La corrupción es la plaga más grande de estos tiempos que se agravo muchísimo en Argentina durante el corrupto gobierno kirchnerista.Funcionarios que nunca pueden explicar su fortuna que no se condice con sus ingresos en la función publica, ambiciones desmedidas por tener dinero y mas dinero, negocios incompatibles con la función pública, socios de quienes recibían contratos del Estado Nacional, a los que ellos debían controlar.
Las denuncias en la Justicia no se investigaban y el “Kirchnerismo” no escuchó las voces que reclamaban más ética pública. Recuerdo que durante la gestión del Dr.Alberto Fernandez – Jefe de Gabinete- le presente un Proyecto de Ley para terminar con este problema y nunca obtuve una respuesta.
La corrupción siempre ha existido en el mundo y en nuestro país. Son muchos lo que hoy escriben e inundan las páginas de Internet y de los diarios de papel hablando de este tema.
Que pasaba en los años 2002/2006/2007? Yo publique muchos artículos sobre la corrupción en Argentina – es lo que mas me preocupa- .Estaba muy preocupado por este “cancer social” culpable de muchisimos males en el país, que nos ha conducido al atraso y a que la Argentina fuera cada vez más pobre siendo un país muy rico. Estaba asqueado, con bronca.Las denuncias no se investigaban, los jueces federales le tenían miedo al poder político caso contrario terminarían en el Consejo de la Magistratura denunciados.
Durante muchos años salía a las calles con una valija que tenía un cartel que decía “Politicos Chorros a la cárcel” Por supuesto esto sería extensivo a los empresarios chorros que hay en Argentina adictos a hacer negocios con el Estado.Ha trascendido en estos últimos días sobre los millones de dolares de coima de una empresa brasileña durante la gestion del Ministro de Vido y del famoso “valijero” Lopez, amigo personal del Nestor y de la Cristina Kirchner, que por supuesto y a pesar de haber sido Presidentes de la Argentina no serán nunca ejemplos de “honestidad” para sus hijos y nietos.
Los diarios La Nación y Clarín – sus fotografos- me sacaban fotos con esa famosa valija de la cual he hablado y se publicaron en la portada de esos diarios. Es la prueba irrefutable de cuanto he dicho.
Durante muchos años sentí impotencia, me sentía triste porque quiero a mi país como me educó mi padre que fue Ministro de Economía en Tucumán cuando se construyo la represa del “Cadillal” obra de muchos millones de dolares. Mi padre cuando murió solo dejo un departamento para sus seis hijos.Es la historia de un hombre honrado como le dije yo al Juez en su sucesorio.
Somos un país riquisimo pero devastado por la corrupción. Dicen que una vez el representante de un país extranjero se presenta ante Dios y le pregunta porque le había dado tantos recursos naturales, porque la Argentina era tan rica. La respuesta de Dios fue sorprendente. “He sido justo porque en la Argentina hay 30.000.000 de habitantes” El problema en definitiva en nuestro país somos los argentinos, nada de echarle la culpa al mundo.
Hemos fracasado porque celebramos el Bicentenario de la Argentina con ex-funcionarios procesados y algunos condenados. Lamentablemente la Justicia Federal no ayuda, hay pocos corruptos presos. La corrupción es un delito de “lesa humanidad” y por lo tanto debe ser imprescriptible.
Tenemos que reconstruir a la República Argentina, devastada por la corrupción espantosa de los últimos cincuenta años. Debemos volver a instalar en la sociedad la necesidad de que los políticos si quieren hagan política con sus propios recursos personales y no con los bienes del Estado.Hay una total confusión y todo es anormal. La sociedad debe rechazar la corrupción y no seguir apoyando políticamente a quienes todos sabemos han sido y son corruptos.
El Bicentenario marca un hito histórico. Nace una Nueva Argentina y el firme compromiso de todos de desterrar la mentira y la corrupción y como ha dicho el Presidente Mauricio Macri es hora de que los corruptos sean todos condenados a pasar el resto de sus vidas en cárceles comunes.La corrupción es un delito de “Lesa Humanidad” y por lo tanto imprescriptible.
El horror de la creciente delincuencia y el amarillismo que cierta prensa emplea para informar está llegando a un punto inconcebible que lo único que va a lograr es exacerbar el morbo de los inconscientes que no tardan en imitar a los sociópatas para hacerse notar y ser famosos.
Otros temas importantes aparte de la inseguridad, la economía y el paro en el mundo entero. Pero la esquizofrenia de los funcionarios de muy alto nivel y su optimismo en las declaraciones diarias de “todo va mejor” cuando en realidad sabemos que todo va peor.
Mientras las mafias, bancarios sin escrúpulos, gobernantes de turno, corruptos guardias de seguridad, o las mismas fuerzas de seguridad funcionando impunemente, no pasa nada. Solo se padece, excepto los que traen autos blindados, escoltas a montón aunque no tengan conciencia ninguna y no cumplan con su deber. Ojala haya excepciones.
La realidad no está de “rositas” para cantar victoria porque la inseguridad, la economía, la corrupción son un cóctel que no sabemos por cuanto tiempo se resista. Además es de llamar la atención que los discursos de los señores feudales vestidos de presidentes, que aparentemente, quieren darnos mejorías, diciendo que no está tan grave la situación económica, ¡como si viviéramos en el país de nunca jamás!.
Queda muy claro que mientras no se resuelvan la inseguridad, la impunidad y sobre todo la corrupción en todos los niveles, la economía por ende estará al garete. A fin de cuentas todos los seres humanos en cualquier país de Europa, o en Estados Unidos de Norteamérica, en Latinoamérica, sea en Brasil, Argentina ó México, lo que le importa al ciudadano es tener empleo, por consiguiente salario, pagar deudas, pagar colegiaturas, y comprar la despensa para toda la familia.
¿Por qué la Justicia federal funciona mal? ¿Qué factores demoran las causas de corrupción durante décadas o directamente las congelan? ¿Los jueces pueden hacer lo que quieran? “El sistema argentino divorció la ley de la justicia”, resume el fiscal federal Federico Delgado, cautor con la periodista Catalina De Elía de “La cara injusta de la justicia”, que acaba de ser editado por Paidós. “Empezamos a mirar al poder judicial desde las ciencias políticas”, aclara De Elía que, como Delgado, también es politóloga.
¿Cómo cambia la mirada cuando se inserta a jueces y fiscales dentro del universo de la política?
Delgado: En el diseño institucional presidencialista como el de Argentina, para compensar los posibles desbordes del Presidente y el Congreso hay un poder judicial que está para ser árbitro, y por eso tiene un montón de protecciones. A lo largo de la historia argentina, y por ahí más exacerbado en el último tiempo, el sistema judicial era y es parte del poder político. No funciona como un contrapoder.
¿Cómo probaron esa hipótesis?
De Elía: Nos preguntamos por qué la justicia funciona como funciona. Seleccionamos unos indicadores como para evaluar. El primero fue el de los tiempos judiciales. Nos preocupa por qué duran tanto las causas de corrupción, por qué no hay sentencias. Otro indicador es el de la burocracia judicial; cómo están formados los jueces y bajo qué paradigmas se aproximan a los casos. Otro es la palabra judicial; por qué utilizan un vocabulario cerrado y expulsivo en sus sentencias. El último indicador nos involucra a todos: la tolerancia que tiene la sociedad civil ante el mal funcionamiento de la justicia. Después analizamos fallos según estos indicadores.
¿Por qué funciona mal la justicia?
De Elía: Porque los jueces buscan ser “simpáticos” a los gobiernos.
Delgado: El proceso de designación de los jueces está muy politizado, muy influido por intereses particulares. Entonces los jueces y fiscales son leales a la ley que juraron pero también a la facción que los puso. Una de las principales metas de cualquier juez o fiscal es conservar su puesto. Y el pasaje para sobrevivir es la “simpatía” por acompañar los vientos de ese poder instituido. Eso a veces tiene que ver con tolerar la corrupción cuando está en el poder esa facción y cuando viene otra entregar las cabezas que hagan falta.
De Elía: El poder judicial es como la “bella durmiente”, que se levanta cuando un príncipe le da un beso. El príncipe puede ser el gobierno, o un empresario. La justicia federal acaricia a los poderosos y aplasta a los débiles.
¿Qué casos eligieron?
De Elía: Cinco. José López, Lázaro Báez, María Ovando (la mujer pobre de Misiones que estuvo presa porque su hija murió desnutrida y lo enterró en su casa), Belén (la chica que abortó y estuvo presa por asesinato) y un caso que no trascendió, de un chico que se robó un tablón de madera en la estación de Retiro para quemarlo y calentarse y lo metieron preso, peritaron el tablón y se movió todo el aparato judicial. Sin embargo, ahí el juez actuó súper rápido. Y es el mismo que actuó muy despacio y acumuló muchos expedientes en la causa Báez, Sebastián Casanello.
Se percibe que el juez puede apurar, demorar o hasta congelar los casos sin violar ninguna regla.
