Tras resistirse durante mucho tiempo a las peticiones ucranianas de este tipo, EE.UU., Francia y el Reino Unido dieron su permiso, en algo que muchos han calificado de otro paso hacia la III Guerra Mundial.
Este domingo, medios occidentales informaron que el presidente de EE.UU., Joe Biden, así como las autoridades del Reino Unido y Francia, habían dado luz verde al régimen de Kiev para lanzar ataques con misiles de largo alcance contra las profundidades del territorio de Rusia.
Se informó que Biden, quien durante mucho tiempo se había resistido a las peticiones del régimen ucraniano al respecto, cambió de opinión y autorizó ataques contra el territorio ruso internacionalmente reconocido con armas de largo alcance de fabricación estadounidense. La prensa calificó la decisión de Biden de “un cambio importante en la política estadounidense”.
Según los funcionarios estadounidenses que hablaron con el medio, la primera agresión probablemente se llevará a cabo contra “las tropas rusas y norcoreanas en defensa de las fuerzas ucranianas en la provincia de Kursk, en el oeste de Rusia”. Al mismo tiempo, afirmaron que “no esperan” que tal paso “altere fundamentalmente el curso” del conflicto entre Moscú y Kiev, sino que su objetivo consiste en “enviar un mensaje a los norcoreanos de que sus fuerzas son vulnerables y que no deberían enviar más”. Cabe señalar que, hasta el momento, Rusia no ha confirmado oficialmente la presencia de tropas norcoreanas en Kursk.
Posteriormente, Reuters, citando a sus fuentes, informó que Kiev planea atacar el territorio ruso con misiles de largo alcance de fabricación estadounidense ATACMS, que tienen un alcance de unos 300 kilómetros, en los próximos días. Sin embargo, debido a preocupaciones de seguridad operativa, no se detalló qué tipo de objetivos será atacado, ni se dio la fecha de la acción.
París y Londres también autorizaron al régimen de Kiev utilizar sus misiles de largo alcance Storm Shadow/SCALP para lanzar ataques en las profundidades del territorio ruso. Los Storm Shadow, desarrollados conjuntamente por Francia y el Reino Unido (en Francia se llaman ‘SCALP’), son misiles de crucero sigilosos de la clase aire-tierra que tienen un alcance de más de 250 kilómetros.
En este contexto, algunos funcionarios estadounidenses advirtieron que el uso de misiles por parte de Ucrania “al otro lado de la frontera pudiera impulsar al presidente ruso, Vladímir Putin, a tomar represalias con la fuerza contra Estados Unidos y sus socios de la coalición”. A su vez, hay quienes “dijeron que pensaban que esos temores eran exagerados”.
Mientras tanto, la Casa Blanca declinó hacer comentarios al respecto. Las autoridades de Francia y el Reino Unido tampoco se han pronunciado hasta ahora sobre el asunto.
Por su parte, al hablar sobre el tema, el líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, no confirmó directamente la autorización, pero tampoco la desmintió. “Hoy en día, muchos medios de comunicación dicen que nos han dado autorización para las acciones apropiadas. Pero los golpes no se hacen con palabras. Tales cosas no se anuncian. Los misiles hablarán por sí mismos. Definitivamente”, afirmó.
Mientras tanto, el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, declaró que Ucrania recibió este permiso. “¡Ha llegado este día! Ucrania ya puede atacar instalaciones militares rusas con misiles de largo alcance. Este es un momento decisivo en la lucha contra la agresora Rusia. La paz no puede lograrse mediante la debilidad”, escribió en su cuenta de X.
En respuesta a los reportes de los medios occidentales, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, recordó que Putin ya se ha pronunciado sobre esta cuestión y sobre las consecuencias que tendrá para Occidente.
En septiembre, Putin afirmó que, si se tomara la decisión de permitir que Ucrania ataque lo profundo del territorio ruso internacionalmente reconocido con armas occidentales de largo alcance, significaría que los países de la OTAN “están en guerra con Rusia”.
“Si se toma esta decisión, significará, nada menos, que la implicación directa de los países de la OTAN […] en la guerra de Ucrania. Esa es una implicación directa”, declaró. “Y si es así, con vistas a cambiar la naturaleza del conflicto, tomaremos la decisión adecuada en función de las amenazas que se nos planteen”, aseguró el mandatario ruso.
De igual forma, el jefe de Estado ruso comentó en octubre, durante una entrevista con el periodista Pável Zarubin, que “no se trata de si se permitirá o no que alguien utilice estas armas contra Rusia”. Puesto que “las tropas ucranianas no pueden usar estas armas por sí mismas” y “solo lo pueden hacer especialistas de los países de la OTAN, porque necesitan medios de reconocimiento espacial, que Ucrania naturalmente no tiene”.
Putin
“A punto de abandonar su cargo, Joe Biden está tratando peligrosamente de iniciar la Tercera Guerra Mundial autorizando a Ucrania el uso de misiles de largo alcance de EE.UU. en Rusia”, declaró en su cuenta de X, subrayando que en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, el pueblo estadounidense votó “exactamente contra estas últimas decisiones de EE.UU. y no quiere financiar ni luchar en guerras extranjeras”.
Donald Trump Jr., hijo del presidente electo, también criticó la supuesta decisión de la administración del actual jefe de Estado. “El complejo militar industrial parece querer asegurarse de que ponen en marcha la Tercera Guerra Mundial antes de que mi padre tenga la oportunidad de crear la paz y salvar vidas”, afirmó.
A su vez, el excandidato presidencial estadounidense y nominado como secretario de Salud del próximo gobierno, Robert F. Kennedy Jr., señaló: “Los hombres anónimos con corbata que actualmente dirigen la política exterior de EE.UU. parecen querer iniciar la III Guerra Mundial antes de abandonar la Casa Blanca”.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, también comentó los informes, afirmando que Occidente ha entrado en una “fase de locura”. “Los Gobiernos de EE.UU., Francia y Gran Bretaña (Reino Unido), la ‘santa alianza del mal’, acaban de aprobar al nazi criminal de [Vladímir] Zelenski en Ucrania para atacar a nuestra hermana Rusia”, indicó.
“¡El último gesto del gran artista es la revelación de la contradicción!”.
