El asesinato de Trotsky fue un acto de absoluta necesidad política.
La guerra civil española, el primer intento de exportar la revolución después de la expedición polaca de 1920, mostró a Stalin que los trotskistas pueden ser enemigos tan formidables para la URSS como los capitalistas.
Trotsky era una estrella brillante del comunismo internacional. En la URSS, la propaganda estatal pudo ocultar el hecho de que fue Trotsky quien organizó el golpe de estado de 1917 en la capital rusa que llevó a los comunistas al poder, mientras que Stalin era sólo uno de los tipos de trastienda. Pero fuera, todo el mundo lo sabía.
Stalin estaba ejecutando un plan de construcción del imperio comunista basado en gran medida en las ideas de Trotsky. Quería ser la única autoridad indiscutible en la materia y no necesitaba testigos.
Tanto Stalin como Trotsky eran comunistas en el sentido más estricto de la palabra. Ambos se oponían al capitalismo. Creían en la victoria final de una sociedad sin clases que no conozca la propiedad privada.
Stalin también tenía una capacidad asombrosa para absorber y aplicar lo mejor de lo mejor. Entre los bolcheviques, Trotsky era el más indicado.
Por eso, después de aplastar a Trotsky y a sus aliados en la lucha por el poder, Stalin se apropió de sus tres ideas más instrumentales:
Permanencia de los preparativos militares y guerras revolucionarias. El fracaso del “comunismo militar” durante la guerra civil (cuando los colectivos obreros no asumieron la gestión de los medios de producción, sino que los robaron o simplemente los abandonaron) convenció a Trotsky de que el socialismo necesita una gestión estatal fuerte, preferiblemente en una forma semimilitar. Fue pionero en el uso de ejércitos obreros, con bastante éxito.
También se dio cuenta pronto de que el comunismo soviético puede ganar contra sus enemigos solo como un imperio en constante expansión. Como, por ejemplo, la Roma imperial, que se apoderó de los recursos en una ola de expansión para financiar la siguiente ola de expansión. En consonancia con eso, la Unión Soviética necesitaba estar en un estado de preparación permanente para la guerra, tanto económica como políticamente.
Rotación permanente de las élites comunistas. Este estado de excepción sin fin también ayudaría a prevenir un problema inminente de “degeneración burguesa” de las élites comunistas. Los líderes comunistas necesitaban continuamente echar a sus caballeros de sus sillas en los cargos del partido y del estado, fomentar la meritocracia y promover la movilidad vertical.
(Resultó que Trotsky fue verdaderamente profético en este punto. Las «élites degeneradas» fueron exactamente las que enterraron al comunismo en China a fines de los años 70 y en la URSS bajo la Perestroika. El mismo proceso ahora está convirtiendo a Corea del Norte en una variante asiática oriental de un estado fascista.)
Industrialización acelerada. La industrialización acelerada se implementó para darle a la Rusia soviética las armas y el músculo económico necesarios para un estado permanente de confrontación con el imperialismo occidental. “El poder viene del cañón de las armas”, dijo Mao Zedong. Alguien tiene que producir las armas y las balas, ¡montones de ellas!
Ejecución. Extremadamente estratégico y meticuloso en todo lo que hacía, Stalin ejecutó todo esto brillantemente, a pesar de enormes dificultades y adversidades. Cuando murió en 1953, la Unión Soviética se había convertido en un imperio en constante expansión. Éra una formidable fuerza ideológica a la ofensiva, una de las dos superpotencias mundiales.
Si Stalin hubiera vivido ocho años más, podría haber sumado méritos al haber convertido a la URSS en la primera nación en viajar al espacio. El programa de misiles que nos llevó al espacio se lanzó durante su mandato. Krushchev solo recogió los frutos.
En 1935, tuvo lugar uno de los enfrentamientos más dramáticos de la historia. Peljidiin Genden, el líder socialista de Mongolia, se enfrentó a nadie menos que a Joseph Stalin y pagó el precio más alto.
Genden era el primer ministro de Mongolia en una época en la que la Unión Soviética ejercía una enorme influencia sobre el país. Stalin, decidido a exportar el socialismo al estilo soviético, exigió la erradicación del budismo en Mongolia, al que consideraba una amenaza para la agenda marxista. Pero para Genden, el budismo era más que una religión: era el alma de la cultura y la identidad de Mongolia.
La tensión entre los dos líderes llegó a su punto álgido durante una reunión en 1935. Genden, al parecer muy borracho, se enfureció por la insistencia de Stalin en suprimir las tradiciones espirituales de Mongolia. En el calor del momento, Genden abofeteó a Stalin con tanta fuerza que se le rompió la pipa. Fue un acto descarado de desafío, algo casi inaudito en el círculo de miedo y control de Stalin.
Genden comentó una vez: “En la Tierra hay dos grandes genios, Buda y Lenin”, en un intento de defender la herencia budista de Mongolia y al mismo tiempo rendir homenaje a la ideología soviética. Pero su resistencia no pudo protegerlo de la ira de Stalin.
Después de regresar a Mongolia, la posición de Genden se volvió insostenible. En 1936, fue destituido de su cargo y acusado de actividades antisoviéticas. Pronto fue arrestado, llevado a Moscú y, en 1937, ejecutado durante las infames purgas de Stalin.
La campaña de Stalin para erradicar el budismo de Mongolia avanzó sin la oposición de Genden. Miles de monasterios fueron destruidos, monjes fueron asesinados o encarcelados y el budismo como institución fue aniquilado durante décadas. No fue hasta la década de 1990 que el budismo comenzó a resurgir en Mongolia como parte de un renacimiento cultural.
La historia de Genden es un testimonio del coraje que se necesita para resistirse a la tiranía, incluso cuando las probabilidades son abrumadoras. Si bien su desafío le costó la vida, también puso de relieve las luchas de naciones más pequeñas como Mongolia por mantener su identidad cultural y espiritual bajo la sombra de una superpotencia.
“El derecho a la ciudad no es simplemente el derecho a lo que ya existe; es el derecho a reinventar la ciudad de acuerdo con nuestros deseos más profundos.”
David Harvey*. -1935/….- Ingl.
“Toda forma cultural tiene un momento utópico inherente, que se define en relación con sus contradicciones internas.”
Fredric Jameson*. -1934/ ….- EUA.
“La verdadera libertad no es simplemente escoger entre diferentes opciones; es crear las condiciones para que se den esas opciones.”
Slavoj Žižek*. -1949/ ….- Esl.
“EL ASEDIO HÍBRIDO A OCCIDENTE”.
LAS MUTACIONES DEL MARXISMO.
EL POSMARXISMO Y SUS ALIADOS EN LAS AMÉRICAS.
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“EL ASEDIO HÍBRIDO A OCCIDENTE”.
Con el mismo título de éste punto 1. nuestro lucido colaborador François Soulard ha publicado (1) -hace unos días- en nuestra página web –www.ieeba.org– un importante trabajo que, en uno de sus primeros párrafos, dice:
“La percepción (a) del declive –decadencia (b)- relativa a Occidente, sigue siendo “contradictoria y borrosa”, particularmente al interior de la esfera occidental. El predominio de los Herederos de Europa ocurrió -sin precedentes- durante el último siglo y tendió a opacar cualquier degradación de su potencia, en las percepciones. Esto viene reforzado por el hecho de que -históricamente- Occidente fue regularmente atravesado por cismas o líneas divisorias en su interior. Una de las consecuencias tangibles de esto es que -en el “viejo mundo”- las élites viven hoy muchas veces en un estado de mayor desacople con su sociedad y en una suerte de nostalgia por un antiguo esplendor”.
A este “desacople” le hemos llamado -en nuestros ensayos- “confusión dirigencial” (c). Los “Herederos de Europa” somos principalmente nosotros, los americanos, que heredamos el “ser europeo”, su “cultura”. Sus “virtudes” y “vicios”. Sus “cismas” y “conflictos”. Los “herederos” esperábamos con ansiedad una reacción identitaria europea oportuna, para iniciar nuestra propia recuperación, pues el efecto espejo nos había llevado al “declive/decadencia”enplena adolescencia.
El “Viejo Continente” con sus guerras civiles -a lo largo de los siglos- y con el estigma que el Cardenal Ratzinger -el 13 May 05- señaló a los legisladores italianos -que votarían la nueva Constitución de la UE-, les expresó -sin anestesia-: “Europa se odia a sí misma”…“Europa tiene el alma marchita” y aún persiste en su rumbo al abismo. Continúa hoy en guerra civil y es cuna de los entes globalistas que conducen al suicidio cultural de Occidente. No existen indicios de cambio en el rumbo colectivo hacia su total deserción, aunque observamos una reciente reacción enérgica en contados países del Sur Latino/Mediterráneo.
Los hechos en curso indican que -muy probablemente- podríamos ser “los Herederos”quienes rescatemos culturalmente a nuestro núcleo originante. Desde una perspectiva geopolítica, se está gestando en Las Américas un nuevo Eje -Washington/Buenos Aires-, en el ámbito de la“batalla cultural” (d) y ello es central, pues esta alianza es de naturaleza Político/Estratégica y no Económica/Financiera, como erróneamente la sugieren quienes ven y navegan solo en superficie.
Actualmente las partes actuantes tienen opciones económicas parcialmente opuestas,pero objetivos estratégicos -culturales y políticos- comunes.
El origen de nuestra crisis -más que centenaria- es Cultural y Política y Gracias a Dios ha encontrado -como consecuencia de una reciente decisión de los electorados-su condigna resolución en una “alianza estratégica americana”– que podrá cobijar diferentes “asociaciones” de carácter económico -hasta con China, Rusia o Irán-. Hay que diferenciar y entender la “naturaleza de las cosas”. (2), (3) y (4). una cosa en una “alianza” y otra muy diferente una “asociación”.
Francois Soulard cierra su enjundioso ensayo diciendo: “SIEMPRE SORPRENDE QUE OCCIDENTE NO HAYA APRENDIDO A SORTEAR A LOS ENEMIGOS SÓLIDOS DE SUS PROPIAS ENTRAÑAS”. Esta sentencia es la que nos impulsa a intentar iluminar al presente enemigo“interno” que nos retiene en “estado de guerra política”-los sajones le llaman “political warfare” o “guerra de 5ta generación”-, una permanente confrontación ideológica, informativa y psicológica que afecta a la cohesión social y regional y que llevó al presidente Milei en estos días a invocar -en Mar -a- Lago- a Fierro, cuando dice … “los hermanos sean unidos…porque esa es la ley primera”.
LAS MUTACIONES DEL MARXISMO.
El marxismo ha experimentado diversas transformaciones y reinterpretaciones desde sus orígenes -en el siglo XIX- hasta el presente. Estas “mutaciones” reflejan cómo se ha ido adaptado en diferentes contextos históricos, políticos y culturales. Sus principales etapas y versiones -a lo largo de su evolución- nos han llevado a la actual complejidad, que es lo que hoy lo encubrey hay ojos que no lo ven:
Marxismo Clásico (Siglo XIX):
Autores Principales: Karl Marx y Friedrich Engels.
Contexto: Surge en una época de gran industrialización en Europa, cuando las condiciones laborales de la clase obrera eran sumamente precarias.
Enfoque: Se centra en el análisis del capitalismo, como un sistema de explotación de la clase trabajadora por la burguesía. Plantea que esta explotación lleva a conflictos de clase que inevitablemente producirán la caída del capitalismo y el surgimiento del comunismo, un sistema sin clases y sin propiedad privada de los medios de producción.
Marxismo-Leninismo (Principios del Siglo XX):
Autor Principal: Vladimir Lenin.
Contexto: Lenin adapta el marxismo a las condiciones de la Rusia Zarista -un país agrario- no industrializado. Con la Revolución de Oct 17 se crea la primera experiencia de un Estado Socialista bajo el Partido Comunista.
Enfoque: Se introduce el concepto de “vanguardia del proletariado”, un partido centralizado y disciplinado lidera la revolución. También se plantea la necesidad de una “dictadura del proletariado“, para proteger el socialismo de enemigos internos y externos.
Impacto: El marxismo-leninismo se convierte en el modelo para muchos movimientos comunistas en el siglo XX y es la ideología oficial de la URSS.
Estalinismo (Años 1920-1953)
Autor Principal: José Stalin.
Contexto: Tras la muerte de Lenin, Stalin toma el poder en la URSS. Se centra en consolidar el socialismo en un solo país, enfrentando dificultades internas y externas.
Enfoque: Bajo Stalin el marxismo-leninismo se adapta a una ideología mucho más rígida y autoritaria. Se promueve la colectivización de la agricultura y la industrialización acelerada. El estado centraliza aún más el poder y utiliza métodos represivos para consolidar el socialismo.
Impacto: Si bien logra industrializar la URSS, el estalinismo es criticado por sus métodos represivos y la creación de un estado totalitario, lo que afecta la imagen del marxismo en el mundo.
Trotskismo (Años 1920-1940)
Autor Principal: León Trotsky.
Contexto: Trotsky -uno de los líderes de la Revolución de Octubre- exiliado por Stalin. Critica el modelo soviético bajo Stalin y promueve una versión alternativa del marxismo.
Enfoque: El trotskismo sostiene que el socialismo debe expandirse a nivel mundial, pues un solo país no puede sostenerse aislado. Critica la burocratización de la URSS y defiende una “revolución permanente” que trascienda fronteras.
Impacto: Aunque Trotsky es asesinado en 1940, el trotskismo influye en movimientos revolucionarios y grupos comunistas, especialmente en Europa e Iberoamérica.
Marxismo Occidental (Años 1920-1970)
Autores Principales: Georg Lukács, Antonio Gramsci, Escuela de Frankfurt -Theodor Adorno, Max Horkheimer, Herbert Marcuse-. Eurocomunismo/socialdemocracia.
Contexto: En Europa Occidental el marxismo se enfrenta a sociedades capitalistas, donde el proletariado no se muestra revolucionario. Los intelectuales marxistas desarrollan teorías para entender el estancamiento de la revolución y el papel de la cultura.
Enfoque: El marxismo occidental se enfoca en aspectos culturales, filosóficos y psicológicos del capitalismo. Gramsci, P. Ej., introduce el concepto de hegemonía cultural, mientras la Escuela de Frankfurt critica la “industria cultural”, que aliena a la sociedad.
Impacto: Este enfoque influye en los estudios culturales, la sociología crítica y el pensamiento político en Occidente.
Maoísmo (Décadas de 1940-1970)
Autor Principal: Mao Zedong.
Contexto: Mao adapta el marxismo a las condiciones de China, país agrario y con poco desarrollo industrial. Encabeza la Revolución China, que culmina en 1949 con la creación de la República Popular China.
Enfoque: El maoísmo enfatiza el papel de los campesinos en la revolución, en contraposición a la teoría marxista/leninista centrada en el proletariado industrial. Se promueve la guerra popular prolongada y la idea de “revolución continua” para evitar la burocratización.
Impacto: Influyó en movimientos revolucionarios en el mundo, particularmente en países del Tercer Mundo donde los campesinos eran mayoría.
Marxismo Autonomista y Teoría Crítica Posmarxista (Años ´60 en adelante)
Autores Principales: Antonio Negri, Michael Hardt, Silvia Federici, Ernesto Laclau, Chantal Mouffe.
Contexto: Tras los movimientos de los años 60 y 70 surgen corrientes que buscan desvincular el marxismo de los partidos y estados centralizados.
Enfoque: Estas corrientes se centran en el poder descentralizado, el rechazo al autoritarismo estatal y la creación de formas de organización autónomas. El posmarxismo, en particular, incorpora ideas de otros movimientos sociales, como el feminismo, el ecologismo y la teoría poscolonial.
Impacto: Estas versiones del marxismo han influido en movimientos sociales y en teorías contemporáneas de la política, enfocándose en temas de género, diversidad e identidad.
Marxismo y Neo-marxismo Contemporáneo (Años 1990-presente).
Autores Principales: David Harvey, Fredric Jameson, Slavoj Žižek.
Contexto: En la era de la globalización y el neoliberalismo, el marxismo contemporáneo analiza las nuevas formas de acumulación capitalista y de explotación, en un contexto de crisis ecológica, desigualdades crecientes y capitalismo digital.
Enfoque: Combina el análisis marxista con otras teorías (ecologismo, feminismo, teoría de la dependencia) y enfatiza la necesidad de entender el capitalismo a nivel global.
Impacto: El neo-marxismo contemporáneo está presente en el análisis crítico de la economía y política global, destacándose en el estudio de temas como la precariedad laboral, el cambio climático y el poder corporativo.
EL POSMARXISMO Y SUS ALIADOS EN LAS AMÉRICAS.
Estas mutaciones han permitido que el marxismo se adapte, mimetice y sobreviva en diferentes contextos, sirviendo de inspiración para diversos movimientos y teorías, aunque su interpretación ha cambiado sustancialmente en cada etapa histórica. El posmarxismo es una corriente teórica y política que surge en la segunda mitad del siglo XX y que busca reinterpretar y actualizar algunas ideas centrales del marxismo, en función de los cambios sociales, políticos y culturales que se han producido desde el contexto en que Marx escribió.
A diferencia del marxismo clásico -que tiene una visión más estructurada de la sociedad y que enfatiza la importancia de la lucha de clases y el papel central de la economía- el posmarxismo introduce nuevas categorías y enfoques para entender las dinámicas sociales, dando mayor relevancia a la cultura, la identidad y el discurso. Algunas características claves del posmarxismo incluyen:
Énfasis en lo discursivo y la construcción de significados: En el posmarxismo se considera que los conflictos sociales y las identidades se construyen a través del lenguaje y los discursos. Ernesto Laclau (e) y Chantal Mouffe (f) -dos de los teóricos posmarxistas más influyentes- proponen que los significados sociales no están fijados y que las luchas políticas son -en gran parte- luchas por la imposición de significados y categorías: : el “relato” kk.
Diversidad de sujetos políticos: En lugar de ver a la clase trabajadora como el único sujeto revolucionario, el posmarxismo incorpora múltiples identidades y luchas. Movimientos como el feminismo, el ecologismo y la lucha por los derechos de las minorías son considerados actores igualmente importantes en la transformación social.
Crítica a la determinación económica: Mientras que el marxismo clásico sostiene que la economía es la base que determina la superestructura -cultura, política, etc.-, el posmarxismo niega este determinismo. Los posmarxistas creen que las relaciones de poder y las luchas políticas pueden surgir en esferas culturales o ideológicas, sin tener que ser derivadas de la economía.
Relativización de la idea de revolución y lucha de clases: En el posmarxismo, la idea de una revolución universal o de una clase obrera que actúe como motor de cambio se vuelve secundaria. En su lugar, se habla de “hegemonía” y de “bloques sociales” formados por alianzas diversas y heterogéneas, que pueden lograr cambios sociales, sin necesitar de una revolución al estilo tradicional.
En esencia: el posmarxismo representa un intento de adaptar el marxismo a las condiciones de la sociedad posmoderna, alejándose de los principios rígidos del materialismo histórico y del énfasis exclusivo en la economía. Es el “actual castrocomunismo iberoamericano” -bajo dirección del Foro de San Pablo y del Grupo de Puebla- que ocupa a la mayor parte del subcontinente y que actualmente enfrenta serios problemas internos en cada uno de los países que controla, por la reacción de las mayorías inorgánicas de “electoradosinformatizados” que rechazan los autoritarismos. A partir de Ene 25, el posmarxismo y sus aliados regionales enfrentarán a la ola expansiva del “ejeconservador/liberalWashington/Buenos Aires”, actualmente en gestación acelerada (5).
Es esta la natural reacción de los “jóvenes” pueblos americanos” a los excesos de corrupción e ineptitud del “largo proceso revolucionario castrista”, que aún afecta al Continente. Experiencia inédita de redención política en la Historia de las Américas en la que las fuerzas de la Libertad -del Norte y del Sur-, -Washington y San Martín- se unen en la eventual recuperación cultural y política del Occidente Cristiano.
Si somos actores responsables, tenemos por delante una epopeya geopolítica mundial en ciernes. Iremos al rescate de la tierra de Bolívar, cuyo espacio es hoy la “plataforma de reunión y expansión” de los aliados estratégicos internacionales del “posmarxismo residual castro comunista”: el cartel de las FARC -Colombia- (g), el Islam Combativo -Irán- (h), el Eurasianismo/Cuarta Teoría Política -Rusia- (i), la “comunidad global de destino” -camino y franja de la seda de China- (j) y las fuerzas del “globalismo occidental” (k).
“La verdadera libertad no es simplemente escoger entre diferentes opciones; es crear las condiciones para que se den esas opciones.”
(2). H. J. Auel. “El actual asedio “pseudo-revolucionario” sobre la Argentina”. 27 Ago 24. www.ieeba.org
(3). H. J. Auel. “La interrelación de la Religión, la Cultura y la Política”. 03 Oct 24. www.ieeba.org
(4). H. J. Auel. “La agresión estratégica en el marco interno y las normas que es imprescindible lograr”. 06 Oct 24. www.ieeba.org
(5). Eje conservador/liberal Washington/Buenos Aires -en gestación- enfrenta al desgastado Foro de San Pablo/Grupo de Puebla por fuera de los sistemas políticos tradicionales, actualmente fragmentados y descompuestos. Los siguientes datos son alentadores -pues surgen de los electorados emancipados-:
Nivel de apoyo social de los líderes regionales -en Nov 24-:Trump: PR: 51% Vs. PD: 47,5% -en las últimas elecciones- . Milei: 47,7% favorable, Lula: 35,5 favorable, Boric: 37,5 favorable y Petro: 39, 5 favorable.
(a). Percepción: es el proceso mediante el cual interpretamos y damos sentido a la información que recibimos a través de nuestros sentidos, como la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Involucra no solo la detección de estímulos físicos, sino también la interpretación que hace nuestro cerebro de estos estímulos, para que podamos comprender nuestro entorno. Este proceso es complejo y está influido por factores internos -como nuestras experiencias previas- expectativas y emociones y factores externos, como el contexto en el que nos encontramos. A través de la percepción construimos una representación mental del mundo, que es subjetiva y puede diferir de una persona a otra.
(b).Decadencia: es un proceso o estado en el cual algo o alguien experimenta un deterioro o declive progresivo. Este concepto se usa para describir la pérdida de cualidades positivas, vigor, o valor y se puede aplicar tanto a personas como a culturas, civilizaciones o instituciones. La decadencia suele implicar la pérdida de cualidades esenciales, ya sea morales, materiales, estéticas o de otro tipo.
(c). Confusión: se refiere generalmente a un estado de incertidumbre o falta de claridad en la percepción, comprensión o juicio de algo. La confusión implica la mezcla de ideas, pensamientos o emociones de manera que dificultan llegar a una interpretación precisa o a una decisión clara. Este estado puede surgir debido a diversos factores, como la falta de información, la ambigüedad de los datos, las contradicciones internas o la sobrecarga de estímulos externos.
(d). La Batalla Cultural: se desarrolla -hoy- principalmente en el terreno de las ideas y se manifiesta en debates sobre la familia, la educación, la identidad de género, la libertad de expresión, la religión y el rol del Estado en la sociedad. Esta lucha se origina en un choque entre dos visiones del mundo: una vinculada al globalismo y el progresismo, que promueve la deconstrucción de valores tradicionales, y otra ligada al conservadurismo, que busca preservar dichos valores. Éste conflicto no se limita a los gobiernos, sino que se libra también en medios de comunicación, redes sociales, universidades y hasta en la industria del entretenimiento.
