Carta de un Preso Político al Presidente Macri

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 Escribe Juan Giovarruscio.

 

 

Señor Presidente de la Nación Argentina
Ingeniero Mauricio Macri

 

De mi consideración:
Ha transcurrido más de un año de gobierno. La “pesada herencia” lo está aplastando, a tal punto ha llegado este aplastamiento que ya no funcionan los “timbres” de la Casa Rosada y, por ello, no recibe al cartero (pueda ser, que en la futura reparación sea tenido en cuenta).
La presente es la décima carta que le escribo como Preso Político desde que asumió. No he obtenido respuesta alguna.
Al principio de la gestión pareció que algo cambiaba. Una corte de secretarias y operadores comunicaban la recepción y derrotero que seguían las correspondencias. Luego se ensayaban tibias y evasivas respuestas. Con el correr de los días esto se diluyó y poco a poco se cayó el velo de la mentira y el engaño.
Las declaraciones, emitidas por funcionarios y colaboradoresinfiltrados en la estructura de poder, han puesto de manifiesto el verdadero rasgo ideológico del gobierno en materia de DD.HH.: son más de lo mismo.
Por ello, nada ha cambiado en este delicado tema. El ‘curro’ continúa tal cual en el anterior régimen. En el Ministerio de Justicia sobresalen comisarios políticos especialmente entrenados para llevar a cabo campañas de desinformación que con astutas alteraciones de hechos y cronologías que engañan a la población.
Para ello, utiliza un repertorio de frases meticulosamente seleccionadas, que disfrazan un pobre discurso, tales como: “independencia de poderes”, “apego a la justicia”, “proyecto de justicia veinte/veinte”, “debate sobre imputabilidad de menores”, “Justicia independiente”, los 30 mil son un símbolo, dictadura militar, represión, torturas, plan sistemático. O la última de Avruj: ¡el número de desaparecidos es un número en construcción!
Señor, ¡¡¡basta!!! Basta de utilizar frases y eslóganes inventados en los laboratorios ideológicos de las autodenominadas organizaciones de DD.HH. y/o extraídas de fallos judiciales emanados de jueces, tribunales y hasta la misma CSJN infectados ideológicamente, y que encima desnaturalizan el derecho.
Todo esto no es otra cosa que una cortina de humo, con la cual se trastoca el camino de la concordia en odio.
En nuestros juicios solo existe “un plan”, que consiste en condenar de cualquier manera
Todos estos argumentos son repudiables, cínicos e hipócritas, en boca de funcionarios que prometieron cambiar el rumbo, especialmente en materia judicial.
Usted sabe, conoce a la perfección, que para llevar adelante el resurgimiento de estos juicios se pusieron de acuerdo dos inescrupulosos y pactaron cómo hacer para dejar de lado la Constitución Nacional y causar un nuevo daño a la justicia e imagen del país en materia de respeto y apego al Derecho.

Para ello, utiliza un repertorio de frases meticulosamente seleccionadas, que disfrazan un pobre discurso, tales como: “independencia de poderes”, “apego a la justicia”, “proyecto de justicia veinte/veinte”, “debate sobre imputabilidad de menores”, “Justicia independiente”, los 30 mil son un símbolo, dictadura militar, represión, torturas, plan sistemático. O la última de Avruj: ¡el número de desaparecidos es un número en construcción!

Hoy, usted, mantiene ese “pacto ilegal”, “ilegítimo”, “tramposo” y lo respalda con discursos idealizados en una estructura jurídica/judicial que en Argentina no existe.
En nuestros juicios solo existe “un plan”, que consiste en condenar de cualquier manera.
En su condición de Jefe de Estado, debe denunciar estos procesos dado que se viola la C.N. y el Tratado de Roma.
Hoy, la CSJN se presta para llevar adelante estos pseudos juicios y en “el mientras tanto” nos vamos muriendo de a uno en estos inmundos Gulag, tal si fuéramos condenados a pena de muerte.
Por favor, desplace a sus asesores en esta materia. Lo están haciendo equivocar, a menos que usted sea consciente. No son juristas, son comisarios ideologizados.

Señor Presidente, si aún le queda duda sobre lo expresado, lo invito a leer las resoluciones de la Audiencia de España, negando la extradición de María Estela Martínez de Perón y de los Cnles. Gori y Jorge Pedro Wagner.
Primero, porque en la Argentina no hubo genocidio y segundo, los delitos de lesa humanidad rigen a partir de la vigencia y reglamentación del Tratado de Roma (2007).
¡¡¡Por favor, Presidente!!! Lea y hágale leer a su equipo el Tratado de Roma.
Allí se ilustra qué son los delitos de lesa humanidad, qué es el genocidio y quiénes son los que lo cometen. Los pueden cometer el Estado y cualquier organización armada, tal eran las organizaciones terroristas. ¡Basta de ignorancia! Es intolerable que el gobierno y la justicia engañen a la sociedad distorsionando el Derecho e instrumentos internacionales.
Es decir, tanto en España como en Argentina, los hechos ocurridos durante aquella tragedia están prescriptos. Por  lo tanto, no se puede aplicar retroactivamente, como se hace en la actualidad en nuestro país.
Para mayor ilustración, existen fallos similares en Brasil, EE.UU. e Italia.
Señor Presidente, recupere el significado de las palabras. Acá no hubo un plan sistemático, sí operaciones militares que fueron ordenadas desde el Poder Ejecutivo, mediante decretos constitucionales y canalizados a través de la estructura orgánica de cada Fuerza.
¡¡¡Por favor, Presidente!!! Lea y hágale leer a su equipo el Tratado de Roma.
En todo caso, sí hubo un ataque sistemático mediante sabotajes, asesinatos, secuestros, torturas, robos y eliminación de gente inocente por parte de organizaciones terroristas armadas e instruidas política y militarmente en el exterior, con el objetivo de tomar el poder en la Argentina y someterla a una dictadura de pensamiento único.
En 1973, 1974, 1975 y parte de 1976 regía un gobierno constitucional elegido por un 62% de la sociedad.
No gobernaban las FF.AA. Ese gobierno sufrió la agresión terrorista más sangrienta de la historia Argentina. Y ese gobierno decidió la lucha y de qué manera ejecutarla (Juan D. Perón, Isabel Perón e Italo Luder, respectivamente).
Sería importante que todos los políticos, especialmente los peronistas, se hagan cargo de dicho “plan sistemático” de eliminar al oponente en forma clandestina, con López Rega a la cabeza. Terminemos con esta parodia donde los terroristas nos marquen la cancha con un relato rengo.
¿Hasta cuándo la hipocresía con este tema? ¿Hasta cuándo negar la realidad de la historia, los hechos y de no reconocer las actuales violaciones al Derecho Argentino?
¿Hasta cuándo van a seguir asesinando en nombre de la Ley?
Sería importante que todos los políticos, especialmente los peronistas, se hagan cargo de dicho “plan sistemático” de eliminar al oponente en forma clandestina.
Señor Presidente, este tema estaba cerrado, pero liderado por sus actuales socios políticos, radicales y ARI, con Carrió a la cabeza, le posibilitaron a un truhán, devenido en presidente de la Nación, armar una estructura política y a partir de allí aplicar los manuales populistas totalitarios del Foro de San Pablo. Especialmente la destrucción de las FF.AA. y FF.SS.
Esto, con la complicidad de un periodismo, en su mayoría de formación popular/marxista, cuasi mercenarios, deshonestos, que se esconden detrás de una máscara de independencia. A estos y a la gran mayoría de los medios de comunicación social hoy les cuesta aceptar que los han engañado durante varias décadas y ahora, avergonzados, les resulta difícil reconocer el error de haber sido cómodos, de no investigar la verdad, dejarse llevar por un relato tuerto y no ir en busca de la verdad completa. Son víctimas de su propio veneno.
Por parte del gobierno, no se visualiza coraje para romper con ese relato y reconocer verdades incontrastables. No hay valor para aceptar que durante 40 años nos mintieron sobre los números de desaparecidosNos han escondido las miles de víctimas inocentes y daños materiales causados por estas bandas asesinas.
No se tiene la grandeza de reconocer los errores políticos y por ello se continúa violando la C.N. y los Pactos Internacionales, y se descarga en los cuadros subalternos de las FF.AA. y FF.SS. toda la responsabilidad de la tragedia.
No se tiene valor para sostener la verdad y por ello es más fácil continuar con la mentira de los simbólicos 30 mil. Por ello, estas organizaciones terroristas, mutadas en ONG de DD.HH. le torcieron el brazo con el feriado del 24 de marzo.
Señor Presidente, para recomponer esto, usted debe separar funcionarios que con cínico desparpajo mienten, tal el caso del Secretario de DD.HH., Claudio Avruj, y del Ministro de justicia Germán Garavano, quienes manifiestamente comulgan con la metodología de estos juicios plagados de irregularidades e ilegalidades. Garantizan la continuidad del proyecto kirchnerista. Por si fuera poco, el Estado continúa presentándose en estos juicios como querellantes, acusa a personas inocentes que solo cometieron el “crimen” de haber usado un uniforme y haber estado destinado en un determinado lugar.
No pueden, como funcionarios, mentir, como tampoco mirar para el costado ante actos ilegítimos como son la violación del art. 18 de la C.N., entre otros.
En lo que va de gobierno, no se ha revisado ningún fallo de estos juicios con jueces probos e imparciales.  ¿Cómo van a saber la forma en que procede la justicia?
Tampoco se ha revisado la “caja negra” de gastos en este tema y menos se ha informado a la ciudadanía, en qué y cómo se han gastado cerca de 2 mil millones de dólares.
Tan cerrado estaba este tema, que Menem, por pedido de los montoneros que estaban presos y/o prófugos (Firmenich, Vaca Narvaja, Perdía, Bonasso, Kunkel, Diana Conti, entre otros), dictó el indulto, instrumento constitucional, al igual que las leyes de obediencia debida y punto final.
Señor Presidente, no se haga más el distraído. El tema es político/judicial. Tiene en su equipo de gobierno personas honorables y con profundo conocimiento científico y profesional de la historia trágica de los años 70, ellos le pueden brindar propuestas superadoras. Debería escucharlos y por sobre todo respaldarlos.
No puede admitirse que, a cuarenta años, una minoría, liderada por dos o tres ONG y laboratorios como el CELS, que en nombre de los DD.HH., no le permita a la Nación cerrar la herida abierta por aquella tragedia.

