”, en marzo de 1814 fue liberado y retornó a España, para reasumir el 13 de mayo el trono de una monarquía absoluta.
En vista de ese alarmante panorama la Asamblea, el 21 de enero de 1814 resolvió concentrar el poder ejecutivo en una persona con el título de Director Supremo de las Provincias Unidas. Para ello estableció un “Estatuto Provisorio”, que en lo principal disponía que el Director Supremo tendría las facultades y preeminencias acordadas al gobierno por los estatutos y disposiciones anteriores, viviría en la Fortaleza, tendría escolta competente, usaría una banda bicolor – blanca al centro, azul a los costados – con borla de oro y duraría dos años en el cargo. Para el cargo de Director Supremo la Asamblea designa al Escribano Don Antonio Gervasio de Posadas (1757-1833), quien asume el 30 de enero de 1814. Posadas había sido notario mayor del obispado desde el año 1789.
Hasta octubre de 1812, en el Fuerte flameaba la bandera de España. Cuando asume el Segundo Triunvirato aquella enseña fue reemplazada por una celeste y blanca de tres franjas, tal como hoy la conocemos. El Gobierno tendría tres ministros denominados Secretarios de Estado, designados el 1º. de febrero de 1814 que fueron el coronel D. Francisco Xavier de Viana, Secretario de Estado en el Departamento de Guerra y Marina.
Tras la destrucción total del Ejército del Norte al mando del General Belgrano en las perdidosas batallas de Vilcapugio y Ayohuma y el fracaso del sitio de Montevideo, se imponía el Gobierno patrio la designación en el cargo de Ministro de Guerra y Marina del hombre más confiable, de mayor autoridad y más capacitado.
Luego para el cargo de Secretario de Estado de Hacienda fue nombrado, D. Juan Larrea, (1782-1847), español, nacido en Cataluña, pero de origen vasco como Viana. Muy capaz e inteligente, comerciante de cueros, vinos y azúcar, había conseguido hacer una considerable fortuna. Participó de la defensa durante las Invasiones Inglesas, cuando impulsó el regimiento de mignones de Cataluña, proveniente de Montevideo. Desde la Revolución de Mayo había estado activo en los sucesivos gobiernos: vocal de la Primera Junta, miembro del Segundo Triunvirato, miembro y Presidente de la Asamblea, fue posteriormente cónsul argentino en Francia.
Por último, como Secretario de Estado de Gobierno, se nombró a D. Nicolás Gregorio de HerreraXiménez (1775-1833), también oriental, nacido en Montevideo como Viana. Jurisconsulto formado en Chuquisaca y en España de gran capacidad y experiencia, adhirió desde su inicio a la Revolución de Mayo con el grupo de Moreno y Rivadavia. Fue secretario de Hacienda del Primer Triunvirato y posteriormente a la caída del directorio de Alvear, retornó a Montevideo, donde redactó la constitución y fue Senador. Todo el gobierno estaba instalado en el Fuerte de Buenos Aires. Del Poder ejecutivo, solo Posadas había nacido en Buenos Aires, dos ministros eran nativos de la Banda Oriental y el cuarto era español. La mitad del ejecutivo era de origen vasco.
En sus “Memorias” Posadas habla así del nombramiento de sus Ministros: “Nombré tres secretarios de Estado que me ayudaron en todo con la mayor actividad, celo, esmero y asidua contracción al trabajo; debiendo yo, y debiendo la patria a sus luces y talentos el buen éxito de los negocios. Jamás, ni juntos, ni separados me hablaron de cosa alguna que oliese a traición, cohecho, malversación de los fondos del Estado, o desobedeciendo a los decretos de la Asamblea.
Se comportaron constantemente como fieles ministros e inmediatos consejeros. Tal justo elogio me merecieron eternamente el doctor don Nicolás Herrera en el departamento de Gobierno y Relaciones Exteriores, don Francisco Xavier de Viana, brigadier general, en el de Guerra y Marina, y don Juan Larrea en el de Hacienda. Estos secretarios recibieron un nuevo carácter y autoridad, y se estableció un nuevo orden y arreglo para el despacho de los negocios, que me parece rige hasta el presente tiempo.”
También se creó un “Consejo de Estado” cuya misión era asesorar al Director Supremo y al cual éste debería consultar indefectiblemente sobre las negociaciones que entablara con las cortes extranjeras sobre paz, guerra y comercio.
Este organismo estaba compuesto por nueve miembros, tres de los cuales eran los Ministros más los siguientes
Consejeros de Estado:
Según afirma Alvear, “Posadas al formar su gabinete, fiel a su modalidad, se rodeó de brillantes ministros”. Y como lo califica Manuel María Oliver: “el coronel Viana, austero, de una fisionomía moral caballeresca y al que el Ministerio de Guerra debe su organización durante la campaña emancipadora. Ninguna ambición los llevó a prestar su esfuerzo al Directorio, sino la de ser útiles a la Patria; preguntar por el premio que obtuvieron, es constatar el desvío de la posteridad: casi todos el destierro o la miseria.”
Era un equipo de altísima calificación intelectual, moral, cultural, “progresista” en su mejor sentido literal, respaldados por la Logia Lautaro y por el grupo “morenista”, portador de las ideas iluministas y de los principios de la Revolución Francesa, absolutamente contrario al absolutismo monárquico personificado en Fernando VII y al grupo conservador “saavedrista”. Como Secretario de Guerra y Marina, Viana organizaba los tres frentes de defensa de las Provincias Unidas del Rio de la Plata: el del ejército del norte, las fuerzas en Cuyo y el avance sobre Montevideo, aún bajo el dominio español, así como el naval en el Río de la Plata. La primera medida adoptada por Viana consistió en disponer el 9 de febrero de 1814 que todos los habitantes de la ciudad se alistasen en los distintos cuerpos del Ejército “precisa e indispensablemente, sin distinción de edad ni condición” y el que pudiera andar a caballo y menor de 40 años se uniformara a su costa e ingresara en la Caballería Ligera. El resto de los ciudadanos formaban en los cuerpos de Guardias Nacionales de Infantería, salvo los que superaran los 50 años de edad.
El 4 de abril de 1814 La Asamblea General decreta que los brigadieres serían generales del Estado, otorgándoseles los honores y prerrogativas de esta dignidad al Coronel Francisco Xavier de Viana quién fue promovido a Brigadier General de los Ejércitos de la Patria, así como también a Azcuénaga, Alvear, Rondeau, San Martín y Balcarce.
Una de las decisiones más importantes de la Asamblea fue entonces enfrentar el dominio español naval en el Rio de la Plata. Estaba visto que era difícil doblegar Montevideo con solo el sitio terrestre -ya se demoraba dos años- por la paridad de las fuerzas terrestres, la utilidad de las murallas y sobre todo porque la ciudad continuaba siendo abastecida por vía fluvial, gracias a la flota con que contaba el gobierno realista. El 28 de febrero de 1814, dos meses después, la escuadra estaba formada. La flota estaba integrada por once navíos y el 8 de marzo de 1814 en la Gazeta Ministerial Posadas y Viana como cabeza del Ministerio de Guerra y Marina daban a conocer el personal de Estado Mayor de la Marina y asignaban el mando al irlandés Guillermo Brown (1769-1842). Brown fue designado Teniente Coronel del Ejército y Comandante de la Marina Nacional. La oficialidad y marinería era principalmente británica: irlandeses, ingleses y escoceses. Menos de un mes después de formada la flamante flota rioplatense -según lo ordenado por Posadas y Viana- tuvo su bautismo de fuego contra la escuadra española en el Combate de la Isla Martín García que ocurrió entre el 10 y el 15 de marzo de 1814 cuando Brown venció a la escuadra realista. Dos meses después de esta victoria, entre el 14 y 17 de mayo la flota comandada por Brown sitió a Montevideo y enfrentó la escuadra realista en el llamado combate naval del Buceo o de Montevideo. Durante los cañoneos Brown fue herido y quebrada su pierna derecha, pero aún en esas tremendas y dolorosas condiciones físicas, continuó dirigiendo la acción desde una angarilla. Reiniciadas las acciones el dia 17, Brown obtuvo una victoria inapelable tras un intenso combate en el que la mayor parte de los navíos realistas fueron capturados o destruidos. Algunos buques realistas huyeron hacia España, y otros pocos menores se encerraron en el puerto. El cerco sobre Montevideo se había completado y la flota realista había sido eliminada. Como dice Oliver (1914, pg. 123): “Asi daba cima Posadas a su gran programa, conquistando el primer tramo de la verdadera independencia, limpiando de enemigos las aguas fluviales”.
Las decisiones de la Asamblea y de Posadas y su gobierno, con Viana en particular, sobre el armado de la flota patriota, incluyendo la nominación de su personal, se mostraron correctas.
En lo que respecta al sitio terrestre de Montevideo, el 17 de mayo de 1814, el mismo día de la victoria de Brown, tal vez sin saber aún de ésta, pues esta decisión seguramente había sido discutida y adoptada con anterioridad, el gobierno de la Provincias Unidas dispuso reemplazar en el mando del ejército sitiador a Rondeau por el general Carlos de Alvear. A pesar de su juventud, éste sumaba “capacidad, cordura y aptitud para mandar, a más de sólidos conocimientos en el arte de la guerra”. El 22 de junio Alvear resolvió avanzar y las fuerzas realistas rindieron la Fortaleza del Cerro a tropas del Regimiento N.º 2 y el día siguiente los realistas entregaron las llaves de Montevideo. La victoria del gobierno de Posadas, con Viana en Guerra y Marina y Alvear al frente del Ejército, fue el fin del gobierno español de Montevideo que durante cuatro años había sido la mayor amenaza al gobierno patriota de la Provincias Unidas. Y tal como se había previsto proveyó abundantemente a los ejércitos rioplatenses de tropas, armamento, vestuarios y municiones: fueron tomados 7.000 prisioneros, 1.200 cañones, 8.245 fusiles, 6.000 bayonetas y 99 embarcaciones, que resultaban imprescindibles -en el caso de las embarcaciones el producto de su venta- para continuar la lucha en el Alto Perú.
Superada la amenaza española en Montevideo y aparentemente dominada la rebelión de Artigas en la provincia Oriental, Viana decide mandar su mejor general: Alvear, al frente del Alto Perú, donde revistaba durante los últimos seis meses el Gral. Rondeau, sobre cuyas capacidades evidentemente no tenía el mejor concepto.
También creía que combatir a Artigas era un esfuerzo inútil pues no representaba un real peligro y que no convenía distraer fuerzas en la provincia Oriental, contra la opinión del Consejo de Estado, tal vez influenciado por Herrera. Se delegó entonces el mando del ejército en la provincia Oriental en el General Soler, quien no solo fracasó en su misión de contener a Artigas, sino que pocos meses después se volcaría a su lado.
La decisión de nombrar a Rondeau en ese cargo no podría haber sido peor, como se vería pocos meses después. Es posible que Posadas y Viana no tuvieran demasiadas opciones, pero ya conocían perfectamente las falencias de Rondeau y su escasa capacidad de mando como se había comprobado durante su mando del ejército sitiador de Montevideo, su insubordinación a Sarratea y Viana y su fallida componenda con Artigas. Cómo pudieron designarlo en tal cargo es un misterio. Tal vez pensaron que era un destino provisorio y subestimaron su capacidad de dañarlos.
