No es que mi opinión sea una gran preocupación para Donald Trump, pero pretendamos. Cuando comenzó su carrera por el sillón presidencial, escucharle era escuchar a Hugo Chávez o por falta de ejemplos, a cualquier populista de este sufrido planeta. ¿Podría cumplir con la mitad de lo que prometía? ¿Era realmente o no, un hombre temeroso de Dios? ¿Era solo un plan para seducir a creyentes? ¿Entendía que sus modales y despectivas declaraciones enfadarían a las intelectuales? ¿Comprendía de política? ¿Tenía conocimientos de que países integraban el tratado Trans-Pacific? ¿Si era descalificado por el Viejo Gran Partido, se candidatearía por otro partido opuesto al de su elección? ¿Era pro-vida o pro-decisión? ¿Era racista o era un discurso para seducir racistas? ¿Era anti latino o era para contentar a los Minutemen que custodian la frontera sur? Tal vez, la estrategia era conseguir una tormenta perfecta en la cual el ojo del huracán absorbería la mayor cantidad de gente entre necesitados, racistas, machistas, chauvinistas, republicanos tradicionales que votan a su candidato sin prestar atención a las propuestas (Como en el resto del mundo) y los mismos republicanos con la ambición de lograr un cargo a toda costa. Ese efecto fue como un filtro que atrapó votos y dejó partir a otros. Esa zaranda mágica retuvo los suficientes para ganar una elección. Para estos que depositaron sus sueños e ilusiones en un cambio que hiciera a América Grande Otra Vez y ahora empiezan a mirar con desconfianza, Donald Trump se convirtió en el oro de los tontos.
El público en general y algunos (una pequeña porción) de sus votantes en particular, están recibiendo la sensación de un cambio en el presidente electo Donald John Trump, como si sus impetuosas declaraciones durante campaña solo hayan sido para conseguir la simpatía de los descontentos de siempre.
El magnate norteamericano ha comenzado a bajar los decibeles de sus discursos y a apartarse de algunas de las promesas que hizo antes de las votaciones mientras se prepara para aterrizar en el edificio del 1600 de la avenida Pennsylvania.
Esto semeja a los avisos de dietólogos que muestran la foto del antes y el después de sus otrora obesos clientes.
Trump, durante la campaña presidencial, repetidamente criticó el uso de Clinton de un servidor de correo electrónico privado que puso en riesgo al país, marcando una lista de presunta mala conducta y repetidamente argumentando que Clinton debería estar detrás de las rejas por su irresponsabilidad mientras sus partidarios estallaban en cantos de “Lock her up”(Enciérrenla). En esos tiempos, el millonario aseguró que una vez terminada su mudanza a la Casa Blanca instruiría al Fiscal General para investigar esa situación ya que -en su consideración- los engaños alcanzarían a un posible encubrimiento del FBI y a la misma responsable, la señora Clinton, quien comprometió decididamente la seguridad nacional. En sus palabras, la ex Primera Dama, merecía la cárcel. El cargo presidencial viene con ciertos beneficios. Uno de ellos es el perdón del primer mandatario al pavo destinado a ser plato principal del Día de Acción de Gracias, y quién dice pavo puede decir Ser Humano, especie de la que Hillary Clinton es parte. Trump pareciera haber dejado atrás su preocupación del alto peligro inminente en el cual la señora Clinton hubo sumergido al pueblo estadounidense. Trump manifestó que no quiere volver atrás, ni revolver la basura. “Prefiero mirar hacia el futuro. No quiero herir a la familia Clinton”