Como dije, los juicios son parte del acuerdo Kirchner y Lorenzetti. Esto abrió la puerta del odio y la venganza contra un sector de la sociedad, cuya parte más visible somos los ex integrantes de las FF.AA. y FF.SS., y se oculta el propósito criminal del plan y el saqueo del dinero de la justicia. Por lo tanto, esto no lo soluciona esa justicia independiente que usted menciona, dado que no existe. Tanto es así, que lo que se tiene por Poder Judicial, hace 10 años es presidido por un sospechado personaje que ejerce un manejo absoluto y privilegiado de dicho poder.
Solo existen tribunales digitados por esa política de Estado, que encarcelan y condenan.
Usted y el Poder Judicial de esta republiqueta saben, tienen pleno conocimiento, son conscientes de que estamos injustamente detenidos, procesados y encarcelados, personas que no fuimos los responsables de los errores de aquel pasado.
Los responsables políticos nunca fueron cuestionados ni encarcelados. (Luder, Cafiero, Ruckauf, Menem, Rodríguez Saá, De la Sota, Storani, Manzano, Duhalde, Morou, etc.), por el contrario, cuando la agresión pasó “resurgieron como los luchadores por la democracia”. Tampoco al arco dirigencial, ya sea político, empresarios, gremialistas, incluida la iglesia, se les pidió rendición de cuentas.
Usted y el Poder Judicial de esta republiqueta saben, tienen pleno conocimiento, son conscientes de que estamos injustamente detenidos, procesados y encarcelados.
Hoy, los terroristas asesinos se encuentran libres, indultados y resarcidos social y económicamente. Por ello vemos hoy asesinos que se pasean por programas periodísticos dando clases de democracia.
El escaso coraje no les permite asumir el rol de gobernantes sanos al servicio del ciudadano y por eso no denuncian estos hechos plagados de ilegitimidades. Señor Presidente, a Usted se lo votó para “cambiar”, ahora, ¿qué es lo que no entiende? ¿Qué es lo que le impide el cambio y terminar con esta cacería humana que cada día daña más a la sociedad?
Desde ya, “cambio”, a esta altura de los acontecimientos, no es “estudiar la situación”. Es cambiar, sustituir las viejas estructuras y sus conductores. De lo contrario, con las mismas organizaciones y actores no podrá producir ninguna modificación o cambio.
Los nuevos funcionarios no pueden estar infectados de aquella ideología revanchista y llena de un disimulado odio.
Señor Presidente, Usted no llegó a la presidencia de Suiza o Dinamarca, donde se pueda mover con conceptos de justicia imparcial e independiente y donde existe normalidad jurídica. Acá, en su Argentina, tiene una estructura dinamitada y corroída en todos sus estamentos.
Antes de hablar de justicia independiente, hay que bregar por una justicia imparcial, y esto es lo que no se ejercita en estos juicios. No es posible lograr tal imparcialidad con jueces subrograntes o postulantes a cubrir cargos de jueces, todos ellos presionados.
Jueces integrantes de organizaciones terroristas y/o familiares de presuntas víctimas, integrantes de autodenominadas organizaciones de DD.HH. Presidente, esto no es justicia, es persecución. Es un linchamiento popular.
Con un Presidente de la Corte de Justicia que negoció/pactó (ver declaraciones del ex integrante de la CSJN Adolfo Vázquez) con el anterior régimen corrupto de gobierno para avasallar la C.N., extorsionar al Congreso, lograr así, mentira mediante, de implementar una “política de Estado de DD.HH.” y declarar nulas leyes constitucionales que habían posibilitado el camino hacia la paz y reconciliación de los Argentinos.
Presidente, esto no es justicia, es persecución. Es un linchamiento popular.
Este señor, con el cual Usted también ha pactado, continúa sosteniendo la misma posición anárquica de justicia. Utiliza el derecho para convertir a la justicia en un sistema totalitario.
Se respaldan en fallos surgidos de aquel pacto clandestino.
Usted ha “comprado”, ha “aceptado”, ha “consentido” este sistema de justicia que tortura y mata en nombre de los DD.HH.
Este plan criminal mantiene presas a personas totalmente inocentes, como son los familiares y amigos. Pues ellos son los que sufren en carne propia el resultado de esta “política de Estado” cuyo verdadero nombre es un plan criminal de exterminio de ex agentes del Estado que combatieron al terrorismo marxista que quiso instalar un socialismo totalitario similar a ex URSS o Cuba.
Como dije, personas de 70/80 años y más, padres, madres, esposas, hijos, nietos, personas honestas que lo votaron y hoy se sienten frustrados y engañados.
Hoy Usted no toca el timbre de mi casa, o el de mi hermana, o mi madre de 90 años. Usted ganó por una diferencia de 600 mil votos aproximadamente. Gran parte de ellos pertenecen a dichas personas. Los engañó cruelmente. No quiere oír ni reconocer cómo fueron los hechos. Se deja llevar por la facilidad del relato falso instalado.
Señor Presidente, para cambiar hace falta imaginación y coraje, dos virtudes que no sobresalen en su gestión. No se han animado a sentar las bases para modificar la realidad del país. Les resulta más fácil “copiar y pegar” viejas recetas.
Nos engañó cruelmente. No quiere oír ni reconocer cómo fueron los hechos. Se deja llevar por la facilidad del relato falso instalado.
No existe grandeza y generosidad para el sacrificio. Las apetencias eleccionarias de corto plazo son prioritarias. Por ello, continuar con la vieja política es más cómodo. No se puede gobernar y estar pensando en las próximas elecciones.
No hubo coraje para hablar claro ante la sociedad y decir cuál fue la “pesada herencia”. Ésta se va enterando a cuenta gotas.
No hay valor para denunciar ante el pueblo los acuerdos espurios, cuasi mafiosos establecidos por miembros de la CSJN, donde se sentaron las bases para avasallar el Derecho y sumir nuevamente a la Argentina en el túnel del tiempo, cambiando a las nuevas generaciones la historia mediante constantes campañas de manipulación psicológica dirigidas por terroristas espías como Horacio Verbitsky, Anguita y otros, quienes deberían ser juzgados por los delitos cometidos como integrantes de bandas terroristas Montoneros y ERP.
Hoy nos encontramos sometidos a tribunales compuestos por ex terroristas (ejemplo: los integrantes del TOF de Santiago del Estero, recientemente separados por la Cámara de Casación Penal, por no ser imparciales dado que son ex integrantes del ERP y miembros de una organización defensora de Derechos humanos). Así, como este caso, en la mayoría de los tribunales y fiscalías se puede encontrar personajes comprometidos ideológicamente, ya sea profesional y/o familiarmente.
Esto ocasiona situaciones como la que sintetizaré: “…un imputado presenta una recusación al Tribunal por existir causales de no ser imparciales, éste da vista al Ministerio Fiscal, compuesto por un fiscal de Justicia Legítima y otro, mal designado, Ad Honorem. Ambos rechazan el pedido. Luego, un tribunal que actúa en otro juicio de ‘lesa humanidad’, también compuesto por militantes de Justicia Legítima, desestima el recurso por extemporáneo, sin importar el fondo de la irregularidad planteada”.

Presidente: ¿cómo se hace para saltar este “corralito”? ¿Para zafar de esta trampa? ¿Ésta es la justicia que ustedes quieren para estos juicios? ¿A esto usted y sus ministros le llaman justicia independiente?. Señor ¡¡¡Tengo bronca!!! No me tome por idiota (por no usar el término que utilizó la expresidente con su funcionario).  
La discusión de 30 mil/8 mil, es estéril. Eso ya pasó.
Deje que cada uno sostenga su cifra. El Estado no debe entrar en esa polémica inconducente. Sí, el Estado, debe ser imparcial; decir, transmitir y comunicar los datos oficiales. Con responsabilidad. No se puede mentir con datos comprobados y reconocidos oficialmente. Debe rechazar con fuerza la idea de un pensamiento único.
Señor Presidente, el tema preocupante, urgente a resolver ya, es terminar con el accionar vengativo del Poder Judicial. Pues Argentina está cometiendo, ahora sí, delitos de lesa humanidad. Señor Presidente, ¡¡¡que el árbol no nos tape el bosque!!!
Está malversando la oportunidad de cambio. En lugar de sentar bases para terminar con aquel pasado trágico, continúa por la misma senda de la división por más que declame la unión nacional.
Argentina está cometiendo,ahora sí, delitos de lesa humanidad.
No habrá concordia mientras se persista en condenar a un sector de la sociedad que en los 70 fue agredido y hoy se lo apresa por haber defendido el estilo de vida, suyo, nuestro, el de las futuras generaciones. De haber triunfado aquellos, tenga por seguro que Usted hoy no sería presidente de los argentinos.
La verdad en este tema aún no ve la luz y la mayor parte de la sociedad no conoce lo que pasa verdaderamente en estos enjuiciamientos.
Se continúa vendiendo carne podrida con los DD.HH. La estructura del Ministerio de Justicia continúa intacta, tanto en sus costos como en su política ideológica, conducida por sombríos personajes que mediante encantadores discursos, llenos de palabras, tienden un velo engañoso, disfrazado de justicia, escondiendo bajo la alfombra la mugre de arrastre de este tema.
Miembros de este gobierno continúan sosteniendo una defensa acérrima del “plan de solución final” al que estamos sometidos.
Para cambiar hace falta coraje, imaginación, sueños grandes, humildad y generosidad.
Argentina debe reconocer y decirle al mundo la verdad sobre este tema. Tiene la obligación jurídica y moral de hacerlo. De lo contrario es mentir, igual a como se mintió con el INDEC durante tantos años.
Se debe reconocer este error, producto de una política equivocada, llevada a cabo por políticos corruptos, mercenarios y oportunistas que, mentira mediante, decidieron cambiar el rumbo de la reconciliación iniciada a partir de 1983.
Dígale al mundo, el que hoy vive ocupado en combatir al terrorismo (y lo hace con todos los medios posibles… hasta con torturas), que Argentina sufrió en la década del ´70 la peor agresión terrorista de su historia.
Por último, rescato unas palabras del ex presidente norteamericano Franklin Roosevelt, que dijo: “Una de las principales libertades es liberarse del miedo”.
En nuestro caso, liberarse del miedo que han impuesto estas bandas terroristas significa hacer más libre a la sociedad. Esto debería convertirse en el objetivo común. Muchos otros problemas serían entonces más sencillos de resolver.
Desde ya, no existirían presos por razones políticas ni ideológicas en la Argentina.
Decir la verdad, desenmascarar la mentira y reconocer los errores no generará polémica, por el contrario, nos quitará de encima la pesada mochila de la trágica década de los 70.
De otro modo, la sociedad deberá esperar 40 años para darse cuenta de los asesinatos que aquí y ahora se cometen en nombre de la justicia, violando premeditadamente la Constitución Nacional.
Sin otro particular, saludo al señor Presidente, con distinguida consideración.

 

Juan Giovarruscio
Preso Político
4 años con prisión preventiva
Penal de San Felipe- Mendoza

 



PrisioneroEnArgentina.com

Junio 16, 2017



 

El Coronel Losito recusa al juez Lorenzetti

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El Coronel Horacio Losito recusa al juez Ricardo Lorenzetti. Este último, en el libro de Natalia Aguiar,  “EL SEÑOR​ DE LA CORTE” admite en el segundo capítulo y en el capítulo final,  haber pertenecido a la organización terrorista Montoneros.

 

  



 

Fuente y colaboración: Ana Barreiro y Andrea Palomas Alarcón.

 

PrisioneroEnArgentina.com

Junio 4, 2017


 

POLÍTICA DE ESTADO “DE FACTO”

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 Escribe Carlos Españadero.