Así es que se le confió la organización de la tercera campaña al Alto Perú, para lo cual Viana le envió como refuerzo las tropas que habían participado en el sitio de Montevideo, tanto patriotas como prisioneros que habían servido a los realistas, así como el importante armamento allí capturado.
El 25 de mayo de 1814 se había librado la batalla de Florida o La Florida en la plaza del pueblo de ese nombre, cercano al río Piraí, en la zona del chaco boliviano. Los coroneles Ignacio Warnes y Juan Antonio Álvarez de Arenales comandaron en conjunto 800 a 900 hombres, que con 4 piezas de artillería derrotaron a las fuerzas realistas del coronel español Manuel José Joaquín Blanco –muerto poco después por Warnes en un duelo- compuestas por 800 a 1200 hombres con 2 piezas de artillería. Las bajas patriotas fueron 4 muertos y 20 heridos, contra 270 muertos y 90 heridos de las fuerzas españolas que además tuvieron 200 prisioneros.
Esta importante victoria patriota, sostuvo a Santa Cruz de la Sierra en manos patriotas de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Viana mandó distinguir a todos los participantes.
El general Alvear fue nombrado comandante en jefe del Ejército Auxiliar del Perú -entonces asentado en Jujuy- en noviembre de 1814. En este Ejército había oficiales adictos a Alvear, pero también varios desafectos, comenzando por su jefe, Rondeau. El 8 de diciembre estos últimos habían conseguido desplazar al coronel Vázquez, partidario de Alvear, reemplazándolo por el coronel Carlos Forest, francés establecido en Buenos Aires desde 1807. Vázquez y otros oficiales de la confianza de Alvear habían sido presos y deportados fuera del campo militar de Jujuy.
El complot de Rondeau estaba constituido por el coronel Martín Rodríguez, el jefe del regimiento Nº 9, coronel Manuel V. Pagola, los comandantes Carlos Forest, Rudecindo Alvarado, Diego B. Balcarce, Juan José Quesada, Pedro Luna, Domingo Soriano Arévalo y Martínez, así como el teniente coronel Fernández, segundo jefe del Nº 2, aunque en actitud ambigua.
Uno se pregunta hoy, ¿cómo Posadas, Alvear, Viana, que conocían bien a Rondeau, pudieron cometer nuevamente el error de confiarle el Ejército del Norte? ¿No conocían bien sus debilidades, su psicología, su tortuosa personalidad?
Cierto es también que similar debilidad se había dado en el caso de Artigas, a quién una y otra vez se había tratado de incorporar infructuosamente a los ejércitos de las Provincias Unidas, declarándolo un par de veces “traidor a la patria” y perdonándolo después, dotándolo de poder, cargos y medios militares, para que de nuevo el oriental volviera a las andadas poco después.
Es posible que el número de altos oficiales disponibles y confiables fuera muy escaso.
Puede ser que la altísima carga de trabajo para el escaso número de dirigentes disponible les dejara al Director Supremo, sus Secretarios de Estado, a los miembros del Consejo de Estado y a los asambleístas escaso tiempo para divulgar sus ideas y sus acciones, para hacer “propaganda”. Tal vez no tendrían ni ocasiones ni los medios de llegar a suficiente número de ciudadanos de la Capital y del interior para neutralizar los avances negativos de los grupos saavedristas y artiguistas. Lo que no quita que la visión retrospectiva de las acciones de los gobiernos de la Asamblea, de Posadas y de Alvear en cuanto a sus errores al lidiar con Rondeau, Artigas, Álvarez Thomas, nos sea penosa al vislumbrar las oportunidades perdidas por la patria en aquellos tiempos.
Alvear viajaba hacia allá a tomar el mando y el 10 de diciembre se encontraba a unas 30 leguas al Norte de Córdoba, cuando supo de la insubordinación de los mandos de aquel ejército. Al saber la situación inmediatamente regresó a Buenos Aires, y designó interinamente al mando de sus tropas al general Martín Rodríguez, o bien a Forest, lo que evidencia que lo estimaba. Sin embargo, éste fue uno de los firmantes del Acta de Humahuaca, el 31 de enero de 1815, desconociendo la autoridad del nuevo Director.
Otras actuaciones de Viana.
El ejército a fines de 1813 contaba con 12.642 soldados mal armados, poca instrucción y sin recursos. Por diciembre de 1814 el número de efectivos había aumentado a 21.742 hombres, prolijamente reclutados entre los vecindarios, aptos y sanos, uniformados y organizados en cuerpos, con sus unidades tácticas casi perfectas y con armas flamantes y eficaces. Había fabricado en los talleres del Estado 24.322 piezas de guerra (fusiles, cañones, sables, correajes, carros de transporte, etc.). No se podía pedir mayor éxito a la gestión de ese gobierno que todo lo había previsto, desde el mas grave detalle hasta el más simple, concediéndole toda su atención y dándole base segura para sus futuros triunfos (Rodríguez: 1913, pg. 185). (Oliver: 1914, pg. 173).
Renuncia de Posadas y nombramiento de Alvear.
La insurrección de Rondeau y sus oficiales del ejército del Norte oponiéndose a su sustitución por Alvear, aparentemente llevó a Posadas a renunciar al cargo de Director Supremo, el 9 de enero de 1815.
En verdad, al leer su declaración en el Juicio de Residencia al que se le sometió meses después, cabe pensar que Posadas se sentía ya viejo -57 años- o enfermo o agotado, o con falta de motivación para continuar su muy difícil gestión y que aprovechó la insubordinación de Rondeau para justificar su renuncia. Pero también debe haber motivado su renuncia el disgusto que le provocó la falsa, gravísima, maliciosa, injuriosa e injusta acusación que lanzó el grupo saavedrista acusando al Gobierno de la infidencia de “querer entregar el país a Fernando VII”.
En definitiva la Asamblea aceptó su renuncia y designó a Alvear para reemplazarlo, quien asumió el 10 de enero de 1815.
Su primera disposición fue confirmar en sus cargos a los tres ministros de Posadas: Francisco Xavier de Viana, Juan Larrea y Nicolás de Herrera, con la consecuente continuidad en el gobierno.
Se negoció con Artigas su salida de Entre Ríos y Corrientes, contra la eventual independencia de la Banda Oriental, que este, agrandado, no aceptó.
En Santa Fe, el gobernador Eustaquio Díaz Vélez era resistido por la población, posiblemente por ser porteño, por haber sido designado por el gobierno de Buenos Aires y por haber establecido impuestos y contribuciones forzosas que los habitantes rechazaban. El 14 de marzo de 1815 estalló una revuelta alentada por Artigas y Hereñú quienes ese día llegaron allí. Díaz Vélez renunció el 24 de marzo e inmediatamente Artigas determinó que la provincia de Santa Fé entrara en la Liga Federal, por él creada. Dos días después asumía la gobernación Francisco Candioti, cercano a Artigas.
Al saber de esto, Alvear decidió entonces enfrentar a Artigas y dispuso que los ejércitos de la capital y el estacionado en Olivos liberarían Entre Ríos y Santa Fe y luego la Banda Oriental. A fines de marzo envió contra los federales autonomistas de Santa Fe un ejército de unos 3.000 hombres al mando de Viana, quien después eventualmente pasaría a la Banda Oriental y a Córdoba.
El 3 de abril de 1815 salieron de Buenos Aires las fuerzas destinadas a reunirse con las de Alvarez Thomás, destacadas días antes, y eventualmente con las de Díaz Vélez, para formar, a las órdenes de Viana, una división “capaz de contener a los orientales” y reconquistar Santa Fe.
En esa misma fecha en que el Ministro Viana emprendió la partida, Alvarez Thomás, acampado en Fontezuelas se amotinó, desconoció al gobierno de Buenos Aires y fue copando las fuerzas que iban llegando allí. Ese día dirigió un oficio a Artigas declarando que había cesado toda lucha entre los ejércitos por ellos comandados siendo sus deseos mantener estrecha fraternidad y alianza con todos los pueblos libres de las provincias. Al llegar a Fontezuelas o Fontezuela localidad cercana (11,3 km) a Pergamino, Francisco Xavier de Viana fue hecho prisionero.
Álvarez Thomas había sido secretario de Viana cuando éste era Jefe del Estado Mayor en noviembre de 1811. De nuevo nos preguntamos, ¿cómo Viana no lo conocía? ¿cómo no había reconocido sus características de falsedad e hipocresía? Tal vez Viana era tan apegado al respeto de la autoridad que no podía imaginar la traición de un subordinado. ¿No tenía otra opción al designarlo? El hecho concreto es que haber confiado en Álvarez Thomas no solo provocó el terrible disgusto de la caída del gobierno de Alvear, sino inumerables situaciones negativas al país y posiblemente su atraso por varias décadas.
En respetuosos términos, Ignacio Alvarez desde el Cuartel General del Ejército Libertador en marcha, en abril 14 de 1815 intima al General D. Carlos de Alvear a renunciar.
Álvarez Thomas tras haber arrestado a su jefe Viana, volvió a Buenos Aires, sometiendo a las fuerzas militares leales a Alvear acampadas en Olivos, apoyado por el general Soler y aliándose con el Cabildo porteño. Este estaba dirigido por su Regidor y Alcalde de primer voto, Francisco Antonio de Escalada, hermano del suegro de José de San Martín, Antonio José de Escalada. El Cabildo además organizó movimientos populares similares a los del 5 y 6 de abril de 1811, para respaldar su acción. El Consejo de Estado le aconsejó a Alvear de renunciar al cargo de Director y al percibir éste su debilidad presentó su renuncia ante la Asamblea, la que le fue aceptada el 17 de abril de 1815.
Acabó entonces por un tiempo -hasta la designación de Pueyrredón por el Congreso de Tucumán- el federalismo impuesto por la Asamblea del XIII, ya que el Cabildo de la Capital extinguió la Asamblea y sustituyó al Director Supremo designado por aquella.
Luego de haber logrado la renuncia de Alvear, el Cabildo tomó el gobierno y disolvió la Asamblea y el 20 de abril, designó inexplicablemente como Director Supremo al General José Rondeau, a sabiendas que se encontraba en el Norte al mando del Ejército y de las características de su débil personalidad. El gobierno de la Unión continuaría siendo dominado por el Cabildo de Buenos Aires, con mucho menor participación de los “pueblos” que cuando intervenía la Asamblea
En definitiva se designó al traidor coronel Ignacio Álvarez Thomás como Director, aunque quitaron su designación de “Supremo”.
Procesos de residencia del año 1815.
Al nuevo Gobierno de Álvarez Thomas, sus adláteres y propiciadores del Cabildo y del partido saavedrista les pareció que el juicio de civiles y militares afines al grupo de Posadas y Alvear les permitiría justificar su revolución, si demostraban que el gobierno que habían derrocado había cometido infinidad de delitos y abusos. Pero según habremos de ver, el tiro les salió por la culata ya que nada de ello consiguió probarse, e incluso las penas a las que condenaron a los morenistas al poco tiempo debieron ser revertidas y los condenados fueron liberados y se permitió el retorno a los exilados. Fueron juzgados los civiles Antonio Alvarez Jonte, Bernardo Monteagudo, Hipólito Vieytes, Nicolás Rodríguez Peña, Nicolás Herrera, Valentín Gómez, Gervasio Posadas, Juan Larrea. Los presos civiles fueron confinados en la cárcel de la guardia de la Casa-Cuna, en el cuartel del regimiento no. 2 y en la casa de la Asamblea, en condiciones penosas. Fueron maltratados y vejados, sin miramientos por su edad, estado de salud y méritos patrióticos, por quienes eran en la mayoría de los casos, parientes, amigos, vecinos y por lo menos, bien conocidos.
