”No tengo miedo de un ejército de leones dirigidos por una oveja;
tengo miedo de un ejército de ovejas dirigidos por un león”.
Alejandro Magno.
Como es bien sabido, cierro mis notas los viernes a las 1900 hs, aunque les ponga fecha de sábado; esta vez, por razones más que obvias, decidí esperar hasta la mañana para hacerlo y, claramente, lo sucedido en el Congreso justificó hacerlo, porque el discurso del Presidente ante la Asamblea Legislativa, para inaugurar el período de sesiones ordinarias, marcó un antes y un después en la penosa historia reciente y, en especial, se diferenció del primero de Mauricio Macri, en 2016, cuando cometió el fatal error –que le reproché en su momento desde aquí- de faltarle el respeto a la sociedad al no contar en detalle el estado en que había recibido la administración pública de las ausentes manos de Cristina Fernández.
Ya la semana había marcado un cambio importante, cuando las investigaciones desnudaron inmensos focos de corrupción en ANSES, AySA, PAMI, YPF, Aerolíneas Argentinas, todos los ministerios, la administración de los planes sociales y, la frutilla de ese postre tan maloliente, la contratación de innecesarios y carísimos intermediarios, vinculados claramente a Alberto Fernández, en los seguros públicos. El ex Presidente, aún ahora, invoca una pureza virginal mientras cobardemente inculpa por sus horribles latrocinios a las personas más cercanas; ya lo había cuando, durante la “cuareterna”, fueron descubiertas sus fiestitas de Olivos y las adjudicó a su “querida Fabiola” y hoy lo vuelve a hacer señalando a su eterna –más de 30 años- secretaria privada e íntima amiga.
Javier Milei sorprendió a propios y extraños con la convocatoria a los gobernadores a suscribir el 25 de Mayo un pacto refundacional en Córdoba. De firmarse ese acuerdo, que contiene un esencial y positivo decálogo, que enumeró y calificó como innegociable, será en una vuelta copernicana en el camino de decadencia que nos trajo hasta aquí pero, con seguridad, enfrentará fuertes resistencias de los sectores que se verán afectados; me refiero a todos aquéllos que encarnan la “casta”: gobernadores e intendentes habituados a pasar la gorra, eternizados dirigentes gremiales, “expertos en mercados regulados”, profesionales de la política subsidiada, gerentes de la pobreza e industriales sobreprotegidos especialistas en cazar en el zoológico y pescar en la bañadera.
El león libertario, al que aplaudí con enorme entusiasmo durante todo su discurso, no defraudó a quienes lo llevaron al poder: no cambió un ápice las propuestas que hizo a la ciudadanía en campaña y desde el llano y, con gran tranquilidad, aseguró estar dispuesto a confrontar con quienes se opongan. Pero su inesperada y rutilante irrupción en un universo político tan decadente, con un mayoritario apoyo que conserva en medio de tantos sufrimientos, ha producido en todos los partidos una atomización que, al menos hasta ahora, les impide generar líderes fuertes que puedan encabezar la resistencia o impulsen un nuevo “club del helicóptero”; los ejemplos están a la vista, tanto en el peronismo y el radicalismo, cuanto en la franquicia kirchnerista y en el PRO. Y enfrente tienen un Presidente y una Vicepresidente fuertes, capaces de resistir cualquier intento destituyente que quisieran intentar los de siempre.
Por otra parte, y desmintiendo todos los rumores y suspicacias acerca de presuntos pactos preexistentes con los máximos responsables del cataclismo que arrasó el país e hizo colapsar todas sus columnas basales (educación, trabajo, salud, seguridad, defensa, economía, estructura social), anoche les puso nombres y apellidos: Cristina Fernández, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Hugo y Pablo Moyano. La renovada instrucción a la UFI y a la OA de constituirse en querellantes en la causas de corrupción permite presumir que esas menciones no serán gratuitas.
A grandes rasgos, ya que una hora no hubiera alcanzado para hacer un inventario completo de las calamidades que esta administración heredó. Pero Milei no intentó enmascarar o suavizar la certeza de que los próximos dos meses serán aún más duros para la sociedad en general, aún cuando la monstruosa inflación que heredó esta administración tienda a reducirse, por la generalizada recesión y la fuerte caída en el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, pero estoy convencido que, ya en mayo, el panorama general mostrará mejoras y traerá un principio de alivio. La ciudadanía, en medio del rigor que obliga la situación, está reaccionando debidamente al no convalidar los aumentos desmedidos de precios, y en algunos productos básicos éstos han comenzado a bajar. Si tenemos la tenacidad de aguantar un poco más estos obligados cambios de hábitos, para entonces habremos logrado cruzar este doloroso Jordán.
El impresionante cambio de rumbo en materia de alineamiento geopolítico que impulsó Milei, sumado al camino exactamente inverso que está recorriendo Luiz Inácio Lula da Silva, está dando sus primeros frutos que, con seguridad, tendrán efectos positivos en nuestra relación con el FMI. El reconocimiento internacional al esfuerzo que el Presidente está realizando para sacar al país del pantano y su clara alianza con los Estados Unidos le ha permitido, por ejemplo, recibir a grandes figuras del gobierno de Joe Biden y, a la vez, participar de un acto partidario con Donald Trump sin que ello altere el clima de amistad y respaldo.
Esta semana veremos reaccionar a los dueños de los miles de “kioscos” que se están empezando a clausurar mientras se cierran los absurdos agujeros por los cuales se escurrió (y se robó) tanto dinero. Pero tomémoslo, como hace Milei, con calma, que la sangre no llegará al río.