 

Nuestra dirigencia política se ha desarrollado con una vocación de ilegalidad constante.
Cuando era joven, era corriente saber que los cuarteles eran frecuentados por dirigentes políticos que consideraban necesario el “golpe de estado”. O éramos invitados a reuniones muy “coquetas” donde se producía un acercamiento personal. Para ello nos alababan con hermosas palabras y más que todo, describían terribles desgracias que podían suceder a nuestro país si no aceptábamos que había que derrocar al gobierno. Y leves insinuaciones a nuestra falta de valor cuando manifestábamos nuestro desacuerdo. Por supuesto no se necesita ser hombre de derecho para percibir que estaban proponiendo una ilegalidad. Pero ilegalidad existe cuando se hace y no cuando se habla.
Como nunca fui un militar importante, tuve la suerte que salvo en tertulias amigables donde se expresaban opiniones que definían una mirada de simpatía hacia el golpe de estado, no veía más.
Gracias a Dios. Para “tocar” a algún militar, lo normal era de jefe de unidad (teniente coronel o coronel, cuando no algún general). Yo hablo cuando era subteniente y hasta capitán.
Mi obsesión era el trato con mis subalternos, entre los cuales existía una gran cantidad que eran soldados. Y estoy seguro, que a través de ello aprendí lo que es mi pueblo. Anualmente conocía entre 150 a 200 soldados, y más profundamente hasta teniente a unos 50. Y en ellos veía una pintura de lo que es nuestro pueblo.  Y aprendí a amarlo. ¡Cuántos diálogos sostuve con ellos que me enseñaron cosas! Y conste que no era un superior que saliera del reglamento.
Mi teoría era que, con mis subalternos, el reglamento, pero con sentido humano. Para mis superiores, el reglamento que no solo me obligaba, sino que me defendía. Para el militar en la paz, el reglamento es la ley militar. No está escrito en broma ni para que se lo burle. Está para ser cumplido.
Nuestra dirigencia política noto, se educó con otras normas. Le ley es algo formal. La cumplimos si nos conviene. Si no la burlamos. Y si así no se logra nada, se la viola, eso sí con un racimo de argumentos ideológicos donde la democracia, la libertad, la dignidad y otras yerbas son manoseadas con hermosas palabras.
Los tiempos cambian. Y con ello los “caballitos de batalla”. Las hermosas palabras están de moda o cambian con otras nuevas más sensibles para la población. Hoy el culpar a los derechos humanos, de toda la ilegalidad que late dentro de ellos.
Dentro de este marco, se ha puesto de moda la frase: “política de estado”. ¿Qué es eso? Si bien no hay una definición indiscutible, podemos intuir que apunta a evitar los enfoques divergentes de sectores políticos que confrontan violentamente contra otros. Y si vamos a la expresión ideológica es muy bueno.
Argentina es un país fracturado, con una dirigencia política incapaz de buscar un sentir común como nación. Entonces se mantiene un quiebre permanente de su frente interno. Basta ver en economía la lucha entre “los capitalistas” y los “nacionalistas” (que desarrollaría en otra oportunidad). Esto conlleva que, por la vía democrática, los gobiernos cambian y sea una línea u otra necesita tirar abajo lo que hizo el otro. ¿Y la población que decide por el voto? Ante las dos líneas que hacen un buen “marketing”, la ciudadanía parece que alternativamente les da oportunidad para que encontremos el país deseado. Pero si observamos las expresiones de su voto, interpreto que se inclinan más a las ideas “nacionalistas” que a las “capitalistas”. Pero ambas albergan aspectos muy negativos, en los cuales la corrupción quiebra toda esperanza.
Los “capitalistas” sueñan con las inversiones extranjeras y se baja los pantalones ante el “capitalismo salvaje” cambiando soberanía por una “feliz dependencia”. Los “nacionalistas” es un amplio abanico va desde la idea de crear su propio capitalismo hasta el que quiere hacer la guerra mundial contra el capitalismo internacional. Son miradas muy diferentes. Cada una de estas busca el poder. Y si es diferente de la línea gubernamental que se va, cambia en 180ª todo lo que se ha hecho en el país. Luego una política de estado parece ayudar a evitar los cambios bruscos que al final sea para un lado o para el otro, perjudica a la población. Nuestra Argentina vive en el cambio, y nuestra población (que es lo más importante que tiene una nación) es golpeada por los efectos que no son motivos de preocupación real (es decir de hechos) de nuestra dirigencia. Cada uno cautiva con sus palabras y actúa pensando más en cómo convertir su cargo gubernamental en una tarea laboral cómoda y rendidora.  Y esto se agrava con la tendencia al caudillismo que ha desvirtuado la vida de los partidos políticos. Todo esto transforma a la política de estado en algo no solo positivo sino necesario.
Pero nuestra dirigencia, vocacionalmente ilegalista, quizás por haragana o por usarla a su albedrío, no quiere legislar sobre esto.
Hay que notar que, en un país, las normas de juego son imprescindibles para convivir e incluso para desarrollarse. Y las normas de juegos son las leyes.
Si fuera yo, propondría una ley sobre política de estado que diga que hay que cumplir las leyes y modificarlas dentro de las normas que se establecen para modificarlas. Esa podría ser una buena política de estado.
Pero el problema básico es establecer como se da forma a “una política de estado”. Parecería obvio que hay que legislar sobre esto.
El primer problema es ubicarla en el marco legal. Una política de estado debería ser superior a las leyes. Porque si es igual no es necesaria. Debe ser inferior a la constitución, salvo que se modifique ésta.
En nuestro país hay dos niveles legales: La constitución nacional y las leyes que se deben fundamentar en la constitución nacional. Una ley referida a la política de estado” debería ser superior al mecanismo legislativo para sacar una ley. ¿Por qué? Porque si no una ley modifica otra, y la política de estado puede cambiar según las mayorías, que normalmente son cambiantes. Entonces no hagamos una política de estado, dejamos la ley y basta.
Otra solución es convocar a una constituyente y dentro de la constitución establecer como se establece una política de estado que garantice su continuidad a pesar de cambiar los gobiernos, y también cómo puede ser cambiada, sin necesidad que se convoque a una nueva constituyente. Por ejemplo, imponer que debe ser una ley que debe contar con el 80% de los votos y sea aprobada por un referéndum vinculante. Tanto para ponerla en vigencia como para cambiarla.
Nuestra dirigencia pretende omitir “este detalle”. Y por lo tanto el Dr. Lorenzetti puede establecer una política de estado, o el Dr. Kunkel o mi tía si se le ocurre. No hay norma que limite establecer una política de estado. Puede darle vigencia algún buen periodista con “plafón” sea Víctor Hugo, o Asís, o Laje, o en un programa de debate político periodístico.
En consecuencia, los presos políticos hasta ahora no estamos afectados por ninguna “política de estado” que no tiene vigencia en nuestro andamiaje legal. Solamente estamos sometidos al Poder de la Corte Suprema de Justicia, que, en vez de establecer jurisprudencia sobre su conducta anticonstitucional e ilegal, prefiere asombrarnos por una “política de estado” carente de vigencia en nuestro país, dictada (al modo de una dictadura) por el Dr. Lorenzetti con sus amigos.

 


Carlos Españadero

PrisioneroEnArgentina.com

Mayo 16, 2017


 

Carta Abierta a Joaquín Morales Solá

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Del Dicho de periodistas, al “Hecho” de los funcionarios…

 

 

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Una oportunidad perdida para el Gobierno

Ocurrió en estos días un combate soterrado entre el derecho y la oportunidad. En la superficie de ese combate, asiduo e incómodo, reapareció el conflicto por los derechos humanos violados en la década del 70. El derecho en su concepción más liberal y estricta es la que aplicó una mayoría de jueces de la Corte Suprema de Justicia, que hizo valer tal legalidad para dar por cumplida la pena de un condenado por delitos de lesa humanidad, Luis Muiña. La oportunidad es el momento en que el Gobierno estaba buscando un mecanismo jurídico o legislativo para resolver los casos de militares ancianos y enfermos que están presos en cárceles comunes. El escándalo político que provocó aquella decisión de la Corte Suprema, y la multitudinaria manifestación social en contra de ella, dejó sin margen al Gobierno y al máximo tribunal para avanzar en esa solución. Cuarenta y un año después del golpe de Estado de 1976, el país no ha podido elaborar un modo de superar ese pasado y suturar las viejas heridas.
El péndulo de la revisión del pasado osciló entre extremos en los últimos 33 años de democracia. Sólo Raúl Alfonsín intentó en los primeros cuatro años de su mandato, cuando era un presidente fuerte, juzgar a los militares que violaron los derechos humanos y a los guerrilleros que también lo hicieron. Carlos Menem decidió mediante un indulto personalísimo liberar a todos de culpa y cargo. La era kirchnerista colocó el péndulo en el otro extremo. Juzgamiento a todos los militares acusados de delitos de lesa humanidad, aun desconociendo en muchos casos las garantías procesales. Al mismo tiempo, convirtió a los jefes guerrilleros de los años 70 en héroes cargados de crímenes. El gobierno de Macri aspiraba a colocar el péndulo en el medio: ni impunidad ni venganza. La prisión domiciliaria de los militares ancianos y enfermos no significaría una disminución de la condena, sino otra manera de cumplir la prisión. Colocaría el derecho humanitario en armonía con el Código Penal, que prevé la prisión domiciliaria para los presos enfermos o con más de 70 años.
La decisión de la mayoría de la Corte es legal. El artículo 2 del Código Penal es muy claro: siempre se aplicará la ley más benigna en el momento del fallo, aun cuando hayan estado vigentes otras leyes. La más benigna es, sin duda, la que beneficia a los condenados con el “dos por uno” mientras estuvieron en prisión preventiva. Es una ley que responde a los preceptos del garantismo zaffaroniano. La hipocresía del kirchnerismo radica, sobre todo, en su inacción. En doce años de poder, no le agregó al artículo 2 del Código Penal una excepción para los delitos de lesa humanidad ni cubrió el vacío legal que dejó la ley del “dos por uno”, que el Congreso acaba de resolver.
Los dos jueces que votaron en contra de ese beneficio, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda, también se respaldaron en argumentos legales. Los tratados internacionales de derechos humanos, incorporados a la Constitución en 1994, declaran la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad y prohíben la reducción de las penas. De hecho, Maqueda había firmado hace poco una resolución de la Corte que otorgó la prisión domiciliaria a un militar de 85 años, muy enfermo. No pasó nada entonces.
En medio del fárrago, la primera pregunta que surge es qué pasó para que la interpretación estricta del derecho derrumbara la oportunidad. El ministro de Justicia, Germán Garavano, visitó semanas atrás a todos los miembros de la Corte. Ninguno le anticipó nada sobre aquella resolución del “dos por uno”. Sólo al anochecer del día anterior a la firma de la resolución, Lorenzetti lo llamó por teléfono al ministro para advertirle vagamente de que algo pasaría al día siguiente sobre un asunto vinculado con delitos de lesa humanidad. Por eso, Garavano fue el primero en salir, tal vez enojado y decepcionado, a manifestarse en contra de la ley del “dos por uno”. Es una opinión sincera. “Yo soy más conservador para la interpretación de la ley; no me gusta el excesivo garantismo”, suele decir en privado.
Pero ¿qué pasó dentro de la Corte? Primero los hechos, después las interpretaciones. El grupo de tres jueces liderado por Carlos Rosenkrantz, e integrado por Elena Highton de Nolasco y Horacio Rosatti, sorprendió a Lorenzetti y Maqueda con un voto redactado sobre el beneficio a Muiña con la ley del “dos por uno”. Acordaron a duras penas un plazo no mayor de 15 días para que los otros dos elaboraran sus votos. Muiña es sólo un caso entre 20 más que tiene la Corte. Así empezó todo.
Una interpretación, que circula por el oficialismo, señala que Lorenzetti, que maneja la agenda de la Corte, dejó que el caso prosperara porque imaginó el desgaste de Rosatti, su eterno rival. En efecto, Rosatti les comentó a varios interlocutores (incluidos algunos funcionarios del Gobierno) que después del juicio político planteado por Elisa Carrió, la gestión de Lorenzetti como presidente del tribunal debía concluir en diciembre próximo, aunque le quedara un año más de mandato. “La situación no da para más”, les dijo. Rosatti supone que él podría ser el sucesor de Lorenzetti al frente del tribunal. Lorenzetti los habría dejado avanzar sabiendo que Rosatti se quemaría en el camino.
Otras versiones indican que fueron los tres firmantes de la resolución los que presionaron a Lorenzetti para que se tratara el tema. En tal caso, sería Rosenkrantz, y no Rosatti, quien tomó el liderazgo de una parte importante de la Corte. Luego del estrépito político y social por la resolución, Rosatti y Highton de Nolasco se mostraron dubitativos. Rosatti debió cancelar dos disertaciones por el temor a escraches. Rosenkrantz, que es un jurista sin experiencia política, se mantuvo en sus trece. “No cambiaría ni una coma por la presión política y mediática”, confirmó.
Carrió salió otra vez en auxilio del Gobierno. Será ella la que presentará en Diputados un proyecto para que los militares condenados por delitos de lesa humanidad puedan cumplir prisión domiciliaria a partir de los 75 años. “El derecho humanitario debe ser respetado por la democracia”, señaló. Carrió tiene autoridad moral para hacerlo. Ella escribió como constituyente la inclusión de los tratados internacionales de derechos humanos en la Constitución y fue la voz que defendió en la Cámara de Diputados la derogación de las leyes de obediencia debida y de punto final. Se entusiasmó cuando escuchó a Carlos Kunkel, que participó del grupo guerrillero Montoneros, exclamar en el recinto de los Diputados: “Enfrentar a la fuerza con la fuerza fue un error”. Fueron las primeras palabras de tibia autocrítica.
Para que el país deje de habitar en el pasado son necesarios la verdad y el pedido de perdón. Ni militares ni guerrilleros mostraron nunca gestos de remordimiento. Aunque la responsabilidad del Estado es siempre mayor cuando se violan derechos humanos, la culpa de los grupos insurgentes en aquella ordalía de sangre no puede seguir sumergida bajo un relato de supuesta heroicidad. Definitivamente, no fueron héroes ni mártires. Es cierto, por otro lado, que lo que Norma Morandini llama el “insoportable patrullaje ideológico” impide el debate para llegar a la verdad. Ese “patrullaje” llegó a descalificar a Graciela Fernández Meijide, madre de un desaparecido y luchadora infatigable por los derechos humanos. Fernández Meijide había dicho sólo una frase con sentido común: “Nos guste o no, es un fallo de la Corte Suprema y hay que respetarlo”. En efecto, la Corte no tiene la culpa. Es el pasado irresuelto el que interpela a la dirigencia argentina y a los viejos protagonistas de la entera tragedia.