El interrogatorio era tendencioso, preconceptuoso y capcioso, cuando no pueril o absurdo y trataba de influir y orientar las respuestas para lograr culpar a los dos gobiernos Directoriales anteriores:
Entre otros militares, fue juzgado y condenado Francisco Xavier de Viana: “Está condenado y condena á don Francisco Xavier de Viana, brigadier, que se le recoja sus despachos y se le confine á Chascomús por cuatro años, donde debe estar á los cargos que el Gobierno le hiciese sobre el desempeño de los empleos que ha obtenido.”
Siete de los militares fueron enviados a Artigas con la cruel intención de que los fusilase, a lo que no accedió.
Tras pocos meses, posiblemente a fines de 1815 o comienzo de 1816, de alguna manera Viana fue libertado de su confinamiento en Chascomús y se le permitió viajar a Montevideo a residir con su familia.
Allí le tocó vivir la triste situación de la invasión portuguesa y la instalación en el Gobierno de Montevideo y de la provincia Oriental, el 20 de enero de 1817, del General Carlos Federico Lecor, Visconde de Laguna, ocupación que se extendió hasta 1825.
Viana no vivió para verlo pues falleció el 5 de marzo de 1820. Tenía 55 años de edad, la misma a la que había fallecido su padre el Gobernador.
En efecto, Francisco Xavier había nacido en Montevideo el 2 de diciembre de 1764, el año de la expulsión de los Jesuitas. Era hijo del Mariscal de Campo de los Ejércitos Reales Don Joseph Joaquín de Viana y Sáenz de Villaverde (19 de marzo de 1718-14 de diciembre de 1773) una de las figuras más destacadas del pequeño pueblo de Lagrán, en la Montaña Alavesa, provincia de Álava, País Vasco. El Mariscal Viana se había destacado en las guerras por la sucesión austríaca en el norte de Italia, razón por la cual había sido designado como el primer Gobernador de Montevideo en 1749, función que cumplió por mas de 16 años. En medio de las vicisitudes de las guerras guaraníticas, en las que tuvo un papel protagónico, el 4 de noviembre de 1755, cuatro años después de haber asumido su cargo, en Gobernador Viana se casaba con Dna. María Francisca de Alzaibar y Ealo, que había arribado a Montevideo el 19 de septiembre de ese año. También de origen vasco, nacida en Lemona, Viscaya, era sobrina de D. Francisco de Alzaybar, poderoso armador y marino vasco que fue quien por encargo del Rey llevó los colonos canarios y gallegos que serían los primeros habitantes de Montevideo. Empresario de considerable fortuna fue propietario de centenas de miles de hectáreas de tierras y de cabezas de ganado en la provincia Oriental, que tras su muerte heredaron los Viana.
Parafraseando un conocido film, Viana tenía no solo ocho apellidos vascos, sino diez y seis y más.
Con solo diez años de edad, Francisco Xavier fue enviado por su madre a la academia naval de Cádiz, de donde egresó como guardiamarina a los 14 años. Inició así una carrera muy destacada como oficial de la marina española. Tras combatir en la reconquista de Menorca, en 1782 Viana está a bordo de la fragata Rosario, la que da protección a un convoy de tropas destinado al Gran Sitio de Gibraltar. Fue protagonista en el lugar de la jornada del 13 de septiembre de 1782 una vivencia muy impresionante: a las 10:25 las baterías de tierra, las explanadas de obuses emplazadas en el istmo, las lanchas cañoneras y las 10 baterías flotantescomenzaron al mismo tiempo a abrir fuego contra Gibraltar a un ritmo terrorífico. A Viana le dan la responsabilidad de comandar una lancha cañonera, la número 90, en la bahía de Algeciras, frente a Gibraltar.
En 1784 llega a Montevideo en el bergantín Ardilla y retorna en el “Paquibot San Cristóbal”. En 1786 con la fragata Astrea comandada por Malaspina, Viana dio la vuelta al mundo, tras 20 meses y medio de navegación del total de 26 previstos, en un tiempo récord, siendo los decimoterceros navegantes en completarla. En el año de la Revolución Francesa -el 14 de julio de 1789- a los 23 años, ya con el grado de Teniente de Navío Viana fue elegido, para formar parte de la expedición del gran marino italiano al servicio de España: Alessandro Malaspina.
Zarpan en dos corbetas de Cádiz el 30 de julio de 1789 y navegan cinco años y medio por los océanos Atlántico y Pacífico. Cumplen con creces todas las expectativas científicas previstas. Se dibujaron modernas cartas de navegación y nuevos mapas geográficos, se recogieron magníficas colecciones minerales y botánicas con especies hasta entonces desconocidas y se aportó una gran documentación gráfica y precisos informes sobre el estado social, político y militar de las colonias. Viana regresa a Montevideo en 1796 al mando de la Descubierta.
Recorrido de Atrevida y Descubierta.
Viana es designado entonces Comandante Marítimo -equivalente a Gobernador- de las Islas Malvinas en dos períodos, de 1798 a 1799 y de 1800 a 1801. El clima inhóspito e imprevisible de las islas Malvinas un territorio virgen, inexplorado, semi desértico, muy frío y barrido por fuertes vientos, que se producen en forma repentina, con grandes dificultades para cultivar vegetales que aportaran vitamina C (ácido ascórbico) a la alimentación, con el consecuente riesgo de contraer escorbuto, hacían de este destino una tortura. La población de las islas estaba compuesta por 160 personas, de los cuales 130 eran oficiales, soldados y 26 eran presidiarios.
Es aquí que finaliza la brillante carrera de oficial naval español de Francisco Javier de Viana y Alzaibar, a los 35 años de edad y luego de 23 años de servicio ininterrumpido, tras haber navegado por todos los mares del mundo en una decena de navíos distintos, bajo el comando de los mas prestigiosos e importantes marinos españoles de todos los tiempos, obligado a pedir su pase al ejército por los problemas de salud que los continuados esfuerzos al límite de la supervivencia le habían causado, particularmente en el “cruel y penoso destino”–como él mismo dice- del establecimiento de la Soledad de Malvinas. En los veinte y tres años de servicios y en las navegaciones emprendidas por Viana, éste cruzó la línea Equinoccial once veces, rebasó el Cabo de Hornos tres, recorrió la costa de América desde Tierra del Fuego hasta Alaska e igualmente las costas asiáticas del océano Pacifico.
Por ello pide su traslado al ejército, donde lo nombran en 1801 Sargento Mayor de la plaza de Montevideo, con el grado de Teniente Coronel. A mas de las razones antedichas puede que inteligentemente hubiera decidido cambiar de vida, casarse, formar familia y haber pensado que ello era incompatible con la profesión de marino.
Tras una larga tramitación para obtener el permiso correspondiente, el 11 de julio de 1802, los 38 años, en Montevideo, se casa con su sobrina, Maria de la Concepción de Estrada, 21 años menor que él, hija de su hermana Teresa y de un oficial del ejército, el sargento mayor Tomás de Estrada, con quien tiene en 1802 a Consolación.
La madre de Viana, Dna. Maria Francisca de Alzaybar, la “Mariscala”, fallece el 5 de febrero de 1803, a los 68 años de edad. En compensación, ese mismo año nace su segundo hijo y mayor de los varones, José Joaquín de Viana Estrada, bautizado con los nombres de su abuelo el Gobernador. En 1804 nace el tercer hijo, Francisco Xavier Ambrosio, en 1807 Tomás Francisco y en 1809 Fernando Agustín.
En materia de trabajo interviene en la Comisión Demarcadora de Límites Luso-Española.
En 1804 Viana es designado Comandante Principal de la Campaña Oriental y de la frontera luso-brasileña, al mando de unos 300 hombres. Quién acompañó a Viana en la campaña a la frontera fue su ex compañero de colegio, José Artigas, quien hasta entonces había vivido en el noroeste oriental y había realizado tareas rurales y comercio ganadero legal e ilegal.
Vista de Montevideo, por Fernando Brambila, 1794.
España. Ministerio de Defensa. Archivo del Museo Naval.
En oportunidad de las Segundas Invasiones Inglesas, las fuerzas hispanas (2.362 hombres) que defendieron Montevideo estaban comandadas por el brigadier Lecocq. En el combate del Cristo o del Cardal, Francisco Xavier de Viana peleó valientemente como segundo jefe del brigadier Bernardo Lecocq y después tuvo la responsabilidad de la defensa de las murallas de Montevideo resistiendo en su Ciudadela, asiento natural del Regimiento Fijo de Montevideo bajo su mando, la última posición en rendirse a los británicos.
El por qué Francisco Xavier de Viana y Alzaibar ha sido casi olvidado en la historia rioplatense, es difícil de establecer. De cualquier manera, es innegable que fue uno de los protagonistas más importantes del primer quinquenio tras la virtual emancipación de las provincias del Rio de la Plata de España, en 1810 y que hizo una fundamental contribución a la libertad sudamericana.
Reincorporarlo a nuestra memoria histórica, recordarlo a los rioplatenses, reconstruir su accionar, interpretar sus ideas y evidenciar sus relaciones políticas me ha parecido importante.
Su protagonismo surge en primer lugar porque provenía de una de las familias mas destacadas del Río de la Plata, pues los Viana no solo eran miembros de una noble familia alavesa, cuyo palacio en Lagrán se conserva aún hoy, sino que portaban los antecedentes de importantes servicios al Reino tanto en el área militar como naval.
Pero además Francisco Xavier de Viana tenía altos méritos propios: poseía la formación superior de la Escuela Naval de Cádiz y apenas salido de la adolescencia pasó a una temprana adultez: tuvo la experiencia de los horrores de la guerra naval en el Mediterráneo. Pocas acciones de guerra se comparan con el increíble y dantesco asalto de Gibraltar que a Viana le tocó vivir.
De allí a dar su primera vuelta al mundo con Malaspina en la fragata Astrea y ser un oficial destacado en el lustro que duró la expedición Malaspina, que incrementó en mucho sus conocimientos en materia naval, marítimos, científicos, geográficos, políticos, sociológicos, económicos. Viana fue entonces el prototipo del humanismo ilustrado, del “iluminismo”.
Y fue de esa manera que Viana adquirió un cosmopolitanismo que ninguno de sus colegas del gobierno del Río de la Plata tenía. Posiblemente no hubo en su tiempo en el Río de la Plata otro marino con iguales calificaciones, que dominaba como pocos las ciencias de la navegación; quien conocía los detalles constructivos y todas y cada una de las partes de un navío, que hubiera participado en acciones de guerra marítima, que conociese casi todos los mares del mundo, que tuviera una formación y una cultura -como se denota de su Diario de Viaje – comparable a la suya. En la década de 1810 era el único dirigente que había escrito un libro, que aún hoy mantiene su interés por sus descripciones geográficas, sociales, políticas, biológicas, meteorológicas, y llega hasta poder esbozar un diccionario de otra lengua (la de Vavao o Tonga).