(e)Ernesto Laclau: teórico político argentino cuya obra se enfocó en temas de hegemonía, populismo y política postmarxista. Su trabajo es especialmente reconocido por su teoría de la hegemonía, desarrollada en el influyente libro “Hegemonía y estrategia socialista” -1985- escrito en coautoría con Chantal Mouffe. Laclau argumentó que las identidades sociales y políticas son construcciones discursivas y que el populismo no es solo una táctica política, sino una forma fundamental de construcción de lo social. Su obra es clave para entender el pensamiento político contemporáneo, especialmente en la Argentina kk.
(f). Chantal Mouffe: filósofa política belga conocida por sus teorías en el ámbito de la democracia y la política radical. Su enfoque se centra en la idea de la “democracia agonista” -propone que los conflictos y diferencias son inherentes a la democracia y deben ser aceptados y gestionados, en lugar de ser suprimidos. Mouffe ha criticado el liberalismo político y el consenso social, argumentando que estos intentos de eliminar los conflictos pueden despolitizar a la sociedad. Entre sus obras más conocidas están “El retorno de lo político” y “Sobre lo político”. Sus ideas sostienen el “estado de guerra”.
(g).El cartel de las FARC -Colombia-: Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia han tenido históricamente una influencia importante en Colombia y han estado vinculadas a redes ideológicas y estratégicas a nivel regional, incluyendo una relación de apoyo y afinidad con el Foro de San Pablo.
(h).El Islam Combativo -Irán-: Hace referencia a una interpretación y práctica del Islam que combina religión con una dimensión política y revolucionaria, destacando la lucha activa contra la opresión y la búsqueda de justicia social, desde una perspectiva islámica. En el contexto de Irán, este concepto ha sido central en la configuración ideológica de la República Islámica, particularmente desde la Revolución Iraní de 1979.
(i). El Eurasianismo/Cuarta Teoría Política -Rusia-:El Eurasianismo es una corriente ideológica que busca posicionar a Rusia como el núcleo de una civilización única, alternativa al Occidente liberal, con un fuerte componente geopolítico y espiritual. Su alcance e implementación práctica están influenciados por ideólogos como Dugin y su relación con el liderazgo político ruso -Putin-. LaCuarta Teoría Política es un concepto desarrollado por el filósofo y politólogo ruso Alexander Dugin, como una propuesta ideológica que trasciende las tres grandes ideologías políticas modernas: el liberalismo, el comunismo y el fascismo. Según Dugin estas tres teorías dominaron el siglo XX, pero actualmente han quedado obsoletas -en términos de ofrecer respuestas adecuadas a los desafíos del siglo XXI- especialmente frente a la globalización y la crisis de las identidades culturales.
(j). La “comunidad global de destino”–“camino y franja de la seda” de China-:La “comunidad global de destino” es tanto una visión idealista como una estrategia geopolítica de China para redefinir su papel en el mundo y promover un orden internacional multipolar. El principal impulsor de este concepto es Xi Jinpingy el Partido Comunista Chino (PCCh). Ha sido presentado en múltiples foros internacionales -como la Asamblea General de la ONU, el Foro de Davos y las reuniones del G20-. Además, está estrechamente vinculado con iniciativas estratégicas como “laFranja y la Ruta de la Seda” -Belt and Road Initiative– que busca fomentar la cooperación económica y de infraestructura a nivel global y es un instrumento central en la disputa por la hegemonía internacional, con los EE.UU.
(k). Globalismo: corriente ideológica y política que busca diluir las identidades nacionales, culturales y religiosas en favor de estructuras supranacionales y valores universales que trascienden las fronteras tradicionales. El globalismo promueve la centralización del poder en instituciones internacionales como la ONU o el Foro Económico Mundial y aboga por políticas que socavan la soberanía de los Estados-Nacionales. Es una amenaza a la libertad individual, a las tradiciones culturales y a los principios fundacionales de muchas naciones, ya que tiende a homogeneizar culturas y sociedades bajo un paradigma universal que beneficia a intereses específicos.
Stalin era un líder extremadamente severo, pero gobernaba con gran temor al pueblo. Era como vivir en una pesadilla: puedes creer incluso a la persona más cercana, incluso a tu familia.
Imagínate a tus amigos o incluso a tu mamá y papá diciéndole a la policía cosas desagradables sobre ti, que probablemente sean declaraciones falsas. La vida para alguien bajo Stalin era vivir la misma pesadilla porque todos espiaban a los demás en caso de que la persona equivocada también se metiera en problemas.
La gente tenía miedo de meterse en problemas, así que hacían cualquier cosa para sentirse seguros. Incluso cuando mentían y denunciaban a otras personas, lo cual no es correcto, ya que esa persona no estaba haciendo nada malo. Era como si fuera un juego en el que uno solo podía ganar si era malo y astuto.
Lo más aterrador es que la gente tiene tanto miedo, incluso de sus propios pensamientos, que nunca imagina una vida mejor, ya que no consideraban la existencia de alguien que los escuchara.
Stalin era más que un simple matón, era una criatura horrible. Hirió a millones de personas y los dejó sintiéndose miserables y solos. Les arrebató la esperanza y les hizo creer que el miedo y la traición les ayudarían a sobrevivir.
En las últimas sesiones de la Mega Causa Zona 5, por los mal llamados juicios de Lesa Humanidad, los fiscales solicitaron prisión perpetua y condenas de 25 años para “todosh y todash”, como diría el fallecido presidente tuerto Néstor Kirchner, que amenazó a los militares diciéndoles “no les tengo miedo”, cuando en realidad le tendría que haber tenido miedo a la muerte que se lo llevó al infierno.
Son 36 imputados y en un extremo encontramos un Coronel que era Oficial de Operaciones del Vto. Cuerpo de Ejército y en el fondo del tarro, un cabo 1ro que operaba una Central Telefónica. Pero todos recibieron un pedido de condena por parte de los fiscales, de perpetuas y 25 años de prisión. ¿Es lógico? Por supuesto que no, cualquier abogado diría que no hay sensatez, congruencia, ni razonabilidad. De la sana crítica racional, “olvídate”. Proponer algo así en la facultad de derecho, significaría una reprobación segura y el consejo del profesor emulando al Juez Claudio Bonadío, “mejor comprate un kiosquito y vendé chupetones”.
Pero hay una razón que permite entender estos repetidos pedidos de condena, los fiscales no actúan como abogados, son fanáticos odiadores ideologizados y negacionistas, que al igual que los nazis en la época de Hitler, pretenden condenar a cualquier costo, como lo hicieron los famosos abogados nazis al estilo Ronald Freisler. Solo les faltaba cubrirse con la túnica color sangre escarlata. Reconozcamos eso sí, que fueron un poco más educados que Freisler y no insultaron a las víctimas uniformadas con palabras soeces, pero si lo hicieron imputándolos falsamente, de perpetrar delitos que ellos saben que no cometieron, con el solo propósito de humillar, igual que Freisler. Quiera el destino que sus vidas no terminen trágicamente, como la del detestado juez nazi.
En paralelo, la “querellanta” Fernández Avello, desplegó un discurso de barricada, cargado de odio, resentimiento y feminismo, bien propio al que podría ser publicado en un tabloide de la Villa 31 del Barrio de Retiro, para que lo lea la masa sudorosa que se dedica a vender baratijas. Al mejor estilo del terrorista Rodolfo Walsh, admirado por el iracundo Palazzani, con una mezcla de odio Bonaficista – Carlotista, Avello expuso su resentimiento hacia todo el mundo uniformado, mientras el policía del tribunal la miraba con cara de odio. Bien radicalizada que es esta señora mayor. Obviamente pasada de moda, no tiene capacidad para percibir que la izquierda fracasó en todo el mundo, al punto que en la Rusia de hoy, donde Stalin tenía las oficinas del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, hoy hay un shopping al mejor estilo del Corte Inglés.
Pero la querellanta Fernández Avello quedó congelada en el tiempo, no percibe la realidad y la consume el odio negacionista-fundamentalista y adula a sus cómplices setentistas defensores de terroristas subversivos y descendientes, para lograr “reparaciones” dinerarias con las que pesa a ser zurda, se beneficiará económicamente cobrando con mano derecha, aún a costa de la violación de todos los códigos y leyes vigentes en Argentina, como pidió el Fiscal General Miguel Angel Palazzani en un video público.
Para finalizar las jornadas, la señorita Junquera, socia de Avello, ausente durante todo el juicio, se identificó porque ni el presidente Sebastián la conocía. Con voz de niña y lenguaje trabado, desplegó un discurso incomprensible donde mezcló todo con todo, se supone que es abogada y debe conocer lo mínimo de los principios de legalidad e irretroactividad de la ley penal o el artículo 18 de la Constitución Nacional. SIN EMBARGO Y CON UN ALTO GRADO DE INCOHERENCIA, PIDIÓ APLICAR EL TRATADO DE ROMA QUE ENTRÓ EN VIGENCIA EN EL AÑO 2002, Y LA CONVENCIÓN DE IMPRESCRIPTIBILIDAD DE CRÍMENES DE GUERRA Y LESA HUMANIDAD, QUE SE INCORPORÓ AL ORDEN NORMATIVO DE ARGENTINA EN 2003, PIDIENDO QUE SE APLIQUEN RETROACTIVAMENTE MEDIO SIGLO PARA ATRÁS. Otra locura. Pero habla de leyes internacionales no vigentes en la década del 70. Esta querellanta, ¿se habrá quedado dormida en las clases de derecho penal? ¿Sabrá Junquera que el Artículo 11 del Tratado de Roma, expresa que su aplicación no es retroactiva? ¿O será que le interesa pedir pagos retroactivos para estos juicios por las leyes de reparación?
Menos mal que la Junquera tiene pocas luces, porque con su estructura de pensamiento aquilatada, probablemente se le ocurriría pedir juzgar al General Juan Galo de Lavalle por el fusilamiento del Coronel Manuel Dorrego, o al Abogado Juan José Castelli por ordenar el fusilamiento del General Santiago de Liniers.
Mientras tanto, los jueces miran. Se cuidan de no hacer gestos, aunque no siempre pueden. Pero todos los presentes se dan cuenta del fracaso estrepitoso de los fiscales en su intento de probar, el cual desean rellenar con un “miente, miente, miente, siempre algo queda”.
ASÍ ESTAMOS, FISCALES Y QUERELLANTAS SETENTISTAS, CON UN DISCURSO, QUE SOBREVIVE POR CRIOPRESERVACIÓN MENTAL, PERO QUE PARA LA REALIDAD SOCIAL, NO EXISTE. LOS ARGENTINOS ESTÁN “HARTOS” DE SOSTENER A ESTOS SUJETOS, QUE COBRAN SUELDOS MILLONARIOS QUE PAGAN LOS CONTRIBUYENTES.
Hace 83 años, el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Joseph Stalin, emitió la Orden Nº 270, que ordenaba ejecutar a todos los desertores y arrestar a sus familiares.
Esta orden establecía sanciones por incumplimiento del deber y deserción (ejecución y encarcelamiento de las familias de los desertores), ordenaba a los soldados no rendirse y establecía severas sanciones por cualquier acto perjudicial para el esfuerzo bélico soviético.
Esta extensa orden es algo inusual, ya que da ejemplos detallados de comportamiento “heroico”, que incluyen la huida del teniente general Ivan Boldin del cerco mientras era comandante adjunto del Frente Occidental (el comandante del Frente Occidental, el general del ejército Dmitry Pavlov, fue fusilado por orden de Stalin por incumplimiento del deber). También da ejemplos de “cobardía”, que incluyen la rendición del comandante del 28º Ejército, el teniente general Katchalov.
La orden es bastante clara: no se rindan a menos que se lo ordenemos. Aunque está firmada por todos los miembros del Comité Estatal de Defensa, refleja claramente las opiniones del propio Stalin sobre cómo debían comportarse las tropas.
Las preocupaciones planteadas en la Orden Nº 270 nunca desaparecieron y, de hecho, siguieron siendo la obsesión de Stalin durante toda la guerra. Stalin volvió a esta cuestión básica de “mantener a los hombres en sus armas” repetidamente durante toda la guerra, en particular durante el amargo verano de 1942, pero nada funcionó nunca a su entera satisfacción.
Con respecto a la Orden Nº 270, se oye decir al camarada Stalin: “No hay prisioneros de guerra soviéticos, sólo traidores”.
Estuvo activo desde mediados de la década de 1920 hasta la muerte de Stalin. Son 30 años de ejecuciones. Es más conocido por su papel en la masacre de Katyn, donde mató él solo a unas 7.000 personas.
La planificación y ejecución de este proceso, así como los horripilantes detalles que lo rodean, lo hacen no menos horroroso que las peores historias de los campos de concentración nazis.
Las ejecuciones se llevaron a cabo durante 28 noches consecutivas en la cámara de ejecución especialmente construida en la sede de la NKVD en Kalinin. Vasily Mikhailovich Blokhin inicialmente pretendía una cuota de 300 ejecuciones por noche y creó un sistema eficiente. Los prisioneros eran conducidos individualmente a una pequeña antecámara, conocida como la “sala leninista”, para una rápida identificación. Luego eran esposados y llevados a la sala de ejecución de al lado.
Esta habitación estaba diseñada con paredes acolchadas para insonorizar, un piso de hormigón inclinado con un desagüe y una manguera, y una pared de troncos para que los prisioneros se apoyaran. Blokhin esperaba detrás de la puerta con su equipo de verdugo: un delantal de cuero de carnicero, un sombrero de cuero y guantes de cuero hasta los hombros. Sin audiencia ni formalidad alguna, cada prisionero era llevado y sujetado por guardias mientras Blokhin le disparaba una vez en la base del cráneo con una pistola alemana Walther Modelo 2 .25 ACP. Blokhin y su equipo trabajaban incansablemente durante 10 horas cada noche, y Blokhin ejecutaba una media de un prisionero cada tres minutos. Al final de la noche, proporcionaba vodka a todos sus hombres.
Además, supervisó directamente la ejecución de muchas más personas a lo largo de su prolífica, aunque no pro-vida, carrera. Como verdugo de alto rango, Blokhin tenía el título oficial de comandante de la prisión interna de la Lubyanka. Esto le permitió hacer su verdadero trabajo con poco escrutinio y sin papeleo oficial. Si bien muchas de las aproximadamente 828.000 ejecuciones de la NKVD durante la época de Stalin fueron llevadas a cabo por chequistas locales, las ejecuciones en masa fueron supervisadas por verdugos especializados como Vasily Blokhin.
Es posible que otros individuos hayan matado indirectamente a más personas, como Genghis Khan, o hayan matado a muchas sin hacerlo con sus propias manos, como Paul Tibbets. Pero cuando una persona puede cobrarse al menos 7.000 bajas, dudo que alguien más pueda competir en esta dura contienda.
Nikolay Ivanovich Yezhov nació en 1895, San Petersburgo, Rusia y murió a principios de febrero de 1940. Fue un funcionario del Partido Comunista Ruso que, siendo jefe de la policía de seguridad soviética (NKVD) de 1936 a 1938, administró la etapa más severa de la grandes purgas, conocidas como Yezhovshchina (o Ezhovshchina).
No se sabe nada de sus primeros años de vida (lo apodaron el “Enano” porque medía sólo cinco pies [1,5 metros] de altura y era cojo). Se unió al Partido Comunista en marzo de 1917, fue comisario político en el Ejército Rojo durante la Guerra Civil y posteriormente ascendió a varios puestos políticos, convirtiéndose en funcionario del Comité Central del partido en Moscú en 1927 y uno de los favoritos de Joseph Stalin.
El 29 de abril de 1933, fue nombrado miembro de una Comisión de Purga central recién creada, que llevó a cabo una purga incruenta que expulsó a más de un millón de miembros del partido. En enero de 1934, en el XVII Congreso del partido, se convirtió en miembro de pleno derecho del Comité Central y luego, en febrero, sucedió a Lazar Moiseyevich Kaganovich en el puesto clave de presidente de la Comisión de Control del partido. En octubre de 1937 se convirtió en candidato a miembro del Politburó.
Nikolay Yezhov nunca dormía en casa. ¿Qué hacía por las noches el jefe de la policía política de Stalin, apodado “el enano sangriento” por sus amigos? Era un misterio. Cuando Molotov y Khrushev expresaron su preocupación a este respecto, Stalin soltó una carcajada y los calificó de mojigatos. Una noche, Stalin estaba durmiendo en su dacha en Kuntsevo cuando de repente se despertó y encontró a Yezhov desnudo junto a él acariciando el bigote de Stalin. Stalin se arrojó de la cama y se golpeó la cabeza con el orinal. Cuando logró levantarse, Yezhov había desaparecido, pero la ventana estaba abierta de par en par. Stalin inmediatamente emitió órdenes para arrestar a Yezhov como enemigo del pueblo y de las buenas costumbres.
Aparentemente tenía un sentido de autoironía, y a menudo se burlaba del culto a la personalidad que lo rodeaba:
En 1937 el terror de Stalin estaba en su punto más alto; El Ministro del Interior, Nikolay Yezhov, arrestó a cualquiera cuya mirada Stalin considerara sospechosa. Stalin diría: “¿Por qué tienes esa expresión tan nerviosa?” o “¿Por qué no me miras a los ojos?” Un rato después, esa persona desaparecería. Por lo general, los torturaban y luego los fusilaban. El mariscal Blyukher, el mariscal Tujachevski y muchos otros generales y ministros del gobierno que rodeaban a Stalin perecieron de esta manera.
Un día de 1937 le sucedió a Budennyy. “Parece que ya no te agrado, Semen Mikhaylovich”, le dijo Stalin con su lento y amenazador acento georgiano.
“¿De qué estás hablando?” Budenny respondió. “Te seguiría al fuego o al agua. Simplemente da la orden”.
“¿Por qué nunca me has dado una de tus fotografías?”
“¡Oh, pero lo quería desde hace mucho tiempo, Iósif (Joseph) Vissarionovich! Estaba pensando en ello”, dijo nervioso el héroe de la caballería. Corrió a su oficina y sacó una de sus fotografías.
“¿Podrías firmarlo por mí?” preguntó Stalin. Budennyy se sentó, mojó la pluma en el tintero y luego se quedó paralizado de indecisión. Le resultaba más fácil cortar una hilera de cabezas con un sable que escribir algunas palabras.
Tenía miedo de escribir “Querido Stalin”, porque podría resultarle demasiado familiar, y tenía miedo de escribir “Al más respetado Stalin”, porque podría parecer demasiado frío. Budennyy podía sentir cómo se le caían las patillas del bigote. Mientras tanto, Stalin paseaba detrás de la silla fumando su pipa, saboreando la indecisión de Budenny.
“Bueno, ¿no se te ocurre nada que escribir?”
“Parece que no puedo, Iósif Vissarionovich”.
“Entonces déjame dictar. Escribe: ‘Al gran genio…’ . .’ ¿Has escrito tanto? . . . luego continúa: ‘quién creó la Primera Caballería’. . . ¿Has escrito eso? . . . luego continúe: “A Iosif Vissarionovich Stalin de parte de Semen Mikhaylovich Budennyy”. Bueno, ahora que has escrito eso, veo que me amas. Por eso quiero regalarles mi foto”.
Sonrió burlonamente, puso la fotografía de Budennyy sobre su escritorio y sacó la suya. Tomó su bolígrafo y escribió:
“Al verdadero creador de la Primera Caballería, S. M. Budennyy, de I. V. Stalin. 1937”
El 28 de mayo de 1938, el régimen talmúdico bolchevique de Joseph Stalin condenó a muerte al artista Vladimir Timiryov, de 23 años.
Nunca se le presentaron cargos y no tuvo oportunidad de defenderse ante los tribunales (si es que a los Sanedrines soviéticos se les puede llamar “tribunales legales”).
Los historiadores consideran que sus delitos eran “hereditarios”. Le encantaba pintar la naturaleza, los barcos, el agua, el mar y también dibujaba ilustraciones para algunos de los libros más conocidos de Jack London (White Fang, The Call of the Wild, Hearts of Three, todos ellos maravillosamente traducidos al ruso, a pesar de la censura soviética degenerada).
Ninguna de sus “pinturas” era de naturaleza anticomunista o política. Sin embargo, no era sólo un joven sencillo y talentoso, era hijo del almirante imperial ruso Sergius Timiryov e hijastro (después de que sus padres se divorciaran en 1918) del almirante Kolchak, el gobernante supremo de Rusia. Su madre era una poeta rusa y esencialmente tenía relaciones con los dos almirantes del Ejército Blanco, quienes lucharon en el Ejército Blanco contra los bolcheviques talmúdicos y defendieron a los cristianos ortodoxos de la persecución.
El hecho mismo de que este talentoso ruso fuera descendiente de los héroes antibolcheviques del Ejército Blanco lo convirtió en un “objetivo por necesidad”. Y así fue asesinado sin piedad por el régimen demoníaco, tres años antes de la invasión de Rusia por parte del Tercer Reich.
Vladimir Timiryov bien puede ser un portador de la pasión cristiana ortodoxa o un nuevo mártir, dado que era completamente inocente cuando fue ejecutado por el régimen estanilsta.
Es una personificación y un ejemplo individual del genocidio del pueblo ruso que tuvo lugar en el siglo XX.
La ignorancia, o miedo, a decir la verdad por parte de periodistas y políticos, es representativo de la decadencia moral en que está sumida la sociedad argentina desde la recuperación de la democracia en 1983. En un tema tan trillado como el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, no hay lugar para la ingenuidad. Información sobre el hecho hay para hacer dulce. Por ejemplo, es absolutamente falso que la represión a los subversivos comenzó ese día. La trampa justamente consiste en asociar al gobierno militar con los crímenes de lesa humanidad y al gobierno peronista con la ausencia de represión. Fue Perón el que creó la Triple A y también el que, públicamente, dijo que los iba a exterminar. Fue Perón el que le dio carta blanca y puso al frente de la Policía Federal (jefe de la represión del gobierno militar de Lanusse) Comisario Villar. Fue su viuda y presidente, la que ordenó a las Fuerzas Armadas “aniquilar” la subversión.
El 24 de marzo de 1976, hubo un cambio de gobierno, pero no en la política represiva. El golpe de Estado es una interrupción en la vida institucional y debe ser condenado. Ahora bien, si a los militares le cargan el estigma de “genocidas,” justo es que también se lo endilguen a los peronistas. Desde el estado, el peronismo asesinó a un gobernador y a un vice gobernador, Miguel Ragone y Atilio López, respectivamente. También, secuestró y desapareció el 17 de junio de 1975 a Alejandro Almeida (integrante de la banda terrorista ERP-22 de Agosto). Sin embargo, su madre, Tati Almeida, no denuncia al partido político que mató a su hijo, sino al gobierno que tomó el poder nueve meses después.
En los medios se repite hasta el cansancio de que fue la dictadura más sangrienta de nuestra historia, pero se omite impúdicamente de que fue precedida por la democracia más sangrienta de nuestra historia. Tampoco se dice que los que abrieron las puertas del infierno son aquellos a los que, en las escuelas y en los medios de comunicación, se los presenta como perseguidos por defender la democracia. Con contadas excepciones, todo el arco político, la prensa, la iglesia, los sindicatos, los empresarios y la ciudadanía en general apoyó el golpe de Estado. Ello, por supuesto, no lo justifica; mas, dice mucho de ese momento histórico. Por cierto, un detalle no menor es que el “genocida” Antonio Bussi ganó, en 1995, las elecciones a gobernador en Tucumán. Increíblemente, ese pueblo, al que “aterrorizó” como gobernador de facto, lo votó masivamente.