Uno de los diez puntos en los cuales Trump había puesto mayor énfasis y debían ser llevado a cabo (O avanzar tanto como se pudiera) es el Cambio Climático. Estados Unidos es -gracias a sus padres fundadores- un territorio con libertad religiosa y más abierto aún, libertad de no adoptar ninguna religión, escrito y certificado en su Constitución Nacional, pero una gran parte de su población es muy devota y con, tal vez, más fe en sus pastores tele-evangelistas que propiamente en Dios o dioses. Jerry Falwell, uno de esos guías dogmáticos -ya fallecido- aseguró que los ataques a las torres gemelas fueron producidos por la ira de un dios debido al brote de la homosexualidad y el gran índice de divorcios. Gente aún lo cree, como cree que el hombre no tiene que ver con el Cambio Ambiental. Tampoco Donald Trump lo creía. Esto era un invento de los chinos para esparcir miedo y obtener algún rédito en la confusión. Pero parece que le abrieron las puertas a algún científico que logró convencerle que el “engaño de China” solo está representado cuando después de un mes de uso, la linterna que compramos ya no funciona. Quién será el Comandante en Jefe de la Fuerzas Armadas Norteamericanas ahora comenta que hay cierta conectividad entre la actividad humana y el cambio climático. Este es -en mi opinión- un buen giro. Para Trump, un enorme vuelco. Pero un vuelco con un pensamiento comercial. El cambio climático trae ciertos inconvenientes para productores. Menos tiempo para embalar cosechas, más gasto de conservación, menos ganancia. “Creo que hay culpabilidad en el hombre” dijo Trump “y eso trae problemas en cuanto dinero demandará a nuestras empresas”.
Mientras el sistema de salud de Barack Obama trajo inconvenientes para algunos (En mi caso no era conveniente. Utilizar Obamacare dejando mi red prepaga original -con los mismos servicios- era ciento ochenta dólares más gravoso) para otros fue una solución, sobre todo para los diabéticos quienes están cubiertos en tratamientos y medicinas en un cien por cien, en tanto para un tercer grupo, trescientos billetes de la moneda americana eran difíciles de desembolsar y abonar una emergencia en el sistema hospitalario privado puede endeudar a una familia de por vida. Al poner todos estos insumos en la misma coctelera, Trump arriesgó catalogar como “desastroso” el plan del primer presidente afroamericano. En la campaña, Trump prometió derogar y reemplazar el Obamacare. Al día de hoy, las cosas no son tan cristalinas en los pensamientos del billonario ya que elogia varios puntos de esta ley, proponiendo mantener cobertura médica obligatoria para los prestadores a personas con condiciones preexistentes y mantener la protección para hijos que deseen permanecer en los planes familiares pagados por sus padres.
Con respecto a su posición sobre la utilización del “submarino” como herramienta para extraer información de terroristas, el presidente electo ha modificado su opinión. Antes de ser escogido, Trump arguyó en reiteradas ocasiones que, en pos de combatir eficientemente el terrorismo, los especialistas en interrogatorios deberían proceder con el método del “submarino” para conseguir confesiones. En los últimos días, mediante reuniones mantenidas con expertos, el neoyorkino cambió su opinión (O estaría en el proceso de hacerlo) ya que manifestó en principio que él veía como los terroristas cortaban las cabezas de seres humanos, los ahogan sumergiéndoles en jaulas en los ríos o los queman vivos y si se podía utilizar torturas para obtener revelaciones fundamentales, habría que proceder con ello. Pero conoció otras opciones. El principal motor de esta modificación podría ser el General Retirado James Mattis, un ex marine, quien se manifestó convincente en sus explicaciones y las defendió con fortaleza. El militar, quién sirvió a su patria por más de cuarenta y cuatro años, afirmó esas técnicas son mayormente inefectivas. “Un par de cervezas y un paquete de cigarrillos pueden construir un puente de confianza entre el terrorista y su cuestionador más amplio que cualquier otra táctica”. Ya lo dice el Corán: 2:(219) Te preguntarán acerca de los embriagantes y los juegos de azar. Di: “En ambos hay un gran perjuicio y también algunos beneficios para los hombres; pero el perjuicio que causan es mayor que su beneficio.”