Giuliano da Empoli
Tuvo razón quien le puso ese mote, ya que Santiago Caputo, tercer integrante del “círculo de hierro” presidencial, sin duda usa “El mago del Kremlin” como biblia de cabecera. Por ello, para quien quiera prever nuestro futuro inmediato, analizar en esa novela cómo Vadim Baranov contribuyó a la construcción de poder de Vladimir Putin, resulta imprescindible. Cuando el protagonista lanza la frase del epígrafe a un opugnador del nuevo Zar, seguramente hubiera podido referirse a la desconcertante conducta de nuestro Gobierno en múltiples áreas no vinculadas a la macro-economía, en la cual acumula sucesivos e innegables éxitos, aunque el ajuste que resultó inevitable aplicar nos resulte a muchos argentinos tan doloroso.
Porque resulta al menos curioso que transfiera tan inmenso poder a ese jovencísimo súper asesor (sin cargo oficial); que se mantengan los onerosísimos e irritantes privilegios impositivos que gozan las compañías armadoras de Tierra del Fuego, encabezadas por Newsan (Rubén Chernajovsky) y Mirgor (Nicolás Caputo); que se siga impulsando la candidatura del impresentable Juez Ariel Lijo a la Corte Suprema; que se tolere la continuidad de los juicios de venganza y la horrorosa persecución que sufren los ya ancianos militares en prisión; que se mantengan en relevantes cargos del Estado a quintacolumnistas del kirchnerismo y del massismo; que no se traduzcan en inmediatas denuncias penales los escándalos de corrupción que se destapan diariamente; que se mantenga o se designe en numerosas empresas y reparticiones públicas a personajes con oscuros pasados y frondosos prontuarios; que se mente al liberalismo libertario mientras se ataca a periodistas y medios independientes, se limita el acceso a la información pública y se vociferan sapos y culebras desde los más encumbrados atriles oficiales.
El activismo estudiantil contra el Gobierno, pese a estar desinflándose, es fogoneado por el trotskismo, claramente secundado por el kirchnerismo, y por el radicalismo que se resiste a perder el manejo sin control de los gigantescos presupuestos universitarios, tal como sucederá tan pronto comiencen la auditorías ya ordenadas. Esos sectores, aterrados ante el desierto que les toca atravesar y que vieron el camino que recorrió en Chile Gabriel Boric, un líder surgido de las anárquicas revueltas que destruyeron simultáneamente decenas de estaciones de subterráneo y enfrentaron violentamente en la calle a los Carabineros, se ilusionan con replicarlo aquí, sin aguardar el fin del período presidencial, es decir, sueñan con destituir a Milei. Pero éste tiene la suerte a su favor, porque el PJ estalló, demostrando la pérdida de centralidad de Cristina Fernández, que habilitó la traición de su heredero Axel Kiciloff al respaldar a Mario Quintela, y la UCR siguió sus pasos cuando se partió su bloque en Diputados por inspiración de Martín Lousteau y Facundo Manes, al quedar en minoría.
La reaparición del asesino Mario Firmenich desde su más que cómoda residencia en Nicaragua, reivindicando el accionar terrorista de Montoneros con la pretensión de traerlo al presente, y el franco respaldo de sus más encumbrados cómplices a los pseudo-mapuches que incendian y ocupan propiedades privadas y fiscales, son síntomas que delatan sus intenciones: desafiar al Estado, aún a costa de la desintegración territorial de la Argentina, y convertir a nuestro país en un nuevo campo de batalla de la renovada guerra (todavía) fría que se libra en el plano geopolítico mundial. No tendrán éxito los subversivos actuales porque estas nuevas generaciones son incapaces, gracias a Dios, de parir tantos criminales como aquéllos de los 70’s que, en nombre de una falsa ideología igualitaria y a riesgo de sus propias vidas, sembraron el terror a sangre y fuego; si así no fuera, no dudo que la Ministro de Seguridad, a quien no le tiembla la mano, sería muy eficiente en el mantenimiento del orden público.
El 5 de noviembre, dentro de sólo diez días, se disputará la elección presidencial en los Estados Unidos, una de las más ríspidas y parejas de su historia. Quien resulte ganador tendrá una decisiva influencia en el futuro inmediato de todo el globo, que se ha vuelto multipolar. Se verá cuando Kamala Harris o Donald Trump tengan que decidir cuál será la política de inmigración y, sobre todo, cómo actuará su país frente a Putin, Xi Jinping, los ayatollahs, Benjamín Netanyahu, Vlodimir Zelensky, la Comunidad Europea, la OTAN y el Pacífico. Hay demasiados escenarios que desvelan a la aterrorizada humanidad por la posibilidad de un holocausto nuclear: la denodada lucha por su supervivencia de Israel contra Irán, Hezbollah y Hamás; la salvaje guerra de conquista de Rusia contra Ucrania; el persistente acoso de las milicias hutíes al comercio marítimo internacional en el Estrecho de Ormuz; la cada vez más activa gimnasia bélica de China ante Taiwan, Filipinas, India, Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia; y otras guerras civiles que nos pasan desapercibidas, aunque cuestan millones de vidas, sobre todo en Africa y Asia.
En Latinoamérica, también esa resolución electoral se espera con inquietud, y no es para menos. Si el vencedor fuera Trump, los tiranos Miguel Díaz-Canel (Cuba), Daniel Ortega (Nicaragua), Nicolás Maduro (Venezuela) y Luis Arce (Bolivia) seguramente la pasarán bastante peor que ahora, pero también Xiomara Castro (Honduras), Gustavo Petro (Colombia), Luiz Lula da Silva (Brasil) y, especialmente, Claudia Sheinbaum (México) estarán más preocupados por la forma oscilante en que se han comportado recientemente en la tirante relación entre China y los Estados Unidos, especialmente a través del BRICS. Por el contrario, si triunfara Harris, lo mismo ocurriría con Nayib Bukele (El Salvador) y quizás hasta Milei encontraría aún más dificultosos los accesos al Tesoro y al FMI.
El conflicto ucraniano acabará en negociaciones, afirmó esta semana el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin.
Durante una rueda de prensa celebrada tras reunirse en Roma con el sumo pontífice, Francisco, el jefe del Pentágono declaró que el conflicto ucraniano acabará en algún momento “con algún tipo de negociación”.
“Necesitamos reducir las tensiones en Oriente Medio y tenemos que encontrar un camino hacia la transición en Ucrania”, subrayó.
Sin embargo, reiteró que EE.UU. seguirá haciendo todo lo necesario para asegurarse de que “Ucrania pueda defenderse y proteger su soberanía”. “Como hemos dicho todo el tiempo, vamos a seguir apoyando a Ucrania, y ellos determinarán cuándo es el momento de sentarse a la mesa de negociaciones”, dijo Austin.