http://www.lanacion.com.ar/2023590-una-oportunidad-perdida-para-el-gobierno

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CARTA A JOAQUÍN MORALES SOLÁ

LOS CÓMPLICES
Mis respeto por su excelente escrito. Pero mientras este y otros cientos se confeccionan y leen, transcurre el tiempo, el que me están robando ilegalmente a mí, a mi familia y muchos otros. En lo personal la ideología, la política y las ambiciones funcionales personales y el país todo, me importan absolutamente nada. Sabe por qué? Porque me “engarronaron”* Verdaderos delincuentes del poder judicial con la indiferencia y el silencio cómplice, de funcionarios de otros poderes, políticos, miembros de la iglesia y de ustedes los periodistas, se han dedicado a fraguar pruebas, para producir detenciones ilegales. Al mismo tiempo, a dejar verdaderos responsables de delitos, no sé si bien llamados de lesa humanidad, en libertad. Todo esto produce una impotencia extrema. Las maniobras realizadas y los delitos cometidos para imputar gente, son burdos y en muchos casos están a la vista. Eso si, no a la de todos, ya que como República estamos llenos de ciegos, sordos y mudos, instalados en cómodos despachos oficiales, cuyas mentiras están amparadas por ustedes los periodistas. No sigo escribiendo, realmente es perder el tiempo. De cualquier  forma  el concepto de la realidad que oculta este “gobierno democrático para algunos”, está expresado en estas breves líneas.

Lo que nunca podré exponer ni mínimamente, es la repulsión que siento ante tanta ilegalidad e hipocresía generalizada de tanto cobarde que circula en inmerecida  libertad, por el territorio que se llama Argentina.

 

“Nadie se convierte en cómplice de un crimen si no tiene un interés personal”.
Donato Carrisi (1973-     )

 

Cordialmente
Claudio Kussman
Mayo 14, 2017
*”engarronar” – hacer comer un garrón, culpar un inocente – jerga policial

 

 


Claudio Kussman

claudio@PrisioneroEnArgentina.com

www.PrisioneroEnArgentina.com

@PrisioneroA

Mayo 14, 2017


 

 

 

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Justicia y canalladas

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 Escribe Enrique Guillermo Avogadro.

“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor,

la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.

Albert Einstein

 

Obviamente, el título de esta nota se refiere, primero, al fallo de la Corte Suprema (https://tinyurl.com/kbumnvm) que el miércoles resolvió que correspondía aplicar el “2×1” (cada día de prisión preventiva se computa doble) a un procesado por delitos de lesa humanidad. Los ministros del máximo Tribunal Carlos Rosenkrantz, Elena Highton de Nolasco y Horacio Rosatti conformaron la mayoría que simplemente aplicó la ley, mientras Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda se opusieron. ¡Una para el lado de la Justicia!

No habían pasado cinco minutos desde que el fallo fuera públicamente conocido cuando comenzó el coro habitual de los ex organismos de derechos humanos (ya confesadamente movimientos políticos kirchneristas) a repudiarla; que la Vicepresidente, Graciela Michetti, y el Ministro de Justicia, Germán Garavano, se sumaran a los críticos de la sentencia, y en términos de compleja gravedad frente a la tan declamada separación de poderes resultó, al menos, raro. Lo más notable fue la reacción de quienes apoyaron, siempre y sin reparos, las teorías penales garantistas de Eugenio Zaffaroni, que hicieron escuela y permitieron liberar a acusados de los más aberrantes delitos, que ahora se rasgan las vestiduras simplemente porque se pretende terminar con una arbitraria discriminación. Aquí nadie parece comprender que, aunque se trate eventualmente de culpables, no se combate a los caníbales comiéndoselos.

El voto de Lorenzetti confirmó su postura de años, durante los cuales sostuvo que la persecución a los militares que derrotaron a la subversión terrorista (armada y financiada por Cuba, Argelia, Libia, Vietnam y Rusia) era una política de Estado, consensuada por los tres poderes, por lo cual ese vengativo acoso estaba legitimado y resultaba funcional al poder de turno; nunca se le ocurrió juzgar conforme a derecho y con total independencia. ¿Está abriendo el paraguas –como hizo el propio Néstor, cuando dijo con cinismo “la zurda te da fueros”– frente a las concretadas denuncias de Lilita Carrió o ante lo que surge de su biografía, escrita por Natalia Aguiar, que se ha transformado en un best seller?

Recordemos que, para lograr ese fin, buscado por el kirchnerismo para  conquistar a la intencionada izquierda vernácula e internacional -el actual viaje a Europa de Cristina es una prueba de su éxito-, se violaron todas las leyes vigentes (legalidad, juez natural, irretroactividad, máximo de prisión preventiva, detención domiciliaria a los mayores de 70 años) en juicios fraguados mientras la sociedad entera, con su habitual actitud hipócrita y cobarde, olvidaba a los militares presos y amnistiaba a los asesinos, les pagaba sin control alguno pingües indemnizaciones y los enquistaba en el aparato estatal.

Lamentablemente, esa buena noticia, que hace regresar a la Argentina al imperio del derecho y de la igualdad ante la ley, fue empañada por un nuevo manotazo de venganza: un Juez de Mar del Plata, Santiago Inchausti, armó una causa por presuntos delitos de lesa humanidad y ordenó la captura de cuatro militares, entre ellos el Tte. Cnel. Emilio Nani, héroe de Malvinas y tal vez el más condecorado de la gesta por su valor en combate, que fue gravemente herido y perdió un ojo en la recuperación de los cuarteles del Regimiento N° 3 “Gral. Belgrano”, en La Tablada. Esa acción guerrillera, que protagonizó el MTP (continuador del ERP), conducido por Enrique Gorriarán Merlo, se desarrolló en enero de 1989, en la presidencia de Raúl Alfonsín, un gobierno obviamente democrático y. amén de multitud de heridos, costó la vida a muchos militares y policías.

Nani actuó hoy como hubieran debido hacerlo siempre los jefes de todas las armas cuando esta infamia persecución comenzó; es decir, cuando  Néstor Kirchner, arropado en las banderas revolucionarias que siempre había repudiado, obtuvo del genuflexo Congreso la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final que, sabiamente, la democracia había sancionado como camino hacia la pacificación. O sea, haciendo honor a la jerarquía, indispensable en cualquier fuerza armada, y al ver que habían detenido a oficiales más jóvenes que él por la misma causa, viajó a Mar del Plata, se puso a disposición del Juez y fue enviado a la cárcel. ¡Así paga esta miserable y decadente Argentina a sus mejores hombres!

En el otro extremo de Sudamérica, mientras tanto, Nicolás Maduro sigue poniéndose de sombrero a todo su país, sumido en el caos, el hambre, la violencia, la falta de salud, la inflación espantosa. El estruendoso silencio de nuestros presuntos defensores de los derechos humanos frente a la salvaje represión, que ya contabiliza cuarenta muertos, decenas de opositores presos y la destrucción de la prensa libre, desnuda su inmunda hipocresía.

El nuevo engendro jurídico pergeñado por el tirano para conservar el poder omnímodo que aún ostenta fue la convocatoria a una original Asamblea constituyente para modificar la carta magna que su padrino, Hugo Chávez Frías, había impuesto a fines del siglo pasado. Pretende constituirla, al menos por la mitad, con partidarios elegidos a dedo. Pero todo eso no bastará, como lo demuestra cada día en la calle la movilizada sociedad, para compensar su descrédito, por muchas armas y activistas que le suministren los gerontes cubanos; es que, si el chavismo cayera, la isla verá cortarse el último cordón umbilical que le permite respirar, aunque sea miserablemente.

No hay dictadura en el mundo que haya podido sostenerse exclusivamente basada en las bayonetas, cuando sólo el 10% de la población la apoyaba. Pero sería muy importante, casi decisivo, que los Estados Unidos resolvieran, más allá de la correcta declamación política, interrumpir sus compras de petróleo venezolano, que hoy representan el 75% de las exportaciones del país. Si Maduro ni siquiera está dispuesto a permitir la instalación de un corredor humanitario –es más, ha confiscado las escasas medicinas que llegaron a su través- para ayudar a sus connacionales simplemente a sobrevivir, ¿por qué seguir alimentando su régimen, además vinculado al terrorismo colombiano y al narcotráfico, con esenciales divisas?

En el escenario latinoamericano, casi barrido de él el populismo que tanta miseria costó a sus pueblos, Argentina ha recuperado su prestigio y está dispuesta a asumir el liderazgo que Brasil dejara vacante por la enormidad de sus problemas internos. En este momento, la acompañan todos los países de la región –con la obvia exclusión de Uruguay, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que aún no han conseguido desprenderse de esa lacra, y varias naciones caribeñas, deudoras del chavismo, que intentó exportar el “socialismo del siglo XXI” mediante enormes exportaciones de petróleo a precios subsidiados- y la presión de sus vecinos regionales sobre Nicolás Maduro se está acentuando.

