La “juventud maravillosa” devenida hoy en “adultos mayores que no renuncian al poder”, no solo fueron capaces de asesinar, realizar secuestros extorsivos, robar bancos y armas a vigilantes solitarios, sino mostraron una poderosa facultad para dar vuelta las palabras.
Hay que reconocer que fueron buenos alumnos de sus maestros marxistas. Ya Marx demostró estas habilidades cuando le dio vuelta a la famosa triada de Hegel, terminando con la original conclusión que en realidad Hegel podía entender la dialéctica, cuando “patas para arriba” y apoyado sobre su cabeza como si fueran sus pies, quería aplicarla.
Incluso cuando Proudhon se permitió criticar a Marx, escribiendo “la filosofía de la miseria”, atentamente Marx escribió otro libro de respuesta titulado “La miseria de la filosofía”.
Pero sus sucesores no quedaron atrás de esta costumbre. Mao Tse Tung, mejoró la definición de von Clausewitz, cuando dijo que “la guerra es la prosecución de la paz por otros medios” y ocurrente mente la contrapuso a su definición “la paz es la prosecución de la guerra por otros medios” Y era muy acertada, porque para el líder chino, siempre se estaba en guerra.
No quedan a la zaga los sucesores europeos, pero dado que esto es una nota salto a “nuestros héroes, famélicos de poder”
Cuando su gesta, lanzaron a la palestra que eran guerrilleros. Y nuestros y aliados, así lo aceptaron. Claro olvidaban que en las convenciones de Ginebra los calificaba de “partisanos”. Y esto no era baladí. Porque estas normas internacionales sostenían que a los partisanos se los ultimaba en el lugar donde se encontraban. Ud. observará que con estos “enemigos” las palabras pesaban. Para peor en nuestro campo algunos prefirieron llamarlos “oponentes” en lugar de “enemigos”.
Y esto les permitió cambiar palabras y significados. A los asesinatos los llamaron “ajusticiamientos”, a los “robos”, “recuperaciones”, a los secuestros “justicia popular”, a los secuestros extorsivos, “expropiaciones”. Y llegaron tan bien que lograron incorporarlos al lenguaje de especialistas, que difundian con esa palabra los graves delitos que cometían para alcanzar sus objetivos terroristas.
Pero saltemos a la “post guerra”. Se volvieron locos, cuando escucharon incluso de su bando que desarrollaban una teoría de los “dos demonios”. Esto era inaceptable. El único demonio es el que luchó y obligó a morder el polvo de su derrota militar. Claro yo diría que sería la primera guerra donde solo hay un demonio o a lo más dos o un poco más. La guerra es en sí misma demoníaca. Es como si la lucha quedara en manos de innumerables demonios.
Pero en su astucia, percibieron que su epopeya cruenta no daría buenos dividendos, si materializaban su venganza con sus procedimientos terroristas. Entonces se buscó aniquilar gubernamentalmente a las FFAA y a las FFSS. por un lado y por el otro presentarse como los jóvenes heroicos que con altruismo jugaron su vida contra la dictadura (que yo llamo tiranía). Claro omitían que ellos venían asesinando desde 1970, y el gobierno militar ocupó el poder en 1976. Total ¡que son 6 años de crímenes impunes, sobre 12 que técnicamente duró la guerra!
Y ya en 1983, comenzaron a publicitar la palabra genocidio. No funcionaba bien. Hasta que el kichnerismo descubrió la palabra “lesa humanidad”.
Hoy convencieron, que los delitos de “lesa humanidad” definidos claramente en el “estatuto de Roma”, son de goma. Su razonamiento era que si ellos eran la juventud maravillosa que se jugó la vida desde 1976, todos los que lucharon contra ella, del modo que fuera, cometieron delitos de lesa humanidad. No tenían en cuenta los crímenes cometidos por ellos entre 1970 y 1976, que fueron desde magnicidios, a asesinatos a humildes vigilantes para robarle el arma a costa de la vida de éstos. Y tratando de hacer olvidar que la fuga de Rawson fue un hecho sin precedentes, en la historia del terrorismo, así como el ataque a cuarteles militares, o las bombas a organismos de seguridad como fue el caso de Seguridad Federal, del Ministerio de Defensa y la jefatura de Policía de la provincia de Buenos Aires.
Dado que mi intención es no hacer un extenso documento, daré algunos enunciados que permitan interpretar lo que afirmo. El estatuto de Roma en su artículo 7, establece, que son crimen de lesa humanidad, el asesinato, el exterminio, la esclavitud, la deportación o traslado forzoso de población, encarcelación o privación grave de la libertad física, tortura, desaparición forzada de personas, el apartheid u otros actos inhumanos que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten contra la salud física o mental. Pero no es delito haber luchado en ese momento, en su puesto de combate, mientras simultáneamente otro integrante del propio bando cometía estos delitos.