Aprendiendo a obedecer también aprendió a mandar. Pasó a comandar una de las naves de las cuales había sido oficial. Y retornó al Río de la Plata y a su ciudad natal. Le tocó entonces una experiencia extrema: gobernar por dos años las Islas Malvinas, comprometiendo su salud, pero seguramente incorporando conocimientos sobre la naturaleza humana como sería imposible en otro lugar.
Como si eso fuera poco, tras su vuelta a Montevideo, pasa de la marina al ejército, un cambio sustancial de cultura y ambiente laboral.
Entonces forma y establece su familia: se casa y tiene sus primeros hijos.
Pero su paz duró poco: pronto debió asumir otra misión épica, como fue establecer la autoridad del reino español sobre la frontera con el Brasil portugués, en una región de abrumadores bosques subtropicales vírgenes de características diametralmente opuestas a los desérticos páramos pedregosos y casi carentes de vegetación y fauna de las islas Malvinas, donde debió comandar tropas de soldados compuesta por gauchos primitivos que eran el último descarte de la civilización, que no tenían nada por perder, casi sin oficiales salvo su compañero Artigas.
Su siguiente actividad bélica constituyó la defensa de Montevideo frente a los invasores ingleses. La organización de las fuerzas de 2.360 hombres como segundo del brigadier Bernardo Lecocq contra unos 3.000 británicos en la batalla del Cristo y poco después en la defensa de la ciudadela de Montevideo, el último baluarte en rendirse. Si es cierto que se aprende mas de las derrotas que en los éxitos, este debe haber sido el caso, pues aunque en una acción perdidosa, le tocó a Viana participar de la mayor batalla librada en el territorio del Río de la Plata.
No por nada pocos años después ya en el comienzo del período de la emancipación iniciado el 25 de mayo de 1810, el Primer Triunvirato primero y luego todos los gobiernos que se suceden hasta mediados de abril de 1815, Viana estará a cargo de la organización y supervisión de todas las acciones de guerra de esos gobiernos patrios, salvo el período de 1813 en que actúa como Gobernador de Córdoba del Tucumán pero durante el cual no abandona su vocación de estratego militar, posiblemente el único del Río de la Plata.
Primero desde mediados de noviembre de 1811 cuando el Primer Triunvirato lo designa Jefe del Estado Mayor del Ejército. Mucha confianza, gran respeto por sus cualidades personales y morales, por sus capacidades y conocimientos en materia militar debían tenerle los patriotas de mayo para confiarle el mas alto cargo de la organización castrense de las incipientes Provincias Unidas. Tendrían certeza sobre su fidelidad a las ideas revolucionarias. Luego cuando el primus inter parís del Segundo Triunvirato, Sarratea, lo lleva con él para que lo secunde en la acción absolutamente prioritaria del Gobierno: lograr dominar Montevideo, el foco de resistencia realista mas cercano y peligroso para la Revolución de Mayo. En esa posición está, hasta mediados de febrero de 1813 en que la situación conflictiva con Artigas en el sitio de Montevideo lo lleva a renunciar –inútilmente, pues de nada valió la posición negociadora de los gobiernos de Buenos Aires frente al caudillo oriental- quien siguió sin ceder un ápice en sus demandas y en sus intempestivas posiciones, con escaso sentido de la oportunidad. Cuando españoles y portugueses, por no contar a los ingleses que también nos miraban con voracidad, amenazaban las Provincias Unidas por todos lados, no era el momento para definir la organización nacional.
La designación de Viana en el cargo de Gobernador de la extensa región de la entonces Córdoba de Tucumán, la mas importante del país en ese entonces después de la de Buenos Aires, es otra afirmación de la extrema confianza que las máximas autoridades del país tenían en su persona, en sus cualidades y capacidades, no ya solo como militar sino también como dirigente.
Luego como Secretario de Estado en el Departamento de Guerra y Marina con Posadas cuando éste asume el cargo de Director Supremo hasta la caída de Alvear, es Viana el hombre de confianza en la materia de la guerra terrestre y naval de los gobernantes de Buenos Aires.
Fueron entonces sus jefes los triunviros: Juan José Paso, Feliciano Chiclana, Manuel de Sarratea, Juan Martín de Pueyrredón, Nicolás Rodríguez Peña, José Julián Pérez, Antonio Álvarez Jonte, Gervasio Posadas y Juan Larrea, junto con los secretarios sin voto: Bernardino Rivadavia y Vicente López y Planes, así como los Directores Supremos Gervasio Antonio de Posadas y Carlos María de Alvear.
Esta pluralidad de figuras icónicas de la Revolución de Mayo le tenían tanta confianza y respeto como para confiarle la responsabilidad mayor de esos gobiernos en tales años, cual era la defensa del ex virreinato, amenazado por todas sus fronteras y del cual todavía los realistas ocupaban las provincias Oriental y la del Alto Perú.
Mucho dice esto sobre el respeto y la consideración en que tenían sus jefes las cualidades humanas, personalidad, experiencia y capacitación de Viana.
Debe destacarse la noción de que se trataba de un trabajo en equipo. Si bien las determinaciones principales se materializaban en documentos, muchos de los cuales nos llegan hasta hoy, es innegable que las todas las decisiones debían estar precedidas por conversaciones, intercambio de ideas, discusiones, discrepancia de criterios, evaluación de riesgos, posicionamiento de cada uno de los participantes, establecimiento de metas y objeticos, de estrategias y tácticas. En esas circunstancias, la voz de Viana era escuchada, sus razones atendidas, su experiencia respetada.
Los hechos concretos son que los pasajeros de la fragata George Canning, San Martín, Alvear, Vera, Arellano, Holmberg, Zapiola, son incorporados a los ejércitos patriotas por gestión de Viana. Está tras de la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, así como de toda la organización de los ejércitos, de su logística en general, de la gestión del personal militar: nombramientos, ascensos, traslados, remuneraciones, bajas, premios. De la provisión del armamento menor y mayor, artillería, munición; de la instalación de fabricas militares tanto de armas como de pólvora. Del transporte y desplazamiento de tropas. De la caballada. De la alimentación de hombres y caballos. De la provisión de uniformes. Y de presupuestar, distribuir y obtener los recursos para todas las operaciones militares. Durante su jefatura del Ejército Belgrano vence en Salta y Tucumán. San Martín lo hace en San Lorenzo. Viana es responsable de los sitios de Montevideo. La victoria del Cerrito se obtiene estando él en el mando in situ. La estrategia sobre el desplazamiento final de los españoles del gobierno de Montevideo, para después –con los recursos obtenidos- iniciar la tercera campaña al Alto Perú, se establece cuando Viana es el Secretario de Guerra y Marina. La formación de la primera armada patriota ocurre bajo su responsabilidad. La selección, compra y armado de los navíos, la contratación de los mandos navales y la marinería también. Cuando Viana es ministro, la flota obtiene las victorias de Martín García y de Montevideo y Alvear rinde a esta ciudad.
Viana es el autor de un plan para defender el Río de la Plata cuando sobreviene la amenaza de un poderoso ejército español. Es defensor insospechado de la unidad de las Provincias. En su exilio de Chascomús esboza uno de los primeros planes de ampliar las fronteras sud-occidentales del país. Es quien instruye a Fructuoso Ribera sobre como enfrentar a los invasores portugueses de la provincia Oriental.
Viana fue el jefe de San Martín, Alvear, Belgrano, Artigas, Soler, Dorrego, Rondeau, Viamonte, Guido, Álvarez Thomas, Brown. Y por lo menos bien se merece que a él se lo reconozcan méritos análogos a los atribuidos a Pueyrredón en cuanto apoyó a San Martín en la organización del Ejército de los Andes.
Todos los militares actuantes entre 1812 y 1815 honrados con nombres de calles argentinas y monumentos estuvieron bajo su mando.
¿Hay algún prócer rioplatense contemporáneo de Viana que haya hablado mal de él?
¿Qué lo haya criticado con fundamento o sin el?
Era para sus contemporáneos, jefes y subordinados la personalidad militar, comprendiendo en este concepto tanto lo referido a la guerra terrestre como la marítima, mas respetado por su larga trayectoria, su experiencia, su seriedad, su participación en batallas marítimas y terrestres, su cultura, sus conocimientos científicos, sus manejo de las matemáticas, su capacidad de mando.
Y es el juicio de los contemporáneos lo que cuenta, pues eran ellos –tanto sus superiores como sus subordinados- quienes lo conocían personalmente, que hablaban con él, que discutían e intercambiaban opiniones y lo escuchaban razonar, llegar a determinaciones, resolver problemas de altísima complejidad, con enormes limitaciones de recursos presupuestarios y de recursos humanos.
Los gobiernos con los que a Viana le tocó actuar estaban virtualmente fundidos, carecían de los mínimos recursos financieros. El ejército del Norte habían sido destruido, habían perdido todo su armamento y liquidado su organización.
El ejército auxiliar de la Banda Oriental, había consumido en el prolongado sitio a Montevideo enorme cantidad de recursos monetarios, logísticos y humanos. No había como alimentar, vestir y armar soldados y caballos.
Era en esas condiciones de pobreza extrema del gobierno que a Viana le tocaba actuar, por más que Larrea hiciera milagros para obtener los fondos necesarios para financiar los gastos públicos, que eran fundamentalmente los gastos militares.
De hecho el ridículo juicio de residencia –de responsabilidad, podríamos llamarlo- al que es sometido en mayo de 1815, cuyos causales se desconocen, lo condena si pero a una pena relativa. ¿Deportado a Chascomús? Y en realidad al poco tiempo se la levantan y le permiten –culposos y vergonzantes de la injusta condena en particular y en general de la traición cometida y del cruel maltrato personal- retornar a Montevideo con su familia.
Como se ha dicho: “la lima del tiempo, que todo lo borra” ha desdibujado el rol fundamental que tuvo Viana en la afirmación y defensa de la emancipación rioplatense.
En el Rio de la Plata del lustro 1810-1815 que nos ocupa, es esencial entender que subsistía una parte importante de la población que seguía sosteniendo su apoyo a la monarquía española, que tuvo como uno de sus hombres mas sobresalientes a Martín de Álzaga. Evidentemente no eran mayoría, pero no dejaban de ser un grupo importante.
Pero aún dentro de los independentistas, o sea los partidarios de la emancipación, existían sustanciales diferencias entre dos grupos que –sin desconocer que entre las posiciones personales mas extremas existiria un gradualismo y que cada protagonista en particular podía tener eventuales cambios de opinión – se han clasificado en las dos “facciones” principales: los “saavedristas” y los “morenistas”.
Los primeros tenían ideas de mas moderadas a conservadoras, dominaron el Cabildo de Buenos Aires y el Primer Triunvirato, tenían inspiración cristiana, “Suarista”. Los han acusado –tal vez injustamente- de sostener con mezquindad sus propios intereses económicos comerciales. Hoy podrían calificarse de populistas y gatopardistas. En su mayoría eran monárquicos constitucionalistas, si bien compartían con sus opositores las ideas de establecer el gobierno independiente. Fueron responsables del “sacudimiento volcánico” o revolución del 5 y 6 de Abril de 1811 y del Motín de Fontezuelas en 1815. Ciertamente eran anti Alvear y su grupo.