El gobierno bolivariano, ha quedado demostrado, prefiere la muerte de sus conciudadanos a ceder en sus pretensiones pseudo socialistas y en su capacidad depredatoria. Se ha conformado así un verdadero infierno, en el cual Venezuela muere cada día, mientras los chavistas rojo-rojillos bailan sobre un volcán en ebullición. Cómo concluirá esta monumental crisis, que tanto lastima la sensible y dolorida piel del continente, es la gran incógnita.

 

Enrique Guillermo Avogadro
Abogado

 


PrisioneroEnArgentina.com

Mayo 6, 2017


 

HAY QUE SALVAR AL MONO

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EL SEÑOR DE LA CORTE

Capítulo 2

Hay que salvar al Mono

Desde la infancia, Ricardo Lorenzetti sintió que había nacido para cambiar el mundo. Curioso y observador por naturaleza, se convirtió en un lector incansable. Buscó sin descanso ampliar el horizonte del saber. La política, su gran pasión. Pasado montonero en su juventud de universitario peronista. Arquitecto y constructor minucioso de su destino. Hábil contorsionista para acercarse, hasta donde hiciera falta, junto a los que tenían el poder. De abogado de a pie a juez de la Corte. “¿Dónde carajo está el Mono? ¡El Mono!, ¡el Mono!”, gritaban los militares que derribaron a patadas la puerta de la casa de la calle 9 de Julio, en el centro de la ciudad de Santa Fe, donde vivían cinco estudiantes de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Eran las 6 de la mañana de un caluroso sábado de 1976, posterior al golpe militar. 56 Los uniformados, a punta de fusil, entraron en patota. Destrozaron los muebles; dieron vuelta los colchones y revisaron, uno por uno, los libros de aquella banda de terroristas o subversivos, como vociferaron a los cuatro vientos para advertir a los vecinos. El único que estaba en ese momento en la vivienda era Horacio Calciati. El joven dormía cuando el grupo de tareas, en compañía de miembros de la Policía Federal, convirtieron el sueño en una pesadilla que recordará hasta el último día de vida. Lo pusieron contra la pared, le separaron las piernas y lo cachearon. De un golpe lo tiraron al piso y, sin dudar un instante, lo intimaron para que confesara dónde ocultaba las armas. Eligió no hablar. Le asestaron un par de culatazos en la cabeza y le patearon las costillas sin descanso. Los gritos de auxilio se oyeron en toda la cuadra. Nadie acudió en su ayuda. Recibió una paliza feroz pero el operativo fue un fracaso. Por más que pusieron patas arriba todas las habitaciones, no encontraron ni una vulgar pistola. Se fueron con las manos vacías, sin llevarse nada ni a nadie. En el piso dejaron, en un charco de sangre, al hombre que únicamente despegó sus labios para expresar su dolor cuando le rompieron la cabeza y le fracturaron, prácticamente, todas las costillas. El Mono no estuvo en aquellas horas dramáticas. Minutos antes Calciati lo había ayudado a escapar por la parte trasera de la casona tras advertir ambos que los militares los seguían. Cuando Lorenzetti se reencontró con Calciati quedó atónito. No podía creer lo que le habían hecho a su amigo, le habían dejado el rostro irreconocible y el cuerpo apenas se podía sostener a sí mismo. “El Mono” no era otro que Ricardo Luis Lorenzetti, militante de la Juventud Peronista (JP), ligada a la organización guerrillera Montoneros. 57 Ricardo Capello, Alberto Infeld y Ricardo Roca, los otros estudiantes que compartían la fatídica casa, se salvaron de la redada de milagro. Ajenos a las actividades de sus dos compañeros, el destino quiso que estuvieran en otro lugar en ese momento. “No quiero ni recordar lo que viví esa noche, me molieron a palos por todas las partes del cuerpo”, recuerda Horacio Calciati. “Yo sabía dónde estaba el Mono”. Fui a avisarle del allanamiento para que huyera y no regresara hasta que se acomodaran los tantos”, detalla con melancolía. “Al día siguiente — continúa— compañeros infiltrados en las fuerzas de seguridad nos informaron que, desde la noche anterior, la manzana estaba vigilada por los militares”. El ahora contador no duda: “Ricardo Lorenzetti es una gran persona y amigo. Siempre me agradeció que le salvara la vida. Nunca lo olvidó. Nos conocemos desde el jardín de infantes, hicimos la secundaria juntos y luego compartimos la etapa universitaria. Tenemos una vida en común. Es una gran persona y gran amigo. Lo volvería a hacer”, 58 garantiza. Los militares querían al Mono porque estaban convencidos de que su organización estudiantil, en realidad, era una tapadera de la guerrilla montonera. Nunca pudieron comprobarlo, pero su olfato —y algunos soplones— les aseguraban que no andaban desencaminados con ellos. Lorenzetti fue uno más en revolverse tras la caída de Isabel Martínez de Perón. Las Juntas Militares que asaltaron el poder, el 24 de marzo de 1976, tenían como objetivo declarado no solo restablecer el orden político y económico, sino también asegurarse el monopolio de la fuerza con la aniquilación de toda expresión de pensamiento crítico. En el camino, y como prioridad, querían terminar con Montoneros —muy activos también durante el efímero y caótico gobierno de la viuda del general— y asestar el golpe final a lo que quedaba de otros movimientos guerrilleros. Entre otros, el atomizado Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), que terminaría fusionado con Montoneros. A Lorenzetti lo fueron a buscar en varias oportunidades, pero el destino le tenía preparado un futuro más promisorio que centros clandestinos, vuelos de la muerte o cualquiera de los suplicios que la dictadura acostumbraba a utilizar. A Omar Francisco “el Flaco” Operto, quizás el hoy supremo juez también le deba la vida. Le abrió la tranquera de uno de sus campos (del norte santafesino) y lo mantuvo escondido por algo más de tres meses después del allanamiento de la casa. Cuando las aguas parecieron volver a su cauce y el ruido de las botas se oía lejano, Lorenzetti salió de su madriguera durante el verano de 1977. Había tenido tiempo para pensar y poner en la balanza hasta dónde estaba dispuesto a llegar, a riesgo de perderlo todo. Decidió cuidar mejor sus espaldas, intentar pasar desapercibido y bajar su perfil de militante. Tenía claro que eso no significaría abandonar la política, una pasión que cultiva hasta el día de hoy. En ese terreno ambiguo entre la guerrilla y la juventud peronista, sus compañeros lo recuerdan como un teórico o ideólogo más inclinado a desarrollar estrategias que a empuñar un arma. El Mono volvió con pies de plomo a la facultad y se entregó de lleno a la vida académica. Ese ámbito le resultaba mucho más seguro y gratificante. Intuía que no era un disparate pensar que, en verdad y a su manera, podría “cambiar el mundo”, 59 como, en el fondo, siempre había pensado.

(Extracto del libro de Natalia Aguiar, El Señor de la Corte)

Colaboración: Nora Alicia


PrisioneroEnArgentina.com

Abril 4, 2017


El Señor de la Corte. Prólogo omitido en la primera edición

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El Señor de la Corte. Prólogo omitido en la primera edición


Por Carmen De Carlos


Pensar en el Poder Judicial de Argentina es tener que pensar mucho y no siempre bien. La sospecha sobre miembros de un cuerpo, sin cuya existencia la democracia resultaría imposible, sobrevuela con insistencia desde hace décadas. Una porción significativa del Código Penal podría adaptarse, como una segunda piel bajo la toga, a jueces que tuvieron que salir por la puerta trasera de sus Juzgados. La misma hipótesis podría aplicarse a determinados magistrados que siguen en actividad. El destello que produce el reflejo de la plata provocó –y provoca- ceguera en la ambición de riqueza de esos hombres -y a veces mujeres- que un día eligieron olvidar que representan lo más sagrado de una sociedad: La justicia.
Los medios de comunicación, -con todas sus limitaciones y diversidad de propósitos-, nacieron con la obligada vocación de denuncia de aquellos funcionarios e instituciones que se traicionan a sí mismos y emponzoñan un país. Los periodistas argentinos que conocen de memoria los pasillos de los Tribunales de Comodoro Py y las escalinatas del Palacio de Justicia de la Nación, que es la casa de la Corte Suprema, fueron, en ocasiones históricas, valientes acusadores de aquellos que están más lejos que cerca de la ley. El respaldo de las empresas periodísticas en su trabajo supone una garantía y tranquilidad para ese investigador que tiene los ojos abiertos y el resto de los sentidos, en permanente estado de alerta.
Denunciar el abuso de poder e identificar las diferentes caras de la corrupción no es tarea fácil para nadie. Mucho menos para alguien que, como Natalia Aguiar, no ha tenido a su lado el blindaje de una redacción. Tampoco debió ser sencillo sumergirse en registros mercantiles de Buenos Aires a Salta, con escalas diversas y parada obligada en Rafaela, ciudad de nacimiento del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Luis Lorenzetti. El desafío, visto y leído este libro, alcanzó proporciones enormes al rastrear sociedades encadenadas para tratar de localizar al creador de un tablero de piezas diseñado para engordar las alforjas propias a costa de las públicas.
El periodista de investigación –en nuestro caso la periodista- vio multiplicar sus retos al abrirse paso en el camino del presupuesto de la Justicia. Hacerlo significó toparse con sorpresas impactantes. La primera, obras públicas asignadas a constructoras que no llegan a colocar los cimientos o cuando lo hacen, se sostienen con la firmeza de un castillo de naipes. El ejemplo forma parte de una larga serie de hallazgos del libro que dan vértigo.
Zambullirse en los charcos del Poder Judicial puede producir ese efecto. También, superar la capacidad de asombro: Contratos de sistemas informáticos que colapsan, intento de asalto tecnológico a los procesos electorales o el destino poco transparente de cientos de millones –o quién sabe si miles- , son algunos casos que vuelca la autora en estas páginas para arrojar luz donde pareciera imponerse la noche o, deliberadamente, el silencio.
“Hacete amigo del juez”, propone José Hernández en el Martín Fierro. Cumplir con la invitación (lo que significa) es, precisamente, lo que no hizo Natalia Aguiar. Periodista y abogado entendió que las causas de los pobres –y Argentina lo es en la Justicia- no pueden estar sometidas a acuerdos de pulpería. Natalia pasó una década larga atenta a las palpitaciones de los diferentes miembros de la Corte Suprema, conoce cada rincón del Palacio de Justicia y hasta el color de los ladrillos -los limpios y los otros- de la máxima instancia judicial.
Este libro es la prueba de su tenacidad, de la dignidad de una mujer, de una periodista, que estuvo, parodiando la película de Fred Zinnemann, sola ante el peligro de rescatar la verdad. No tuvo detrás un equipo o una cabecera que la sostuviera. El resultado de su esfuerzo es la disección profesional de Ricardo Lorenzetti, el máximo responsable de esa Justicia que Argentina –y el mundo que la conoce- miran con recelo.
La historia del Presidente de la Corte de la Nación pudo ser la historia cristalina de una mente brillante. La biografía que narra Natalia Aguiar, pudo ser la del hombre que la mayoría de los argentinos pensó que era, cuando le designó el ex presidente Néstor Kirchner pero, no lo es. El jurista capaz de poner equilibrio, ser el fiel de la balanza incondicional de la justicia, templar con las presiones de otros poderes y evitar las tentaciones identificadas con el color del dinero, no es el que asoma en la mayoría de las páginas de este libro. En su lugar aparecen términos que ofenderían a una persona de bien: testaferros, fallos tarifados, traición, adjudicaciones a dedo y otras que el lector descubrirá en este informe minuciosamente documentado. También, con justicia, tendrá el lector la versión del protagonista o su derecho a réplica. El broche final es una entrevista que abruma como empieza y desconcierta como termina.
Este libro, en resumen, es una denuncia sin miedo, con documentos como prueba más que indicios, que los hay y son muchos. Este libro, El Señor de la Corte, está repleto de citas y testimonios con nombre y apellidos. Es un trabajo de investigación y desencanto pero también de esperanza. Sin la colaboración de aquellos que ponen su voz al servicio de la periodista, sin el archivo y la información lograda –parte con ayuda de otros jueces, abogados, políticos y miembros de la Judicatura que creen en la justicia-, sospecho que Natalia Aguiar no podría haber llegado tan lejos.
Todas las sociedades, y la argentina no es una excepción, necesitan sentir que la justicia existe. El imperio de la ley es el único ordenamiento imperativo que los ciudadanos entienden imprescindible para sobrevivir con garantías mínimas de seguridad, desarrollo y dignidad. Descubrir el lado oscuro en la cabeza de la justicia y de rebote en buena parte del resto del Cuerpo, pese a las apariencias, es positivo. Saber quién es quién permite identificar a los jueces honorables y estos, aunque a veces surja la duda, existen y son muchos. Algunos, figuran en estas páginas.