Delgado: En aras de evitar cualquier interferencia sobre el ánimo de los jueces, el diseño institucional les brinda muchas protecciones: no se les puede tocar el salario, no pagan algunos impuestos, no se los puede remover sin un juicio político. Y las leyes de procedimiento se hacen eco de esas protecciones: conservan la soberanía casi absoluta de los jueces a la hora de administrar los procesos. Esa facultad, y la ausencia de rendición de cuentas, consagran que si un tipo es desleal al sistema tenga casi la inmunidad de un rey. El aparato institucional también deforma las leyes. Por ejemplo, el Código establece plazos para algunas medidas. Tres días, cinco días. Pero nunca se cumplen, porque los jueces hacen una distinción: hay plazos “ordenatorios” y “perentorios”. El ordenatorio es como un indicador. Si no lo cumplís, no pasa nada. Esos pequeños mecanismos sutiles, que hacen al gobierno de un expediente, son los que permiten procesos de diez o quince años sin violar ninguna ley.
¿Entonces si sólo se remueven algunas personas no vamos a tener un mejor servicio de justicia?
De Elía: No. El problema trasciende a los gobiernos y a los jueces.
Pero los jueces también podrían usar esa soberanía para actuar de otra manera, ¿o no?
Ambos: Totalmente.
Delgado: Es que si vos querés mantenerte en el sistema y ascender, ser camarista o juez de la Corte, tenés que amoldarte a las prácticas que gobiernan ese universo. Y esas prácticas son ferozmente disciplinantes.
¿Cuál podría ser la ventana de salida para empezar a desandar el camino cuyos resultados describen ustedes?
Delgado: Primero; claramente es un problema colectivo. Segundo; es un proceso de echar luz pública sobre los tribunales. Y tercero; es un tema de transformación cultural. Discutir qué sistema de justicia queremos.
De Elía: Exacto. Es necesario que la gente tome conciencia que si la justicia federal funciona mal, la afecta en su vida cotidiana.
Delgado: Un problema grave es la indiferencia ciudadana hacia el sistema. Porque el sistema la aprovecha para alejarse.
¿Con qué mirada “entran” los jueces a los casos?
Delgado: Bajo una filosofía positivista, que separa la moral del derecho. Entonces pasa lo que se dice en las mesas familiares: las cosas pueden ser legales, pero no son justas. El sistema argentino divorció la ley de la justicia. Y así la verdad del sentido común es diferente a la verdad judicial.
¿Qué es la videocracia?
De Elía: Usamos ese término para explicar cómo la televisión a veces mueve más a los jueces que las pruebas. Veamos el caso Ovando: ella estuvo más de dos años presa, y cuando el programa de Lanata la encontró y contó su historia la liberaron en un mes. Y lo hicieron con tecnicismos, tampoco hubo medidas que repararan su daño. Por otro lado hubo videocracia en el caso de José López (con las imágenes de él con los bolsos en el monasterio) y en el caso de la ruta del dinero K, con el video de la Rosadita y los imputados contando plata. Tras esas pruebas irrefutables, a la justicia no le quedaba otra que empezar a mover el expediente.
Delgado: La videocracia refleja cómo un estímulo externo es lo que hace mover a la maquinaria judicial. Y que también tiene que ver con la “simpatía”, porque ahí el príncipe es otro, el público que ejerce presión social sobre los jueces tras haberse indignado o sensibilizado con las historias.
Si el cambio cultural es lo primero -y lo más complejo de producir- tampoco es suficiente: luego tiene que traducirse en cambios institucionales y en cambios de personas.
Delgado: Claro. Lo que tiene de bueno un momento crítico como este es que permite iniciar un proceso de transformación cultural, que tiene que ser individual, colectivo y sostenido en el tiempo. El desafío de la sociedad es que después eso sea receptado por la ley y se sedimente en las instituciones.
La “simpatía” de los magistrados por el poder político, ¿no es mutua? Los políticos también quieren quedar bien con los jueces que podrían investigarlos.
Delgado: Es cierto. Y eso ocurre porque no hemos sabido construir una institucionalidad fuerte. Es porosa a los intereses privados. Y eso genera esos “pactos de camaradería” entre jueces y políticos.
También ocurre entre los propios jueces: aunque haya denuncias fuertes, es casi imposible que se investiguen entre ellos.
Delgado: Ahí hay una parte de convicción personal. Pero además hay muchos incentivos en el sistema institucional que favorecen esos comportamientos. Es lo de siempre: está el camino de la ley, pero también la diagonal. Y es mucho más remunerativo tomar la diagonal.
Hablemos de los casos que analizaron
Delgado: Analizamos cómo estalló el caso con Fariña y Elaskar, losdispositivos institucionales de salvataje (la intervención del titular de la Procelac, Carlos Gonella, para desviar la investigación lejos de Báez y Cristina, por ejemplo), cómo los pocos avances que había aran gracias a sucesivas investigaciones de los medios (factores externos a la causa): es una aproximación al caso a través del delito y no del hecho. Explicamos qué es el lavado de dinero, el verso del delito precedente, y cómo éso funciona como una forma de recorte para no ir más allá o más arriba.
De Elía: Y todo vuelve a acelerarse cuando Telenoche muestra el video de La Rosadita. Casanello termina deteniendo a Báez porque se toma un avión. Y sólo con esto, y un cambio de gobierno, hay procesamientos en la causa.
Delgado: Otro mecanismo de impunidad es el de partir lo casos, como analizamos con López. Lo más grave de su caso es que López tenía la plata en la casa. El caso empezó en 2008. El juez Rafecas le encargó un informe a la Prefectura, para investigar en el territorio los bienes de López y poder contrastar eso con sus declaraciones. Algo sencillo. Para empezar, se hace el primer recorte, no importaba la manguera que alimentó el patrimonio. Se limita a la contratación. El 14 de junio de este año lo agarraron a López revoleando los bolsos, y aquel informe no había terminado. Es tragicómico. Pasan las mil y una tonterías que van retrasando todo. Lo concreto es que desde 2008 hasta 2016 la Prefectura no habia logrado terminar un informe sobre el patrimonio de López, su mujer, su suegra y sus hijos. Y el tipo tenía la plata en un tanque de agua del altillo en su casa de Tigre! Eso da para un seminario sobre cómo funciona la justicia argentina. Porque los jueces se aproximan de esa misma forma a todos los casos.
Hay como una pasión por el procedimiento que a veces sirve como excusa para no avanzar hacia el fondo de los temas.
Delgado: Sí, es orgásmico. Aunque estén a tres metros, separados por un pasillo, los jueces se comunican por notas, hasta para pedirse ver un expediente.
También es inexplicable para la gente cómo se pueden hacer cosas opuestas invocando a la misma ley.
Delgado: Eso ocurre porque la ley está divorciada de la justicia. Todo es legal, pero no se percibe como justo. Y si la sociedad no percibe lo legal como justo, automáticamente la justicia se transforma en parte del problema.
¿Sirve para algo la auditoría sobre los juzgados federales que ordenó el Consejo de la Magistratura?
Delgado:Todo lo que sea luz es bienvenido. A nosotros nadie nos mide productividad. Es lo mismo un fiscal que mandó mil causas a juicio oral en un año, que aquel que mandó cero.
También está la asignación y la falta de recurso como excusa para justificar la inacción judicial.
Delgado: El sistema medieval de hacer justicia e incorporar pruebas también tiene que ver con la temporalidad. La tecnología casi no existe en los Tribunales. En caso Time Warp, por ejemplo, buscamos toda la información por Internet, rapidísimo. Después la fuimos chequeando. Pero no hay un hábito en el sistema judicial de incorporar la tecnología. Seguimos citando por telegrama, por cédula, por oficio. Yesas prácticas también le dan ventaja a los delincuentes, sobre todo a los económicos. En la justicia argentina, la forma supera al contenido. La clave es la administración del proceso, los tiempos. No tanto cómo se aplica la ley. Y en el manejo de los tiempos el juez tiene un dominio absoluto. Incluso las cámaras de apelaciones pueden analizar la forma en que el juez aplicó el derecho, pero no cómo el juez gobernó el expediente. La ley sólo le permite a las instancias de revisión analizar el punto que está en disputa, pero no puede analizar el camino que recorrió. Por eso fue extraordinario lo que hizo la sala II de la Cámara en el caso Báez, cuestionando la forma y la orientación que Casanello le había dado a la causa. Y además nos dice a los jueces y fiscales “por favor charlen” entre ustedes. Despacito, algo está cambiando. Además de aplicar la ley, los jueces deben tener la responsabilidad de administrar los procesos. Y tener un costo si lo hacen mal. O un premio si lo hacen bien, claro.