En tal sentido, el secretario de Defensa anunció este lunes un nuevo paquete de ayuda para Kiev por 400 millones de dólares. “EE.UU. es consciente de lo que está en juego”, dijo Austin al líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, durante una reunión en la capital ucraniana, en la cual detalló que el nuevo paquete incluye municiones adicionales, vehículos blindados y armas antitanque.
En marzo de 1941, el novelista alemán Thomas Mann hizo un llamamiento a los habitantes de la Alemania nazi:
“Vuestros dirigentes condenan la resistencia de Inglaterra y la ayuda que recibe de los Estados Unidos como una “prolongación de la guerra”.
Exigen “paz”.
Los que están empapados de sangre de su propio pueblo y de otros pueblos se atreven a pronunciar esta palabra. Con “paz” quieren decir esclavitud, legalización de sus crímenes y reconocimiento de lo humanamente intolerable.
MannHitler
Pero esto es imposible.
No habrá paz con Hitler, porque es profundamente incapaz de paz y esta misma palabra en su boca no es más que una sucia mentira patológica, como todas las palabras que ha pronunciado en su vida.
Podéis pensar sobre la historia y la humanidad con todo el escepticismo y la vileza que queráis, pero creer que todo el mundo reconocerá la victoria final del mal y tolerará su transformación en una célula de la Gestapo, en un campo de concentración universal, donde vosotros, los alemanes, seréis los guardianes, es algo que ni el mayor escéptico puede hacer.
Mientras Hitler y su régimen de incendiarios permanezcan en el poder, los alemanes nunca tendrán paz, bajo ninguna circunstancia”.
Thomas Mann (1875-1955) es un ganador del premio Nobel de literatura. Se le considera el mayor novelista alemán del siglo XX.
ZelenskyPutin
Vladimir Putin no tiene ideas propias. Ninguna. Todo lo que es capaz de hacer es una mala copia de los manuales de Hitler y otros dictadores.
Putin también, por “paz” se refiere a la esclavitud, la legalización de sus crímenes y el reconocimiento de lo humanamente intolerable.
Así como fue imposible hacer la paz con Hitler, es imposible hacer la paz con Putin. Es Putin –y ningún otro líder– quien prolonga la guerra.
Si Rusia retirara sus tropas de Ucrania, la guerra terminaría.
La actual guerra ruso-ucraniana comenzó en febrero de 2014. Tras la Revolución de la Dignidad en Ucrania, Rusia ocupó y se anexionó Crimea y apoyó a los separatistas prorrusos que luchaban contra el ejército ucraniano en la Guerra del Donbás. Estos primeros diez años de conflicto también incluyeron incidentes navales y guerra cibernética.
El actual candidato y expresidente estadounidense Donald J. Trump calificó al líder del régimen de Kiev como “uno de los mejores vendedores” que jamás haya visto. “¿Quién más ha recibido esa cantidad de dinero en la historia? Esto nunca antes había sucedido”, observó.
El expresidente estadounidense Donald Trump culpó a Vladímir Zelenski de posibilitar que estallara el conflicto con Rusia, al tiempo que calificó al líder del régimen de Kiev como “uno de los mejores vendedores” que jamás haya visto, puesto que ha recibido miles de millones de dólares en asistencia por parte del país norteamericano.
“¿Quién más ha recibido esa cantidad de dinero en la historia? Esto nunca antes había sucedido”, declaró el también candidato republicano en una entrevista con el ‘podcaster’ Patrick Bet-David, emitida este jueves. “Y eso no significa que no quiera ayudar [a Zelenski]. Porque realmente lo siento por esa gente. Pero él no debería haber permitido que comenzara la guerra. Esta guerra está perdida”, continuó Trump.
ZelenskyTrump
Posteriormente, volvió a acusar al actual mandatario estadounidense, Joe Biden, por su gestión del conflicto, afirmando que el demócrata “instigó esa guerra”. “Esto debería haberse solucionado antes de que comenzara”, dijo Trump. “Habría sido muy fácil si hubiésemos tenido un presidente con medio cerebro, habría sido fácil resolverlo”, aseveró.
No es la primera vez que el expresidente resalta la responsabilidad del líder del régimen de Kiev en el conflicto. “Seguimos dándole miles de millones de dólares a un hombre que se niega a llegar a un acuerdo”, declaró en un mitin de campaña en Mint Hill, Carolina del Norte, el 25 de septiembre.
Trump ha prometido en repetidas ocasiones que, en caso de ganar los comicios de noviembre, conseguirá en 24 horas un acuerdo de paz en Ucrania, ya que tiene una buena relación con los líderes de ambas partes del conflicto. Asimismo, ha instado a detener el apoyo a Kiev hasta que la Unión Europea gaste en eso la misma suma que EE.UU. En una oportunidad afirmó, además, que el conflicto ucraniano es “mucho peor” de lo que se les dice a los estadounidenses.
Las guerras no suelen terminar con la derrota total de un bando o del otro.Lo más común es que exista algún tipo de acuerdo negociado (ya sea un alto el fuego o un tratado de paz más permanente) en el que las dos partes acuerdan dejar de luchar bajo una serie de términos mutuamente aceptables.Es posible que el conflicto de Ucrania resulte ser una excepción: que la moral rusa se desplome por completo, provocando una derrota total en el campo de batalla, o que Rusia inflija tanto dolor que Kiev se desplome.Pero la mayoría de los analistas creen que ninguna de estas cosas es especialmente probable dada la forma en que se ha desarrollado la guerra hasta la fecha.
PutinZelensky
“No importa cuánta potencia de fuego militar le pongan, [los rusos] no podrán lograr un cambio de régimen o algunos de sus objetivos maximalistas”, declara Kofman, del grupo de expertos CNA.Un acuerdo negociado es la forma más probable de terminar el conflicto.Las negociaciones de paz entre las dos partes están en curso y algunos informes sugieren que están dando frutos.El 28 de marzo, se informó de avances significativos en un proyecto de acuerdo que abarcaba cuestiones que iban desde la membresía de Ucrania en la OTAN hasta la “desnazificación” de Ucrania.