Por su lado los “morenistas” o “partido de Vieytes” tenían ideas más radicales, racionalistas, laicistas e iluministas. Eran abiertamente anticolonialistas, fueron los creadores de la Sociedad Patriótica y la Logia Lautaro. Adoptaron rápidamente la insignia blanca y celeste, fueron responsables del movimiento del 8 de octubre de 1812, constituyeron el Segundo Triunvirato, la Asamblea del año XIII, tanto el 1ero. como el 2do. Directorio. Eran pre-unitarios y muchos fueron republicanos. Sus opositores los definían como “Jacobinos”, “Fanáticos”, “Extremistas”, decían de ellos que “quebraban los límites de la moderación” y que “Provocaban los excesos mas desenfrenados”. También los llamaban el “Club”. Los admirables logros establecidos por la Asamblea del año XIII caracterizaron su ideología, de un modernismo admirable para la época.
Francisco Xavier de Viana ciertamente formaba parte de este segundo grupo.
Las ambiciones personales, despecho, envidias, celos, falta de inteligencia, cortedad de miras, del primer grupo llevaron al desplazamiento del grupo “Morenista”, con la caída de Alvear el 15 de abril de 1815.
Hdemos intentado una clasificación de los protagonistas de los sucesos posteriores a la Revolución de Mayo según esos dos grupos de afinidad ideológica y política. Sin descartar errores propios de una clasificación aproximada, surge que ambos grupos eran similares en número, con una pequeña posible predominancia del primero de ellos, según nuestro cómputo.
Las despiadados enfrentamientos entre ambas facciones llevaron a que la región del Rio de la Plata desembocara en la anarquía y una postergación del establecimiento de instituciones sólidas y provocaron el surgimiento de grupos políticos, el renacer de los enfrentamientos de los “pueblos” contra Buenos Aires que habían desaparecido desde 1810, se despertaron envidias y rencores, se alentaron revanchas, se despertaron regionalismos extremos que llevaron a consolidar la separación definitiva del Paraguay, el Alto Perú y la provincia Oriental.
Si bien se había coincidido en emanciparse del gobierno español, no existía aún la convicción unánime de la conveniencia de declarar la independencia, que solo se afirmaría llegando a 1816.
Es posible que Posadas, Viana, Alvear, no supieron ni pudieron prevenir ni neutralizar y contrarrestar las reacciones defensivas de algunos hombres mediocres que les eran cercanos, principalmente Rondeau, Álvarez Thomas, Soler, los cabildantes de Buenos Aires, Artigas. También no deben haber podido transmitir suficientemente sus hechos de gobierno y su visión sobre la estrategia a seguir para proteger la revolución y extenderla al Perú. Aparte de gobernar bien hay que comunicar muy bien y esto parece que no ocurrió durante el mandato de los dos primeros Directores Supremos de las Provincias Unidas.
Tal vez demasiado “argentino” para los uruguayos y demasiado “uruguayo” para los argentinos, Viana era en verdad RIOPLATENSE. Tal vez por eso los historiadores argentinos y uruguayos no lo hayan tenido suficientemente en cuenta. En el caso de los uruguayos sin duda debe haber influido mucho las discrepancias de Artigas con quien fue su superior durante varios años.
Su rol fue determinante en el gobierno de las Provincias Unidas del Rio de la Plata entre 1811 y 1815. Muy reconocido sobre todo por sus contemporáneos, lo que le califica y le dá una envergadura superior a la que podría atribuírsele varias décadas después de los acontecimientos en los que participó. Respetado por sus colegas como el militar rioplatense más completo de su tiempo. Sus jefes solo tuvieron para con él comentarios positivos: Malaspina y Bustamante y Guerra, conocidos por su exigencia y detallismo, así como Posadas, civil, culto, universitario. Alvear, durante la campaña final sobre Montevideo, no solo respeta sus órdenes sino que lo confirma como Ministro de Guerra y Marina cuando reemplaza a Posadas como Director supremo. El único cosmopolita de nuestros gobernantes primigenios, que conocía casi todo el mundo. El único que podría calificarse de “iluminista” de nuestros próceres.
En el primer lustro de la Revolución de Mayo entre sus protagonistas había una absoluta predominancia de los pro monárquicos. Al momento de la declaración de la independencia el 9 de julio de 1816 esa era la idea predominante. Muy pocos eran quienes sostenían ideas republicanas, entre los cuales Artigas, quien se iría afirmando en esa convicción paulatinamente al avanzar la década de 1810. Pareciera que la concepción de gobierno monárquico iba asociada casi naturalmente con una organización centralista o unitaria, como contraposición a la federal, alternativa que sólo comenzó a tomar incipiente forma en el período 1815-1820, aunque sin llegar aún a la violenta separación que devendría años mas tarde y solo comenzó a curarse tras Caseros, en la segunda mitad del siglo XIX.
En síntesis, tenemos la convicción que el destacado Brigadier General Don Francisco Xavier de Viana y Alzaibar en sus ideas era pro la emancipación, independentista, pro monárquico, centralista y aspiraba a conservar la unidad de las provincias comprendidas originalmente en el Virreinato del Río de la Plata. En verdad, una concepción del gobierno similar a la de San Martín, de Belgrano, de Bolívar, posiblemente de Alvear.
Por último diremos que Viana fue un notable hombre de estado, de gran influencia en su primer y muy difícil lustro y que en consecuencia su impronta fue fundamental para el devenir de la emancipación rioplatense, que nos llega hasta hoy: en aquel entonces su protagonismo fue de la máxima importancia.
Si como dijo José Manuel Estrada, no hay prédica más eficaz de amor a la patria, que la historia bien estudiada, hemos tratado de profundizar en tal sentido la participación esencial de Viana en nuestra historia en general y en particular la militar y destacar sus méritos, lamentable y misteriosamente olvidados hasta ahora hilando los múltiples documentos existentes que ilustran los acontecimientos esenciales del nacimiento de nuestras naciones.
Por Ezequiel Ogueta
Ex Subsecretario de Estado
PrisioneroEnArgentina.com
Julio 18, 2019
TERCERA ENTREGA DE LA ENTREVISTA AL CORONEL ENRIQUE STEL
TERCERA ENTREGA DE LA ENTREVISTA AL CORONEL ENRIQUE STEL
PERIODISTA LUIS ALLEGRINI
Enrique Stel, VGM (Veterano Guerra de Malvinas) donde como comando del Ejército Argentino tuvo destacada actuación, hoy Preso Político no calla nada sobre los trágicos acontecimientos de la confrontación armada de 1982 con las tropas de Gran Bretaña. Así en forma didáctica, franca y entendible responde y toca temas como: crímenes de guerra o presuntos delitos de lesa humanidad en Malvinas, el rol de Francia en la venta y puesta a punto de los misiles Exocet, el apoyo de Estados Unidos y Chile a Inglaterra, la relación entre Thatcher y Pinochet, los reclamos por el hundimiento del ARA General Belgrano y la posible recuperación de nuestras islas Malvinas. Entrevista de punta a punta sin desperdicio.
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Noviembre 25, 2018
COBARDÍA Y TRAICIÓN
Escribe CARLOS DEL SEÑOR HIDALGO GARZÓN
ASÍ PAGA ARGENTINA A SUS VETERANOS DE GUERRA
ASI PAGA LA PATRIA EL HEROISMO DESPLEGADO POR SUS HIJOS EN PORQUE SÍ. COMBATE CONTRA LOS BRITANICOS EN LAS ISLAS MALVINAS – INCLUSO SACÁNDOLES EL RECONOCIMIENO PECUNIARIO DEL ANSES
VETERANOS DE GUERRA DE MALVINAS QUE ESTÁN ABANDONADOS POR LAS FUERZAS A LA QUE PERTENECIERON, POR SUS CAMARADAS, POR LA FAMILIA QUE SE DICE MALVINAS. ESTÁN PRESOS EN DIFERENTES CÁRCELES ARGENTINA, SE ENCUENTRAN EN VERDADEROS CAMPOS DE EXTERMINIO.Y LOS ESTAN EXTERMINANDO EN LOS ARCHIPIELAGOS GULAG, EN LAS GESTAPOS Y LUBIANKAS – NAZIS Y STALINIANAS
NICOLÁS ALFONZO EDUARDO OFICIAL A.R.A
PALAVEZZATI ANSELMO PEDRO OFICIAL E.A
VERA PABLO RAÚL SUBOFICIAL F.A.A
CASTRO LUCAS MARCELO OFICIAL E.A
DOMINGUEZ MATHEU GUILLERMO ALBERTO AMADO OFICIAL E.A
HIDALGO GARZÓN CARLOS DEL SEÑOR OFICIAL E.A
KISHIMOTO ERNESTO HUGO OFICIAL E.A
PLA CARLOS ESTEBAN OFICIAL E.A
BENITEZ JORGE ALBERTO OFICIAL F.A.A
MENÉNDEZ MARIO BENJAMÍN OFICIAL E.A
FALLECIDO EN CAUTIVERIO
STEL ENRIQUE OFICIAL E.A
VILLEGAS ROBERTO RICARDO OFICIAL E.A
FALLECIDO EN CAUTIVERIO
ROBLES RAFAEL HIGINIO OFICIAL F.A.A
ANDUJAR ALFREDO FRANCISCO OFICIAL E.A
FALLECIDO EN CAUTIVERIO
CARRIZO SALVADOR CARLOS EDUARDO DEL VALLE OFICIAL E.A
ROLÓN JUAN CARLOS OFICIAL A.R.A
ROBELO DANIEL EDUARDO OFICIAL A.RA.
REYES RICARDO GUILLERMO OFICIAL E.A
NANI EMILIO GUILLERMO TE. CNEL
NAVARRO LUIS AMBROSIO OFICIAL A.R.A
MOREIRA APISTEGUI ARISTÓBULO NICANOR OFICIAL A.R.A
LOSITO HORACIO OFICIAL E.A
LÓPEZ JORGE ALBERTO OFICIAL F.A.A
DI PAOLA FRANCISCO ARMANDO OFICIAL A.R.A
CIONCHI RODOLFO OSCAR OFICIAL A.R.A
CAMICHA JUAN CARLOS SUBOFICIAL E.A
BETTOLLI TADEO JOSÉ LUIS OFICIAL E.A
BARREIRO RAFAEL JULIO MANUEL OFICIAL E.A
ASTIZ ALFREDO IGNACIO OFICIAL A.R.A
ANDRÉS RAÚL ESTEBAN OFICIAL E.A
BOTTO GUILLERMO FELIX OFICIAL ARA. FALLECIDO EN CAUTIVERIO
MACEDRA CARLOS TOMAS OFICIAL E.A
MEGIAS MIGUEL NICOLAS OFICIAL E.A
LAS PROPIAS FUERZAS ARMADAS – COMPAÑERO DE PROMOCIÓN Y OFCIALES EN PARTICULAR LOS COBARDES GENERALES –ALMIRANTES Y BRIGADIERES QUE PAUTARON SUS “INOCENCIAS” SOBRE LA BASE DEL ACUERDO ENTRE LOS ESTADOS MAYORES –LAS JETATURAS DE INTELIGECIA – PERSONAL Y ASUNTOS HUMANITARIOS CON EL DR. LUIS DUHALDE. LOS ENTREGARON – PUES EL SER VETERANO DE GUERRA IMPLICABA – “DERROTA” AJENA.