“El juego trae más próxima la pérdida que la ganancia” se decía en un periódico.“El jugador gana una, dos y tres veces seguidas.Se llena de hinchazón y se lisonjea viendo los puñados de onzas que coge en la mesa de banca.Créese ya rico en tres o cuatro noches.Derrocha.Compra hebillas de oro, relojes. Regala a su mujer sortijas, batas y caravanas.Vuelve a entrar en la casa de juego creyendo salir cargado de oro como antes.No acierta una carta, o de cuatro pierde tres. Pierde todo el dinero y pide prestado. Dánselo, balanceando su anterior ganancia. Pierde lo que le dan. Vuelve a pedir y le niegan. Va a su casa y toma las caravanas, cadenas y sortijas que regaló a su mujer. Las vende por la mitad. Vuelve al juego y lo pierde al instante. Quítase las hebillas y saca sus relojes. Cómpranselos también por bajo precio.Prosigue el juego y quédase sin blanca. Torna a su casa. Descuelga los tapices.Abre el baúl y saca los camisones, las batas y aún las polleras y enaguas de su mujer, y corriendo la propia desgraciada suerte que en las empresas últimas, se queda pobre, desnudo y burlado.¿Si este jugador queda pobre, son por ventura ricos los demás?Ninguno.¿Pues quién se lleva el dinero?Es el coimero” o sea el patrón del garito. Cuantos patrones de garitos existirán hoy. Seguramente la Justicia Argentinale preguntara a los “San Cristóbal” y en nuestra provincia a los “San Roberto Sagra” y todos sus testaferros.
Conferencia de la doctora Elisa “Lilita” Carrió en Miami.
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Invitada por el CEO Clubs Luncheon Talks, y con la organización y conducción del periodista Agustín Rangugni -presidente de TVRadioMiami y Radio Miami Internacional-además del presidente de la entidad organizadora Ricardo Faerman, se presentará en la ciudad de Miami, en el estado de la Florida el 6 de diciembre venidero, la diputada Lilita Carrió. Allí disertará sobre los problemas actuales de Argentina, ante una selecta audicencia de 200 comensales ligados a la política y los negocios de los Estados Unidos.
Elisa María Avelina Carrió, nacida enResistencia, Chaco el 26 de diciembre de 1956, conocida popularmente como Lilita Carrió, es una abogada, catedrática universitaria y política argentina. Es diputada de la Nación por la Ciudad de Buenos Aires, y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de la Nación.
Fue convencional constituyente de la reforma constitucional de 1994. En el año 2002 fue de los fundadores del partido Coalición Cívica ARI y en el año 2004 del Instituto de Formación Cultural y Política «Hannah Arendt». Fue tres veces candidata a la Presidencia de la Nación Argentina (en 2003, 2007, y 2011), y precandidata en 2015. Además fue candidata a diputada nacional, resultando electa en todas las oportunidades, en 1995, 1999, 2005, 2009, y 2013. Actualmente es una de las principales dirigentes del frente Cambiemos que gobierna la República Argentina.
La doctora Carrió considera postularse nuevamente para un cargo legislativo en la elecciones del próximo año.
El ex subsecretario de Obras Públicas, el arquitecto Hugo Manuel Rodríguez, relató ante la Justicia que Néstor Carlos Kirchner manejaba la obra púbica desde el Hotel Faena, durante el gobierno de su mujer Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, dijo que su jefe, José López, por estos días preso por lanzamiento de bolsos al interior de un convento con 9 millones de dólares en su interior, centralizaba las obras de Vialidad Nacional, le impidió controlarlas y denunció que renunció cuando notó irregularidades en los pagos en el programa Sueños Compartidos, de Madres de Plaza de Mayo y además en los pagos para la construcción del Centro Cultural Néstor Kirchner en el Correo Central. Los imputados empiezan a apuntar responsables en la causa en que Cristina Kirchner está acusada de direccionar la obra pública santacruceña en beneficio de Lázaro Báez .
Julio de Vido tenía la misma relación directa con Kirchner, López y Néstor Periotti, de Vialidad Nacional, dijo Rodríguez al juez Julián Ercolini en su declaración a la que accedió LA NACION. Además, señaló que no viene del kirchnerismo, sino del peronismo bonaerense y que actualmente trabaja en el Estado provincial y en la actividad privada.
Rodríguez se desempeñó como segundo de López durante un año y medio entre 2007 y 2008 y dijo que vivió un “acoso laboral permanente” de su jefe que lo llamaba a las 23 para saber si estaba trabajando o tabicaba la información entre los subsecretarios.
Tenía una línea directa que era Néstor Kirchner-Julio de Vido y Néstor Periotti. Y una conducción verticalista donde todas las decisiones las tomaba él luego de consultarlo con Kirchner en ocasiones.
Rodríguez dijo que a pesar de su una atribución de su parea le sacaron los controles sobre Vialidad, y que propuso crear un cuerpo de 50 inspectores en todo el país y que López lo rechazó porque él manejaba de manera directa la relación con Vialidad Nacional.
Las obras adjudicadas a Báez eran de Vialidad Nacional y ejecutadas por Vialidad provincial en un modelo de negocios que López aplicó en todo el país. Dijo que López no le permitió tener los recursos para controlar a Vialidad Nacional, le “impidió ejercer sus funciones”, manifestó. Al punto que veía más frecuentemente a Peirotti que a sus subsecretarios.
Rodríguez dijo que López tenía una relación personal con Cristina y Néstor Kirchner, con quien trabajaba escritorio por medio en Santa Cruz, cuando era intendente.
Dijo que todos los pagos se liberaban con la firma de López y que la presión sobre la gente era tal que cuando el kirchnerismo perdió en el Senado la votación por la resolución 125 de las retenciones agropecuarias, lo llamó al otro día a la 9 de la mañana y le ordenó que frenara las obras en todas las provincias que habían votado en contra del Gobierno.
También recordó que en una ocasión se le encargó un estudio sobre el programa Sueños Compartidos que hacían las Madres de Plaza de Mayo. Dijo que encontró un desfasaje entre los cobrado y lo certificado, en perjuicio del Estado. Cuando él dejo el cargo, el plan pasó al control de la subsecretaria de obras públicas que quedó a cargo de Abel Fatala.
Rodríguez contó que decidió irse de la función por la gestión del CCK, que estaba a su cargo en 2008. Dijo que se peleó con López cuando le cuestionó los presupuestos exagerados y cuando lo presionaron para que se pagaran honorarios a unos profesionales por una tarea que aún no estaba completa. Además, relató que lo presionó tanto López como desde el área del ministro Julio de Vido para sacar ese pago.
El ex subsecretario de Obras Públicas dijo que no supo de irregularidades en obras públicas de Báez ya que López lo sacó de en medio en lo referido a Vialidad, cuestión que se reservaba para sí.
Los dichos de Rodríguez parecen convalidar la hipótesis de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques sobre la verticalidad en la ejecución del plan de obras públicas y el control centralizado de las obras viales para direccionarlas a Báez.
Los fiscales tienen una lista de personas que deberán dejarse ver por los juzgados:
Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, ex presidente de la Nación.
Julio De Vido, ex ministro de Planificación Federal e Inversión Pública.
Además:
Lázaro Antonio Báez, dueño de Austral Construcciones.
Martín Antonio Báez, accionista y director de varias empresas del Grupo Báez.
José Francisco López, ex secretario de Obras Públicas.
Carlos Santiago Kirchner, ex Subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal.
Graciela Elena Oporto, ex subsecretaria de Obras Públicas.
Raúl Víctor Rodríguez, ex subseceretario de Obras Públicas.
Hugo Manuel Rodríguez, ex subsecretario de Obras Públicas.
Abel Claudio Fatala, ex subsecretario de Obras Públicas.
Nelson Periotti, ex Administrador de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV).
Julio Ortiz Andino, ex subadministrador de la DNV.
Sandro Férgola, ex subadministrador de la DNV y ex gerente de obras y servicios viales de la DNV.
Carlos Joaquín Alonso, ex subadministrador de la DNV.
Francisco León, ex gerentes de Administración de la DNV.
Norma Beatriz Villareal, ex gerente de Administración de la DNV.
Sergio Passacantando, ex gerentes de Administración de la DNV.
Víctor Francisco Farré, ex gerente Obras y Servicios Viales de la DNV.
Jorge Eduardo Gregorutti, ex gerente Obras y Servicios Viales de la DNV.
Eduardo Lence, ex gerente de Planeamiento, Investigación y Control y Gerencia de Obras y Servicios Viales.
Gustavo Gentili, ex gerente de Planeamiento, Investigación y Control y Gerencia de Obras y Servicios Viales.
Finalmente, a:
Fernando Abrate, ex gerente de Planeamiento, Investigación y Control y Gerencia de Obras y Servicios Viales.
Ernesto Eduardo Morilla, ex jefe del Distrito 23° (Santa Cruz) y Jefe de la División Obras del Distrito 23°.
Juan Carlos Villafañe, ex Jefe del Distrito 23° y ex presidente de la Administración General de Vialidad Provincial (AGVP).
Raúl Osvaldo Daruich, ex jefe del Distrito 23° de la DNV.
Mauricio Collareda, ex jefe de la División Obras del 23° Distrito y ex jefe del Distrito 23°.
Gustavo César Torres, ex jefe de la División Obras del 23° Distrito.
Juan José Ramón Berraondo, ex jefe de la División Obras del 23° Distrito.