Al día siguiente, Rusia se comprometió a disminuir su uso de la fuerza en el norte de Ucrania como señal de su compromiso con las conversaciones.Sin embargo, los funcionarios estadounidenses se han mostrado públicamente escépticos sobre la seriedad de Rusia en las conversaciones.Incluso si Moscú está comprometido a llegar a un acuerdo, el diablo siempre está en los detalles de este tipo de cosas, y hay muchas barreras que se interponen en el camino hacia una resolución exitosa.Tomemos como ejemplo la OTAN.
Los rusos quieren una simple promesa de que Ucrania permanecerá “neutral”: manteniéndose fuera de los bloques de seguridad extranjeros.El actual proyecto de acuerdo excluye la membresía de Ucrania en la OTAN, pero le permite unirse a la UE.También compromete al menos a 11 países, incluidos Estados Unidos y China, a ayudar a Ucrania si es atacada nuevamente.Esto colocaría a Ucrania en una base de seguridad mucho más sólida que antes de la guerra: una victoria para Kiev y una derrota para Moscú, algo que Putin podría concluir que es inaceptable.
“Las armas son instrumentos fatales que solamente deben ser utilizadas cuando no hay otra alternativa”.
Sun Tzu
Si bien no hay duda alguna que a Javier Milei le tocó la peor herencia de nuestra historia, incluyendo la económica que recibió Carlos Menem de Raúl Alfonsín en un remoto 1989, tampoco se puede negar que debe interactuar con un mundo exterior cada vez más complicado; el kirchnerismo nos ató al carro triunfal de los regímenes más siniestros y autoritarios, pero el Presidente está ejecutando, en materia geopolítica, un más que razonable giro copernicano, acercándonos a las democracias occidentales de las cuales nunca hubiéramos debido alejarnos. Si uno se detiene a observar en detalle un mapamundi, podrá comprobar cuántos nuevos conflictos se están desarrollando simultáneamente, cuánto han crecido los presupuestos militares en el mundo y cuántas positivas organizaciones internacionales están en serio riesgo de implosión.
La franca asociación con los Estados Unidos no sólo ya nos ha comenzado a aportar equipamiento militar (como el acceso a modernos aviones de combate daneses cuya compra había sido objetada por Gran Bretaña) sino que implica un claro y fundamental apoyo de Washington ante los organismos multilaterales de crédito, en especial frente al FMI, a pesar del disgusto que puede provocar en Joe Biden la amistad de Milei con Donald Trump, su duro contendiente en las elecciones de noviembre.
A los mismos efectos, no es irrelevante la posición del Gobierno en la criminal invasión que Vladimir Putin, en pos de recrear la Rusia zarista de la cual se imagina heredero, lleva adelante contra una Ucrania martirizada y cuyo fin nadie se atreve a pronosticar, pese al desgaste que está sufriendo Volodimir Zelensky por la falta de apoyo de algunas grandes potencias y por la pérdida de vidas y de material.
Irán ha desestabilizado definitivamente Medio Oriente, utilizando sus milicias terroristas (Hamas) para atacar a un Israel que, vejado y humillado por el criminal ataque del 7 de octubre de 2023, habilitó a Benjamín Netanyahu a desatar una brutal represión en la Franja de Gaza y atacar objetivos en Cisjordania y Siria, incrementando el riesgo de una conflagración nuclear en toda la zona y, a la vez, a despejar los nubarrones domésticos que se cernían sobre su gobierno. Sin duda nos recuerdan los atentados que concretaron contra la Embajada y la AMIA aquí, cuya responsabilidad le ha sido adjudicada definitivamente a Irán por la Cámara Federal de Casación en un histórico fallo emitido esta misma semana; esa condena, y la siniestra amenaza del terrorismo a realizar nuevas “proezas” contra los enemigos de Irán en el mundo, ha llevado a aumentar el estado de alerta en nuestro país,
América Latina, que fue durante años un continente de paz, no es ajena ya a las tensiones internacionales, en razón tanto de los alineamientos geopolíticos en la nueva guerra fría global cuanto de la confrontación local entre los populismos de izquierda, aquí básicamente disfrazados de socialismo del siglo XXI, y las repúblicas democráticas que, según parece, van recuperando paulatinamente terreno. Los recientes conflictos territoriales entre Venezuela y Guyana por el Esequibo, y los roces diplomáticos que involucran a México, Venezuela, Nicaragua, Chile, Ecuador, Colombia y Brasil, son síntomas claros de esa nueva situación.
Si todo esto fuera poco, es sabido que Cuba, con el apoyo de Venezuela –ésta aliada de Irán, como Bolivia- ha vuelto a las andadas en materia de terrorismo, como hizo en los 60’s y 70’s, cuando pretendió extender su revolución a toda la región, y se han detectado infiltrados de esas nacionalidades para generar violencia en varios países. Se expanden, además, las violentas organizaciones narco-criminales mexicanas, brasileñas y bolivianas; ya corre inocente sangre en Ecuador y Argentina, y una clara preocupación al respecto surge en Uruguay y en Chile.
Xi Jimping está generando graves tensiones en el sur de Asia, en especial por su promesa de incorporar por la fuerza a Taiwan a su territorio, lo cual ha llevado a que los Estados Unidos construyeran una amplia alianza defensiva con Australia, Nueva Zelanda, Filipinas y otras naciones vecinas; todos están convencidos que los recientes problemas de la economía china podrían llevar al ahora eternizado Presidente a desatar una guerra para galvanizar el apoyo popular a su gestión. Y su nefasta Ruta de la Seda le ha permitido hacerse de recursos naturales en todo el continente africano. El kirchnerismo en el poder, respaldado por mayorías legislativas traidoras a la Patria, le cedió la soberanía sobre 200 Ha en la Provincia de Neuquén por 50 años renovables, para instalar allí una base del Ejército de Liberación, permitiendo así a la potencia asiática acceder al control del tráfico naval bioceánico y acercarse a la Antártida, un bocado más que apetecible; transformaron así a la Argentina en un blanco militar en caso de una guerra global.
En escenario internacional se mueve el león libertario, y ya ha logrado mudar a nuestro país al lado correcto de la mesa de arena y comenzado a corregir los negativos efectos de una mal intencionada política exterior. Pero no hay almuerzo gratis, y la Cancillería debiera extremar los cuidados para no vernos involucrados en conflictos ajenos, pues aún no estamos preparados, militar ni económicamente, para enfrentarlos.
Occidente da via libre a Kiev utilizar misiles de largo alcance contra Rusia
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Este domingo, medios occidentales informaron que el presidente de EE.UU., Joe Biden, así como las autoridades del Reino Unido y Francia, habían dado luz verde al régimen de Kiev para lanzar ataques con misiles de largo alcance contra las profundidades del territorio de Rusia.