FUERON MÁS HONESTOS LOS BRITÁNICOS QUE LOS ARGENTINOS Y MENOS AUN EL PUEBLO FUTBOLERO.QUE DAN ASCO.
¡¡ QUE DIOS SE LO PAGUE!!
VGM Carlos del Señor Hidalgo Garzón
Carlos del Señor Hidalgo Garzón tiene 72 años de edad, es Mayor (RO) del Ejército Argentino. Sirvió en la Infantería, fue Comando, Paracaidista, y Oficial de Inteligencia Estratégica. Es veterano de la Guerra de Malvinas, donde fue herido en combate, por lo que lo pasaron a retiro obligatorio, por Inútil de todo Servicio. Es Doctor en ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, criminólogo, Catedrático Universitario y fue Subsecretario de Culto de la Cancillería Argentina . Ha sido condecorado con la Medalla al Valor en Combate, Medalla La Nación Argentina al Herido en Combate, Distinción de Campaña Malvinas y Distinción Universitaria.
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Junio 27, 2018
DÍA DE LA AFIRMACIÓN DE LOS DERECHOS ARGENTINOS SOBRE LAS MALVINAS, ISLAS Y SECTOR ANTÁRTICO
En 1829 se profujo la Designación del Primer Gobernador argentino en las Islas Malvinas. En ese año, el Gobierno de Buenos Aires designó Gobernador del Archipiélago a Luis Elías Vernet (Hamburgo, 1791-San Isidro, 1871), quien estaba trabajando en la colonización del Puerto Soledad.
Esto fue interrumpido cuando el 3 de enero de 1833 fuerzas británicas ocuparon las Islas Malvinas, deportando a la población y autoridades políticas argentinas allí establecidas, y reemplazándolas por otras de origen británico.
El pueblo y Gobierno argentinos nunca consintieron este acto de fuerza y ratifican hoy el mandato histórico, reflejado en la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, de su permanente e irrenunciable determinación de recuperar por la vía pacífica de las negociaciones diplomáticas el ejercicio pleno de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
El reclamo argentino ha sido tradicionalmente respaldado por los países de nuestra región y por relevantes organismos internacionales, incluyendo la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos.
Fuente: Jorge Arias
Fuente: Malvinas, una historia
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Junio 10, 2018
Buen día, Sr. Juez
Por Mauricio Ortín
El titular de la Fiscalía Federal de Río Grande Marcelo Alejandro Rapoport requirió la detención y las declaraciones indagatorias de 26 militares en la causa donde se investigan los supuestos crímenes “contra la humanidad” que se habrían cometido en contra de conscriptos argentinos durante la Guerra de Malvinas. En todos los países civilizados del mundo existe un código de justicia militar que rige exclusivamente para los miembros de las Fuerza Armadas, dada la situación especial en que se desarrolla esta profesión. La Argentina es una de las pocas excepciones a esta regla gracias a que en el año 2008 el Senado de la Nación sancionó, por unanimidad de los 60 senadores presentes, la ley que derogó dicho código. Especialmente en la guerra, pero también en la paz, la institución militar se rige por una disciplina de hierro cuya base es la obediencia al superior en ausencia de la cual un ejército deja de ser tal, es decir, totalmente inutilizado para su fin específico.
Dado que en los últimos 15 años los tres poderes de la república han hecho todo lo que estuvo a su alcance para destruir, material y moralmente a las FF.AA., a nadie sorprende el pedido del fiscal Rapoport para la detención de oficiales y suboficiales que pelearon en Malvinas,. El hecho de que durante la Guerra de Malvinas rigiera el Código de Justicia Militar para los que estaban en el frente es anecdótico porque, como se ha visto hasta el hartazgo en los juicios de lesa humanidad, cuando las leyes lesionan al reo se pueden aplicar de manera retroactiva. En este caso el Código Penal y no el Código Militar (derogado en 2008 pero vigente en esa época de la Guerra de Malvinas) se convierte en el nuevo marco legal que tamizará las posibles conductas delictuales de hace 36 años. Pero no sólo las que el fiscal imputa a los soldados aludidos sino otras todavía mucho más graves y hartamente probadas como el asesinato de soldados ingleses, el ataque confeso y premeditado con misil Exocet al HMS Sheffield (que provocó su hundimiento) o el derribo de aviones Sea Harrier.
El Código Penal argentino no hace distinciones de nacionalidad cuando se trata de asesinatos. Y en virtud de la aplicación retroactiva de uno y la anulación de los efectos del otro (el militar) lo lógico sería marchar en busca de todos los “delitos” que se cometieron a los conscriptos de todas las clases desde que existe el Ejército Argentino. El fiscal Rapoport bien podría avanzar, usando la figura de “privación ilegítima de la libertad” contra los oficiales y suboficiales que, por ejemplo, privaban de franco a soldados castigados; y éste último, además, en concurso con el de “aplicación de tormentos”; porque “el salto de rana y el cuerpo a tierra y carrera mar” encaja perfectamente en esa figura penal. Dice Rapoport: “Una de las pruebas importantes son las actas que les hacían firmar [a los conscriptos], una vez que regresaron al continente, donde indicaban que no habían sufrido ningún tipo de perjuicio en su contra”. En las actuales circunstancias, dicha “prueba” alcanza y sobra para que cualquier tribunal federal condene a prisión perpetua.
El dato de la realidad de que ningún diputado, gobernador, cura o periodista haya siquiera murmurado la menor crítica al fiscal Rapoport y al Ministerio Público Fiscal, en la persona de Jorge Auat, por tamaña violación de los derechos humanos de los 26 acusados demuestra el grado de decadencia y/o cobardía de la sociedad argentina. No hace mucho, cuando la desaparición del submarino ARA San Juan, la vicepresidenta Graciela Michetti declaró sobre la necesidad de diseñar una “política para las FF.AA.” Es decir, ¡nunca la tuvieron! Peor aún, siguen la inercia kirchnerista, que sí tenía una: la destrucción de las FF.AA.
Si este fuera un país medianamente decente y no la comparsa en la que se ha convertido, los diputados, senadores, gobernadores, ministros, magistrados y punteros políticos estarían haciendo cola exigiéndole la renuncia a los impresentables de Rapoport y Auat.
Pero, no hay que perder las esperanzas en la justicia federal. Debe haber en la Argentina actual, yo no la conozco, pero estoy casi seguro que debe haber una persona a la cual, sin profanar el idioma, resulte posible decirle: Buen día, Sr. Juez…
Mauricio Ortín
Centro de Estudios Salta
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Mayo 19, 2018
Malvinas – “…No se puede olvidar…
Por JORGE BERNABE LOBO ARAGON.
En abril de 1982 recuperamos las Malvinas con una operación en la que las únicas ilustres víctimas fueron soldados argentinos, tal fue el afán con el que se procuró no producirles daño a los usurpadores. Después de ciento ochenta y cinco años de despojo; de varios pronunciamientos de las Naciones unidas en contra de la ocupación colonial, y en medio de circunstancias que hacían imperioso no demorar la recuperación, las fuerzas armadas se instalaron allá. De inmediato se establecieron negociaciones buscando un acuerdo satisfactorio sin apelar a la fuerza. Se habló de un gobierno tripartito, argentino e inglés con los norteamericanos como veedores. De una administración mitad argentina y mitad anglokélper. La argentina rechaza estas posibilidades con el lógico argumento de que la soberanía no se negocia, pero manteniendo el dialogo abierto a la búsqueda de la solución pacífica. El Secretario de Estado norteamericano, Haig, viene, viaja a Londres, vuelve, y la solución aceptable no aparece. El 23 de Abril el ministro ingles, Pym, dice que aunque nada pueda anunciarse se registran progresos hacía una salida encaminada a evitar la guerra. El 24 nuestro ministro, Nicanor Costa Méndez, viaja a los Estados Unidos para participar en una reunión de la Organización de los Estados Americanos. El domingo 25 de abril los ingleses atacan nuestro submarino estacionado en la superficie en las Georgia, y cañonean a la escasa guarnición. Es la guerra. Avanza la flota británica y a través de la diplomacia suiza nos hace saber que cualquier buque o avión que se le aproxime “recibirá la respuesta adecuada”. Responde la junta declarando que defenderá de la manera que lo considere más conveniente los supremos intereses de la nación. Se disipa el optimismo de mantener la paz. Y el lunes 26 de Abril de 1982 se reúnen en Nueva York los cancilleres de las veintiuna naciones americanas. Costa Méndez explica la situación y pide una respuesta “Clara e inmediata”: la flota británica tiene su lugar en otra parte del mundo y el colonialismo en ninguno. El Tratado interamericano de Asistencia reciproca establece que toda América apoyará a un país americano atacado por una potencia extra continental. La Gran Bretaña nos ataca y la Comunidad Europea ha dispuesto un aislamiento económico en contra de nosotros. “Traíamos propuestas de paz. Antes de comenzar nos han contestado con la guerra”. Los cancilleres aplauden de pie su exposición. Bastarían catorce votos contra siete para decidir la ayuda americana, pero superamos la cantidad: hay diecisiete votos por el reconocimiento de nuestra soberanía en las Malvinas y la cesación del ataque inglés, y solo cuatro abstenciones. Chile, Colombia, los Estados Unidos y Trinidad. Nicaragua ofrece su apoyo a cualquier medida que tomemos en nuestra defensa. El Ecuador especialmente reconoce nuestro derecho a la heredad territorial. El Perú propone mediar haciendo intervenir a las naciones unidad. El Brasil se brinda para burlar el bloqueo europeo. Los panameños hacen fiestas populares apoyándonos.-Pero no todos acatan los tratados internacionales. Los Estados Unidos anuncian que en caso de llegarse a la guerra participarán en contra de nosotros. El panamericanismo queda reducido a una ilusión.
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PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LA GUERRA DEL ATLÁNTICO SUR” de Sebastián Miranda
PRESENTACIÓN DE
“LA GUERRA DEL ATLÁNTICO SUR”.
De SEBASTIÁN MIRANDA
HOY A LAS 19, SALTA 1892, ROSARIO.
JUNTO AL ENTONCES TENIENTE 1 “CHULY RODRÍGUEZ” DEL RI 3 Y EL CAPITÁN CERRUTI.
¿Querés conocer la fundamentación de los derechos argentinos?
¿Querés conocer la relación entre el gobierno inglés, el CELS, Amnesty y el Movimento Mapuche?
Las políticas para desmalvinizar, las estrategias para recuperar las islas,
90 testimonios británicos sobre el coraje de los argentinos.
Entrada libre y gratuita.
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Agosto 10, 2017
Pequeña historia de héroes y cobardes
Malvinas, sus historias y una herida aún sangrante que continúa manchándose por el accionar de los corruptos.
Escribe Sebastián Miranda.
ERNESTO ALONSO. Soldado del RI 7. Durante los combates en Monte Longdon en lugar de luchar junto a su jefe el Subteniente Baldini, que falleció heroicamente batiéndose contra los ingleses, huyó cobardemente. Hoy, junto a Edgardo Joaquín Esteban, autor de “Iluminados por el Fuego”, otro cobarde que dejó su puesto y esto produjo la muerte del soldado Vallejos que debió reemplazarlo, presiden el CECIM. Esta organización es hoy una de las principales usinas desmalviniozadoras. Hoy son los que llaman NN a los caídos, profanan sus cuerpos de la mano de los británicos y las organizaciones mal llamadas de Derechos Humanos encabezadas por el pro terrorista A Pérez Esquivel.