El Dr. Alfonsín, hombre honrado y demócrata cabal, no es el “padre de la democracia.” Ni él, ni la CGT, ni los justicialistas expulsaron a los militares del poder; Estos últimos lo entregaron mansamente a los políticos. Si, esos “genocidas inhumanos siervos del imperialismo,” sin que medie presión alguna, apagaron la luz, entregaron las llaves y se fueron. Si hubieran querido, se habrían quedado la misma cantidad de tiempo que los “angelitos” Fidel Castro, Joseph Stalin o Mao Tsé Tung (entre los tres se cargaron a 100 millones de “enemigos del pueblo”).
El 24 de marzo se recuerda como el día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Así nos va…
Si Josef Stalin era un campesino tosco, intelectualmente inferior a Leon Trotsky y otros grandes comunistas, ¿por qué los escritores famosos del siglo XX lo elogiaron por su inteligencia y conocimiento?
Si bien es cierto que Joseph Stalin tuvo orígenes humildes como campesino, la noción de que era intelectualmente inferior a sus contemporáneos comunistas, incluido León Trotsky, es un tema de debate entre los historiadores. De hecho, varios escritores famosos del siglo XX, como Henri Barbusse, George Bernard Shaw, H.G. Wells, Romain Rolland y Lion Feuchtwanger, elogiaron a Stalin por su inteligencia. Entonces, ¿por qué estos renombrados intelectuales mantenían tales puntos de vista?
En primer lugar, es fundamental comprender que la inteligencia es un rasgo multifacético que abarca varios aspectos. Si bien Trotsky pudo haber sido conocido por su destreza teórica y su elocuencia, Stalin mostró un tipo diferente de inteligencia, una que se centró en la practicidad, la estrategia y las maniobras políticas. No se puede subestimar su capacidad para navegar en complejas dinámicas de poder dentro del Partido Comunista y consolidar su autoridad.
El ascenso de Stalin al poder requirió una comprensión sagaz de la psicología humana y un agudo sentido de las oportunidades. Se posicionó hábilmente dentro del Partido Bolchevique, aprovechando alianzas y explotando divisiones a su favor. Esta astuta perspicacia política impresionó a muchos observadores, incluidos los escritores antes mencionados que reconocieron su inteligencia estratégica.
Además, el éxito de Stalin en la industrialización de la Unión Soviética jugó un papel importante en la configuración de las percepciones de su intelecto. Bajo su liderazgo, el país experimentó una rápida industrialización, transformándolo en una importante potencia mundial.
Este logro demostró la capacidad de Stalin para la planificación, la asignación de recursos y la gestión económica a largo plazo. La industrialización fue un proceso complejo que requirió rigor intelectual y capacidad de toma de decisiones, que Stalin claramente exhibió.
Además de su perspicacia política y económica, Stalin también poseía fuertes cualidades de liderazgo. Tenía una presencia imponente, que exudaba confianza y autoridad. Esta asertividad, combinada con su capacidad para inspirar lealtad o imponer terror entre sus seguidores, contribuyó a su reputación como líder inteligente.
Vale la pena mencionar que los escritores que elogiaron la inteligencia de Stalin no necesariamente respaldaban sus salvajes acciones o su ideología política. Su admiración puede haberse basado en sus observaciones de sus capacidades como líder, más que en un respaldo a sus políticas o las consecuencias de su gobierno.
Sin embargo, es importante reconocer que las opiniones sobre la inteligencia de Stalin no fueron unánimes. Muchos críticos argumentaron que sus métodos, como la Gran Purga y la colectivización forzada, reflejaban un desprecio por la vida humana y una falta de empatía intelectual. Estos críticos creían que la verdadera inteligencia debería ir acompañada de juicio moral y compasión.
El 28 de julio de 1942, cuando la ofensiva alemana de verano de 1942, denominada Caso Azul, estaba en pleno apogeo, la Wehrmacht avanzaba rápidamente hacia Stalingrado, el Ejército Rojo se retiraba precipitadamente por todo el frente sur, sus soldados se rendían en crecientes números. Para restablecer la disciplina en el ejército soviético contra la Alemania nazi, Stalin emitió la Orden nº 227 que dio origen al famoso lema “¡Ni un paso atrás!”.
Pero ¿y si los soldados aun así dieran un paso atrás? ¿O diez pasos atrás? ¿Qué haría Stalin al respecto? La Orden nº 227 también dio origen a la creación de “destacamentos de bloqueo”. Eran escuadrones defensivos bien armados que fueron “colocados directamente detrás de divisiones inestables… para disparar en el lugar a los que incitaban al pánico y a los cobardes que se retiraban sin autorización”.
Entonces, si un soldado del Ejército Rojo avanzaba, las balas alemanas lo matarían, mientras que si retrocedía, lo matarían las balas de sus camaradas. Qué pepinillo más triste.
Irónicamente, el 30 de enero de 1945, cuando el Ejército Rojo ya luchaba en suelo alemán, Heinrich Himmler -el Reichsführer de las SS- se encontró imitando la orden de Stalin de “Ni un paso atrás” de 1942, aunque su versión no sonó igual. Se titulaba “Tod und Strafe für Pflichtvergessenheit”, que significa “Muerte y castigo por incumplimiento del deber”. Esta orden obtuvo el respaldo total de Hitler, lo cual no fue una sorpresa ya que Himmler era su aliado más antiguo, más cercano y más leal.
Para hacer cumplir esta orden, Himmler y Hitler dieron a la Feldgendarmerie (policía militar) exactamente los mismos trabajos que a los destacamentos de bloqueo soviéticos. El ejército de Feldgend nunca vio ningún combate, permanecieron seguros en la retaguardia con su equipo y atraparon a todos los que retrocedieron, los arrojaron al frente infernal o los ejecutaron en el lugar. Muchos refugiados alemanes se horrorizaron cuando desfilaron por los “callejones de la horca” donde las SS y la Feldgendarmerie habían ahorcado a los desertores. Les habían atado al cuello pancartas que decían: “Fui un cobarde pero morí de todos modos” o “Aquí estoy colgado porque no creía en el Führer”.
No se mantuvieron registros oficiales de la ejecución sumaria de desertores llevada a cabo por la Feldgendarmerie, pero la evidencia anecdótica sugiere que en el sector del XI Cuerpo de las SS, muchos, incluidos varios miembros de las Juventudes Hitlerianas, fueron colgados de los árboles con la prueba más endeble. Muchos soldados alemanes estaban realmente intentando volver a unirse a sus unidades (después de sus permisos de origen, de baja por enfermedad, de perderse…) cuando fueron capturados y ejecutados por la Feldgendarmerie. Los informes soviéticos afirmaron que la Feldgendarmerie ejecutó sumariamente a unos 25.000 alemanes por cobardía sólo en 1945. Los soldados alemanes ahora estaban en los zapatos soviéticos.
Josef Stalin hizo arrestar a las esposas de dos líderes soviéticos y enviarlas a campos de prisioneros, informó una revista el lunes, convirtiéndose en la primera publicación soviética en utilizar la palabra ‘Gulag’, el nombre del infame sistema penitenciario de Stalin.
El presidente soviético Mikhail Kalinin y el ministro de Asuntos Exteriores Vyacheslav Molotov continuaron sirviendo lealmente a Stalin mientras Yekaterina Kalinin languidecía durante una década en un campo de prisioneros como enemiga del pueblo y Paulina Molotov estuvo detenida durante casi cinco años, dijo la revista Ogonek.
Stalin también hizo ejecutar al hermano del leal secuaz Lazar Kaganovich y trató de arrestar a la esposa del mariscal Klementi Voroshilov, dijo el Ogonek. La revista no dijo qué pasó con la esposa de Voroshilov.
Ogonek, al seguir llenando lo que el líder soviético Mikhail Gobachev ha llamado los “espacios en blanco” de la historia soviética, utilizó por primera vez en una revista soviética la palabra “Gulag”, acrónimo de la Administración Estatal de Campos, supervisores de la prisiones donde millones de personas fueron enviadas durante el gobierno de Stalin.
Molotov, que votó a favor del arresto de su esposa judía durante una reunión del Politburó en 1949, nunca volvió a mencionarla y tuvo que esperar hasta después de la muerte de Stalin en marzo de 1953 para reunirse con ella, dijo la revista.
“La hija de Molotov, al solicitar su afiliación al partido, respondió a la pregunta sobre sus padres que su padre es Molotov y que ella no tiene madre”, decía.
Pero Kalinin nunca dejó de pedir la liberación de su esposa. Fue terrible escuchar con qué frecuencia Kalinin le pedía a Stalin que tuviera piedad de su esposa, que liberara a su “amigo de la vida”, que le diera la oportunidad de estar con ella antes de su muerte.
“Stalin se cansó tanto de las súplicas que prometió liberarla cuando terminara la Segunda Guerra Mundial”.
Stalin cumplió su palabra y liberó a la esposa de Kalinin un mes después del final de la guerra, pero luego le dio un “pasaporte de perro”, impidiéndole vivir en Moscú y otras 270 ciudades soviéticas, dijo la revista.
Kalinin, un ex campesino y para entonces viejo y moribundo, se vio obligado a tomar un tren para visitar a su esposa, cuya nacionalidad estonia aparentemente había despertado la paranoia de Stalin.
En 1946, Kalinin había muerto y su esposa, que había prometido no volver nunca más al Kremlin, caminaba junto al “séquito de Stalin” detrás del cuerpo de su marido, dijo la revista.
Imprimió una imagen de la escena que mostraba a Molotov afligido con la cabeza gacha y a Stalin con su uniforme de mariscal, los labios fruncidos y las manos entrelazadas al frente.
La revista también describió el arresto de la esposa de Kalinin.
“La esposa de Kalinin fue arrestada de una manera bastante banal y sin ninguna representación teatral”, decía. “La llamaron a la casa de modas del Kremlin para que le probaran un vestido. En la casa de moda la estaban esperando.
Yekaterina Kalinin fue acusada de terrorismo, “la cláusula más terrible del código penal, el temido Artículo 58-8”, afirmó la revista.
“Su tarjeta de arresto llevaba la señal de una cruz, lo que significa que siempre debía estar bajo vigilancia y debía hacer el trabajo más difícil en el campo… En los campos, quitaba la pelusa de la ropa de cama”.
La desmitificación de Stalin bajo la política de glasnost, o apertura, de Gorbachev ha revelado cómo ordenó arrestar y ejecutar a sus dos primeros jefes de policía, y aniquiló a casi todo su estado mayor mediante un pelotón de fusilamiento.
Después de su muerte, el tercer jefe de policía de Stalin, Lavrenti Beria, fue arrestado a punta de pistola en una sesión del Politburó. Beria, que encarceló a millones, fue ejecutado.
Pero a pesar de las muchas revelaciones de la era de Stalin, las publicaciones soviéticas aún tienen que explicar la muerte de la esposa de Stalin. Se dice que Nadezhda Aliluyevna Stalin se suicidó en 1932.
Stalin había emitido órdenes que prohibían la rendición (a menos que fueran capturados mientras estaban heridos e inconscientes) y declaró que la rendición era traición. Así que, desde el principio, casi todos los prisioneros de guerra soviéticos eran automáticamente criminales y traidores según la ley soviética.
De hecho, cuando capturaron al propio hijo de Stalin, lo repudió y rechazó una oferta alemana de intercambio de prisioneros. Su hijo finalmente murió en un campo de prisioneros de guerra.
Todos los prisioneros de guerra soviéticos que regresaban fueron interrogados por el NKVD, a menudo brutalmente.
La mayoría fueron enviados a pasar un período en los gulags como castigo y para rehabilitarlos/redoctrinarlos en el sistema soviético y librarlos de cualquier tendencia capitalista que pudieran haber adquirido en el extranjero.
Otros que habían cambiado de abrigo y luchado junto a los alemanes o colaborado de alguna otra manera con ellos (y eran muchos), o que eran sospechosos de haberlo hecho, fueron ejecutados.
Así que no fue sólo una brutalidad sin sentido, aunque hubo mucha de eso.
De hecho, muchos soviéticos se habían dado la vuelta y lucharon contra su país o colaboraron de alguna otra manera con el enemigo. Eso sería considerado traición por cualquier país.
La diferencia es que mientras otros países se conformaron con ejecutar a los principales líderes traidores y encarcelar a otros antes de declarar una amnistía para el resto y esconderla debajo de la alfombra, los soviéticos fueron más sanguinarios y minuciosos.
Mátyás Rákosi se convirtió en el líder comunista de Hungría tras consolidar el poder político en 1945. Fue llamado “el mejor discípulo húngaro de Stalin”, orquestando purgas e instalando un régimen represivo aliado de los soviéticos. Rákosi, partidario de la socialdemocracia desde su juventud, regresó a Hungría como comunista en 1918, después de un período como prisionero de guerra en Rusia.
Mátyás Rákosi fue un político comunista húngaro que fue el líder de facto de Hungría de 1947 a 1956. Se desempeñó primero como Secretario General del Partido Comunista Húngaro de 1945 a 1948 y luego como Secretario General del Partido de los Trabajadores de Hungría de 1948 a 1956. Nació el 9 de marzo de 1892 en Ada, Serbia y murió el 5 de febrero de 1971 en Nizhny Novgorod, Rusia.
Se desempeñó como comisario de producción socialista en el breve régimen comunista de Béla Kun (1919), pero, con el triunfo de la contrarrevolución en Hungría, se vio obligado a huir a Moscú. Enviado en 1924 para reorganizar el Partido Comunista Húngaro, fue arrestado por las autoridades húngaras al año siguiente y en 1927 fue condenado a ocho años y medio de prisión a partir de la fecha de su arresto.
Al expirar su condena, fue arrestado nuevamente y sentenciado a cadena perpetua (1934), pero en 1940 se le permitió ir a Moscú. Al regresar a Hungría con las tropas soviéticas en 1944, Rákosi se convirtió en secretario del Partido (Comunista) de los Trabajadores Húngaros y, con la ayuda de la recién organizada Policía de Seguridad del Estado (AVO), pronto consolidó el poder político en sus manos. Estalinista confirmado, reinó como jefe del partido de 1949 a 1953 (desde 1952 también como primer ministro); pero en julio de 1953, tras la muerte de Stalin, se vio obligado a ceder el cargo de primer ministro al reformista Imre Nagy. Sin embargo, siguió siendo secretario del partido y en 1955 logró destituir a Nagy, sólo para ser destituido por Moscú de todas las oficinas del partido al año siguiente para aplacar al líder yugoslavo, el mariscal Tito, a quien había ofendido. El duradero estalinismo de Rákosi y su sumisión a Moscú lo habían hecho muy impopular; y, cuando estalló la revolución en Budapest en octubre de 1956, huyó nuevamente a la U.R.S.S.
Después de la muerte de Stalin en 1953, la URSS decidió que su régimen era demasiado brutal y le dijo a Rákosi que podía permanecer como secretario general del partido comunista húngaro, con la condición de que cediera su cargo de primer ministro al “reformista” Imre Nagy.
Rákosi logró quedarse un tiempo, hasta que la URSS decidió oficialmente que era un lastre. Moscú lo destituyó del poder en 1956 para apaciguar al líder yugoslavo, Mashal Tito.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció ayer martes nuevos programas estatales para estudiantes que requerirán educación cívica y patriotismo, así como capacitación en resucitación cardiopulmonar y estudio y desarrollo del holocausto.
“Una vez que los estudiantes se gradúen de la escuela secundaria, algunos irán a la universidad, algunos de ellos harán otras cosas … hagas lo que hagas, esta educación cívica será relevante porque vas a ser un ciudadano”, dijo DeSantis en una conferencia de prensa vespertina en Fort. Myers.
También requerirá que los estudiantes de secundaria aprendan sobre “los males del comunismo y las ideologías totalitarias”.
“Tenemos varias personas en Florida, particularmente en el sur de Florida, que han escapado de regímenes totalitarios, que han escapado de dictaduras comunistas, para poder venir a Estados Unidos. Queremos que todos los estudiantes comprendan … ¿por qué alguien huiría a través de tiburones- aguas infestadas … para venir al sur de Florida? ¿Por qué alguien dejaría un lugar como Vietnam? ¿Por qué la gente dejaría estos países para arriesgar sus vidas para poder venir aquí?, dijo el gobernador DeSantis
La inciativa fue presentada el pasado mes de marzo por el representante Ardian Zika (nacido en la ex Yugoslavia), Republicano por la ciudad de Land O ’Lakes, y la senadora Ana María Rodríguez, republicana por El Doral, las propuestas se denominan Ley de retratos en patriotismo. Los proyectos de ley idénticos apuntan a reforzar la educación cívica, en parte al ordenar al Departamento de Educación que organice una biblioteca de videos que comparta relatos en primera persona de personas que vivieron bajo gobiernos extranjeros.
“Muchas personas han huido de dictaduras en lugares como Cuba y Venezuela y han encontrado un faro de luz en Estados Unidos y aquí en Florida”, dijo Zika.
La medida fue aprobada por unanimidad por el Subcomité de Educación Secundaria y Desarrollo Profesional de la Cámara de Representantes, pero está encontrando algunas preguntas de los demócratas, quienes aún estudian la propuesta.
Con respecto al Holocausto, se formará un departamento teniendo este que crear un proceso para que las escuelas certifiquen anualmente y proporcionen evidencia de cumplimiento con los requisitos de instrucción de la acción de los Nazis. Se orientan a contratar al Museo del Holocausto de Florida y otras organizaciones reconocidas a nivel estatal o nacional para desarrollar el plan de estudios y el material instructivo.
Intercalada entre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam, la Guerra de Corea a menudo se conoce como la “Guerra Olvidada”, pero sus efectos en la vida moderna han sido significativos y duraderos. La Guerra de Corea marcó la primera vez que un presidente de Estados Unidos envió tropas a un conflicto sin primero buscar la aprobación del Congreso. Harry Truman puso las botas en suelo coreano sin el visto bueno del Congreso, y varios presidentes posteriores se entretuvieron bastante siguiendo su camino.
La guerra estalló el 25 de junio de 1950 cuando las tropas norcoreanas cruzaron el paralelo 38, invadiendo Corea del Sur. El líder norcoreano Kim Il-sung lanzó el ataque una vez que recibió la promesa de apoyo del líder soviético Joseph Stalin. En enero de 1950, el secretario de Estado de Estados Unidos, Dean Acheson, pronunció un discurso en el que dijo que Corea del Sur y Taiwán no formaban parte del “perímetro defensivo” estadounidense, lo que parecía indicar que Estados Unidos se mantendría al margen de un conflicto coreano. Y está claro que Stalin solo aceptó apoyar la invasión después de estar convencido de que Estados Unidos no se involucraría.
Sin embargo, los comentarios de Acheson fueron engañosos. Estados Unidos reaccionó a la noticia de la invasión tomando medidas de inmediato para convocar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El 27 de junio, el Consejo de Seguridad pidió a los miembros de la ONU que proporcionaran asistencia militar para ayudar a Corea del Sur a repeler la invasión. Las fuerzas estadounidenses entraron el 30 de junio, momento en el que los norcoreanos habían tomado la capital de Corea del Sur, Seúl. El 15 de septiembre, una fuerza de la ONU aterrizó en Inchon y para el 29 de septiembre, las tropas de la ONU habían devuelto Seúl al presidente de Corea del Sur. Pero a finales de año, los chinos habían intervenido en nombre de los norcoreanos para detener el avance de la ONU. Estados Unidos lideró un esfuerzo internacional para repeler a los comunistas y China proporcionó refuerzos a Corea del Norte. Fue una guerra de primicias históricas. Nunca antes Estados Unidos y China se habían enfrentado en una guerra real.
Si bien el Comando Aéreo Estratégico de EE. UU. estaba bien preparado para lanzar un ataque total contra la Unión Soviética, estaba menos claro cómo podría usar armas atómicas en un conflicto limitado como Corea. El 1 de agosto de 1950, “se tomó la decisión de enviar la Novena Ala de Bombas a Guam como un grupo de trabajo atómico inmediatamente”. Diez B-29, cargados con bombas atómicas desarmadas, partieron hacia el Pacífico. El 5 de agosto, uno de los aviones se estrelló durante el despegue de la base de la Fuerza Aérea Fairfield-Suisun cerca de San Francisco, matando a una docena de personas y esparciendo el uranio levemente radiactivo del sabotaje de la bomba alrededor del aeródromo. Los otros aviones llegaron a Guam, donde se pusieron en guardia.
En una conferencia de prensa el 30 de noviembre, el presidente Truman confirmó que había estado considerando activamente el uso de bombas atómicas en Corea desde el comienzo de la guerra. Los comentarios provocaron una reacción mundial y el primer ministro británico, Clement Attlee, se apresuró a viajar a Washington para expresar su preocupación. Truman le aseguró a regañadientes que Estados Unidos “no tenía ninguna intención” de utilizar armas atómicas en Corea, excepto para evitar un “gran desastre militar”.
Entonces, aunque el presidente Truman intentó usar su superioridad atómica en beneficio de Estados Unidos en Corea del Norte, nunca pudo hacerlo. En última instancia, ni siquiera estaba claro que el bombardeo atómico en una guerra contra los ejércitos campesinos produciría resultados decisivos. Si los estadounidenses usaran la bomba y las fuerzas chinas siguieran llegando, demostraría la ineficacia de la bomba y reduciría su efecto disuasorio en otras arenas.
La guerra terminó siendo un asunto de balancín que vio a las fuerzas de la ONU retirarse de Corea del Norte al perímetro de Pusan en el sureste de Corea y luego avanzar nuevamente a través del paralelo 38 solo para ser empujadas hacia el sur una vez más por las fuerzas chinas. En julio de 1951, después de 13 meses de lucha, las dos partes iniciaron conversaciones de armisticio, que se prolongaron durante más de dos años. Después de la muerte de Stalin en marzo de 1953, el nuevo liderazgo en Moscú avanzó más rápidamente hacia un acuerdo. El alto el fuego se firmó finalmente el 27 de julio de 1953.
El costo humano de la guerra fue catastrófico. Solo en el primer mes de su operación, los grupos de Comando Aéreo Estratégico arrojaron 4.000 toneladas de bombas. Además de los altos explosivos, los bombarderos utilizaron napalm. Cuando se jubiló, Curtis LeMay describió la devastación diciendo: “Al final quemamos todas las ciudades de Corea del Norte … y algunas de Corea del Sur también. Incluso quemamos [la ciudad surcoreana de] Pusan, un accidente, pero quemamos de todos modos “. Las estimaciones de las víctimas varían ampliamente, pero hay motivos para creer que, además de los tres millones y medio de militares muertos, heridos y desaparecidos en ambos lados, más de dos millones de civiles murieron en Corea del Norte. Al final, la frontera que divide a los dos países permaneció exactamente donde estaba antes de la invasión de Corea del Norte.
La Guerra de Corea devastó la península que comprende Corea del Norte y del Sur de 1950 a 1953, y cuando todo estuvo dicho y luchado, los dos países se encontraron en un punto muerto en el paralelo 38 con poco más que un alto el fuego para evitar que el barril de pólvora explotara de nuevo. Y han sido así desde entonces. Técnicamente, la Guerra de Corea nunca ha terminado. Ha estado en pausa durante casi siete décadas. ¿Pero por qué? Echemos un vistazo a la historia y veamos.