Otro personaje de la política que pareciera beneficiarse por los cambios de frente es la primera mujer gobernadora de Carolina del Sur – y la más joven en ser electa por ese estado, con solo 44 años- Nimrata “Nikky” Haley. En marzo pasado, Trump envió un devastador tweet contra ella, señalando que la gente de Carolina del Sur estaba avergonzada de Nikki Haley. Esto fue una respuesta a los dichos de la gobernadora en cuanto a Trump y sus modismos poco caballerosos para con las mujeres. Sosteniendo que posee una mente abierta, Trump ha elegido a esta graduada en Ciencias Contables en la Universidad de Clemson como futura Embajadora de su país en las Naciones Unidas. Y la mente abierta de Haley le ha permitido aceptar. Cosas de políticos…
El conocido periódico New York Times estaba en la lista negra de Trump (Excepto por la cadena Fox, toda la prensa estaba amañada) y el periódico no fue una isla. Según quién será presidente en enero del próximo año, el New York Times era un diario corrupto. Hoy, mientras se dejaba caer en un sillón en la sala de conferencias del matutino y terminaba de escuchar las palabras de bienvenida de Arthur Zulberger Jr. -editor de la publicación- Trump expresó su enorme respeto por la gaceta. Tremendo respeto, fueron sus palabras exactas.
Tal vez para contradecir a Donald Trump, el Papa Francisco otorgó permisos al por mayor para perdonar el aborto, pero lo que no tuvo en cuenta el Santo Padre es que el multimillonario no está muy seguro de sus sentimientos acerca de tan delicado tema. En 1999, Trump sostenía que, pese a que detestaba la idea del aborto, esto era decisión privada de las personas. Más adelante en su vida, y por una experiencia cercana, su visión fue diferente: Un amigo o un “amigo”, había decidido interrumpir el embarazo de su novia. Al descubrir que ya era tarde intervención, revocó su disposición hecho que se tradujo en el desarrollo de lo que es hoy un lindo y adorable niño. Pese a la legislación vigente, su idea hace nueve meses era propinar alguna clase de castigo a la mujer que suspendiera la gestación de su hijo. Hace nueve meses y un día, ese escarmiento debería ser recibido por el médico abortista. Finalmente, dos meses antes de las elecciones, Trump comunicó que las personas que decidían poner fin a su preñez deberían trasladarse a un estado en que esos procedimientos estuvieran permitidos. El Papa Francisco están de acuerdo en algo: Se puede perdonar siempre y cuando no me levante del lado equivocado de la cama.
Trump fue visitando regiones del país y fue susurrándole en los oídos lo que cada grupo mayoritario quería escuchar. Habría tiempo más tarde para cambiar una o dos cosas para contentar a otros. Los que no caían en su aspiradora quedarían en el camino. Es la rutina de los charlatanes adivinadores del futuro. Uno recuerda los cinco aciertos, pero se olvida de las cincuenta veces que falló.
Reflexionar es bueno. Hay un enorme crédito de respeto hacia las personas que al escuchar y cambian el modo de pensar. Lo misterioso continuará siendo si esto no fue algo que sus asesores de campaña planearon o no desde que se abrieron las gateras. También, es bueno señalar que apuntando y logrando la anuencia de ciertos estados claves -gracias al sistema electoral- se puede llegar al objetivo, ya que el voto popular fue para Hillary Clinton. ¿De no haber sido por el colegio electoral, la demócrata hubiera sido la presidente electa? Tal vez no. Si el juego hubiera sido decidido desde el comienzo por mayor cantidad de votos, Trump tenía el plan para revertir esto. En sus propias palabras, solo hubiera centrado su campaña en Florida, California, Nueva York y Texas. Por ejemplo, no hubiera puesto un pie jamás en Vermont. No hubiera hablado de Vermont, siquiera. La tormenta perfecta de Trump es solo una estrategia de mercado que llovió fuerte sobre la señora Clinton, con su arca a medio construir.
Por Fabian Kussman.