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Julio 18, 2017
LA DETENCIÓN DEL TTE CNL EMILIO NANI Y LA DESMALVINIZACIÓN.
El profesor e historiador Sebastián Miranda y los vencedores y vencidos de la Argentina Salvaje.
– La arbitraria detención del Teniente Coronel Emilio Nani abre un nuevo capítulo en el largo proceso de desmalvinización que empezó con el ocultamiento de los veteranos el volver del conflicto del Atlántico Sur.
– Aprovechando la derrota militar, las organizaciones de izquierda, vencidas en el campo de batalla, reiniciaron la ofensiva desde el campo cultural y judicial. Muchas de estas “orgas” estuvieron y están financiadas por los británicos, siendo los casos del CELS y Amnesty los más emblemáticos.
– La detención de un héroe de ambas guerras, como ya ha pasado con muchos otros como el caso de H. Losito y Stel, muestra que el enemigo sigue activo, usando como ariete a jueces corruptos y perjuros.
– No nos equivoquemos, la detención de héroes como Nani y Losito, por solo nombrar algunos casos, forman parte de la ofensiva de las organizaciones de izquierda financiadas desde el exterior para agregar un nuevo eslabón más en el proceso de destrucción de los valores que hacen grande a nuestra Patria y en la desmalvinización.
– Depende de nosotros la respuesta, las dos grandes guerras que libró la Argentina en el siglo XX no se han terminado y el ataque sigue pero por otros medios. Es en el campo de batalla cultural donde se libran estas guerras hoy en día. Cada nota en el diario, cada mensaje en las redes, cada comentario en las notas de las ediciones electrónicas – especialmente -, cada reclamo a un funcionario; cada pedido de entrevista y respuestas a un político; cada nota; cada libro; cada solicitad; cada reclamo es una batalla que tenemos que librar. Los que dieron la vida, los que la arriesgaron por nosotros y la Patria lo merecen.
Sebastián Miranda es profesor y licenciado en historia. Se desempeña como asesor de historia e integrante de la unidad de análisis de la revista Defensa y Seguridad Mercosur. Es autor -entre otras tantas publicaciones- de Cronología del Terror en Argentina, La Guerra contra el Terrorismo en Argentina y Los Secretos de La Tablada.
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Mayo 7, 2017
Los Héroes de Guerra
Escribe Jorge B. Lobo Aragón.
Al concepto general de que los ciudadanos son iguales, bien vale la pena modificarlo separando dos clases: el ciudadano común y los héroes de guerra, los que han jugado su vida por la patria y se merecen todos los honores, todos los privilegios, todas las atenciones, todas las desigualdades a su favor. Que la comunidad ofrende su respeto a los que han perdido la vida por defenderla y a los que no ha sido voluntad de Dios llevarlos, pero igualmente la expusieron ante el enemigo, es una obligación nacida de la más elemental decencia.
Opinión
Estamos a horas de conmemorar el día del Veterano y de los caídos en la guerra de Malvinas. El 2 de abril de 1982, la dictadura cívico-militar inició el desembarco de tropas en las islas Malvinas, usurpadas por Inglaterra desde 1833. Leyendo un excelente libro “La pasión Según Malvinas” – del entonces corresponsal de guerra Nicolás Kasanzew, me vino a la memoria cuando paraguayos y bolivianos se trenzaron en una guerra, dejando atrás un período de cinco años de ataques crónicos en la frontera. Debieron luchar por intereses extranjeros que se disputaban la explotación del petróleo en ricos yacimientos del Chaco. Una guerra evidentemente injusta. Pero una guerra, una vez declarada es, se lo quiera o no, una guerra de la nación. Es la nación la que -quizás- se beneficie con el triunfo, y es la nación la que -con toda seguridad- ha de perjudicarse con la derrota. Lucharon bolivianos y paraguayos con bravura, con abnegación, haciendo gala de amor a sus patrias. Y cuando reinó la paz cada nación rindió homenaje a sus héroes, a sus queridos muertos, a los venerables veteranos. Al concepto general de que los ciudadanos son iguales, bien vale la pena modificarlo separando dos clases: el ciudadano común y los héroes de guerra, los que han jugado su vida por la patria y se merecen todos los honores, todos los privilegios, todas las atenciones, todas las desigualdades a su favor. En el Paraguay los héroes sobrevivientes aún hoy son tratados con reverencia. Que la comunidad ofrende su respeto a los que han perdido la vida por defenderla y a los que no ha sido voluntad de Dios llevarlos, pero igualmente la expusieron ante el enemigo, es una obligación nacida de la más elemental decencia. Seríamos unos canallas despreciables regateando ese homenaje. Pero, además, honrar a los que nos defendieron es la mínima política de conservación, de defensa. Ver que a los que han expuesto su vida por la patria se los aplaude los 2 de abril y que los demás días tienen que andar buscando un trabajito. Cuando debiera ser la sociedad la que espontáneamente se ofrezca a que se les conceda algún beneficio de los que los burócratas usufructúan como merecidas conquistas sociales. ¿No es acaso una vergüenza que está proclamando que somos una sociedad que no se merece el esfuerzo de sus hijos? La Argentina -gracias a Dios- tiene héroes que le han ofrendado la vida. Unos la perdieron. El primero el teniente Pedro Giachino, muerto sin siquiera defenderse, en cumplimiento del plan impuesto de no hacer daño al enemigo. Post mortem fue ascendido a capitán de fragata y -el 4 de abril de 1982- sepultado en el cementerio de Punta Alta. Se cumplía con la obligación de honrar a los héroes, y también se rindió honores a los restos mortales del soldado Mario Almonacid. Muchos héroes de tierra mar y aire murieron, y son igualmente respetables los que pusieron su pecho al peligro y no murieron. Quizás un emblema de todos ellos, de los vivos y de los muertos, sea el abnegado teniente Giachino. Podría su nombre ser bandera de lo que significó ponerlo al Estado al servicio de un interés permanente de la nación. Que se haya llegado a la derrota significa que a la nación hay que defenderla mejor, no que no deba defendérsela. Aquel gobierno militar inmediatamente después -lo mismo que los gobiernos civiles que lo sucedieron- se impuso la tarea de “desmalvinizar”, y para desmalvinizar se considera a los respetables veteranos como a simples “chicos” a los que es preciso tirarles alguna propina. Y no es así. Ellos, como Guachineo, se merecen el homenaje permanente de la patria! Feliz Día Veteranos.
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Abril 1, 2017
Veteranos y familiares de caídos en Malvinas y el “escrache” a Adolfo Pérez Esquivel
Adolfo Pérez Esquivel, y otros miembros de la Comisión Provincial por la Memoria fueron escrachados en Aeroparque por ex combatientes y familiares de caídos en Malvinas cuando regresaban de las islas.
Los acusaron de querer “politizar” la cuestión Malvinas y convertir a quienes cayeron peleando contra las fuerzas armadas británicas en “víctimas” de la última dictadura militar. “No son NN, son héroes de la patria”, gritaban los veteranos.
El referente de Derechos Humanos y la cofundadora de las Madres de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas, viajaron a las islas junto a una delegación de la Comisión Provincial de la Memoria para pedir que se identifiquen los 123 NN que están enterrados en el Cementerio de Darwin.
El primero en salir de la zona restringida del aeropuerto donde se retira el equipaje fue Pérez Esquivel. Este se encontró con un contingente de aproximadamente 150 personas que lo repudiaron a los gritos.
Ante esta situación, el ganador del premio Nobel regresó a la zona restringida. Sin embargo, la Policía de Seguridad Aeroportuaria no pudo contener a los manifestantes que terminaron ingresando para hacer escuchar su reclamo.
El más repudiado fue el ex combatiente y referente del CECIM de La Plata, Ernesto Alonso, a quien increparon hasta llegar a su auto. A los gritos lo acusaron de ser un “traidor” y “vende patria”.
En medio del caos, Pérez Esquivel se comprometió a recibir a María Fernanda Araujo, presidente de la Comisión de Familiares de Caídos. También recibió una carta en la que le explican su posición.
“Los soldados que yacen en Malvinas en tumbas sin localizar, NO SON NN, son soldados de la Patria que dieron sus vidas por todos nosotros. Todos conocemos sus nombres, quiénes fueron, a dónde fueron, con quién estuvieron, contra quién pelearon y lo que tenemos bien claro es quiénes los mataron: las tropas imperiales de Gran Bretaña y sus aliados de la OTAN”, dice una parte del texto.
La carta entregada a Pérez Esquivel
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Marzo 19, 2017
PoliVerso Forzado: Ministra CAROLINA STANLEY
Escribe Luis Bardín.
MINISTRA CAROLINA STANLEY
A la ministro falló
fiero, fiero el subconsciente:
se olvidó de Las Malvinas
en un mapita reciente.
Nuestros ¿hermanos? Chilotes
estarán de parabienes,
y no te quiero contar
lo que sienten los ingleses.
Así como echó a Prat Gay
debe echar a esta inconsciente
que con slogans que dicen:
“Construyamos un país
y que sea con inclusión”
¿se equivocó? Doña Stanley
ni al sector frío incluyó
que también nos pertenece.
Espero que por lo menos
junto a kakas infiltrados
en Desarrollo Social
y que al ¿error? han forzado
renuncias indeclinables
hayan todos presentado.
Como siempre están actuando
cual si fueran escorpiones
y muy clandestinamente.
De patitas a la calle.
Debe actuar el presidente
antes que un nuevo mapita
denomine Puerto Stanley
borrando Puerto Argentino
como hacieron los ingleses.
Luis Bardín.
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Enero 2, 2017
Los Héroes de Malvinas
Por Francisco Bénard.
Hay toda una historia personal detrás de la Guerra de Malvinas. En primer lugar yo quise ser voluntario y me ofrecí para ir a la Guerra en el año 1982. Mi experiencia militar no era mucha pero después de todo tampoco era mucha la experiencia de esos bravos soldados que estuvieron en las Islas Malvinas.
Perdimos una batalla pero no la Guerra. Los argentinos seguimos creyendo que las Islas Malvinas son nuestras y que no hay otro dueño sobre ellas que no seamos los argentinos.Siempre un nuevo aniversario de las Malvinas es una renovación de nuestras creencias y sentimientos que son realmente nuestras.
Nadie o muy pocos se pueden imaginar lo que es estar en un Guerra y en una guerra contra un enemigo duro , díficil y poderoso y con amigos poderosos como lo era Gran Bretaña. Creo que sencillamente son muy pocos los que incluso pueden llegar a tener la percepción de lo que es haber estado en “una cueva” con mucho frío y sin comida, con armas que no eran sofisticadas y frente a un rival que contaba con la tecnología de punta avanzada.¿Que le faltaba tener a los británicos? Sencillamente nada.
[/one_half] [one_half_last padding=”0 0 0 30px”]Ver algunas imágenes sobre todo del final de la Guerra con los hombres en fila ya vencidos y sin armas fue muy triste. Es un recuerdo que se mantiene vivo en mi memoria y no dudo en la memoria de todos estos héroes.