Estados Unidos, Corea del Norte y China firmaron un acuerdo de armisticio el 27 de julio de 1953, pero Corea del Sur no lo hizo. Al país no le gustó la idea de una solución de dos estados, por lo que nunca se firmó un tratado de paz vinculante, lo que significa que la Guerra de Corea técnicamente aún está en marcha. Pero eso no significa que no hayan intentado volver a unir la península. Hubo algunas conversaciones de reunificación casi exitosas en 2000, luego, en 2018, los líderes de los dos países se dieron la mano y se abrazaron, ofreciendo esperanzas de que las dos Coreas puedan volver a ser una sola. Sin embargo, eso aún no se ha materializado, y hay tantos ejemplos de hostilidades entre ellos en los últimos años como momentos amistosos.
La esperanza de la reunión de 2018 no duró. Para mayo de 2020, ya estaban intercambiando disparos sobre la frontera, y en junio de ese año, Corea del Norte hizo explotar una oficina de enlace conjunta en la zona desmilitarizada, un edificio destinado a ser utilizado para negociaciones de paz. La explosión fue solo otro capítulo triste en la historia de décadas de la inconclusa Guerra de Corea.
Hace 74 años, un 6 de agosto, Estados Unidos se convertía en la primera y única nación en usar armamento atómico durante la guerra cuando arroja una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Aproximadamente 80,000 personas mueren como resultado directo de la explosión, y otras 35,000 resultan heridas. Al menos otros 60,000 estarían muertos para fin de año por los efectos de las consecuencias.
Aunque el lanzamiento de la bomba atómica en Japón marcó el final de la Segunda Guerra Mundial, muchos historiadores argumentan que también encendió la Guerra Fría.
Desde 1940, Estados Unidos había estado trabajando en el desarrollo de un arma atómica, luego de que Albert Einstein le advirtiera que la Alemania nazi ya estaba realizando investigaciones sobre armas nucleares. Cuando Estados Unidos realizó la primera prueba exitosa (una bomba atómica explotó en el desierto de Nuevo México en julio de 1945), Alemania ya había sido derrotada. La guerra contra Japón en el Pacífico, sin embargo, continuó furiosa. El presidente Harry S. Truman, advertido por algunos de sus asesores de que cualquier intento de invadir Japón resultaría en horribles bajas estadounidenses, ordenó que se usara la nueva arma para poner fin a la guerra rápidamente.
El 6 de agosto de 1945, el bombardero estadounidense Enola Gay arrojó una bomba de cinco toneladas sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Una explosión equivalente al poder de 15,000 toneladas de TNT redujo a cuatro millas cuadradas de la ciudad a ruinas e inmediatamente mató a 80,000 personas. Decenas de miles más murieron en las siguientes semanas por heridas y envenenamiento por radiación. Tres días después, otra bomba cayó sobre la ciudad de Nagasaki, matando a casi 40,000 personas más. Unos días después, Japón anunció su rendición.
En los años transcurridos desde que se lanzaron las dos bombas atómicas sobre Japón, varios historiadores han sugerido que las armas tenían un objetivo doble. Primero, por supuesto, era poner fin a la guerra con Japón y salvar vidas estadounidenses. Se ha sugerido que el segundo objetivo era demostrar la nueva arma de destrucción masiva a la Unión Soviética.
Para agosto de 1945, las relaciones entre la Unión Soviética y los Estados Unidos se habían deteriorado gravemente. La Conferencia de Potsdam entre el presidente estadounidense Harry S. Truman, el líder ruso Joseph Stalin y Winston Churchill (antes de ser reemplazado por Clement Attlee) terminó solo cuatro días antes del bombardeo de Hiroshima. La reunión estuvo marcada por recriminaciones y sospechas entre los estadounidenses y los soviéticos. Los ejércitos rusos ocupaban la mayor parte de Europa del Este. Truman y muchos de sus asesores esperaban que el monopolio atómico de Estados Unidos pudiera ofrecer influencia diplomática con los soviéticos. De esta manera, el lanzamiento de la bomba atómica en Japón puede verse como el primer disparo de la Guerra Fría.
Si los funcionarios estadounidenses realmente creían que podían usar su monopolio atómico para obtener ventajas diplomáticas, tenían poco tiempo para poner en práctica su plan. Para 1949, los soviéticos habían desarrollado su propia bomba atómica y comenzó la carrera armamentista nuclear.
El abusado hijo de un pobre y alcohólico zapatero georgiano, Josef Vissarionovich Djughashvili (el futuro Stalin) se convirtió en uno de los asesinos más prolíficos de la historia. Stalin eliminó a cualquiera y a todos los que constituían una amenaza para su poder, incluidos (y especialmente) sus antiguos aliados. Él no tenía absolutamente ningún respeto por la santidad de la vida humana.
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Stalin
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Wayne
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Stalin fue, sin lugar a dudas, uno de los líderes mundiales más despiadados del siglo XX, responsable de millones de muertes. Pero las estimaciones del número de muertes que causó varían enormemente, de 20 millones a 60 millones.
Todos los que estaban en contra de su política y contra el comunismo podían ser asesinados. No importaba si eran ciudadanos soviéticos o de otro país. Michael Munn, un historiador de cine y autor de “John Wayne – El hombre detrás del mito”, afirma que Stalin quería la cabeza del famoso ícono de Hollywood.
Stalin estaba tan enojado por el anticomunismo de John Wayne que planeaba eliminarlo. Ordenó a la KGB asesinar a John Wayne porque lo consideraba una amenaza para la Unión Soviética.
Cuando el cineasta ruso Sergei Gerasimov asistió a una conferencia de paz en Nueva York en 1949, escuchó sobre John Wayne y sus creencias anticomunistas. Cuando regresó a la Unión Soviética, inmediatamente le contó a Stalin sobre John Wayne y su discurso.
A Stalin le encantaban las películas y él era más que un aficionado al cine que le podría enseñar al mismísimo Sergei Eisenstein (El Acorazado Potemkin) a hacer películas. Se consideraba a sí mismo como un productor / director / guionista de películas superior, así como un censor supremo; sugiriendo títulos, ideas e historias, trabajando en guiones y letras de canciones, dando conferencias a directores, entrenando a actores, ordenando repeticiones y cortes y, finalmente, aprobando las películas para su lanzamiento.
Stalin amaba a Chaplin y películas como In Old Chicago (1937) y It Happened One Night (1934). Westerns con Spencer Tracy y Clark Gable también fueron algunos de sus favoritos.
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Munn
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Tracy
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Aunque amaba a los occidentales, decidió que John Wayne era una amenaza para la causa y debía ser asesinado.
Los asesinos supuestamente fueron enviados a Los Ángeles para matar a John Wayne. Como Michael Munn dice en su libro, el FBI había descubierto que agentes soviéticos fueron enviados a Hollywood para asesinar al actor. Le informaron al prestigioso artista sobre el complot y él le dijo al FBI que dejara aparecer a los hombres y que él mismo se encargaría de ellos.
John Wayne no quería que su familia supiera sobre el hecho de que la KGB estaba tratando de matarlo y se mudó con ellos a una casa con un gran muro alrededor.
Munn dice que un grupo de comunistas basados en Burbank, cerca de Hollywood, conspiraron para asesinar a John Wayne. No lograron matarlo al igual que unos agentes de la KGB que habían sido enviados antes.
Un nuevo intento de matar a Wayne se realizó en México en el set de la película Hondo planeada por una célula comunista local, según el Sr. Munn.
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John Wayne
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Josef Stalin
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Mao Tse Tung
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La campaña soviética fue cancelada después de la muerte de Stalin en 1953 porque su sucesor Nikita Khrushchev era un fanático de la estrella de cine. El libro dice que Krushchev le dijo a Wayne en una reunión privada en 1958: “Esa fue una decisión de Stalin durante sus últimos cinco años de locura. Cuando Stalin murió, rescindí esa orden”.
Al parecer, Stalin no era el único líder comunista que quería al jefe de John Wayne. Hubo un intento de matar a John Wayne por unos francotiradores enemigos mientras visitaba a las tropas en Vietnam en 1966. Uno de los francotiradores fue capturado y dijo que había un precio en la cabeza de John, y ese precio había sido puesto por Mao Zedong.
En el apogeo de la hambruna ucraniana de 1932-33 bajo Joseph Stalin, personas hambrientas vagaban por el campo, desesperadas por algo, cualquier cosa que comer. En la aldea de Stavyshche, un joven campesino observaba a los vagabundos cavar en jardines vacíos con sus propias manos. Recordó que muchos estaban tan demacrados que sus cuerpos comenzaron a hincharse y apestar por la falta extrema de nutrientes.
“Se les podía ver caminando, simplemente caminando y caminando, y uno caería, y luego otro, y así sucesivamente”, dijo muchos años después, en una historia de un caso recopilada a fines de los años 80 por una comisión del Congreso. En el cementerio fuera del hospital de la aldea, los médicos abrumados cargaban los cuerpos en camillas y los arrojaban a un enorme pozo.
La hambruna ucraniana, conocida como el Holodomor, una combinación de las palabras ucranianas para “inanición” y “para infligir la muerte”, según una estimación, cobró la vida de 3,9 millones de personas, aproximadamente el 13 por ciento de la población. Y, a diferencia de otras hambrunas en la historia causadas por el tizón o la sequía, esto se debió a que un dictador quería reemplazar las pequeñas granjas de Ucrania con colectivos estatales y castigar a los ucranianos con mentalidad de independencia que representaban una amenaza para su autoridad totalitaria.
“La hambruna de Ucrania fue un caso claro de una hambruna provocada por el hombre”, explica Alex de Waal, director ejecutivo de la Fundación para la Paz Mundial en la Universidad de Tufts y autor del libro de 2018, Mass Starvation: The History and Future of Famine. Lo describe como “un híbrido … de una hambruna causada por políticas socioeconómicas calamitosas y dirigida a una población en particular para la represión o el castigo”.
En aquellos días, Ucrania, una nación del tamaño de Texas a lo largo del Mar Negro al oeste de Rusia, era parte de la Unión Soviética. En 1929, como parte de su plan para crear rápidamente una economía totalmente comunista, Stalin impuso la colectivización, que reemplazó las granjas de propiedad y operación individual por grandes colectivos estatales. Los pequeños agricultores de Ucrania, en su mayoría solo productores de sus propios alimentos, se resistieron a renunciar a sus tierras y medios de subsistencia.
En respuesta, el régimen soviético ridiculizó a los opositores como kulaks, campesinos acomodados, que en la ideología soviética eran considerados enemigos del estado. Los funcionarios soviéticos expulsaron a estos campesinos de sus granjas por la fuerza y la policía secreta de Stalin hizo planes para deportar a Siberia a 50.000 familias campesinas ucranianas, escribe la historiadora Anne Applebaum en su libro de 2017, La hambruna roja: la guerra de Stalin en Ucrania.
“Parece que Stalin se sintió motivado por el objetivo de transformar a la nación ucraniana en su idea de una nación moderna, proletaria y socialista, incluso si esto implicaba la destrucción física de amplios sectores de su población”, dice Trevor Erlacher, historiador y autor. especializado en Ucrania moderna y asesor académico en el Centro de Estudios de Rusia, Europa del Este y Eurasia de la Universidad de Pittsburgh.
La colectivización en Ucrania no fue muy bien. En el otoño de 1932, en la época en que la esposa de Stalin, Nadezhda Sergeevna Alliluyeva, quien, según los informes, se oponía a su política de colectivización, se suicidó, se hizo evidente que la cosecha de cereales de Ucrania iba a ser un objetivo inútil para los planificadores soviéticos en un 60 por ciento. Todavía podría haber suficiente comida para que los campesinos ucranianos pudieran arreglárselas, pero, como escribe Applebaum, Stalin ordenó qué lo poco que tenían les fuese confiscado como castigo por no cumplir con las cuotas.
“La hambruna de 1932-33 se derivó de decisiones posteriores tomadas por el gobierno estalinista, después de que quedó claro que el plan de 1929 no había salido tan bien como se esperaba, lo que causó una crisis alimentaria y hambre”, explica Stephen Norris, profesor de Historia de la Universidad de Miami en Ohio. Norris dice que un documento de diciembre de 1932 titulado “Sobre la adquisición de granos en Ucrania, el Cáucaso del Norte y el Óblast Occidental”, ordenó a los cuadros del partido que extrajeran más granos de las regiones que no habían alcanzado sus cuotas. También pidió el arresto de los jefes de granjas colectivas que resistieron y de los miembros del partido que no cumplieron con las nuevas cuotas.
Mientras tanto, Stalin, según Applebaum, ya había arrestado a decenas de miles de maestros e intelectuales ucranianos y había retirado libros en idioma ucraniano de escuelas y bibliotecas. La autora escribe que el líder soviético usó el déficit de grano como una excusa para una represión anti-ucraniana aún más intensa. Como señala Norris, el decreto de 1932 apuntó a “los saboteadores” ucranianos, ordenó a los funcionarios locales que dejaran de usar el idioma ucraniano en su correspondencia, y reprimió las políticas culturales ucranianas que se habían desarrollado en la década de 1920″.
Cuando los recolectores de cultivos de Stalin salieron al campo, de acuerdo con un informe de la comisión del Congreso de los Estados Unidos de 1988, utilizaron largos postes de madera con puntas de metal para aserrar los pisos de tierra de las casas de los campesinos y explorar el suelo a su alrededor, en caso de que hubieran enterrado barriles con cosecha de granos para evitar su detección. Los campesinos acusados de ser acaparadores de alimentos solían ser enviados a prisión, aunque a veces los recolectores no esperaban autorización para infligir un castigo. Dos niños que fueron atrapados escondiendo peces y ranas que habían capturado, por ejemplo, fueron llevados al soviet de la aldea, donde fueron golpeados, y luego fueron arrastrados a un campo con las manos atadas y la boca y la nariz amordazadas, donde fueron dejados morir sofocados.
A medida que la hambruna empeoraba, muchos intentaron huir en busca de lugares con más alimento. Algunos murieron junto a la carretera, mientras que otros fueron frustrados por la policía secreta y el sistema de pasaportes internos del régimen. Según el informe de la comisión del Congreso, los campesinos ucranianos recurrieron a métodos desesperados para mantenerse con vida. Mataron y comieron mascotas y consumieron flores, hojas, corteza de árboles y raíces. Una mujer que encontró algo de frijoles secos tenía tanta hambre que se los comió en el lugar sin cocinarlos y, según informes, murió cuando se expandieron en su estómago.
“Las políticas adoptadas por Stalin y sus oficiales en respuesta a la hambruna después de que comenzó a dominar el campo ucraniano constituyen la evidencia más significativa de que la hambruna fue intencional”, dice Erlacher. “Los ciudadanos y funcionarios locales pidieron ayuda del estado. Las olas de refugiados huyeron de las aldeas en busca de comida en las ciudades y más allá de las fronteras de la República Soviética de Ucrania. “La respuesta del régimen, dice, fue tomar medidas que empeoraron su situación.
Para el verano de 1933, a algunas de las granjas colectivas solo les quedaba un tercio de sus hogares, y las cárceles y los campos de trabajo estaban a tope. Con casi nadie para cultivar, el régimen de Stalin reasentó a campesinos rusos de otras partes de la Unión Soviética en Ucrania para hacer frente a la escasez de mano de obra. Frente a la perspectiva de una catástrofe alimentaria aún más amplia, el régimen de Stalin en el otoño de 1933 comenzó a disminuir las colecciones.
El gobierno ruso que reemplazó a la Unión Soviética reconoció que hubo una hambruna en Ucrania, pero negó que fuera un genocidio. El genocidio se define en el artículo 2 de la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (1948) como “cualquiera de los siguientes actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un nacional, étnico, racial o religioso. “. En abril de 2008, la cámara baja del Parlamento de Rusia aprobó una resolución que afirmaba que” no hay pruebas históricas de que la hambruna se haya organizado de forma étnica “. Sin embargo, al menos 16 países han reconocido el Holodomor, y más recientemente, los Estados Unidos. El Senado, en una resolución de 2018, afirmó los hallazgos de la comisión de 1988 de que Stalin había cometido un genocidio.
En última instancia, aunque las políticas de Stalin causaron la muerte de millones de personas, no logró aplastar las aspiraciones de autonomía de Ucrania y, a largo plazo, es posible que hayan fracasado. “El hambre a menudo logra un propósito socioeconómico o militar, como transferir la posesión de tierras o limpiar un área de la población, ya que la mayoría huye en lugar de morir”, dice el historiador de la hambruna Alex de Waal. “Pero política e ideológicamente es más contraproducente para sus perpetradores. Como en el caso de Ucrania, generó tanto odio y resentimiento que solidificó el nacionalismo ucraniano “.
Finalmente, cuando la Unión Soviética colapsó en 1991, Ucrania finalmente se convirtió en una nación independiente, y el Holodomor sigue siendo una parte dolorosa de la identidad común de los ucranianos.
Fuentes: Red Famine: Stalin’s War on Ukraine, de Anne Applebaum . Mass Starvation: The History and Future of Famine, de Alex de Waal
Joseph Stalin, líder de la Unión Soviética desde 1924, muere en Moscú un 5 de marzo.
Isoeb Dzhugashvili nació en 1889 en Georgia, entonces parte del antiguo imperio ruso. Stalin, hijo de un borracho que lo golpeaba sin piedad, y una piadosa madre lavandera, aprendió ruso, que habló con un fuerte acento toda su vida, en una escuela dirigida por la Iglesia ortodoxa.
Mientras estudiaba para ser sacerdote en el Seminario Teológico Tiflis, comenzó a leer en secreto a Karl Marx y otros pensadores revolucionarios de izquierda. En 1900, Stalin se volvió activo en el activismo político revolucionario, participando en manifestaciones laborales y huelgas. Stalin se unió al ala más militante del movimiento socialdemócrata marxista, los bolcheviques, y se convirtió en un estudiante de su líder, Vladimir Lenin.
La primera gran ruptura de Stalin llegó en 1912, cuando Lenin, en el exilio en Suiza, lo nombró para servir en el primer Comité Central del Partido Bolchevique, ahora una entidad separada de los socialdemócratas. Al año siguiente, Stalin (finalmente eliminando a Dzugashvili y tomando el nuevo nombre de Stalin, de la palabra rusa para “acero”) publicó un artículo sobre el papel del marxismo en el destino de Rusia.
En 1917, escapando de un exilio en Siberia, se vinculó con Lenin y su golpe de Estado contra el gobierno democrático de clase media que había suplantado al gobierno del zar. Stalin continuó subiendo en la escala del partido, de comisario para las nacionalidades al secretario general del Comité Central, un papel que proporcionaría el centro de su toma dictatorial y control del partido y la nueva URSS.
Stalin exigió, y obtuvo, el control estatal absoluto de la economía, así como mayores franjas de la vida soviética, hasta que su control totalitario sobre el nuevo imperio ruso fuera absoluto.
Stalin procedió a anexar partes de Polonia, Rumania y Finlandia, y ocupó Estonia, Letonia y Lituania. En mayo de 1941, se hizo presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo; ahora era el jefe oficial del gobierno y ya no era simplemente el jefe del partido.
Después de la rendición de Alemania en abril de 1945, Stalin supervisó la continua ocupación y dominación de gran parte de Europa del Este, a pesar de las “promesas” de elecciones libres en esos países.
Stalin no se suavizó con la edad; persiguió un reinado de terror, purgas, ejecuciones, exiliados al archipiélago Gulag (un sistema de campos de trabajo forzado en el norte congelado) y persecución en la URSS de la posguerra, suprimiendo toda disidencia y todo lo que oliera a extranjero, especialmente a Europa occidental, influencia.
Para gran alivio de muchos, murió de un ataque cardíaco masivo el 5 de marzo de 1953. Hoy se lo recuerda como el hombre que ayudó a salvar a su nación de la dominación nazi, y como el asesino en masa del siglo, después de haber supervisado Muertes de entre 18 millones y 20 millones de su propio pueblo.
Cuando Putin llegó al poder, más del 70 por ciento de la población del país tenía puntos de vista negativos sobre la represión política de Joseph Stalin; ahora el 46 por ciento de la población ve a Stalin con “admiración y respeto”. Cada Día de la Victoria, el 9 de mayo, que conmemora la derrota de los nazis, los fanáticos de Stalin ponen flores en su tumba junto al muro del Kremlin. Pero el renacimiento del culto de Stalin era claramente insuficiente.
Ahora las autoridades están tratando de convencer a los rusos de que Iván el Terrible no era un maníaco, asesino y psicópata, sino “un genio de estrategia alto y guapo, un comandante victorioso y una persona santa”, que amplió el territorio de Rusia cinco, diez, veinte o, incluso, 30 veces en su magnitud. Es más, hay un movimiento en el Patriarcado de Moscú hoy en día para intentar canonizar al Zar Ivan.
Nina Khrushcheva, profesora de Asuntos Internacionales en la Nueva Escuela, centra sus estudios en héroes históricos de los cultos actuales del Kremlin, desde Iván el Terrible hasta el siglo X Vladimir el Grande, cuya estatua de 60 pies se instaló en 2016, a solo 100 yardas de El monumento del Kremlin a Stalin.
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Vladimir
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Ivan
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Stalin
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Putin
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“Todos estos heroicos emperadores y zares son un tipo de personalidad de culto de Putin, todos los que estaban acaparando tierras fueron geniales”, dijo Khrushcheva. “Para Putin, la Unión Soviética era parte de la larga historia de Rusia y no solo es un sucesor de los líderes soviéticos, sino que todos ellos son Vladimir el Grande, Iván el Terrible, una persona históricamente comprobada más dura”.
El actual presidente de Rusia a menudo habla de educación patriótica. La Sociedad Histórica Militar-Patriótica de Rusia instala estatuas y monumentos de zares alrededor de las calles y parques de Moscú, se han modificado los currículos escolares, se ha re-escrito deliberadamente la historia.
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“Nuestros maestros crearon una imagen positiva de Iván el Terrible en las escuelas en Moscú, pero más tarde estudié historia y me di cuenta de lo feo que era”, dijo Filipp Gorenshtein, un actor de teatro y cine. “En este momento de las sanciones, nuestras autoridades necesitan que la nación se ajuste los cinturones y sacrifique nuestras propias vidas, por lo que los cultos de los líderes de hierro están en el interés de los poderes existentes”.
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Iván el Terrible nació en Kolomenskoie, actual Rusia, en 1530. Fue Zar de Rusia (1547-1584) y su apodo remite a la crueldad con que reprimió a sus opositores, si bien se le reconoce un importante papel en el fortalecimiento de la nación rusa anexando terrenos. Entre 1560 y 1564 con el propósito de reforzar su poder frente a la aristocracia, Iván el Terrible desencadenó una sangrienta represión contra los boyardos y el clero. Incluso atacó y devastó en 1570 las antiguas ciudades libres de Novgorod y Pskov, y, en 1581, hizo asesinar a su primogénito.
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Muchos pensaron que al implementar sanciones económicas contra Rusia, Occidente podría convencer al Kremlin de llegar a un acuerdo, de dejar de socavar los valores europeos e interferir en las políticas exteriores y las democracias. Pero, de hecho, la pobreza, los bienes inferiores, el aislamiento y el sufrimiento no son nada nuevo para Rusia.
Mientras el Kremlin está culpando a los estadounidenses por todo nuestro sufrimiento aquí, la policía arresta a jóvenes activistas, acusa a la gente de traición, de traicionar a la Madre Patria, de la misma forma en que la policía secreta de Oprichniki (*) de Ivan el Terrible estaba cazando una nobleza independiente en el siglo XVI.