No es que mi opinión sea una gran preocupación para Donald Trump, pero pretendamos. Cuando comenzó su carrera por el sillón presidencial, escucharle era escuchar a Hugo Chávez o por falta de ejemplos, a cualquier populista de este sufrido planeta. ¿Podría cumplir con la mitad de lo que prometía? ¿Era realmente o no, un hombre temeroso de Dios? ¿Era solo un plan para seducir a creyentes? ¿Entendía que sus modales y despectivas declaraciones enfadarían a las intelectuales? ¿Comprendía de política? ¿Tenía conocimientos de que países integraban el tratado Trans-Pacific? ¿Si era descalificado por el Viejo Gran Partido, se candidatearía por otro partido opuesto al de su elección? ¿Era pro-vida o pro-decisión? ¿Era racista o era un discurso para seducir racistas? ¿Era anti latino o era para contentar a los Minutemen que custodian la frontera sur? Tal vez, la estrategia era conseguir una tormenta perfecta en la cual el ojo del huracán absorbería la mayor cantidad de gente entre necesitados, racistas, machistas, chauvinistas, republicanos tradicionales que votan a su candidato sin prestar atención a las propuestas (Como en el resto del mundo) y los mismos republicanos con la ambición de lograr un cargo a toda costa. Ese efecto fue como un filtro que atrapó votos y dejó partir a otros. Esa zaranda mágica retuvo los suficientes para ganar una elección. Para estos que depositaron sus sueños e ilusiones en un cambio que hiciera a América Grande Otra Vez y ahora empiezan a mirar con desconfianza, Donald Trump se convirtió en el oro de los tontos.
El público en general y algunos (una pequeña porción) de sus votantes en particular, están recibiendo la sensación de un cambio en el presidente electo Donald John Trump, como si sus impetuosas declaraciones durante campaña solo hayan sido para conseguir la simpatía de los descontentos de siempre.
El magnate norteamericano ha comenzado a bajar los decibeles de sus discursos y a apartarse de algunas de las promesas que hizo antes de las votaciones mientras se prepara para aterrizar en el edificio del 1600 de la avenida Pennsylvania.
Esto semeja a los avisos de dietólogos que muestran la foto del antes y el después de sus otrora obesos clientes.
Trump, durante la campaña presidencial, repetidamente criticó el uso de Clinton de un servidor de correo electrónico privado que puso en riesgo al país, marcando una lista de presunta mala conducta y repetidamente argumentando que Clinton debería estar detrás de las rejas por su irresponsabilidad mientras sus partidarios estallaban en cantos de “Lock her up”(Enciérrenla). En esos tiempos, el millonario aseguró que una vez terminada su mudanza a la Casa Blanca instruiría al Fiscal General para investigar esa situación ya que -en su consideración- los engaños alcanzarían a un posible encubrimiento del FBI y a la misma responsable, la señora Clinton, quien comprometió decididamente la seguridad nacional. En sus palabras, la ex Primera Dama, merecía la cárcel. El cargo presidencial viene con ciertos beneficios. Uno de ellos es el perdón del primer mandatario al pavo destinado a ser plato principal del Día de Acción de Gracias, y quién dice pavo puede decir Ser Humano, especie de la que Hillary Clinton es parte. Trump pareciera haber dejado atrás su preocupación del alto peligro inminente en el cual la señora Clinton hubo sumergido al pueblo estadounidense. Trump manifestó que no quiere volver atrás, ni revolver la basura. “Prefiero mirar hacia el futuro. No quiero herir a la familia Clinton”