Héctor René Jesús Garro, ex presidente de la AGVP de Santa Cruz.
Raúl Gilberto Pavesi, presidente de la AGVP de Santa Cruz.
José Raúl Santibañez, ex presidente de la AGVP de Santa Cruz.
Julio Mendoza, presidente de Austral Construcciones.
Fernando Javier Butti, socio de Austral Construcciones.
Myriam Costilla, presidente de la constructora Kank y Costilla (del Grupo Báez).
Después de veintidós años, Susanah Ortiz y su familia decidieron dejar Venezuela. El dolor se manifestaba como un profundo vació en el pecho, pero -si bien ella podía soportar el ambiente más que enrarecido- sabía que no podía exponer a su familia a privarse de las mínimas necesidades.
Su padre era un nativo del país caribeño. Hasta sus treinta y dos años, se había dedicado al mantenimiento de las bombas de varillas o cigüeñas extractoras de petróleo. Susanah, hoy recuerda las historias contadas por amigos en las relataban que su padre estuvo varias veces a punto de perder dedos por los golpes de masas, o incluso una mano por las infecciones, pero el salario era bueno. El sacrificio valía la pena, pero la industria del secuestro ganaba notoriedad en Venezuela y la familia decidió probar suerte mudándose a Chicago en 1971, donde Susanah Ginette nació en los primeros días de septiembre. Con la ayuda de unos tíos, José y Mayra -padres de Susanah- abren una tienda de comestibles en Franklyn Park, cerca del Aeropuerto Internacional O’Hare, mientras la niña acreditaba logros en la escuela y en el equipo de volleyball de su comunidad.
A punto de ingresar a la universidad (Adler School) para perseguir una carrera en sicología, la joven Ortiz conoció a Hiram Marrero -de padres portorriqueño y madre venezolana- quien en tres meses partiría precisamente a Venezuela tras conseguir un contrato para trabajar. Su corazón golpeó fuerte, en menos de cuatro semanas se casaron y comenzaron a preparar todo para emprender esa aventura juntos.
El recibimiento no fue el esperado. Nada aproximado a lo que habían pensado.
Los Marrero-Ortiz llegaron a Venezuela a finales de febrero de 1992 y siete días más tarde fueron asombrados testigos de tanques y ejércitos pasando frente a las puertas de una pequeña casa que rentaron en Caracas. Meses después, mientras Hugo Chávez se encontraba en prisión, los ruidos de otro golpe de estado los despertó. También despertó en Susanah una tremenda sensación de inseguridad. En esos tiempos se sentía como un pez fuera del agua, tal es así que, en sus dos embarazos, viajó a Estados Unidos para permanecer con su familia. Ambas niñas nacieron en Chicago. Pocas noticias sobre Venezuela llegaban a oídos de sus padres, pero las que sorteaban los filtros no eran alentadoras. Todas hablaban de violencia y tormentas políticas.
Hiram dividía su tiempo en la empresa petrolera y siendo responsable de contabilidad de pequeñas tiendas de joyas en Isla Margarita, como ingreso extra hasta que -ya con Chávez en la cresta de la ola- comenzaron las expropiaciones. Las joyerías perdieron sus locales y la petrolera debió quitarse de encima a casi el cincuenta por ciento de su personal. Entre ellos, Hiram. Este observó que la realidad lo forzaba a reinventarse, por lo cual montó una operación para transportar personas que asistían a la Copa América de futbol, desde los hoteles a los estadios. Cuando esta terminó, deambuló por diversos trabajos en compañías de petróleo y gas, pero parecía que corría al frente de piezas de dominó cayendo a sus espaldas: Cada empresa que pisaba era expropiada o caía en desgracia por el paso cercano del comandante.
Mientras las crisis se sucedían, los valores de su propiedad bajaban al mismo ritmo que la violencia escalaba y los trabajos de Hiram lo llevaban de una punta a la otra del país, Susanah decidió usar su casa Ahora de su propiedad, lo que reconoce como un gran error, como posada para estudiantes del interior que llegaban a la capital. En principio incluyendo las comidas, desde el comienzo de este año -ante la falta de alimentos- solo hospedaje. Dos piezas para ocho huéspedes, un baño para once personas y la incomodidad de tener que dormir con sus dos hijas adolescentes en colchones en la cocina lograron que la mujer dijera basta. En abril comenzó a embalar y con la ayuda de sus padres, retornó a América. Hiram continuará en Venezuela hasta que logre vender la casa.
“Es difícil de explicar cómo sobrevivimos desde que comenzó la famosa Revolución y porque estuvimos tanto tiempo allí”, dice Susanah, de visita a DisneyWorld, en Florida, con dos hijas adolescentes. Susanah recuerda los últimos días en Caracas y trata de no admitir que buscaba comida en basurales. Para preparar un plato de ensalada necesitaba cuatro o cinco plantas de lechuga, debido a que solo las hojas centrales servían. Las demás estaban podridas. Todos los días veía disputas violentas por un tomate o un par de manzanas en los baldíos traseros de los mercados, donde descartaban la mercadería en mal estado (A la cual ya le habían cambiado en muchas oportunidades las etiquetas de vencimiento) “Más duro es entrar hoy en un mercado en Chicago o a una farmacia en Rockford y ver cosas que creía no había visto en mi vida”.
La famosa y tan promocionada distribución real de la riqueza a menudo se ha comparado con un hipotético ideal o utopía, en lugar de la experiencia real en cualquier país, en cualquier momento de la historia.
Muchos occidentales una vez creyeron que los ingresos eran casi iguales en la antigua Unión Soviética, por ejemplo. Ahora sabemos que existían sustanciales privilegios para unos pocos elegidos, basado en el poder político en lugar de la contribución económica. Incluso al margen del soborno y la corrupción, el acceso especial a la atención de salud, educación, vivienda y tiendas especiales se concede a menudo a la jerarquía del Partido Comunista y la clase burocrática. En todos los casos, una porción de la población ha sido subvencionada. En ciertos casos la policía para atender los designios del dictador (Venezuela), el ejército (La Unión Soviética, la Venezuela de Chávez, la Cuba castrista) grupos paramilitares (La China de Mao) o sectores ciudadanos a cambio de un voto (La Argentina K)
A finales de los años 70, sólo un puñado de mandatarios de izquierda en occidente siguió defendiendo dictaduras como la Unión Soviética de Stalin, la China de Mao, la Cuba de Castro, o Corea del Norte, Kim Jong-il (Si, aquel que en un juego de golf podía hacer 18 hoyos con un solo golpe).
En los últimos años, el romanticismo anterior de la izquierda del comunismo a veces que ha sido recuperado con un disfraz, pero en realidad es un socialismo-populista que maquilla a ladrones. Este socialismo-comunismo suena mejor bajo esa denominación, pero no lo es. Otros han cambiado a idealizar una edad de oro del pasado. En los EE.UU., por ejemplo, se dice que la edad de oro de la equidad se produjo entre 1930 y 1973. Sin embargo, en Estados Unidos manda la eficiencia y quien no se prepara para competir, sufre.
El discurso populista siempre hace alusiones a la justicia social. Se emplea a menudo para sugerir que una mayor fracción de los beneficios de la economía (alimentos, vivienda, atención de salud, etc.) puede y debe ser distribuido por el gobierno en lugar de por los mercados. En teoría, se podrían entregar todos nuestros ingresos a los funcionarios elegidos democráticamente y dejarlos decidir quién obtiene qué. Sin embargo, la distribución sobre la base de criterios políticos, no es necesariamente el más conveniente. Sospeche usted donde terminara su sueldo si le entregara un sobre a José López -ex secretario de obras públicas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, hoy entrenando para las próximas olimpíadas en lanzamiento de maletas-.
El mejor ejemplo de las distribuciones puede darse en Cuba, donde ciudadanos que ganan veinte dólares por mes distribuyen habitaciones en lujosos hoteles, sin tener oportunidad de reservar una para ellos. O un granjero especializado en cultivo de tabaco que debe distribuir el 90% de sus ingresos entre funcionarios del gobierno y hacer magia para distribuir las plantas en su campo para su nueva cosecha con mil dólares, 10% de lo que podría haber recaudado en un año.
Es decir, la distribución de la riqueza en países comunistas, o populistas, es en sentido inverso. El pueblo distribuye sangre, sudor y lágrimas (Y sus alcancías) para que los líderes los puedan seguir extorsionando.
Napoleón -el cerdo, no el militar francés- la tenía clara.
La corrupción es la plaga del Siglo
Por Francisco Bénard.
La corrupción es la plaga más grande de estos tiempos que se agravo muchísimo en Argentina durante el corrupto gobierno kirchnerista.Funcionarios que nunca pueden explicar su fortuna que no se condice con sus ingresos en la función publica, ambiciones desmedidas por tener dinero y mas dinero, negocios incompatibles con la función pública, socios de quienes recibían contratos del Estado Nacional, a los que ellos debían controlar.