Claro que los que lo escribieron, generalmente hombres de derecho, no se les ocurrió, que todos los efectivos cometían delitos de lesa humanidad por el solo hecho de haber combatido con los que no cumplían este Estatuto.
Y en esto no detallo la inaplicabilidad de leyes internacionales que en el momento no existían, sobre delitos que estaban prescriptos. Ni la irrazonable discusión sobre que el Gobierno era el único que cometía estos delitos., cuando no se afirma en estas leyes la exclusividad de las autorías, sino la alevosía de las acciones que incluso pueden ser vigentes para tiempos de paz.
Pero estos inspirados luchadores presionaron a los jueces con la idea que el hecho de haber pertenecido a la fuerza que los combatían, los hace imputables como delincuentes de lesa humanidad. Y para ello, basta comprobar que estaba incorporado a la fuerza cuestionada. Por lo tanto si Ud. integró una fuerza, por este solo hecho ha cometido delito de lesa humanidad. En una palabra, todos los que lucharon contra ellos, son delincuentes de lesa humanidad, aunque su puesto de combate fuera ser cocinero. No dude que es un planteo inteligente. Puede exterminar a toda un Ejército del cabo más joven al general más viejo. Todos son delincuentes de lesa humanidad. No necesita más prueba que el legajo personal. Y convencieron a la población que de existir esos delitos no están prescriptos, avasallando la Constitución Nacional.
Pero no es suficiente. Hoy descubrimos que el empleo de una fuerza militar, o policial comete un grave crimen si planifica las operaciones, acorde a los reglamentos y protocolos que correspondan.
Y esto me ocasionó un montón de dudas. No conozco operación en que intervenga una fuerza militar que no sea sistemáticamente planeada. Puede haber alguna, pero producto de la impericia del que está al mando.
¿Es deseable, que un jefe militar, que tiene subordinado personal, a los que lleva al combate, generalmente con riesgo de vida lo haga “alegremente”, sin preparar un plan en forma sistemática?
Y curiosamente he ido a ver el diccionario. ¿Qué es sistemático? Y he aquí lo que encontré:
1. Que sigue o se ajusta a un sistema metódico
2. Se refiere a la persona que actúa según un sistema metódico
Se dice de la persona que procede por principios.
p. ext.Conjunto de hechos, datos o métodos erigidos en sistema o que proceden de un sistema.[1]
que se ajusta a un conjunto organizado de reglas.
persona que desarrollauna acción de manera ordenada.
que se realiza de manera regularuna revisión sistemática del funcionamiento de sus máquinas.
Y puesto en estos términos, en lo que hace al Ejército, debo reconocer que las acciones, cuando no fueron por ataques sorpresivos de los terroristas, se prepararon en función de los reglamentos específicos que son las reglas, y mediante el trabajo sistemáticamente estudiado por los integrantes de las respectivas planas mayores y estados mayores de la fuerza considerada. En ese sentido surgen las tácticas y las estrategias.
Claro que me deja más tranquilo saber que dos legisladoras de la Nación considerarán delito el trabajo metódico y sistemático de una fuerza, para una operación contraterrorista.
En mi opinión es una confusión de las legisladoras entre los métodos y los fines. Pero si llegan a promulgar una ley de esta naturaleza, sería conveniente cerrar la Escuela Superior de Guerra y la Escuela de Inteligencia del Ejército Argentino. Todos irían presos. Total seremos espontáneamente creativos ante el enemigo. Y tendríamos que pensar en llevar a la Justicia a Belgrano y San Martín.
Otra opinión que me resultó interesante, es que la Justicia ha dictaminado que la guerra civil de los 70, no fue guerra civil, y a la vez, que ha dado su interpretación histórica de esta tragedia que asoló a nuestro país, como si fuera una condena inapelable.
Realmente me sorprende saber, que los jueces que han intervenido en el plan de exterminio de los Kirchner contra los hoy presos políticos; tengan profundos conocimientos sobre la metodología historiográfica para imponer a la nación la historia de ella en el momento de ese proceso. Hoy será delito no pensar como ellos. Y más me sorprende que quienes tuvieron carencia jurídica o carencia ética para juzgar acorde al derecho, nos deslumbren hoy, con una capacidad impensada en el campo de la historia.
Escribe Carlos Españadero.