Carmen DE CARLOS


ABC (Corresponsal)
www.sudamericahoy.com (Editora General)
Buenos Aires
Carmen de Carlos es la corresponsal del ABC español en la Argentina.

Colaboración: Moni Cam

PrisioneroEnArgentina.com

Marzo 18, 2017

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FUNCIONARIOS  DELINCUENTES Y ASESINOS

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 Escribe Claudio Kussman.

 

DENUNCIA EN BAHÍA BLANCA

Reiteradamente cuando me refiero al accionar de algunos funcionarios del poder judicial o de otros poderes los califico como: “banda de delincuentes y asesinos”, ya no importándome absolutamente nada las consecuencias que debo pagar y que me harán pagar estos iluminados que hoy pertenecen al gobierno de “CAMBIEMOS”. Nada puede superar la iniquidad a la que he sido sometido al día de hoy, la que también arrastró a mi familia.

Permanentemente yo documenté y documento lo que afirmo, por lo que el día tres de marzo ppdo. presenté en la Cámara Federal de Bahía Blanca otra denuncia cuyo contenido se adjunta. Esta vez respaldada por el informe NOTA-S04:0027337/2016 del MINISTERIO DE JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS DE LA NACIÓN, del mes de abril del 2016 cuando yo llevaba adelante una huelga de hambre y medicación que se extendió por treinta y un días.

 

INTERVIENE EL MINISTERIO DE JUSTICIA

En esa oportunidad el funcionario ministerial  no solo escuchó las graves violaciones a mis derechos más elementales como sujeto de un proceso. Antes,  un médico penitenciario le había informado sobre los retos, cuestionamientos y presiones que recibe de funcionarios judiciales, cuando eleva diagnósticos sobre la gravedad de la salud, de ciertos prisioneros, y recomienda la remisión a otros ámbitos de cuidado o domicilio de este. Entre ellos el del militar CARLOS ALBERTO SAINI DE OCHENTA Y NUEVE AÑOS DE EDAD. Todo fue documentado, allí había diversos delitos de acción pública. ¿Qué hicieron los togados? Absolutamente nada, miraron para otro lado, cometiendo una vez más el delito de incumplimiento a los deberes del funcionario público. ¿Qué hicieron las autoridades gubernamentales? Nada también miraron para otro lado, encuadrándose en el mismo delito. De allí esta nueva presentación.

 

LA JUSTICIA INDEPENDIENTE

Así  por inoperancia, desinterés, cobardía y también encubrimiento, con nosotros sigue intacta la máquina de exterminio del “vamos por todo”. Mientras el ingeniero MACRI recita una y otra vez: “que la justicia debe ser independiente” refiriéndose nada menos que a la del prevaricato,  que no es otra que la que RICARDO LORENZETTI, llama POLÍTICA DE ESTADO. Así será hasta que vayan por el ingeniero que iba a terminar con “el curro de los DDHH”, entonces se dará cuenta que ya es demasiado tarde. Si le ocurre la décima parte de lo que hacen con mi persona y por consiguiente con mi familia, como así también con otros, por supuesto lo tendrá bien merecido.

 

 

 

 

“Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”.

(Anónimo)

 

Cuatro párrafos del expediente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, desoido por los miembros del poder judicial hasta hoy. Se adjunta copia completa de la denuncia formulada y del expediente del Ministerio de Justicia. En todos por estrategia judicial fueron borrados los nombres de los funcionarios, del ministerio y del Servicio Penitenciario Federal.

  

 


 

Denuncia de Marzo 2017

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Reporte del Ministerio de Justicia

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Marzo 8, 2017


¿…Y donde está el libro sobre Lorenzetti? Entrevista de Radio Del Plata a Natalia Aguiar

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Extrañas circunstancias rodean el retiro de los comercios del libro El Señor de la Corte, de Natalia Aguiar, que cuenta la vida y obra de Ricardo Lorenzetti, alias El Supremo o El Mono, Presidente de la Suprema Corte de Justicia. La casa editorial afirma que lo retiró de las librerías por un error de imprenta, otros aseveran que se habría perdido en el triángulo de Rafaela.

 

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

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Marzo 1, 2017


 

La suerte de un pajarito

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En el mundo hay personas sensibles que todavía sienten culpa por, cuando niños, haberle quitado, gratuitamente, la vida a un pajarito. Maldicen la hora en que tensaron la honda o apretaron el gatillo buscando un autoperdón que no consiguen ¿Sentirán algo semejante jueces y fiscales que, sin pruebas, acusan y condenan? Dictar prisión perpetua a un inocente es infinitamente más grave que enjaular un canario; es devastar irreparablemente la vida de un semejante junto a su familia.

Como bien se sabe, el más preciado valor en la vida es la vida misma; el segundo -para aquellos que no tienen alma de esclavos- es la libertad. Se arguirá, y con razón, que los magistrados son hombres y, por lo tanto, equivocarse en una sentencia es un riesgo inmanente al sistema que, si bien se trata de reducir al mínimo, es imposible erradicar. Ahora bien, condenar a prisión a una persona con plena conciencia de que no existen pruebas que lo ameriten, es cosa muy distinta que equivocarse de buena fe. Hay años luz de distancia moral entre una conducta y la otra.

Condenar sin pruebas es obrar, de hecho, con “dolo eventual”, es decir, no descuidadamente sino, por lo contrario, sabiendo lo que hace y siendo consciente del grado de peligro que su comportamiento lleva implícito para un bien jurídico como es la libertad de una persona. El Estado fue creado para impedir la injusticia y no para cometerla. La milenaria ciencia del Derecho y el método científico son la mejor guía en este sentido y, ambos, exigen ­pruebas! ya sea para establecer que fulano es el asesino o que la tierra gira alrededor del sol. Sin pruebas que corroboren y fundamenten las acusaciones y sentencias, no hay justicia sino “caza de brujas”.

Las sentencias condenatorias, entre otras, al padre Julio Grassi, por el supuesto abuso, y a Carlos Carrascosa, por el crimen de María Marta García Belsunce, deberían , en cátedras de Derecho Penal, ser casos emblemáticos de estudio de lo que es un pésimo procedimiento. La lectura de estos mamarrachos devenidos en causas judiciales es imprescindible para opinar con autoridad y no repetir como loros las conjeturas tendenciosas de los periodistas especializados en el chusmerío.

Grassi, Carrascosa y tantos otros son víctimas por azar y podría sucederle a cualquiera que se encuentre lejos del poder. Los acusados por delitos de “lesa humanidad”, en cambio, son víctimas de una política de Estado y, en general, de los medios masivos de comunicación. Fue el mismísimo presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación el que dijo: “No vamos a retroceder en los juicios de lesa humanidad. Los juicios no se van a detener. Esto va a continuar. No va a haber marcha atrás. Esto es una política de Estado y deben respetarla todos los argentinos”. Así que, entonces, es el Estado, a través de la aplicación de una política específica, el que opera para que militares, policías, ex jueces, empresarios y curas por el mero expediente de una denuncia vayan a juicio y sean condenados.

Particularmente, no le creo nada al señor presidente de la Corte Suprema de Justicia, ni a la política de derechos humanos “consensuada” inconstitucionalmente con los otros dos poderes. No le creo porque, sin pruebas, entre otros, encarcela a subtenientes y cabos que por la época tenían veinte años de edad y no eran dueños de decidir con qué camisa vestirse. No le creo al Dr. Ricardo Lorenzetti, ni a su libro de los Derechos Humanos, porque si, en verdad, dijera lo que dice e hiciera lo que hace por convicción y fidelidad a principios, en lugar de justificar la persecución a los últimos “orejones del tarro” (subtenientes, cabos, etcétera) debería él mismo, de oficio y para que se le aplique la “política de Estado” para los crímenes de lesa humanidad , denunciar al Dr. Eugenio Zaffaroni.

Este señor, que siendo juez juró por el Estatuto de la dictadura, que negaba hábeas corpus a los desaparecidos (reconocidos por él) tiene infinitamente más responsabilidad que muchos de los que están -entre ellos, héroes de guerra- pudriéndose en las cárceles ¿Qué espera Lorenzetti y las organizaciones de derechos humanos para llevarlo a tribunales? ¿Porqué la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, al respecto, hace mutis por el foro? Y, lo más doloroso y vergonzante, ¿ porqué a esta sociedad le importa, menos que la suerte de un pajarito, que pase lo que nos pasa?

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Febrero 28, 2017


 

Presidente Macri: Crease valiente y lo será

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Escribe Moni Cam.

 

Sr. Presidente Mauricio Macri –

Lider de Cambiemos –

 

Con respeto a su investidura, yo lo he votado y trocado su denominación motivada y ajustada a dos extremos:

1) La atroz realidad de que se sigue violando nuestra CN.

2) La abyecta cobarde premisa de lo ¨POLÍTICAMENTE CORRECTO¨ desplegada durante los primeros 15 meses de su gobierno, mereciendo acabadamente el novel mote de ¨CONTINUEMOS ¨, sometido insolitamente a la falaz ¨ Lacra K de los DDHH ¨ y al ejército de vagos ¨PLANEROS ¨ empachados de derechos y sin obligaciones humanas.