Las denuncias en la Justicia no se investigaban y el “Kirchnerismo” no escuchó las voces que reclamaban más ética pública. Recuerdo que durante la gestión del Dr.Alberto Fernandez – Jefe de Gabinete- le presente un Proyecto de Ley para terminar con este problema y nunca obtuve una respuesta.
La corrupción siempre ha existido en el mundo y en nuestro país. Son muchos lo que hoy escriben e inundan las páginas de Internet y de los diarios de papel hablando de este tema.
Que pasaba en los años 2002/2006/2007? Yo publique muchos artículos sobre la corrupción en Argentina – es lo que mas me preocupa- .Estaba muy preocupado por este “cancer social” culpable de muchisimos males en el país, que nos ha conducido al atraso y a que la Argentina fuera cada vez más pobre siendo un país muy rico. Estaba asqueado, con bronca.Las denuncias no se investigaban, los jueces federales le tenían miedo al poder político caso contrario terminarían en el Consejo de la Magistratura denunciados.
Durante muchos años salía a las calles con una valija que tenía un cartel que decía “Politicos Chorros a la cárcel” Por supuesto esto sería extensivo a los empresarios chorros que hay en Argentina adictos a hacer negocios con el Estado.Ha trascendido en estos últimos días sobre los millones de dolares de coima de una empresa brasileña durante la gestion del Ministro de Vido y del famoso “valijero” Lopez, amigo personal del Nestor y de la Cristina Kirchner, que por supuesto y a pesar de haber sido Presidentes de la Argentina no serán nunca ejemplos de “honestidad” para sus hijos y nietos.
Los diarios La Nación y Clarín – sus fotografos- me sacaban fotos con esa famosa valija de la cual he hablado y se publicaron en la portada de esos diarios. Es la prueba irrefutable de cuanto he dicho.
Durante muchos años sentí impotencia, me sentía triste porque quiero a mi país como me educó mi padre que fue Ministro de Economía en Tucumán cuando se construyo la represa del “Cadillal” obra de muchos millones de dolares. Mi padre cuando murió solo dejo un departamento para sus seis hijos.Es la historia de un hombre honrado como le dije yo al Juez en su sucesorio.
Somos un país riquisimo pero devastado por la corrupción. Dicen que una vez el representante de un país extranjero se presenta ante Dios y le pregunta porque le había dado tantos recursos naturales, porque la Argentina era tan rica. La respuesta de Dios fue sorprendente. “He sido justo porque en la Argentina hay 30.000.000 de habitantes” El problema en definitiva en nuestro país somos los argentinos, nada de echarle la culpa al mundo.
Hemos fracasado porque celebramos el Bicentenario de la Argentina con ex-funcionarios procesados y algunos condenados. Lamentablemente la Justicia Federal no ayuda, hay pocos corruptos presos. La corrupción es un delito de “lesa humanidad” y por lo tanto debe ser imprescriptible.
Tenemos que reconstruir a la República Argentina, devastada por la corrupción espantosa de los últimos cincuenta años. Debemos volver a instalar en la sociedad la necesidad de que los políticos si quieren hagan política con sus propios recursos personales y no con los bienes del Estado.Hay una total confusión y todo es anormal. La sociedad debe rechazar la corrupción y no seguir apoyando políticamente a quienes todos sabemos han sido y son corruptos.
El Bicentenario marca un hito histórico. Nace una Nueva Argentina y el firme compromiso de todos de desterrar la mentira y la corrupción y como ha dicho el Presidente Mauricio Macri es hora de que los corruptos sean todos condenados a pasar el resto de sus vidas en cárceles comunes.La corrupción es un delito de “Lesa Humanidad” y por lo tanto imprescriptible.
Dr.Francisco Bénard
Abogado,Escritor y Poeta
De Mal en Peor
Por SOLD OUT.
El horror de la creciente delincuencia y el amarillismo que cierta prensa emplea para informar está llegando a un punto inconcebible que lo único que va a lograr es exacerbar el morbo de los inconscientes que no tardan en imitar a los sociópatas para hacerse notar y ser famosos.
Otros temas importantes aparte de la inseguridad, la economía y el paro en el mundo entero. Pero la esquizofrenia de los funcionarios de muy alto nivel y su optimismo en las declaraciones diarias de “todo va mejor” cuando en realidad sabemos que todo va peor.
Mientras las mafias, bancarios sin escrúpulos, gobernantes de turno, corruptos guardias de seguridad, o las mismas fuerzas de seguridad funcionando impunemente, no pasa nada. Solo se padece, excepto los que traen autos blindados, escoltas a montón aunque no tengan conciencia ninguna y no cumplan con su deber. Ojala haya excepciones.
La realidad no está de “rositas” para cantar victoria porque la inseguridad, la economía, la corrupción son un cóctel que no sabemos por cuanto tiempo se resista. Además es de llamar la atención que los discursos de los señores feudales vestidos de presidentes, que aparentemente, quieren darnos mejorías, diciendo que no está tan grave la situación económica, ¡como si viviéramos en el país de nunca jamás!.
Queda muy claro que mientras no se resuelvan la inseguridad, la impunidad y sobre todo la corrupción en todos los niveles, la economía por ende estará al garete. A fin de cuentas todos los seres humanos en cualquier país de Europa, o en Estados Unidos de Norteamérica, en Latinoamérica, sea en Brasil, Argentina ó México, lo que le importa al ciudadano es tener empleo, por consiguiente salario, pagar deudas, pagar colegiaturas, y comprar la despensa para toda la familia.
PrisioneroEnArgentina.com
Diciembre 2, 2016
Fiscal Federico Delgado: “Los jueces son leales a la ley, y también a la facción que los puso”
Nota del diario Clarín. Aberraciones judiciales.
¿Por qué la Justicia federal funciona mal? ¿Qué factores demoran las causas de corrupción durante décadas o directamente las congelan? ¿Los jueces pueden hacer lo que quieran? “El sistema argentino divorció la ley de la justicia”, resume el fiscal federal Federico Delgado, cautor con la periodista Catalina De Elía de “La cara injusta de la justicia”, que acaba de ser editado por Paidós. “Empezamos a mirar al poder judicial desde las ciencias políticas”, aclara De Elía que, como Delgado, también es politóloga.
¿Cómo cambia la mirada cuando se inserta a jueces y fiscales dentro del universo de la política?
Delgado: En el diseño institucional presidencialista como el de Argentina, para compensar los posibles desbordes del Presidente y el Congreso hay un poder judicial que está para ser árbitro, y por eso tiene un montón de protecciones. A lo largo de la historia argentina, y por ahí más exacerbado en el último tiempo, el sistema judicial era y es parte del poder político. No funciona como un contrapoder.
¿Cómo probaron esa hipótesis?
De Elía: Nos preguntamos por qué la justicia funciona como funciona. Seleccionamos unos indicadores como para evaluar. El primero fue el de los tiempos judiciales. Nos preocupa por qué duran tanto las causas de corrupción, por qué no hay sentencias. Otro indicador es el de la burocracia judicial; cómo están formados los jueces y bajo qué paradigmas se aproximan a los casos. Otro es la palabra judicial; por qué utilizan un vocabulario cerrado y expulsivo en sus sentencias. El último indicador nos involucra a todos: la tolerancia que tiene la sociedad civil ante el mal funcionamiento de la justicia. Después analizamos fallos según estos indicadores.
¿Por qué funciona mal la justicia?
De Elía: Porque los jueces buscan ser “simpáticos” a los gobiernos.
Delgado: El proceso de designación de los jueces está muy politizado, muy influido por intereses particulares. Entonces los jueces y fiscales son leales a la ley que juraron pero también a la facción que los puso. Una de las principales metas de cualquier juez o fiscal es conservar su puesto. Y el pasaje para sobrevivir es la “simpatía” por acompañar los vientos de ese poder instituido. Eso a veces tiene que ver con tolerar la corrupción cuando está en el poder esa facción y cuando viene otra entregar las cabezas que hagan falta.
De Elía: El poder judicial es como la “bella durmiente”, que se levanta cuando un príncipe le da un beso. El príncipe puede ser el gobierno, o un empresario. La justicia federal acaricia a los poderosos y aplasta a los débiles.
¿Qué casos eligieron?
De Elía: Cinco. José López, Lázaro Báez, María Ovando (la mujer pobre de Misiones que estuvo presa porque su hija murió desnutrida y lo enterró en su casa), Belén (la chica que abortó y estuvo presa por asesinato) y un caso que no trascendió, de un chico que se robó un tablón de madera en la estación de Retiro para quemarlo y calentarse y lo metieron preso, peritaron el tablón y se movió todo el aparato judicial. Sin embargo, ahí el juez actuó súper rápido. Y es el mismo que actuó muy despacio y acumuló muchos expedientes en la causa Báez, Sebastián Casanello.
Se percibe que el juez puede apurar, demorar o hasta congelar los casos sin violar ninguna regla.