La “juventud maravillosa” devenida hoy en “adultos mayores que no renuncian al poder”, no solo fueron capaces de asesinar, realizar secuestros extorsivos, robar bancos y armas a vigilantes solitarios, sino mostraron una poderosa facultad para dar vuelta las palabras.
Hay que reconocer que fueron buenos alumnos de sus maestros marxistas. Ya Marx demostró estas habilidades cuando le dio vuelta a la famosa triada de Hegel, terminando con la original conclusión que en realidad Hegel podía entender la dialéctica, cuando “patas para arriba” y apoyado sobre su cabeza como si fueran sus pies, quería aplicarla.
Incluso cuando Proudhon se permitió criticar a Marx, escribiendo “la filosofía de la miseria”, atentamente Marx escribió otro libro de respuesta titulado “La miseria de la filosofía”.
Pero sus sucesores no quedaron atrás de esta costumbre. Mao Tse Tung, mejoró la definición de von Clausewitz, cuando dijo que “la guerra es la prosecución de la paz por otros medios” y ocurrente mente la contrapuso a su definición “la paz es la prosecución de la guerra por otros medios” Y era muy acertada, porque para el líder chino, siempre se estaba en guerra.
No quedan a la zaga los sucesores europeos, pero dado que esto es una nota salto a “nuestros héroes, famélicos de poder”
Cuando su gesta, lanzaron a la palestra que eran guerrilleros. Y nuestros y aliados, así lo aceptaron. Claro olvidaban que en las convenciones de Ginebra los calificaba de “partisanos”. Y esto no era baladí. Porque estas normas internacionales sostenían que a los partisanos se los ultimaba en el lugar donde se encontraban. Ud. observará que con estos “enemigos” las palabras pesaban. Para peor en nuestro campo algunos prefirieron llamarlos “oponentes” en lugar de “enemigos”.
Y esto les permitió cambiar palabras y significados. A los asesinatos los llamaron “ajusticiamientos”, a los “robos”, “recuperaciones”, a los secuestros “justicia popular”, a los secuestros extorsivos, “expropiaciones”. Y llegaron tan bien que lograron incorporarlos al lenguaje de especialistas, que difundian con esa palabra los graves delitos que cometían para alcanzar sus objetivos terroristas.
Pero saltemos a la “post guerra”. Se volvieron locos, cuando escucharon incluso de su bando que desarrollaban una teoría de los “dos demonios”. Esto era inaceptable. El único demonio es el que luchó y obligó a morder el polvo de su derrota militar. Claro yo diría que sería la primera guerra donde solo hay un demonio o a lo más dos o un poco más. La guerra es en sí misma demoníaca. Es como si la lucha quedara en manos de innumerables demonios.
Pero en su astucia, percibieron que su epopeya cruenta no daría buenos dividendos, si materializaban su venganza con sus procedimientos terroristas. Entonces se buscó aniquilar gubernamentalmente a las FFAA y a las FFSS. por un lado y por el otro presentarse como los jóvenes heroicos que con altruismo jugaron su vida contra la dictadura (que yo llamo tiranía). Claro omitían que ellos venían asesinando desde 1970, y el gobierno militar ocupó el poder en 1976. Total ¡que son 6 años de crímenes impunes, sobre 12 que técnicamente duró la guerra!
Y ya en 1983, comenzaron a publicitar la palabra genocidio. No funcionaba bien. Hasta que el kichnerismo descubrió la palabra “lesa humanidad”.
Hoy convencieron, que los delitos de “lesa humanidad” definidos claramente en el “estatuto de Roma”, son de goma. Su razonamiento era que si ellos eran la juventud maravillosa que se jugó la vida desde 1976, todos los que lucharon contra ella, del modo que fuera, cometieron delitos de lesa humanidad. No tenían en cuenta los crímenes cometidos por ellos entre 1970 y 1976, que fueron desde magnicidios, a asesinatos a humildes vigilantes para robarle el arma a costa de la vida de éstos. Y tratando de hacer olvidar que la fuga de Rawson fue un hecho sin precedentes, en la historia del terrorismo, así como el ataque a cuarteles militares, o las bombas a organismos de seguridad como fue el caso de Seguridad Federal, del Ministerio de Defensa y la jefatura de Policía de la provincia de Buenos Aires.
Dado que mi intención es no hacer un extenso documento, daré algunos enunciados que permitan interpretar lo que afirmo. El estatuto de Roma en su artículo 7, establece, que son crimen de lesa humanidad, el asesinato, el exterminio, la esclavitud, la deportación o traslado forzoso de población, encarcelación o privación grave de la libertad física, tortura, desaparición forzada de personas, el apartheid u otros actos inhumanos que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten contra la salud física o mental. Pero no es delito haber luchado en ese momento, en su puesto de combate, mientras simultáneamente otro integrante del propio bando cometía estos delitos.