¿Pregunto, que haría ud? si apareciera en su coalición una nefanda , sediciosa ¨AGRUPACIÓN ¨- que se autodomine – ´CAMBIEMOS LEGÍTIMA ¨, o si en el Ejército Argentino (que naciera con la Patria misma) surgiera un grupúsculo de degenerados y crea una fuerza paralela en rebelión que autodenominaran ¨EJÉRCITO LEGÍTIMO¨!!!???… Estas precedentes utópicas fantasías se han visto concretadas durante el gobierno ¨K ¨- EL MAS CORRUPTO DE NUESTRA HISTORIA – y que ud a reemplazado, pero que después de 15 meses de gestión, sigue latiendo el corazón de la abyecta , nefanda ¨JUSTICIA LEGÍTIMA ¨- cancer con feroz metástasis que carcome a la agonizante, prostituida ¨JUSTICIA NACIONAL ¨ en especial el fuero federal- salvo honrosas, escasas excepciones – y que sin rubor alguno nada se ha cambiado en los ilegales, ilegítimos juicios mal llamados de ¨LESA HUMANIDAD¨ violando nuestra CN y Códigos de rito. A ellos les cabe la fenomenal sentencia de José Ingenieros ¨¨ El pudor de los hipócritas es la peluca de su calvicie moral ¨.

La corrupción del poder judicial no se depurará por si solo pues el propio jefe de la ¨ASOCIACIÓN ILÍCITA ¨ sigue en manos del arta protervo, ignaro, traidor y rábula ¨Lorenzetti ¨presidente de la CSJN.

Ud presidente Macri, por el art. 109 de la CN , no debe ni puede inmiscuirse en el Poder Judicial de la Nación, pero nada le impide el denunciar los delitos cometidos en banda y poblado por la caterva de magistrados – traidores a la patria en calidad de ¨LESA JUSTICIA – que por los remanidos institutos del derecho internacional – ius- cogens y consuetudinario – aplicando nuestro CPN y CPPN alcanzan y sobran para enjuiciar a los miserables ministros jueces y fiscales que delinquen aviesa y públicamente en su propia cara.

Sin coraje la Argentina jamás se recuperará del colosal ¨tsunami K ¨ que ha arrasado y demolido la moral de los argentinos.

Presidente Macri, de ud depende el futuro y las grandezas de todos nosotros; eche al ecuatoriano impresentable, despida al cirigallo, rábula de Garavano y al acoquinado imbécil de Avruj. Convoque a juristas de fuste de la ACADEMIA NACIONAL DE DERECHO para que lo ilustren, querelle a todos los traidores de ¨justicia legítima ¨, enjuicie a Lorenzetti y Gils Carbó… sea noble con los que merezcan nobleza, al resto amor y garrote; crease valiente y lo será, el que se atreve triunfa, el mayor riesgo en la vida es no arriesgarse .

Dios y los evangelios por los que usted ha jurado lo iluminen y provean férrea templanza por el bien de nuestra Argentina.

La Patria antes , la Patria siempre!

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Febrero 24, 2017


 

QUEREMOS UN ESTADO QUE NOS HAGA LIBRES

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Escribe Alejandro Patrón Costas (h).

 

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Cada vez que surge el tema de los años 70 sobre el número de desaparecidos, sobre los juicios de “lesa humanidad” o sobre los militares presos, los funcionarios de este gobierno rápidamente se escudan detrás de la frase “este tema es una política de estado” y con ello dan por concluido el asunto. Lo hacen incluso cuando les preguntan por las opiniones de alguno de sus colegas, tal los casos de Lopérfido y Gómez Centurión. A su vez, aquellos que osan mostrar su desacuerdo ya sea con el número de desaparecidos, lo que pasó durante el proceso, o antes del mismo, son acusados inmediatamente de “negacionistas” por el ejército de cultores del relato setentista y del pensamiento único.

Esa acusación se usa mundialmente para defenestrar a aquellos que ponen en duda el genocidio que los nazis perpetraron al pueblo judío. Ahora bien, esa insistente y asesina persecución a los judíos por parte de Hitler y sus secuaces, fue una política de estado de la Alemania de los años 30 y 40; recuérdese que Hitler asume el poder, y lo sostiene, con un inmenso apoyo del pueblo Alemán. ¿No fue acaso aquella una política de estado errónea y criminal? ¿Puede una política de estado estar equivocada?

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El ejemplo que traigo a colación claramente demuestra que esto es así, que puede pasar. Pues bien, la política de estado pergeñada por Kirchner, LorenzettiZaffaroni y la mayoría de los políticos de la Argentina, y continuada por el gobierno actual, es una política de la venganza que está llevando a cientos de ciudadanos argentinos, civiles y militares, a la muerte en cárceles federales de todo el país.

El Estado, en todos su niveles y poderes, y con toda su fuerza, atenta contra la libertad y la vida de todo ese colectivo; ¿no es esto un crimen de lesa humanidad? Cómo en nuestro país se le llama “genocidio” a cualquier cosa me permito también preguntarme si esto no está ocurriendo, en este momento, en Argentina. Ante la duda, en este caso y en lo que a mí respecta, prefiero que me llamen “negacionista” y no“cómplice”.

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PrisioneroEnArgentina.com

Febrero 11, 2017


 

YO SOY UN IDIOTA … ¿Y USTED?

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claudio-kussman-cartel Escribe Claudio Kussman.

 

LOS IDIOTAS
Como no voy a ser un idiota si a los 71 años de edad estoy preso, metido en un pantano con el agua al cuello, a donde también arrastré a mi familia!. Mi destino -ya sellado sin haberlo querido, ni merecido- se entrecruza  con el de miliares, policías, funcionarios judiciales, políticos de todos los colores, desaparecidos, empresarios, sindicalistas, víctimas del terrorismo y por supuesto también terroristas, devenidos en “jóvenes idealistas” o juventud maravillosa, según como se los quiera considerar.  En esta terrible ensalada humana, dejando toda ideología de lado, están -como yo- los idiotas que nos distinguimos por haber sido torturados, estar muertos, (indistintamente en los años 70 u hoy) o presos en vías de morir. Fuimos detenidos al “barrer”, infiriendo, e incluyeron personal que al momento de los hechos solo era agente o soldado-cabo recién ingresados a las distintas fuerzas.

 

LOS MEDIO VIVOS
Los medios vivos, son gente importante con cierto grado de influencia, que teniendo imputaciones varias de lesa, son intocables por la “justicia independiente” como la califica todo dirigente que sabe que no lo es pero que mira para otro lado y deja que se hagan un festín con nosotros los idiotas. Así podemos nombrar a MILANI, MARTÍN BALZA, MASSOT, SIERRA, GIROTTI, HOOFT, MONTEZANTI, BLAQUIER y muchos otros. A ellos la “iustitĭa” los respetó, en una palabra se portó como una verdadera dama, con su balanza bien calibrada. Ellos, superado el intríngulis, sin ser detenidos, guardaron sepulcral silencio, haciéndose así cómplices del exterminio que hoy se lleva a cabo con nosotros los idiotas, de este territorio llamado Argentina.

 

LOS BIEN VIVOS
Y por último están los vivos. Esos que son ganadores y llegaron a la cumbre, sin importar su bandería ideológica del pasado, ni su pertenencia. Son todos amigos y brindan con champagne a más y mejor. Pueden ser jueces, militares, terroristas, empresarios, políticos de cualquier gama, eso no importa, ya que el champagne le gusta a todos, inclusive a los idiotas como yo, que por serlo lo tengo judicialmente prohibido.

 

MONITOREADO POR UN MONTONERO.
¿Por qué digo todo esto?  Porque en mi tobillo izquierdo llevo una pulsera de monitoreo de un empresario que en el pasado fue montonero, llamado MARIO MONTOTO, nombre de guerra PASCUALITO, exitoso emprendedor  de “la recontra seguridad” a través de la empresa GLOBAL VIEW. Lleva vendidas miles de cámaras de monitoreo,  en CABA bajo la gestión de MAURICIO MACRI y posteriormente en Tigre, con SERGIO MASSA, extendiéndose a otros municipios de la provincia, gracias a su fuerte amistad con DANIEL SCIOLI. Luego siguió el interior del país y Latinoamérica.  Digno de destacar que con sus cámaras se logra atrapar a los que delinquen y con sus pulseras se nos controla cuando nos otorgan la prisión domiciliaria.  MONTOTO en su juventud fue secretario privado y apoderado de MARIO FIRMENICH.  También conoció el olor a pólvora a raíz de un atentado que sufrió en la ciudad de La Plata de donde es oriundo, cuando un comando de la Triple A intentó asesinarlo y le efectuó varios disparos de armas de fuego, pudiendo huir y salir ileso del mismo.

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EMPLEADOR DE MILITARES Y POLICIAS
Tras el regreso de la democracia luchó por el indulto de FIRMENICH. MIGUEL BONASSO  sostiene que el Peronismo tonto3Revolucionario apoyó la campaña de MENEM con un importante aporte económico de MONTOTO a cambio de dicha libertad. Este reconoció que trabajó por el indulto, pero negó tal aporte. También estuvo vinculado con CICCONE a través de la fabricación de las máquinas expendedoras de boletos, para el transporte de pasajeros, pero eso no viene al caso. Empleador de militares y policías entre los primeros se destaca el Coronel (R) GUSTAVO GORRIZ, ex vocero del ex Jefe del Ejército MARTÍN BALZA,  ex jefe del Regimiento Patricios y también ex edecán de CARLOS MENEM, si bien en su plantel directivo también habría un general, un brigadier y un vicealmirante, por supuesto todos retirados. MARÍA INÉS RAVERTA era su esposa y madre de sus dos hijos mayores, en 1980, con 24 años de edad, militares argentinos la habría “desaparecido” en Lima, Perú, en un operativo para intentar atrapar al dirigente montonero Roberto Perdía. MONTOTO entre otros emprendimientos hoy tiene una empresa de productos bélicos llamada CODESUR y el quince  por ciento de GLOBAL VIEW. El ochenta y cinco restante lo vendió en el año 2012 a la empresa japonesa NEC, en treinta millones de dólares.

 

ALERTA ROJA
A esta altura debo decir que “me hace ruido” el hecho de que quienes luchaban y se trataban de matar en la década del setenta, hoy estén juntos, debido a que simultáneamente hay prisioneros de una sola de las partes que confrontaron, que están sufriendo y muriendo indignamente en prisión. Esa lucha no terminó, solo mutó y está vigente. Debo reconocer que estando sometido e indefenso en prisión siendo controlado por ellos, me resulta hasta casi siniestro y reafirma mi convicción que mi esposa debe abandonar definitivamente el país. Lo que nos sucede en este territorio llamado Argentina, resulta  peligrosamente mágico, ¿o no?

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“El peligro es el gran remedio para el aburrimiento”.