Se informó que Biden, quien durante mucho tiempo se había resistido a las peticiones del régimen ucraniano al respecto, cambió de opinión y autorizó ataques contra el territorio ruso internacionalmente reconocido con armas de largo alcance de fabricación estadounidense. La prensa calificó la decisión de Biden de “un cambio importante en la política estadounidense”.
Según los funcionarios estadounidenses que hablaron con el medio, la primera agresión probablemente se llevará a cabo contra “las tropas rusas y norcoreanas en defensa de las fuerzas ucranianas en la provincia de Kursk, en el oeste de Rusia”. Al mismo tiempo, afirmaron que “no esperan” que tal paso “altere fundamentalmente el curso” del conflicto entre Moscú y Kiev, sino que su objetivo consiste en “enviar un mensaje a los norcoreanos de que sus fuerzas son vulnerables y que no deberían enviar más”. Cabe señalar que, hasta el momento, Rusia no ha confirmado oficialmente la presencia de tropas norcoreanas en Kursk.
Posteriormente, Reuters, citando a sus fuentes, informó que Kiev planea atacar el territorio ruso con misiles de largo alcance de fabricación estadounidense ATACMS, que tienen un alcance de unos 300 kilómetros, en los próximos días. Sin embargo, debido a preocupaciones de seguridad operativa, no se detalló qué tipo de objetivos será atacado, ni se dio la fecha de la acción.
París y Londres también autorizaron al régimen de Kiev utilizar sus misiles de largo alcance Storm Shadow/SCALP para lanzar ataques en las profundidades del territorio ruso. Los Storm Shadow, desarrollados conjuntamente por Francia y el Reino Unido (en Francia se llaman ‘SCALP’), son misiles de crucero sigilosos de la clase aire-tierra que tienen un alcance de más de 250 kilómetros.
En este contexto, algunos funcionarios estadounidenses advirtieron que el uso de misiles por parte de Ucrania “al otro lado de la frontera pudiera impulsar al presidente ruso, Vladímir Putin, a tomar represalias con la fuerza contra Estados Unidos y sus socios de la coalición”. A su vez, hay quienes “dijeron que pensaban que esos temores eran exagerados”.
Mientras tanto, la Casa Blanca declinó hacer comentarios al respecto. Las autoridades de Francia y el Reino Unido tampoco se han pronunciado hasta ahora sobre el asunto.
Por su parte, al hablar sobre el tema, el líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, no confirmó directamente la autorización, pero tampoco la desmintió. “Hoy en día, muchos medios de comunicación dicen que nos han dado autorización para las acciones apropiadas. Pero los golpes no se hacen con palabras. Tales cosas no se anuncian. Los misiles hablarán por sí mismos. Definitivamente”, afirmó.
Mientras tanto, el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, declaró que Ucrania recibió este permiso. “¡Ha llegado este día! Ucrania ya puede atacar instalaciones militares rusas con misiles de largo alcance. Este es un momento decisivo en la lucha contra la agresora Rusia. La paz no puede lograrse mediante la debilidad”, escribió en su cuenta de X.
En respuesta a los reportes de los medios occidentales, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, recordó que Putin ya se ha pronunciado sobre esta cuestión y sobre las consecuencias que tendrá para Occidente.
En septiembre, Putin afirmó que, si se tomara la decisión de permitir que Ucrania ataque lo profundo del territorio ruso internacionalmente reconocido con armas occidentales de largo alcance, significaría que los países de la OTAN “están en guerra con Rusia”.
“Si se toma esta decisión, significará, nada menos, que la implicación directa de los países de la OTAN […] en la guerra de Ucrania. Esa es una implicación directa”, declaró. “Y si es así, con vistas a cambiar la naturaleza del conflicto, tomaremos la decisión adecuada en función de las amenazas que se nos planteen”, aseguró el mandatario ruso.
De igual forma, el jefe de Estado ruso comentó en octubre, durante una entrevista con el periodista Pável Zarubin, que “no se trata de si se permitirá o no que alguien utilice estas armas contra Rusia”. Puesto que “las tropas ucranianas no pueden usar estas armas por sí mismas” y “solo lo pueden hacer especialistas de los países de la OTAN, porque necesitan medios de reconocimiento espacial, que Ucrania naturalmente no tiene”.
“A punto de abandonar su cargo, Joe Biden está tratando peligrosamente de iniciar la Tercera Guerra Mundial autorizando a Ucrania el uso de misiles de largo alcance de EE.UU. en Rusia”, declaró en su cuenta de X, subrayando que en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, el pueblo estadounidense votó “exactamente contra estas últimas decisiones de EE.UU. y no quiere financiar ni luchar en guerras extranjeras”.
Donald Trump Jr., hijo del presidente electo, también criticó la supuesta decisión de la administración del actual jefe de Estado. “El complejo militar industrial parece querer asegurarse de que ponen en marcha la Tercera Guerra Mundial antes de que mi padre tenga la oportunidad de crear la paz y salvar vidas”, afirmó.
A su vez, el excandidato presidencial estadounidense y nominado como secretario de Salud del próximo gobierno, Robert F. Kennedy Jr., señaló: “Los hombres anónimos con corbata que actualmente dirigen la política exterior de EE.UU. parecen querer iniciar la III Guerra Mundial antes de abandonar la Casa Blanca”.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, también comentó los informes, afirmando que Occidente ha entrado en una “fase de locura”. “Los Gobiernos de EE.UU., Francia y Gran Bretaña (Reino Unido), la ‘santa alianza del mal’, acaban de aprobar al nazi criminal de [Vladímir] Zelenski en Ucrania para atacar a nuestra hermana Rusia”, indicó.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 18, 2024
RAREZAS DE AQUÍ Y DE ALLÁ
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por Enrique Guillermo Avogadro.
“¡El último gesto del gran artista es la revelación de la contradicción!”.
Giuliano da Empoli
Tuvo razón quien le puso ese mote, ya que Santiago Caputo, tercer integrante del “círculo de hierro” presidencial, sin duda usa “El mago del Kremlin” como biblia de cabecera. Por ello, para quien quiera prever nuestro futuro inmediato, analizar en esa novela cómo Vadim Baranov contribuyó a la construcción de poder de Vladimir Putin, resulta imprescindible. Cuando el protagonista lanza la frase del epígrafe a un opugnador del nuevo Zar, seguramente hubiera podido referirse a la desconcertante conducta de nuestro Gobierno en múltiples áreas no vinculadas a la macro-economía, en la cual acumula sucesivos e innegables éxitos, aunque el ajuste que resultó inevitable aplicar nos resulte a muchos argentinos tan doloroso.