Delgado: En aras de evitar cualquier interferencia sobre el ánimo de los jueces, el diseño institucional les brinda muchas protecciones: no se les puede tocar el salario, no pagan algunos impuestos, no se los puede remover sin un juicio político. Y las leyes de procedimiento se hacen eco de esas protecciones: conservan la soberanía casi absoluta de los jueces a la hora de administrar los procesos. Esa facultad, y la ausencia de rendición de cuentas, consagran que si un tipo es desleal al sistema tenga casi la inmunidad de un rey. El aparato institucional también deforma las leyes. Por ejemplo, el Código establece plazos para algunas medidas. Tres días, cinco días. Pero nunca se cumplen, porque los jueces hacen una distinción: hay plazos “ordenatorios” y “perentorios”. El ordenatorio es como un indicador. Si no lo cumplís, no pasa nada. Esos pequeños mecanismos sutiles, que hacen al gobierno de un expediente, son los que permiten procesos de diez o quince años sin violar ninguna ley.
¿Entonces si sólo se remueven algunas personas no vamos a tener un mejor servicio de justicia?
De Elía: No. El problema trasciende a los gobiernos y a los jueces.
Pero los jueces también podrían usar esa soberanía para actuar de otra manera, ¿o no?
Ambos: Totalmente.
Delgado: Es que si vos querés mantenerte en el sistema y ascender, ser camarista o juez de la Corte, tenés que amoldarte a las prácticas que gobiernan ese universo. Y esas prácticas son ferozmente disciplinantes.
¿Cuál podría ser la ventana de salida para empezar a desandar el camino cuyos resultados describen ustedes?
Delgado: Primero; claramente es un problema colectivo. Segundo; es un proceso de echar luz pública sobre los tribunales. Y tercero; es un tema de transformación cultural. Discutir qué sistema de justicia queremos.
De Elía: Exacto. Es necesario que la gente tome conciencia que si la justicia federal funciona mal, la afecta en su vida cotidiana.
Delgado: Un problema grave es la indiferencia ciudadana hacia el sistema. Porque el sistema la aprovecha para alejarse.
¿Con qué mirada “entran” los jueces a los casos?
Delgado: Bajo una filosofía positivista, que separa la moral del derecho. Entonces pasa lo que se dice en las mesas familiares: las cosas pueden ser legales, pero no son justas. El sistema argentino divorció la ley de la justicia. Y así la verdad del sentido común es diferente a la verdad judicial.
¿Qué es la videocracia?
De Elía: Usamos ese término para explicar cómo la televisión a veces mueve más a los jueces que las pruebas. Veamos el caso Ovando: ella estuvo más de dos años presa, y cuando el programa de Lanata la encontró y contó su historia la liberaron en un mes. Y lo hicieron con tecnicismos, tampoco hubo medidas que repararan su daño. Por otro lado hubo videocracia en el caso de José López (con las imágenes de él con los bolsos en el monasterio) y en el caso de la ruta del dinero K, con el video de la Rosadita y los imputados contando plata. Tras esas pruebas irrefutables, a la justicia no le quedaba otra que empezar a mover el expediente.
Delgado: La videocracia refleja cómo un estímulo externo es lo que hace mover a la maquinaria judicial. Y que también tiene que ver con la “simpatía”, porque ahí el príncipe es otro, el público que ejerce presión social sobre los jueces tras haberse indignado o sensibilizado con las historias.
Si el cambio cultural es lo primero -y lo más complejo de producir- tampoco es suficiente: luego tiene que traducirse en cambios institucionales y en cambios de personas.
Delgado: Claro. Lo que tiene de bueno un momento crítico como este es que permite iniciar un proceso de transformación cultural, que tiene que ser individual, colectivo y sostenido en el tiempo. El desafío de la sociedad es que después eso sea receptado por la ley y se sedimente en las instituciones.
La “simpatía” de los magistrados por el poder político, ¿no es mutua? Los políticos también quieren quedar bien con los jueces que podrían investigarlos.
Delgado: Es cierto. Y eso ocurre porque no hemos sabido construir una institucionalidad fuerte. Es porosa a los intereses privados. Y eso genera esos “pactos de camaradería” entre jueces y políticos.
También ocurre entre los propios jueces: aunque haya denuncias fuertes, es casi imposible que se investiguen entre ellos.
Delgado: Ahí hay una parte de convicción personal. Pero además hay muchos incentivos en el sistema institucional que favorecen esos comportamientos. Es lo de siempre: está el camino de la ley, pero también la diagonal. Y es mucho más remunerativo tomar la diagonal.
Hablemos de los casos que analizaron
Delgado: Analizamos cómo estalló el caso con Fariña y Elaskar, losdispositivos institucionales de salvataje (la intervención del titular de la Procelac, Carlos Gonella, para desviar la investigación lejos de Báez y Cristina, por ejemplo), cómo los pocos avances que había aran gracias a sucesivas investigaciones de los medios (factores externos a la causa): es una aproximación al caso a través del delito y no del hecho. Explicamos qué es el lavado de dinero, el verso del delito precedente, y cómo éso funciona como una forma de recorte para no ir más allá o más arriba.
De Elía: Y todo vuelve a acelerarse cuando Telenoche muestra el video de La Rosadita. Casanello termina deteniendo a Báez porque se toma un avión. Y sólo con esto, y un cambio de gobierno, hay procesamientos en la causa.
Delgado: Otro mecanismo de impunidad es el de partir lo casos, como analizamos con López. Lo más grave de su caso es que López tenía la plata en la casa. El caso empezó en 2008. El juez Rafecas le encargó un informe a la Prefectura, para investigar en el territorio los bienes de López y poder contrastar eso con sus declaraciones. Algo sencillo. Para empezar, se hace el primer recorte, no importaba la manguera que alimentó el patrimonio. Se limita a la contratación. El 14 de junio de este año lo agarraron a López revoleando los bolsos, y aquel informe no había terminado. Es tragicómico. Pasan las mil y una tonterías que van retrasando todo. Lo concreto es que desde 2008 hasta 2016 la Prefectura no habia logrado terminar un informe sobre el patrimonio de López, su mujer, su suegra y sus hijos. Y el tipo tenía la plata en un tanque de agua del altillo en su casa de Tigre! Eso da para un seminario sobre cómo funciona la justicia argentina. Porque los jueces se aproximan de esa misma forma a todos los casos.
Hay como una pasión por el procedimiento que a veces sirve como excusa para no avanzar hacia el fondo de los temas.
Delgado: Sí, es orgásmico. Aunque estén a tres metros, separados por un pasillo, los jueces se comunican por notas, hasta para pedirse ver un expediente.
También es inexplicable para la gente cómo se pueden hacer cosas opuestas invocando a la misma ley.
Delgado: Eso ocurre porque la ley está divorciada de la justicia. Todo es legal, pero no se percibe como justo. Y si la sociedad no percibe lo legal como justo, automáticamente la justicia se transforma en parte del problema.
¿Sirve para algo la auditoría sobre los juzgados federales que ordenó el Consejo de la Magistratura?
Delgado: Todo lo que sea luz es bienvenido. A nosotros nadie nos mide productividad. Es lo mismo un fiscal que mandó mil causas a juicio oral en un año, que aquel que mandó cero.
También está la asignación y la falta de recurso como excusa para justificar la inacción judicial.
Delgado: El sistema medieval de hacer justicia e incorporar pruebas también tiene que ver con la temporalidad. La tecnología casi no existe en los Tribunales. En caso Time Warp, por ejemplo, buscamos toda la información por Internet, rapidísimo. Después la fuimos chequeando. Pero no hay un hábito en el sistema judicial de incorporar la tecnología. Seguimos citando por telegrama, por cédula, por oficio. Y esas prácticas también le dan ventaja a los delincuentes, sobre todo a los económicos. En la justicia argentina, la forma supera al contenido. La clave es la administración del proceso, los tiempos. No tanto cómo se aplica la ley. Y en el manejo de los tiempos el juez tiene un dominio absoluto. Incluso las cámaras de apelaciones pueden analizar la forma en que el juez aplicó el derecho, pero no cómo el juez gobernó el expediente. La ley sólo le permite a las instancias de revisión analizar el punto que está en disputa, pero no puede analizar el camino que recorrió. Por eso fue extraordinario lo que hizo la sala II de la Cámara en el caso Báez, cuestionando la forma y la orientación que Casanello le había dado a la causa. Y además nos dice a los jueces y fiscales “por favor charlen” entre ustedes. Despacito, algo está cambiando. Además de aplicar la ley, los jueces deben tener la responsabilidad de administrar los procesos. Y tener un costo si lo hacen mal. O un premio si lo hacen bien, claro.