Claro que los que lo escribieron, generalmente hombres de derecho, no se les ocurrió, que todos los efectivos cometían delitos de lesa humanidad por el solo hecho de haber combatido con los que no cumplían este Estatuto.
Y en esto no detallo la inaplicabilidad de leyes internacionales que en el momento no existían, sobre delitos que estaban prescriptos. Ni la irrazonable discusión sobre que el Gobierno era el único que cometía estos delitos., cuando no se afirma en estas leyes la exclusividad de las autorías, sino la alevosía de las acciones que incluso pueden ser vigentes para tiempos de paz.
Pero estos inspirados luchadores presionaron a los jueces con la idea que el hecho de haber pertenecido a la fuerza que los combatían, los hace imputables como delincuentes de lesa humanidad. Y para ello, basta comprobar que estaba incorporado a la fuerza cuestionada. Por lo tanto si Ud. integró una fuerza, por este solo hecho ha cometido delito de lesa humanidad. En una palabra, todos los que lucharon contra ellos, son delincuentes de lesa humanidad, aunque su puesto de combate fuera ser cocinero. No dude que es un planteo inteligente. Puede exterminar a toda un Ejército del cabo más joven al general más viejo. Todos son delincuentes de lesa humanidad. No necesita más prueba que el legajo personal. Y convencieron a la población que de existir esos delitos no están prescriptos, avasallando la Constitución Nacional.
Pero no es suficiente. Hoy descubrimos que el empleo de una fuerza militar, o policial comete un grave crimen si planifica las operaciones, acorde a los reglamentos y protocolos que correspondan.
Y esto me ocasionó un montón de dudas. No conozco operación en que intervenga una fuerza militar que no sea sistemáticamente planeada. Puede haber alguna, pero producto de la impericia del que está al mando.
¿Es deseable, que un jefe militar, que tiene subordinado personal, a los que lleva al combate, generalmente con riesgo de vida lo haga “alegremente”, sin preparar un plan en forma sistemática?
Y curiosamente he ido a ver el diccionario. ¿Qué es sistemático? Y he aquí lo que encontré:
1. Que sigue o se ajusta a un sistema metódico
2. Se refiere a la persona que actúa según un sistema metódico
Se dice de la persona que procede por principios.
p. ext.Conjunto de hechos, datos o métodos erigidos en sistema o que proceden de un sistema.[1]
que se ajusta a un conjunto organizado de reglas.
persona que desarrollauna acción de manera ordenada.
que se realiza de manera regularuna revisión sistemática del funcionamiento de sus máquinas.
Y puesto en estos términos, en lo que hace al Ejército, debo reconocer que las acciones, cuando no fueron por ataques sorpresivos de los terroristas, se prepararon en función de los reglamentos específicos que son las reglas, y mediante el trabajo sistemáticamente estudiado por los integrantes de las respectivas planas mayores y estados mayores de la fuerza considerada. En ese sentido surgen las tácticas y las estrategias.
Claro que me deja más tranquilo saber que dos legisladoras de la Nación considerarán delito el trabajo metódico y sistemático de una fuerza, para una operación contraterrorista.
En mi opinión es una confusión de las legisladoras entre los métodos y los fines. Pero si llegan a promulgar una ley de esta naturaleza, sería conveniente cerrar la Escuela Superior de Guerra y la Escuela de Inteligencia del Ejército Argentino. Todos irían presos. Total seremos espontáneamente creativos ante el enemigo. Y tendríamos que pensar en llevar a la Justicia a Belgrano y San Martín.
Otra opinión que me resultó interesante, es que la Justicia ha dictaminado que la guerra civil de los 70, no fue guerra civil, y a la vez, que ha dado su interpretación histórica de esta tragedia que asoló a nuestro país, como si fuera una condena inapelable.
Realmente me sorprende saber, que los jueces que han intervenido en el plan de exterminio de los Kirchner contra los hoy presos políticos; tengan profundos conocimientos sobre la metodología historiográfica para imponer a la nación la historia de ella en el momento de ese proceso. Hoy será delito no pensar como ellos. Y más me sorprende que quienes tuvieron carencia jurídica o carencia ética para juzgar acorde al derecho, nos deslumbren hoy, con una capacidad impensada en el campo de la historia.
[1] Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Carlos Españadero
PrisioneroEnArgentina.com
Febrero 14, 2017
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