Uno de los diez puntos en los cuales Trump había puesto mayor énfasis y debían ser llevado a cabo (O avanzar tanto como se pudiera) es el Cambio Climático. Estados Unidos es -gracias a sus padres fundadores- un territorio con libertad religiosa y más abierto aún, libertad de no adoptar ninguna religión, escrito y certificado en su Constitución Nacional, pero una gran parte de su población es muy devota y con, tal vez, más fe en sus pastores tele-evangelistas que propiamente en Dios o dioses. Jerry Falwell, uno de esos guías dogmáticos -ya fallecido- aseguró que los ataques a las torres gemelas fueron producidos por la ira de un dios debido al brote de la homosexualidad y el gran índice de divorcios. Gente aún lo cree, como cree que el hombre no tiene que ver con el Cambio Ambiental. Tampoco Donald Trump lo creía. Esto era un invento de los chinos para esparcir miedo y obtener algún rédito en la confusión. Pero parece que le abrieron las puertas a algún científico que logró convencerle que el “engaño de China” solo está representado cuando después de un mes de uso, la linterna que compramos ya no funciona. Quién será el Comandante en Jefe de la Fuerzas Armadas Norteamericanas ahora comenta que hay cierta conectividad entre la actividad humana y el cambio climático. Este es -en mi opinión- un buen giro. Para Trump, un enorme vuelco. Pero un vuelco con un pensamiento comercial. El cambio climático trae ciertos inconvenientes para productores. Menos tiempo para embalar cosechas, más gasto de conservación, menos ganancia. “Creo que hay culpabilidad en el hombre” dijo Trump “y eso trae problemas en cuanto dinero demandará a nuestras empresas”.
Mientras el sistema de salud de Barack Obama trajo inconvenientes para algunos (En mi caso no era conveniente. Utilizar Obamacare dejando mi red prepaga original -con los mismos servicios- era ciento ochenta dólares más gravoso) para otros fue una solución, sobre todo para los diabéticos quienes están cubiertos en tratamientos y medicinas en un cien por cien, en tanto para un tercer grupo, trescientos billetes de la moneda americana eran difíciles de desembolsar y abonar una emergencia en el sistema hospitalario privado puede endeudar a una familia de por vida. Al poner todos estos insumos en la misma coctelera, Trump arriesgó catalogar como “desastroso” el plan del primer presidente afroamericano. En la campaña, Trump prometió derogar y reemplazar el Obamacare. Al día de hoy, las cosas no son tan cristalinas en los pensamientos del billonario ya que elogia varios puntos de esta ley, proponiendo mantener cobertura médica obligatoria para los prestadores a personas con condiciones preexistentes y mantener la protección para hijos que deseen permanecer en los planes familiares pagados por sus padres.
Con respecto a su posición sobre la utilización del “submarino” como herramienta para extraer información de terroristas, el presidente electo ha modificado su opinión. Antes de ser escogido, Trump arguyó en reiteradas ocasiones que, en pos de combatir eficientemente el terrorismo, los especialistas en interrogatorios deberían proceder con el método del “submarino” para conseguir confesiones. En los últimos días, mediante reuniones mantenidas con expertos, el neoyorkino cambió su opinión (O estaría en el proceso de hacerlo) ya que manifestó en principio que él veía como los terroristas cortaban las cabezas de seres humanos, los ahogan sumergiéndoles en jaulas en los ríos o los queman vivos y si se podía utilizar torturas para obtener revelaciones fundamentales, habría que proceder con ello. Pero conoció otras opciones. El principal motor de esta modificación podría ser el General Retirado James Mattis, un ex marine, quien se manifestó convincente en sus explicaciones y las defendió con fortaleza. El militar, quién sirvió a su patria por más de cuarenta y cuatro años, afirmó esas técnicas son mayormente inefectivas. “Un par de cervezas y un paquete de cigarrillos pueden construir un puente de confianza entre el terrorista y su cuestionador más amplio que cualquier otra táctica”. Ya lo dice el Corán: 2:(219) Te preguntarán acerca de los embriagantes y los juegos de azar. Di: “En ambos hay un gran perjuicio y también algunos beneficios para los hombres; pero el perjuicio que causan es mayor que su beneficio.”