Porque resulta al menos curioso que transfiera tan inmenso poder a ese jovencísimo súper asesor (sin cargo oficial); que se mantengan los onerosísimos e irritantes privilegios impositivos que gozan las compañías armadoras de Tierra del Fuego, encabezadas por Newsan (Rubén Chernajovsky) y Mirgor (Nicolás Caputo); que se siga impulsando la candidatura del impresentable Juez Ariel Lijo a la Corte Suprema; que se tolere la continuidad de los juicios de venganza y la horrorosa persecución que sufren los ya ancianos militares en prisión; que se mantengan en relevantes cargos del Estado a quintacolumnistas del kirchnerismo y del massismo; que no se traduzcan en inmediatas denuncias penales los escándalos de corrupción que se destapan diariamente; que se mantenga o se designe en numerosas empresas y reparticiones públicas a personajes con oscuros pasados y frondosos prontuarios; que se mente al liberalismo libertario mientras se ataca a periodistas y medios independientes, se limita el acceso a la información pública y se vociferan sapos y culebras desde los más encumbrados atriles oficiales.
El activismo estudiantil contra el Gobierno, pese a estar desinflándose, es fogoneado por el trotskismo, claramente secundado por el kirchnerismo, y por el radicalismo que se resiste a perder el manejo sin control de los gigantescos presupuestos universitarios, tal como sucederá tan pronto comiencen la auditorías ya ordenadas. Esos sectores, aterrados ante el desierto que les toca atravesar y que vieron el camino que recorrió en Chile Gabriel Boric, un líder surgido de las anárquicas revueltas que destruyeron simultáneamente decenas de estaciones de subterráneo y enfrentaron violentamente en la calle a los Carabineros, se ilusionan con replicarlo aquí, sin aguardar el fin del período presidencial, es decir, sueñan con destituir a Milei. Pero éste tiene la suerte a su favor, porque el PJ estalló, demostrando la pérdida de centralidad de Cristina Fernández, que habilitó la traición de su heredero Axel Kiciloff al respaldar a Mario Quintela, y la UCR siguió sus pasos cuando se partió su bloque en Diputados por inspiración de Martín Lousteau y Facundo Manes, al quedar en minoría.
La reaparición del asesino Mario Firmenich desde su más que cómoda residencia en Nicaragua, reivindicando el accionar terrorista de Montoneros con la pretensión de traerlo al presente, y el franco respaldo de sus más encumbrados cómplices a los pseudo-mapuches que incendian y ocupan propiedades privadas y fiscales, son síntomas que delatan sus intenciones: desafiar al Estado, aún a costa de la desintegración territorial de la Argentina, y convertir a nuestro país en un nuevo campo de batalla de la renovada guerra (todavía) fría que se libra en el plano geopolítico mundial. No tendrán éxito los subversivos actuales porque estas nuevas generaciones son incapaces, gracias a Dios, de parir tantos criminales como aquéllos de los 70’s que, en nombre de una falsa ideología igualitaria y a riesgo de sus propias vidas, sembraron el terror a sangre y fuego; si así no fuera, no dudo que la Ministro de Seguridad, a quien no le tiembla la mano, sería muy eficiente en el mantenimiento del orden público.
El 5 de noviembre, dentro de sólo diez días, se disputará la elección presidencial en los Estados Unidos, una de las más ríspidas y parejas de su historia. Quien resulte ganador tendrá una decisiva influencia en el futuro inmediato de todo el globo, que se ha vuelto multipolar. Se verá cuando Kamala Harris o Donald Trump tengan que decidir cuál será la política de inmigración y, sobre todo, cómo actuará su país frente a Putin, Xi Jinping, los ayatollahs, Benjamín Netanyahu, Vlodimir Zelensky, la Comunidad Europea, la OTAN y el Pacífico. Hay demasiados escenarios que desvelan a la aterrorizada humanidad por la posibilidad de un holocausto nuclear: la denodada lucha por su supervivencia de Israel contra Irán, Hezbollah y Hamás; la salvaje guerra de conquista de Rusia contra Ucrania; el persistente acoso de las milicias hutíes al comercio marítimo internacional en el Estrecho de Ormuz; la cada vez más activa gimnasia bélica de China ante Taiwan, Filipinas, India, Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia; y otras guerras civiles que nos pasan desapercibidas, aunque cuestan millones de vidas, sobre todo en Africa y Asia.
En Latinoamérica, también esa resolución electoral se espera con inquietud, y no es para menos. Si el vencedor fuera Trump, los tiranos Miguel Díaz-Canel (Cuba), Daniel Ortega (Nicaragua), Nicolás Maduro (Venezuela) y Luis Arce (Bolivia) seguramente la pasarán bastante peor que ahora, pero también Xiomara Castro (Honduras), Gustavo Petro (Colombia), Luiz Lula da Silva (Brasil) y, especialmente, Claudia Sheinbaum (México) estarán más preocupados por la forma oscilante en que se han comportado recientemente en la tirante relación entre China y los Estados Unidos, especialmente a través del BRICS. Por el contrario, si triunfara Harris, lo mismo ocurriría con Nayib Bukele (El Salvador) y quizás hasta Milei encontraría aún más dificultosos los accesos al Tesoro y al FMI.
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 25, 2024
El futuro de la guerra entre Rusia y Ucrania
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El conflicto ucraniano acabará en negociaciones, afirmó esta semana el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin.
Durante una rueda de prensa celebrada tras reunirse en Roma con el sumo pontífice, Francisco, el jefe del Pentágono declaró que el conflicto ucraniano acabará en algún momento “con algún tipo de negociación”.
“Necesitamos reducir las tensiones en Oriente Medio y tenemos que encontrar un camino hacia la transición en Ucrania”, subrayó.
Sin embargo, reiteró que EE.UU. seguirá haciendo todo lo necesario para asegurarse de que “Ucrania pueda defenderse y proteger su soberanía”. “Como hemos dicho todo el tiempo, vamos a seguir apoyando a Ucrania, y ellos determinarán cuándo es el momento de sentarse a la mesa de negociaciones”, dijo Austin.