Graham Greene (1904-1991)


PrisioneroEnArgentina.com

Febrero 2, 2017


 

Alberto y su estrabismo político (O Hipocresía demagógica)

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          El estrabismo es una afección que padecen algunas personas al ver hacia dos direcciones a la vez en forma simultánea, gracias  a Dios se revierte y hasta se cura. Lo lamentable es que hoy no hay ciencia en el mundo capaz de revertir y/o curar cuando ese estrabismo es político; muy por el contrario, se lo imita cada vez más y por intereses espurios, sobretodo en nuestro país.
Parece que solo fue ayer cuando el jefe inicial del Frente Para la Victoria, al asumir la presidencia de la Nación, a su aparente deficiencia visual le agregó la deficiencia política. Por ello:
·        Como llegó con un escaso 21% de otros, creó el transversalismo, y se apoderó de hombres dubitativos de otros partidos políticos, vaya a saber a cambio de que.
·        Levantó, falazmente, la bandera de los Derechos Humanos asumiendo ser el primero en defenderla, para así armar una estructura de poder que le permitiera aumentar su hegemonía y al mismo tiempo incrementar “legalmente” la CORRUPCION, en beneficio propio y de sus escasos amigos; mientras aumentaba la mortalidad infantil, se incrementaba la inseguridad (o su “sensación”), desaparecía el abastecimiento de insumos de sanidad, aumentaba la desocupación a la par de crear miles de planes que regalaban dinero a costa de jubilados, fomentando la vagancia y desculturizando el país, etc. Creó tribunales especiales para perseguir a las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales, civiles opositores y algunos sacerdotes católicos, pagó indemnizaciones a deudos de ex guerrilleros y se premió a terroristas que habían atacado al Estado Nacional y al mismo tiempo le negaba, por lo menos, una respuesta a los familiares de soldados que fueron asesinados por esas bandas; y la lista de parcialidades podría seguir.
Alberto Fernández, al ser entonces Jefe de Gabinete, nada decía y acompañaba a su jefe en todo; hasta que echado por la viuda de éste, ya muerto, hasta llegó a sumarse a la pseudo oposición del Frente Renovador, espacio político que hoy representa y defiende.
Ahora se presentó en Jujuy para brindar su apoyo y acompañar a la líder de la Tupac, Milagro Sala, con la excusa de que ella es “Presa Política”, cuando en realidad es solo una “Política Presa” más por CORRUPCION y otros delitos. Esto produjo que una Diputada Nacional del Frente Renovador, desnaturalizara su actitud y no la compartiera (Diputada Camaño).
Pero el señor Alberto Fernández manifestó que el líder de su partido, el Diputado Nacional Sergio Massa, lo sabía y no lo había recriminado,…no es una actitud poco común en el señor Massa, quien, a nuestro juicio, siempre busca estar donde “mejor calienta el sol”.
El Doctor Alberto Fernández (abogado) dijo que la señora Sala debería estar libre porque “le asiste el principio de inocencia” hasta que se pruebe lo contario. Además suscribió y/o coincidió con el “kirchnerismo” al sostener “que existe una clara animosidad del Poder Político de Jujuy que tiene a someterla”. Nos preguntamos: ¿Sabrá el Doctor Fernández que el Vicegobernador de esa provincia pertenece a su partido, el Massismo?.
Agregó que “una persona tiene derecho a estar en libertad mientras el debido proceso se sustancia”. Señaló que “no es socio político ni comparte una ideología común”, sino que quiere preservar el Estado de Derecho, que es algo “que costó mucho recuperar, y cuando una persona está injustamente detenida, toda la sociedad, como tal, debe sentirse resentida”. Agregó: “Esto lo hago por todos, porque lo que le pasa a Milagro Sala le puede pasar a todos”.
Éste “a todos” marca lo acentuado que está su estrabismo político que no aplica, ni aplicó nunca, en los casos de los más de tres mil Presos Políticos integrantes de las FF.AA., de Seguridad, Policiales, sacerdotes católicos y civiles; el derecho a la Prisión Domiciliaria a los 70 años, tampoco. La permanencia en cárceles de enfermos terminales y los más de trescientos cincuenta muertos en prisión no los conoce; consideramos que las expresiones de Alberto Fernández demuestran una tremenda HIPOCRECIA DEMAGÓGICA.
Los plazos de Prisión Preventiva, al menos, nos los habrá leído, ya que desconoce la existencia de detenidos políticos con 5, 8 y hasta más de 10 años de Prisión Preventiva.
Pero claro…, nos olvidamos que los Derechos Humanos no es de simple y sencilla aplicación en todo el país de acuerdo al derecho; seguramente a éste doctor le arrancaron esas páginas de su personal Código Penal.
Que los DD.HH. es una política de Estado (Dr. Lorenzetti, Presidente de la SCJN), pero sólo para todos aquellos que el 24 de marzo de 1976 “cometieron el delito inaceptable de vestir un uniforme”; porque para ellos se viola la Constitución Nacional, las leyes y los acuerdos internaciones; es por la grave y brutal decisión “de defender la PATRIA” contra el artero ataque de la guerrilla marxista apoyada por la URSS, Cuba, la ex Checoslovaquia, etc (El comunismo internacional) y además vencerlo; quizás el único ejemplo en el mundo en lograrlo y sino,  basta recordar a ISIS en la actualidad.
Doctor Fernández, cuando rendía sus materias en la Facultad de Derecho, ¿su estrabismo no le habrá permitido aprobar las materias porque copiaba en ambas direcciones? Sólo así se explica su amnesia intelectual al interpretar los Derechos Humanos de “los unos y los otros”.
Nos gustaría saber si estando el doctor Alberto Fernández en la ciudad de San Salvador de Jujuy apoyando a Milagro Sala, se habrá interesado, o al menos pasado, por la Unidad Penitenciaria Federal Nº8 para acompañar o, como mínimo, saludar a los Presos Políticos-Prisioneros de Guerra, que están allí alojados, ¿si no fuera así?, su estrabismo político totalmente ideologizado es muy grave. ¿O estará intentando rejuntar votos para octubre de 2017?. Entonces, será otra muestra de HIPOCRESIA DEMAGOGICA.

“¡¡SOLDADO, NUNCA TE ARREPIENTAS NI PIDAS PERDON POR DEFENDER A LA PATRIA!!”.

 

Juan Carlos Jones Tamayo                                                         Martin Rodríguez
Coronel (R) Prisionero de Guerra                                           Teniente Coronel (R)  Prisionero de Guerra
Licenciado- Preso Político                                                          Licenciado- Preso Político

 

“DONDE NO HAY JUSTICIA, ES PELIGROSO TENER LA RAZON,

YA QUE LOS IMBECILES SON MAYORIA”
(Quevedo)

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Enero 17, 2017


 

Carrió, Lorenzetti y la “PYME RURAL”

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La diputada nacional Elisa Carrió (CC-ARI) amplió ayer miércoles 28 de diciembre su denuncia penal en los Tribunales carrio77Federales de Comodoro Py contra el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Luis Lorenzetti, y solicitó que se investigue a la mutual “Pyme Rural”, que integrarían el juez, familiares y socios suyos. La legisladora sostuvo en la presentación que la mutual presuntamente habría llevado adelante operaciones de cambio de cheques entre la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) y los clubes Sportivo Ben Hur, Atlético 9 de Julio, Sportivo Belgrano y la mutual Club SP Ben Hur. Elisa Carrió sostuvo que “Según he podido saber, el 54 por ciento del padrón de asociados de la mutual Pyme Rural se asociaron el lorenzetti444mismo día: 15 de mayo del 2015″,  y enumeró que entre los socios figuran el titular de la Corte y su hermana Susana Graciela Lorenzetti ; su hija Lucia Lorenzetti ; su hijo Franco Miguel Lorenzetti; y su ex esposa Analía Cortassa.

La diputada le pidió a la juez Servini que se solicite al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social todos los expedientes que versen en dicha institución respecto de las actividades de la mutual y a la Unidad de Información Financiera (UIF), los Reportes de Operaciones Sospechosas que haya recibido respecto de las actividades de la cooperativa”.

Juicios de Lesa Humanidad

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benard2 Por Francisco Bénard.

 

 

El Presidente de la Corte Suprema de la Nación, el Doctor Lorenzetti, siempre ratifica la política de los derechos humanos y los delitos de lesa humanidad.

 

Muchas personas acusadas de esos delitos “sin condena alguna” pasaran estas fiestas en las cárceles. Muchas personas son condenadas por la decisión de jueces ex-terroristas -hay muchos testigos que han  sido ex-terroristas- hay testigos falsos. La Corte Suprema mantiene un absoluto silencio sobre estas atrocidades desde el punto de vista jurídico. Como abogado que juró la Constitución Nacional vaya mi más absoluto repudio.

 

Caminando muy cerca del Edificio “Libertador” me encontré con un general y dos coroneles del Ejército Argentino. Les dije “Les queda muy bien el uniforme de la Patria” y les recordé que en la década de los setenta, de haberlos usado, hubieran sido con toda seguridad víctimas de algún atentado terrorista. Hoy, los de los setenta están en las cárceles.

 

No es cuestión de discutir si hubo 30.000 muertos o desaparecidos o hubo 8.000, en todo caso ello es reprochable. Lo cierto que eso de los 30.000 forma parte del “curro” de las indemnizaciones, que él Presidente Mauricio Macri dijo se terminarían y aún siguen.

 

Dr.Francisco Bénard

Abogado

 

 

 

El doctor Francisco “Pancho” Bénard es abogado, poeta y escritor.

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Diciembre 15, 2016


 

Carlos Fayt…

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El exjuez de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt, murió anoche a los 98 años. 

 

 

UN  HOMBRE SABIO Y JUSTO HA FALLECIDO

fayt1Ha fallecido un  hombre sabio y justo llamado CARLOS FAYT, quien a través del cargo que por largos años ocupó en la Corte Suprema,  con gran honorabilidad y honestidad deja una huella en la historia del país que será indeleble a través del tiempo. A él y sus seres queridos nuestro tributo, respeto y acompañamiento en el dolor.

 

 

EL ROSTRO Y LA PALABRA DE LA HIPOCRECIA

lorenzetti444Hoy y los días que le sigan, seguramente estarán  acompañados de diferentes comentarios y anécdotas sobre EL HOMBRE SABIO Y JUSTO que nos deja. Entre las primeras declaraciones por supuesto están las de su par RICARDO LORENZETTI, quien refiriéndose a él entre otros conceptos expresó: “FUE UN EJEMPLO PARA LOS JUECES DEL PAÍS”. Realmente viniendo de este funcionario y acorde al desprestigio del que goza la “justicia” del “vamos por todo” y hoy del “cambiemos” son pocos los miembros de ese poder de la Nación  que realmente siguieron el muy buen ejemplo que  dejó CARLOS FAYT. No voy a dar nombres, todos los conocemos hasta el hartazgo, y la lista y la enumeración de los abusos y falta de respeto a la Constitución y las leyes es muy extensa. Desgraciadamente muchos de ellos se pusieron al servicio de “LAS POLÍTICAS DE ESTADO” como sin pudor alguno declamara reiteradamente el mismo LORENZETTI dejando de lado los mandatos legales en beneficio propio.

 

 

LA MILITANCIA Y EL ARTE DEL BIRLIBILOQUE

Así nacieron los “jueces militantes”. Sobre ellos hasta el 10 de diciembre de 2015 nos  decían: “NO PUEDE HABER JUECES MILITANTES DE NINGÚN PARTIDO”. Nosotros los adultos mayores en prisión, necesitando ser crédulos ya que éramos víctimas de esos funcionarios militantes dimos todo nuestro apoyo al eslogan, esperanzador.  Ahora por arte de birlibirloque, sobre estos mismos personajes que por supuesto siguen en sus cómodos puestos, escuchamos “LA JUSTICIA DEBE SER INDEPENDIENTE”. Con ello nos dejaron en las garras de las mismas fieras ya que lamentablemente estamos en un “CAMBIEMOS PARA QUE NADA CAMBIE”. Por ello esta inevitable y dolorosa  partida de UN HOMBRE SABIO Y JUSTO,  nos hace sentir que  HOY ESTAMOS UN POCO MAS SOLOS, EN ESTA LUCHA QUE DEBE CONTINUAR.

 

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“A veces en la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo, sino también sin esperanza”.

Alessandro Pertini (1896-1990)

Claudio Kussman

PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 23, 2016