LOS PRISIONEROS DE LESA… ENTRE LA ESPADA Y LA PARED*  (Con video de 9 minutos)

LA VENGANZA CONTINÚA
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  Por Claudio Kussman.

Lo que relataré a continuación, no ocurrió en un GULAG (Dirección General de Campos y Colonias de Trabajo Correccional) de la Rusia Zarista, ni ocurre en un país donde impera una dictadura. Tampoco en la Argentina gobernada hasta hace 7 MESES  por el corrupto kirchnerismo, gran socio de los terroristas que asolaron el país en los años 60 y 70 del siglo pasado. Está ocurriendo hoy y ahora bajo el gobierno de “Viva la libertad Carajo”, con algunos de los prisioneros adultos mayores imputados por los bien o mal llamados delitos de lesa humanidad. En este caso, y a modo de ejemplo, con un uniformado   nonagenario  con lógicas y variadas enfermedades que requieren muy frecuentes asistencias y estudios médicos, para poder seguir sobreviviendo. Estando en la cárcel la atención médica que recibimos es una trampa mortal que ha costado no pocas vidas y depende de una burocracia judicial, muchas veces mal intencionada y criminal,  que dolosamente omite enviar las autorizaciones para asistir al turno médico  como se puede ver en el video con cámara espía adjunto.  Por supuesto  además se requiere una gran cuota de suerte, si no  la tiene simplemente se pierde la vida, y entonces los organismos de derechos humanos (para unos sí y para otros no) se llenan la boca hablando de los “beneficios” de la impunidad biológica. Pero volviendo a nuestro ilustrativo geronte, diremos que este hace pocos años fue “beneficiado“  con  prisión domiciliaria, equivalente a un mendrugo de pan a un hambriento. En esa condición, se pasa a ser un peso muerto para la familia que debe esforzarse para asistirnos en las necesidades básicas del diario vivir y entre ellas la salud. Así un miembro designado ante el poder judicial como garante, previa autorización, nos debe acompañar cada vez que concurramos ante un facultativo.  Según la conformación familiar se pueden tener varios garantes para aliviarlos ya que la asistencia  médica siempre es en días laborales, y ese acompañante deberá  pedir permiso y faltar al trabajo. Si la fortuna no lo acompaña, su familia es reducida y sus amigos ya fallecieron o viven y  son adultos mayores impedidos  y no pueden oficiar de garantes, entonces está ante un  grave  problema.  El poder judicial y el servicio penitenciario pese a no tener gastos con su prisión, no lo proveerán  de una custodia por más que pida e implore,  tampoco lo autorizará a concurrir solo a ver al galeno.  Así el prisionero está entrampado entre la espada y la pared,  y  comienza a desatenderse y con ello con mayores malestares y descompensaciones, su final se acerca rápidamente.  Más que evidente que los derechos humanos, en la Argentina del “carajo” no son para todos, todas, y “todes”, porque la venganza continúa.  

 Claudio Kussman

Comisario Mayor (R)

Policía Prov. Buenos Aires

claudio@PrisioneroEnArgentina.com

www.PrisioneroEnArgentina.com

 

*ENTRE LA ESPADA Y LA PARED. Significa, en sentido figurado estar en una situación difícil y comprometida.

 

“La venganza a diferencia de la justicia no entierra las hachas, los puñales o las espadas. Las afila”

Luis Gabriel Carrillo Navas

 

 


PrisioneroEnArgentina.com

Julio 14, 2024


 

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