Los jóvenes a menudo se burlan del estado por desempolvar a viejos dictadores con moho, pero eso no disuade a Putin.
“Los esfuerzos del estado provienen de la desesperación, porque vemos en las encuestas que la gente está menos interesada en el ejército, la gente no está aceptando la idea de romper con el resto del mundo”, dijo Khrushcheva. “Durante la Copa Mundial de fútbol el verano pasado, la gente se dio cuenta de que pueden ser grandes sin un puño de hierro”.
(*) Término dado a un miembro de la Oprichnina, una organización establecida por el Zar Iván el Terrible para gobernar una división de Rusia desde 1565 hasta 1572. El propósito de la organización y la existencia de Oprichniki era suprimir a las personas o grupos que se oponían al Zar. Eran conocidos por montar caballos negros y liderados por el mismo Iván, se sabía que el grupo aterrorizaba a las poblaciones civiles.
Lo único bueno que deja la triste crisis venezolana es que exige a la política a que muestre el verdadero rostro del mal y el de sus aliados. El chavismo-madurismo es lo peor que le ha pasado a Venezuela en toda su historia. La banda de asesinos, ladrones, narcotraficantes y demagogos que se adueñó del poder del Estado ha destruido la economía, la justicia y la democracia, y ha envilecido a sus fuerzas armadas y desquiciado a la sociedad a tal punto que huir de Venezuela es el único proyecto alternativo a una existencia miserable. Una vez más, se constata que el socialismo en crudo y en acto es objetivamente el mal de estos tiempos. Sólo hay que recorrer la miseria, el genocidio, la esclavitud, la injusticia que han dejado y dejan las dictaduras comunistas desde 1917 a la fecha para reconocer el mal. Cien millones de asesinados en menos de cien años es un número que ha sido aceptado por ellos mismos. ¿Cómo se explica que, con semejante cantidad de cadáveres blanqueados del placard, la izquierda se arrogue superioridad moral? ¿Qué credenciales la avalan para mirar por sobre el hombro a los que no comparten sus ideas y jamás propiciaron o justificaron asesinatos masivos? El marxismo-leninismo, en todas sus variantes, propone como objetivo político eliminar físicamente una clase social. El genocidio de los burgueses es parte explícita de su programa de acción. Y que estos fanáticos son de cumplir con sus promesas no cabe duda alguna. Ahí están las extendidas obras de Stalin, Trotsky, Lenin, Mao, Castro, Che Guevara, Pol Pot y otros para corroborarlo. Pero, es evidente, la izquierda tiene mejor prensa que la derecha. No se venden remeras con la imagen de los fusilados por el Che Guevara pero sí de este último y la televisión oficial argentina a partir de la presidencia de Néstor Kirchner sostiene al Canal Encuentro dedicado, en gran parte, a hacer la apología del terrorismo que asoló a la Argentina en la década del 70’. Lo que, por la continuidad auspiciada por Macri, parece ser una suerte de “política de Estado”.
Es un hecho: la izquierda maneja la propaganda política con una maestría sin par y sin el menor escrúpulo. Inventa, tergiversa e impone a los hechos sus interpretaciones de guerra de clases y, si no se ajustan, peor para ellos. Repetir una mentira hasta el cansancio y escrachar por facho al que la desmiente es una táctica que le dado buenos resultados sin importar lo ridículo o cínico que signifique defender lo indefendible. Que Nisman se suicidó, que la denuncia que hizo contra Cristina era un mamarracho, que Milagro Sala es perseguida por trabajar para los pobres, que los desaparecidos son 30.000, que en los 70’ no hubo una guerra sino un genocidio, que el ex terrorista Horacio Verbitsky es un campeón los derechos humanos, que en Cuba se vive con dignidad o que la proclamación de Juan Guaidó como presidente de Venezuela es un golpe de Estado al gobierno de Nicolás Maduro son algunas de las cuentas de ese infinito collar. Hay que señalar que a la izquierda le importa un cuerno la formalidad “pequeño burguesa” de las instituciones liberales. Acatan la ley en la medida que les sirve para llegar al poder. Una vez instalados, ellos son la ley y entonces comienza la “dictadura del proletariado” (eufemismo de dictadura del partido Comunista). Pues bien, para de alguna manera justificar el apoyo al energúmeno de Maduro o, en su defecto, el no reconocimiento al presidente Guaidó, se desgarran las vestiduras ante el apoyo explícito de Donald Trump. Dicen que al presidente norteamericano no le interesa la democracia sino el petróleo de Venezuela. Sin embargo, le ruegan a los EE.UU. para que les siga comprando mientras Maduro se lo regala al régimen cubano. .
Pino Solanas, Víctor Hugo Morales, Maradona, Atilio Borón, el kirchnerismo en bloque, Pérez Esquivel, Hebe de Bonafini, Luis D’Elía, Mempo Giardinelli, Gustavo Silvestre y casi toda la izquierda ha salido a romper lanzas para salvar al energúmeno de Maduro. Es que al otro lado está la derecha (el mal) acaudillada por el diablo mayor (Trump). Les importa un rábano los cuatro millones de venezolanos que emigran con lo puesto (la mayor catástrofe humanitaria de la historia de América latina) huyendo de la peste “bolivariana”, dejando bienes, afectos, tierra y llevando consigo solo la esperanza encontrar un lugar en el mundo. Ahh…, pero es culpa de Trump. ¡Se puede ser más miserable!
El papa Francisco, por su parte, está preocupado por el derramamiento de sangre que supone la proclamación de Guaidó. El mismo argumento esgrimió el gobierno ruso para no reconocer a Guaidó. También, en un tiro por elevación aludió a Trump y coincidió con la izquierda en Panamá, cuando dijo: “Nuestros pueblos no son el ‘patio trasero’ de nadie”. No se enteró, así parece, que el derramamiento de sangre provocado desde el poder y contra los débiles transcurre desde hace casi dos décadas en Venezuela. Tampoco registró el hambre de los niños venezolanos, ni la diáspora forzada de los desesperados que huyen a pie.
En fin…, si algo me queda claro de esto último es que Donald Trump (la encarnación del “mal”) es un dechado de virtudes morales al lado de los que, supuestamente, personifican el bien.
Stalin y el asesinato de Trotsky
◘
Por Heather McDonnell.
El asesinato de Trotsky fue un acto de absoluta necesidad política.
La guerra civil española, el primer intento de exportar la revolución después de la expedición polaca de 1920, mostró a Stalin que los trotskistas pueden ser enemigos tan formidables para la URSS como los capitalistas.
Trotsky era una estrella brillante del comunismo internacional. En la URSS, la propaganda estatal pudo ocultar el hecho de que fue Trotsky quien organizó el golpe de estado de 1917 en la capital rusa que llevó a los comunistas al poder, mientras que Stalin era sólo uno de los tipos de trastienda. Pero fuera, todo el mundo lo sabía.
Stalin estaba ejecutando un plan de construcción del imperio comunista basado en gran medida en las ideas de Trotsky. Quería ser la única autoridad indiscutible en la materia y no necesitaba testigos.
Tanto Stalin como Trotsky eran comunistas en el sentido más estricto de la palabra. Ambos se oponían al capitalismo. Creían en la victoria final de una sociedad sin clases que no conozca la propiedad privada.
Stalin también tenía una capacidad asombrosa para absorber y aplicar lo mejor de lo mejor. Entre los bolcheviques, Trotsky era el más indicado.
Por eso, después de aplastar a Trotsky y a sus aliados en la lucha por el poder, Stalin se apropió de sus tres ideas más instrumentales:
Permanencia de los preparativos militares y guerras revolucionarias. El fracaso del “comunismo militar” durante la guerra civil (cuando los colectivos obreros no asumieron la gestión de los medios de producción, sino que los robaron o simplemente los abandonaron) convenció a Trotsky de que el socialismo necesita una gestión estatal fuerte, preferiblemente en una forma semimilitar. Fue pionero en el uso de ejércitos obreros, con bastante éxito.
También se dio cuenta pronto de que el comunismo soviético puede ganar contra sus enemigos solo como un imperio en constante expansión. Como, por ejemplo, la Roma imperial, que se apoderó de los recursos en una ola de expansión para financiar la siguiente ola de expansión. En consonancia con eso, la Unión Soviética necesitaba estar en un estado de preparación permanente para la guerra, tanto económica como políticamente.
Rotación permanente de las élites comunistas. Este estado de excepción sin fin también ayudaría a prevenir un problema inminente de “degeneración burguesa” de las élites comunistas. Los líderes comunistas necesitaban continuamente echar a sus caballeros de sus sillas en los cargos del partido y del estado, fomentar la meritocracia y promover la movilidad vertical.
(Resultó que Trotsky fue verdaderamente profético en este punto. Las «élites degeneradas» fueron exactamente las que enterraron al comunismo en China a fines de los años 70 y en la URSS bajo la Perestroika. El mismo proceso ahora está convirtiendo a Corea del Norte en una variante asiática oriental de un estado fascista.)
Industrialización acelerada. La industrialización acelerada se implementó para darle a la Rusia soviética las armas y el músculo económico necesarios para un estado permanente de confrontación con el imperialismo occidental. “El poder viene del cañón de las armas”, dijo Mao Zedong. Alguien tiene que producir las armas y las balas, ¡montones de ellas!
Ejecución. Extremadamente estratégico y meticuloso en todo lo que hacía, Stalin ejecutó todo esto brillantemente, a pesar de enormes dificultades y adversidades. Cuando murió en 1953, la Unión Soviética se había convertido en un imperio en constante expansión. Éra una formidable fuerza ideológica a la ofensiva, una de las dos superpotencias mundiales.
Si Stalin hubiera vivido ocho años más, podría haber sumado méritos al haber convertido a la URSS en la primera nación en viajar al espacio. El programa de misiles que nos llevó al espacio se lanzó durante su mandato. Krushchev solo recogió los frutos.
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Diciembre 9, 2024
El hombre que abofeteó a Stalin
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Por Delia Crespo.
En 1935, tuvo lugar uno de los enfrentamientos más dramáticos de la historia. Peljidiin Genden, el líder socialista de Mongolia, se enfrentó a nadie menos que a Joseph Stalin y pagó el precio más alto.
Genden era el primer ministro de Mongolia en una época en la que la Unión Soviética ejercía una enorme influencia sobre el país. Stalin, decidido a exportar el socialismo al estilo soviético, exigió la erradicación del budismo en Mongolia, al que consideraba una amenaza para la agenda marxista. Pero para Genden, el budismo era más que una religión: era el alma de la cultura y la identidad de Mongolia.
La tensión entre los dos líderes llegó a su punto álgido durante una reunión en 1935. Genden, al parecer muy borracho, se enfureció por la insistencia de Stalin en suprimir las tradiciones espirituales de Mongolia. En el calor del momento, Genden abofeteó a Stalin con tanta fuerza que se le rompió la pipa. Fue un acto descarado de desafío, algo casi inaudito en el círculo de miedo y control de Stalin.
Genden comentó una vez: “En la Tierra hay dos grandes genios, Buda y Lenin”, en un intento de defender la herencia budista de Mongolia y al mismo tiempo rendir homenaje a la ideología soviética. Pero su resistencia no pudo protegerlo de la ira de Stalin.
Después de regresar a Mongolia, la posición de Genden se volvió insostenible. En 1936, fue destituido de su cargo y acusado de actividades antisoviéticas. Pronto fue arrestado, llevado a Moscú y, en 1937, ejecutado durante las infames purgas de Stalin.
La campaña de Stalin para erradicar el budismo de Mongolia avanzó sin la oposición de Genden. Miles de monasterios fueron destruidos, monjes fueron asesinados o encarcelados y el budismo como institución fue aniquilado durante décadas. No fue hasta la década de 1990 que el budismo comenzó a resurgir en Mongolia como parte de un renacimiento cultural.
La historia de Genden es un testimonio del coraje que se necesita para resistirse a la tiranía, incluso cuando las probabilidades son abrumadoras. Si bien su desafío le costó la vida, también puso de relieve las luchas de naciones más pequeñas como Mongolia por mantener su identidad cultural y espiritual bajo la sombra de una superpotencia.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 28, 2024
LA EVOLUCIÓN DE LA AGRESIÓN MARXISTA EN EL SIGLO XXI
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Grl Heriberto Justo Auel
18 de Noviembre de 2024
“El derecho a la ciudad no es simplemente el derecho a lo que ya existe; es el derecho a reinventar la ciudad de acuerdo con nuestros deseos más profundos.”
David Harvey*. -1935/….- Ingl.
“Toda forma cultural tiene un momento utópico inherente, que se define en relación con sus contradicciones internas.”
Fredric Jameson*. -1934/ ….- EUA.
“La verdadera libertad no es simplemente escoger entre diferentes opciones; es crear las condiciones para que se den esas opciones.”
Slavoj Žižek*. -1949/ ….- Esl.
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Con el mismo título de éste punto 1. nuestro lucido colaborador François Soulard ha publicado (1) -hace unos días- en nuestra página web –www.ieeba.org– un importante trabajo que, en uno de sus primeros párrafos, dice:
“La percepción (a) del declive –decadencia (b)- relativa a Occidente, sigue siendo “contradictoria y borrosa”, particularmente al interior de la esfera occidental. El predominio de los Herederos de Europa ocurrió -sin precedentes- durante el último siglo y tendió a opacar cualquier degradación de su potencia, en las percepciones. Esto viene reforzado por el hecho de que -históricamente- Occidente fue regularmente atravesado por cismas o líneas divisorias en su interior. Una de las consecuencias tangibles de esto es que -en el “viejo mundo”- las élites viven hoy muchas veces en un estado de mayor desacople con su sociedad y en una suerte de nostalgia por un antiguo esplendor”.
A este “desacople” le hemos llamado -en nuestros ensayos- “confusión dirigencial” (c). Los “Herederos de Europa” somos principalmente nosotros, los americanos, que heredamos el “ser europeo”, su “cultura”. Sus “virtudes” y “vicios”. Sus “cismas” y “conflictos”. Los “herederos” esperábamos con ansiedad una reacción identitaria europea oportuna, para iniciar nuestra propia recuperación, pues el efecto espejo nos había llevado al “declive/decadencia” en plena adolescencia.
El “Viejo Continente” con sus guerras civiles -a lo largo de los siglos- y con el estigma que el Cardenal Ratzinger -el 13 May 05- señaló a los legisladores italianos -que votarían la nueva Constitución de la UE-, les expresó -sin anestesia-: “Europa se odia a sí misma”…“Europa tiene el alma marchita” y aún persiste en su rumbo al abismo. Continúa hoy en guerra civil y es cuna de los entes globalistas que conducen al suicidio cultural de Occidente. No existen indicios de cambio en el rumbo colectivo hacia su total deserción, aunque observamos una reciente reacción enérgica en contados países del Sur Latino/Mediterráneo.
Los hechos en curso indican que -muy probablemente- podríamos ser “los Herederos” quienes rescatemos culturalmente a nuestro núcleo originante. Desde una perspectiva geopolítica, se está gestando en Las Américas un nuevo Eje -Washington/Buenos Aires-, en el ámbito de la “batalla cultural” (d) y ello es central, pues esta alianza es de naturaleza Político/Estratégica y no Económica/Financiera, como erróneamente la sugieren quienes ven y navegan solo en superficie.
Actualmente las partes actuantes tienen opciones económicas parcialmente opuestas, pero objetivos estratégicos -culturales y políticos- comunes.
El origen de nuestra crisis -más que centenaria- es Cultural y Política y Gracias a Dios ha encontrado -como consecuencia de una reciente decisión de los electorados- su condigna resolución en una “alianza estratégica americana”– que podrá cobijar diferentes “asociaciones” de carácter económico -hasta con China, Rusia o Irán-. Hay que diferenciar y entender la “naturaleza de las cosas”. (2), (3) y (4). una cosa en una “alianza” y otra muy diferente una “asociación”.
Francois Soulard cierra su enjundioso ensayo diciendo: “SIEMPRE SORPRENDE QUE OCCIDENTE NO HAYA APRENDIDO A SORTEAR A LOS ENEMIGOS SÓLIDOS DE SUS PROPIAS ENTRAÑAS”. Esta sentencia es la que nos impulsa a intentar iluminar al presente enemigo “interno” que nos retiene en “estado de guerra política”-los sajones le llaman “political warfare” o “guerra de 5ta generación”-, una permanente confrontación ideológica, informativa y psicológica que afecta a la cohesión social y regional y que llevó al presidente Milei en estos días a invocar -en Mar -a- Lago- a Fierro, cuando dice … “los hermanos sean unidos…porque esa es la ley primera”.
El marxismo ha experimentado diversas transformaciones y reinterpretaciones desde sus orígenes -en el siglo XIX- hasta el presente. Estas “mutaciones” reflejan cómo se ha ido adaptado en diferentes contextos históricos, políticos y culturales. Sus principales etapas y versiones -a lo largo de su evolución- nos han llevado a la actual complejidad, que es lo que hoy lo encubre y hay ojos que no lo ven:
Estas mutaciones han permitido que el marxismo se adapte, mimetice y sobreviva en diferentes contextos, sirviendo de inspiración para diversos movimientos y teorías, aunque su interpretación ha cambiado sustancialmente en cada etapa histórica. El posmarxismo es una corriente teórica y política que surge en la segunda mitad del siglo XX y que busca reinterpretar y actualizar algunas ideas centrales del marxismo, en función de los cambios sociales, políticos y culturales que se han producido desde el contexto en que Marx escribió.
A diferencia del marxismo clásico -que tiene una visión más estructurada de la sociedad y que enfatiza la importancia de la lucha de clases y el papel central de la economía- el posmarxismo introduce nuevas categorías y enfoques para entender las dinámicas sociales, dando mayor relevancia a la cultura, la identidad y el discurso. Algunas características claves del posmarxismo incluyen:
En esencia: el posmarxismo representa un intento de adaptar el marxismo a las condiciones de la sociedad posmoderna, alejándose de los principios rígidos del materialismo histórico y del énfasis exclusivo en la economía. Es el “actual castrocomunismo iberoamericano” -bajo dirección del Foro de San Pablo y del Grupo de Puebla- que ocupa a la mayor parte del subcontinente y que actualmente enfrenta serios problemas internos en cada uno de los países que controla, por la reacción de las mayorías inorgánicas de “electorados informatizados” que rechazan los autoritarismos. A partir de Ene 25, el posmarxismo y sus aliados regionales enfrentarán a la ola expansiva del “eje conservador/liberal Washington/Buenos Aires”, actualmente en gestación acelerada (5).
Es esta la natural reacción de los “jóvenes” pueblos americanos” a los excesos de corrupción e ineptitud del “largo proceso revolucionario castrista”, que aún afecta al Continente. Experiencia inédita de redención política en la Historia de las Américas en la que las fuerzas de la Libertad -del Norte y del Sur-, -Washington y San Martín- se unen en la eventual recuperación cultural y política del Occidente Cristiano.
Si somos actores responsables, tenemos por delante una epopeya geopolítica mundial en ciernes. Iremos al rescate de la tierra de Bolívar, cuyo espacio es hoy la “plataforma de reunión y expansión” de los aliados estratégicos internacionales del “posmarxismo residual castro comunista”: el cartel de las FARC -Colombia- (g), el Islam Combativo -Irán- (h), el Eurasianismo/Cuarta Teoría Política -Rusia- (i), la “comunidad global de destino” -camino y franja de la seda de China- (j) y las fuerzas del “globalismo occidental” (k).
“La verdadera libertad no es simplemente escoger entre diferentes opciones; es crear las condiciones para que se den esas opciones.”
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 19, 2024
¿Por qué nadie pudo sacar a Stalin del poder?
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Por Delia Crespo.
Stalin era un líder extremadamente severo, pero gobernaba con gran temor al pueblo. Era como vivir en una pesadilla: puedes creer incluso a la persona más cercana, incluso a tu familia.
Imagínate a tus amigos o incluso a tu mamá y papá diciéndole a la policía cosas desagradables sobre ti, que probablemente sean declaraciones falsas. La vida para alguien bajo Stalin era vivir la misma pesadilla porque todos espiaban a los demás en caso de que la persona equivocada también se metiera en problemas.
La gente tenía miedo de meterse en problemas, así que hacían cualquier cosa para sentirse seguros. Incluso cuando mentían y denunciaban a otras personas, lo cual no es correcto, ya que esa persona no estaba haciendo nada malo. Era como si fuera un juego en el que uno solo podía ganar si era malo y astuto.
Lo más aterrador es que la gente tiene tanto miedo, incluso de sus propios pensamientos, que nunca imagina una vida mejor, ya que no consideraban la existencia de alguien que los escuchara.
Stalin era más que un simple matón, era una criatura horrible. Hirió a millones de personas y los dejó sintiéndose miserables y solos. Les arrebató la esperanza y les hizo creer que el miedo y la traición les ayudarían a sobrevivir.
PrisioneroEnArgentina.com
Noviembre 13, 2024
MEGA CAUSA ZONA 5, CONDENAS, AUTOADULACIÓN, Y DELIRIO JURÍDICO (Con videos)
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Por David Sánchez.
En las últimas sesiones de la Mega Causa Zona 5, por los mal llamados juicios de Lesa Humanidad, los fiscales solicitaron prisión perpetua y condenas de 25 años para “todosh y todash”, como diría el fallecido presidente tuerto Néstor Kirchner, que amenazó a los militares diciéndoles “no les tengo miedo”, cuando en realidad le tendría que haber tenido miedo a la muerte que se lo llevó al infierno.
Son 36 imputados y en un extremo encontramos un Coronel que era Oficial de Operaciones del Vto. Cuerpo de Ejército y en el fondo del tarro, un cabo 1ro que operaba una Central Telefónica. Pero todos recibieron un pedido de condena por parte de los fiscales, de perpetuas y 25 años de prisión. ¿Es lógico? Por supuesto que no, cualquier abogado diría que no hay sensatez, congruencia, ni razonabilidad. De la sana crítica racional, “olvídate”. Proponer algo así en la facultad de derecho, significaría una reprobación segura y el consejo del profesor emulando al Juez Claudio Bonadío, “mejor comprate un kiosquito y vendé chupetones”.
Pero hay una razón que permite entender estos repetidos pedidos de condena, los fiscales no actúan como abogados, son fanáticos odiadores ideologizados y negacionistas, que al igual que los nazis en la época de Hitler, pretenden condenar a cualquier costo, como lo hicieron los famosos abogados nazis al estilo Ronald Freisler. Solo les faltaba cubrirse con la túnica color sangre escarlata. Reconozcamos eso sí, que fueron un poco más educados que Freisler y no insultaron a las víctimas uniformadas con palabras soeces, pero si lo hicieron imputándolos falsamente, de perpetrar delitos que ellos saben que no cometieron, con el solo propósito de humillar, igual que Freisler. Quiera el destino que sus vidas no terminen trágicamente, como la del detestado juez nazi.
En paralelo, la “querellanta” Fernández Avello, desplegó un discurso de barricada, cargado de odio, resentimiento y feminismo, bien propio al que podría ser publicado en un tabloide de la Villa 31 del Barrio de Retiro, para que lo lea la masa sudorosa que se dedica a vender baratijas. Al mejor estilo del terrorista Rodolfo Walsh, admirado por el iracundo Palazzani, con una mezcla de odio Bonaficista – Carlotista, Avello expuso su resentimiento hacia todo el mundo uniformado, mientras el policía del tribunal la miraba con cara de odio. Bien radicalizada que es esta señora mayor. Obviamente pasada de moda, no tiene capacidad para percibir que la izquierda fracasó en todo el mundo, al punto que en la Rusia de hoy, donde Stalin tenía las oficinas del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, hoy hay un shopping al mejor estilo del Corte Inglés.