Claudio Savoia
Diario Clarín
Noviembre 18, 2016
http://www.clarin.com/politica/Fiscal-Delgado-jueces-leales-faccion_0_1687631381.html
EL JUGADOR…
Reflexión:
“El juego trae más próxima la pérdida que la ganancia” se decía en un periódico. “El jugador gana una, dos y tres veces seguidas. Se llena de hinchazón y se lisonjea viendo los puñados de onzas que coge en la mesa de banca. Créese ya rico en tres o cuatro noches. Derrocha. Compra hebillas de oro, relojes. Regala a su mujer sortijas, batas y caravanas. Vuelve a entrar en la casa de juego creyendo salir cargado de oro como antes. No acierta una carta, o de cuatro pierde tres. Pierde todo el dinero y pide prestado. Dánselo, balanceando su anterior ganancia. Pierde lo que le dan. Vuelve a pedir y le niegan. Va a su casa y toma las caravanas, cadenas y sortijas que regaló a su mujer. Las vende por la mitad. Vuelve al juego y lo pierde al instante. Quítase las hebillas y saca sus relojes. Cómpranselos también por bajo precio. Prosigue el juego y quédase sin blanca. Torna a su casa. Descuelga los tapices. Abre el baúl y saca los camisones, las batas y aún las polleras y enaguas de su mujer, y corriendo la propia desgraciada suerte que en las empresas últimas, se queda pobre, desnudo y burlado. ¿Si este jugador queda pobre, son por ventura ricos los demás? Ninguno. ¿Pues quién se lleva el dinero? Es el coimero” o sea el patrón del garito. Cuantos patrones de garitos existirán hoy. Seguramente la Justicia Argentina le preguntara a los “San Cristóbal” y en nuestra provincia a los “San Roberto Sagra” y todos sus testaferros.
DR. JORGE B. LOBO ARAGON.
Noviembre 16, 2016
Carrió en Miami
Conferencia de la doctora Elisa “Lilita” Carrió en Miami.
[one_half padding=”0 30px 0 0″]Invitada por el CEO Clubs Luncheon Talks, y con la organización y conducción del periodista Agustín Rangugni -presidente de TVRadioMiami y Radio Miami Internacional- además del presidente de la entidad organizadora Ricardo Faerman, se presentará en la ciudad de Miami, en el estado de la Florida el 6 de diciembre venidero, la diputada Lilita Carrió. Allí disertará sobre los problemas actuales de Argentina, ante una selecta audicencia de 200 comensales ligados a la política y los negocios de los Estados Unidos.
Elisa María Avelina Carrió, nacida en Resistencia, Chaco el 26 de diciembre de 1956, conocida popularmente como Lilita Carrió, es una abogada, catedrática universitaria y política argentina. Es diputada de la Nación por la Ciudad de Buenos Aires, y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de la Nación.
Fue convencional constituyente de la reforma constitucional de 1994. En el año 2002 fue de los fundadores del partido Coalición Cívica ARI y en el año 2004 del Instituto de Formación Cultural y Política «Hannah Arendt». Fue tres veces candidata a la Presidencia de la Nación Argentina (en 2003, 2007, y 2011), y precandidata en 2015. Además fue candidata a diputada nacional, resultando electa en todas las oportunidades, en 1995, 1999, 2005, 2009, y 2013. Actualmente es una de las principales dirigentes del frente Cambiemos que gobierna la República Argentina.
La doctora Carrió considera postularse nuevamente para un cargo legislativo en la elecciones del próximo año.
[/one_half] [one_half_last padding=”0 0 0 30px”][/one_half_last]La Argentina y las relaciones con la presidencia electa de los Estados Unidos de América
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 16, 2016
Corrupción K: Los imputados comienzan a apuntarle a los peces gordos.
El ex subsecretario de Obras Públicas, el arquitecto Hugo Manuel Rodríguez, relató ante la Justicia que Néstor Carlos Kirchner manejaba la obra púbica desde el Hotel Faena, durante el gobierno de su mujer Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, dijo que su jefe, José López, por estos días preso por lanzamiento de bolsos al interior de un convento con 9 millones de dólares en su interior, centralizaba las obras de Vialidad Nacional, le impidió controlarlas y denunció que renunció cuando notó irregularidades en los pagos en el programa Sueños Compartidos, de Madres de Plaza de Mayo y además en los pagos para la construcción del Centro Cultural Néstor Kirchner en el Correo Central. Los imputados empiezan a apuntar responsables en la causa en que Cristina Kirchner está acusada de direccionar la obra pública santacruceña en beneficio de Lázaro Báez .
Julio de Vido tenía la misma relación directa con Kirchner, López y Néstor Periotti, de Vialidad Nacional, dijo Rodríguez al juez Julián Ercolini en su declaración a la que accedió LA NACION. Además, señaló que no viene del kirchnerismo, sino del peronismo bonaerense y que actualmente trabaja en el Estado provincial y en la actividad privada.
Rodríguez se desempeñó como segundo de López durante un año y medio entre 2007 y 2008 y dijo que vivió un “acoso laboral permanente” de su jefe que lo llamaba a las 23 para saber si estaba trabajando o tabicaba la información entre los subsecretarios.
Tenía una línea directa que era Néstor Kirchner-Julio de Vido y Néstor Periotti. Y una conducción verticalista donde todas las decisiones las tomaba él luego de consultarlo con Kirchner en ocasiones.
Rodríguez dijo que a pesar de su una atribución de su parea le sacaron los controles sobre Vialidad, y que propuso crear un cuerpo de 50 inspectores en todo el país y que López lo rechazó porque él manejaba de manera directa la relación con Vialidad Nacional.
Las obras adjudicadas a Báez eran de Vialidad Nacional y ejecutadas por Vialidad provincial en un modelo de negocios que López aplicó en todo el país. Dijo que López no le permitió tener los recursos para controlar a Vialidad Nacional, le “impidió ejercer sus funciones”, manifestó. Al punto que veía más frecuentemente a Peirotti que a sus subsecretarios.
Rodríguez dijo que López tenía una relación personal con Cristina y Néstor Kirchner, con quien trabajaba escritorio por medio en Santa Cruz, cuando era intendente.
Dijo que todos los pagos se liberaban con la firma de López y que la presión sobre la gente era tal que cuando el kirchnerismo perdió en el Senado la votación por la resolución 125 de las retenciones agropecuarias, lo llamó al otro día a la 9 de la mañana y le ordenó que frenara las obras en todas las provincias que habían votado en contra del Gobierno.
También recordó que en una ocasión se le encargó un estudio sobre el programa Sueños Compartidos que hacían las Madres de Plaza de Mayo. Dijo que encontró un desfasaje entre los cobrado y lo certificado, en perjuicio del Estado. Cuando él dejo el cargo, el plan pasó al control de la subsecretaria de obras públicas que quedó a cargo de Abel Fatala.
Rodríguez contó que decidió irse de la función por la gestión del CCK, que estaba a su cargo en 2008. Dijo que se peleó con López cuando le cuestionó los presupuestos exagerados y cuando lo presionaron para que se pagaran honorarios a unos profesionales por una tarea que aún no estaba completa. Además, relató que lo presionó tanto López como desde el área del ministro Julio de Vido para sacar ese pago.
El ex subsecretario de Obras Públicas dijo que no supo de irregularidades en obras públicas de Báez ya que López lo sacó de en medio en lo referido a Vialidad, cuestión que se reservaba para sí.
Los dichos de Rodríguez parecen convalidar la hipótesis de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques sobre la verticalidad en la ejecución del plan de obras públicas y el control centralizado de las obras viales para direccionarlas a Báez.
Los fiscales tienen una lista de personas que deberán dejarse ver por los juzgados:
Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, ex presidente de la Nación.
Julio De Vido, ex ministro de Planificación Federal e Inversión Pública.
Además:
Lázaro Antonio Báez, dueño de Austral Construcciones.
Martín Antonio Báez, accionista y director de varias empresas del Grupo Báez.
José Francisco López, ex secretario de Obras Públicas.
Carlos Santiago Kirchner, ex Subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal.
Graciela Elena Oporto, ex subsecretaria de Obras Públicas.
Raúl Víctor Rodríguez, ex subseceretario de Obras Públicas.
Hugo Manuel Rodríguez, ex subsecretario de Obras Públicas.
Abel Claudio Fatala, ex subsecretario de Obras Públicas.
Nelson Periotti, ex Administrador de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV).
Julio Ortiz Andino, ex subadministrador de la DNV.
Sandro Férgola, ex subadministrador de la DNV y ex gerente de obras y servicios viales de la DNV.
Carlos Joaquín Alonso, ex subadministrador de la DNV.
Francisco León, ex gerentes de Administración de la DNV.
Norma Beatriz Villareal, ex gerente de Administración de la DNV.
Sergio Passacantando, ex gerentes de Administración de la DNV.
Víctor Francisco Farré, ex gerente Obras y Servicios Viales de la DNV.
Jorge Eduardo Gregorutti, ex gerente Obras y Servicios Viales de la DNV.
Eduardo Lence, ex gerente de Planeamiento, Investigación y Control y Gerencia de Obras y Servicios Viales.
Gustavo Gentili, ex gerente de Planeamiento, Investigación y Control y Gerencia de Obras y Servicios Viales.
Finalmente, a:
Fernando Abrate, ex gerente de Planeamiento, Investigación y Control y Gerencia de Obras y Servicios Viales.
Ernesto Eduardo Morilla, ex jefe del Distrito 23° (Santa Cruz) y Jefe de la División Obras del Distrito 23°.
Juan Carlos Villafañe, ex Jefe del Distrito 23° y ex presidente de la Administración General de Vialidad Provincial (AGVP).