Otro personaje de la política que pareciera beneficiarse por los cambios de frente es la primera mujer gobernadora de Carolina del Sur – y la más joven en ser electa por ese estado, con solo 44 años- Nimrata “Nikky” Haley. En marzo pasado, Trump envió un devastador tweet contra ella, señalando que la gente de Carolina del Sur estaba avergonzada de Nikki Haley. Esto fue una respuesta a los dichos de la gobernadora en cuanto a Trump y sus modismos poco caballerosos para con las mujeres. Sosteniendo que posee una mente abierta, Trump ha elegido a esta graduada en Ciencias Contables en la Universidad de Clemson como futura Embajadora de su país en las Naciones Unidas. Y la mente abierta de Haley le ha permitido aceptar. Cosas de políticos…
El conocido periódico New York Times estaba en la lista negra de Trump (Excepto por la cadena Fox, toda la prensa estaba amañada) y el periódico no fue una isla. Según quién será presidente en enero del próximo año, el New York Times era un diario corrupto. Hoy, mientras se dejaba caer en un sillón en la sala de conferencias del matutino y terminaba de escuchar las palabras de bienvenida de Arthur Zulberger Jr. -editor de la publicación- Trump expresó su enorme respeto por la gaceta. Tremendo respeto, fueron sus palabras exactas.
Tal vez para contradecir a Donald Trump, el Papa Francisco otorgó permisos al por mayor para perdonar el aborto, pero lo que no tuvo en cuenta el Santo Padre es que el multimillonario no está muy seguro de sus sentimientos acerca de tan delicado tema. En 1999, Trump sostenía que, pese a que detestaba la idea del aborto, esto era decisión privada de las personas. Más adelante en su vida, y por una experiencia cercana, su visión fue diferente: Un amigo o un “amigo”, había decidido interrumpir el embarazo de su novia. Al descubrir que ya era tarde intervención, revocó su disposición hecho que se tradujo en el desarrollo de lo que es hoy un lindo y adorable niño. Pese a la legislación vigente, su idea hace nueve meses era propinar alguna clase de castigo a la mujer que suspendiera la gestación de su hijo. Hace nueve meses y un día, ese escarmiento debería ser recibido por el médico abortista. Finalmente, dos meses antes de las elecciones, Trump comunicó que las personas que decidían poner fin a su preñez deberían trasladarse a un estado en que esos procedimientos estuvieran permitidos. El Papa Francisco están de acuerdo en algo: Se puede perdonar siempre y cuando no me levante del lado equivocado de la cama.
Trump fue visitando regiones del país y fue susurrándole en los oídos lo que cada grupo mayoritario quería escuchar. Habría tiempo más tarde para cambiar una o dos cosas para contentar a otros. Los que no caían en su aspiradora quedarían en el camino. Es la rutina de los charlatanes adivinadores del futuro. Uno recuerda los cinco aciertos, pero se olvida de las cincuenta veces que falló.
Reflexionar es bueno. Hay un enorme crédito de respeto hacia las personas que al escuchar y cambian el modo de pensar. Lo misterioso continuará siendo si esto no fue algo que sus asesores de campaña planearon o no desde que se abrieron las gateras. También, es bueno señalar que apuntando y logrando la anuencia de ciertos estados claves -gracias al sistema electoral- se puede llegar al objetivo, ya que el voto popular fue para Hillary Clinton. ¿De no haber sido por el colegio electoral, la demócrata hubiera sido la presidente electa? Tal vez no. Si el juego hubiera sido decidido desde el comienzo por mayor cantidad de votos, Trump tenía el plan para revertir esto. En sus propias palabras, solo hubiera centrado su campaña en Florida, California, Nueva York y Texas. Por ejemplo, no hubiera puesto un pie jamás en Vermont. No hubiera hablado de Vermont, siquiera. La tormenta perfecta de Trump es solo una estrategia de mercado que llovió fuerte sobre la señora Clinton, con su arca a medio construir.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 24, 2016
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