Hipocresía Champagne

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fabian11 Por Fabian Kussman.

 

En 2013, Francois Hollande dijo a una audiencia en Abu Dabi que una falta de inversión en energía renovable conduciría a una “catástrofe”. Este discurso está en marcado contraste con una cita que tuvo luego de la conferencia con el presidente de los Emiratos Arabes Unidos para presionar por un importante contrato de petróleo y gas a instalar por una firma francesa.

Morgane Creach, la directora de la Red de Acción Climática de Francia, descubrió el juego del pícaro Francois. “El presidente Hollande tiene dos caras con respecto a la cuestión del clima” dijo. Furiosa. Otros sectores van más allá de la mera apuesta política, sosteniendo que los EAU tienen cierta simpatía por ISIS, ya que siempre han pedido solamente erradicar al Hezbolá.

Un escándalo político explotó en los últimos días de abril del corriente año y no son pocos en Francia los que protestan por las revelaciones sobre la aparente riqueza de Ministros en el Gobierno de François Hollande. El gobierno socialista francés parece tener a varios nuevos multimillonarios. Hollande y sus ministros se enfrentan a acusaciones embarazosas de pertenecer a un grupo conocido como el caviar de izquierda -o lo que los británicos llaman socialistas de champán-. Entre estos se encuentran los políticos -como Hollande- que se niegan a llamar las cosas por su nombre, sobre todo cuando se trata de una posible ofensa a los musulmanes. Jamás usaran los anacronismos ISIS, DESH o EI (ISIS ordenó decapitar a cualquiera que se refiera a ellos con el término DAESH, principalmente) que puedan afectar a islámicos franceses, mientras levantan una copa de Dom Perignon. Pero la preocupación de Hollande sobre la aplicación de este epíteto es comprensible. Está ligado a algunos pensamientos de la izquierda (Y método tendenciosamente populista) de conquistar el voto de los casi siete millones de musulmanes que moran en Francia.

Más cercano en el tiempo, el presidente del Parlamento israelí denunció la “hipocresía” del presidente francés, François Hollande, que iba a recibir al presidente iraní, Hassan Rohani en el Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto. “No puedo encontrar palabras para describir la hipocresía de los presidentes de los países como el presidente francés que le da la bienvenida al presidente de Irán, durante el Día Internacional de la Memoria del Holocausto”, dijo, Yuli Edelstein, miembro de la rama legislativa del gobierno de Israel. En su visita a Italia y Francia, para honrar y no ofender al iraní, se cubrieron todas las obras de arte de desnudos habitantes en los palacios gubernamentales a su paso. La algarabía de la izquierda francesa contrasta con la decepción del resto del país. Cuando ellos van a países regidos por el islam, deben adaptarse a formas, costumbres, leyes y creencias. Cuando juegan de locales, también. Hombre sin escrúpulos vale por dos hombres sin escrúpulos.

La visita de Hollande a Argentina mostró un nivel de cinismo que algunos vieron y otros -como la señora Carlotto- prefirieron perdonar con sonrisas. Mientras homenajeaba a algunos terroristas argentinos en este Parque de la Memoria Parcial que los Kirchners supieron conseguir, las fuerzas de seguridad francesa dialogaban amistosamente con los terroristas musulmanes que se acreditaron más de 130 muertos y mutilaron a otros 300 en los atentados de Paris, ofreciéndoles Pot-Au-Feu, vinos de Burdeos y Chartreuse, a cambio de información. Los Derechos Humanos son para todos, pero -como a viva voz claman los secuestradores de estos derechos- “todos somos solamente nosotros”.

Hollande declaró Estado de Emergencia la noche misma de los atentados y piensa exteder su medida de alerta terrorista hasta finales del próximo año. Hoy, François Gérard Georges Nicolas Hollande, les rinde homenaje a esas víctimas de noviembre caídos bajo el cobarde accionar del terrorismo, mostrando un manejo de expresión impenetrable en la dualidad de sus conceptos.

 

PrisioneroEnArgentina.com

Noviembre 13, 2016

Juan Pueblo… El Honor y la Paz

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lobo-aragon27272Por Jorge B. Lobo Aragón.

 

Los recuerdos de mis amigos…

 

Reflexión:

En la década del 50 en todas las ciudades había círculos de intelectuales que consideraban la organización de la sociedad y planeaban corregir sus errores y subsanar sus fallas. En Tucumán también, aunque todavía yo no había nacido. Así me lo recuerdan mis amigos apreciados. La biblioteca, los diarios y los libros. Debo decir que no muerden. Mis camaradas inseparables que analizaron ese ambiente en el que campeaba el marxismo, la ideología de moda que pretendía ser una política “científica” que con generosidad buscaba soluciones a los más necesitados. Y en el grupo me decían, siempre existían los que se decían dispuestos a llegar a la violencia, es decir, a la entrega de sus vidas en aras de esos ideales. Les llamó la atención un jovencito, estudiante de la facultad. Le decían Juan Pueblo y parecía por las versiones de mis lobo-ddhdhdamistades que ése era el único que iba a morir en las trincheras. Y fueron adivinos. El muchachito se llamaba como dije Juan y le decían pueblo. La Iglesia ha condenado el irenismo. “Irene” en griego significa paz. Por lo que se llama irenismo al movimiento que aspira a la paz a todo trance. La paz es buena, sí, pero la paz que surge de la justicia. La paz que imponen los dominadores al margen de lo justo, es sólo un camino para usufructuar su poder. La justicia tiene un valor superior, está primero que la paz. Nuestro Señor empleó la violencia contra los mercaderes que hacían del templo un mercado. Con eso nos enseñó que la violencia, bien aplicada, es buena; hasta puede ser santa. ¿En qué circunstancias se justifica? ¡Ah!, eso precisa de un prudente criterio, como los de San Martín y de Belgrano y la de mis amigos. Sabemos el mal que causó el terrorismo y el proceso que asoló al país, y adherimos al dolor sufrido por sus víctimas. Pero al mismo tiempo respetamos a quienes con altruismo, convencidos de que construirían una patria mejor, lucharon con fervor. El primero, Juan, por su coraje, por su notoriedad, por su inteligencia, por su estrategia, por la devoción de sus adeptos. Vete que se viene la matanza, le dijeron. Pero él sintió que luchaba por la justicia, valor superior a la paz, y se las aguantó hasta el final. Pudo huir (hoy, derrotadas las fuerzas armadas, en vez de acomodarse como otros terroristas él seguiría su lucha). Tuvo una muerte con tiros y sin velorio. La hora le llegó. La fotografía de su cadáver, con una hermosa serenidad en el rostro, indica que murió con la conciencia en paz. El agujero que una bala le hizo en la frente, sobre el arco superciliar, muestra el acierto de mis amigos en su vaticinio. Que Dios lo tenga en su gloria. A sus víctimas también. Me gustaría que este escrito sea compartido en honor a las víctimas que con sus ideales- de ambos lados – cayeron con honor y seguramente están en paz contemplando beatíficamente al Señor.