Quizás haya sido el momento más díficil e inolvidable de nuestros hombres en Malvinas. Pese a que la Guerra de Malvinas aconteció hace tanto tiempo esos hechos se mantienen vivos en mi memoria, se mantienen vivos en la memoria de todos los ex-combatientes y de todos los argentinos, como si fuera un hecho presente. Ello es así porque decimos y seguiremos diciendo que Las Malvinas FUERON, SON Y SERÁN ARGENTINAS.
Dr. Francisco Bénard
Abogado,Escritor y Poeta
[/one_half_last]PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 23, 2016
Malvinas: ¿Con quién hay que negociar?
Por Fabian Kussman.
La secretaria paralela de Defensa de la oposición (Partido Laboral) del Reino Unido no prometió que la protección de las Islas Malvinas aparecería en su revisión de las estrategias a seguir, en marzo de este año.
Emily Thornberry fue acusada de “equivocarse” al negarse repetidamente a prometer que la actual política de autodeterminación del partido estaría respaldada en su revisión de defensa.
Con sus declaraciones, la señora Thornberry insinuó una fractura en el partido, diciendo que ella había confrontado Jeremy Corbyn sobre su opinión sobre las Malvinas en privado y pero se negó a decir si el líder de su movimiento estaba o no de acuerdo con ella.
Hace apenas unos meses, el señor Corbyn -titular del Partido Laborista desde setiembre del 2015- pidió la apertura del “diálogo” con Argentina sobre las Malvinas, en medio de informes que apoyaba la idea de un acuerdo de reparto de poder al estilo de Irlanda del Norte.
Los comentarios en ese momento provocaron un día de furia en la interna del Partido Laborista mientras los ministros del gabinete paralelo se enfrentaban a Corbyn durante una reunión semanal a puerta cerrada.
Esa semana, una comisión de la ONU respaldó a Argentina expandiendo su territorio marítimo en el Océano Atlántico Sur en un 35 por ciento para incluir las disputadas Islas Malvinas.
La señora Thornberry dejó en claro repetidamente que la actual política del Partido Laborista es que las Malvinas seguirán siendo británicas mientras los residentes lo deseen.
En septiembre de 2015, Thornberry fue nombrada Ministra paralela de Trabajo por Corbyn. Fue ascendida a la Secretaría Paralela de Defensa en enero de 2016. Al ser nombrada, Thornberry fue entrevistada por el Servicio de Radiodifusión de las Fuerzas Británicas y allí dijo: “En realidad tengo mucha más experiencia de lo que la gente cree, tengo un familiar que es miembro de las fuerzas armadas: Mi cuñado es un General. Para más datos, me nombraron teniente coronel honorario cuando trabajaba en la corte marcial como abogada y por lo tanto recogí cierta experiencia de los militares allí “. Luego, durante una discusión en los cuarteles del Partido Laborista sobre seguridad nuclear, Thornberry admitió que no sabía lo que en defensa nuclear es DEFCON o sus diferentes categorías de riesgo.
En una entrevista televisiva de septiembre de 2016, mientras se desempeñaba como Ministra paralela de Relaciones Exteriores, se le pidió a Thornberry que nombrara al canciller de Francia. Thornberry confirmó que no conocía el nombre del funcionario y acusó al entrevistador de sexismo, en una evidente manipulación para tratar de salir airosa de su ignorancia.
En agosto de este año, Theresa May utilizó su primer contacto con Argentina para suavizar la discusión sobre las Islas Malvinas y dijo que quiere forjar una nueva relación de “respeto mutuo”.
En un cambio significativo en las relaciones la Primer Ministro ha escrito al Presidente de Argentina diciendo que es su “sincera esperanza” de que las dos naciones puedan construir una relación más constructiva.
Dijo que quiere “hacer progresos” para poner fin a las restricciones a la exploración de petróleo para impulsar la economía local y permitir más vuelos hacia y desde la isla. Gran Bretaña cree que puede construir una relación más “fructífera” con Mauricio Macri, el presidente argentino que entró en funciones en diciembre del año pasado.
Esta situación contrasta con la administración de David Cameron que fue marcada por una serie de enfrentamientos amargos con Cristina Fernández de Kirchner, la ex presidente de Argentina. En su oportunidad, Cameron había acusado a la mandataria argentina de amenazar a los kelpers, con la medida de cortar el puente aéreo, los contratos de pesca y pisotear el derecho de libre determinación ya que según los miembros de la Asamblea Legislativa de las islas “No hay ninguna persona que quiera ser argentina entre los habitantes de la Malvinas”.
Roger Edwards, un representante de los habitantes del archipiélago, destacó que gracias a la Carta Orgánica de la ONU que defiende el derecho a la autodeterminación de los pueblos”, los isleños “decidimos mantener nuestros vínculos con el Reino Unido”.
De acuerdo con la asamblea, las islas son autosuficientes excepto en el área de Defensa, departamento que no necesitaban de no haber sido por las extorsiones del gobierno kirchnerista.
En una carta dirigida al presidente Macri, la señora May auguró que esperaba sinceramente que, cuando existan diferencias, puedan reconocerse en un ambiente de respeto mutuo y con la intención de actuar de una manera que beneficie a todos los interesados, lo que incluye avanzar hacia nuevas conexiones aéreas entre las Islas Malvinas y terceros países de la región y la eliminación de medidas restrictivas sobre los hidrocarburos. Argentina ha prohibido la mayoría de los vuelos a las Malvinas a través de su espacio aéreo, lo que significa que los aviones tienen que ir a través de Chile y los servicios están severamente restringidos.
Unos meses atrás, la canciller argentina Susana Malcorra y el vicecanciller británico Alan Duncan firmaron una declaración conjunta en la que -según Malcorra- se incluye el tema del reconocimiento de los soldados enterrados como NN en las islas, y otros puntos de perfil beneficioso los cuales habría que estudiar y pulir como inversiones, asuntos culturales, investigación, el área de seguridad y también esto involucra la cuestión de Malvinas. La cuestión de Malvinas -evidentemente- no es la reanudación de los vuelos del continente a las islas Malvinas y la explotación conjunta de pesca e hidrocarburos en la zona marítima del conflicto, si acordado en el documento. Lo que es un hecho es que nunca se tocó el tema de la soberanía.
Los ex combatientes argentinos en las Islas Malvinas -los valientes olvidados, los que dejaron hermanos, sudor y sangre en las islas, los que se trajeron el dolor y el trauma, los que, de a poco hemos convertido en simples siluetas- opinan que el Gobierno incurre en el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público, al alejarse del mandato constitucional de ratificar la soberanía sobre las Malvinas. Los kelpers han abierto los brazos sonrientes a este documento de cooperación. La oposición argentina -Frente para la Victoria- acusa a Malcorra de ambición personal por obtener un cargo y que no se puede justificar el renunciamiento a la defensa de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas por un voto en las Naciones Unidas.
Mientras tanto, existe una división entre los británicos sobre si las islas deberían ser argentinas o de la corona. Los argumentos son variados, como la opinión del escritor Martin Amis quien señaló que, pese a que la guerra fue solo importante para los militares argentinos para ocultar sus estragos económicos y para la Dama de Hierro para escalar en popularidad, las islas pertenecen a Argentina.
Las Islas Malvinas se encuentran a 184 millas de distancia de la parte continental argentina, menuda diferencia con las 7.925 millas de distancia del Reino Unido. También no están en la misma plataforma continental que el Reino Unido a pesar de tener otras islas a su alrededor. Más aún son parte de la misma zona que tiene flora y fauna de Argentina. Dado estos factores geográficos, ¿no es correcto que las Malvinas estén bajo el dominio argentino que las británicas?
En primer lugar, el mayor argumento que el Reino Unido continúa empujando en la cuestión de Malvinas es el hecho de que menos de 4000 personas viven en las islas, todas las cuales hablan inglés. Para el Reino Unido -a través de su historia- poner una bandera en un territorio y reclamarlo, significa que sus habitantes son británicos. El Reino Unido no se preocupa por quién fue primero o quién tiene derecho a la tierra.
¿O no? El argumento geográfico funcionaría si las islas Malvinas no hubieran tenido habitantes. Hay una población pequeña pero significativa de 3140 personas que desean permanecer con el Reino Unido y debe ser respetado. Ellos no hablan español y esto resultaría problemático.
En cuanto al Reino Unido colonialista, ¿cómo es lo que Argentina quiere hacer diferente? Los kelpers quieren quedarse con el Reino Unido, ¿cómo se los obliga a unirse a la Argentina contra su voluntad anticolonialista? Si se obliga a alguien a unirse a un país contra su voluntad, sofoca su derecho a la autodeterminación y forzar a las Malvinas a unirse a Argentina contra su voluntad sería exactamente lo contrario de lo que representa la ONU (autodeterminación de los pueblos).
Margaret Thatcher llevó al Reino Unido a la guerra por una sola razón. Para defender a los habitantes del Reino Unido en las Malvinas. ¿Por qué Argentina estaba decidida a dar una pelea obstinada? Porque las Malvinas son argentinas. El territorio malvinense en poder de la reina es una muestra de los antiguos trucos piratas manteniendo una colonia lejos de su país.
1982 no fue un accidente, la Argentina ha querido las islas de vuelta por un tiempo muy largo. Los británicos “contrabandean” petróleo y ese accionar tampoco es del gusto de los argentinos.
Siempre hubo colonias inglesas por el mundo. Que hubiera habitantes del Reino Unido en África durante siglos, no significaba que no era correcto para África lograr la independencia. Gibraltar es otro ejemplo perfecto. Una roca que comparte su oleaje con África no es un accidente, sino una muestra más de colonialismo.
Los kelpers deben darse cuenta de que no viven en las islas británicas, sino en una pequeña isla frente a la costa de Sudamérica. No hay nada británico en eso. Ellos podrían optar por estar bajo el dominio británico, pero el argumento de Argentina es que, si esas personas quieren vivir allí, están bajo el gobierno argentino porque la tierra es argentina.
Pero… Mientras que las acciones de los británicos en la toma inicial de las islas y del Peñón de Gibraltar en el pasado puede haber sido un acto de colonialismo, el hecho es que en la actualidad las Malvinas son un territorio autónomo que libremente eligen permanecer asociado con el Reino Unido y debe ser permitido que el pueblo, a través de su legislatura, elija democráticamente su propio futuro.
Los errores del colonialismo son precisamente lo que no debe repetirse. Los isleños actuales han estado allí por generaciones y son parte de esas islas, no las islas británicas.
Si eligen ser británicos, independientes o parte de otro país, depende de ellos. Son las únicas personas realmente afectadas por cualquier decisión hoy en día. Ignorar esto es tan malo como el imperialismo británico que es tan criticado o como la tendencia argentina de usar a las Malvinas como conquista de un partido político. Es un gran problema para los pobladores isleños. Los originales de Argentina ya estaban aquí. No eran el invasor europeo. Es decir, ¿la Argentina nos pertenece a los Hernández, a los Moretti, a los Pérez o a los tehuelches, a los tobas, a los wichis…?
En tanto, no hay explicaciones sobre la declaración conjunta entre las cancillerías de ambos países, ni sobre si se trata de un primer paso táctico. Ante ello, se vive frente a un partido laborista confuso y dividido, una ministra como Theresa May que puede estar usando elementos de delación y unos isleños totalmente decididos. ¿Es redundante decir que Argentina sigue sin ideas y sin rumbo?
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Noviembre 17, 2016