Pero la querellanta Fernández Avello quedó congelada en el tiempo, no percibe la realidad y la consume el odio negacionista-fundamentalista y adula a sus cómplices setentistas defensores de terroristas subversivos y descendientes, para lograr “reparaciones” dinerarias con las que pesa a ser zurda, se beneficiará económicamente cobrando con mano derecha, aún a costa de la violación de todos los códigos y leyes vigentes en Argentina, como pidió el Fiscal General Miguel Angel Palazzani en un video público.
Para finalizar las jornadas, la señorita Junquera, socia de Avello, ausente durante todo el juicio, se identificó porque ni el presidente Sebastián la conocía. Con voz de niña y lenguaje trabado, desplegó un discurso incomprensible donde mezcló todo con todo, se supone que es abogada y debe conocer lo mínimo de los principios de legalidad e irretroactividad de la ley penal o el artículo 18 de la Constitución Nacional. SIN EMBARGO Y CON UN ALTO GRADO DE INCOHERENCIA, PIDIÓ APLICAR EL TRATADO DE ROMA QUE ENTRÓ EN VIGENCIA EN EL AÑO 2002, Y LA CONVENCIÓN DE IMPRESCRIPTIBILIDAD DE CRÍMENES DE GUERRA Y LESA HUMANIDAD, QUE SE INCORPORÓ AL ORDEN NORMATIVO DE ARGENTINA EN 2003, PIDIENDO QUE SE APLIQUEN RETROACTIVAMENTE MEDIO SIGLO PARA ATRÁS. Otra locura. Pero habla de leyes internacionales no vigentes en la década del 70. Esta querellanta, ¿se habrá quedado dormida en las clases de derecho penal? ¿Sabrá Junquera que el Artículo 11 del Tratado de Roma, expresa que su aplicación no es retroactiva? ¿O será que le interesa pedir pagos retroactivos para estos juicios por las leyes de reparación?
Menos mal que la Junquera tiene pocas luces, porque con su estructura de pensamiento aquilatada, probablemente se le ocurriría pedir juzgar al General Juan Galo de Lavalle por el fusilamiento del Coronel Manuel Dorrego, o al Abogado Juan José Castelli por ordenar el fusilamiento del General Santiago de Liniers.
Mientras tanto, los jueces miran. Se cuidan de no hacer gestos, aunque no siempre pueden. Pero todos los presentes se dan cuenta del fracaso estrepitoso de los fiscales en su intento de probar, el cual desean rellenar con un “miente, miente, miente, siempre algo queda”.
ASÍ ESTAMOS, FISCALES Y QUERELLANTAS SETENTISTAS, CON UN DISCURSO, QUE SOBREVIVE POR CRIOPRESERVACIÓN MENTAL, PERO QUE PARA LA REALIDAD SOCIAL, NO EXISTE. LOS ARGENTINOS ESTÁN “HARTOS” DE SOSTENER A ESTOS SUJETOS, QUE COBRAN SUELDOS MILLONARIOS QUE PAGAN LOS CONTRIBUYENTES.
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Octubre 12, 2024
Orden 270
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Por Heather MacDonnell.
Hace 83 años, el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Joseph Stalin, emitió la Orden Nº 270, que ordenaba ejecutar a todos los desertores y arrestar a sus familiares.
Esta orden establecía sanciones por incumplimiento del deber y deserción (ejecución y encarcelamiento de las familias de los desertores), ordenaba a los soldados no rendirse y establecía severas sanciones por cualquier acto perjudicial para el esfuerzo bélico soviético.
Esta extensa orden es algo inusual, ya que da ejemplos detallados de comportamiento “heroico”, que incluyen la huida del teniente general Ivan Boldin del cerco mientras era comandante adjunto del Frente Occidental (el comandante del Frente Occidental, el general del ejército Dmitry Pavlov, fue fusilado por orden de Stalin por incumplimiento del deber). También da ejemplos de “cobardía”, que incluyen la rendición del comandante del 28º Ejército, el teniente general Katchalov.
La orden es bastante clara: no se rindan a menos que se lo ordenemos. Aunque está firmada por todos los miembros del Comité Estatal de Defensa, refleja claramente las opiniones del propio Stalin sobre cómo debían comportarse las tropas.
Las preocupaciones planteadas en la Orden Nº 270 nunca desaparecieron y, de hecho, siguieron siendo la obsesión de Stalin durante toda la guerra. Stalin volvió a esta cuestión básica de “mantener a los hombres en sus armas” repetidamente durante toda la guerra, en particular durante el amargo verano de 1942, pero nada funcionó nunca a su entera satisfacción.
Con respecto a la Orden Nº 270, se oye decir al camarada Stalin: “No hay prisioneros de guerra soviéticos, sólo traidores”.
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Agosto 20, 2024
El Verdugo de Stalin
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Por Cyd Ollack.
Estuvo activo desde mediados de la década de 1920 hasta la muerte de Stalin. Son 30 años de ejecuciones. Es más conocido por su papel en la masacre de Katyn, donde mató él solo a unas 7.000 personas.
La planificación y ejecución de este proceso, así como los horripilantes detalles que lo rodean, lo hacen no menos horroroso que las peores historias de los campos de concentración nazis.
Las ejecuciones se llevaron a cabo durante 28 noches consecutivas en la cámara de ejecución especialmente construida en la sede de la NKVD en Kalinin. Vasily Mikhailovich Blokhin inicialmente pretendía una cuota de 300 ejecuciones por noche y creó un sistema eficiente. Los prisioneros eran conducidos individualmente a una pequeña antecámara, conocida como la “sala leninista”, para una rápida identificación. Luego eran esposados y llevados a la sala de ejecución de al lado.
Esta habitación estaba diseñada con paredes acolchadas para insonorizar, un piso de hormigón inclinado con un desagüe y una manguera, y una pared de troncos para que los prisioneros se apoyaran. Blokhin esperaba detrás de la puerta con su equipo de verdugo: un delantal de cuero de carnicero, un sombrero de cuero y guantes de cuero hasta los hombros. Sin audiencia ni formalidad alguna, cada prisionero era llevado y sujetado por guardias mientras Blokhin le disparaba una vez en la base del cráneo con una pistola alemana Walther Modelo 2 .25 ACP. Blokhin y su equipo trabajaban incansablemente durante 10 horas cada noche, y Blokhin ejecutaba una media de un prisionero cada tres minutos. Al final de la noche, proporcionaba vodka a todos sus hombres.
Además, supervisó directamente la ejecución de muchas más personas a lo largo de su prolífica, aunque no pro-vida, carrera. Como verdugo de alto rango, Blokhin tenía el título oficial de comandante de la prisión interna de la Lubyanka. Esto le permitió hacer su verdadero trabajo con poco escrutinio y sin papeleo oficial. Si bien muchas de las aproximadamente 828.000 ejecuciones de la NKVD durante la época de Stalin fueron llevadas a cabo por chequistas locales, las ejecuciones en masa fueron supervisadas por verdugos especializados como Vasily Blokhin.
Es posible que otros individuos hayan matado indirectamente a más personas, como Genghis Khan, o hayan matado a muchas sin hacerlo con sus propias manos, como Paul Tibbets. Pero cuando una persona puede cobrarse al menos 7.000 bajas, dudo que alguien más pueda competir en esta dura contienda.
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Agosto 14, 2024
EL ENANO SANGRIENTO
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Por Delia Crespo.
Nikolay Ivanovich Yezhov nació en 1895, San Petersburgo, Rusia y murió a principios de febrero de 1940. Fue un funcionario del Partido Comunista Ruso que, siendo jefe de la policía de seguridad soviética (NKVD) de 1936 a 1938, administró la etapa más severa de la grandes purgas, conocidas como Yezhovshchina (o Ezhovshchina).
No se sabe nada de sus primeros años de vida (lo apodaron el “Enano” porque medía sólo cinco pies [1,5 metros] de altura y era cojo). Se unió al Partido Comunista en marzo de 1917, fue comisario político en el Ejército Rojo durante la Guerra Civil y posteriormente ascendió a varios puestos políticos, convirtiéndose en funcionario del Comité Central del partido en Moscú en 1927 y uno de los favoritos de Joseph Stalin.
El 29 de abril de 1933, fue nombrado miembro de una Comisión de Purga central recién creada, que llevó a cabo una purga incruenta que expulsó a más de un millón de miembros del partido. En enero de 1934, en el XVII Congreso del partido, se convirtió en miembro de pleno derecho del Comité Central y luego, en febrero, sucedió a Lazar Moiseyevich Kaganovich en el puesto clave de presidente de la Comisión de Control del partido. En octubre de 1937 se convirtió en candidato a miembro del Politburó.
Nikolay Yezhov nunca dormía en casa. ¿Qué hacía por las noches el jefe de la policía política de Stalin, apodado “el enano sangriento” por sus amigos? Era un misterio. Cuando Molotov y Khrushev expresaron su preocupación a este respecto, Stalin soltó una carcajada y los calificó de mojigatos. Una noche, Stalin estaba durmiendo en su dacha en Kuntsevo cuando de repente se despertó y encontró a Yezhov desnudo junto a él acariciando el bigote de Stalin. Stalin se arrojó de la cama y se golpeó la cabeza con el orinal. Cuando logró levantarse, Yezhov había desaparecido, pero la ventana estaba abierta de par en par. Stalin inmediatamente emitió órdenes para arrestar a Yezhov como enemigo del pueblo y de las buenas costumbres.
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Julio 20, 2024
¿El humor de Stalin…?
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Por Heather MacDonnell.
Aparentemente tenía un sentido de autoironía, y a menudo se burlaba del culto a la personalidad que lo rodeaba:
En 1937 el terror de Stalin estaba en su punto más alto; El Ministro del Interior, Nikolay Yezhov, arrestó a cualquiera cuya mirada Stalin considerara sospechosa. Stalin diría: “¿Por qué tienes esa expresión tan nerviosa?” o “¿Por qué no me miras a los ojos?” Un rato después, esa persona desaparecería. Por lo general, los torturaban y luego los fusilaban. El mariscal Blyukher, el mariscal Tujachevski y muchos otros generales y ministros del gobierno que rodeaban a Stalin perecieron de esta manera.
Un día de 1937 le sucedió a Budennyy. “Parece que ya no te agrado, Semen Mikhaylovich”, le dijo Stalin con su lento y amenazador acento georgiano.
“¿De qué estás hablando?” Budenny respondió. “Te seguiría al fuego o al agua. Simplemente da la orden”.
“¿Por qué nunca me has dado una de tus fotografías?”
“¡Oh, pero lo quería desde hace mucho tiempo, Iósif (Joseph) Vissarionovich! Estaba pensando en ello”, dijo nervioso el héroe de la caballería. Corrió a su oficina y sacó una de sus fotografías.
“¿Podrías firmarlo por mí?” preguntó Stalin. Budennyy se sentó, mojó la pluma en el tintero y luego se quedó paralizado de indecisión. Le resultaba más fácil cortar una hilera de cabezas con un sable que escribir algunas palabras.
Tenía miedo de escribir “Querido Stalin”, porque podría resultarle demasiado familiar, y tenía miedo de escribir “Al más respetado Stalin”, porque podría parecer demasiado frío. Budennyy podía sentir cómo se le caían las patillas del bigote. Mientras tanto, Stalin paseaba detrás de la silla fumando su pipa, saboreando la indecisión de Budenny.
“Bueno, ¿no se te ocurre nada que escribir?”
“Parece que no puedo, Iósif Vissarionovich”.
“Entonces déjame dictar. Escribe: ‘Al gran genio…’ . .’ ¿Has escrito tanto? . . . luego continúa: ‘quién creó la Primera Caballería’. . . ¿Has escrito eso? . . . luego continúe: “A Iosif Vissarionovich Stalin de parte de Semen Mikhaylovich Budennyy”. Bueno, ahora que has escrito eso, veo que me amas. Por eso quiero regalarles mi foto”.
Sonrió burlonamente, puso la fotografía de Budennyy sobre su escritorio y sacó la suya. Tomó su bolígrafo y escribió:
“Al verdadero creador de la Primera Caballería, S. M. Budennyy, de I. V. Stalin. 1937”
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Julio 18, 2024
El tribunal estalinista
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Por Candace Herrera.
El 28 de mayo de 1938, el régimen talmúdico bolchevique de Joseph Stalin condenó a muerte al artista Vladimir Timiryov, de 23 años.
Nunca se le presentaron cargos y no tuvo oportunidad de defenderse ante los tribunales (si es que a los Sanedrines soviéticos se les puede llamar “tribunales legales”).
Los historiadores consideran que sus delitos eran “hereditarios”. Le encantaba pintar la naturaleza, los barcos, el agua, el mar y también dibujaba ilustraciones para algunos de los libros más conocidos de Jack London (White Fang, The Call of the Wild, Hearts of Three, todos ellos maravillosamente traducidos al ruso, a pesar de la censura soviética degenerada).
Ninguna de sus “pinturas” era de naturaleza anticomunista o política. Sin embargo, no era sólo un joven sencillo y talentoso, era hijo del almirante imperial ruso Sergius Timiryov e hijastro (después de que sus padres se divorciaran en 1918) del almirante Kolchak, el gobernante supremo de Rusia. Su madre era una poeta rusa y esencialmente tenía relaciones con los dos almirantes del Ejército Blanco, quienes lucharon en el Ejército Blanco contra los bolcheviques talmúdicos y defendieron a los cristianos ortodoxos de la persecución.
El hecho mismo de que este talentoso ruso fuera descendiente de los héroes antibolcheviques del Ejército Blanco lo convirtió en un “objetivo por necesidad”. Y así fue asesinado sin piedad por el régimen demoníaco, tres años antes de la invasión de Rusia por parte del Tercer Reich.
Vladimir Timiryov bien puede ser un portador de la pasión cristiana ortodoxa o un nuevo mártir, dado que era completamente inocente cuando fue ejecutado por el régimen estanilsta.
Es una personificación y un ejemplo individual del genocidio del pueblo ruso que tuvo lugar en el siglo XX.
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Mayo 13, 2024
24 DE MARZO DE 1976, LA PARTE QUE NO TE CUENTAN
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Por Mauricio Ortín.
La ignorancia, o miedo, a decir la verdad por parte de periodistas y políticos, es representativo de la decadencia moral en que está sumida la sociedad argentina desde la recuperación de la democracia en 1983. En un tema tan trillado como el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, no hay lugar para la ingenuidad. Información sobre el hecho hay para hacer dulce. Por ejemplo, es absolutamente falso que la represión a los subversivos comenzó ese día. La trampa justamente consiste en asociar al gobierno militar con los crímenes de lesa humanidad y al gobierno peronista con la ausencia de represión. Fue Perón el que creó la Triple A y también el que, públicamente, dijo que los iba a exterminar. Fue Perón el que le dio carta blanca y puso al frente de la Policía Federal (jefe de la represión del gobierno militar de Lanusse) Comisario Villar. Fue su viuda y presidente, la que ordenó a las Fuerzas Armadas “aniquilar” la subversión.
El 24 de marzo de 1976, hubo un cambio de gobierno, pero no en la política represiva. El golpe de Estado es una interrupción en la vida institucional y debe ser condenado. Ahora bien, si a los militares le cargan el estigma de “genocidas,” justo es que también se lo endilguen a los peronistas. Desde el estado, el peronismo asesinó a un gobernador y a un vice gobernador, Miguel Ragone y Atilio López, respectivamente. También, secuestró y desapareció el 17 de junio de 1975 a Alejandro Almeida (integrante de la banda terrorista ERP-22 de Agosto). Sin embargo, su madre, Tati Almeida, no denuncia al partido político que mató a su hijo, sino al gobierno que tomó el poder nueve meses después.
En los medios se repite hasta el cansancio de que fue la dictadura más sangrienta de nuestra historia, pero se omite impúdicamente de que fue precedida por la democracia más sangrienta de nuestra historia. Tampoco se dice que los que abrieron las puertas del infierno son aquellos a los que, en las escuelas y en los medios de comunicación, se los presenta como perseguidos por defender la democracia. Con contadas excepciones, todo el arco político, la prensa, la iglesia, los sindicatos, los empresarios y la ciudadanía en general apoyó el golpe de Estado. Ello, por supuesto, no lo justifica; mas, dice mucho de ese momento histórico. Por cierto, un detalle no menor es que el “genocida” Antonio Bussi ganó, en 1995, las elecciones a gobernador en Tucumán. Increíblemente, ese pueblo, al que “aterrorizó” como gobernador de facto, lo votó masivamente.
El Dr. Alfonsín, hombre honrado y demócrata cabal, no es el “padre de la democracia.” Ni él, ni la CGT, ni los justicialistas expulsaron a los militares del poder; Estos últimos lo entregaron mansamente a los políticos. Si, esos “genocidas inhumanos siervos del imperialismo,” sin que medie presión alguna, apagaron la luz, entregaron las llaves y se fueron. Si hubieran querido, se habrían quedado la misma cantidad de tiempo que los “angelitos” Fidel Castro, Joseph Stalin o Mao Tsé Tung (entre los tres se cargaron a 100 millones de “enemigos del pueblo”).
El 24 de marzo se recuerda como el día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Así nos va…
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Marzo 25, 2024
Stalin, ¿Intelectualidad o inteligencia?
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Por Heather MacDonell.
Si Josef Stalin era un campesino tosco, intelectualmente inferior a Leon Trotsky y otros grandes comunistas, ¿por qué los escritores famosos del siglo XX lo elogiaron por su inteligencia y conocimiento?
Si bien es cierto que Joseph Stalin tuvo orígenes humildes como campesino, la noción de que era intelectualmente inferior a sus contemporáneos comunistas, incluido León Trotsky, es un tema de debate entre los historiadores. De hecho, varios escritores famosos del siglo XX, como Henri Barbusse, George Bernard Shaw, H.G. Wells, Romain Rolland y Lion Feuchtwanger, elogiaron a Stalin por su inteligencia. Entonces, ¿por qué estos renombrados intelectuales mantenían tales puntos de vista?
En primer lugar, es fundamental comprender que la inteligencia es un rasgo multifacético que abarca varios aspectos. Si bien Trotsky pudo haber sido conocido por su destreza teórica y su elocuencia, Stalin mostró un tipo diferente de inteligencia, una que se centró en la practicidad, la estrategia y las maniobras políticas. No se puede subestimar su capacidad para navegar en complejas dinámicas de poder dentro del Partido Comunista y consolidar su autoridad.
El ascenso de Stalin al poder requirió una comprensión sagaz de la psicología humana y un agudo sentido de las oportunidades. Se posicionó hábilmente dentro del Partido Bolchevique, aprovechando alianzas y explotando divisiones a su favor. Esta astuta perspicacia política impresionó a muchos observadores, incluidos los escritores antes mencionados que reconocieron su inteligencia estratégica.
Además, el éxito de Stalin en la industrialización de la Unión Soviética jugó un papel importante en la configuración de las percepciones de su intelecto. Bajo su liderazgo, el país experimentó una rápida industrialización, transformándolo en una importante potencia mundial.
Este logro demostró la capacidad de Stalin para la planificación, la asignación de recursos y la gestión económica a largo plazo. La industrialización fue un proceso complejo que requirió rigor intelectual y capacidad de toma de decisiones, que Stalin claramente exhibió.
Además de su perspicacia política y económica, Stalin también poseía fuertes cualidades de liderazgo. Tenía una presencia imponente, que exudaba confianza y autoridad. Esta asertividad, combinada con su capacidad para inspirar lealtad o imponer terror entre sus seguidores, contribuyó a su reputación como líder inteligente.
Vale la pena mencionar que los escritores que elogiaron la inteligencia de Stalin no necesariamente respaldaban sus salvajes acciones o su ideología política. Su admiración puede haberse basado en sus observaciones de sus capacidades como líder, más que en un respaldo a sus políticas o las consecuencias de su gobierno.
Sin embargo, es importante reconocer que las opiniones sobre la inteligencia de Stalin no fueron unánimes. Muchos críticos argumentaron que sus métodos, como la Gran Purga y la colectivización forzada, reflejaban un desprecio por la vida humana y una falta de empatía intelectual. Estos críticos creían que la verdadera inteligencia debería ir acompañada de juicio moral y compasión.
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Enero 29, 2024
Orden 227
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Por Heather MacDonnell.
El 28 de julio de 1942, cuando la ofensiva alemana de verano de 1942, denominada Caso Azul, estaba en pleno apogeo, la Wehrmacht avanzaba rápidamente hacia Stalingrado, el Ejército Rojo se retiraba precipitadamente por todo el frente sur, sus soldados se rendían en crecientes números. Para restablecer la disciplina en el ejército soviético contra la Alemania nazi, Stalin emitió la Orden nº 227 que dio origen al famoso lema “¡Ni un paso atrás!”.
Pero ¿y si los soldados aun así dieran un paso atrás? ¿O diez pasos atrás? ¿Qué haría Stalin al respecto? La Orden nº 227 también dio origen a la creación de “destacamentos de bloqueo”. Eran escuadrones defensivos bien armados que fueron “colocados directamente detrás de divisiones inestables… para disparar en el lugar a los que incitaban al pánico y a los cobardes que se retiraban sin autorización”.
Entonces, si un soldado del Ejército Rojo avanzaba, las balas alemanas lo matarían, mientras que si retrocedía, lo matarían las balas de sus camaradas. Qué pepinillo más triste.
Irónicamente, el 30 de enero de 1945, cuando el Ejército Rojo ya luchaba en suelo alemán, Heinrich Himmler -el Reichsführer de las SS- se encontró imitando la orden de Stalin de “Ni un paso atrás” de 1942, aunque su versión no sonó igual. Se titulaba “Tod und Strafe für Pflichtvergessenheit”, que significa “Muerte y castigo por incumplimiento del deber”. Esta orden obtuvo el respaldo total de Hitler, lo cual no fue una sorpresa ya que Himmler era su aliado más antiguo, más cercano y más leal.
Para hacer cumplir esta orden, Himmler y Hitler dieron a la Feldgendarmerie (policía militar) exactamente los mismos trabajos que a los destacamentos de bloqueo soviéticos. El ejército de Feldgend nunca vio ningún combate, permanecieron seguros en la retaguardia con su equipo y atraparon a todos los que retrocedieron, los arrojaron al frente infernal o los ejecutaron en el lugar. Muchos refugiados alemanes se horrorizaron cuando desfilaron por los “callejones de la horca” donde las SS y la Feldgendarmerie habían ahorcado a los desertores. Les habían atado al cuello pancartas que decían: “Fui un cobarde pero morí de todos modos” o “Aquí estoy colgado porque no creía en el Führer”.
No se mantuvieron registros oficiales de la ejecución sumaria de desertores llevada a cabo por la Feldgendarmerie, pero la evidencia anecdótica sugiere que en el sector del XI Cuerpo de las SS, muchos, incluidos varios miembros de las Juventudes Hitlerianas, fueron colgados de los árboles con la prueba más endeble. Muchos soldados alemanes estaban realmente intentando volver a unirse a sus unidades (después de sus permisos de origen, de baja por enfermedad, de perderse…) cuando fueron capturados y ejecutados por la Feldgendarmerie. Los informes soviéticos afirmaron que la Feldgendarmerie ejecutó sumariamente a unos 25.000 alemanes por cobardía sólo en 1945. Los soldados alemanes ahora estaban en los zapatos soviéticos.