Raúl Osvaldo Daruich, ex jefe del Distrito 23° de la DNV.
Mauricio Collareda, ex jefe de la División Obras del 23° Distrito y ex jefe del Distrito 23°.
Gustavo César Torres, ex jefe de la División Obras del 23° Distrito.
Juan José Ramón Berraondo, ex jefe de la División Obras del 23° Distrito.
Héctor René Jesús Garro, ex presidente de la AGVP de Santa Cruz.
Raúl Gilberto Pavesi, presidente de la AGVP de Santa Cruz.
José Raúl Santibañez, ex presidente de la AGVP de Santa Cruz.
Julio Mendoza, presidente de Austral Construcciones.
Fernando Javier Butti, socio de Austral Construcciones.
Myriam Costilla, presidente de la constructora Kank y Costilla (del Grupo Báez).
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 9, 2016
Asco y Miedo en Venezuela
Después de veintidós años, Susanah Ortiz y su familia decidieron dejar Venezuela. El dolor se manifestaba como un profundo vació en el pecho, pero -si bien ella podía soportar el ambiente más que enrarecido- sabía que no podía exponer a su familia a privarse de las mínimas necesidades.
Su padre era un nativo del país caribeño. Hasta sus treinta y dos años, se había dedicado al mantenimiento de las bombas de varillas o cigüeñas extractoras de petróleo. Susanah, hoy recuerda las historias contadas por amigos en las relataban que su padre estuvo varias veces a punto de perder dedos por los golpes de masas, o incluso una mano por las infecciones, pero el salario era bueno. El sacrificio valía la pena, pero la industria del secuestro ganaba notoriedad en Venezuela y la familia decidió probar suerte mudándose a Chicago en 1971, donde Susanah Ginette nació en los primeros días de septiembre. Con la ayuda de unos tíos, José y Mayra -padres de Susanah- abren una tienda de comestibles en Franklyn Park, cerca del Aeropuerto Internacional O’Hare, mientras la niña acreditaba logros en la escuela y en el equipo de volleyball de su comunidad.
A punto de ingresar a la universidad (Adler School) para perseguir una carrera en sicología, la joven Ortiz conoció a Hiram Marrero -de padres portorriqueño y madre venezolana- quien en tres meses partiría precisamente a Venezuela tras conseguir un contrato para trabajar. Su corazón golpeó fuerte, en menos de cuatro semanas se casaron y comenzaron a preparar todo para emprender esa aventura juntos.
El recibimiento no fue el esperado. Nada aproximado a lo que habían pensado.
Los Marrero-Ortiz llegaron a Venezuela a finales de febrero de 1992 y siete días más tarde fueron asombrados testigos de tanques y ejércitos pasando frente a las puertas de una pequeña casa que rentaron en Caracas. Meses después, mientras Hugo Chávez se encontraba en prisión, los ruidos de otro golpe de estado los despertó. También despertó en Susanah una tremenda sensación de inseguridad. En esos tiempos se sentía como un pez fuera del agua, tal es así que, en sus dos embarazos, viajó a Estados Unidos para permanecer con su familia. Ambas niñas nacieron en Chicago. Pocas noticias sobre Venezuela llegaban a oídos de sus padres, pero las que sorteaban los filtros no eran alentadoras. Todas hablaban de violencia y tormentas políticas.
Hiram dividía su tiempo en la empresa petrolera y siendo responsable de contabilidad de pequeñas tiendas de joyas en Isla Margarita, como ingreso extra hasta que -ya con Chávez en la cresta de la ola- comenzaron las expropiaciones. Las joyerías perdieron sus locales y la petrolera debió quitarse de encima a casi el cincuenta por ciento de su personal. Entre ellos, Hiram. Este observó que la realidad lo forzaba a reinventarse, por lo cual montó una operación para transportar personas que asistían a la Copa América de futbol, desde los hoteles a los estadios. Cuando esta terminó, deambuló por diversos trabajos en compañías de petróleo y gas, pero parecía que corría al frente de piezas de dominó cayendo a sus espaldas: Cada empresa que pisaba era expropiada o caía en desgracia por el paso cercano del comandante.
Mientras las crisis se sucedían, los valores de su propiedad bajaban al mismo ritmo que la violencia escalaba y los trabajos de Hiram lo llevaban de una punta a la otra del país, Susanah decidió usar su casa Ahora de su propiedad, lo que reconoce como un gran error, como posada para estudiantes del interior que llegaban a la capital. En principio incluyendo las comidas, desde el comienzo de este año -ante la falta de alimentos- solo hospedaje. Dos piezas para ocho huéspedes, un baño para once personas y la incomodidad de tener que dormir con sus dos hijas adolescentes en colchones en la cocina lograron que la mujer dijera basta. En abril comenzó a embalar y con la ayuda de sus padres, retornó a América. Hiram continuará en Venezuela hasta que logre vender la casa.
“Es difícil de explicar cómo sobrevivimos desde que comenzó la famosa Revolución y porque estuvimos tanto tiempo allí”, dice Susanah, de visita a DisneyWorld, en Florida, con dos hijas adolescentes. Susanah recuerda los últimos días en Caracas y trata de no admitir que buscaba comida en basurales. Para preparar un plato de ensalada necesitaba cuatro o cinco plantas de lechuga, debido a que solo las hojas centrales servían. Las demás estaban podridas. Todos los días veía disputas violentas por un tomate o un par de manzanas en los baldíos traseros de los mercados, donde descartaban la mercadería en mal estado (A la cual ya le habían cambiado en muchas oportunidades las etiquetas de vencimiento) “Más duro es entrar hoy en un mercado en Chicago o a una farmacia en Rockford y ver cosas que creía no había visto en mi vida”.
Fabian Kussman
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 29, 2016
EL QUE QUIERE COMUNISMO, QUE LE CUESTE
Por Fabian Kussman.
La famosa y tan promocionada distribución real de la riqueza a menudo se ha comparado con un hipotético ideal o utopía, en lugar de la experiencia real en cualquier país, en cualquier momento de la historia.
Muchos occidentales una vez creyeron que los ingresos eran casi iguales en la antigua Unión Soviética, por ejemplo. Ahora sabemos que existían sustanciales privilegios para unos pocos elegidos, basado en el poder político en lugar de la contribución económica. Incluso al margen del soborno y la corrupción, el acceso especial a la atención de salud, educación, vivienda y tiendas especiales se concede a menudo a la jerarquía del Partido Comunista y la clase burocrática. En todos los casos, una porción de la población ha sido subvencionada. En ciertos casos la policía para atender los designios del dictador (Venezuela), el ejército (La Unión Soviética, la Venezuela de Chávez, la Cuba castrista) grupos paramilitares (La China de Mao) o sectores ciudadanos a cambio de un voto (La Argentina K)
A finales de los años 70, sólo un puñado de mandatarios de izquierda en occidente siguió defendiendo dictaduras como la Unión Soviética de Stalin, la China de Mao, la Cuba de Castro, o Corea del Norte, Kim Jong-il (Si, aquel que en un juego de golf podía hacer 18 hoyos con un solo golpe).
En los últimos años, el romanticismo anterior de la izquierda del comunismo a veces que ha sido recuperado con un disfraz, pero en realidad es un socialismo-populista que maquilla a ladrones. Este socialismo-comunismo suena mejor bajo esa denominación, pero no lo es. Otros han cambiado a idealizar una edad de oro del pasado. En los EE.UU., por ejemplo, se dice que la edad de oro de la equidad se produjo entre 1930 y 1973. Sin embargo, en Estados Unidos manda la eficiencia y quien no se prepara para competir, sufre.
El discurso populista siempre hace alusiones a la justicia social. Se emplea a menudo para sugerir que una mayor fracción de los beneficios de la economía (alimentos, vivienda, atención de salud, etc.) puede y debe ser distribuido por el gobierno en lugar de por los mercados. En teoría, se podrían entregar todos nuestros ingresos a los funcionarios elegidos democráticamente y dejarlos decidir quién obtiene qué. Sin embargo, la distribución sobre la base de criterios políticos, no es necesariamente el más conveniente. Sospeche usted donde terminara su sueldo si le entregara un sobre a José López -ex secretario de obras públicas del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, hoy entrenando para las próximas olimpíadas en lanzamiento de maletas-.
El mejor ejemplo de las distribuciones puede darse en Cuba, donde ciudadanos que ganan veinte dólares por mes distribuyen habitaciones en lujosos hoteles, sin tener oportunidad de reservar una para ellos. O un granjero especializado en cultivo de tabaco que debe distribuir el 90% de sus ingresos entre funcionarios del gobierno y hacer magia para distribuir las plantas en su campo para su nueva cosecha con mil dólares, 10% de lo que podría haber recaudado en un año.
Es decir, la distribución de la riqueza en países comunistas, o populistas, es en sentido inverso. El pueblo distribuye sangre, sudor y lágrimas (Y sus alcancías) para que los líderes los puedan seguir extorsionando.
Napoleón -el cerdo, no el militar francés- la tenía clara.