En tal sentido, el secretario de Defensa anunció este lunes un nuevo paquete de ayuda para Kiev por 400 millones de dólares. “EE.UU. es consciente de lo que está en juego”, dijo Austin al líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, durante una reunión en la capital ucraniana, en la cual detalló que el nuevo paquete incluye municiones adicionales, vehículos blindados y armas antitanque.
PrisioneroEnArgentina.com
Octubre 12, 2024
La Prolongación de la guerra en Ucrania
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Por Nelson Silverman.
En marzo de 1941, el novelista alemán Thomas Mann hizo un llamamiento a los habitantes de la Alemania nazi:
“Vuestros dirigentes condenan la resistencia de Inglaterra y la ayuda que recibe de los Estados Unidos como una “prolongación de la guerra”.
Exigen “paz”.
Los que están empapados de sangre de su propio pueblo y de otros pueblos se atreven a pronunciar esta palabra. Con “paz” quieren decir esclavitud, legalización de sus crímenes y reconocimiento de lo humanamente intolerable.
Pero esto es imposible.
No habrá paz con Hitler, porque es profundamente incapaz de paz y esta misma palabra en su boca no es más que una sucia mentira patológica, como todas las palabras que ha pronunciado en su vida.
Podéis pensar sobre la historia y la humanidad con todo el escepticismo y la vileza que queráis, pero creer que todo el mundo reconocerá la victoria final del mal y tolerará su transformación en una célula de la Gestapo, en un campo de concentración universal, donde vosotros, los alemanes, seréis los guardianes, es algo que ni el mayor escéptico puede hacer.
Mientras Hitler y su régimen de incendiarios permanezcan en el poder, los alemanes nunca tendrán paz, bajo ninguna circunstancia”.
Thomas Mann (1875-1955) es un ganador del premio Nobel de literatura. Se le considera el mayor novelista alemán del siglo XX.
Vladimir Putin no tiene ideas propias. Ninguna. Todo lo que es capaz de hacer es una mala copia de los manuales de Hitler y otros dictadores.
Putin también, por “paz” se refiere a la esclavitud, la legalización de sus crímenes y el reconocimiento de lo humanamente intolerable.
Así como fue imposible hacer la paz con Hitler, es imposible hacer la paz con Putin. Es Putin –y ningún otro líder– quien prolonga la guerra.
Si Rusia retirara sus tropas de Ucrania, la guerra terminaría.
La actual guerra ruso-ucraniana comenzó en febrero de 2014. Tras la Revolución de la Dignidad en Ucrania, Rusia ocupó y se anexionó Crimea y apoyó a los separatistas prorrusos que luchaban contra el ejército ucraniano en la Guerra del Donbás. Estos primeros diez años de conflicto también incluyeron incidentes navales y guerra cibernética.
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Octubre 21, 2024
Trump: “Zelenski no debería haber permitido que comenzara, esta guerra está perdida”
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El actual candidato y expresidente estadounidense Donald J. Trump calificó al líder del régimen de Kiev como “uno de los mejores vendedores” que jamás haya visto. “¿Quién más ha recibido esa cantidad de dinero en la historia? Esto nunca antes había sucedido”, observó.
El expresidente estadounidense Donald Trump culpó a Vladímir Zelenski de posibilitar que estallara el conflicto con Rusia, al tiempo que calificó al líder del régimen de Kiev como “uno de los mejores vendedores” que jamás haya visto, puesto que ha recibido miles de millones de dólares en asistencia por parte del país norteamericano.
“¿Quién más ha recibido esa cantidad de dinero en la historia? Esto nunca antes había sucedido”, declaró el también candidato republicano en una entrevista con el ‘podcaster’ Patrick Bet-David, emitida este jueves. “Y eso no significa que no quiera ayudar [a Zelenski]. Porque realmente lo siento por esa gente. Pero él no debería haber permitido que comenzara la guerra. Esta guerra está perdida”, continuó Trump.
Posteriormente, volvió a acusar al actual mandatario estadounidense, Joe Biden, por su gestión del conflicto, afirmando que el demócrata “instigó esa guerra”. “Esto debería haberse solucionado antes de que comenzara”, dijo Trump. “Habría sido muy fácil si hubiésemos tenido un presidente con medio cerebro, habría sido fácil resolverlo”, aseveró.
No es la primera vez que el expresidente resalta la responsabilidad del líder del régimen de Kiev en el conflicto. “Seguimos dándole miles de millones de dólares a un hombre que se niega a llegar a un acuerdo”, declaró en un mitin de campaña en Mint Hill, Carolina del Norte, el 25 de septiembre.
Trump ha prometido en repetidas ocasiones que, en caso de ganar los comicios de noviembre, conseguirá en 24 horas un acuerdo de paz en Ucrania, ya que tiene una buena relación con los líderes de ambas partes del conflicto. Asimismo, ha instado a detener el apoyo a Kiev hasta que la Unión Europea gaste en eso la misma suma que EE.UU. En una oportunidad afirmó, además, que el conflicto ucraniano es “mucho peor” de lo que se les dice a los estadounidenses.
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Octubre 18, 2024
Rusia – Ucrania, ¿Cómo podría terminar la guerra?
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Por Karen Boyd.
Las guerras no suelen terminar con la derrota total de un bando o del otro. Lo más común es que exista algún tipo de acuerdo negociado (ya sea un alto el fuego o un tratado de paz más permanente) en el que las dos partes acuerdan dejar de luchar bajo una serie de términos mutuamente aceptables. Es posible que el conflicto de Ucrania resulte ser una excepción: que la moral rusa se desplome por completo, provocando una derrota total en el campo de batalla, o que Rusia inflija tanto dolor que Kiev se desplome. Pero la mayoría de los analistas creen que ninguna de estas cosas es especialmente probable dada la forma en que se ha desarrollado la guerra hasta la fecha.
“No importa cuánta potencia de fuego militar le pongan, [los rusos] no podrán lograr un cambio de régimen o algunos de sus objetivos maximalistas”, declara Kofman, del grupo de expertos CNA. Un acuerdo negociado es la forma más probable de terminar el conflicto. Las negociaciones de paz entre las dos partes están en curso y algunos informes sugieren que están dando frutos. El 28 de marzo, se informó de avances significativos en un proyecto de acuerdo que abarcaba cuestiones que iban desde la membresía de Ucrania en la OTAN hasta la “desnazificación” de Ucrania.