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Enero 10, 2024
Stalin, las esposas de sus colaboradores y los Gulags
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Josef Stalin hizo arrestar a las esposas de dos líderes soviéticos y enviarlas a campos de prisioneros, informó una revista el lunes, convirtiéndose en la primera publicación soviética en utilizar la palabra ‘Gulag’, el nombre del infame sistema penitenciario de Stalin.
El presidente soviético Mikhail Kalinin y el ministro de Asuntos Exteriores Vyacheslav Molotov continuaron sirviendo lealmente a Stalin mientras Yekaterina Kalinin languidecía durante una década en un campo de prisioneros como enemiga del pueblo y Paulina Molotov estuvo detenida durante casi cinco años, dijo la revista Ogonek.
Stalin también hizo ejecutar al hermano del leal secuaz Lazar Kaganovich y trató de arrestar a la esposa del mariscal Klementi Voroshilov, dijo el Ogonek. La revista no dijo qué pasó con la esposa de Voroshilov.
Ogonek, al seguir llenando lo que el líder soviético Mikhail Gobachev ha llamado los “espacios en blanco” de la historia soviética, utilizó por primera vez en una revista soviética la palabra “Gulag”, acrónimo de la Administración Estatal de Campos, supervisores de la prisiones donde millones de personas fueron enviadas durante el gobierno de Stalin.
Molotov, que votó a favor del arresto de su esposa judía durante una reunión del Politburó en 1949, nunca volvió a mencionarla y tuvo que esperar hasta después de la muerte de Stalin en marzo de 1953 para reunirse con ella, dijo la revista.
“La hija de Molotov, al solicitar su afiliación al partido, respondió a la pregunta sobre sus padres que su padre es Molotov y que ella no tiene madre”, decía.
Pero Kalinin nunca dejó de pedir la liberación de su esposa. Fue terrible escuchar con qué frecuencia Kalinin le pedía a Stalin que tuviera piedad de su esposa, que liberara a su “amigo de la vida”, que le diera la oportunidad de estar con ella antes de su muerte.
“Stalin se cansó tanto de las súplicas que prometió liberarla cuando terminara la Segunda Guerra Mundial”.
Stalin cumplió su palabra y liberó a la esposa de Kalinin un mes después del final de la guerra, pero luego le dio un “pasaporte de perro”, impidiéndole vivir en Moscú y otras 270 ciudades soviéticas, dijo la revista.
Kalinin, un ex campesino y para entonces viejo y moribundo, se vio obligado a tomar un tren para visitar a su esposa, cuya nacionalidad estonia aparentemente había despertado la paranoia de Stalin.
En 1946, Kalinin había muerto y su esposa, que había prometido no volver nunca más al Kremlin, caminaba junto al “séquito de Stalin” detrás del cuerpo de su marido, dijo la revista.
Imprimió una imagen de la escena que mostraba a Molotov afligido con la cabeza gacha y a Stalin con su uniforme de mariscal, los labios fruncidos y las manos entrelazadas al frente.
La revista también describió el arresto de la esposa de Kalinin.
“La esposa de Kalinin fue arrestada de una manera bastante banal y sin ninguna representación teatral”, decía. “La llamaron a la casa de modas del Kremlin para que le probaran un vestido. En la casa de moda la estaban esperando.
Yekaterina Kalinin fue acusada de terrorismo, “la cláusula más terrible del código penal, el temido Artículo 58-8”, afirmó la revista.
“Su tarjeta de arresto llevaba la señal de una cruz, lo que significa que siempre debía estar bajo vigilancia y debía hacer el trabajo más difícil en el campo… En los campos, quitaba la pelusa de la ropa de cama”.
La desmitificación de Stalin bajo la política de glasnost, o apertura, de Gorbachev ha revelado cómo ordenó arrestar y ejecutar a sus dos primeros jefes de policía, y aniquiló a casi todo su estado mayor mediante un pelotón de fusilamiento.
Después de su muerte, el tercer jefe de policía de Stalin, Lavrenti Beria, fue arrestado a punta de pistola en una sesión del Politburó. Beria, que encarceló a millones, fue ejecutado.
Pero a pesar de las muchas revelaciones de la era de Stalin, las publicaciones soviéticas aún tienen que explicar la muerte de la esposa de Stalin. Se dice que Nadezhda Aliluyevna Stalin se suicidó en 1932.
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Diciembre 28, 2023
Stalin, el verdugo
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Por Michael Rossovich.
Stalin había emitido órdenes que prohibían la rendición (a menos que fueran capturados mientras estaban heridos e inconscientes) y declaró que la rendición era traición. Así que, desde el principio, casi todos los prisioneros de guerra soviéticos eran automáticamente criminales y traidores según la ley soviética.
De hecho, cuando capturaron al propio hijo de Stalin, lo repudió y rechazó una oferta alemana de intercambio de prisioneros. Su hijo finalmente murió en un campo de prisioneros de guerra.
Todos los prisioneros de guerra soviéticos que regresaban fueron interrogados por el NKVD, a menudo brutalmente.
La mayoría fueron enviados a pasar un período en los gulags como castigo y para rehabilitarlos/redoctrinarlos en el sistema soviético y librarlos de cualquier tendencia capitalista que pudieran haber adquirido en el extranjero.
Otros que habían cambiado de abrigo y luchado junto a los alemanes o colaborado de alguna otra manera con ellos (y eran muchos), o que eran sospechosos de haberlo hecho, fueron ejecutados.
Así que no fue sólo una brutalidad sin sentido, aunque hubo mucha de eso.
De hecho, muchos soviéticos se habían dado la vuelta y lucharon contra su país o colaboraron de alguna otra manera con el enemigo. Eso sería considerado traición por cualquier país.
La diferencia es que mientras otros países se conformaron con ejecutar a los principales líderes traidores y encarcelar a otros antes de declarar una amnistía para el resto y esconderla debajo de la alfombra, los soviéticos fueron más sanguinarios y minuciosos.
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Diciembre 21, 2023
El Stalin Húngaro
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Por Candace Herrera.
Mátyás Rákosi se convirtió en el líder comunista de Hungría tras consolidar el poder político en 1945. Fue llamado “el mejor discípulo húngaro de Stalin”, orquestando purgas e instalando un régimen represivo aliado de los soviéticos. Rákosi, partidario de la socialdemocracia desde su juventud, regresó a Hungría como comunista en 1918, después de un período como prisionero de guerra en Rusia.
Mátyás Rákosi fue un político comunista húngaro que fue el líder de facto de Hungría de 1947 a 1956. Se desempeñó primero como Secretario General del Partido Comunista Húngaro de 1945 a 1948 y luego como Secretario General del Partido de los Trabajadores de Hungría de 1948 a 1956. Nació el 9 de marzo de 1892 en Ada, Serbia y murió el 5 de febrero de 1971 en Nizhny Novgorod, Rusia.
Se desempeñó como comisario de producción socialista en el breve régimen comunista de Béla Kun (1919), pero, con el triunfo de la contrarrevolución en Hungría, se vio obligado a huir a Moscú. Enviado en 1924 para reorganizar el Partido Comunista Húngaro, fue arrestado por las autoridades húngaras al año siguiente y en 1927 fue condenado a ocho años y medio de prisión a partir de la fecha de su arresto.
Al expirar su condena, fue arrestado nuevamente y sentenciado a cadena perpetua (1934), pero en 1940 se le permitió ir a Moscú. Al regresar a Hungría con las tropas soviéticas en 1944, Rákosi se convirtió en secretario del Partido (Comunista) de los Trabajadores Húngaros y, con la ayuda de la recién organizada Policía de Seguridad del Estado (AVO), pronto consolidó el poder político en sus manos. Estalinista confirmado, reinó como jefe del partido de 1949 a 1953 (desde 1952 también como primer ministro); pero en julio de 1953, tras la muerte de Stalin, se vio obligado a ceder el cargo de primer ministro al reformista Imre Nagy. Sin embargo, siguió siendo secretario del partido y en 1955 logró destituir a Nagy, sólo para ser destituido por Moscú de todas las oficinas del partido al año siguiente para aplacar al líder yugoslavo, el mariscal Tito, a quien había ofendido. El duradero estalinismo de Rákosi y su sumisión a Moscú lo habían hecho muy impopular; y, cuando estalló la revolución en Budapest en octubre de 1956, huyó nuevamente a la U.R.S.S.
Después de la muerte de Stalin en 1953, la URSS decidió que su régimen era demasiado brutal y le dijo a Rákosi que podía permanecer como secretario general del partido comunista húngaro, con la condición de que cediera su cargo de primer ministro al “reformista” Imre Nagy.
Rákosi logró quedarse un tiempo, hasta que la URSS decidió oficialmente que era un lastre. Moscú lo destituyó del poder en 1956 para apaciguar al líder yugoslavo, Mashal Tito.
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Noviembre 26, 2023
Los horrores del Comunismo y los Nazis en colegios secundarios de Estados Unidos
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El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció ayer martes nuevos programas estatales para estudiantes que requerirán educación cívica y patriotismo, así como capacitación en resucitación cardiopulmonar y estudio y desarrollo del holocausto.
También requerirá que los estudiantes de secundaria aprendan sobre “los males del comunismo y las ideologías totalitarias”.
La inciativa fue presentada el pasado mes de marzo por el representante Ardian Zika (nacido en la ex Yugoslavia), Republicano por la ciudad de Land O ’Lakes, y la senadora Ana María Rodríguez, republicana por El Doral, las propuestas se denominan Ley de retratos en patriotismo. Los proyectos de ley idénticos apuntan a reforzar la educación cívica, en parte al ordenar al Departamento de Educación que organice una biblioteca de videos que comparta relatos en primera persona de personas que vivieron bajo gobiernos extranjeros.
La medida fue aprobada por unanimidad por el Subcomité de Educación Secundaria y Desarrollo Profesional de la Cámara de Representantes, pero está encontrando algunas preguntas de los demócratas, quienes aún estudian la propuesta.
Con respecto al Holocausto, se formará un departamento teniendo este que crear un proceso para que las escuelas certifiquen anualmente y proporcionen evidencia de cumplimiento con los requisitos de instrucción de la acción de los Nazis. Se orientan a contratar al Museo del Holocausto de Florida y otras organizaciones reconocidas a nivel estatal o nacional para desarrollar el plan de estudios y el material instructivo.
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Junio 24,2021
La Guerra que, técnicamente, nunca terminó
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Intercalada entre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam, la Guerra de Corea a menudo se conoce como la “Guerra Olvidada”, pero sus efectos en la vida moderna han sido significativos y duraderos. La Guerra de Corea marcó la primera vez que un presidente de Estados Unidos envió tropas a un conflicto sin primero buscar la aprobación del Congreso. Harry Truman puso las botas en suelo coreano sin el visto bueno del Congreso, y varios presidentes posteriores se entretuvieron bastante siguiendo su camino.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]La guerra estalló el 25 de junio de 1950 cuando las tropas norcoreanas cruzaron el paralelo 38, invadiendo Corea del Sur. El líder norcoreano Kim Il-sung lanzó el ataque una vez que recibió la promesa de apoyo del líder soviético Joseph Stalin. En enero de 1950, el secretario de Estado de Estados Unidos, Dean Acheson, pronunció un discurso en el que dijo que Corea del Sur y Taiwán no formaban parte del “perímetro defensivo” estadounidense, lo que parecía indicar que Estados Unidos se mantendría al margen de un conflicto coreano. Y está claro que Stalin solo aceptó apoyar la invasión después de estar convencido de que Estados Unidos no se involucraría.
Sin embargo, los comentarios de Acheson fueron engañosos. Estados Unidos reaccionó a la noticia de la invasión tomando medidas de inmediato para convocar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El 27 de junio, el Consejo de Seguridad pidió a los miembros de la ONU que proporcionaran asistencia militar para ayudar a Corea del Sur a repeler la invasión. Las fuerzas estadounidenses entraron el 30 de junio, momento en el que los norcoreanos habían tomado la capital de Corea del Sur, Seúl. El 15 de septiembre, una fuerza de la ONU aterrizó en Inchon y para el 29 de septiembre, las tropas de la ONU habían devuelto Seúl al presidente de Corea del Sur. Pero a finales de año, los chinos habían intervenido en nombre de los norcoreanos para detener el avance de la ONU. Estados Unidos lideró un esfuerzo internacional para repeler a los comunistas y China proporcionó refuerzos a Corea del Norte. Fue una guerra de primicias históricas. Nunca antes Estados Unidos y China se habían enfrentado en una guerra real.
Si bien el Comando Aéreo Estratégico de EE. UU. estaba bien preparado para lanzar un ataque total contra la Unión Soviética, estaba menos claro cómo podría usar armas atómicas en un conflicto limitado como Corea. El 1 de agosto de 1950, “se tomó la decisión de enviar la Novena Ala de Bombas a Guam como un grupo de trabajo atómico inmediatamente”. Diez B-29, cargados con bombas atómicas desarmadas, partieron hacia el Pacífico. El 5 de agosto, uno de los aviones se estrelló durante el despegue de la base de la Fuerza Aérea Fairfield-Suisun cerca de San Francisco, matando a una docena de personas y esparciendo el uranio levemente radiactivo del sabotaje de la bomba alrededor del aeródromo. Los otros aviones llegaron a Guam, donde se pusieron en guardia.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]En una conferencia de prensa el 30 de noviembre, el presidente Truman confirmó que había estado considerando activamente el uso de bombas atómicas en Corea desde el comienzo de la guerra. Los comentarios provocaron una reacción mundial y el primer ministro británico, Clement Attlee, se apresuró a viajar a Washington para expresar su preocupación. Truman le aseguró a regañadientes que Estados Unidos “no tenía ninguna intención” de utilizar armas atómicas en Corea, excepto para evitar un “gran desastre militar”.
Entonces, aunque el presidente Truman intentó usar su superioridad atómica en beneficio de Estados Unidos en Corea del Norte, nunca pudo hacerlo. En última instancia, ni siquiera estaba claro que el bombardeo atómico en una guerra contra los ejércitos campesinos produciría resultados decisivos. Si los estadounidenses usaran la bomba y las fuerzas chinas siguieran llegando, demostraría la ineficacia de la bomba y reduciría su efecto disuasorio en otras arenas.
La guerra terminó siendo un asunto de balancín que vio a las fuerzas de la ONU retirarse de Corea del Norte al perímetro de Pusan en el sureste de Corea y luego avanzar nuevamente a través del paralelo 38 solo para ser empujadas hacia el sur una vez más por las fuerzas chinas. En julio de 1951, después de 13 meses de lucha, las dos partes iniciaron conversaciones de armisticio, que se prolongaron durante más de dos años. Después de la muerte de Stalin en marzo de 1953, el nuevo liderazgo en Moscú avanzó más rápidamente hacia un acuerdo. El alto el fuego se firmó finalmente el 27 de julio de 1953.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]El costo humano de la guerra fue catastrófico. Solo en el primer mes de su operación, los grupos de Comando Aéreo Estratégico arrojaron 4.000 toneladas de bombas. Además de los altos explosivos, los bombarderos utilizaron napalm. Cuando se jubiló, Curtis LeMay describió la devastación diciendo: “Al final quemamos todas las ciudades de Corea del Norte … y algunas de Corea del Sur también. Incluso quemamos [la ciudad surcoreana de] Pusan, un accidente, pero quemamos de todos modos “. Las estimaciones de las víctimas varían ampliamente, pero hay motivos para creer que, además de los tres millones y medio de militares muertos, heridos y desaparecidos en ambos lados, más de dos millones de civiles murieron en Corea del Norte. Al final, la frontera que divide a los dos países permaneció exactamente donde estaba antes de la invasión de Corea del Norte.
La Guerra de Corea devastó la península que comprende Corea del Norte y del Sur de 1950 a 1953, y cuando todo estuvo dicho y luchado, los dos países se encontraron en un punto muerto en el paralelo 38 con poco más que un alto el fuego para evitar que el barril de pólvora explotara de nuevo. Y han sido así desde entonces. Técnicamente, la Guerra de Corea nunca ha terminado. Ha estado en pausa durante casi siete décadas. ¿Pero por qué? Echemos un vistazo a la historia y veamos.
Estados Unidos, Corea del Norte y China firmaron un acuerdo de armisticio el 27 de julio de 1953, pero Corea del Sur no lo hizo. Al país no le gustó la idea de una solución de dos estados, por lo que nunca se firmó un tratado de paz vinculante, lo que significa que la Guerra de Corea técnicamente aún está en marcha. Pero eso no significa que no hayan intentado volver a unir la península. Hubo algunas conversaciones de reunificación casi exitosas en 2000, luego, en 2018, los líderes de los dos países se dieron la mano y se abrazaron, ofreciendo esperanzas de que las dos Coreas puedan volver a ser una sola. Sin embargo, eso aún no se ha materializado, y hay tantos ejemplos de hostilidades entre ellos en los últimos años como momentos amistosos.
[ezcol_1half] [/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] [/ezcol_1half_end]La esperanza de la reunión de 2018 no duró. Para mayo de 2020, ya estaban intercambiando disparos sobre la frontera, y en junio de ese año, Corea del Norte hizo explotar una oficina de enlace conjunta en la zona desmilitarizada, un edificio destinado a ser utilizado para negociaciones de paz. La explosión fue solo otro capítulo triste en la historia de décadas de la inconclusa Guerra de Corea.
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Junio 19, 2021
HIROSHIMA
Hace 74 años, un 6 de agosto, Estados Unidos se convertía en la primera y única nación en usar armamento atómico durante la guerra cuando arroja una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Aproximadamente 80,000 personas mueren como resultado directo de la explosión, y otras 35,000 resultan heridas. Al menos otros 60,000 estarían muertos para fin de año por los efectos de las consecuencias.
Aunque el lanzamiento de la bomba atómica en Japón marcó el final de la Segunda Guerra Mundial, muchos historiadores argumentan que también encendió la Guerra Fría.
Desde 1940, Estados Unidos había estado trabajando en el desarrollo de un arma atómica, luego de que Albert Einstein le advirtiera que la Alemania nazi ya estaba realizando investigaciones sobre armas nucleares. Cuando Estados Unidos realizó la primera prueba exitosa (una bomba atómica explotó en el desierto de Nuevo México en julio de 1945), Alemania ya había sido derrotada. La guerra contra Japón en el Pacífico, sin embargo, continuó furiosa. El presidente Harry S. Truman, advertido por algunos de sus asesores de que cualquier intento de invadir Japón resultaría en horribles bajas estadounidenses, ordenó que se usara la nueva arma para poner fin a la guerra rápidamente.
El 6 de agosto de 1945, el bombardero estadounidense Enola Gay arrojó una bomba de cinco toneladas sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Una explosión equivalente al poder de 15,000 toneladas de TNT redujo a cuatro millas cuadradas de la ciudad a ruinas e inmediatamente mató a 80,000 personas. Decenas de miles más murieron en las siguientes semanas por heridas y envenenamiento por radiación. Tres días después, otra bomba cayó sobre la ciudad de Nagasaki, matando a casi 40,000 personas más. Unos días después, Japón anunció su rendición.
En los años transcurridos desde que se lanzaron las dos bombas atómicas sobre Japón, varios historiadores han sugerido que las armas tenían un objetivo doble. Primero, por supuesto, era poner fin a la guerra con Japón y salvar vidas estadounidenses. Se ha sugerido que el segundo objetivo era demostrar la nueva arma de destrucción masiva a la Unión Soviética.
Para agosto de 1945, las relaciones entre la Unión Soviética y los Estados Unidos se habían deteriorado gravemente. La Conferencia de Potsdam entre el presidente estadounidense Harry S. Truman, el líder ruso Joseph Stalin y Winston Churchill (antes de ser reemplazado por Clement Attlee) terminó solo cuatro días antes del bombardeo de Hiroshima. La reunión estuvo marcada por recriminaciones y sospechas entre los estadounidenses y los soviéticos. Los ejércitos rusos ocupaban la mayor parte de Europa del Este. Truman y muchos de sus asesores esperaban que el monopolio atómico de Estados Unidos pudiera ofrecer influencia diplomática con los soviéticos. De esta manera, el lanzamiento de la bomba atómica en Japón puede verse como el primer disparo de la Guerra Fría.
Si los funcionarios estadounidenses realmente creían que podían usar su monopolio atómico para obtener ventajas diplomáticas, tenían poco tiempo para poner en práctica su plan. Para 1949, los soviéticos habían desarrollado su propia bomba atómica y comenzó la carrera armamentista nuclear.
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Agosto 6, 2019
DUELO: El día que Stalin intentó asesinar a John Wayne
El abusado hijo de un pobre y alcohólico zapatero georgiano, Josef Vissarionovich Djughashvili (el futuro Stalin) se convirtió en uno de los asesinos más prolíficos de la historia. Stalin eliminó a cualquiera y a todos los que constituían una amenaza para su poder, incluidos (y especialmente) sus antiguos aliados. Él no tenía absolutamente ningún respeto por la santidad de la vida humana.
[ezcol_1half]Stalin
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]Wayne
[/ezcol_1half_end]Stalin fue, sin lugar a dudas, uno de los líderes mundiales más despiadados del siglo XX, responsable de millones de muertes. Pero las estimaciones del número de muertes que causó varían enormemente, de 20 millones a 60 millones.
Todos los que estaban en contra de su política y contra el comunismo podían ser asesinados. No importaba si eran ciudadanos soviéticos o de otro país. Michael Munn, un historiador de cine y autor de “John Wayne – El hombre detrás del mito”, afirma que Stalin quería la cabeza del famoso ícono de Hollywood.
Stalin estaba tan enojado por el anticomunismo de John Wayne que planeaba eliminarlo. Ordenó a la KGB asesinar a John Wayne porque lo consideraba una amenaza para la Unión Soviética.
Cuando el cineasta ruso Sergei Gerasimov asistió a una conferencia de paz en Nueva York en 1949, escuchó sobre John Wayne y sus creencias anticomunistas. Cuando regresó a la Unión Soviética, inmediatamente le contó a Stalin sobre John Wayne y su discurso.
A Stalin le encantaban las películas y él era más que un aficionado al cine que le podría enseñar al mismísimo Sergei Eisenstein (El Acorazado Potemkin) a hacer películas. Se consideraba a sí mismo como un productor / director / guionista de películas superior, así como un censor supremo; sugiriendo títulos, ideas e historias, trabajando en guiones y letras de canciones, dando conferencias a directores, entrenando a actores, ordenando repeticiones y cortes y, finalmente, aprobando las películas para su lanzamiento.
Stalin amaba a Chaplin y películas como In Old Chicago (1937) y It Happened One Night (1934). Westerns con Spencer Tracy y Clark Gable también fueron algunos de sus favoritos.
[ezcol_1fifth]Munn
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth]Tracy
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth]Gable
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth]Einsenstein
[/ezcol_1fifth] [ezcol_1fifth_end]Chaplin
[/ezcol_1fifth_end]Aunque amaba a los occidentales, decidió que John Wayne era una amenaza para la causa y debía ser asesinado.
Los asesinos supuestamente fueron enviados a Los Ángeles para matar a John Wayne. Como Michael Munn dice en su libro, el FBI había descubierto que agentes soviéticos fueron enviados a Hollywood para asesinar al actor. Le informaron al prestigioso artista sobre el complot y él le dijo al FBI que dejara aparecer a los hombres y que él mismo se encargaría de ellos.
John Wayne no quería que su familia supiera sobre el hecho de que la KGB estaba tratando de matarlo y se mudó con ellos a una casa con un gran muro alrededor.