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Por Enrique Guillermo Avogadro
Como es bien sabido, cierro mis notas los viernes a las 1900 hs, aunque les ponga fecha de sábado; esta vez, por razones más que obvias, decidí esperar hasta la mañana para hacerlo y, claramente, lo sucedido en el Congreso justificó hacerlo, porque el discurso del Presidente ante la Asamblea Legislativa, para inaugurar el período de sesiones ordinarias, marcó un antes y un después en la penosa historia reciente y, en especial, se diferenció del primero de Mauricio Macri, en 2016, cuando cometió el fatal error –que le reproché en su momento desde aquí- de faltarle el respeto a la sociedad al no contar en detalle el estado en que había recibido la administración pública de las ausentes manos de Cristina Fernández.
Ya la semana había marcado un cambio importante, cuando las investigaciones desnudaron inmensos focos de corrupción en ANSES, AySA, PAMI, YPF, Aerolíneas Argentinas, todos los ministerios, la administración de los planes sociales y, la frutilla de ese postre tan maloliente, la contratación de innecesarios y carísimos intermediarios, vinculados claramente a Alberto Fernández, en los seguros públicos. El ex Presidente, aún ahora, invoca una pureza virginal mientras cobardemente inculpa por sus horribles latrocinios a las personas más cercanas; ya lo había cuando, durante la “cuareterna”, fueron descubiertas sus fiestitas de Olivos y las adjudicó a su “querida Fabiola” y hoy lo vuelve a hacer señalando a su eterna –más de 30 años- secretaria privada e íntima amiga.
Javier Milei sorprendió a propios y extraños con la convocatoria a los gobernadores a suscribir el 25 de Mayo un pacto refundacional en Córdoba. De firmarse ese acuerdo, que contiene un esencial y positivo decálogo, que enumeró y calificó como innegociable, será en una vuelta copernicana en el camino de decadencia que nos trajo hasta aquí pero, con seguridad, enfrentará fuertes resistencias de los sectores que se verán afectados; me refiero a todos aquéllos que encarnan la “casta”: gobernadores e intendentes habituados a pasar la gorra, eternizados dirigentes gremiales, “expertos en mercados regulados”, profesionales de la política subsidiada, gerentes de la pobreza e industriales sobreprotegidos especialistas en cazar en el zoológico y pescar en la bañadera.
El león libertario, al que aplaudí con enorme entusiasmo durante todo su discurso, no defraudó a quienes lo llevaron al poder: no cambió un ápice las propuestas que hizo a la ciudadanía en campaña y desde el llano y, con gran tranquilidad, aseguró estar dispuesto a confrontar con quienes se opongan. Pero su inesperada y rutilante irrupción en un universo político tan decadente, con un mayoritario apoyo que conserva en medio de tantos sufrimientos, ha producido en todos los partidos una atomización que, al menos hasta ahora, les impide generar líderes fuertes que puedan encabezar la resistencia o impulsen un nuevo “club del helicóptero”; los ejemplos están a la vista, tanto en el peronismo y el radicalismo, cuanto en la franquicia kirchnerista y en el PRO. Y enfrente tienen un Presidente y una Vicepresidente fuertes, capaces de resistir cualquier intento destituyente que quisieran intentar los de siempre.
Por otra parte, y desmintiendo todos los rumores y suspicacias acerca de presuntos pactos preexistentes con los máximos responsables del cataclismo que arrasó el país e hizo colapsar todas sus columnas basales (educación, trabajo, salud, seguridad, defensa, economía, estructura social), anoche les puso nombres y apellidos: Cristina Fernández, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Hugo y Pablo Moyano. La renovada instrucción a la UFI y a la OA de constituirse en querellantes en la causas de corrupción permite presumir que esas menciones no serán gratuitas.
A grandes rasgos, ya que una hora no hubiera alcanzado para hacer un inventario completo de las calamidades que esta administración heredó. Pero Milei no intentó enmascarar o suavizar la certeza de que los próximos dos meses serán aún más duros para la sociedad en general, aún cuando la monstruosa inflación que heredó esta administración tienda a reducirse, por la generalizada recesión y la fuerte caída en el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, pero estoy convencido que, ya en mayo, el panorama general mostrará mejoras y traerá un principio de alivio. La ciudadanía, en medio del rigor que obliga la situación, está reaccionando debidamente al no convalidar los aumentos desmedidos de precios, y en algunos productos básicos éstos han comenzado a bajar. Si tenemos la tenacidad de aguantar un poco más estos obligados cambios de hábitos, para entonces habremos logrado cruzar este doloroso Jordán.
El impresionante cambio de rumbo en materia de alineamiento geopolítico que impulsó Milei, sumado al camino exactamente inverso que está recorriendo Luiz Inácio Lula da Silva, está dando sus primeros frutos que, con seguridad, tendrán efectos positivos en nuestra relación con el FMI. El reconocimiento internacional al esfuerzo que el Presidente está realizando para sacar al país del pantano y su clara alianza con los Estados Unidos le ha permitido, por ejemplo, recibir a grandes figuras del gobierno de Joe Biden y, a la vez, participar de un acto partidario con Donald Trump sin que ello altere el clima de amistad y respaldo.
Esta semana veremos reaccionar a los dueños de los miles de “kioscos” que se están empezando a clausurar mientras se cierran los absurdos agujeros por los cuales se escurrió (y se robó) tanto dinero. Pero tomémoslo, como hace Milei, con calma, que la sangre no llegará al río.
Bs.As., 2 Mar 24
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Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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1 de marzo de 2024
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Tags: Donald J. Trump, Javier Milei, Joe Biden, Victoria VillarruelRelated Posts
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