Al día siguiente, Rusia se comprometió a disminuir su uso de la fuerza en el norte de Ucrania como señal de su compromiso con las conversaciones. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses se han mostrado públicamente escépticos sobre la seriedad de Rusia en las conversaciones. Incluso si Moscú está comprometido a llegar a un acuerdo, el diablo siempre está en los detalles de este tipo de cosas, y hay muchas barreras que se interponen en el camino hacia una resolución exitosa. Tomemos como ejemplo la OTAN.
Los rusos quieren una simple promesa de que Ucrania permanecerá “neutral”: manteniéndose fuera de los bloques de seguridad extranjeros. El actual proyecto de acuerdo excluye la membresía de Ucrania en la OTAN, pero le permite unirse a la UE. También compromete al menos a 11 países, incluidos Estados Unidos y China, a ayudar a Ucrania si es atacada nuevamente. Esto colocaría a Ucrania en una base de seguridad mucho más sólida que antes de la guerra: una victoria para Kiev y una derrota para Moscú, algo que Putin podría concluir que es inaceptable.
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Mayo 17, 2024
UN LEÓN EN UN MUNDO LOCO
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por Enrique Guillermo Avogadro
“Las armas son instrumentos fatales que solamente deben ser utilizadas cuando no hay otra alternativa”.
Sun Tzu
Si bien no hay duda alguna que a Javier Milei le tocó la peor herencia de nuestra historia, incluyendo la económica que recibió Carlos Menem de Raúl Alfonsín en un remoto 1989, tampoco se puede negar que debe interactuar con un mundo exterior cada vez más complicado; el kirchnerismo nos ató al carro triunfal de los regímenes más siniestros y autoritarios, pero el Presidente está ejecutando, en materia geopolítica, un más que razonable giro copernicano, acercándonos a las democracias occidentales de las cuales nunca hubiéramos debido alejarnos. Si uno se detiene a observar en detalle un mapamundi, podrá comprobar cuántos nuevos conflictos se están desarrollando simultáneamente, cuánto han crecido los presupuestos militares en el mundo y cuántas positivas organizaciones internacionales están en serio riesgo de implosión.
La franca asociación con los Estados Unidos no sólo ya nos ha comenzado a aportar equipamiento militar (como el acceso a modernos aviones de combate daneses cuya compra había sido objetada por Gran Bretaña) sino que implica un claro y fundamental apoyo de Washington ante los organismos multilaterales de crédito, en especial frente al FMI, a pesar del disgusto que puede provocar en Joe Biden la amistad de Milei con Donald Trump, su duro contendiente en las elecciones de noviembre.
A los mismos efectos, no es irrelevante la posición del Gobierno en la criminal invasión que Vladimir Putin, en pos de recrear la Rusia zarista de la cual se imagina heredero, lleva adelante contra una Ucrania martirizada y cuyo fin nadie se atreve a pronosticar, pese al desgaste que está sufriendo Volodimir Zelensky por la falta de apoyo de algunas grandes potencias y por la pérdida de vidas y de material.
Irán ha desestabilizado definitivamente Medio Oriente, utilizando sus milicias terroristas (Hamas) para atacar a un Israel que, vejado y humillado por el criminal ataque del 7 de octubre de 2023, habilitó a Benjamín Netanyahu a desatar una brutal represión en la Franja de Gaza y atacar objetivos en Cisjordania y Siria, incrementando el riesgo de una conflagración nuclear en toda la zona y, a la vez, a despejar los nubarrones domésticos que se cernían sobre su gobierno. Sin duda nos recuerdan los atentados que concretaron contra la Embajada y la AMIA aquí, cuya responsabilidad le ha sido adjudicada definitivamente a Irán por la Cámara Federal de Casación en un histórico fallo emitido esta misma semana; esa condena, y la siniestra amenaza del terrorismo a realizar nuevas “proezas” contra los enemigos de Irán en el mundo, ha llevado a aumentar el estado de alerta en nuestro país,
América Latina, que fue durante años un continente de paz, no es ajena ya a las tensiones internacionales, en razón tanto de los alineamientos geopolíticos en la nueva guerra fría global cuanto de la confrontación local entre los populismos de izquierda, aquí básicamente disfrazados de socialismo del siglo XXI, y las repúblicas democráticas que, según parece, van recuperando paulatinamente terreno. Los recientes conflictos territoriales entre Venezuela y Guyana por el Esequibo, y los roces diplomáticos que involucran a México, Venezuela, Nicaragua, Chile, Ecuador, Colombia y Brasil, son síntomas claros de esa nueva situación.
Si todo esto fuera poco, es sabido que Cuba, con el apoyo de Venezuela –ésta aliada de Irán, como Bolivia- ha vuelto a las andadas en materia de terrorismo, como hizo en los 60’s y 70’s, cuando pretendió extender su revolución a toda la región, y se han detectado infiltrados de esas nacionalidades para generar violencia en varios países. Se expanden, además, las violentas organizaciones narco-criminales mexicanas, brasileñas y bolivianas; ya corre inocente sangre en Ecuador y Argentina, y una clara preocupación al respecto surge en Uruguay y en Chile.
Xi Jimping está generando graves tensiones en el sur de Asia, en especial por su promesa de incorporar por la fuerza a Taiwan a su territorio, lo cual ha llevado a que los Estados Unidos construyeran una amplia alianza defensiva con Australia, Nueva Zelanda, Filipinas y otras naciones vecinas; todos están convencidos que los recientes problemas de la economía china podrían llevar al ahora eternizado Presidente a desatar una guerra para galvanizar el apoyo popular a su gestión. Y su nefasta Ruta de la Seda le ha permitido hacerse de recursos naturales en todo el continente africano. El kirchnerismo en el poder, respaldado por mayorías legislativas traidoras a la Patria, le cedió la soberanía sobre 200 Ha en la Provincia de Neuquén por 50 años renovables, para instalar allí una base del Ejército de Liberación, permitiendo así a la potencia asiática acceder al control del tráfico naval bioceánico y acercarse a la Antártida, un bocado más que apetecible; transformaron así a la Argentina en un blanco militar en caso de una guerra global.
En escenario internacional se mueve el león libertario, y ya ha logrado mudar a nuestro país al lado correcto de la mesa de arena y comenzado a corregir los negativos efectos de una mal intencionada política exterior. Pero no hay almuerzo gratis, y la Cancillería debiera extremar los cuidados para no vernos involucrados en conflictos ajenos, pues aún no estamos preparados, militar ni económicamente, para enfrentarlos.
Enrique Guillermo Avogadro
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Abril 12, 2024