Munn dice que un grupo de comunistas basados en Burbank, cerca de Hollywood, conspiraron para asesinar a John Wayne. No lograron matarlo al igual que unos agentes de la KGB que habían sido enviados antes.
Un nuevo intento de matar a Wayne se realizó en México en el set de la película Hondo planeada por una célula comunista local, según el Sr. Munn.
[ezcol_1third]John Wayne
[/ezcol_1third] [ezcol_1third]Josef Stalin
[/ezcol_1third] [ezcol_1third_end]Mao Tse Tung
[/ezcol_1third_end]La campaña soviética fue cancelada después de la muerte de Stalin en 1953 porque su sucesor Nikita Khrushchev era un fanático de la estrella de cine. El libro dice que Krushchev le dijo a Wayne en una reunión privada en 1958: “Esa fue una decisión de Stalin durante sus últimos cinco años de locura. Cuando Stalin murió, rescindí esa orden”.
Al parecer, Stalin no era el único líder comunista que quería al jefe de John Wayne. Hubo un intento de matar a John Wayne por unos francotiradores enemigos mientras visitaba a las tropas en Vietnam en 1966. Uno de los francotiradores fue capturado y dijo que había un precio en la cabeza de John, y ese precio había sido puesto por Mao Zedong.
John Wayne murió de cáncer en 1979.
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 29, 2019
Stalin y la Hambruna Ucraniana
En el apogeo de la hambruna ucraniana de 1932-33 bajo Joseph Stalin, personas hambrientas vagaban por el campo, desesperadas por algo, cualquier cosa que comer. En la aldea de Stavyshche, un joven campesino observaba a los vagabundos cavar en jardines vacíos con sus propias manos. Recordó que muchos estaban tan demacrados que sus cuerpos comenzaron a hincharse y apestar por la falta extrema de nutrientes.
“Se les podía ver caminando, simplemente caminando y caminando, y uno caería, y luego otro, y así sucesivamente”, dijo muchos años después, en una historia de un caso recopilada a fines de los años 80 por una comisión del Congreso. En el cementerio fuera del hospital de la aldea, los médicos abrumados cargaban los cuerpos en camillas y los arrojaban a un enorme pozo.
La hambruna ucraniana, conocida como el Holodomor, una combinación de las palabras ucranianas para “inanición” y “para infligir la muerte”, según una estimación, cobró la vida de 3,9 millones de personas, aproximadamente el 13 por ciento de la población. Y, a diferencia de otras hambrunas en la historia causadas por el tizón o la sequía, esto se debió a que un dictador quería reemplazar las pequeñas granjas de Ucrania con colectivos estatales y castigar a los ucranianos con mentalidad de independencia que representaban una amenaza para su autoridad totalitaria.
“La hambruna de Ucrania fue un caso claro de una hambruna provocada por el hombre”, explica Alex de Waal, director ejecutivo de la Fundación para la Paz Mundial en la Universidad de Tufts y autor del libro de 2018, Mass Starvation: The History and Future of Famine. Lo describe como “un híbrido … de una hambruna causada por políticas socioeconómicas calamitosas y dirigida a una población en particular para la represión o el castigo”.
En aquellos días, Ucrania, una nación del tamaño de Texas a lo largo del Mar Negro al oeste de Rusia, era parte de la Unión Soviética. En 1929, como parte de su plan para crear rápidamente una economía totalmente comunista, Stalin impuso la colectivización, que reemplazó las granjas de propiedad y operación individual por grandes colectivos estatales. Los pequeños agricultores de Ucrania, en su mayoría solo productores de sus propios alimentos, se resistieron a renunciar a sus tierras y medios de subsistencia.
En respuesta, el régimen soviético ridiculizó a los opositores como kulaks, campesinos acomodados, que en la ideología soviética eran considerados enemigos del estado. Los funcionarios soviéticos expulsaron a estos campesinos de sus granjas por la fuerza y la policía secreta de Stalin hizo planes para deportar a Siberia a 50.000 familias campesinas ucranianas, escribe la historiadora Anne Applebaum en su libro de 2017, La hambruna roja: la guerra de Stalin en Ucrania.
“Parece que Stalin se sintió motivado por el objetivo de transformar a la nación ucraniana en su idea de una nación moderna, proletaria y socialista, incluso si esto implicaba la destrucción física de amplios sectores de su población”, dice Trevor Erlacher, historiador y autor. especializado en Ucrania moderna y asesor académico en el Centro de Estudios de Rusia, Europa del Este y Eurasia de la Universidad de Pittsburgh.
La colectivización en Ucrania no fue muy bien. En el otoño de 1932, en la época en que la esposa de Stalin, Nadezhda Sergeevna Alliluyeva, quien, según los informes, se oponía a su política de colectivización, se suicidó, se hizo evidente que la cosecha de cereales de Ucrania iba a ser un objetivo inútil para los planificadores soviéticos en un 60 por ciento. Todavía podría haber suficiente comida para que los campesinos ucranianos pudieran arreglárselas, pero, como escribe Applebaum, Stalin ordenó qué lo poco que tenían les fuese confiscado como castigo por no cumplir con las cuotas.
“La hambruna de 1932-33 se derivó de decisiones posteriores tomadas por el gobierno estalinista, después de que quedó claro que el plan de 1929 no había salido tan bien como se esperaba, lo que causó una crisis alimentaria y hambre”, explica Stephen Norris, profesor de Historia de la Universidad de Miami en Ohio. Norris dice que un documento de diciembre de 1932 titulado “Sobre la adquisición de granos en Ucrania, el Cáucaso del Norte y el Óblast Occidental”, ordenó a los cuadros del partido que extrajeran más granos de las regiones que no habían alcanzado sus cuotas. También pidió el arresto de los jefes de granjas colectivas que resistieron y de los miembros del partido que no cumplieron con las nuevas cuotas.
Mientras tanto, Stalin, según Applebaum, ya había arrestado a decenas de miles de maestros e intelectuales ucranianos y había retirado libros en idioma ucraniano de escuelas y bibliotecas. La autora escribe que el líder soviético usó el déficit de grano como una excusa para una represión anti-ucraniana aún más intensa. Como señala Norris, el decreto de 1932 apuntó a “los saboteadores” ucranianos, ordenó a los funcionarios locales que dejaran de usar el idioma ucraniano en su correspondencia, y reprimió las políticas culturales ucranianas que se habían desarrollado en la década de 1920″.
Cuando los recolectores de cultivos de Stalin salieron al campo, de acuerdo con un informe de la comisión del Congreso de los Estados Unidos de 1988, utilizaron largos postes de madera con puntas de metal para aserrar los pisos de tierra de las casas de los campesinos y explorar el suelo a su alrededor, en caso de que hubieran enterrado barriles con cosecha de granos para evitar su detección. Los campesinos acusados de ser acaparadores de alimentos solían ser enviados a prisión, aunque a veces los recolectores no esperaban autorización para infligir un castigo. Dos niños que fueron atrapados escondiendo peces y ranas que habían capturado, por ejemplo, fueron llevados al soviet de la aldea, donde fueron golpeados, y luego fueron arrastrados a un campo con las manos atadas y la boca y la nariz amordazadas, donde fueron dejados morir sofocados.
A medida que la hambruna empeoraba, muchos intentaron huir en busca de lugares con más alimento. Algunos murieron junto a la carretera, mientras que otros fueron frustrados por la policía secreta y el sistema de pasaportes internos del régimen. Según el informe de la comisión del Congreso, los campesinos ucranianos recurrieron a métodos desesperados para mantenerse con vida. Mataron y comieron mascotas y consumieron flores, hojas, corteza de árboles y raíces. Una mujer que encontró algo de frijoles secos tenía tanta hambre que se los comió en el lugar sin cocinarlos y, según informes, murió cuando se expandieron en su estómago.
“Las políticas adoptadas por Stalin y sus oficiales en respuesta a la hambruna después de que comenzó a dominar el campo ucraniano constituyen la evidencia más significativa de que la hambruna fue intencional”, dice Erlacher. “Los ciudadanos y funcionarios locales pidieron ayuda del estado. Las olas de refugiados huyeron de las aldeas en busca de comida en las ciudades y más allá de las fronteras de la República Soviética de Ucrania. “La respuesta del régimen, dice, fue tomar medidas que empeoraron su situación.
Para el verano de 1933, a algunas de las granjas colectivas solo les quedaba un tercio de sus hogares, y las cárceles y los campos de trabajo estaban a tope. Con casi nadie para cultivar, el régimen de Stalin reasentó a campesinos rusos de otras partes de la Unión Soviética en Ucrania para hacer frente a la escasez de mano de obra. Frente a la perspectiva de una catástrofe alimentaria aún más amplia, el régimen de Stalin en el otoño de 1933 comenzó a disminuir las colecciones.
El gobierno ruso que reemplazó a la Unión Soviética reconoció que hubo una hambruna en Ucrania, pero negó que fuera un genocidio. El genocidio se define en el artículo 2 de la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (1948) como “cualquiera de los siguientes actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un nacional, étnico, racial o religioso. “. En abril de 2008, la cámara baja del Parlamento de Rusia aprobó una resolución que afirmaba que” no hay pruebas históricas de que la hambruna se haya organizado de forma étnica “. Sin embargo, al menos 16 países han reconocido el Holodomor, y más recientemente, los Estados Unidos. El Senado, en una resolución de 2018, afirmó los hallazgos de la comisión de 1988 de que Stalin había cometido un genocidio.
En última instancia, aunque las políticas de Stalin causaron la muerte de millones de personas, no logró aplastar las aspiraciones de autonomía de Ucrania y, a largo plazo, es posible que hayan fracasado. “El hambre a menudo logra un propósito socioeconómico o militar, como transferir la posesión de tierras o limpiar un área de la población, ya que la mayoría huye en lugar de morir”, dice el historiador de la hambruna Alex de Waal. “Pero política e ideológicamente es más contraproducente para sus perpetradores. Como en el caso de Ucrania, generó tanto odio y resentimiento que solidificó el nacionalismo ucraniano “.
Finalmente, cuando la Unión Soviética colapsó en 1991, Ucrania finalmente se convirtió en una nación independiente, y el Holodomor sigue siendo una parte dolorosa de la identidad común de los ucranianos.
Fuentes: Red Famine: Stalin’s War on Ukraine, de Anne Applebaum . Mass Starvation: The History and Future of Famine, de Alex de Waal
PrisioneroEnArgentina.com
Mayo 7, 2019
STALIN
Joseph Stalin, líder de la Unión Soviética desde 1924, muere en Moscú un 5 de marzo.
Isoeb Dzhugashvili nació en 1889 en Georgia, entonces parte del antiguo imperio ruso. Stalin, hijo de un borracho que lo golpeaba sin piedad, y una piadosa madre lavandera, aprendió ruso, que habló con un fuerte acento toda su vida, en una escuela dirigida por la Iglesia ortodoxa.
Mientras estudiaba para ser sacerdote en el Seminario Teológico Tiflis, comenzó a leer en secreto a Karl Marx y otros pensadores revolucionarios de izquierda. En 1900, Stalin se volvió activo en el activismo político revolucionario, participando en manifestaciones laborales y huelgas. Stalin se unió al ala más militante del movimiento socialdemócrata marxista, los bolcheviques, y se convirtió en un estudiante de su líder, Vladimir Lenin.
La primera gran ruptura de Stalin llegó en 1912, cuando Lenin, en el exilio en Suiza, lo nombró para servir en el primer Comité Central del Partido Bolchevique, ahora una entidad separada de los socialdemócratas. Al año siguiente, Stalin (finalmente eliminando a Dzugashvili y tomando el nuevo nombre de Stalin, de la palabra rusa para “acero”) publicó un artículo sobre el papel del marxismo en el destino de Rusia.
En 1917, escapando de un exilio en Siberia, se vinculó con Lenin y su golpe de Estado contra el gobierno democrático de clase media que había suplantado al gobierno del zar. Stalin continuó subiendo en la escala del partido, de comisario para las nacionalidades al secretario general del Comité Central, un papel que proporcionaría el centro de su toma dictatorial y control del partido y la nueva URSS.
Stalin exigió, y obtuvo, el control estatal absoluto de la economía, así como mayores franjas de la vida soviética, hasta que su control totalitario sobre el nuevo imperio ruso fuera absoluto.
Stalin procedió a anexar partes de Polonia, Rumania y Finlandia, y ocupó Estonia, Letonia y Lituania. En mayo de 1941, se hizo presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo; ahora era el jefe oficial del gobierno y ya no era simplemente el jefe del partido.
Después de la rendición de Alemania en abril de 1945, Stalin supervisó la continua ocupación y dominación de gran parte de Europa del Este, a pesar de las “promesas” de elecciones libres en esos países.
Stalin no se suavizó con la edad; persiguió un reinado de terror, purgas, ejecuciones, exiliados al archipiélago Gulag (un sistema de campos de trabajo forzado en el norte congelado) y persecución en la URSS de la posguerra, suprimiendo toda disidencia y todo lo que oliera a extranjero, especialmente a Europa occidental, influencia.
Para gran alivio de muchos, murió de un ataque cardíaco masivo el 5 de marzo de 1953. Hoy se lo recuerda como el hombre que ayudó a salvar a su nación de la dominación nazi, y como el asesino en masa del siglo, después de haber supervisado Muertes de entre 18 millones y 20 millones de su propio pueblo.
PrisioneroEnArgentina.com
Marzo 5, 2019
El Nuevo Zar
Cuando Putin llegó al poder, más del 70 por ciento de la población del país tenía puntos de vista negativos sobre la represión política de Joseph Stalin; ahora el 46 por ciento de la población ve a Stalin con “admiración y respeto”. Cada Día de la Victoria, el 9 de mayo, que conmemora la derrota de los nazis, los fanáticos de Stalin ponen flores en su tumba junto al muro del Kremlin. Pero el renacimiento del culto de Stalin era claramente insuficiente.
Ahora las autoridades están tratando de convencer a los rusos de que Iván el Terrible no era un maníaco, asesino y psicópata, sino “un genio de estrategia alto y guapo, un comandante victorioso y una persona santa”, que amplió el territorio de Rusia cinco, diez, veinte o, incluso, 30 veces en su magnitud. Es más, hay un movimiento en el Patriarcado de Moscú hoy en día para intentar canonizar al Zar Ivan.
Nina Khrushcheva, profesora de Asuntos Internacionales en la Nueva Escuela, centra sus estudios en héroes históricos de los cultos actuales del Kremlin, desde Iván el Terrible hasta el siglo X Vladimir el Grande, cuya estatua de 60 pies se instaló en 2016, a solo 100 yardas de El monumento del Kremlin a Stalin.
[ezcol_1quarter]Vladimir
[/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter]Ivan
[/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter]Stalin
[/ezcol_1quarter] [ezcol_1quarter_end]Putin
[/ezcol_1quarter_end]“Todos estos heroicos emperadores y zares son un tipo de personalidad de culto de Putin, todos los que estaban acaparando tierras fueron geniales”, dijo Khrushcheva. “Para Putin, la Unión Soviética era parte de la larga historia de Rusia y no solo es un sucesor de los líderes soviéticos, sino que todos ellos son Vladimir el Grande, Iván el Terrible, una persona históricamente comprobada más dura”.
El actual presidente de Rusia a menudo habla de educación patriótica. La Sociedad Histórica Militar-Patriótica de Rusia instala estatuas y monumentos de zares alrededor de las calles y parques de Moscú, se han modificado los currículos escolares, se ha re-escrito deliberadamente la historia.
[ezcol_1half]“Nuestros maestros crearon una imagen positiva de Iván el Terrible en las escuelas en Moscú, pero más tarde estudié historia y me di cuenta de lo feo que era”, dijo Filipp Gorenshtein, un actor de teatro y cine. “En este momento de las sanciones, nuestras autoridades necesitan que la nación se ajuste los cinturones y sacrifique nuestras propias vidas, por lo que los cultos de los líderes de hierro están en el interés de los poderes existentes”.
[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]Iván el Terrible nació en Kolomenskoie, actual Rusia, en 1530. Fue Zar de Rusia (1547-1584) y su apodo remite a la crueldad con que reprimió a sus opositores, si bien se le reconoce un importante papel en el fortalecimiento de la nación rusa anexando terrenos. Entre 1560 y 1564 con el propósito de reforzar su poder frente a la aristocracia, Iván el Terrible desencadenó una sangrienta represión contra los boyardos y el clero. Incluso atacó y devastó en 1570 las antiguas ciudades libres de Novgorod y Pskov, y, en 1581, hizo asesinar a su primogénito.
[/ezcol_1half_end]Muchos pensaron que al implementar sanciones económicas contra Rusia, Occidente podría convencer al Kremlin de llegar a un acuerdo, de dejar de socavar los valores europeos e interferir en las políticas exteriores y las democracias. Pero, de hecho, la pobreza, los bienes inferiores, el aislamiento y el sufrimiento no son nada nuevo para Rusia.
Mientras el Kremlin está culpando a los estadounidenses por todo nuestro sufrimiento aquí, la policía arresta a jóvenes activistas, acusa a la gente de traición, de traicionar a la Madre Patria, de la misma forma en que la policía secreta de Oprichniki (*) de Ivan el Terrible estaba cazando una nobleza independiente en el siglo XVI.
Los jóvenes a menudo se burlan del estado por desempolvar a viejos dictadores con moho, pero eso no disuade a Putin.
“Los esfuerzos del estado provienen de la desesperación, porque vemos en las encuestas que la gente está menos interesada en el ejército, la gente no está aceptando la idea de romper con el resto del mundo”, dijo Khrushcheva. “Durante la Copa Mundial de fútbol el verano pasado, la gente se dio cuenta de que pueden ser grandes sin un puño de hierro”.
(*) Término dado a un miembro de la Oprichnina, una organización establecida por el Zar Iván el Terrible para gobernar una división de Rusia desde 1565 hasta 1572. El propósito de la organización y la existencia de Oprichniki era suprimir a las personas o grupos que se oponían al Zar. Eran conocidos por montar caballos negros y liderados por el mismo Iván, se sabía que el grupo aterrorizaba a las poblaciones civiles.
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febrero 6, 2019
VENEZUELA Y LA IZQUIERDA DORIAN GRAY
Por Mauricio Ortín
Lo único bueno que deja la triste crisis venezolana es que exige a la política a que muestre el verdadero rostro del mal y el de sus aliados. El chavismo-madurismo es lo peor que le ha pasado a Venezuela en toda su historia. La banda de asesinos, ladrones, narcotraficantes y demagogos que se adueñó del poder del Estado ha destruido la economía, la justicia y la democracia, y ha envilecido a sus fuerzas armadas y desquiciado a la sociedad a tal punto que huir de Venezuela es el único proyecto alternativo a una existencia miserable. Una vez más, se constata que el socialismo en crudo y en acto es objetivamente el mal de estos tiempos. Sólo hay que recorrer la miseria, el genocidio, la esclavitud, la injusticia que han dejado y dejan las dictaduras comunistas desde 1917 a la fecha para reconocer el mal. Cien millones de asesinados en menos de cien años es un número que ha sido aceptado por ellos mismos. ¿Cómo se explica que, con semejante cantidad de cadáveres blanqueados del placard, la izquierda se arrogue superioridad moral? ¿Qué credenciales la avalan para mirar por sobre el hombro a los que no comparten sus ideas y jamás propiciaron o justificaron asesinatos masivos? El marxismo-leninismo, en todas sus variantes, propone como objetivo político eliminar físicamente una clase social. El genocidio de los burgueses es parte explícita de su programa de acción. Y que estos fanáticos son de cumplir con sus promesas no cabe duda alguna. Ahí están las extendidas obras de Stalin, Trotsky, Lenin, Mao, Castro, Che Guevara, Pol Pot y otros para corroborarlo. Pero, es evidente, la izquierda tiene mejor prensa que la derecha. No se venden remeras con la imagen de los fusilados por el Che Guevara pero sí de este último y la televisión oficial argentina a partir de la presidencia de Néstor Kirchner sostiene al Canal Encuentro dedicado, en gran parte, a hacer la apología del terrorismo que asoló a la Argentina en la década del 70’. Lo que, por la continuidad auspiciada por Macri, parece ser una suerte de “política de Estado”.
Es un hecho: la izquierda maneja la propaganda política con una maestría sin par y sin el menor escrúpulo. Inventa, tergiversa e impone a los hechos sus interpretaciones de guerra de clases y, si no se ajustan, peor para ellos. Repetir una mentira hasta el cansancio y escrachar por facho al que la desmiente es una táctica que le dado buenos resultados sin importar lo ridículo o cínico que signifique defender lo indefendible. Que Nisman se suicidó, que la denuncia que hizo contra Cristina era un mamarracho, que Milagro Sala es perseguida por trabajar para los pobres, que los desaparecidos son 30.000, que en los 70’ no hubo una guerra sino un genocidio, que el ex terrorista Horacio Verbitsky es un campeón los derechos humanos, que en Cuba se vive con dignidad o que la proclamación de Juan Guaidó como presidente de Venezuela es un golpe de Estado al gobierno de Nicolás Maduro son algunas de las cuentas de ese infinito collar. Hay que señalar que a la izquierda le importa un cuerno la formalidad “pequeño burguesa” de las instituciones liberales. Acatan la ley en la medida que les sirve para llegar al poder. Una vez instalados, ellos son la ley y entonces comienza la “dictadura del proletariado” (eufemismo de dictadura del partido Comunista). Pues bien, para de alguna manera justificar el apoyo al energúmeno de Maduro o, en su defecto, el no reconocimiento al presidente Guaidó, se desgarran las vestiduras ante el apoyo explícito de Donald Trump. Dicen que al presidente norteamericano no le interesa la democracia sino el petróleo de Venezuela. Sin embargo, le ruegan a los EE.UU. para que les siga comprando mientras Maduro se lo regala al régimen cubano. .
Pino Solanas, Víctor Hugo Morales, Maradona, Atilio Borón, el kirchnerismo en bloque, Pérez Esquivel, Hebe de Bonafini, Luis D’Elía, Mempo Giardinelli, Gustavo Silvestre y casi toda la izquierda ha salido a romper lanzas para salvar al energúmeno de Maduro. Es que al otro lado está la derecha (el mal) acaudillada por el diablo mayor (Trump). Les importa un rábano los cuatro millones de venezolanos que emigran con lo puesto (la mayor catástrofe humanitaria de la historia de América latina) huyendo de la peste “bolivariana”, dejando bienes, afectos, tierra y llevando consigo solo la esperanza encontrar un lugar en el mundo. Ahh…, pero es culpa de Trump. ¡Se puede ser más miserable!
El papa Francisco, por su parte, está preocupado por el derramamiento de sangre que supone la proclamación de Guaidó. El mismo argumento esgrimió el gobierno ruso para no reconocer a Guaidó. También, en un tiro por elevación aludió a Trump y coincidió con la izquierda en Panamá, cuando dijo: “Nuestros pueblos no son el ‘patio trasero’ de nadie”. No se enteró, así parece, que el derramamiento de sangre provocado desde el poder y contra los débiles transcurre desde hace casi dos décadas en Venezuela. Tampoco registró el hambre de los niños venezolanos, ni la diáspora forzada de los desesperados que huyen a pie.
En fin…, si algo me queda claro de esto último es que Donald Trump (la encarnación del “mal”) es un dechado de virtudes morales al lado de los que, supuestamente, personifican el bien.
PrisioneroEnArgentina.com
Enero 29, 2019